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UNIVERSIDAD SANTA MARÍA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
INFORMATIVO I

LA VERDAD DESDE DISTINTOS ÁNGULOS

Prof. Alejandro Layton. Alumno:


Pereira Ramos, Leiner de Jesús Carlos. C.I. V-27.773.183.

Caracas, 23 de mayo del 2021.


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Estructura del Editorial «El Nacional no es un Edificio»

Título
Hace referencia al
aspecto más relevante,
en este caso, al edificio
de “El Nacional”.

Enunciación del Tema


Coloca en contexto
al lector brevemente,
narra la noticia sin
detalles, valorando el
suceso y planteando las
interrogantes.

Análisis
Expone el alcance y
los efectos del asunto
principal, en este se
estudian los hechos y
declaraciones en torno
al tema central. En el
presente editorial, se
refuta y enfrenta la
posición de un grupo
con ideologías en
contraposición a las del
medio, y se recurre a la
argumentación para
convencer al lector de
la perspectiva adoptada
en el texto.
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Análisis

Cierre
Manifiesta de forma
concisa la proposición o
asunto más importante.

Mensaje
Hace referencia a la
actitud y postura
adoptadas en el
editorial, razonando y
aleccionando a través
de las mismas.

Entre Noticias se Rompen Géneros: Importancia y Relevancia del Editorial

En Venezuela, la "Ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la

Tolerancia", arremete contra la libertad y la democracia desde su creación en el 2017. Además,

tanto sus disposiciones como efectos, dejan en evidencia contrariedades y paradojas que, en

cuantiosas ocasiones, demuestran el autoritarismo que el régimen de Maduro ha implementado

con afán durante los últimos años.

Lo anterior, aflige directamente al periodismo y los apasionados del mismo, dado que

propicia un ambiente en el que la censura y la autocensura poseen mayor presencia dentro de la

práctica; donde la diversidad en la forma de presentar las noticias, el fundamento de libertad e


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independencia al informar, y el goce de la amplitud literaria y contextual que la profesión ofrece

-dentro de un marco que prima por la verdad y el respeto-, no tienen cabida.

Es por esta razón, que el editorial «El Nacional no es un edificio», del ente periodístico al que

hace referencia, causa interés y conmueve al lector que, en añoranza a las veces en que el diario

confrontó opresiones y estableció las bases de las demandas del pueblo hacia los gobiernos;

encuentra el realce de la valentía, el coraje, la inteligencia periodística y el valor de la verdad

entre la sociedad, necesarios para mantener la motivación y el deseo inquebrantable por lograr la

consolidación del periodismo como un organismo universal, defensor del pueblo, de su bienestar

y evolución.

Crónicas de un Embargo Anunciado

Entre los recuerdos a los que evoca el embargo del texto, destaca lo sucedido en los años

cincuenta, cuando Venezuela, bajo la jefatura de Germán Suárez Flamerich, estaba dominada por

una Junta Militar de Gobierno, integrada por grandes figuras de la dictadura nacional como

Marcos Pérez Jiménez. En este período, una "Junta de Examen" -que se adaptaba más al nombre

de grupo censor- decidía arbitrariamente sobre lo que los periódicos podían o no publicar. Como

consecuencia, los medios se dedicaron a divulgar exclusivamente noticias internacionales,

deportivas o culturales. Y sí, se habla acá de una autocensura añeja, pero que sirve de lección.

No obstante, el 20 de abril de 1950, aventajándose de las ventanas que ofrecen la escritura y

el intelecto informativo, el diario “El Nacional” publicó una reseña sobre el inicio de los trabajos

de construcción del estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria, firmada solo por "EH" (El

Hermanito), seudónimo que, podría interpretarse, cumplía la misma función de la ausencia de

firmas en los editoriales actualmente, la de no atribuí la responsabilidad de lo redactado a un solo

periodista.
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En la misma, se rompió con la aplicación de la censura hablando sobre la creación del estadio,

al mismo tiempo que se hizo una crítica al gobierno, exponiendo la intención del régimen de

centrarse en "asuntos a los cuales han de dedicar su atención sus actuales gobernantes" y evadir

la vista de la sociedad hacia el ahogo de la independencia. Posteriormente, el medio fue cerrado,

pero ninguna persona fue encarcelada debido a que, gracias al uso de un apodo, fue imposible

encontrar al culpable del audaz texto.

Repercusión y Enseñanza del Escrito

Es de esta animosa sensación de determinación y osadía que produce “El Nacional” desde

hace décadas, reafirmada con la actitud tomada por el diario en el editorial mencionado, de

donde nace el interés por la historia, el estilo y la forma en la que se idealiza al periodismo en el

mismo.

Tal artículo, es además relevante porque proviene del embargo de la sede de «El Nacional»,

realizado hace unos días, que surgió (al igual que la censura en 1950) como un mecanismo de

silencio hacia el diario y las noticias veraces que muy poca honra –pero que es justa- denotan

hacia el régimen, pues hay que recordar que esta denuncia por "difamación" efectuada en

el 2015 por Diosdado Cabello, intenta castigar al periódico tan solo por citar la información

compartida en otros 2 de los medios de comunicación más grandes internacionalmente, «The

Wall Street Journal» (WSJ) y «ABC», en donde se afirmaba que Cabello estaba siendo

investigado por la justicia de Estados Unidos por narcotráfico. ¿No es esto una violación a los

derechos comprendidos dentro del periodismo y la Constitución?

En este punto, es preciso citar una de las frases más controversiales dicha por Diosdado, en

una entrevista en la que se refirió a la demanda, en la que afirmó que su hija "ha tenido que usar

el apellido Contreras por el odio", escudando posteriormente su denuncia con la «Ley contra el
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Odio», y alegando que debe respetarse tal decreto. Sin embargo, este el mismo "sensible"

político que alguna vez expresó: “Agarren su carta democrática, la doblan bien doblada y se la

meten bien profundo”.

Finalmente, la importancia de todo esto es el objetivo del editorial por, una vez más, hacer

frente a la realidad de la que algunos medios no hablan, pero que el pueblo necesita saber para

poder ejercer la democracia como es debido, con bases en la educación, la cultura, a través de

juicios y opiniones dignos de individuos con conocimiento pleno de la realidad política. De igual

forma, destaca la defensa y preservación de los géneros periodísticos -informativo, interpretativo

y de opinión-, cada uno con objetivos y funciones indispensables en la divulgación de la

información y la creación de conciencia nacional.

Se lucha contra la censura y autocensura; se lucha con respeto, inteligencia y profesionalidad;

se lucha, en primera instancia, contra aquellos "opinofóbicos" que impiden el ejercicio de la

libertad y del periodismo como debe ser.

Mancheta: «El Nacional no es un Edificio»

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