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GUÍA DE ESTUDIO

TEOLOGÍA PROPIA

Lectura previa

De seguro te preguntarás qué es eso de la teología propia, y si existe algo entonces


que se llame “teología impropia”. Hay mucho que decir al respecto, pero lo resumimos
de la siguiente manera: La teología propia es la doctrina de Dios, es decir, es el estudio
directo de la Persona, carácter, atributos, y obras de Dios tal como se revela Él mismo
en Las Escrituras.

¿Por qué es importante para nosotros profundizar en la doctrina de Dios?

Tristemente, en medio de los círculos cristianos evangélicos de nuestros tiempos,


existe una idea difusa de quién es Dios. Esto es triste, porque se supone que de entre
todas las naciones y religiones del mundo, tenemos la revelación única y completa de
Dios a través de las benditas Escrituras.

Dios se ha convertido en una idea casi subjetiva entre los creyentes, construido a partir
de experiencias místicas y de versículos tomados al azar sin ninguna interpretación
coherente. Aparentemente, muchas personas no tienen problemas con predicar y
adorar el concepto personal de Dios que cada uno de ellos tiene, sin embargo, el
peligro aquí es que dicha adoración y predicación no dará gloria al verdadero Dios,
sino a ídolos formados en nuestros corazones en los que ponemos todas nuestras
esperanzas y entera veneración.

Este es un estado que la Palabra de Dios condena. En la antigüedad, Dios


personalmente declaró a su desagrado y juicio contra todos aquellos que decían
conocerle y adorarle, pero que realmente, seguían la vanidad de sus propios corazones
rebajando al Santo Creador que está por encima de todo al producto de sus
pecaminosas ideas e imaginación. El libro de Isaías tiene varias de estas declaraciones:

¿Con quién podemos comparar a Dios?


¿Qué imagen se puede encontrar que se le parezca?
¿Se le puede comparar con un ídolo formado en un molde,
revestido de oro y decorado con cadenas de plata?
Y si la gente es demasiado pobre para eso,
al menos escogen una madera que no se pudre
y un artesano habilidoso
¡para que talle una imagen que no se caiga!
¿Acaso no han oído? ¿No entienden?
¿Están sordos a las palabras de Dios,
las palabras que habló antes de que existiera el mundo?
¿Son tan ignorantes?
Dios se sienta sobre el círculo de la tierra;
la gente que hay abajo le parecen saltamontes.
Él despliega los cielos como una cortina,
y hace con ellos su carpa.
Él juzga a los poderosos del mundo
y los reduce a nada.
Apenas comienzan, recién están echando raíces,
cuando él sopla sobre ellos y se marchitan;
se los lleva el viento como a la paja.
«¿Con quién me compararán?
¿Quién es igual a mí?», pregunta el Santo.
Isaías 40:18–25 (NTV)

Las Palabras de Isaías era una acusación directa contra la idolatría en la que el Pueblo
de Dios trágicamente había caído. Sus ideas acerca de Dios estaban afectadas por el
entendimiento págano de la época y la falta de conocimiento del Dios verdadero, en
otras palabras, esta fue la ruina de la nación que fue escogida por Dios. Por medio del
profeta Oseas, Dios denuncia la razón por la cuál vendría el castigo y la destrucción
sobre la nación de Israel.

¡Escucha la palabra del Señor, oh pueblo de Israel!


El Señor ha presentado cargos en tu contra, diciendo:
«No hay fidelidad, ni bondad
ni conocimiento de Dios en tu tierra.
Haces votos y los rompes;
matas, robas y cometes adulterio.
Hay violencia en todas partes;
un asesinato tras otro.
Por eso la tierra está de luto
y todos desfallecen.
Hasta los animales salvajes y las aves de los cielos
y los peces del mar desaparecen.
Oseas 4:1–3 (NTV)

Y si creemos que esto no tiene nada que ver con nosotros hoy, Cristo mismo nos
advierte claramente que un día, estos autonombrados cristianos, engañados por su
propia superficialidad e imaginación, se darán cuenta de su error cuándo ya no habrá
más otra oportunidad de enmendar su relación con Dios.

»No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Sólo entrarán
aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El
día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre,
expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. Pero
yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de
Dios”. Mateo 7:21–23 (NTV)

Este estado de la iglesia no es algo nuevo, hace muchos años el teólogo Arthur Pink,
en su libro Los atributos de Dios, dijo los siguiente:

El “dios” del presente siglo veinte no se parece más al Soberano Supremo de la


Sagrada Escritura de lo que la confusa y vacilante llama de una vela se parece a la
gloria del sol de mediodía. El “dios” del cual suele hablarse desde el púlpito, el que se
menciona en gran parte de la literatura religiosa actual, el que se predica en la
mayoría de las llamadas conferencias Bíblicas, es una invención de la imaginación
humana, una ficción del sentimentalismo sensiblero.

Los idólatras que se encuentran fuera de la cristiandad se hacen “dioses” de madera o


de piedra, mientras que los millones de idólatras que se hallan dentro de la
cristiandad se elaboran “dioses” producto de sus propias mentes. En realidad, no son
otra cosa que ateos, ya que no hay otra alternativa posible sino creer en un Dios
absolutamente supremo o no creer en Dios. Un “dios” cuya voluntad puede ser
resistida, cuyos designios pueden ser frustrados, y cuyos propósitos pueden ser
derrotados, no posee derecho alguno a la deidad, y lejos de ser objeto digno de
adoración, merece solamente desprecio.

Reconozcamos pues el problema actual en el que estamos, y aferremonos


fuertemente a su solución: Conocer verdaderamente a Dios. Empezar pues por los
temas de la teología propia, la doctrina de Dios, será entonces nuestros primeros
pasos para ser salvados y transformados por la inmensa gloria del Único Verdadero
Dios.

GUIA DE ESTUDIO

La teología propia o doctrina de Dios, abarca una variedad de temas que nos permiten
conocer lo que Dios ha revelado de Sí mismo a través de las Santas Escrituras. En esta
sección abordaremos los siguientes aspectos de la doctrina de Dios:

● La existencia de Dios
● Nombres de Dios
● Atributos de Dios
● Trinidad
● Creación
● Milagros
● Providencia
● Teodicea, el problema del mal
● La glorificación de Dios
La existencia de Dios

Es interesante ver que la Biblia no comienza queriéndonos dar un argumento racional


o convincente de la existencia de Dios, inmediatamente en Génesis 1:1 encontramos a
Dios como el Creador y primera causa de todo lo que existe. Ella presupone que Él
existe, y que Él existía antes del comienzo del tiempo y del espacio.

Como Palabra inspirada y confiable, lo que la Biblia pretende es revelarnos a Dios a


partir de lo que Él ha afirmado de sí mismo a través de sus inspirados escritores. Por
ejemplo, consideremos el siguiente verso:

De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe
creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.
(Hebreos 11:6 NTV)

La Palabra de Dios manifiesta claramente que todos los que pretendan tener una
relación con Dios, necesitarán tener fe para tener comunión con él, confiados que Él
existe, porque de hecho, Él existe. Dudar o rechazar la existencia de Dios, es una gran
necedad según la Biblia, como dice el libro de Salmos:

Sólo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones
son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno! Salmo 14:1 (NTV)

Una y otra vez la Biblia declara y atestigua la existencia de Dios en muchas de sus
líneas (Lee Salmo 90:2, Isaías 41: 4; Hechos 17: 24-25) y por ya tener claridad la
inspiración divina de las Escrituras, debería ser suficiente para nosotros dar por
verdaderas sus fieles palabras sobre la existencia de Dios.

Ahora, la Biblia no solo afirma la existencia de Dios, también declara que a Dios se le
puede conocer, no en un sentido exhaustivo (Absolutamente completo), sino en un
sentido aprehensivo (Aprender de Él a partir de lo que Él ha revelado de Sí mismo)
pues nos faltarían millones de eternidades para conocer por completo al Dios Eterno
que nunca ha tenido principio ni fin (Lee Jeremías 9: 23 -24; Juan 17:3)

Los nombres de Dios

Un nombre tiene el propósito de describir o simbolizar lo que una persona, animal o


cosa es y hace. En la Biblia, con mayor frecuencia en el A.T., el nombre de una persona
era muy importante porque su significado era lo que esa persona reflejaba, o lo que de
esa persona se esperaba (Génesis 30:8; 32: 27 - 28). Esta realidad era y es
especialmente importante para el pueblo de Dios, ya que los muchos nombres de Dios
que encontramos en las Escrituras revelan aspectos de quién Él es en sí mismo y su
relación con Su creación.
A continuación, presentamos algunos de los Nombres de Dios que encontramos a lo
largo de las Escrituras:

● YHVH / Yahvé / Jehová: Este es el nombre más común en el A.T. Aparece más
de 6.800 veces. Dios revela este nombre por primera vez en la zarza ardiente
con Moisés (Éxodo 3:13 - 15) prácticamente alude a la eterna e inmutable
naturaleza de Dios. De este nombre, surgen varios compuestos a lo largo de la
Escritura, estos son algunos de dichos nombres:
○ YHVH - Sabaot: Yahvé de los ejércitos (Sal. 24:10)
○ YHVH - Yiré: Yavhé proveerá (Gn. 22:14)
○ YHVH - rofé: Yavhé tu Sanador. (Éx. 15:26)
○ YHVH - roí: Yavhé es mí pastor (Sal 23:1)

● EL, ELOÁJ y ELOJÍM: Estos nombres señalan a Dios como el poder, fuerza y
potencia suprema. Cuándo se describe a Dios como el único y verdadero el se
utiliza con artículo determinado (Lee Génesis 31: 13; Salmos 68:20, Salmos
77:14) Elojim o Elohim es un plural de la raíz el. Es como un plural de
intensidad, lo cuál indica que el poder de Dios es tan elevado y grande que le
es apropiado un nombre plural. Este nombre es usado más de 2.000 veces en
la Escritura. Una versión literal de Génesis 1:1 a nuestro idioma diría: En un
principio creó ’Elohim los cielos y la tierra.

● El Shaddai: Significa el Todopoderoso, en alusión a su omnipotencia. Este


nombre aparece en textos como Génesis 17: 1, 28: 3-4, 43: 14 y 49: 25.

● Adon/ Adonai: Significa Mí Señor, o Señor. Cuándo se utiliza en relación con el


Dios verdadero, adquiere el significado de que posee soberanía suprema y
autoridad final sobre todo lo que existe.

Esta no es una lista exhaustiva, la intención con esto es que pueda el estudiante de la
Palabra indagar mucho más en la Escritura y encontrar los distintos nombres de Dios y
así conocer mucho más de Su autorrevelación por medio de ellos.

Atributos de Dios

Los atributos de Dios son sus características que distinguen su naturaleza y esencia,
algunos teólogos prefieren referirse a ellos como perfecciones de Dios, ya que con
ellos conocemos mucho más lo inmensamente elevado que está el Creador en
comparación con sus imperfectas criaturas. Las Escrituras es la fuente más segura
para identificar cuáles son dichos atributos.

Existen diversas maneras de categorizar los atributos o perfecciones de Dios, todos


ellas no logran captar y expresar con palabras suficientes la infinitud del Único Dios
Verdadero, pero tal vez la mejor de todas ellas es distinguirlos en comunicables e
incomunicables.

Los atributos incomunicables son aquellas características singulares de Dios,


propiamente de Él y que no comparte con ninguna otra criatura, por ejemplo, Su auto
existencia, su simplicidad, su inmensidad, mientras que los atributos comunicables,
son aquellos que Él ha transferido en parte a los seres humanos. La siguiente lista no
es exhaustiva, pero nos permite comprender dicha distinción entre los atributos que
son propios de la naturaleza de Dios y de aquellos que en Su condescendencia
comparte con sus criaturas.

ATRIBUTOS INCOMUNICABLES ATRIBUTOS COMUNICABLES

Independencia (Aseidad) Sabiduría

Inmutabilidad Verdad y Fidelidad

Infinidad Bondad

Eternidad Amor

Inmensidad y Omnipresencia Gracia

Unidad: Integridad Númerica Misericordia

Unidad: Simplicidad Paciencia

Omnisciencia Santidad

Omnipotencia Justicia

Perfección Celos

Trinidad

A medida de que vamos profundizando en la persona y carácter de Dios revelado en


las Escrituras, nos encontraremos con la compleja realidad de que Dios existe en tres
personas, pero que es Uno en esencia. Existe un credo antiguo conocido como el credo
de Atanasio, que coloca en palabras el misterio de la Trinidad hallado en la Escritura y
cómo debería ser la respuesta del creyente ante la incomprensibilidad de Dios. El
credo dice lo siguiente: Adoramos a un Dios en la Trinidad, y la Trinidad en Unidad; sin
confundir a las Personas y sin dividir la Sustancia.

Somos propensos a caer fácilmente en el error y en peligrosas herejías al intentar


ilustrar esta realidad a partir de nuestros pensamientos finitos y de la naturaleza
creada, pero podemos mirar las Escrituras y enfrentar dicha realidad a partir de cómo
ella misma presenta al Dios trino en sus líneas:
● Solo hay un Dios simple (Dt. 6:4; Mr. 12:29; Stg 2:19)
● El Dios único existe eternamente como tres personas (Mt. 3:16-17; Mt. 4:1; Jn.
1:18; 3: 16; 14:26; 16:13-15)
● Cada persona de la Trinidad posee toda la esencia de Dios (Gn 1: 1; He. 1:3;
Hch 5: 3-4)
● La Trinidad se encuentra en la Escritura con distinciones personales: Dios
Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo (Jn 3:35; Jn 5:25; 1° Cor. 3:16)

Creación

De todas las religiones del mundo, la doctrina de que Dios creó el universo, y no de
materia existente previamente, se encuentra solamente en el monoteísmo. La
creación de Dios se define como la obra de Dios que fue realizada mediante Su
Palabra y para Su gloria.

De la doctrina de la creación, encontramos una gran cantidad de versículos en la Biblia


que sugerimos al estudiante investigar a fondo, sin embargo, estas son algunas de las
principales afirmaciones de la Escritura al respecto:

● Dios creó el universo y el tiempo mismo: El universo tuvo un principio, que se


inició con el primer momento del tiempo (Gn. 1:1, Mt 19:4, Jn. 1:1-2; He.1:10)
Cómo Dios creó “en el principio” este principio implica también el tiempo, por
tanto, estos versos prueban que Dios existe fuera del tiempo.

● La creación se llevó a cabo en 6 días y salió de la nada: Génesis 1 nos revela


que el universo se creó en 6 días literales, y que fue creado a partir de la nada,
esto es, ex nihilo (Gn. 1:1; He. 11:3; Ap. 4:11)

● El universo es distinto de Dios y depende de Él: Por ser creación de Dios,


difiere de la naturaleza increada del Dios eterno, toda la creación tiene su
origen y fuente de subsistencia en Dios mismo (Job 12:10; Hch 17: 24-28; Col
1:16; He 1:3)

● El universo fue creado por Dios Trino: La Escritura revela a la Trinidad de


forma activa en la creación del universo (1 Co. 8:6; Jn 1:3; Gn. 1: 2; Job 26:13;
33:4)

● La creación fue hecha para glorificar a Dios: Dios creó todo el universo visible
e invisible, para manifestar Su Gloria (Is. 43:7; Ro. 11:36; Col. 1:16)

La creación, entonces, es la obra en la que Dios manifiesta su gloria, todo fue hecho
con el poderoso poder de Su Palabra, o cómo se conoce teológicamente, mediante fíat
(por decreto) divino, con el propósito de que la creación misma responda en alabanza
y gloria a Su creador (Gn. 1: 1 - 31; Ex 20: 11; Sal 33:6; He. 1:2)
Milagros

Tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo Testamento, hay varias palabras


que se utilizan para definir un milagro, como se observa en la siguiente tabla:

ANTIGUO TESTAMENTO NUEVO TESTAMENTO


(Palabras hebreas) (Palabras griegas)

Pelé: Maravilla Téras: Prodigio (Hch 2:22; He. 2:4)


(Ex. 15: 11; Sal 77:11)

Ot: Señal Semeíon: Señal (Jn 2:11)


(Ex. 4: 8-9; Dt 4:34)

Gueburá: Fuerza o poder Dúnamis: Poder o milagro (Sal. 144:4 en


(Sal. 145:4; 150:2) LXX)

Mofét: Prodigio, señal o portento Érgon: Obra (Jn. 15:24)


(Deut. 6:22; Neh 9:10)

A partir de todas las referencias bíblicas y los contextos en dónde Dios manifiesta su
poder milagroso, podemos entender entonces que un milagro es: Un acontecimiento
extraordinario llevado a cabo directamente por Dios, o por medio de un agente suyo,
que capta la atención inmediatamente de sus espectadores, que apunta a una realidad
más allá del acontecimiento mismo, y que solamente puede ser atribuida a Dios
mismo.

Los milagros despliegan la Soberanía de Dios sobre las leyes naturales que Él mismo
ha creado con el fin de manifestar Su gloria. Es de aclarar que presenciar o recibir un
milagro de parte de Dios, no es garantía de salvación o espiritualidad. Los Israelitas,
por ejemplo, cuándo salían de Egipto, presenciaron muchos milagros impresionantes,
pero en el desierto, cayeron en idolatría adorando un becerro de oro (Ex. 32) lo cuál
les condujo al exterminio. Así mismo, el ministerio de Jesús estuvo marcado por
grandes cantidades de milagros, pero solo pocos reconocían su necesidad del
Salvador (Lc. 17:11 - 19)

Providencia

El término providencia se refiere a la preservación de la creación por parte de Dios, su


obrar en cada uno de los acontecimientos del mundo y su control de todas las cosas y
seres que existen para llevarlas al fin que Él tiene designado para todas ellas.
La siguiente tabla presenta todo el alcance que nos muestra la Escritura sobre la
providencia de Dios.
PROVIDENCIA DE DIOS EN: VERSOS BÍBLICOS

El universo Sal 103: 19; Dn. 4:35; Ef. 1:11

La esfera física Job 37: 1 - 13; Sal. 104: 14

Los animales Sal. 104: 21 - 28; Mt. 6:26

Las naciones Job 12: 23; Sal 22: 28; Hch 17:26

La vida del hombre 1 S. 1: 19 - 20; Sal. 139: 16

Los éxitos y fracasos del hombre Sal 75: 5 -6; Lc 1:52

Cosas accidentales o sin importancia Prov 16:33; Mt 10:30

La protección de Su pueblo Sal 4:8; 5:12; 121:3; Romanos 8:28

La provisión para Su pueblo Gn 22:8 - 14; Dt. 8:3; Fil 4:19

La respuesta a las oraciones 1 S. 1: 9-19; 2 Cr. 33:13; Mt 7:7; Lc. 18:


7-8

El juicio de los impíos Sal 7: 12 -13; 11:6

Para los teólogos, existe una categoría dentro del tema de la providencia que los
teólogos han denominado como: Providencia general y providencia específica.

● Providencia general: Esta categoría hace referencia al control de Dios sobre el


universo en su conjunto (Sal 103:19; Dn. 2: 31 - 45)

● Providencia específica: llamada también como providencia especial, se refiere


al control de los detalles del universo, incluyendo la historia misma (Hch 2:23)
y la vida de las personas individuales, especialmente, en la vida de sus
escogidos (Ef. 1: 3-12)

Teodicea, el problema del mal

Para empezar, el término Teodicea puede ser algo confuso para algunos, pero
realmente está relacionado con el ámbito de la teología o filosofía, y se dedica a la
reivindicación de la bondad de Dios y su justicia a pesar de la existencia del mal.

Para muchas personas, un argumento para cuestionar la existencia de Dios es la


existencia del mal. El tipo de idea o pregunta que se plantean es algo como: Si Dios
existe, es bueno y todopoderoso ¿Por qué permite que exista el mal? Entiéndase como
mal, tanto el mal físico, como terremotos, enfermedades, el dolor la muerte, cómo el
mal moral, el pecado.
En realidad, La Biblia plantea una verdad que deja en poco dicho argumento, al
permitirnos conocer un Dios Soberano, que no solamente es justo, recto, perfecto y
bueno, sino que también, está por encima del mal y sus efectos. El Dios de la Biblia no
se amedrenta ante la maldad, sea que venga de seres humanos o de espíritus
malignos, por el contrario, dicho mal sirve de instrumento en Sus manos para llevar a
cabo sus propósitos muchísimo más elevados (Gn. 50: 20/ Hch. 2:22-24)

En las Escrituras, no encontraremos respuestas a cada situación que percibamos como


mala o negativa, pero sí nos otorga un panorama general que nos sirve de base para
poder interpretar cómo este Dios Soberano y Sabio utiliza el mal para favorecer sus
propósitos. Leamos las siguientes afirmaciones a la luz de los siguiente pasajes
bíblicos:

DIOS USA EL MAL PARA VERSÍCULO BÍBLICO

Exhibir Su gracia y justicia Ro 3: 26, 5:8; 20-21; 9:17

Juzgar el mal en el presente y en el Mt. 23: 25 - 36; Jn 5:14


futuro

Redimir a través de los sufrimientos de 1 P 3:13- 18


Cristo

Expandir el evangelio por medio del Col. 1: 24; Fil 1: 12 - 14


sufrimiento del Pueblo de Cristo

Impresionar así a los incrédulos Lc. 13: 1 - 5

Disciplinar a los creyentes He. 12: 3 - 13

Reivindicar a Dios Ro. 3: 26

Los creyentes pueden estar seguros que Dios es Justo y Santo, y cuándo permite el
mal, no deberíamos dudar de Su bondad, por muy natural que sea a nuestro juicio
humano. La Biblia nos muestra un panorama de cómo interpretar saludablemente el
concepto del mal, sin embargo, nos apunta a una gloria futura, en dónde todo lo
corrupto y pecaminoso será eliminado por completo, y las creación disfrutará de la
total libertad del mal en una consumada y perfecta glorificación (Ro. 8: 18 -25)

La glorificación de Dios

Un tema dominante en la Escritura es la gloria de Dios. Esta palabra aparece más de


400 veces en toda la Escritura, y títulos como El Señor de gloria (1 Co. 2:8), La
majestuosa gloria (2 P. 1:17) El Rey de gloria (Sal. 24:7 -10) y El glorioso Espíritu de
Dios (1 P. 4:14) respaldan esta noción.
Todo lo que Dios ha hecho, desde la creación del primer átomo como la salvación
eterna de los hombres (Ef. 3: 3 - 14), la Escritura proclama que ha sido para que Su
gloria sea manifestada, y como creación de Dios, es completamente justo que la
creación responda al propósito para que fue creada: Darle gloria a Dios (Sal 19: 1; Is.
6: 3) La pregunta es, ¿cómo los seres humanos glorifican a Dios? He aquí algunas de
las tantas maneras en cómo la Biblia despliega esta verdad:

● Vivir con propósito (1. Co. 10:31)


● Confesión de pecados (Jos. 7: 19)
● Vivir de forma pura (1. Co. 6: 18-20)
● Alabar a Dios (Sal. 71:8)
● Sufrir por amor de Cristo (1 P. 4: 15 - 16)
● Proclamando la Palabra de Dios (2 Ts. 3:1)
● Sirviendo al pueblo de Dios (1 P. 4: 10 - 11)
● Brillar con la luz de Cristo (Mt. 5: 16)
● Difundir el evangelio de Dios (Hch. 13:48)

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