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He escogido esta noticia porque la promoción de la salud implica actuar en el ámbito del

bienestar económico y social de las personas, ¿no es así? Y creo que estamos tapando una
realidad a la que cada día nos acercamos más, y a la velocidad del rayo. El otro día, sentada en
Santo Domingo con un amigo, este me dijo, observando las terrazas llenas: no entiendo cómo,
con sueldos con los que no se puede llegar a fin de mes y tanta gente viviendo en la pobreza,
las personas siguen sentándose en los bares a consumir. ¿Creerán que están bien porque viven
de las rentas de sus padres?

Lo que dijo mi amigo da para reflexionar, y mucho. Creo que estamos viviendo una de las
épocas más insalubresde la historia, sobre todo a nivel de salud mental. España es uno de los
países europeos donde se consume más medicación psiquiátrica; la pobreza, el desempleo, y
el miedo a un futuro sin pensiones, generan un malestar psicológico difícil de paliar con
ninguna medicación. Y, por supuesto, las peor paradas, las mujeres.

Esta noticia me llevó a buscar en Google las ayudas que hay contra de exclusión para las
mujeres, y se considera que estás en situación de riesgo si vienes del mundo de la prostitución
o las drogas, o si has sido víctima de violencia de género. Lo que significaría que una mujer sin
techo ni comida, tiene que pasar primero por ser prostituta si quiere que el Estado la ayude,
¿es así? No hay recursos de ayuda directa contra la situación de pobreza de las mujeres.

Al final, lo mejor va a ser irse a Santo Domingo a tomarse unas cañas con el dinero de nuestros
padres, a ver si, al menos, borrachos, se nos olvida todo durante un rato.

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