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En el año 2018 hice un post sobre progresivos en el que abordaba las posibles causas de las
inadaptaciones y las soluciones que debíamos adoptar en cada caso. Se trataba de un post
algo largo (como suele ser costumbre por aquí) y algo denso para el público en general.
El post servirá mucho a los profesionales de la visión, aunque también será de utilidad al
público profano, pues comprenderá mejor la posibilidad de mejorar los lentes con pequeños
ajustes y la complicidad de adaptar unas lentes muy evolucionadas. ¿Os interesa informaros
un poco más?
Teniendo en cuenta estos factores (más otros como los lentes anteriores del paciente) el
optometrista elegirá la mejor opción de PSV que compensen la visión a sus pacientes. El
problema reside en que no siempre los pacientes llegan a las ópticas pidiendo
asesoramiento, sino exigiendo una oferta puntual que, en la mayor parte de los casos, no
cubrirá sus necesidades visuales.
Por tanto, primera norma para evitar inadaptaciones: dejarse aconsejar por los optometristas
en la elección del lente PSV.
Un aspecto importante a la hora de recomendar lentes PSV es fijarnos en los PSV que
utilizan nuestros pacientes. Seguir con el mismo fabricante o longitudes de pasillo son
buenas costumbres que van a evitarnos muchos sustos posteriores.
Para ello, todos los lentes PSV poseen unas marcas tamponadas con láser en los lentes que
permiten averiguar todos los datos importantes.
Aunque en la elección de montura priman los motivos estéticos, siempre debe existir un
compromiso con las necesidades ópticas de los lentes PSV.
Una distancia pupila-aro superior montura con 10mm mínimo para lograr un buen campo
de lejos.
Correcta altura de montaje del PSV respetando los consejos de cada fabricante, pues de
lo contrario habrá problemas de campo visual.
No confundir altura de montaje con progresión de pasillo, novatada típica de los ópticos
poco acostumbrados al manejo de PSV.
De igual modo, conocer la montura anterior es también muy importante. Por ejemplo, las
monturas de pasta suelen quedar muy cerca de la cara y, por ello, se habitúa a colocar
pasillos cortos. Si el paciente opta por una gafa metálica, más separada de la cara por las
plaquetas, deberemos advertir de los cambios que notará por tener mayor separación y
ajustar pasillo y parámetros faciales para lograr compensar esa diferencia.
¿Cuáles son los parámetros faciales óptimos de los progresivos?
Muchos profesionales se preguntan cuáles son los parámetros ópticos más adecuados a la
hora de realizar unas lentes PSV cuando se elige una montura. En la siguiente imagen se
muestran los parámetros en los que cualquier lente progresiva funciona de la mejor manera.
Como podemos
comprobar, tanto el
ángulo de galbe como
el pantoscópico suele
ser el clásico de la gran
parte de las monturas.
Ahora bien, la
distancia de vértice (la separación ojo-lente) está adaptada para las monturas de metal, por
lo que personalizar este valor en monturas de pasta resultará muy beneficioso para el campo
visual.
A continuación vamos a describir por medio de diferentes imágenes los problemas que
pueden aparecer según el error que pueda existir a la hora de adaptar unos lentes PSV. De
esta forma tendremos una sencilla guía para resolver problemas según las quejas de los
pacientes.
La solución que adoptará el paciente de manera instintiva será bajar la barbilla para ver la
parte superior de la lente, intentando ver por el borde superior de la montura. También se
quejará de campos estrechos en cerca.
Ahora bien, tampoco podemos quedarnos muy cortos en nuestra prescripción. En caso
de colocar menor positivo del necesario, o lo que es lo mismo, infracorregir con un exceso
de negativo, el paciente remitirá cansancio ocular (por la necesidad de acomodar para ver
bien de lejos) y dificultades para ver nítido de cerca por tener una adición insuficiente
(recordar que en hipermétropes el valor de lejos se suma a la adición).
Por el contrario, si estamos ante un miope y le pusimos más negativo del necesario le
estamos obligando a acomodar en lejos. Se quejará de fatiga visual: dolor de cabeza,
cansancio… Y en cerca notará que la adición es insuficiente.
En caso de colocarle menor negativo del necesario los síntomas serán de mala visión de
lejos principalmente, aunque esto no suele pasar por la tendencia innata del miope a pedir
más graduación en gabinete.
Una mayor inclinación de la necesaria provocará quejas en la visión lejana con disminución
de campo de lejos, sensación de balanceo y zona de cerca más baja.
La distancia de vértice, como vimos antes, es la distancia existente entre el ojo del paciente
y la parte posterior de la lente.
Si esta distancia es mayor a los 12-14mm se percibirán los campos estrechos. Afecta a
todos los campos, aunque en cerca se magnifica cuanta mayor es la adición. Igualmente, al
modificarse esta distancia se percibirán cambios en la percepción de las potencias. Por ello
es importante no variar mucho esta distancia de un PSV a otro o personalizar el parámetro
si existe un cambio evidente.
Colocar los centros de manera adecuada es una de las cosas más importantes a la hora de
adaptar unos lentes PSV. Para ello debemos tomar correctamente tanto las distancias
nasopupilares como las alturas. Las primeras se suelen tomar con una regla o un
pupilómetro y es adecuado tomar las de cada ojo por separado, respetando las asimetrías
faciales. Las alturas también se suelen medir con una regla, indicando al paciente que mire
a una distancia lejana de manera habitual y tomando la medida.
Si tenemos una altura excesiva el paciente bajará la barbilla para ver de lejos, intentando
enfocar por la zona superior de la montura. Efectos similares a la hipercorrección de
hipermetropía.
Con una altura insuficiente el paciente se quejará de la zona de cerca, porque le costará leer
y tendrá que subir la cabeza para leer.
Con alturas diferentes creamos efectos prismáticos y nos cargamos el equilibrio binocular:
sensación de mareo e incomodidad general.
No debemos igualar alturas en ambos ojos si el paciente tiene alturas diferentes, pues
estaríamos creando el mismo efecto. Debemos respetar la asimetría pupilar del paciente y
montar las cruces de montaje según nos demanden los ojos. Las cruces siempre en pupila.
Con nasopupilares desplazados en los dos ojos en el mismo sentido el paciente girará la
cabeza hacia un lado para ver bien y encontrar puntos de visión adecuados.
Con nasopupilares con centros en sentido contrario se quejará de mal campo visión en cerca
e intermedia.
En este punto me gustaría hacer un inciso sobre personas con visión monocular, es decir,
personas que tienen una anisometropía muy fuerte que no les permite fusionar o personas
que sólo ven por un ojo. La manera de abordar estos casos es diferente.
Como sabemos, cuando enfocamos algo cerca, nuestros ojos realizan un cambio
acomodativo y de convergencia, pues juntamos los ojos al leer a distancias cortas. Ese
poder de convergencia puede que no se desarrollara si la ceguera de un ojo es de
nacimiento o esté disminuida si la condición ya existe desde hace muchos años.
En los casos de ceguera de nacimiento, no existe un desarrollo normal de la convergencia.
Por ello, a la hora de pedir un PSV debemos tener en cuenta pedir con el valor Inset 0mm.
Con ello hacemos que en cerca esté cómodo, pues su posición habitual de lectura es
enfrentarse el papel o el móvil a su único ojo. El ojo baja recto al no tener convergencia.
Para los casos de ceguera adquirida hace varios años el paciente habrá perdido su poder de
convergencia sólo en parte, por lo que deberíamos medir la convergencia que tiene y luego
personalizar el inset. Para medirlo a mano se utiliza el interpupilómetro y se miden las DNP
de lejos y de cerca. La diferencia entre ambas medidas es el valor que debemos dar al inset.
Por ejemplo: si tenemos DNPL 30 y DNPC 29 pediríamos un inset de 1 mm.
Y para acabar un error común debido a dos sistemas de medición y pedido de lentes. Los
fabricantes siempre biselan sus lentes por medio del sistema boxing, el cual considera la
altura entre la pupila y la línea más baja que corta la lente por la parte inferior.
En cambio, los ópticos solemos medir las alturas de los progresivos con el sistema datum,
entre la pupila y el borde inferior de la lente.
¡¡¡¡¡¡Hasta la próxima!!!!!