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TRABAJO PRÁCTICO.

DOCENTE: Pra. Meyli Guardia.


ALUMNO: Pr. Roy Esteban Moreno
Guardia.
MATERIA: Teología Sistemática III.
LA EXPIACION.

El día de la expiación.
Le 16:33 Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión
también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de
la congregación.

LA NECESIDAD DE LA EXPIACIÓN.
La palabra "expiación" (heb. kippurim, de que significa "cubrir") tiene el
concepto de cubrir el pecado al hacer un pago equivalente (Le, un rescate, de
modo que se haga la recompensa idónea por el pecad (nótese el principio del
"rescate" en Ex 30:12 Nm 35:31; Sal 49.7; Is 43:3).
(1) La necesidad de la expiación se originaba en el hecho de que el pecado de
Israel (Lv 16.80) si no se expiaba, los sujetaría a la ira de Dios (cf. Ro 1:18; Col
3:6; 1Ts 2:16) Así que el propósito del día de la expiación era proveer de un
amplio sacrificio por todos los pecados que pudieran no haberse expiado en los
sacrificios ofrecidos durante todo el año anterior. Con eso el pueblo serio limpio
de sus pecados del pasado año, apartaría Ia ira de Dios hacia ellos y
mantendría la comunión de Dios con ellos (Lv 16:30-34; Heb 9:7).
(2) Por cuanto Dios deseaba salvar a Israel, perdonar sus pecados y
reconciliaría consigo mismo, proveyó una vía de salvación al aceptar en su
lugar la muerte de una vida inocente (Le, el animal que era sacrificado). Este
animal llevaba la culpa y castigo de ellos (Lv 17:11; ls 53:4,8,11) y cubría sus
pecados mediante su sangre derramada.

EL CEREMONIAL DEL DÍA DE LA EXPIACIÓN.


Lv 16 describe el día de la expiación, el día santo más importante del año judío.
En ese día el sumo sacerdote, vestido de vestiduras sagradas, primero se
preparaba con purificaciones especiales. Luego, antes de hacer la expiación
por los pecados del pueblo, tenía que ofrecer un becerro por sus propios
pecados. Después tomaba dos machos cabríos y echaba suertes uno se
convertía en el sacrificio, el otro sería el chivo expiatorio (Lv 16:8). Mataba el
primer macho cabrío, tomaba su sangre, entraba en el santuario detrás del velo
esparcía la sangre sobre el propiciatorio, poniendo así la sangre entre Dios y
las tablas de la ley que estaban bajo el propiciatorio (leyes que ellos habían
violado, pero ahora estaban cubiertas por la sangre); de esa manera se hacia
la expiación por los pecados de toda la nación (Lv 16:15-16). Como un paso
final tomaba el macho cabrío vivo, ponía las manos sobre su cabeza,
confesaba sobre ella todas las iniquidades y rebeliones de los israelitas, y lo
enviaba al desierto, simbolizando que sus pecados eran llevados fuera del
campamento para desaparecer y morir en el desierto (Lv 16:21-22). el pueblo

(1) El día de la expiación debía ser una reunión solemne, un día en el cual
ayunaba y se humillaba delante del Señor (Lv 16:31); esa reacción recalcaba la
gravedad del pecado y el hecho de que la obra expiatoria de Dios era eficaz
sólo para los que tenían un corazón contrito y una fe que persevera (cf. Lv
23:27; Nm 15:30; 29:7).
(2) El dia de la expiación se consumaba la expiación por todos los pecados y
transgresiones no expiados durante el año anterior (Lv 16:16,21). Tenía que
repetirse cada año de la misma manera.

CRISTO Y EL DÍA DE LA EXPIACIÓN.


El día de la expiación está repleto de simbolismo que señala la obra del Señor
y Salvador Jesucristo. En el NT, el autor de la Epístola a los Hebreos subraya
el cumplimiento en el nuevo pacto de la tipología del ceremonial del día de la
expiación (véanse Heb 9.6-10:18 y el artículo CRISTO EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO, p. 488).
(1) El hecho de que los ceremoniales expiatorios del AT tenían que repetirse
anualmente indica que había algo temporal en cuanto a ellos. Señalaban por
anticipado el tiempo en que Cristo vendría a quitar de manera permanente todo
pecado confesado (cf. Heb 9:28; 10:10-18).
(2) Los dos machos cabrios representan la expiación, el perdón, la
reconciliación y purificación efectuadas por Cristo. El macho cabrío sacrificado
representa la muerte expiatoria de Cristo por los pecadores como pago por los
pecados (Ro 3:24-26; Heb 9:11- 12,24-26). El chivo expiatorio, enviado a llevar
los pecados de la nación, tipifica el sacrificio de Cristo que quita el pecado y la
culpa de todos los que se arrepienten (Sal 103:12; Is 53:6,11-12; Jn 1:29; Ro
8:31-34; Heb 9:26).
(3) Los sacrificios en el día de la expiación proporcionaban una "cobertura" del
pecado, no una eliminación del pecado. Sin embargo, la sangre de Cristo
derramada en la cruz es la suprema expiación de Dios por el género humano y
quita el pecado de manera permanente (cf. Heb 10:4,9,11). Cristo como el
sacrificio perfecto (Heb 9:26; 10:5-10) pagó todo el castigo por los pecados (Ro
3:25-26; 6:23; Gál 3:13; 2Co 5:21) y efectuó el sacrificio propiciatorio que calma
la ira de Dios, reconcilia al creyente con Él y renueva su comunión con Él (Ro
5:6-11; 2Co 5:18-19; 1P 1:18-19; 1Jn 2:2).
(4) El santuario adonde entraba el sumo sacerdote con la sangre para hacer la
expiación representa el trono de Dios en el cielo; Cristo entró en ese Lugar
Santísimo del cielo después de su muerte, llevando su propia sangre para
hacer expiación por el creyente delante del trono de Dios (Ex 30:10; Heb 9:7-
8,11-12,24-28).
(5) El propiciatorio sobre el cual esparcía la sangre el sumo sacerdote pone de
relieve que el perdón de pecados sólo es posible por la gracia y la misericordia
de Dios, no por ninguna obra que se haya hecho (Ef 2:8-10). (6) Como los
sacrificios de animales eran un tipo del perfecto sacrificio de Cristo y tuvieron
su cumplimiento en el final sacrificio de Cristo de sí mismo, ya no hay
necesidad de sacrificios de animales después de su muerte en el Calvario (Heb
9:12-18).

Expiación: Propiciación, Redención.


Exo 29:33, 30:10.
Lv 1:4, 4:3, 4:20, 5:6, 8:14, 16:30, 23:27, 25:9.
Nm 8:12, 15:25, 25:13, 31:50.
Dt 32:43.
Is 53:10.
Ez 45:20.

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