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REZAGO NIVEL 5

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Comenzado: 20 de mayo en 1:56

Instrucciones del examen


Estimados y estimadas estudiantes:

El siguiente instrumento tiene el objetivo de medir la calidad de los aprendizajes de los estudiantes de
1°medio en la asignatura de Lengua y Literatura, desarrollados en la plataforma online CANVAS.
Las preguntas se distribuirán en tres grupos según las habilidades de: conocimiento, aplicación y
comprensión lectora, teniendo en total 40 preguntas y puntaje total de 40 puntos.
Pon mucha atención en cada pregunta y escoge sólo una alternativa para tu respuesta.

OBJETIVOS:

-Conocer el origen y contexto de producción del teatro isabelino, así como sus principios.

-Conocer e identificar conceptos fundamentales de la obra de William Shakespeare. 

¡Éxito!

Pregunta 1 1 pts

¿Cuáles son algunas características del contexto de producción del teatro isabelino? 

Mecenas que ayudaba al artista a crear su obra

Términos de conflictos

Equilibrio político y promoción del arte a través del mecenazgo

Auge político
Pregunta 2 1 pts

¿Qué teatros pertenecen al período isabelino? 

Parodo

Skene

The Swan

Anfiteatro

Pregunta 3 1 pts

¿Cuáles son los tipos de tragedia en el teatro isabelino? 

Asesinato secreto y vengador

Fantasmal y de venganza

De venganza y tragicómico

De intriga y caída final

Pregunta 4 1 pts

"Tensión existente entre dos fuerzas en pugna" 

La definición anterior corresponde a: 

Tragedia

Drama
Conflicto

Clímax

Pregunta 5 1 pts

"Es la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos, ya sean
contemporáneos o anteriores. El conjunto de textos con los que se vincula
explícita o implícitamente un texto constituye un tipo especial de contexto, que
influye tanto en la producción como en la comprensión del discurso."

La definición anterior corresponde a: 

Lenguaje paraverbal

Lenguaje verbal

Intertextualidad

Lenguaje no verbal

Pregunta 6 1 pts

Los símbolos e íconos ¿a qué lenguaje corresponde? 

Lenguaje paraverbal

Lenguaje no verbal

Lenguaje verbal

Lenguaje proxémico
Pregunta 7 1 pts

"Plataforma cuadrada situada ante un muro con dos puertas que carecía de
telón. Allí tiene lugar la casi totalidad de la acción dramática"

¿A qué elemento corresponde la definición anterior? 

Plataforma

Iluminación

Sonido

Escenario

Pregunta 8 1 pts

¿Cuáles son los tipos de conflictos existentes en el teatro isabelino?

I) Contra otro individuo 

II) Contra sí mismo 

III) Contra la naturaleza

IV) Contra la sociedad 

II, III y IV

I y II

I, II, III y IV

I, II y III
Pregunta 9 1 pts

"JULIETA.—Lo pensaré, si es que el ver predispone a amar. Pero el dardo de mis


ojos sólo tendrá la fuerza que le preste la obediencia. "

Considerando el contexto histórico, ¿Qué estereotipo de la mujer está presente en el


fragmento señalado?

Obediencia a sus propios deseos para casarse.

Obediencia a los padres para elegir marido.

La libertad de elección en cuanto al matrimonio.

Importancia de la elección personal en el matrimonio.

Pregunta 10 1 pts

XL

El colectivero le pregunta si paga los dos pasajes. La señora de la tienda le dice


que allí no trabajan tallas especiales. Otra vendedora la consuela indicando que el
vestido al que le reventó las costuras es horma chica, que así es la ropa china
ahora. Se le irritan los muslos al caminar. Tiene ganas de llorar, pero aguanta el
nudo en la garganta apretada. Se compra una sopaipilla en una esquina de la
Alameda. Mira hacia arriba, donde le sonríe una modelo de la campaña
Extralindas, mientras se pregunta por qué en esta ciudad inmensa su cuerpo no
cabe.

Astrid Novoa Bravo, 31 años, Santiago.


Fuente: Concurso Santiago en 100 palabras (2018) 

 
Luego de leído el microcuento, responde: ¿Cuál es el estereotipo que quiere
representar fuertemente la autora del microcuento?

La fuerte discriminación a la gordura.

La sensación de agobio que genera la ciudad.

Los aciertos que tienen algunos vendedores.

La venta de comida típica en las calles de Santiago.

Pregunta 11 1 pts

La hormiguita republicana

La hormiguita era revoltosa. Siempre cuestionó todo, nunca se quedó tranquila ni


callada frente a nada. Tal era su rebeldía que comenzó a cuestionar a la reina.
Según ella, las monarquías no debiesen existir. Armó un grupito con otras hormigas
descontentas, derrocaron el reinado y establecieron la república. No exiliaron a la
reina: la adaptaron para que trabajara igual que las demás hormigas. En las
elecciones salió electa presidenta la antigua reina. Esta contrató a la hormiguita
rebelde para que la asesorara en temas de seguridad. La hormiguita revoltosa ahora
tiene un buen trabajo. Se siente contenta con la república.

Giovanni Sáez Moreno, 24 años, Puente Alto

Fuente: Concurso Santiago en 100 palabras (2018)

¿Qué estereotipo quiere cuestionar el autor del texto?

El trabajo sistemático que la sociedad realiza como las hormigas.

Las maneras de realizar exilios en las rebeliones sociales.

El concepto de felicidad que se ampara en los gobiernos rebeldes.


La forma de estructurar los estamentos sociales, que son engañosos.

Pregunta 12 1 pts

El loco.

Dejó atrás todo, y ahora hace esculturas extrañas que vende a turistas despistados,
y aprende trucos de magia que jamás muestra a nadie. Cree tener cosas que contar,
reflexiones nunca dichas, nunca escritas, pero nadie quiere oírlo, ni a él le gusta
hablar con gente. Antes, cuando era contable, cada día se parecía a otro día, y
soñaba con vivir así, pero sin latas de comida y sin frío. Ahora es libre, o algo
parecido, y no tiene que explicarse ante nadie, y come cuando quiere y hace lo que
quiere. Pero, incluso ahora, cada día es igual al anterior.

Cebrián, Jordi. El loco. Recuperado el 17 de enero de 2020 del sitio web: Narrativa
Breve. https://narrativabreve.com/2016/01/microrrelato-jordi-cebrian-loco.html

¿Qué desea cuestionar el autor del texto?

El concepto de locura

La gente que se margina de la ciudad

La vida moderna

La forma de vivir de los artistas

Pregunta 13 1 pts

El mito de Sísifo

 
Sísifo era uno de los hijos del señor de los vientos Eolo. Era el hombre más
tramposo del mundo, pero también el más astuto y ambas características las heredó
su hijo Ulises. Sísifo es conocido por sus estafas, por sus engaños y por su habilidad
para salir de cualquier situación complicada pero, sobre todo, es conocido por el
castigo que le impusieron los dioses.

La verdad es que el mundo entero estaba bastante harto de las trampas y los
engaños de Sísifo, tanto dioses como mortales. Porque Sísifo además era un poco
cotilla y sabía todo de todos. Nadie mejor que él era consciente de que la
información es poder y por eso siempre andaba vigilando lo que hacían los dioses y
escuchando tras las puertas de los vecinos. Él lo sabía todo.

Un día se formó un lío impresionante porque la hija del río Asopo había desaparecido
y nadie la encontraba. Sí, en aquella época los ríos también tenían hijos, al igual que
las personas. Nadie 

encontraba a la hija del río Asopo y todos estaban muy preocupados. Para variar,
Sísifo sabía lo que había ocurrido con la muchacha, así que decidió sacar partido de
la situación.

Le dijo a Asopo que él sabía con quién estaba su hija, pero que si quería saber algo
más tendía que compensarle creando una fuente en su ciudad. Asopo hizo brotar en
medio de la ciudad una fuente de aguas cristalinas para que todo el mundo tuviera el
agua cerca y no tuvieran que desplazarse por todo el monte a por ella. Todo el
mundo parecía satisfecho con el acuerdo, pero faltaba que Sísifo revelara el secreto
de la hija del río Asopo.

- Zeus se ha llevado a tu hija, Asopo- dijo Sísifo

La noticia cayó como una bomba porque pocos se atrevían a encararse con el dios
Zeus, el más poderoso de todo el Olimpo. Pero el río Asopo quería demasiado a su
hija como para no enfrentarse al dios.

- Zeus, si no me devuelves a mi hija secaré todos los ríos que recorren la Tierra-
amenazó el río Asopo.
 

Con este panorama a Zeus no le quedó más remedio que devolver a su casa a la
hija de Asopo, pero el asunto no iba a quedar así. El chivato Sísifo iba a recibir su
merecido. Un castigo que nadie se imaginaba y que no dejaría a Sísifo tiempo para
cotillear en los asuntos ajenos.

Zeus castigó a Sísifo a subir una enorme roca hasta la cima de una montaña. Sísifo
sudaba y sudaba porque la roca era enorme y la cuesta de la montaña también. Y
cuando estaba a punto de llegar a la cima, la roca caía rodando sin que Sísifo
pudiera hacer nada por evitarlo. Y vuelta a empezar. Sísifo empujaba la roca hasta
casi casi la cima de la montaña y para abajo otra vez. Y allí sigue Sísifo desde
entonces, para arriba y para abajo con la roca a cuestas.

Vélez, Laura. El mito de Sísifo. Recuperado el 17 de enero de 2020 del sitio web
Guía Infantil. https://www.guiainfantil.com/articulos/ocio/cuentos-infantiles/la-roca-de-
sisifo-cuentos-cortos-de-la-mitologia-griega-para-ninos/

¿Qué prejuicio se puede afirmar sobre los dioses a través de lo que se conoce en el
relato?

Son piadosos

Son todos como Zeus

Son vengativos

Les preocupa solo su bienestar

Pregunta 14 1 pts

¿Qué estereotipo de personaje representa Sísifo?


El vengativo

El egoísta

El resentido

El astuto

Pregunta 15 1 pts

Lee el siguiente fragmento de Romeo y Julieta y responde las preguntas a


continuación. 

1. JULIETA.—¡Ay de mí!
2. ROMEO.—¡Habló! Vuelvo a sentir su voz. ¡Ángel de amores que en medio de la
noche te me apareces, cual nuncio de los cielos a la atónita vista de los mortales,
que deslumbrados le miran traspasar con vuelo rapidísimo las esferas, y mecerse en
las alas de las nubes!
3. JULIETA.—¡Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? ¿Por qué no reniegas del
nombre de tu padre y de tu madre? Y si no tienes valor para tanto, ámame, y no me
tendré por Capuleto.
4. ROMEO.—¿Qué hago, seguirla oyendo o hablar?
5. JULIETA.—No eres tú mi enemigo. Es el nombre de Montesco, que llevas. ¿Y qué
quiere decir Montesco? No es pie ni mano ni brazo, ni semblante ni pedazo alguno
de la naturaleza humana. ¿Por qué no tomas otro nombre? La rosa no dejaría de ser
rosa, y de esparcir su aroma, aunque se llamase de otro modo. De igual suerte mi
querido Romeo, aunque tuviese otro nombre, conservaría todas las buenas
cualidades de su alma, que no le vienen por herencia. Deja tu nombre, Romeo, y en
cambio de tu nombre, que no es cosa alguna sustancial, toma toda mi alma.
6. ROMEO.—Si de tu palabra me apodero, llámame tu amante, y creeré que me he
bautizado de nuevo, y que he perdido el nombre de Romeo.
7. JULIETA.—¿Y quién eres tú que, en medio de las sombras de la noche, vienes a
sorprender mis secretos?
8. ROMEO.—No sé de cierto mi nombre, porque tú aborreces ese nombre, amada
mía, y si yo pudiera, lo arrancaría de mi pecho.
9. JULIETA.—Pocas palabras son las que aún he oído de esa boca, y sin embargo te
reconozco. ¿No eres Romeo? ¿No eres de la familia de los Mostescos?
10. ROMEO.—No seré ni una cosa ni otra, ángel mío, si cualquiera de las dos te
enfada.

¿Cuál es el tema que trata el fragmento leído?

La juventud

El deber familiar

El amor después de la muerte

La dificultad del amor

Pregunta 16 1 pts

¿Qué tipo de conflicto está presente en el fragmento anterior?

Contra Dios

Contra la naturaleza

Contra la sociedad

Contra sí mismo

Pregunta 17 1 pts

¿Cuál de las siguientes alternativas reemplaza correctamente el término ATÓNITA en


el contexto del segundo párrafo?

Confundida
Impasible

Maravillada

Indiferente

Pregunta 18 1 pts

¿Cuál de las siguientes alternativas reemplaza correctamente el término


SUSTANCIAL en el contexto del quinto párrafo?

Efímero

Intrascendente

Provisional

Fundamental

Pregunta 19 1 pts

¿Cuál es la petición que realiza Julieta a Romeo?

Huir juntos del país.

Divorciarse de su esposa.

Casarse a escondidas.

Abandonar el nombre de su familia.

Pregunta 20 1 pts
¿Cuál de las siguientes alternativas corresponde a una inferencia válida que se
desprende del fragmento leído?

Julieta sabe que Romeo la está escuchando mientras habla.

Ambos personajes pertenecen a clases sociales diferentes.

Romeo espera que Julieta abandone su apellido al casarse con él.

Para Julieta la esencia de Romeo trasciende a su apellido.

Pregunta 21 1 pts

¿Qué elementos de la comunicación están presentes en el primer párrafo del texto?

Lenguaje verbal y no verbal

Lenguaje no verbal y paraverbal

Lenguaje verbal y oral

Lenguaje verbal y paraverbal

Pregunta 22 1 pts

Los deseos ridículos.

Érase una vez un pobre leñador que estaba harto de la vida tan penosa que llevaba
y solía decir que tenía ganas de ir a reposar a los bordes del Aqueronte; porque veía
que, en su profundo dolor, jamás el Cielo cruel no había querido concederle ni uno
de sus deseos.
Un día que se quejaba en el bosque, Júpiter, con el rayo en la mano, se le apareció;
difícilmente podría pintar el miedo que sobrecogió al buen hombre.

-No quiero nada -exclamó, arrojándose al suelo-; no deseo nada, ni truenos ni nada.
Vamos a hablar, Señor, de igual a igual.

-Deja de temblar -le dijo Júpiter-; vengo compadecido de tus quejas, para
demostrarte que eres injusto en tus quejas. Escucha. Yo te prometo, yo que soy el
dueño soberano del mundo entero, atender plenamente tus tres primeros deseos, los
primeros que quieras formular sobre cualquier cosa. Mira bien lo que pueda
satisfacerte, y como tu felicidad depende de tus votos, piénsalo bien antes de
formular tus deseos.

Diciendo estas palabras, Júpiter ascendió a los Cielos, y el leñador, muy contento,
echándose el haz de leña a la espalda, emprendió el camino de regreso. Nunca le
pareció la carga menos pesada.

-No hay que obrar a la ligera -decía trotando-. El caso es importante; hay que pedir
consejo a la parienta.

Cuando entró bajo el techo de la cabaña la carga de helechos, le dijo:

-Fanchon, hagamos un buen fuego y una buena comida; somos muy ricos. Y sólo
necesitamos formular nuestros deseos.

Y allí, punto por punto, le cuenta todo lo sucedido. Al oír su relato, la esposa, viva y
presurosa, concibe mil proyectos en su mente; pero considerando la importancia de
conducirse con prudencia, le dice a su esposo:

-Blas, amigo mío, para no cometer una tontería debido a nuestra impaciencia,
examinemos juntos lo que nos conviene hacer en una situación así. Dejemos para
mañana nuestro primer deseo y consultemos con la almohada.

 
-Estoy de acuerdo -dice el buen Blas-. Anda, vete y trae vino añejo.

Cuando volvió con él, bebió y, saboreando cómodamente, cerca del fuego, aquel
dulce reposo, dijo apoyándose en el respaldo de su silla:

-¡Con estas brasas tan buenas, qué bien vendría una vara de morcilla!

Apenas acabó de pronunciar estas palabras, que su mujer, muy asombrada, vio una
larga morcilla que, saliendo de una esquina de la chimenea, se aproximaba a ella
serpenteando. Al instante lanzó un grito; pero juzgando que esta aventura tenía por
causa el deseo que, por pura torpeza, había formulado el imprudente de su marido,
no hubo injuria, ni pulla, ni improperio que, hecha una furia, no dijera a su pobre
marido.

-¡Cuando se podría obtener un Imperio, oro, perlas, rubíes, diamantes, vestidos! ¿Y


no se te ocurre desear más que una morcilla?

-Bueno, me he equivocado -dijo-. Mi elección ha sido desacertada. He cometido una


gran falta; lo haré mejor la próxima vez.

-Bueno, bueno -repuso ella-. Espérame sentado. ¡Se necesita ser un animal para
formular ese deseo!

El esposo, más de una vez, llevado de la cólera, se sintió tentado de formular un


deseo mudo. Y, dicho entre nosotros, habría sido lo mejor que hubiera podido hacer.

-Los hombres -se decía- hemos venido al mundo a padecer. ¡Maldita sea la morcilla,
plegue a Dios, maldita pécora que se te quede colgada de la nariz!

Esta súplica, al instante, fue escuchada por el Cielo y, apenas el marido profirió sus
palabras, la vara de morcilla se quedó pegada a su nariz. Este prodigio imprevisto
irritó muchísimo a Fanchon. Fanchon era bonita, muy graciosa, y a decir verdad este
adorno en su nariz no hacía buen efecto, salvo que al colgarla sobre la boca, le
impedía hablar tranquilamente, lo cual era una ventaja para su esposo, tan grande
que en aquel feliz momento pensó no desear más.

-Ya podría, -pensaba para sus adentros-, después de una desgracia tan terrible, con
el deseo que me queda, convertirme de una vez en Rey. Desde luego, nada iguala la
grandeza soberana, pero hay que pensar qué tristeza tendría la Reina cuando, al
sentarse en su trono, se viera con la nariz más larga que una vara. Voy a ver qué
dice y que decida ella si prefiere convertirse en una gran Princesa y conservar esa
horrible nariz o quedarse de simple leñadora con la nariz corriente, como las demás
personas, tal como la tenía antes de la desgracia.

Charles Perrault, Los deseos ridículos (fragmento).

¿De qué se quejaba lastimosamente el leñador?

Se quejaba por vivir en paupérrimas condiciones.

De la mala suerte que tenía, pues había venido al mundo solo a padecer.

De su vida tan miserable que lo tenía cansado.

Del dolor que sentía al ver que el cielo no le concedía sus deseos.

Pregunta 23 1 pts

¿Cuál fue el error que cometió el leñador para hacer aparecer la vara de morcilla?

Beber alcohol y acomodarse sin precaución en su silla.

El egoísmo que lo cegaba cuando solo anhelaba ser feliz.

Ser imprudente al momento de pedir un deseo.

Desear con todas sus fuerzas aquel deseo inapropiado.


Pregunta 24 1 pts

De acuerdo a la lectura, ¿Qué ocurre finalmente con el leñador?

Se queda pensando en el último deseo que le queda.

Se queda solo y preocupado por haber pedido mal sus deseos.

Intenta solucionar el problema que le generó a su familia.

Sigue anhelando más deseos para ser feliz.

Pregunta 25 1 pts

NOTARIO: Pregúntale si puedo hablar directamente con él.

MARIQUITA: (Yendo a Anacleto) Pregunta que si puede hablar directamente con


usted.

ANACLETO: Dile que eres de confianza y que para eso te pago, para que me sirvas.

MARIQUITA: (Al notario) Dice que soy de confianza y que para eso me paga, para
que le sirva, aunque la verdad, Señor Notario, es que ya me debe 33 meses de
sueldo y si la cosa sigue así, me voy a retirar en marzo.

                                                                    
             Don Anacleto avaro (fragmento)

¿A qué tipo de género corresponde el texto? 

Drama

Comedia

Tragedia

Drama
Pregunta 26 1 pts

Acto segundo

Exterior de la cueva de la Novia. Entonación en blancos, grises y azules fríos.


Grandes tunales. Tonos sombríos y plateados. Panoramas de mesetas color
barquillo, todo endurecido como paisaje de cerámica popular. Padre, Madre, Criada y
Mujer de Leonardo, conversan

PADRE: Ahora tienes que esperar. Mi hija es ancha y tu hijo es fuerte.

MADRE: Así espero. (Se levantan)

PADRE: Preparen las bandejas de trigo.

CRIADA: Están preparadas.

MUJER DE LEONARDO: ¡Que sea para bien!

MADRE: Gracias

LEONARDO: (Entrando)  ¿Va a haber fiesta?

PADRE: Poca. La gente no puede entretenerse.

PADRE: ¡Ya están aquí!                                                                          


               “Bodas de sangre” (fragmento)

La parte subrayada del fragmento, corresponde a

Cuadro

Acto

Conflicto

Presentación

Pregunta 27 1 pts
¿Cuántas escenas se presentan?

Uno

Tres

Cuatro

Dos

Pregunta 28 1 pts

“El viajero.- (Apareciendo a espaldas del campesino.) ¡Eh, buen hombre… ¡Buen
Hombre! (El campesino no le atiende.) ¡Ni que fuera sordo como yo! (le toca un
hombro) ¡Oiga!

El campesino.- ¡Hola! ¿Qué tal? ¿Qué desea?

El viajero.- Usted, que ha de conocer estos lados.

El campesino.- Sí señor; Rudecindo Lagos, para servirle.

El viajero.- Hágame el favor de hablar más alto, porque soy bastante sordo.

El campesino.- Si no grita más, no podré entenderlo, porque soy un poco torpe de


oído.

El viajero.- ¿Podría indicarme dónde queda la estancia “Los Leones”?

El campesino.- ¡Claro que tienen fragancia mis melones! Es que son muy buenos, le
haré traer algunos para que los pruebe.

El viajero.- ¿Nueve? ¿Nueve qué? ¿Nueve leguas? ¿Tanto? ¡No puede ser!

El campesino.- (La patrona aparece en este momento.) Sí, ésta es mi mujer. (A la


patrona.) Oye. Tráele a este hombre una docena de melones, para que elija algunos.

La patrona.- ¡Ah, muy bien! ¿Así que este caballero quiere tener relaciones con
nuestra hija? Tanto gusto, señor. En seguida se la presentaremos. (Gritando hacia el
interior de la casa.) ¡Mariquita!... ¡Mariquita!... Esa chica es más sorda que yo,
todavía... Un momento, siéntese... (Se introduce en la casa)
El viajero.- ¿De modo que usted dice que la estancia “Los Leones” queda a nueve
leguas de aquí?

El campesino.- Sí, señor; se lo he dicho y se lo repito. La fragancia de mis melones


es exquisita… (Aparece la patrona.)

La patrona.- No grites, hombre; aquí está Mariquita. (A su hija.) Bueno, hija aquí
tienes a tu pretendiente…

La sordita.- Ay, mamá, ¿cuántas veces quiere que le diga que no me duelen los
dientes ni nada?

La patrona.- ¿Qué no tiene nada? ¿Y tú qué sabes? A lo mejor resulta que es


rentista.

La sordita.- ¡Mamá!, por favor, ¿para qué quiero yo un dentista, si no tengo enferma
la boca?

La patrona.- Ya sabes que tu madre pocas veces se equivoca: ha de ser rentista no


más.

El campesino.- ¿Y los melones, mujer?

La patrona.- Es lo que yo le digo, ¿por qué te pones así, hija?

El campesino.- Pero, si no les traes ninguno, ¿cómo quieres que elija?

La patrona.- Es que tú sabes cómo es esta niña; ella quiere salirse siempre con la
suya. (Al viajero.) Ésta es mi hija, se llama Mariquita.

El viajero.- ¿Cómo cerquita, si su esposo me ha dicho que faltan nueve leguas?

La patrona.- (Al campesino.) ¿Qué dice este hombre de las yeguas?

El viajero.- Sí, y como ya de luz quedan pocas horas.

La sordita.- No, todavía no soy señora.

El viajero.- No sé, ni siquiera si es bueno el camino.

La sordita.- ¡Ah, yo no pretendo que usted sea adivino! Sólo le he dicho que sigo
soltera.

El viajero.- ¡Ah!, ya entiendo: ¿llegando a la tranquera, sigo hasta la derecha? ¿Y de


ahí, a “Los Leones”?

El campesino.- ¡Ah!, como buenos le aseguro que son buenos. Y puedo mandarle
todos los que quiera…

El viajero.- Sí, ya me dijo la señorita: de la tranquera, a la derecha.


La patrona.- Yo no digo que usted no quiera a la chica, pero convendría que fijara
fecha…

El viajero.- (Desapareciendo.) Bueno, hasta otra vez, y perdonen la molestia.

La patrona.- ¡Oiga, oiga! ¡Más bestia será usted, atrevido!

El campesino.- ¿Qué? ¡Tiene razón!, no iba a esperar hasta mañana que le trajeras
los melones.

La patrona.- Y no. Jamás consentiré que nuestra hija tenga relaciones con semejante
gente.

La sordita.- Déjelo que se vaya; total, aquí a nadie le duelen los dientes.

El campesino.- No es que te lo reproche, pero hubiera comprado tres o cuatro…

La sordita.- ¡Ay, qué bueno eres, papá! ¿Oyes, mamá? Dice que nos llevará al teatro
a ver las comedias.

La patrona.- ¡Cierto! Ya me había olvidado que tenía que zurcirle las medias. ¿Sabes
dónde he dejado la lana azul?

La sordita.- ¡No me digas! ¿La comedia de Barba Azul? ¡Qué bonito título! ¡Ay, qué
contenta estoy, madre mía!

La patrona.- Es lo que digo siempre a tu padre: ¡que Dios nos conserve esta
armonía! Porque el día que nos entendamos, esta casa será un infierno…

¿A qué subgénero del género dramático pertenece el texto anterior? 

Drama, porque mezcla lo trágico con lo absurdo.

Drama, porque a partir de lo trágico y de lo absurdo da a conocer un conflicto.

Comedia, porque a partir del humor da a conocer un conflicto.

Comedia, porque provoca empatía con el lector.


Pregunta 29 1 pts

¿Cuál es el conflicto presente en el texto anterior?  

Lo absurdo de la vida.

La soledad de los personajes.

El casamiento de la hija.

La incomprensión de los mensajes.

Pregunta 30 1 pts

“(La señora y el señor Martin se sientan el uno frente al otro, sin hablarse. Se sonríen
con timidez. El diálogo que sigue debe ser dicho con voz lánguida, monótona, un
poco cantante, nada matizada).

Sr. Martin: Discúlpeme, señora, pero me parece si no me engaño, que la he


encontrado yo en alguna parte.

Sra. Martin: A mí también me parece, señor, que lo he encontrado ya en alguna


parte.

Sr. Martin: ¿No la habré visto, señora, en Manchester por casualidad?

Sra. Martin: Es muy posible. Yo soy originaria de la ciudad de Manchester. Pero no


recuerdo muy bien, señor, no podría afirmar si lo he visto allí o no.

Sr. Martin: ¡Dios mío, qué curioso! Yo también soy originario de la ciudad de
Manchester.

(Siguen conversando y reconocen importantes coincidencias entre ambos)

Sr. Martin: (Después de haber reflexionado largamente, se levanta con lentitud y sin
apresurarse, se dirige hacia la señora Martin, quien, sorprendida por el aire solemne
del señor Martin, se levanta también, muy suavemente; el señor Martin habla con la
misma voz rara, monótona, vagamente cantante) –Entonces, estimada señora, creo
que ya no cabe duda, nos hemos visto ya y usted es mi esposa... ¡Isabel, te he
vuelto a encontrar!
Sra. Martin: (Se acerca al señor Martin sin apresurarse. Se abrazan sin expresión. El
reloj suena una vez, muy fuertemente. El sonido del reloj debe ser tan fuerte que
sobresalte a los espectadores. Los esposos Martin no lo oyen) –¡Donald, eres
tú, darling!”.

Eugène Ionesco, La cantante calva.

¿A qué tipo de texto corresponde el fragmento leído?

Lírico

Dramático

Narrativo

Argumentativo

Pregunta 31 1 pts

¿Cuál es la actitud de la Sra. Martin al comienzo del texto?

Conciliadora

Indiferente

Certeza

Dubitativa

Pregunta 32 1 pts

¿De dónde son originarios el Sr. y la Sra. Martin?


Mónaco

Manchester

Kilburn

Londres

Pregunta 33 1 pts

¿Cómo se presenta el conflicto en la lectura anterior?

El fragmento ridiculiza el conflicto, presentándolo exageradamente.

El fragmento representa de forma idéntica un conflicto cotidiano.

El fragmento crea un conflicto basado en frases con significados contrarios.

El fragmento presenta frases redundantes en el diálogo de los personajes.

Pregunta 34 1 pts

1. Ella era gorda, baja, pecosa y de pelo excesivamente crespo, medio amarillento.
Tenía un busto enorme, mientras que todas nosotras todavía éramos chatas.
Como si no fuese suficiente, por encima del pecho se llenaba de caramelos los
dos bolsillos de la blusa. Pero poseía lo que a cualquier niña devoradora de
historietas le habría gustado tener: un padre dueño de una librería.
2. No lo aprovechaba mucho. Y nosotras todavía menos: incluso para los
cumpleaños, en vez de un librito barato por lo menos, nos entregaba una postal
de la tienda del padre.
3. Pero qué talento tenía para la crueldad. Cómo nos debía odiar esa niña a
nosotras, que éramos imperdonablemente monas, altas, de cabello libre.
Conmigo ejerció su sadismo con una serena ferocidad. En mi ansiedad por leer,
yo no me daba cuenta de las humillaciones que me imponía: seguía pidiéndole
prestados los libros que a ella no le interesaban.
4. Hasta que le llegó el día magno de empezar a infligirme una tortura china. Como
al pasar, me informó que tenía Las travesuras de Naricita, de Monteiro Lobato.
5. Era un libro gordo, válgame Dios, era un libro para quedarse a vivir con él, para
comer, para dormir con él. Y totalmente por encima de mis posibilidades. Me dijo
que si al día siguiente pasaba por la casa de ella me lo prestaría.
6. Hasta el día siguiente, de alegría, yo estuve transformada en la misma
esperanza: no vivía, flotaba lentamente en un mar suave, las olas me
transportaban de un lado a otro.
7. Literalmente corriendo, al día siguiente fui a su casa. No vivía en un apartamento,
como yo, sino en una casa. No me hizo pasar. Con la mirada fija en la mía, me
dijo que le había prestado el libro a otra niña y que volviera a buscarlo al día
siguiente. Boquiabierta, yo me fui despacio, pero al poco rato la esperanza había
vuelto a apoderarse de mí por completo y ya caminaba por la calle a saltos, que
era mi manera extraña de caminar por las calles de Recife. Esa vez no me caí:
me guiaba la promesa del libro, llegaría el día siguiente, los siguientes serían
después mi vida entera, me esperaba el amor por el mundo, y no me caí una sola
vez.
8. Pero las cosas no fueron tan sencillas. El plan secreto de la hija del dueño de la
librería era sereno y diabólico. Al día siguiente allí estaba yo en la puerta de su
casa, con una sonrisa y el corazón palpitante. Todo para oír la tranquila
respuesta: que el libro no se hallaba aún en su poder, que volviese al día
siguiente. Poco me imaginaba yo que más tarde, en el curso de la vida, el drama
del “día siguiente” iba a repetirse para mi corazón palpitante otras veces como
aquélla.
9. Y así seguimos. ¿Cuánto tiempo? Yo iba a su casa todos los días, sin faltar ni
uno. A veces ella decía: Pues el libro estuvo conmigo ayer por la tarde, pero
como tú no has venido hasta esta mañana se lo presté a otra niña. Y yo, que era
propensa a las ojeras, sentía cómo las ojeras se ahondaban bajo mis ojos
sorprendidos.
10. Hasta que un día, cuando yo estaba en la puerta de la casa de ella oyendo
silenciosa, humildemente, su negativa, apareció la madre. Debía de extrañarle la
presencia muda y cotidiana de esa niña en la puerta de su casa. Nos pidió
explicaciones a las dos. Hubo una confusión silenciosa, entrecortado de palabras
poco aclaratorias. A la señora le resultaba cada vez más extraño el hecho de no
entender. Hasta que, madre buena, entendió al fin. Se volvió hacia la hija y con
enorme sorpresa exclamó: ¡Pero si ese libro no ha salido nunca de casa y tú ni
siquiera querías leerlo!
11. Y lo peor para la mujer no era el descubrimiento de lo que pasaba. Debía de ser
el horrorizado descubrimiento de la hija que tenía. Nos espiaba en silencio: la
potencia de perversidad de su hija desconocida, la niña rubia de pie ante la
puerta, exhausta, al viento de las calles de Recife. Fue entonces cuando,
recobrándose al fin, firme y serena, le ordenó a su hija:
12. -Vas a prestar ahora mismo ese libro.
13. Y a mí:
14. -Y tú te quedas con el libro todo el tiempo que quieras. ¿Entendido?
15. Eso era más valioso que si me hubiesen regalado el libro: “el tiempo que quieras”
es todo lo que una persona, grande o pequeña, puede tener la osadía de querer.

Felicidad clandestina (fragmento), Clarice Lispector.

¿Qué tipología textual presenta el fragmento leído?

Expositiva

Dialógica

Argumentativa

Narrativa

Pregunta 35 1 pts

¿Cuál de las siguientes opciones es VERDADERA respecto al texto anterior?

Los personajes del relato son vecinas de barrio.

La protagonista sentía gran entusiasmo por leer el libro.

La dueña del libro buscaba ser amiga de la protagonista.

La dueña del libro recibió un castigo por parte de su madre.

Pregunta 36 1 pts
¿Qué tipología textual se puede identificar en el primer párrafo?

Descriptiva

Expositiva

Dialógica

Argumentativa

Pregunta 37 1 pts

¿Qué inferencias se desprenden de la lectura del fragmento anterior?

La narradora pretende quedarse con el libro para siempre.

Tanto la narradora como la dueña del libro son vecinas.

El relato corresponde a un recuerdo de la protagonista.

La protagonista buscará venganza por el daño sufrido.

Pregunta 38 1 pts

¿Cuál de las siguientes alternativas reemplaza correctamente el término


INFLIGIRME en el contexto del cuarto párrafo?

Desencadenarme

Quitarme

Buscarme

Aplicarme
Pregunta 39 1 pts

¿Cuál de las siguientes alternativas reemplaza correctamente el término OSADÍA en


el contexto del décimo quinto párrafo?

Cortesía

Prudencia

Audacia

Deseo

Pregunta 40 1 pts

¿Cuál es la actitud de la dueña del libro a lo largo del relato?

Indiferente y neutra

Egoísta y cruel

Paciente y amigable

Amorosa y servicial

No guardado Entregar examen

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