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EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 369

CAPÍTULO IX
Ejecución de sentencia impugnada

1. CONSIDERACIONES GENERALES:

Q
ueda claro en el momento en que vivimos que
existe vigente el tema del derecho de la tutela
jurisdiccional efectiva1, concretamente deter-

1. La doctrina contemporánea (sobre la base del derecho consti-


tucional) ha configurado como derecho fundamental y
humano el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, al punto
que es reconocido por nuestra Constitución en el Artículo 139
inciso 3 y en el Artículo I del Título Preliminar del C.P.C. Sobre
la posición constitucional del tema citamos a Augusto Morello,
quien precisa que según constante doctrina constitucional, el
Derecho a la Tutela Jurisdiccional efectiva se configura, fun-
damentalmente, como la garantía de que las pretensiones de
las partes que intervengan en un proceso serán resueltas por
los órganos judiciales con criterios jurídicos razonables. Mo-
rello, Augusto. El Proceso Justo. Del garantismo formal a la
tutela efectiva de los derechos. Buenos Aires, Editorial Abele-
do-Perrot, 1994, pág. 286-287.
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minado como un derecho fundamental, humano, reconocido


por el ordenamiento jurídico de orden internacional. Este dere-
cho humano se pone en ejercicio para la exigencia al Estado de
tutela jurídica para la protección de algún derecho resistido,
para el reconocimiento del mismo, para cesar el derecho que
tuvieron terceros, en general para proteger los intereses que
postula el actor en su demanda y los intereses que cifra el de-
mandado en el ejercicio del contradictorio;
El otorgamiento de tutela jurídica por parte del Estado,
no se agota con la emisión de una sentencia a favor del preten-
sor, sino que se extiende a la ejecución de la misma, pues se
entiende actualmente la existencia del derecho a la ejecución de
las resoluciones judiciales como una manifestación del derecho
a la tutela jurisdiccional2.

2. Este criterio jurisprudencial fue resaltado por el Tribunal Constitucional


en la sentencia de fecha 29.01.04, emitida en el Exp. acumulado Nos.
015-2001-AI/TC, 016-2001-AI/TC, 004-2002-AI/TC al determinar que
el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales que han pasado
en autoridad de cosa juzgada, es una manifestación del derecho a la
tutela jurisdiccional, reconocido en el inciso 3) del artículo 139 de la
Constitución. También se encuentra aludido en el segundo párrafo del
inciso 2 ) del artículo 139, cuando se menciona que «ninguna autoridad
puede (…) dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad
de cosa juzgada (…) ni retardar su ejecución». El derecho a la ejecución
de las resoluciones judiciales de efectividad que garantiza el derecho a
la tutela jurisdiccional, y no se agota allí, ya que, por su propio carácter,
tiene una vis expansiva que se refleja en otros derechos constituciona-
les de orden procesal (v.gr. derecho a un proceso que dure un plazo
razonable, etc.). El derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales
garantiza que lo decidido en una sentencia se cumpla, y que la parte que
obtuvo un pronunciamiento de tutela, a través de la sentencia favora-
ble, sea repuesta en su derecho y compensada, si hubiera lugar a ello,
por el daño sufrido.
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Siendo así, es menester rescatar prima facie que el vence-


dor en este proceso tiene derecho a ejecutar la decisión judicial,
de lo contrario estaríamos parcelando el derecho a la tutela ju-
risdiccional efectiva, esto es que sólo serviría para obtener una
sentencia, pero no para ejecutarla con derecho legítimo. La pro-
blemática en este caso, es que, la tutela jurisdiccional perdería
su efectividad, si sólo es capaz de resolver un conflicto con la
sentencia, pero no le alcanza para dar satisfacción a quien la
pidió como actor o demandado3.
Así entendido el tema, en condiciones generales corres-
ponde a los alcances de la tutela jurisdiccional efectiva el derecho
del ganador del proceso a ejecutar la misma, sin embargo, esto
se presenta en los procesos sujetos a la tutela ordinaria, en la

3. El debate doctrinario alcanzó un gran desarrollo sobre el particular, a tal


punto que se considera hoy en día a la efectividad como algo consustan-
cial a la tutela judicial y a la vez, como un derecho fundamental más. Así
lo entiende Chamorro Bernal al comentar esta institución en España al
indicar que la efectividad es algo consustancial al derecho a la tutela
judicial puesto que, como ha reiterado el TC, una tutela que no fuera
efectiva, por definición, no sería tutela. De nada servirían al Ciudadano
unas excelentes resoluciones judiciales que no se llevaran a la práctica.
Agrega que precisamente por ser consustancial a la tutela, el derecho a la
efectividad forma parte de ese conjunto de garantías y derechos que
integran la compleja institución jurídica de la tutela judicial. Es decir, el
derecho a la efectividad de la tutela judicial, además de constituir un
principio inspirador de ésta, es también un derecho fundamental derivó
del art. 24.1 CE. Indica además que el calificativo de «efectiva», que se da
a la tutela judicial en el artículo 24.1 CE, le añade una connotación de
realidad ya que en definitiva eso significa ser efectiva, ser real y verdade-
ra, dentro, claro está, del carácter predominantemente formal que tienen
los derechos y garantías constitucionalizados en el artículo 24.1 CE. CHA-
MORRO BERNAL, Francisco. La Tutela Judicial Efectiva. Barcelona, Editorial
Bosch, 1994. Pág. 276.
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cual la executio del órgano jurisdiccional se pone en movimiento


cuando se ha generado la cosa juzgada, esto es, cuando se han
vencido todos los medios impugnatorios existentes; ésta sería
una forma común y ordinaria de otorgar tutela al justiciable
con la ejecución de la sentencia de condena, para lo cual defini-
tivamente se requerirá de la cosa juzgada, sin la cual en nuestro
sistema no se puede iniciar ejecución de resolución judicial (eje-
cución forzada).
Sin embargo el tema en ciernes busca instaurar en nues-
tro medio un mecanismo de tutela diferenciada con el que se
logre la ejecución de la sentencia, sin que exista cosa juzgada,
esto significa ejecutar una sentencia apelada o en proceso de
apelación, novedosa figura que lograría conceder tutela judicial
suficientemente efectiva al justiciable que logró una sentencia
estimatoria, esto es cuando convenció al órgano jurisdiccional
que su pretensión merecía un criterio de fundabilidad, por cier-
to esta tutela diferenciada debe cumplir con ciertos parámetros
para su procedencia.
Con la formación académica recibida en las aulas univer-
sitarias hemos configurado el proceso con una etapa final, la
cual es siempre posterior a la decisoria, esto es la etapa de la
ejecución, a la cual sólo se accede cuando se obtiene una sen-
tencia de condena con autoridad de cosa juzgada (nulla executio
sine titulo). Esto implica un derrotero necesario de seguir en el
proceso civil, configurándolo con una etapa postulatoria, pro-
batoria, decisoria y la de ejecución, a esta última se accede cuando
la decisión estima la pretensión y contiene una prestación de
dar, de hacer o de no hacer.
Sin embargo, por la necesidad de poner el proceso al ser-
vicio del hombre, por ser imperativo que éste se posicione a la
altura de los problemas que el hombre de hoy enfrenta, es que
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se hace necesario el otorgamiento de tutela por parte del órga-


no jurisdiccional sin llegar a la cosa juzgada, esto es, de
incorporar al proceso la inmediata ejecución de sentencias esti-
matorias4 que contengan prestaciones de dar, de hacer y de no
hacer, no obstante encontrarse impugnadas, es decir la ejecu-
ción de sentencias en grado o en casación.
Esta institución que permite la ejecución inmediata de
sentencias, sin tener autoridad de cosa juzgada, es conocida en
Doctrina como el mecanismo procesal de ejecución de senten-
cia impugnada o actuación de sentencia impugnada llamada
también ejecución provisional.
El instituto de la ejecución de la sentencia impugnada, no
se encuentra regulado en nuestro ordenamiento procesal civil,
más por el contrario, el efecto suspensivo que genera la impug-
nación, evita que la decisión final genere la res iudicata y por
tanto suspenden todo lo decidido en la sentencia. Sin embargo,
la forma tradicional de ver al proceso civil cede el paso a un
instituto que sin duda propone la revolución en el campo de la
ejecución de sentencias.
Este instituto en su aplicación, sin duda propiciará que la
tutela que otorga el Estado a través de sus jueces sea más efi-

4. Dentro de la categoría de las sentencias encontramos a las sentencias que


se pronuncian respecto de la pretensión contenida en la demanda o en la
reconvención, si admiten la fundabilidad de la misma se les denominará
sentencia estimatoria, si niega esta fundabilidad serán absolutorias o des-
estimatorias. Sin embargo, aquellas que no se pronuncian sobre la
pretensión contenida en la demanda o en la reconvención, sino que emite
criterios de validez negativa de la relación jurídica, se le conoce como
sentencias inhibitorias, pues en ellas por alguna razón que afecta la vali-
dez de la relación jurídica procesal, el juez se inhibe de emitir
pronunciamiento sobre el fondo.
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ciente, más rápida, dando la posibilidad de proteger de manera


más oportuna y urgente los derechos o intereses que se busca
tutelar con la interposición de una demanda. Vale sin embargo,
dejar constancia, establecer vía aclaración que esta figura no es
susceptible de aplicarse a situaciones generales, sino más bien
particulares, en las cuales es posible la utilización de este insti-
tuto – tal como veremos en adelante – dada la singularidad
propia del caso concreto.
La ejecución de sentencia impugnada forma parte de nues-
tro tema general, pues puede ser considerada como una
manifestación de la tutela diferenciada, dentro de la cual en-
contramos la tutela anticipatoria, de la que se extrae esta especie,
que es llamada ejecución de sentencia impugnada, con la cual el
proceso civil se convierte en un verdadero instrumento para
que el Estado otorgue tutela oportuna a los justiciables, pues la
relación proceso - sociedad, es cada más cercana, en la primera
se generan los conflictos, y el segundo al servicio del primero,
es el instrumento para solucionarlos, si la solución llega al jus-
ticiable más rápido, esta tendrá mas importancia en la sociedad
contemporánea.
Ya hemos señalado en el presente trabajo que la tutela
jurisdiccional efectiva también se manifiesta con el derecho a la
ejecución de la decisión firme, es decir el derecho a lograr la
satisfacción de lo pretendido en la demanda a través de su eje-
cución, utilizando el mecanismo tradicional, sin embargo el
instituto en estudio nos permite hacer que el derecho a la ejecu-
ción que tiene aquel que exige tutela al Estado se vea favorecido
de ella sin necesidad de llegar a la cosa juzgada;
Ahora bien, como se ve a diario en los estrados judiciales,
en los procesos se discuten pretensiones cuyo resultado final es
una sentencia estimatoria, el mismo que se mantendrá así, aun
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con la emisión de la sentencia de grado y mucho más en sede


Casatoria, sin embargo aquel vencido en proceso haciendo uso
de la vía impugnativa, no hace sino demorar la ejecución de lo
decidido (en nuestro sistema es fácil neutralizar la ejecución de
lo decidido, pues la sola impugnación destruye cualquier efecto
ejecutorio de la sentencia), lo cual hace más larga y tediosa la
búsqueda de la tutela por parte de quien puso en movimiento el
órgano jurisdiccional (demandante), el abuso del que hace gala
el impugnante en sede judicial (normalmente el demandado),
cuando resulta evidente que la decisión será uniforme en el se-
gundo grado y en casación, busca ser evitado por el instituto en
estudio, pues procura desterrar la demora (necesaria a veces)
para tomar la decisión final y asimismo para expulsar la idea
que ejecutar la misma sea un suplicio para el actor, sujeto del
proceso sobre el cual recae normalmente el peso del tiempo en
el proceso, cuando aquel debería ser distribuido de manera equi-
tativa, entre los sujetos del mismo.
Pues, resulta injusto que la demora en el proceso sólo deba
recaer en uno de los sujetos del proceso (concretamente el de-
mandante), de ser así se permitiría el abuso del demandado,
quien en uso de su atribución de impugnar, deje en espera al
actor de la ejecución de lo decidido, en tanto ello ocurre, es
posible que el derecho invocado por el actor se vea afectado
por el transcurso del tiempo necesario para lograr que la sen-
tencia quede firme, pero nocivo para sus intereses.

2. Antecedentes y referencias normativas:


En el aspecto histórico del instituto, MONROY señala como
antecedentes las Ordenanzas de 1452 y 1499 que a su entender
regulaban la ejecución provisoria como una reacción de las ju-
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risdicciones inferiores ante la dilación abusiva de los procesos


debido al uso malicioso de numerosos grados de jurisdicción.
Las Ordenanzas citadas lo que hacen es enumerar los casos en
que pueden ser utilizadas, es decir, al regularlas las limitan, esto
como una concesión a la exigencia de las jurisdicciones supe-
riores.5
En el aspecto normativo, el instituto tiene referencias ope
legis en el Derecho Comparado, así tenemos:
En Italia el Código vigente6 contiene el artículo 282, el mis-
mo que se refiere con precisión a una ejecución provisoria de la
sentencia de primer grado. Igualmente el Código de Francia re-
gula la institución7 en los artículos 514 y 526. En cuanto al Código

5. Monroy Gálvez, Juan. «La actuación de la sentencia impugnada» en Revis-


ta Peruana de Derecho Procesal, tomo V, página 191 a 221.
6. Art. 282 (Esecuzione provvisoria) La sentenza di primo grado è provviso-
riamente esecutiva tra le parti. Articolo così sostituito dall’art. 33, L. 26
novembre 1990, n. 353.
Art. 283 (Provvedimenti sull’esecuzione provvisoria in appello) Il giudice
d’appello su istanza di parte, proposta con l’impugnazione principale o con
quella incidentale, quando ricorrono gravi motivi, sospende in tutto o in
parte l’efficacia esecutiva o l’esecuzione della sentenza impugnata. Arti-
colo così sostituito dall’art. 34, L. 26 novembre 1990, n. 353.
7. Article 514 L’exécution provisoire ne peut pas être poursuivie sans avoir
été ordonnée si ce n’est pour les décisions qui en bénéficient de plein
droit. Sont notamment exécutoires de droit à titre provisoire les ordon-
nances de référé, les décisions qui prescrivent des mesures provisoires
pour le cours de l’instance, celles qui ordonnent des mesures conserva-
toires ainsi que les ordonnances du juge de la mise en état qui accordent
une provision au créancier.
Article 515 Hors les cas où elle est de droit, l’exécution provisoire peut
être ordonnée, à la demande des parties ou d’office, chaque fois que le
juge l’estime nécessaire et compatible avec la nature de l’affaire, à con-
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Español (con la Ley No. 1/2000) vigente desde el 01.01.018 tam-


bién regula la figura de la ejecución provisional entre los artículos
524 y 237. En esta parte del mundo encontramos el Código de
Brasil, en el cual igualmente se regula la institución como ejecu-
ción provisoria en el artículo 588. De la misma manera
encontramos la institución regulada en el Código de Uruguay9
con el mismo nomen iuris en el artículo 260.
De manera muy reciente en nuestro país se aprobó por la
Ley No. 28237 (vigente desde el 01.12.04) con la cual por pri-
mera vez se incorpora a nuestro ordenamiento jurídico el nuevo
Código Procesal Constitucional, en el cual se regulan procesos

8. Art. 521. Recibida la apelación en ambos efectos, el juez no podrá innovar


en el proceso; recibida sólo en el efecto devolutivo, el apelado podrá pro-
mover, desde luego, la ejecución provisoria de la sentencia, extrayendo la
respectiva acreditación.»
Art. 588. La ejecución provisoria de la sentencia se hará del mismo modo
que la definitiva, observando los siguientes principios: I. corre por cuenta
y responsabilidad del acreedor, quien prestará. Caución obligándose a
reparar los daños causados al deudor; II. no alcanza a los actos que impor-
ten transferencia de dominio, ni permite, sin caución idónea, la entrega
de depósitos en dinero; III. queda sin efecto si sobreviene sentencia que
modifique o anule la que fue objeto de ejecución, restituyéndose las cosas
al estado anterior. Parágrafo único. En el caso del inciso III, si la sentencia
provisoriamente ejecutada fuera modificada o anulada en parte, sola-
mente en esa parte quedará sin efecto la ejecución.»
9. 260.1. Cuando se recurriere una sentencia definitiva de condena el ven-
cedor podrá solicitar la ejecución provisional dentro del plazo de seis días
a contar del siguiente a su notificación, prestando garantía suficiente para
responder, en su caso, por todos los gastos judiciales y daños y perjuicios
que pudiere ocasionar a la parte contraria. El tribunal concederá dicha
ejecución provisional siempre que, a su juicio, y por las circunstancias del
caso o la información sumaria que podrá requerir, exista peligro de frus-
tración del derecho reconocido, derivado de la demora en la tramitación
de la segunda instancia.
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constitucionales como la acción de amparo, habeas corpus, ac-


ción de cumplimiento, habeas data. En el artículo 2210 de la Ley
No. 28237 se ha regulado por primera vez en nuestro medio el
instituto de la ejecución de sentencia impugnada, así tenemos
que en el mismo se dispone que resulta de ejecución inmediata
la sentencia recaída en procesos constitucionales, que tengan
naturaleza de sentencia de condena, es decir aquellas que orde-
nan hacer efectiva una obligación con prestación de dar, hacer
o no hacer.

260.2. Será competente para la ejecución provisional de la sentencia, el


tribunal ante el cual se siguió la primera instancia del proceso. La petición
de ejecución provisional puede hacerse en el mismo expediente o me-
diante presentación de un testimonio de la sentencia. Si se formulase en
el mismo expediente, se formará de inmediato pieza separada y se conti-
nuarán en esa pieza los procedimientos. Si se formulase mediante
presentación de testimonio, se seguirán a continuación de éste los proce-
dimientos.
260.3. La contraparte podrá solicitar la suspensión de la ejecución provi-
sional por causarle perjuicio grave, de difícil reparación; circunstancia que
el tribunal apreciará discrecionalmente. Si estimare que existe esa posibi-
lidad, exigirá al condenado que preste garantía bastante para asegurar,
en todo caso, lo que ha de ser objeto de la ejecución más los intereses,
costas y costos que el posterior trámite del recurso pueda irrogar.
10. El artículo 22 de la Ley No.28237 en su primer párrafo admite como regla
general que son materia de ejecución las sentencia derivadas de procesos
constitucionales siempre que causen ejecutoria, sin embargo en el segun-
do párrafo del mismo se indica que cuando la «sentencia que ordena la
realización de una prestación de dar, hacer o no hacer es de actuación
inmediata». Para su cumplimiento incluso se faculta al juez de hacer uso
de medios compulsorios como la multa fija o progresiva e inclusive orde-
na la destitución del responsable. Aunque el artículo mencionado no brinda
mayor detalle sobre la procedencia de la ejecución de la sentencia impug-
nada, la doctrina se ha encargado ya de perfilar su procedencia, y
justamente el presente trabajo tiene el mismo objeto, principalmente para
trasladarlo a los procesos civiles.
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Esta institución en el derecho constitucional tiene varios


antecedentes tal como lo señala CAIRO ROLDAN al indicar que la
actuación inmediata de la sentencia impugnada es una institu-
ción reconocida y utilizada con éxito en diversos
ordenamientos procesales constitucionales. El artículo 81 de
la Constitución de Colombia de 1991, establece que el fallo de
la acción de tutela (nombre colombiano del amparo) es de in-
mediato cumplimiento. En Venezuela ha explicado Carlos AYALA
CORAO la apelación contra la sentencia del amparo se concede
sin efectos suspensivo, por lo que también se actúa de inme-
diato. En Ecuador, el artículo 95 de su Constitución dispone
que la apelación contra la resolución que concede el amparo
no suspende su ejecución. Asimismo, el artículo 102 de la Ley
del Tribunal Constitucional de Bolivia establece que la resolu-
ción que concede el amparo será ejecutada inmediatamente,
sin perjuicio de la revisión. Por otro lado, la Constitución de la
provincia argentina del Salta prescribe que los recursos nunca
suspenden la ejecución de la sentencia cuando esta acoge la
pretensión del amparado. No puede ser de otra manera, por-
que la finalidad del amparo es enfrentar inmediatamente los
agravios o amenazas que ponen en peligro la subsistencia de
los derechos constitucionales.11
Sin embargo es posible encontrar la institución regulada
ope iudicis en algunos ordenamientos legales, es decir sin regu-
lación normativa concreta, no obstante como potestad del Juez
de ordenar la ejecución de una sentencia de grado, sin conside-
rar la existencia de impugnación.

7. Cairo Roldán, Omar. Una nueva justicia constitucional peruana. En


Suplemento de Análisis Legal de El Peruano. Lima, 28.06.04. Año 1
No. 5.
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3. ASPECTOS CENTRALES DEL INSTITUTO:


En primer lugar debemos indicar que la ejecución de sen-
tencia impugnada es una institución que forma parte de la tutela
diferenciada, siendo además un especie de la tutela anticipato-
ria. Esto implica la incorporación de un mecanismo procesal
que permita al justiciable en casos concretos, lograr que el Es-
tado le otorgue tutela jurídisdiccional de manera oportuna,
solucionando su problema con la ejecución de la sentencia de
primer grado, sin esperar la decisión definitiva.
En segundo lugar, debemos indicar que este instituto nace
con el propósito de lograr la ejecución de sentencias de primer
grado, no obstante se encuentren apeladas12, ello debido a la
necesidad impostergable de hacerlo, pues la premura del tiem-

12. MONTERO AROCA, define a la ejecución provisional (nombre con el que se


conoce el instituto en la LEC) indicando que se entiende por ejecución
provisional de sentencias de condena definitivas (esto es no firmes, art.
207), que se han pronunciado sobre el fondo del asunto, de modo que esa
ejecución queda condicionada en su efectividad a que la sentencia recu-
rrida y ejecutada no sea revocada por la sentencia que dicte el tribunal
que conoce el recurso. Agrega que teóricamente la ejecución provisional
puede referirse a sentencias recurribles, es decir, aquellas contra las que
la ley prevé algún recurso pero que todavía no han sido recurridas, y a
sentencias ya recurridas, con lo que la definición de la ejecución provisio-
nal podría aludir a que la efectividad de la misma queda condicionada a
que la decisión contenida en la sentencia simplemente permanezca. Aho-
ra bien, dado que en nuestro Derecho la ejecución provisional se refiere
sólo a las sentencias ya recurridas, la condición de su efectividad sólo
puede atender a que la sentencia recurrida sea revocada por la sentencia
que dicte el tribunal superior al conocer el recurso. Conforme este actor
los elementos de la ejecución provisional son: 1) sólo se refiere a la sen-
tencia, no a otro tipo de resoluciones, 2) ha de haberse pronunciado sobre
el fondo del asunto, 3) tiene que haber estimado, por lo menos en la parte,
la pretensión, 4) tiene que ser de condena, esto es, quedan excluidas las
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po (peligro en la demora) hace necesaria su ejecución, pues de


lo contrario se afectará el interés o derechos que se encuentran
en juego en el proceso, si se espera que la sentencia quede fir-
me, pues en aquel momento se dará la razón de manera definitiva
al actor, pero será un poco tardía la concesión de tutela juris-
diccional, en todo caso ya no será efectiva, por falta de
oportunidad.13 Así el instituto en estudio se convierte en un ins-
trumento idóneo para que el justiciable ejecute lo decidido, sin
esperar la decisión del juez de segundo grado, la cual se dará en
su oportunidad, se entiende para ratificar lo resuelto por el de
primer grado, es por ello que esta figura no es aplicable a la
generalidad de situaciones que se presentan para soluciónar ante

sentencias meramente declarativas o las constitutivas, y 5) contra ella ha


de haberse preparado el recurso provisto por la ley, se trate de apelación,
de infracción procesal o casación. MONTERO AROCA, Juan y otros. Derecho
Jurisdiccional. Parte General 10ma. Edición. Valencia, Editorial Tirant lo
Blanch, 2000. Tomo II. Pág. 537.
13. Para nadie es una novedad señalar que el servicio de justicia en nuestro
país no es oportuno, es más bien moroso, llega siempre tarde la satisfac-
ción al justiciable, luego de un prolongado tiempo de debate y peripecias
generadas por el propio sistema, creo que esta deficiencia se comparte con
muchos otras realidades, de lo que se trata en todo caso con el uso de esta
institución, es de luchar contra la demora en el proceso, es decir con el
tiempo que se demore el juez en resolver en definitiva el conflicto, sin
embargo, en tanto se llega a esa meta, el interés o derecho que busca
proteger el actor con la pretensión postulada en la demanda, no puede
esperar, pues esta espera lo perjudica enormemente y favorece de mane-
ra ilegítima a la parte demandada. Por ello es que se propone este instituto,
en este caso no para adelantar los efectos de la sentencia, porque ésta ya
existe (para ello se usa la tutela anticipatoria), tampoco para garantizar la
misma (para ello encontramos a la tutela urgente cautelar), tampoco para
brindar una tutela satisfactiva ante la rogatoria del justiciable, sin mayor
debate (aquí encontramos a la tutela urgente satisfactiva), sino para eje-
cutar lo decidido en primer grado por el órgano jurisdiccional.
382 MARTÍN HURTADO REYES

el órgano jurisdiccional, sino que va ha depender del caso con-


creto y al cumplimiento de presupuestos mínimos, los cuales
deben ser cumplidos por el que solicita la ejecución de la sen-
tencia de primer grado y a la evaluación que realice el juez previo
a su despacho, pues conviene adelantar que esta figura, resulta
novedosa, pero requiere de un gran debate para su inclusión en
nuestro proceso civil, pues habrá situaciones en las que con-
vendrá mantener en suspenso los alcances de la sentencia de
primer grado, tal como lo veremos más adelante.
En tercer lugar, la aplicación de este instituto implica la
modificación en el modelo adoptado en nuestro medio respec-
to de los efectos de la impugnación, concretamente de la
apelación, es decir del efecto suspensivo que genera el mismo.14
Pues nuestro sistema de impugnación ésta basado en la suspen-
sión de los efectos de la sentencia cuando la misma es impugnada
por la parte no favorecida con la misma.15 Así en los casos en
los que el juez considere viable la aplicación de la ejecución de

14. Efecto Suspensivo: Es el efecto que impide que la resolución judicial ad-
quiera la autoridad de cosa juzgada, impide que se produzca la inmediata
ejecución de lo resuelto, por el contrario todo lo decidido por el juez en la
resolución impugnada queda en suspenso en tanto no sea resuelto de
manera definitiva. SCHÖNKE desde la perspectiva del recurso explica el
efecto suspensivo al señalar que es recurso es el medio de someter una
resolución judicial, ante de que adquiera el carácter de cosa juzgada, a un
nuevo examen en una instancia superior, deteniendo así la formación de
la cosa juzgada. Esta suspensión de la entrada en la cosa juzgada (efecto
suspensivo). SCHÖNKE, Adolfo. Derecho Procesal Civil. Barcelona, Editorial
Bosch, 1950. Pág. 299.
15. Artículo 368 inciso 1 del CPC: El recurso de apelación se concede… con
efecto suspensivo, por lo que la eficacia de la resolución recurrida queda
suspendida hasta la notificación de la que ordena se cumpla lo dispuesto
por el superior.
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sentencia de primer grado impugnada, debe contar con la nor-


ma procesal que lo autorice a dejar de lado el efecto suspensivo
que produce la impugnación, pues éste como se vera es necesa-
rio en el proceso civil, pero también se hace necesaria la inclusión
de una excepción a esta norma general, excepción que estaría
constituida por la aplicación del instituto en estudio, con el cual
no habrá ningún obstáculo para ejecutar lo decidido. Conside-
ramos que de incluir este mecanismo en nuestro proceso civil,
no habrá otro remedio que propiciar la modificación del artícu-
lo 368 inciso 1 del CPC. Lo cual a nuestro criterio resulta
absolutamente viable, pues como hemos señalado en el dere-
cho procesal de esta parte del mundo ya fue incorporada la
institución.
Asímismo, en materia Constitucional debemos superar un
escollo no mucho menor, pues existe en nuestra Constitución una
norma que contiene, como garantía mínima para los justiciables,
la denominada doble instancia, la cual permite decidir un con-
flicto de intereses no sólo con la decisión de un juez de primer
grado (primera decisión), sino que es necesaria la decisión de un
juez de segundo grado (segunda y última decisión). Así tenemos
que el artículo 139 inciso 6 de la Constitución de 1993 señala:
«Son principios y derechos de la función jurisdiccional… la plu-
ralidad de instancias». No obstante creo que este problema es
menor con relación al mencionando en el párrafo anterior, pues
consideramos que no se quiebra el principio de instancia plural o
doble instancia, debido a la ejecución de la sentencia de primer
grado, no elimina la decisión del juez de segundo grado (con la
cual se configura la doble instancia), éste pronunciamiento debe
producirse necesariamente, siempre que prospere la impugna-
ción, entonces tenemos que la ejecución mencionada no tiende a
la afectación de la doble instancia, pues la misma se debe produ-
384 MARTÍN HURTADO REYES

cir necesariamente. No hay posibilidad que la ejecución de la sen-


tencia de primer grado impida que el grado se absuelva.
Sobre los obstáculos establecidos por los entendidos en la
materia sobre la aplicación en el proceso civil, de la ejecución
de sentencia impugnada tenemos a MONTERO AROCA quien ocu-
pándose de la misma en España ha señalado que el fundamento
de esta ejecución parte: primero, admitir que no existe obstá-
culo constitucional a la misma y, después, de que, antes al
contrario, la efectividad de la tutela judicial la favorece. Ni la
presunción de inocencia, ni el derecho al recurso pueden ser
argumentos oponibles ala ejecución provisional, la cual encuen-
tra su fundamento en el derecho a la tutela judicial efectiva en
el mismo se justifican también sus limites.15

4. PRESUPUESTOS PARA EL ACCESO A LA EJECUCIÓN DE


SENTENCIA APELADA:
Como sabemos, lo normal es que se llegue a la ejecución
de sentencia, cuando ésta ha trasuntado a la cosa juzgada, es
decir cuando se trata de un decisión firme, sobre la cual recae la
res iudicata. Antes de ello, resulta imposible hablar de la ejecu-
ción de una sentencia, pues si se formula la impugnación, el
efecto suspensivo que produce la misma suspenderá todos los
extremos de la decisión; de allí que resulta necesario que la pro-
puesta que hacemos de incorporar al proceso civil la figura de
la ejecución de sentencia impugnada, sea tomada con cautela y

15. MONTERO AROCA, Juan. Luis GÓMEZ COLOMER, Alberto MONTÓN REDONDO y
Silvia BARONA VILLAR. El Nuevo Proceso Civil. Valencia, Editorial Tirant lo
blanch, 2000. Pág. 614.
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 385

no nos precipitemos en su configuración, por ello es necesario


que su acceso se encuentre sujeto a presupuestos de cumpli-
miento inexorable, pues el otro lado de la orilla (es decir quien
resiste la ejecución) se puede ver afectado sino se toman los
cuidados necesarios.
En primer lugar, considero que el presupuesto inicial para su
admisión, es que el pedido debe nacer del principio dispositivo,
esto es que el pedido de ejecución de la sentencia de primer grado,
debe hacerlo la parte beneficiada con la sentencia (debe mediar
pedido de parte), esto implica erradicar el uso de la institución ex
officio, creo que esta situación resulta comprensible, tomando en
cuenta que en este tipo de situaciones, si lo que se pretende es
proteger un interés o un derecho que se puede perjudicar por el
transcurso de tiempo, el llamado a pedir tutela al Estado para su
protección, es aquel que fue favorecido con la sentencia
En segundo lugar, se debe configurar un plazo para su
concesión, esto es que no quede al libre albedrío del que obtuvo
la sentencia favorable, sino que la norma procesal especifique
un plazo dentro del cual, se pueda solicitar la ejecución de la
sentencia de primer grado. Consideró que el plazo razonable,
debe ser el mismo plazo que tiene el afectado por la sentencia
para formular su impugnación.
En tercer lugar, debemos tener en cuenta que la ejecución
de la sentencia impugnada, debe hacerse bajo cuenta, costo y
responsabilidad del favorecido con la misma, esto implica que
la ejecución debe tener como presupuesto una garantía (fianza,
caución, coaseguro, etc.), esta garantía debe tener la misma
naturaleza de la contracautela usada en la tutela cautelar, esto
es que sirva para garantizar los daños y perjuicios que se pue-
dan ocasionar con la ejecución de la sentencia apelada. Por cierto,
el establecimiento de este presupuesto, de por si resulta polé-
386 MARTÍN HURTADO REYES

mico, sin embargo, pensamos que al momento de despachar


esta ejecución anticipada, se debe considerar también al desti-
natario de dicha ejecución, y esta sería la mejor forma de cautelar
los intereses de la parte vencida en juicio. Aunque en Doctrina y
en Derecho Comparado existan diversas posiciones.16
En cuarto lugar, es necesario tomar en cuenta, como pre-
supuesto fundamental para su concesión la existencia del peligro
en la demora, esto es que el tiempo que se debe demorar el
órgano jurisdiccional para definir el conflicto (agotando la do-
ble instancia), le pueda generar un perjuicio al sujeto del proceso
favorecido con la sentencia, o se pueda determinar la existencia

16. Por ejemplo en la norma procesal española, la regla general es que la


ejecución provisional no requiere de caución del solicitante, sin embargo
ésta si es exigible, cuando quien ejecutando lo decidido, dispone de dine-
ro en efectivo, ello al parecer con el propósito de cubrir el riesgo de que
quien se benefició con dicha cantidad de dinero luego de revocada la
sentencia no tenga capacidad de devolver la suma que fue ejecutada
provisionalmente. Artículo 526 de la LEC. .En cambio el Código de Uru-
guay señala en su artículo 260 que «cuando se recurriera sentencia
definitiva de condena el vencedor podrá solicitar la ejecución provisional
dentro del plazo de 6 días a contar del siguiente día a su notificación,
prestando garantía suficiente para responder, en su caso, por todos los
gastos judiciales y daños y perjuicios que pudiera ocasionar a la parte
contraria…». Asimismo el artículo 588 del CPC de Brasil señala que «la
ejecución provisoria de la sentencia se hará al mismo modo que la defini-
tiva, observando los siguientes principios: I. Corre por cuenta y
responsabilidad del acreedor, quien prestará caución obligándose a repa-
rar los daños causados al deudor. Como vemos la legislación comparada
no tiene una voz uniforme sobre el particular, por lo cual se hace necesario
reflexionar sobre la incorporación de este mecanismo procesal para otor-
gar tutela rápida, pero garantizando también el derecho de la persona
que se verá afectada con la ejecución de la sentencia impugnada, por lo
cual nos ratificamos en la posición de que se debe exigir como presupuesto
de ejecución la formalización de una caución o contracautela.
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 387

de la frustración del derecho reconocido o en todo caso la im-


postergable necesidad de evitar que el vencido, de manera
injustificada e ilegitima siga poseyendo, usando, disfrutando un
bien que debe restituir de manera inexorable.
En quinto lugar, se hace necesario formular un trámite
para lograr este propósito, lo más optimo sería que el pedido de
ejecución de la sentencia impugnada sea tramitado en cuader-
no aparte, es decir formar un cuadernillo, con la solicitud del
actor, copia de la sentencia emitida y el cumplimiento de los
presupuestos antes indicados.
En sexto lugar, consideramos que resulta evidente que
contra el mandato judicial que ordena la ejecución de la senten-
cia impugnada, debe admitirse asimismo la impugnación, sin
embargo, para no hacer infructuosa su «ejecución» debe esti-
marse una impugnación sin efecto suspensivo. El auto por el
que se despacha la ejecución de sentencia impugnada debe ser
apelable dentro de los 3 días posteriores a su notificación.
En sétimo lugar, debemos indicar que así como el actor tiene
la facultad de peticionar la ejecución de la sentencia de primer
grado, sería correcto que el vencido, pueda solicitar la suspensión
de dicha ejecución, así se debería instituir normas que permitan
que el demandado, vencido con la sentencia de primer grado pue-
da acceder a una medida judicial que impida que el actor pueda
ejecutar la sentencia antes de lograr la cosa juzgada. Este pedido
por cierto debe ir escoltado igualmente de una garantía suficiente
para garantizarle al actor, la cual en todo caso supla el objeto de la
ejecución o lo garantice, sus intereses, costos y costas17.

17. La LEC en su artículo 528, regula la Oposición a la ejecución provisional y


a actuaciones ejecutivas concretas. Con los siguientes caracteres:1. El
388 MARTÍN HURTADO REYES

En octavo lugar, se debe incorporar como posibilidad que


este mecanismo se pueda utilizar por aquel sujeto del proceso
que obtenga sentencia favorable en segundo grado, en este caso
como se puede sospechar existen mucho más elementos para
determinar que quien logró sentencia favorable pueda ser be-
neficiado con la ejecución anticipada de la sentencia en la cual
no se ha configurado la cosa juzgada.
Sostiene Maria VELÁZQUEZ MARTÍN que partiendo de la dic-
ción literal del artículo 524.2 de la LEC, sólo cabe plantear la
posibilidad de ejecutar provisionalmente las «sentencias de
condena que no sean firmes». No basta con que la resolución

ejecutado sólo podrá oponerse a la ejecución provisional una vez que ésta
haya sido despachada. 2. La oposición a la ejecución provisional única-
mente podrá fundarse en las siguientes causas:1.ª En todo caso, haberse
despachado la ejecución provisional con infracción del artículo anterior.
2.ª Si la sentencia fuese de condena no dineraria, resultar imposible o de
extrema dificultad, atendida la naturaleza de las actuaciones ejecutivas,
restaurar la situación anterior a la ejecución provisional o compensar eco-
nómicamente al ejecutado mediante el resarcimiento de los daños y
perjuicios que se le causaren, si aquella sentencia fuese revocada.3. Si la
sentencia fuese de condena dineraria, el ejecutado no podrá oponerse a la
ejecución provisional, sino únicamente a actuaciones ejecutivas concretas
del procedimiento de apremio, cuando entienda que dichas actuaciones
causarán una situación absolutamente imposible de restaurar o de com-
pensar económicamente mediante el resarcimiento de daños y perjuicios.
Al formular esta oposición a medidas ejecutivas concretas, el ejecutado ha-
brá de indicar otras medidas o actuaciones ejecutivas que sean posibles y no
provoquen situaciones similares a las que causaría, a su juicio, la actuación o
medida a la que se opone, así como ofrecer caución suficiente para responder
de la demora en la ejecución, si las medidas alternativas no fuesen aceptadas
por el tribunal y el pronunciamiento de condena dineraria resultare poste-
riormente confirmado. Si el ejecutado no indicara medidas alternativas ni
ofreciese prestar caución suficiente, no procederá en ningún caso la oposi-
ción a la ejecución y así se dispondrá de inmediato, sin recurso alguno.
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 389

ponga fin al proceso sino que además ha de tratarse de Sen-


tencia y que contenga un pronunciamiento sobre el fondo, es
decir, una solución al conflicto que lo originó conteniendo
una condena18.
En noveno lugar, es menester dejar aclarado que la eje-
cución de sentencia recurrida (o de ejecución provisional
como la denomina la Ley de Enjuiciamiento Civil de España)
sólo procederá respecto de sentencias que tengan la condi-
ción de sentencias de condena, no es admisible el uso de este
mecanismo en las sentencias declarativas y constitutivas, esto
significa que sólo procederá contra sentencias de condena re-
curridas.
Como décimo lugar, debemos señalar que la competencia
para decidir sobre la procedencia o improcedencia de la ejecu-
ción ya mencionada, corresponderá al juez que emitió la
sentencia de condena impugnada, no siendo necesario el inicio
de un nuevo proceso o la interposición de una demanda, sino
simplemente de una petición escrita que contenga los requisi-
tos ya mencionados
Haciendo una análisis de la LEC Maria VELÁZQUEZ MARTÍN
señala que la solicitud de ejecución provisional está sometida a
determinados condicionantes en cuanto a su forma y conteni-
do, plazo de presentación y órgano competente, si bien los
mismos estarán orientados por el principio general de favore-
cer la aplicación de la ejecución provisional. Lugar. La solicitud
habrá de presentarse ante el órgano competente para despa-

18. VELÁZQUEZ MARTÍN, María Angeles. «La ejecución provisional en el proceso


civil» en la nueva Ley de enjuiciamiento civil. Editorial Dykinson, 2003.
Tomado de Internet en www.premiun.vlex.com.
390 MARTÍN HURTADO REYES

char y llevar a cabo la ejecución que, en virtud de los artículos


524.2 y 535.2 LEC, será ante el tribunal que haya conocido del
procedimiento en primera instancia. Tiempo. La solicitud de
ejecución provisional, a diferencia de la legislación anterior, no
está sometida a un plazo preclusivo, de forma que puede ser
instada en cualquier momento en tanto no haya sido resuelto el
recurso. El plazo máximo vendrá determinado por la firmeza
de la sentencia en cuyo caso solamente procederá la solicitud
de ejecución definitiva19.
Por último, respecto de la legitimidad para solicitar la
aplicación de este instituto, tenemos que corresponderá al be-
neficiario de los decidido en la sentencia, así, si el actor logra
que su pretensión tenga éxito, le corresponderá ser el titular
de la solicitud, en cambio si el demandado obtiene respuesta
favorable del órgano jurisdiccional, con respecto a su recon-
vención, le corresponderá la titularidad de la misma.

5. EJECUCIÓN DE SENTENCIA RECURRIDA, CONCEPTO:


La legislación Española la denomina ejecución provisio-
nal, realidad en la cual el uso de la institución tiene larga data,
pues fue recepcionada en la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881
y su permanencia fue ratificada en el ordenamiento procesal
con la nueva Ley No. 1/2000 vigente en España desde enero de
2001, esto significa que nos encontramos frente a un instituto
cuya aplicación tiene referentes en el Derecho Comparado, por
lo cual la propuesta de incorporación a nuestra legislación re-

19. VELÁZQUEZ MARTÍN, María Angeles. La ejecución provisional…Op. Citada.


Pág. 355
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 391

sulta viable, tomando en cuenta que en otras realidades ha teni-


do un uso cotidiano, sin embargo el éxito para incorporarla a
nuestro sistema procesal, depende de que esta sea eficiente para
solucionar los problemas del justiciable y que se adecue a nues-
tra realidad, sobre todo este último argumento.
Respecto del instituto en estudio señala MONROY GÁLVEZ
que la actuación inmediata de la sentencia impugnada es el ins-
tituto procesal, especie de la tutela anticipatoria, por medio del
cual se concede a la parte que ha obtenido una decisión favora-
ble en primer grado, el derecho a la actuación de la decisión
que lo favorece, con prescindencia de que la resolución vaya a
estar o esté recurrida por la parte vencedora20.
Desde el punto de vista del titulo de ejecución (que es el
único que nos abre la puerta para la ejecución) los Españoles
CORTES DOMÍNGUEZ y MORENO CATENA señalan que la ejecución de
una sentencia recurrida es la llamada ejecución provisional,
denominación que puede provocar alguna confusión, ya que las
actuaciones ejecutivas que se realizan no precisan de confirma-
ción ni deben elevarse a definitivas cuando el recurso se resuelva;
más bien se trata de títulos cuya ejecución, a diferencia de lo
que sucede cuando la sentencia ha adquirido firmeza, queda
condicionada a que no sea revocada por el órgano judicial que
conoce del recurso. Así pues, no sólo es título de ejecución la
sentencia firme de condena, sino también la sentencia de con-
dena recurrida21.

20. MONROY GÁLVEZ, Juan. «La actuación de la sentencia impugnada» Op. Cita-
da. Página 191 a 221.
21. Valentín CORTES DOMÍNGUEZ y Víctor MORENO CATENA. La Nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. Madrid, Editorial Tecnos, 2000. Tomo IV, Pág.
109.
392 MARTÍN HURTADO REYES

MONTERO AROCA entiende por ejecución provisional a la


ejecución de sentencias de condena definitivas, se han pro-
nunciado sobre el fondo del asunto, de modo que esa ejecución
queda condicionada en su efectividad a que la sentencia recu-
rrida y ejecutada no sea revocada por la sentencia que dicte el
tribunal que conoce el recurso, para este autor los elementos
de la ejecución provisional son: 1) Sólo se refiere a la senten-
cia, no a otro tipo de resoluciones (en nuestro sistema hay
resoluciones que pueden ser equiparadas como sentencia, por
ejemplo aquellas que aprueban una conciliación); 2) Debe ha-
berse pronunciado sobre el fondo del asunto (no es posible
como se puede inferir de lo señalado por el autor la ejecución
de sentencias inhibitorias, solo las estimatorias de la preten-
sión); 3) Tiene que haber estimado, por lo menos en parte, la
pretensión. 4) Tiene que ser de condena, esto es, quedan ex-
cluidas las sentencias meramente declarativas y las
constitutivas, y 5) Contra ella ha de haberse preparado el re-
curso previsto por la ley, se trate de apelación, de infracción
procesal o de casación22.
Se podría conceptuar a la ejecución de sentencia recurrida,
como aquel instituto de orden procesal que permite el otorga-
miento de tutela jurisdiccional de manera más inmediata y
oportuna al sujeto procesal favorecido con la sentencia de pri-
mer grado (puede determinarse también con la de segundo grado),
que tenga la condición de sentencia de condena, con el propósito
de ejecutarla, es decir de lograr la ejecución de manera anticipa-
da de lo que se decidió en la misma, lo que en condiciones normales
sólo lo lograría con una sentencia definitiva.

22. MONTERO AROCA, Juan. Luis GÓMEZ COLOMER, Alberto MONTÓN REDONDO y
Silvia BARONA VILLAR. Op. citada. Pág. 613.
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 393

Merece en este punto formular algunos argumentos que per-


mitan no confundir la figura de la ejecución de sentencia impugnada
con la medida cautelar, pues como veremos, entre ambas existe
una marcada distancia, así en las medidas cautelares, para su pro-
cedencia es necesaria la verosimilitud del derecho invocado, esto
es la apariencia de que el derecho invocado en la demanda sea
admitido finamente en la sentencia, en cambio para la ejecución de
sentencia impugnada, no se requiere el fumus bonis iuris, se nece-
sita una sentencia de condena, es decir que ya exista decisión judicial
sobre el fondo de la controversia, pero se requiere que esta senten-
cia impugnada. La medida cautelar fundamentalmente sirve para
garantizar el cumplimiento de la decisión final (a futuro), hace fun-
ción de garante, en tanto que el instituto en estudio ejecuta lo
decidido (en el momento). Lo cierto es que, la ejecución de senten-
cia apelada, es sólo eso, un tramite de ejecución sui generis,
ejecución anticipada, pues quebrando una posición arraigada en
nuestro medio que sólo se llega a la ejecución por medio de una
sentencia firme, permite en términos prácticos dar efectividad a lo
decidido por el juez de primer o de segundo grado (ya que la sen-
tencia puede ser apelada o mediar un recurso de casación).

6. JUSTIFICACIÓN DEL INSTITUTO:


Es evidente que la incorporación de este instituto en nuestro
sistema procesal será fundamental para el desaliento, respecto del
uso indiscriminado e irracional de los medios impugnatorios, frente
a sentencias que difícilmente serán revocadas por el juez de segun-
do grado o por la Corte de Casación. Este es un gran problema en
la actualidad, los jueces de segundo grado y los de casación, en un
gran porcentaje están sometidos a resolver apelaciones y casacio-
nes, que muchas veces no contienen argumentos sólidos para
394 MARTÍN HURTADO REYES

revertir lo decidido por el juez de primer y segundo grado, simple-


mente la impugnación tiene un objeto dilatorio y por ende
perjudicial para los intereses del actor. Lo que muchas veces se
pretende, es sólo prolongar la ejecución de lo decidido, no se im-
pugna para revertir la decisión, o por qué no es el resultado de lo
actuados o para el control de la norma sustantiva, simplemente
para mantener en suspenso lo decidido y sacar provecho del tiem-
po que transcurra en que la sentencia se convierta en definitiva.
A la vez la incorporación de este mecanismo constituiría
un espaldarazo y un grado de confianza para el ejercicio de la
función jurisdiccional, pues permitirá que ésta cuente con un
mecanismo, que, hará viable el otorgamiento rápido y oportuno
de la tutela que busca el justiciable cuando acude al órgano juris-
diccional. La tutela que actualmente otorga el órgano jurisdiccional
no es suficiente para satisfacer al justiciable, pues como vemos
ésta está supeditada a la cosa juzgada, sin embargo en circuns-
tancias especiales esta se puede anticipar y otorgarse antes que se
produzca sentencia firme. El órgano jurisdiccional con este me-
canismo podría recuperar la confianza pérdida que tiene la
población con referencia su aceptación, pues como sabemos ac-
tualmente la aceptación está absoluta bajo, la cual no supera el
12%. Este es un mecanismo idóneo para hacer efectiva la tutela
judicial que otorga el Estado a través de sus jueces.
Asimismo, constituirá una innovación en la teoría de la
impugnación, pues en casos concretos, será necesario quebrar
el efecto suspensivo que genera la apelación, para ejecutar de
manera anticipada una sentencia que todavía no ha trasuntado
por la cosa juzgada, ello a nuestro criterio produciría un avance
en nuestro proceso civil, pues éste se pondría a la altura de otros
sistemas procesales, no solo por la satisfacción de tener incor-
porado el instituto, sino porque adaptada la misma a nuestra
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 395

realidad, servirá para solucionar situaciones actualmente resul-


tan impensables en los estrados judiciales.

7. SUPUESTOS A LOS QUE SE PUEDE APLICAR:


El instituto materia de estudio, como se podrá advertir tiene
un gran campo de aplicación. Así, teóricamente su procedencia
estaría sujeta en primer término a que se trate de una sentencia de
condena o cualquier acto procesal que tenga calidad de sentencia
(conciliación, transacción u otro acto homologado por el juez), en
segundo término debemos considerar el peligro y concretamente
cuando este peligro en la demora pueda generar un perjuicio al
sujeto del proceso favorecido con la sentencia, o se pueda deter-
minar la existencia de la frustración del derecho reconocido o en
todo caso la impostergable necesidad de evitar que el vencido, de
manera injustificada e ilegítima siga poseyendo, usando, disfru-
tando un bien que debe restituir de manera inexorable.
Siguiendo los parámetros ya indicados, esta figura podría
ser aplicable a los procesos de alimentos, procesos de desalojo
por vencimiento de contrato, falta de pago y cambio de uso, pro-
cesos en los que se condena al demandado al cumplimiento de
una prestación de dar, hacer o no hacer, en los procesos de in-
demnización por daños y perjuicios, entre otros. Sin embargo,
como ya hemos señalado, corresponderá en el caso concreto, al
juez, determinar la procedencia de la misma, tomando en cuenta
si se dan los presupuestos ya señalados, pues como ya dejamos
aclarado no es admisible aplicar este instituto de manera general
a todos los conflictos que se pongan a consideración del órgano
jurisdiccional, así por ejemplo no es admisible su uso:
a) En litigios en los que se ha emitido sentencias constitutivas
o declarativas, entre las cuales podemos encontrar a las sen-
396 MARTÍN HURTADO REYES

tencias de divorcio, separación de cuerpos por causal, filiación,


resolución de contrato, nulidad de acto jurídico, nulidad de
matrimonio, rescisión de contrato, tercerías, prescripción ad-
quisitiva, formación de titulo supletorio, deslinde o rectificación
de área, entre otras. En estos casos, no es admisible determi-
nar la posibilidad de una ejecución de sentencia impugnada,
simplemente porque las sentencia declarativas o de condena,
no poseen etapa de ejecución. No obstante si existe acumula-
ción de pretensiones y alguna de ellas tiene alcances
patrimoniales que generan, en un extremo de la sentencia,
una condena, sería posible el uso de la ejecución sin sentencia
firme, siempre que cumpla con los presupuestos señalados.
b) En litigios en los que se decida con sentencia de primer
grado la modificación de un asiento registral, la justificación
es obvia, pues a través del Registro es que se hacen diver-
sas operaciones de tráfico de bienes y garantías, de ejecutar
provisionalmente estas sentencias, implicaría poner en riesgo
la seguridad jurídica que proporciona el registro, pues si se
constituyen derechos sobre la base de la información que
otorga el registro y éste se modifica con posterioridad, no
serviría entonces como mecanismo de seguridad jurídica.
En todo caso el auxilio de las medidas cautelares, sería el
mecanismo más idóneo para estas situaciones.
c) En general, no le son aplicables los alcances del instituto
a los laudos y sentencias extranjeras que no hayan logrado
firmeza.
Haciendo un análisis de la ejecución provisional en la LEC
Noticias Jurídicas de España ha manifestado que realizado el ejer-
cicio de fe, sólo queda ver si los letrados directores del
procedimiento consideran la ejecución provisional como un ins-
trumento operativo. Y vaya si lo hacen. Los números, en este
sentido, hablan por sí solos y son muchas las solicitudes de ejecu-
ción provisional de condenas dinerarias y no dinerarias que se
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 397

han sucedido en estos casi 100 días. Mientras las primeras no


plantean mayor problema –a salvo la localización de los bienes
del deudor, claro está, pero esta es otra historia -, las segundas
son un auténtico «terreno pantanoso», precisamente cuando los
perjuicios que podrían derivarse de la revocación de la sentencia
provisionalmente ejecutada pueden ser de imposible reparación.
Esto puede ocurrir en las sentencias que decidan sobre: (a) des-
ahucio; (b) desalojo de vivienda o local de negocio por las causas
del artículo 7.2 LPH in fine; o (c) derribo de construcción. En
todos estos supuestos, la solicitud de ejecución provisional abre
una nueva «batalla». De un lado, el abogado solicitante –previen-
do la oposición a la ejecución provisional- debe suministrar todos
los argumentos posibles para «desmontar» ese irreparable per-
juicio en caso de revocación. De otro, el abogado
«provisionalmente ejecutado» debe probar la irreparabilidad de
la situación que aquella ejecución provisional puede causar (la
prueba, otra vez). Curiosamente, el ejercicio de fe en la Primera
Instancia provoca un ejercicio jurídico. Afortunadamente para la
Primera Instancia, desapareció la prueba por ordalías20.
En la practica judicial de España hemos encontrado un caso
en el cual se ejecutó la ejecución provisional, que es descrito por
Joaquim MARTÍ: En el Juzgado de Primera Instancia núm. 43 de
Barcelona, se presentó, por parte del Letrado que firma este artí-
culo, demanda de juicio de desahucio por fallecimiento del
arrendatario sin existir derecho de subrogación alguno (Disposi-
ción Transitoria 2.ª LAU 1994). Acreditado en el proceso el
fallecimiento del arrendatario y la falta de notificación dentro del
plazo de los tres meses que prevé el art. 16.3 LAU 1994, así como

23. «La ejecución provisional en la nueva ley: Un asunto delicado». Tomado de


Internet en www.noticias jurídicas.com.
398 MARTÍN HURTADO REYES

la ocupación de la vivienda de terceros sin título y sin relación de


parentesco con el primitivo arrendador, se dictó sentencia dando
lugar al desahucio y lanzamiento de los ocupantes. Esta sentencia
fue apelada, y el arrendador, acreditando los evidentes perjuicios
que le suponía la entrega tardía de la posesión y la escasa prospe-
rabilidad del recurso de apelación ante una situación fáctica
indubitada, solicitó la ejecución provisional de la misma, ofre-
ciendo asimismo caución por importe de doce mil euros (Autos
de ejecución provisional 290/02). Pues bien, para el Juez del Pri-
mera Instancia «... teniendo en cuenta que la noción de perjuicio
irreparable se establece como aquel daño que debe sufrir el con-
denado, cuando el riesgo de imposible restitución o reparación
económica es elevado entra en juego la fianza prevista en el art.
529 a cargo del ejecutante para equilibrar la situación. En el pre-
sente supuesto la actora ofrece caución por importe de 12.000
euros a fin de asegurar los perjuicios que causaría una eventual
revocación. En consecuencia, sopesando peligros y riesgos, y en-
tendiendo que la caución ofrecida por el ejecutante garantiza,
para el caso de revocarse la sentencia, el resarcimiento de daños
y perjuicios, procede acordar la prosecución de la ejecución pro-
visionalmente instada si el ejecutante en el plazo de cinco días
constituye la caución ofrecida por importe de 12.000 euros en
cualquiera de las formas previstas en el art. 529.3 LEC...».24
Inclusive este instituto tiene aplicación en la ámbito labo-
ral como lo destaca MONTEBLANCO: de conformidad con el art. 295,
si el empresario que hubiera optado por la readmisión, interpu-
siera alguno de los recursos autorizados por la Ley, este vendrá

24. MARTI MARTI, Joaquim «La ejecución provisional de sentencias en los jui-
cios de desahucio». Abogado. Profesor colaborador Derecho Civil.
Universidad de Barcelona. Tomado de Internet en www.bufetejmarti.com.
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 399

obligado, mientras dure la tramitación del recurso, a sastifacer al


recurrido la misma retribución que venía percibiendo con ante-
rioridad a producirse aquellos hechos y continuará el trabajador
prestando servicios, a menos que el empresario prefiera hacer el
abono aludido sin compensación alguna. Y en igual sentido se
establece para el supuesto de que el recurso lo interpusiera el
trabajador, o si la opción correspondiente al trabajador, se hubie-
ra producido en favor de la readmisión. Y éste será el cauce por
el cual el trabajador puede reclamar el cumplimiento de la obli-
gación empresarial de readmisión, cuando la sentencia declara
nulo o improcedente el despido y ha sido recurrida, pues como
viene diciendo el TS, en sentencia de 19 mayo 1998, (A. 4733), es
este cauce procesal, y no el proceso autónomo a que da lugar una
acción resolutoria, el previsto específicamente y de manera ex-
presa en la Ley para cuando concurren las circunstancias del
supuesto controvertido de opción empresarial por la readmisión
y pendencia de resolución de un recurso. Siendo la solución para
encauzar las reclamaciones de no readmisión o readmisión irre-
gular exclusivamente por la vía del incidente de ejecución
provisional de sentencia, la cual no produce efectos perjudiciales
en la esfera del trabajador puesto que en éste trámite procesal,
de acuerdo con el art. 296 de la LPL, «el Juez o Sala resolverá lo
que proceda»; y la resolución procedente podrá ser, entre otras,
la condena al abono de posibles salarios no pagados, o el propio
reconocimiento en el tiempo de espera de la sentencia de supli-
cación del derecho a la percepción de retribución sin
contraprestación de trabajo.25

25. MONTEBLANCO MONTESINOS, Santiago. «Particularidad de la ejecución pro-


visional de despido». Tomado de Internet en www.uv.es.
400 MARTÍN HURTADO REYES

8. LA REVOCACIÓN DE LA SENTENCIA QUE GENERÓ LA


EJECUCIÓN ANTICIPADA:
Si la sentencia de grado ratifica o confirma lo resuelto
por el juez de primer grado, todo lo que se realizó en ejecución
de la sentencia impugnada, quedará en el estado en que se en-
cuentre, pues esta decisión judicial estaría ratificando todo lo
actuado en la ejecución.
Sin embargo, es posible dentro de un cálculo de probabi-
lidades que la sentencia impugnada y que es materia de ejecución
sea revocada en todos sus extremos por el juez de grado supe-
rior, la pregunta que aflora en estos momentos, es ¿qué sucede
con lo ejecutado hasta ese momento?. La respuesta tentativa a
la interrogante, estaría cifrada en que, con esta decisión judi-
cial, quedará rescindido todo lo actuado en el cuadernillo de
ejecución anticipada, se archivará el mismo y el juez de primer
grado tendrá que retomar la tramitación del expediente princi-
pal, hasta la emisión de una nueva sentencia.
Si la revocación es parcial, se deberán rescindir los actos
procesales que ejecutaron lo revocado, esto implicaría, si la eje-
cución tiene por objeto cantidades de dinero (ejemplo si se
ordenó pagar una cantidad determinada y el superior revoca
reduciendo el pago de la misma), deberán ser restituidas en el
monto que ordenó el superior, y en el caso que se opte por la
caución ejecutar la misma hasta la cantidad cifrada por el a-
quem, para restituir al ejecutado.
Si la revocación se refiere a sentencias de condena que no
tengan por objeto dinerario, por ejemplo la entrega de bienes,
entonces se rescindirá lo actuado y se dispondrá la restitución
de la cosa entregada, de ser posible determinar el pago de fru-
tos o productos que el bien haya producido u otros conceptos
EJECUCIÓN DE SENTENCIA IMPUGNADA 401

que se puedan determinar como la indemnización o pago por el


uso del bien. En las obligaciones de hacer, muchas veces no será
admisible deshacer lo hecho, no tendría sentido hacerlo en
muchos casos, por lo cual se tiene que buscar un mecanismo
que logre resarcir aquel que cumplió con una sentencia no fir-
me, en tal sentido podría pensarse en una indemnización.
En los casos de revocación es posible inclusive definir el
pago de costas a favor de quien logró la revocatoria de la cues-
tión de fondo, la nulidad de la sentencia por vicios procesales
no debe admitir el pago de este concepto. Sin embargo, en este
punto podemos apreciar con nitidez en cuanto puede ayudar la
caución como presupuesto para la ejecución de lo decidido.
402 MARTÍN HURTADO REYES
PROCESO DE AMPARO 403

CAPÍTULO X
Proceso de amparo

L
a idea en esta parte del trabajo no es realizar un
análisis exhaustivo del Proceso de Amparo, se
trata más bien de hacer una referencia básica
del instituto, con el fin de completar el marco teórico
con respecto al mismo, poniendo en evidencia que el
Proceso de Amparo forma parte de la tutela urgente,
pues su objeto es la protección inmediata y rápida (con
una lucha contra el tiempo) de los derechos constitu-
cionales de aquellos sujetos que los ven vulnerados o
amenazados, y de reponer las cosas al estado anterior
a la mencionada violación o amenaza. En fin, empe-
cemos con esta tarea, de la cual ya tuvimos la oportu-
nidad de ocuparnos en nuestra época de estudiante
universitario.1

1. En nuestra Tesis para optar el Grado de Bachiller en la Uni-


versidad Nacional Federico Villarreal intitulada «Amparo, como

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