Había una vez un pequeño pueblo en medio de un bosque misterioso y

encantado. Este lugar era conocido por sus leyendas sobre portales mágicos que
llevaban a diferentes mundos y épocas. Los ancianos del pueblo hablaban sobre
cómo los portales aparecían y desaparecían, dejando solo recuerdos borrosos de
sus ubicaciones.

Un día, dos amigos curiosos, Lucas y Emma, decidieron explorar el bosque en

busca de uno de estos portales legendarios. Armados con una brújula y una vieja
guía de viajes, se adentraron en la espesura del bosque. Después de horas de
caminar, finalmente encontraron una extraña piedra con símbolos antiguos
tallados en ella.

Emocionados, ambos amigos tocaron la piedra simultáneamente, y un destello de

luz brillante los envolvió. Cuando recobraron la vista, se encontraron en una
ciudad futurista con autos voladores y rascacielos gigantes. Habían cruzado un
portal hacia el futuro.

A medida que exploraban la ciudad, descubrieron cómo las personas vivían en

armonía con la tecnología y la naturaleza. Aunque se sentían asombrados por
este mundo futurista, también anhelaban volver a casa.

Tras buscar más pistas, encontraron otro portal que los llevó a un antiguo reino
lleno de caballeros y dragones. Esta vez, estaban en el pasado. La valentía de los
caballeros y la majestuosidad de los dragones los dejaron fascinados, pero
nuevamente, sentían nostalgia por su hogar.