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Contingencia, Ironía y solidaridad-Richard Rorty

La primera parte del libro nos acerca a pensar sobre el sentido de lo humano,
sobre lo que nos es común y nos identifica, haciendo una revisión entorno a
pensar un proyecto, un utopismo liberal. El autor nos va a hablar de una
tensión entre lo privado y lo público reflejada en dos posturas; la de aquellos
que abogan por la realización del hombre en un plano desde lo individual y
otros que ofrecen propuestas desde la comunicación y la solidaridad.

El problema en gran medida va a estar planteado en cuanto se ha construir


una propuesta liberal, enmarcada en un nuevo lenguaje, en un nuevo léxico,
formado, construido a través de nuevas metáforas que los hombres crean a
partir de un tiempo y espacio determinados, es decir la verdad se plantea
como una contingencia, la realidad como algo por construir a partir del nuevo
lenguaje que debe romper para el autor con la concepción clásica del
lenguaje y del discurso que se articula como la mediación entre el mundo y el
yo, es decir como el instrumento capaz de asir la realidad, desontologizar si
se quiere la palabra que ya no va a ser desde esta mirada la casa del ser, el
sustrato de lo real sino que va a ser parte de una contingencia, de una
construcción en que los hombres deben revaluar toda verdad y todo
paradigma.

Esta mirada deconstructiva de Rorty intenta plantear que si se da un cambio


de lenguaje y unas practicas sociales pues también se crearan hombres
nuevos. Se intenta excluir la idea de que hay una naturaleza intrínseca
determinante mas bien se propone que hay una contingencia del lenguaje,
que la propuesta debe ser desde los hombres y para los hombres de un aquí
y ahora de enunciación.”Debemos renunciar a la idea que existe una
estructura definida, poseída en común que los usuarios de un lenguaje
dominan y después aplican a situaciones… debemos renunciar al intento de
aclarar el modo en que nos comunicamos recurriendo a convenciones” 1

La propuesta apunta a mirar el lenguaje y la cultura como tal, como resultado


de muchas mutaciones, no se hasta que punto podríamos hablar de una
evolución de las metáforas y del lenguaje.

Hablando de la contingencia del yo Rorty nos acerca a un concepto


importante en su análisis. La marca ciega describe en gran manera su
mirada: “Esa marca no sería ciega, porque no sería cosa de azar, de mera
contingencia, sería necesaria, esencial, final, constitutiva de lo que es el ser
humano, nos proporcionaría una meta, la única meta posible, a saber, el
pleno reconocimiento de la propia necesidad, la autoconsciencia de nuestra
esencia”. Para Rorty sería lo que cuenta como posible, como importante, lo
que nos hace ser lo que somos.

Es como si miráramos en términos de Zolá el concepto de Grieta desde su


literatura. Esta: “Se contenta con avanzar en silencio, seguir las líneas de

1 Pág. 35.
menor resistencia, siempre oblicua, presta a cambiar de dirección, variando
su tela, perpetuamente herencia del otro”2.

Esta mirada de Rorty se halla en el límite entre lo sutil y lo pragmático. Sutil


en cuanto no excluye la herencia del lenguaje, de las metáforas y el sentido
que nos pueden brindar los ironistas, los poetas, los filósofos: “Crear la mente
de uno es crear el lenguaje de uno, antes que dejar que la extensión de la
mente de uno sea ocupada por el lenguaje que otros seres humanos han
legado”. Pragmático en cuanto apuntamos a una mirada azarosa y
contingente, fruto esta de cierto vaciamiento de sentido, de finalidad sin
embargo rica y vital en cuanto mira la verdad, la realidad, no como un telos
sino como una construcción de la cual el resultado no se sabe, pero que al fin
y el cabo es nuestra construcción desde unas ideas, desde un liberalismo
democrático que a veces es pretencioso al querer hacer una tabula rasa de
muchas cosas que en la práctica no podemos desprendernos. Ese
desplazamiento de Rorty desde la epistemología hacia la política me parece
a mi personalmente tal vez difícil de asumir y compartir en cuanto como diría
Platón y en eso me acuso de idealista nos deberían gobernar los poetas y los
filósofos.

2 Deleuze Guilles, Lógica del sentido; Zola y la Grieta.

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