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METODOLOGÍA DE LA METODOLOGÍA

ENTRENAMIENTO EN AJEDREZ

INTUICIÓN

PREPARACIÓN

CÁLCULO
Contenido
Prefacio 4
Obstáculos que vencer al entrenar ajedrez 6
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Prefacio
¡Jugar, aprender y mejorar tu ajedrez debe ser algo divertido! :)
Ello significa que todo lo que hagas por mejorar no sólo debe ser práctico, sino basado en conceptos
sencillos de entender. Al fin y al cabo se trata de un juego. Perfectamente lógico, un poco exigente y
misterioso a veces, pero juego a fin de cuentas. Aunque nada puede ser mejor que disponer de los
mejores recursos para desarrollar tus habilidades ajedrecísticas al máximo: convicción,
perseverancia, y una guía precisa para dirigir tu progreso. Esto último es lo que la presente obra
quiere lograr, no con la presunción de ilusionarte con trucos ni “secretos milagrosos” que te hagan
una maravilla intocable de un día para el otro, todo hay que decirlo: el ajedrez, más allá del talento,
requiere de trabajo duro e inteligente para mejorar ¡sólo si tú, querido amigo, estás listo para
emprender la apasionante travesía de triunfar en el rey de los juegos!
La estructura de este manual metodológico se dirige principalmente al jugador autodidacta, desde los
16 años de edad en adelante, cómo referencia para la organización de una sesión de entrenamiento
eficaz y la mentalización de los factores pragmáticos del ajedrez competitivo. Pero también funciona
correctamente para la tutoría si eres un maestro de academia o entrenador de club que requiere un
programa objetivo para todas las edades.
El primer capítulo es una abstracción de lo que todo jugador serio necesita saber en
pos de conducir adecuadamente su estudio, así, libre de estereotipos el segundo
capítulo explica los matices principales del entrenamiento puro en ajedrez y cómo
distribuir tu tiempo para desarrollar un programa independiente de aprendizaje con
los medios adecuados; el tercer y cuarto capítulo se refieren al enfoque técnico-
psicológico del pensamiento práctico en una sesión ideal de entrenamiento,
definiendo la aplicación de tal enfoque en el quinto capítulo y expandiendo la
cuestión del ámbito ajedrecístico deportivo en el sexto, con el uso moderado del reloj;
posteriormente, en el capítulo séptimo se proporciona un test que te permita conocer
de forma general detalles de tu propio carácter, estilo y perfil competitivo con el fin
de proyectar objetivos realistas para fortalecer la percepción y el criterio en tu juego.
Esto se complementa con la guía de consejos de salud y ejercicios introspectivos
disponibles en el octavo capítulo, para finalmente sintetizar las ideas principales del
trabajo en ajedrez con las resoluciones del último capítulo.

Disfrutar del aprendizaje es un objetivo permanente, que bien orientado promete jornadas fantásticas
de interacción didáctica para tu propio desarrollo individual, en especial con un juego que destaca
precisamente por su infinidad para el despliegue de creatividad y la virtud para innovar tus ideas
acorde a la buena estima dedicada en perfeccionar sus delicadezas.
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Obstáculos que vencer al entrenar ajedrez

Algo que un estudiante del ‘juego-ciencia’ debe considerar al momento de plantearse mejorar y
ejercitar su habilidad en él, es que en ajedrez el océano de teoría es insondable, autores hay por
cientos, y obras por miles de miles; aunque esto no es sorpresa si se tiene en cuenta que se trata de un
juego matemáticamente infinito. De manera que las destrezas de cada jugador varían acorde a la
literatura que han estudiado y la constancia que han dedicado a practicar sus recursos estratégicos en
general. No obstante, más allá de abarcar la abundancia de contenido teórico es importante que el
jugador sepa organizarse y establecer objetivos consecuentes con sus resultados competitivos más
recientes, para así aprender de las debilidades y fortalezas en su técnica, pues el entrenamiento
ajedrecístico no es otra cosa que un aprendizaje constante de sutilezas pertenecientes a la lógica
espontánea del juego; pero ante todo, es oportuno que el jugador, tanto cómo el instructor,
conozca matices críticos del aprendizaje en pos de conducir adecuadamente la asimilación de
conceptos clave, planificar los temas en qué desarrollarse, e impedir que tal aprendizaje tienda a la
obsesión o la monotonía: generadoras de estrés y obstrucciones en el auténtico progreso. Por ello,
antes de abarcar una metodología de entrenamiento es imperativo ser consciente de tales matices.
Por ejemplo, una típica obsesión que puede surgir por el ajedrez, y en general por cualquier juego, es
el frívolo deseo de ganar sólo por ganar, y esto es algo que debe superarse completamente
conociéndote a ti mismo cómo jugador. Es verdad que el ajedrez competitivo se trata de lograr la
victoria en las partidas de torneo, pero esto es un resultado que surge naturalmente de las
imprecisiones del oponente y la aplicación del pensamiento metódico; entonces, pensar en jugar de
manera correcta es más útil que pensar obsesivamente en ganar, pues el resultado lógico del ajedrez
bien ejecutado es el empate, y ello tampoco es un resultado en absoluto despreciable, al haber
siempre nuevas oportunidades para lograr la victoria sin distraerse con idealismos injustificados,
aunque el jugador siempre deba aspirar a la victoria. Sin embargo, para librarse del estancamiento
didáctico que impida el progreso independiente del ajedrecista, es necesario reconocer qué otros
obstáculos relativos pueden presentarse durante los procesos de orientación autodidáctica o para los
demás, en favor de potenciar el éxito en el aprendizaje y salvar meses o incluso años de vanos
esfuerzos en entrenamiento carente de sentido.
Lo que se debe superar, en consecuencia, son ciertos paradigmas reseñados a continuación.

La acumulación de conocimiento inerte


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El conocimiento no es el único requisito para ser un fuerte jugador, sólo es un factor de varios. Otro
factor aún más importante es el tener un correcto sistema de pensamiento, pues todo conocimiento
adquirido requiere ser un complemento al sistema de pensamiento independiente, caso
contrario dicho conocimiento no sirve ni ayuda en fortalecer el sentido conceptual objetivo y
práctico. Esto es algo aplicable en todas las áreas de la educación, pero en ajedrez se destaca este
hecho porque su práctica no sólo implica el logro de resultados deportivos, sino la creación de un ser
humano apto y capaz de modular una conducta, una capacidad de análisis y de reflexión mental que
le conceda una destreza primordial en cualquier esfera de la vida, ya que aprender es algo más que
adquirir un conocimiento, es orientarse en la manera de pensar y forjar los sutiles procesos de la
creatividad, no sobrevalorando la cantidad de información adquirida sobre su calidad.
Un ajedrecista necesita saber cómo aplicar su conocimiento en la práctica enfocándose a
perfeccionar sus procesos cognitivos, pues el único sendero para desarrollar la agilidad práctica del
juego es a través de asimilar abundantes esquemas del ajedrez clásico. Razón por la cual campeones
cómo Hikaru Nakamura, Magnus Carlsen y Maxime Vachier-Lagrave destacan además en la
modalidad de ajedrez rápido, ya que tienen el amplio respaldo de su experiencia basado en patrones e
ideas estándar del ‘ritmo pensado’, compilados categóricamente en su cognición.
De modo que para refinar tal destreza del pensamiento es fundamental guiarse por un método
enfocado en pulir tu técnica para evaluar e interpretar situaciones, proyectar el cálculo de variantes
y adaptarte a nuevos matices de manera espontánea.
Lasker E. (1926). Manual of Chess. Págs. 337-338:

La educación en ajedrez debe ser una educación en pensamiento independiente y


criterio. El ajedrez no debe ser memorizado, simplemente porque no vale la pena. Si
cargas tu memoria, debes saber por qué. La memoria es muy valiosa cómo para
almacenarla de insignificancias. De mis cincuenta y siete años he aplicado al menos
treinta en olvidar la mayoría de lo que he aprendido u leído, y porque he triunfado en
esto he logrado una cierta destreza y alegría con la cual nunca jamás quisiera no
estar otra vez. Si es necesario, puedo incrementar mi habilidad en ajedrez; si es
necesario puedo hacer aquello de lo cual no tengo ni idea en el momento. Pues he
almacenado poco en mi memoria, pero puedo aplicar ese poco, y es de buen uso en
muchas y variadas situaciones. Lo mantengo en orden, pero me resisto a cualquier
intento de aumentar su peso muerto.

No se debe conservar en la mente: nombres, números, circunstancias aisladas, ni tan


siquiera resultados, pero sí solo métodos. El método es flexible y se puede aplicar en
cada situación. En cambio el resultado, el incidente aislado, es rígido, porque está
sujeto a condiciones enteramente subjetivas. Los métodos producen numerosos
resultados; unos pocos de estos permanecen en la memoria, y mientras se conserven
pocos, son útiles para ilustrar y mantener vivas las reglas que producen múltiples
resultados. Tales resultados útiles deben ser renovados de vez en cuándo así cómo la
comida fresca se debe suplir a un organismo viviente para mantenerlo fuerte y
saludable. Pero los resultados útiles, de este modo tienen una conexión viva con las
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reglas, y éstas a su vez se descubren al aplicar un método vivo: el todo en esta


metodología debe tener vida. Y más que eso, una vida armoniosa.

Esta vida armoniosa surge de la vida; y la vida sólo se genera por la vida. Aquel que
quiera educarse a sí mismo en ajedrez debe evitar lo que está muerto en él: teorías
artificiales, sostenidas por escasos ejemplos y descartadas debido a un exceso de
'ingenio humano'; el hábito de jugar con oponentes inferiores; la costumbre de evadir
trabajos complicados; la debilidad de usar acríticamente las variantes o reglas
descubiertas por otros; la vanidad narcisista; la incapacidad de admitir errores; en
breve, todo aquello que conduzca a un estancamiento u anarquía.

La escasez de conocimiento básico

Así cómo para poder calcular en matemáticas primero es necesario aprender los números, en ajedrez
ocurre algo similar, pues el fundamento de todo buen juego radica en el dominio de sus principios
elementales que asisten al desarrollo del talento individual.
Durante el desarrollo del juego es indispensable utilizar las ideas estratégicas básicas cultivadas en tu
preparación, y no despreciarlas por su sencillez sino valorarlas correctamente según tus fortalezas,
debilidades, oportunidades y amenazas, relativas a los elementos dinámicos del juego, que luego
sirven de respaldo en el aprendizaje de nuevas ideas más sutiles.
Masterclass.com (2019) Garry Kasparov Enseña Ajedrez:
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No existe una regla que exija detener la adquisición de ventajas posicionales y


avanzar con tácticas. Es algo que uno siente y que es importante para encontrar
oportunidades ventajosas. Así que nunca se debe dejar de hallar una oportunidad
para plantear amenazas y ganar ventaja dinámica, porque siempre las hay,
especialmente si uno tiene piezas bien colocadas, controlando los cuadros centrales
del tablero u acumulando presión para dirigir un ataque al rey adversario.

Eso es lo que hace la diferencia entre los buenos jugadores, los muy buenos y los
mejores de los mejores, ya que uno intuye cuándo es el momento correcto. Es difícil
de explicar, pero se trata de saber jugar en el momento preciso usando las ventajas
posicionales y las piezas dominantes, para convertirlas en una ventaja material
decisiva. Aunque hay una recomendación, o le diría yo una advertencia: cuándo
evaluamos una posición y sus elementos tácticos hay que destacar aunque sea un
tema estratégico básico, ya que una buena combinación táctica incluye diversos
componentes básicos. Por ello es importante conocer tantos patrones y esquemas
cómo sea posible aprender, pues uno nunca sabe cuándo resulten de utilidad en
ciertas situaciones.

No hay que ser dogmáticos, ya que tampoco se trata de hacer un movimiento en


reacción de otro, o de que un patrón sea más importante que otro, siempre hay
variantes, y debido a esto creo que es de ayuda estar cómodo conociendo diferentes
estructuras. Los patrones múltiples crean diversas configuraciones; por esta razón
soy cuidadoso de ser muy específico y forzar el aprendizaje con una actitud de pensar
'esta o aquella es la manera correcta de aprender ajedrez'. El aprendizaje del ajedrez
es un proceso constante, e incluso un jugador del más alto calibre no debería dejar
de aprender porque es posible hallar nuevos temas con la disposición a descubrirlos.

Las expectativas de resultados rápidos

Debido a la fuerte motivación y el deseo de triunfo latentes en el espíritu de todo jugador que se
apasiona por mejorar y contemplar resultados lo más pronto posible, las expectativas de mejorar
rápido pueden ser causa de obstáculos cómo los mencionados anteriormente porque la presión
psicológica auto-impuesta, o impuesta en ciertos casos por algún tutor o padre de familia hacia sus
pupilos, inhibe la capacidad de concentración e incluso el propio interés en el juego.
La realidad es que los progresos técnicos, en una actividad que requiere dedicación y perseverancia,
toman cierta duración para ser apreciables. Por lo que en vez de centrarte en los resultados
inmediatos, mejor es enfocarte a optimizar la calidad de tu técnica y criterio independiente, tanto
para disfrutar del ajedrez cómo diversión y deporte, así como para permitirte avanzar con vigor y
confianza en el desarrollo de las virtudes inherentes a esta ciencia concebida cómo juego de lógica,
paciencia y tolerancia.
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Se trabaja por un largo periodo y no aparecen resultados, pero en algún instante


todo adquiere sentido y empiezas a jugar mejor o ganar más confianza.
Fabiano Caruana

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El Factor Didáctico y Entretenido

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