Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En otro lugar, alejado de allí, otro hombre iba cargando una carretilla
llena de ladrillos. Dios, que lo veía le preguntó: "¿Hacia dónde vas con
esa carretilla?". El hombre respondió: "Voy al pueblo". Dios le dijo:
"¿Quieres que te ayude con esa carga?". El hombre le contestó:
"Puedo solo".
En otro lugar, muy lejos de allí, otro hombre iba por un camino
llevando un pesado costal de arena. Dios, que lo veía, le dijo: "¿Hacia
dónde vas con ese costal de arena?". El hombre respondió: "Tengo
que llevárselo a mi patrón, que vive a 5 Km. de aquí". Le dijo Dios:
"¿Quieres que te ayude?". El hombre sonrió y le dijo: "¡Oh sí Señor, yo
ya no puedo con esta carga!" y se la entregó. Siguieron caminando y
el hombre le iba contando a Dios alegremente de su vida, de su familia
y de su trabajo. Le hacía preguntas, le pedía opiniones, en fin, el
hombre y Dios, conversando y conversando, llegaron a destino. El
hombre ya no se había acordado más de su carga. El Señor mismo
cumplió la encomienda de entregársela al patrón de aquel hombre. El
hombre agradeció mucho la ayuda y el Señor le dijo: No te dejaré ni te
desampararé, siempre que me necesites, estaré contigo.
Sigue el ejemplo del cuarto hombre, mantén una buena relación con
Dios, deja que Él te ayude con toda tu carga y descansa en Él, esto
quiere decir que ya no vas a seguir angustiado, porque tu problema
está en Sus manos. Ya no vas a sentir su peso, ¡porque ese peso lo
está llevando el Señor!