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Lunes 13 de Marzo de 2023

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO


FACULTAD DE PSICOLOGÍA
ÁREA BÁSICA
Campus SJR
Materia: Introducción al psicoanálisis II.
Nombre del docente: María Guadalupe Reynoso Nieto.
Estudiante: Raldan Ruben Castillo Monroy.
Psicología de las masas y análisis del yo (1921). Cap. IV,V Y VI
¿Qué es lo que quiero aprender?
Los títulos de los capítulos nos deja un poco en claro sobre que trataran los temas
(Sugestión y libido, Dos masas artificiales: Iglesia y ejército; y otras tareas y
orientaciones de trabajo). Con esto, tengo las siguientes cuestiones: ¿Qué relación
tiene la sugestión y la libido, con todo, de qué forma describe a ambos? ¿Qué es
una masa artificia y porque pone de relieve a la religión y al ejercito? ¿A qué
orientaciones se refiere Freud respecto al teman que nos concierne? No pensé que
Freud abordará de manera tan inmensa un tema que podría denominarle:
sociológico.
¿Qué fue lo que aprendí?

En los anteriores capítulos, habíamos mencionado que en las masas es donde se


origina la afectividad y la inhibición del pensamiento, lo que nos lleva a la siguiente
cuestión ¿De qué manera cedemos ante tales efectos? Sabemos bien, que la
afectividad es una especie de goce irresistible para cualquier ser humano, pero
¿Qué hay de la inteligencia? Pongo sobre la mesa que por lo menos todos, en algún
momento de nuestras vidas cedimos contra nuestra supuesta voluntad a la masa, y
dejamos de lado nuestro intelecto [sostengo que cada uno puede ser consciente de
esto]. Las masas nos empuja a ejercer actos que nosotros solos ni haríamos en
nuestros sueños –por así decirlo--. Por lo que vengo a manifestar que ya somos
conscientes de lo que nos puede suceder en una masa, tomando de base esto,
formuló nuevamente mi pregunta ¿Por qué cedemos ante tales efectos y ante la
masa? Sugestión –nos dice Freud-; de buenas a primeras tomó la idea de Le bon:
Todo lo extraño de los fenómenos sociales es reconducido a dos factores: A la
sugestión recíproca y al prestigio del conductor. No vayamos tan lejos, y
empecemos por la sugestión (también denominada imitación). Freud asegura que
por medio de esta, la masa nos fuerza a obedecer la tendencia imitativa, a la par,
nos induce el afecto. Recordemos que la sugestión se trata de una influencia
psíquica, que se produce entre sujetos. Es entonces cuando la palabra toma una
gran importancia, puesto que en primer lugar, es capaz de designar un influjo
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cualquiera. Antes de seguir abordando esto, quisiera seguir sintetizando la


respuesta que nos otorga Freud; se hace mención del amor, que tiene como meta
la unión sexual, con esto, deja en claro que los vínculos de amor son los que
constituyen también la esencia de las masas. Y es que pensémoslo bien, sin amor
no hay masa alguna. Así es como Freud termina este apartado sosteniendo que el
sujeto resigna su individualidad en la masa dejándose sugerir por los otros, actúa
en favor de ellos por su amor a los mismos (por amor de ellos). No obstante,
considero que la respuesta que da Freud es un tanto ambigua, estoy de acuerdo
que la palabra y el amor son la causa de la masa, pero no explica más al respecto,
por lo cual, me gustaría abonar más a estos dos apartados comenzando por la
palabra, como bien dijo Lacan Toda palabra llama a una respuesta. La palabra es
un acto de demanda al otro, recordemos que como buenos individuos que somos,
no podemos avanzar por nuestra propia cuenta, ni siquiera el más erudito lo logra,
y si lo hace, desarrolla síntomas delirantes (Caso de Nietzsche). Desde que
nacemos aprendemos a demandar mediante el llanto, ese llanto se sustituye más
tarde por la palabra y por el discurso, ambos exponen cuán necesitados estamos.
Ahora comprendo la metáfora que hacía Lacan respecto a porqué los planetas no
hablan. Esa es la causa de la sugestión, de la influencia que es ejercida sobre
nosotros y que más tarde ejerceremos sobre el otro. Abonando a lo descrito, tal y
como mencionó Lacan: Tras lo que dice un discurso, está lo que él quiere decir, y
tras lo que quiere decir está otro querer decir, y esto nunca terminará a menos que
lleguemos a sostener que la palabra tiene una función creadora, y que es ella la que
hace surgir la cosa misma, que no es más que el concepto.

Sospecho que somos un concepto, ya estamos definidos desde que nacemos, la


buena noticia es que podemos cambiar dicho concepto. Concluyendo, nos han
enseñado la forma de amar: Te amaré si te acatas a mí, dice la Ley, misma ley que
toma forma de padre o madre, y que posteriormente, pasa a ser la figura que
representa al jefe de la masa.

Así es como entramos al siguiente apartado: La iglesia y el ejército son masas


artificiales con alta organización, protegiéndose de su disolución mediante cierta
compulsión externa. Vayamos a lo interesante ¿Qué características podemos
encontrar en estas masas? Pues que hay un jefe –Llámense Cristo o general del
ejército- que “ama por igual a todos los individuos de la masa. Esta es la ilusión que
conforma y mantiene a la masa, sin ella, se descompone, es para los sujetos un
sustituto de padre, he aquí la razón por la cual siempre seguimos a alguien, como
guinda del pastel, es por ello que el amor es esencial en la masa, aunque, más que
amor se trata de un vínculo con el otro. Así como el padre, dichas masa pone límites,
con lo cual, me quedo con una pregunta respecto a este apartado ¿Seguimos al
sustituto del padre por nuestras carencias de parte de este, o porque seguimos
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sujetados a dicho padre; más inquietante aún, dependerá de la vivencia de cada


sujeto para determinar este seguimiento? Con todo, presiento que Freud se quedó
corto con tan solo mencionar estas dos más artificiales, puesto que todos los grupos
resguardan un ideal, existen varios, ya sean para un “bien o para un mal”: El estado,
las instituciones, las organizaciones, los grupos sociales, la familia, etc. En
definitiva, el padre sustituto puede encontrarse en cualquier masa, no solamente en
dos obligatoriamente.

Para finalizar, mencionemos, pues otras peculiaridades de las masas:

· No soportamos una aproximación demasiada íntima de los otros (Tal y como


lo expone Schopenhauer con su ejemplo de los puercoespines)

· Casi toda relación afectiva íntima y prolongada entre dos personas contiene
un sedimento de sentimientos de desautorización y de hostilidad que sólo en
virtud de la represión no es percibido. De groso modo, la hostilidad puede ser
puntada hacia quienes amamos, a esto se le llama “sentimiento de
ambivalencia”

· Las repulsión hacía extraños con quien se tiene un trato, es manifestación


de narcisismo, que aspira a la autoconservación del sujeto, empero, según
Freud esta intolerancia desaparece ya sea parcialmente o de forma
duradera, esto, por la formación de la masa. Mientras perdura, los individuos
se comportan como si fuesen homogéneos, toleran al otro; se consideran
como su igual y no siente repulsión alguna hacía él. El gran ideal nos
convierte en amigos…hasta cierto punto suena humillante e hipócrita, así es
el humano, y así deberíamos de aceptarlo.

· El amor por sí mismo no encuentra más barrera que el amor por lo ajeno.
(Tocaría más al respecto, pero hay un capítulo que abarca eso)

· Las masas desvían las metas sexuales, son desplazadas a lo que se nombra
“grados de enamoramiento”

Freud, S. (1921) Sugestión y libido. J. Strachey (Ed.). En Obras completas, Más allá del

principio de placer, La psicología de las masas y el análisis del yo, Tomo XVIII

(pp.84-88). Amorrortu editores


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Freud, S. (1921). Dos masas artificiales: Iglesia y ejército. J. Strachey (Ed.). En Obras

completas, Más allá del principio de placer, La psicología de las masas y el análisis

del yo, Tomo XVIII (pp. 89-94). Amorrortu editores

Freud, S. (1921). Obras tareas y orientaciones de trabajo. J. Strachey (Ed.). En Obras

completas, Más allá del principio de placer, La psicología de las masas y el análisis

del yo, Tomo XVIII (pp. 95-98). Amorrortu editores

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