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edificacion-en-la-salud/

¿Qué papel juega la sostenibilidad de la


edificación en la salud?
Graciela Arosemena Díaz
29 may 2023 - 12:00 AM

Debido a las constantes crisis ambientales y los retos asociados al cambio


climático, la salud del ambiente y la salud de las personas están en juego. Uno
de los aspectos de mayor relevancia para mejorar estas problemáticas, es la
sostenibiliad de la edificación.

Así, las medidas de edificación sostenible orientadas a una reducción sistémica


de los impactos ambientales no son un lujo, son una necesidad urgente. Hasta
el momento, la industria de la construcción erróneamente se ha apoyado en
un consumo ilimitado de recursos naturales, ignorando que la naturaleza es
un sistema finito. Solo un ejemplo demostrativo por poner en contexto, el
sector de la construcción es uno de los mayores explotadores de recursos no
renovables, que según el World Watch Institute, al año consume 40% del uso
mundial de las piedras brutas, grava y arena, y 25% de madera. Además, el
continuo incremento de contaminantes al aire, al suelo y al agua procedente
de la industria de la construcción, restan calidad de vida a los ciudadanos.

Recientemente en Panamá fue aprobado el Reglamento de Edificación


Sostenible, cuya intención, es establecer los requisitos mínimos “para la
reducción del impacto que las edificaciones tienen en el ambiente”. El enfoque
del reglamento es reducir los impactos de la edificación a través de la
eficiencia energética, la gestión de los residuos sólidos en el edificio y
mediante medidas de ahorro del consumo del agua.

Es decir, el reglamento se centra únicamente en la etapa de la vida útil del


edificio, y olvida que la mayor parte de los impactos ambientales de las
edificaciones no se perciben en las ciudades y están asociados a la explotación
de recursos naturales, redes de transporte y fabricación de productos que
acaban repercutiendo en la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la
contaminación, que ponen en riesgo la vida humana.

Es por ello por lo que debe introducirse en el reglamento el concepto


sistémico de la sostenibilidad, que implica la reducción de la necesidad de
explotar los recursos que requiere una edificación en todas sus etapas de vida,
incluyendo los materiales que se requieren para la obra en sí. Ello implica
replantear desde cero la manera en que se diseñan y construyen las
edificaciones, a través de la introducción de criterios sostenibles desde la
selección de materiales de construcción.

De forma tal que se utilicen materiales que sean desmontables en el momento


de la demolición para ser reutilizados o reciclados en un nuevo edificio, una
estrategia que reduce la generación de residuos y reduce la necesidad de
explotación de nuevos recursos naturales.

Por otro lado, dados los crecientes riesgos de inseguridad hídrica,


particularmente ante la crisis climática, y el fenómeno de El Niño, obligan a
cambiar el rumbo de la gestión del agua. Con ese fin las edificaciones
requieren incorporar no solo dispositivos de ahorro del agua, sino sistemas
que reduzcan la dependencia de embalses que impactan y ponen en riesgo la
vida en otros territorios, a través de sistemas de captación y almacenaje de
agua lluvia en los edificios, o sistemas de reutilización de aguas grises.

Por último, el propio reglamento indica que las edificaciones deben alcanzar
un confort térmico que evite condiciones adversas a la salud, tales como
golpes de calor, infartos entre otros. Debido a ello, el reglamento plantea la
necesidad de reducir la isla de calor urbano alrededor de las edificaciones.

Esta condición es fundamental para reducir el disconfort térmico dentro de las


edificaciones, y para reducir el consumo energético asociado al aire
acondicionado. Sin embargo, el reglamento no recomienda ninguna estrategia
para controlarlo, a pesar de que la isla de calor va a empeorar debido al efecto
del cambio climático. Según el Climate Impact Lab, la ciudad de Panamá
pasará de 9 días al año con temperaturas mayores de 32°C durante los años
setenta, a más de 73 días en el año 2050.
Las características urbanas que promueven la isla de calor las podemos
encontrar casi en cualquier lugar de la ciudad de Panamá, son la tipología
urbana compacta, incluso de baja densidad de población, y la poca presencia
de vegetación.

Sin la introducción generosa de espacios verdes y de una estrategia de


arborización que bloquee la radiación solar, difícilmente la ciudad de Panamá
podrá adaptarse al cambio climático. Y quienes van a sufrir mayores efectos
en la salud asociados a altas temperaturas, son los sectores de población
menos favorecidos que suelen vivir en las áreas peor urbanizadas desde un
punto de vista térmico.

Ante todos estos retos, la necesidad de refundar el ejercicio de la arquitectura


y el urbanismo es evidente. Y no basta con introducir artilugios de ahorro o
eficiencia en el consumo, debería aplicarse la sosteniblidad desde una visión
ecosistémica para que la salud del ambiente y de las personas sea
garantizado.

La autora es doctora en Arquitectura y Ambiente e investigadora de CIEPS

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