Está en la página 1de 4

1

LI’OXUKÉ

Salam alaykum wa rahmatulahi wa barakatuhu

Alhamdulillah, Alhamdulillah, Alhamdulillahi rabbil alamin wasalatu wa salamu ala Rasulina


Muhammadin wa ala alihi wa Sahbihi ajmain nahmadul-llahu ta’ala wa nastaghfiruhu wa nashadu an-
lailaha ilallahu wahdahu la sharika lah wa nashadu anna sayyidina muhammadin abduhu wa habibuhu,
wa Rasuluhu, wa Salallahu Alayhi, wa ala alihi, wa azwajihi, wa ashabihi, wa atbaihi.

Khulafail rashidin mahdin min ba’di wuzirail immiti alal tahkik. Khususan minhum alal amidi khulafai
rasulillahi ala tahqiiq umara il mu’miniin.

Hazreti Abu Bakr, wa Umar, wa Uthman ,wa Ali. Wa ala baqiyati wa Sahabai wa tabiin, Ridwanallahu
ta’ala alayhim ajmain. Ya ayyuhal mu’minun al hadirun, ittaqullaha ta’ala wa ati’uh. inna allaha ma
allathina-ttaqaw wal-lathina hum muhsinun. Alhamdulillahi Rabbil Alamiin. Wa Salatu wa Salamu ala
Ashraf al-Ambiya’i wa Imam al-Mursaliin, Sayyidina Muhammadin wa ala alihi wa sahbihi ajmain

Todas las alabanzas son para ALLAH Subhana Wata’allah, el señor de los mundos, los mejores
saludos de paz, son para nuestro amado Profeta Muhammad SAW, para su familia, y todos sus
compañeros. Todas las alabanzas son para ALLAH Subhana Wata’allah. El único digno de adoración,
el único capaz de compensar el bien con algo mejor. Fuera de Él toda creación es imperfecta y está
obligada a buscar el consentimiento de su creador.

Hablamos mucho y escuchamos muy poco, podríamos decir, queridos hermanos, que casi nada.
La experiencia de lo islámico no está, principalmente, enraizada en silencio sino en la amplificación de
la palabra y el énfasis de la acción, pero en ciertos momentos se hace necesario y urgente. Máxime
cuando nuestro mundo nos exige inmediatez, precipitación a través del camino de la ansiedad. Y ahí no
hay escucha sino acción irresponsable.

La escucha activa es necesaria en cuanto nos permite entrar en otro nivel de la creación, en la
revelación que impregna la realidad y que está ahí para ser descubierta. El creyente sincero se convierte
en un elemento de transposición y amplificación para otros seres de esa revelación impresa en la
creación (khalq) que Allāh, el altísimo, ha dispuesto. Todo en su ritmo, en su tonalidad, en su belleza y
armonía. Toda la creación es sonido y nos espera. El universo vibra y el creyente escucha. En la
tradición islámica no se escucha con el oído sino con el corazón cuerdo, (LI JKO’ON TOM). Sin
embargo, el corazón es el pozo que recoge las finas gotas de lluvia formadas por ese sonido de la
creación que buscamos. Y ese sonido se transforma en el cuerpo, se mete en nuestro cuerpo, y con la
suficiente paciencia se convierte en recitación y mensaje. Por eso, los Profetas (la paz con todos ellos),
escuchan sutilmente y traducen el mensaje desde el corazón (AVO’ON), serenado tras el descenso de la
divina Sakinah (), refrescando el fuego de la vivencia de lo cotidiano.

La escucha (sami‘a) (CHA’I) proviene de una raíz, sīn-mīm-ayn, que nos remite no solo a la escucha
sino a la propia llamada que Allāh, El Altísimo, tiene para todos nosotros hasta construir nuestra propia
recitación. Por eso, nos entrenamos cada día con el sagrado Qur’an que es escucha transformada en
palabra (kālima) (K’OP) y palabra que volvió a ser sonido para transmitir bendición (barakah). Esta
escucha activa no es solo un acto humano o de los seres creados, sino que Allāh, que exaltado sea su
nombre, también nos escucha como nosotros sinceramente escuchamos a su creación. Y eso es una
inmensa bendición para no sentirnos tan solos. Por eso, Allāh es al-Sami’, aquel que escucha la
totalidad del universo. Y de esa escucha sincera surge todo, pues dice el sagrado Qur’an: «Y cuando
2

Mis servidores e interroguen acerca de Mi, pues Yo estoy cerca de ellos. Yo respondo a aquel que me
dirige sus votos. Pero que ellos respondan a Mi llamado y que crean en Mí para que sean bien guiados»
(sagrado Qur’an, 2: 186).
***************************
La escucha va íntimamente ligada con orientarse espiritualmente. Igual que en la vida cotidiana
lo hacemos con una brújula, el creyente sincero se orienta con lo que escucha en la creación. Hay
lecturas miopes de la realidad en la que vivimos que restringen nuestro mundo a lo material, al puro
objeto. Si hacemos eso perdemos gran parte del sonido que la creación tiene reservados para nosotros.
Y si perdemos ese sonido, al mismo tiempo, perdemos la divina oportunidad de incorporeizarlo
primero y recitarlo después, de volver hacerlo vida desde nuestro cuerpo.

Pero para ese escuchar plenamente necesitamos, igualmente, silencio pleno. El mismo que para
guardar los secretos. Ese silencio es protección frente al ruido innecesario. No debe ser una artificial
huida del sonido, sino un estado de concentración que filtre la escucha hasta lo esencial. Es ese estado
en el que emerge una sonrisa, llena de infantil fitra (naturaleza primordial), tras haber escuchado algo
digno de ser escuchado. Es el momento en el que somos conscientes de cómo resuenan en nosotros las
palabras de la creación. Un silencio matricial (raḥman) que rodeado de oscuridad amplifica la realidad
(ḥaqīqa). Ese silencio que nos invita claramente al recuerdo (dhikr) de esa realidad existente, que
provoca vértigo pero que nos da certeza (yaqīn) (JA’ MELEL) con fuerza sosteniendo nuestra vida.

A menudo nos falta esa construcción para afrontarnos y nuestra construcción vital cae. No pasa
nada, pues el camino espiritual es complejo y requiere de reconstrucción continua. De momentos de
silencio y recitación, de encontrarnos con nosotros y con el mundo. Y los mejores ejemplos del
equilibrio entre estas acciones las encontramos en las tradiciones proféticas: Mūsa (as), Yusūf (as),
Maryam (as), Isa (as) o el mismo Muḥammad (‫) صلى هللا عليه وسلم‬. Todos escuchaban en silencio la
inmensidad y la insondabilidad (quddusiyya) de Allāh. Y es en esa escucha y en ese silencio donde el
recuerdo se hace más fuerte hasta convertirse en una armonización del cosmos. Por eso, cuando
hacemos dhikr (el recuerdo) sobre nuestro amadísimo Muḥammad ‫ ))صلى هللا عليه وسلم‬Allāh ordena a
todos sus ángeles recordar al que recuerda como se nos dice en el sagrado Qur’an: «En verdad Allah y
sus ángeles envían sus bendiciones al Profeta. ¡Oh, vosotros creéis, rogad a Allah que lo bendiga y
dirigidle vuestros saludos de paz!» (sagrado Qur’an 33: 56).

Cuando hacemos dhikr (el recuerdo) nos escuchamos recordando en el silencio de la creación.
Por eso, queridos hermanos, es tan importante hacerlo porque es donde nos encontramos con la
unicidad (tawḥīd) (CH’U NO LA JELUN YU’UN KAJUALTIK) desbordada que construye el mundo
en el que vivimos. Y esto no requiere de nada especial, tan solo recordar.

Por eso, queridos hermanos, que el silencio sea la puerta y la escucha el objetivo para que un día
beneficiemos a través de nuestra recitación, a través de compartir la baraka del sonido. Y así, pidamos
escuchar con el corazón cuerdo, (LI KO’ON TOM), todo lo que tendremos que decir, y después
escucharnos a nosotros mismos en el dhikr (el recuerdo) para llegar a la plenitud, para llegar al máximo
ejemplo del profeta Muḥammad.

Pidamos a Allāh, el altísimo, y la luz de su Mensajero ( ‫ )صلى هللا عليه وسلم‬para que nuestros
corazones no se consuman en el fuego de la inmediatez y las palabras, antes de atisbar la plena realidad
(ḥaqq bi-l ḥaqq), (MELEL - MELEL)
3

Pidamos a Allāh luz y paz para ser agradecidos con su creación y superar los miedos al poder
auténtico que debe regir en nuestros corazones.

Pidamos a Allāh que, a través de la pureza, incremente nuestra fe (imān), limpie nuestros
corazones y los llene de luz de su amado, el Profeta Muhammad.

Pidamos Allāh que purifique el alma de nuestros antepasados, la nuestra, la de nuestros padres y
la de todos los creyentes.

Dicho esto, pido a Allāh bendiciones para todos. Que nuestras palabras estén bajo la obediencia
del Altísimo, el Señor de los mundos.
Todas las alabanzas le pertenecen a ALLAH (SWTA), el señor de los mundos a él le
agradecemos que nos dé la oportunidad de llegar al próximo, bendito mes de Ramadán.
Sin duda que el Ramadán es un mes muy grande, la mayor misericordia entre todos los meses
del año, y una oportunidad muy grande para nuestras vidas.

Es el mes de Rayab, (significa reverenciar. O reconocer algo como sagrado) !Oh ALLAH
bendice nuestro Rayab y Sha’ban y tráenos a Ramadán! el mes para hacer más de todo lo bueno y para
hacer más suplicas y pedir más a nuestro Señor, es decir en este mes abunda la Misericordia de nuestro
Señor.
Se recomienda pedir mucho perdón a Allah:
Astaghfirullah limaa ya’lamuhu ALLAH, Astaghfirullah kamaa yuhibuhu ALLAH
Busco el perdón de ALLAH por todo lo que Él sabe; Busco el perdón de ALLAH de la formaen
que Él ama.
Astaghfirullah dha’l-Yalaali w’al-ikraam min yami’ adhunuubi wa al-aathaam
Busco el perdón de ALLAH, poseedor de Majestad y Honor. Por mis pecados y
equivocaciones.
Astaghfirullahalla alladhii laa ilaaha illaa huwa arrahmaan arrahim al-hayya al-Qayyum
alladhii laa yamuutu wa atuubu ilayhi rabbi-ghfir lii.
Busco el perdón de ALLAH, no hay otro dios mas que Él, el más Compasivo el más Clemente,
el Viviente, el Sostén, Aquel que nunca muere y frente a quien me arrepiento. Oh ALLAH perdóname!

Dado que estamos por vivir el mes bendito de Ramadán (SNA KAJUALTIK) el Imam Rabbani
(KS) en la carta número 45 del primer tomo del libro muhtabath nos dice: “Es necesario saber que el
mes de Ramadán es un mes inmenso, toda adoración voluntaria en este mes, como la oración, el dikr,
la zadaqah y acciones semejantes equivalen a un fard ( algo obligatorio) hecho fuera de este mes, y
aquel que realza y su oración y adoración obligatoria equivale a hacer 70 veces estas de este bendito
mes. Aquel que le da a un ayunante la oportunidad de romper el ayuno con sus medios, a esta persona
se le da el perdón de sus pecados, se le salva del fuego y se le recompensa con lo mismo que al
ayunante, sin reducir nada en su recompensa; así también se le perdonan sus pecados.

Cuando el Ramadán entra, cada noche son perdonadas miles de personas que originalmente eran
merecedoras del fuego. El mensajero de ALLAH (SWTA) durante este mes dejaba libre a todo
prisionero y daba limosna a todo aquel que lo pedía. Aquel que tenga cuidado en hacer el bien y en la
aplicación del amel salih en este mes tendrá este éxito (Tawfiq) durante todo el año. Pero aquel que
pase este mes con discusión, pereza o indiferencia el resto del año será de esta manera.
4

Fue narrado que Abu Hurairah (que ALLAH esté complacido con él) que dijo El Mensajero de
Allah (que la paz y las bendiciones de ALLAH estén con él): “Al llegar la primera noche del Ramadán,
los demonios y los genios maliciosos son encadenados y se cierran las puertas del Infierno y no se abre
ninguna de sus puertas. Se abren las puertas del Paraíso y no se cierra ninguna de sus puertas. Y un
vocero anuncia: ‘Oh, buscador del bien, procede; Oh, buscador del mal, desiste’. Y ALLAH libera (del
Fuego) personas y eso sucede todos los días”.
Narrado por al-Tirmidhi, 682; Ibn Mayah, 1642; clasificado como hasan por el Sheik al-Albani en
Sahih al-Yami’, 759.

Todos los musulmanes debe de aprovechar esta oportunidad para encontrar el favor de ALLAH
(SWTA), que nos dé facilidad y bendición completa a todos nosotros, a los creyentes en El y a todos los
musulmanes aquí y a todo el mundo. Amín.
¡Oh Allah! Azza Wajjal, dale de tu infinita misericordia a tu Profeta Muhammad SAW.
¡Oh Allah! Subhanahu Wata'ala haz que nuestra vida sea una expresión de nuestro amor por él
profeta Muhhamad, y concédenos morir siguiendo su Sunah (Todo lo que hizo, permitió y dijo: su
metodo de enseñanza).
¡Ya Rabby! Regálanos la intercesión de Rasulullah el día del Juicio final, y concédenos estar
junto a él, con quienes Tú has agraciado: los Profetas, los Awlia, los mártires, los que murieron dando
testimonio de fe, los veraces y todos los justos.
¡Oh Allah! Azza Wajjal Señor nuestro! No hagas desviar nuestros corazones después que nos
has iluminado. Concédenos Tu misericordia, por que tu eres Tú eres el Donador. (Sagrado Qur’an
3:08).
¡Ya Rabby! Ten misericordia de todos los musulmanes. Une y limpia nuestros corazones y
concédenos la unidad como nación en todo el mundo.
¡Oh Allah! Subhanahu Wata'ala. Rabbanā 'Āmannā Bimā 'Anzalta Wa A ttaba`nā Ar-Rasūla
Fāktubnā Ma`a A sh- Shā hidīna.
¡Señor nuestro! Hemos creído en lo que Tu has hecho descender y hemos seguido a Tu
mensajero. Inscríbenos, pues, en el número de los que atestiguan (la verdad); (Sagrado Qur’an 'Āl
`Imrān 3:53)
¡Oh Allah! Azza Wajjal Tú eres mi Señor. Nadie tiene el derecho de ser adorado excepto Tú. Tú
nos creaste y somos tus siervos y nos atenemos a tu pacto y prometemos lo mejor que podemos. Me
refugio en ti del mal que he cometido.
Reconozco tu favor sobre mí y reconozco mis pecados, así que te pido tu perdón, porque en
verdad nadie puede perdonar el pecado excepto tú ". [Allahumma anta rabbi la ilaha khalaqtani wa an
abduk wa ana ala ahdika wa wa'dika ma istata'tu, a'udhu bika min sharri ma sana'tu, abu 'laka bi
ni'matika alaya, wa abu'u bi dhanbi, fa-ghfir li, fa innahu la yaghfiru dhunuba illa anta].
Wa salalahu ala Muhammad wa ala alihi wa sahbihi ajmain, wa salamun ala mursalin walhamdu
lillahi rabbil alamin.

Iqamah tuh salah!!!

También podría gustarte