Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Gaceta
Médica de
México
En este número:
COEDITORES / COEDITORS
Dra. Patricia Clark Dr. Raúl Carrillo Esper Dr. Eduardo Esteban
Departamento de Medicina, Departamento de Medicina, Montalvo Javé
Unidad de Epidemiología Clínica, Medicina Crítica, Departamento de Cirugía,
Hospital Infantil de México Instituto Nacional de Rehabilitación Cirugía General,
“Federico Gómez”, “Luis Guillermo Ibarra Ibarra”. Facultad de Medicina, UNAM,
Ciudad de México, México Ciudad de México, México Ciudad de México, México
Incluida en/Indexed in: Index Medicus de la NLM, EUA; Medline de Medlars NLM, EUA; Biologica Abstracts, EUA;
IMLA, Bireme-OPS, Brasil; Lilacs, Bireme-OPS, Brasil; Excerpta Medica, Excerpta Médica Foundation, Holanda;
Artemisa, Cenids-SSA, México; Periódica, CICH-UNAM, México; Bibliomexsalud, CICH-IMSS-UNAM, México;
Journal Citation Reports (JCR), EUA; MEDES, España
F U N D A D A E N 1 8 6 4
Dr. Jorge Carlos Alcocer Varela Dr. David Kershenobich Stalnikowitz Dr. Julio Sotelo Morales
Departamento de Medicina, Secretario Departamento de Medicina, Departamento de Medicina,
de Salud, Ciudad de México, México Gastroenterología, Neurología Experimental,
Dra. Teresita Corona Vázquez Instituto Nacional de Ciencias Médicas Instituto Nacional de
y Nutrición “Salvador Zubirán”, Neurología y Neurocirugía,
División de Posgrado,
Ciudad de México, México Ciudad de México, México
Universidad Autónoma de México,
Ciudad de México, México Dr. Armando Mansilla Olivares Dr. Misael Uribe Esquivel
Dr. Juan Ramón Departamento de Departamento de Medicina,
de la Fuente Ramírez Medicina Interna, Gastroenterología, Médica Sur,
Hospital de Cardiología, Centro Médico Ciudad de México, México
Departamento de Psiquiatría y Salud Nacional Siglo XXI, IMSS,
Mental, Representante Permanente Dr. Pelayo Vilar Puig
Ciudad de México, México
de México ante la Organización Departamento de Cirugía,
de las Naciones Unidas, Dr. Enrique Ruelas Barajas Otorrinolaringología,
Nueva York, Estados Unidos Departamento de Salud Pública y Cirugía de Cabeza
Dr. Enrique Graue Wiechers Sociología Médica, y Cuello, Universidad
Instituto Internacional de Nacional Autónoma
Departamento de Cirugía, Rectoría, Futuros de la Salud, de México,
Universidad Nacional Autónoma de Ciudad de México, México Ciudad de México, México
México, Ciudad de México, México
Dr. Manuel H. Dr. Enrique Wolpert Barraza
Dr. José Halabe Cherem Ruiz de Chávez Guerrero Departamento de Medicina,
Departamento de Medicina Gastroenterología,
Departamento de Salud Pública y
Interna, Universidad Nacional Centro Médico ABC,
Sociología Médica,
Autónoma de México, Ciudad de México, México
Comisión Nacional de Bioética,
Ciudad de México, México
Ciudad de México, México
Sara Gloria Aguilar Navarro Judith Guadalupe Héctor Manuel Prado Calleros
Domínguez Cherit Cirugía, Otorrinolaringología
Medicina, Geriatría, Instituto
y Cirugía de Cabeza y
Nacional de Ciencias Médicas y Medicina, Dermatología, Cuello, Hospital General
Nutrición “Salvador Zubirán”, Instituto Nacional de Ciencias “Dr. Manuel Gea González”,
Ciudad de México, México Médicas y Nutrición Ciudad de México, México
“Salvador Zubirán”,
Carlos Alberto Aguilar Salinas Carlos Martínez Murillo
Ciudad de México, México
Medicina, Hematología,
Medicina, Endocrinología, Instituto
Carolina Escobar Briones Hospital General de Mexico,
Nacional de Ciencias Médicas y
Ciudad de México, México
Nutrición “Salvador Zubirán”, Biología Médica, Anatomía,
Ciudad de México, México Facultad de Medicina, UNAM, Ricardo Plancarte Sánchez
Ciudad de México, México Cirugía, Anestesiología, Instituto
Jaime Berumen Campos Nacional de Cancerología,
Kathrine Jauregui Renaud Ciudad de México, México
Biología Médica,
Genética, Hospital General Biología Médica, Fisiología, María Adela Poitevin Chacón
“Dr. Eduardo Liceaga”, Centro Médico Nacional Siglo XXI, Medicina, Oncología, UNAM,
Ciudad de México, México IMSS, Ciudad de México, México Ciudad de México, México
COMITÉ EDITORIAL / EDITORIAL COMMITTEE
José Damián Carrillo Ruiz Laura María Moreno Altamirano Alicia Hamui Sutton
Cirugía, Cirugía Neurológica, Salúd Pública y Salúd Pública y Sociología
Hospital General Sociología Médica, Médica, Enseñanza
“Dr. Manuel Gea González”, Facultad de Medicina, UNAM, de la Medicina, Facultad de
Ciudad de México, México Ciudad de México, México Medicina, UNAM,
Ciudad de México, México
César Decanini Terán José Humberto Nicolini
Cirugía, Cirugía General, Hospital Sánchez Martha Eugenia Rodríguez
ABC, Ciudad de México, México Pérez
Medicina, Psiquiatría,
Instituto Nacional Salúd Pública y Sociología
Juan Garza Ramos
de Medicina Genómica, Médica, Historia y Filosofia
Salúd Pública y Sociología Médica, Ciudad de México, México de la Medicina, UNAM,
Medicina Veterinaria, Instituto Ciudad de México, México
Nacional de Ciencias Médicas y José Rogelio Pérez Padilla
Nutrición “Salvador Zubirán”, Patricia Amalia
Medicina, Neumología,
Ciudad de México, México Volkow Hernández
Instituto Nacional de
Miguel Ángel González Block Enfermedades Respiratorias Medicina, Infectología, Instituto
“Ismael Cosío Villegas”, Nacional de Cancerología,
Salúd Pública y Sociología
Ciudad de México, México Ciudad de México, México
Médica, Universidad Anáhuac,
Edo. Méx., México Gilberto Vargas Alarcón Cecilia Ridaura Sanz
Antonio González Chávez Biología Médica, Inmunología, Biología Médica, Anatomía
Instituto Nacional de Cardiología Patológica, Instituto Nacional
Medicina, Medicina Interna,
“Ignacio Chávez”, de Pediatría,
Hospital General de México
Ciudad de México, México Ciudad de México, México
“Eduardo Liceaga”,
Ciudad de México, México Marco Antonio Velasco Ana Cristina Arteaga
Marco Antonio Martínez Ríos Velázquez Gómez
Publicación bimestral de acceso libre elaborada por la Oficina Editorial de Gaceta Médica de México, www.gacetamedicademexico.com.
Gaceta Médica de México, official journal of the Academia Nacional de Medicina de México, A.C. is one of the organs of scientific
diffusion of the corporation. All the scientific material published is protected by copyright and property of the ANMM.
Gaceta Médica de México does not hold itself responsibility for any statements made by its contributors.
Mail should be sent to the Editor, Dr. Alejandro Treviño Becerra, Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional Siglo XXI,
Bloque “B”, Avenida Cuauhtémoc No. 330, C.P. 06725, Mexico City, México, or at: editor.gmm@anmm.org.mx
Mexican Authorization with Certification Number 864 in Legality Contents Number 509, Issued by the Evaluating Commission of
Publications and Illustrated Journals in Mexico.
Editorial assistant: asistente.gmm@anmm.org.mx
Bimonthly publication open access edited by the editorial office of Gaceta Médica de México, www.gacetamedicademexico.com.
0.708
Los trabajos originales deberán ser depositados en su versión electrónica en el siguiente URL:
http://publisher.gacetamedicademexico.permanyer.com
Permanyer
Mallorca, 310 – Barcelona (Cataluña), España
permanyer@permanyer.com
Permanyer México
Temístocles, 315
PERMANYER Col. Polanco, Del. Miguel Hidalgo
www.permanyer.com 11560 Ciudad de México www.permanyer.com
Tel.: +52 55 2728 5183
mexico@permanyer.com
ISSN: 0016-3813
Ref.: 7625AX233
La Gaceta Médica de México es open access con licencia Creative Commons. Las opiniones, resultados y conclusiones
son las de los autores. El editor y la editorial no son responsables de los contenidos publicados en la revista.
Contenido
Editorial
Mensaje del presidente de la Academia Nacional de Medicina de México 173
Germán Fajardo-Dolci
Artículos originales
Costos directos de atención médica por COVID-19 durante el primer año de pandemia en un hospital
reconvertido 175
Marisol Torres-Toledano, Víctor Granados-García, José de Jesús López-Tapia, Elizabeth T. Miguel-Tiburcio, Yvonne N. Flores,
Belkis Aracena-Genao y Paula Ramírez-Palacios
Rituximab en el tratamiento de esclerosis múltiple. Experiencia de un hospital de tercer nivel en México 184
Jaime I. Castro-Macías, José C. Rodríguez-Jiménez y Andrés Mena-Novoa
Niveles de 25(OH)D durante la pandemia de COVID-19: impacto del confinamiento y la radiación ultravioleta 190
Luis A. Ramírez-Stieben, Fernando Nollas, Suita Gloria, Marina V. Belardinelli, Estefanía Pustilnik, Diamela Bolzán y Rodolfo N. Feldman
Evolución de menores diagnosticados con trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Estudio de
seguimiento en una muestra española 199
M. Eugenia de la Viuda-Suárez, Julio C. Alonso-Lorenzo, Francisco J. Ruiz-Jiménez y Carmen Luciano-Soriano
Discapacidad visual asociada a retinopatía diabética y edema macular: un estudio de base hospitalaria 207
Liliana Pérez-Peralta, David Rivera-De la Parra, Enrique Graue-Hernández, Sergio Hernández-Jiménez, Paloma Almeda-Valdés,
Héctor Velázquez-Jurado y Aída Jiménez-Corona
Complicaciones tromboembólicas y hemorrágicas en pacientes portadores de prótesis valvulares del
corazón en un centro de tercer nivel. ¿Qué hemos aprendido? 215
Fernando F. Sánchez-Medina, Olivia Valenzuela-Antelo, Lucía C, Valenzuela-Molina, Joel Arias-Martínez, Cruz M. López-Morales y José M. Ornelas-Aguirre
Ideación e intento suicida en pacientes con padecimientos psiquiátricos en un hospital de la Ciudad de México 224
Janet Jiménez-Genchi, Sofía G. Rodríguez-Paz, Juana Ramírez-Rivas y Marcela de la A. Martínez-González
Tiempo de ciclado y carga viral en pacientes infectados por SARS-CoV-2 en Sonora, México 231
Denica Cruz-Loustaunau, Gerardo Álvarez-Hernández, Maria del C. Candia-Plata y Marcia Leyva-Gastelum
Trayectorias académicas de los estudiantes de licenciaturas de ciencias de la salud 238
Adrián Martínez-González, Careli J. Herrera-Penilla, Manuel García-Minjares, Enrique R. Buzo-Casanova, Carlos Gutiérrez-Cirlos y Melchor Sánchez-Mendiola
Artículos de revisión
Epidemiología de los factores ambientales relacionados con la vía β-catenina y su impacto en el desarrollo y
progresión del cáncer colorrectal 245
Arturo Caballero-Avendaño, Sergio A. Ramírez-García, Melva Gutiérrez-Angulo, Carlos E. Cabrera-Pivaral, Nory O. Dávalos-Rodríguez y Ana R. Rincón-Sánchez
Métodos diagnósticos cardiovasculares en pacientes con diabetes mellitus. Revisión 253
Alberto Ramón-Ríos, Adrián Espejel-Guzmán, Aldo Cabello-Ganem, Javier Serrano-Román, Alexis D. Aparicio-Ortiz, Valente Fernández-Badillo,
Mariali Palacios-Cruz y Nilda Espinola-Zavaleta
Mecanismos y dianas terapéuticas del inflamasoma NLRP3 en la miocardiopatía diabética 261
Qing Sun, Wenxiu Guo, Tun Yue, Lu Wang y Huaming Mou
Usos y aplicaciones actuales de la radioterapia corporal estereotáctica 268
Rubí Ramos-Prudencio, Francisco Lozano-Ruiz, Alejandro Rodríguez-Laguna y Ma. Adela Poitevin-Chacón
Comunicación breve
Retos éticos para el investigador en la productividad científica médica 276
Eduardo Lema-Flórez
Cartas al editor
Viruela del simio y pautas. Comentario 278
Amnuay Kleebayoon y Viroj Wiwanitkit
Suplementos vitamínicos que influyen positivamente en el tratamiento de COVID-19 279
Liliana R. Carlos-Gutiérrez, Tomás F. Rosales-León, Carmen A. Salazar-Deza y Melecio B. Carlos-Reyes
Volume 159 - No. 3 May-June 2023 ISSN: 0016-3813 www.anmm.org.mx
Contents
Editorial
Message from the President of the National Academy of Medicine of Mexico 173
Germán Fajardo-Dolci
Original articles
COVID-19 medical care direct costs during the first year of pandemic in a hospital converted for increasing
bed capacity 175
Marisol Torres-Toledano, Víctor Granados-García, José de Jesús López-Tapia, Elizabeth T. Miguel-Tiburcio, Yvonne N. Flores,
Belkis Aracena-Genao, and Paula Ramírez-Palacios
Rituximab in the treatment of multiple sclerosis. Experience of a tertiary care hospital in Mexico 184
Jaime I. Castro-Macías, José C. Rodríguez-Jiménez, and Andrés Mena-Novoa
25(OH)D levels during the COVID-19 pandemic: impact of lockdown and ultraviolet radiation 190
Luis A. Ramírez-Stieben, Fernando Nollas, Suita Gloria, Marina V. Belardinelli, Estefanía Pustilnik, Diamela Bolzán, and Rodolfo N. Feldman
Evolution of children diagnosed with attention deficit/hyperactivity disorder. Follow-up study in a Spanish sample 199
M. Eugenia de la Viuda-Suárez, Julio C. Alonso-Lorenzo, Francisco J. Ruiz-Jiménez, and Carmen Luciano-Soriano
Visual impairment associated with diabetic retinopathy and macular edema: a hospital-based study 207
Liliana Pérez-Peralta, David Rivera-De la Parra, Enrique Graue-Hernández, Sergio Hernández-Jiménez, Paloma Almeda-Valdés,
Héctor Velázquez-Jurado, and Aída Jiménez-Corona
Thromboembolic and hemorrhagic complications in patients with prosthetic heart valves at third level care
center. What have we learned? 215
Fernando F. Sánchez-Medina, Olivia Valenzuela-Antelo, Lucía C, Valenzuela-Molina, Joel Arias-Martínez, Cruz M. López-Morales, and José M. Ornelas-Aguirre
Suicidal ideation and suicide attempt in patients with psychiatric disorders in a Mexico City hospital 224
Janet Jiménez-Genchi, Sofía G. Rodríguez-Paz, Juana Ramírez-Rivas, and Marcela de la A. Martínez-González
Cycle threshold and viral load in SARS-CoV-2-infected patients in Sonora, Mexico 231
Denica Cruz-Loustaunau, Gerardo Álvarez-Hernández, Maria del C. Candia-Plata, and Marcia Leyva-Gastelum
Health sciences undergraduate students academic track records 238
Adrián Martínez-González, Careli J. Herrera-Penilla, Manuel García-Minjares, Enrique R. Buzo-Casanova, Carlos Gutiérrez-Cirlos, and Melchor Sánchez-Mendiola
Review articles
Epidemiology of environmental factors related to beta-catenin pathway and its impact on the development
and progression of colorectal cancer 245
Arturo Caballero-Avendaño, Sergio A. Ramírez-García, Melva Gutiérrez-Angulo, Carlos E. Cabrera-Pivaral, Nory O. Dávalos-Rodríguez, and Ana R. Rincón-Sánchez
Cardiovascular diagnostic methods in patients with diabetes mellitus. A review 253
Alberto Ramón-Ríos, Adrián Espejel-Guzmán, Aldo Cabello-Ganem, Javier Serrano-Román, Alexis D. Aparicio-Ortiz, Valente Fernández-Badillo,
Mariali Palacios-Cruz, and Nilda Espinola-Zavaleta
NLRP3 inflammasome mechanism and therapeutic targets in diabetic cardiomyopathy 261
Qing Sun, Wenxiu Guo, Tun Yue, Lu Wang, and Huaming Mou
Current uses and applications of stereotactic body radiation therapy 268
Rubí Ramos-Prudencio, Francisco Lozano-Ruiz, Alejandro Rodríguez-Laguna, and Ma. Adela Poitevin-Chacón
Brief communication
Ethical challenges for the researcher in medical scientific productivity 276
Eduardo Lema-Flórez
Letters to the editor
Monkeypox and guidelines. Comment 278
Amnuay Kleebayoon and Viroj Wiwanitkit
Vitamin supplements that positively influence COVID-19 treatment 279
Liliana R. Carlos-Gutiérrez, Tomás F. Rosales-León, Carmen A. Salazar-Deza, and Melecio B. Carlos-Reyes
Gaceta Médica de México
EDITORIAL
173
Gaceta Médica de México. 2023;159
representa un espacio de discusión de ideas, un sociales, para ayudar a comprender sus causas multi-
punto de encuentro de las y los médicos de muy factoriales y propuestas de acciones, la ANM prepara
diversas formaciones y extracciones laborales, para una reunión con la finalidad contribuir al análisis y solu-
presentar, enseñar, investigar, analizar y proponer ción de tan graves problemas.
temas de innovación y actualidad, pero también de El próximo año, la ANMM cumplirá 160 años de su
preocupación del estado de salud de los mexicanos. fundación, por lo que durante el presente año se pla-
En la Academia, los pensamientos se expresan neará cuidadosamente la celebración del centésimo
libremente, siempre basados en ciencia y evidencia; sexagésimo aniversario, que incluirá el congreso
es una casa de ideas de la salud, de acuerdos y tam- bianual, reuniones con academias de otras latitudes,
bién de disentimientos y diversos puntos de vista. En encuentros científicos y sociales, producción editorial y
la Academia todos cabemos. La Academia tiene su una serie de reflexiones conjuntas de lo que hemos
fortaleza en quienes la componen y es mucho más logrado a lo largo de estas 16 décadas con una visión
que su mesa directiva; la Academia somos todos. crítica y propositiva de futuro. El mundo y nuestro país
Convoco a las y los académicos a participar activa- deben hacer frente a diferentes retos sociales y de
mente, a proponer, a continuar con la difusión cientí- salud pública. Se necesitan soluciones y políticas públi-
fica, investigando e innovando en beneficio de nuestra cas basadas en la evidencia científica, por ello es indis-
organización y la medicina mexicana. pensable que los miembros de la Academia expresen
La ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigan- su opinión y hagan recomendaciones en este sentido.
tados y en ocasiones da la impresión de que la brecha En el futuro, la Academia deberá tener un rol más activo
entre lo que sucede en el ámbito internacional y en ante la sociedad con una mayor presencia y peso.
nuestro país es cada día mayor. La Academia debe ser La medicina en el mundo se ha feminizado y nues-
un vehículo de actualización científica permanente; un tro país no es la excepción. Las mujeres de la ANMM
espacio que rompa paradigmas, que cuestione, que hoy representan 22 % del total de los académicos y
innove. Aprovechemos nuestra riqueza multidisciplinar aún no hay representación femenina en todos los
para avanzar en materias como “interprofesionalismo” departamentos. El valor de las mujeres es indudable,
y “una sola salud”, entre muchos otras en las que se y en la ANMM nos hemos dado a la tarea de reflexio-
requiere la participación inter y transdisciplinar. nar sobre las desigualdades y adversidades que toda-
La pandemia puso de manifiesto los problemas de vía persisten en su progreso académico y laboral, así
nuestro sistema de salud, pero nos hizo fuertes como como de escuchar sus voces para apoyar sus trayec-
gremio. Los desafíos en el porvenir requieren seguir torias. Reiteramos nuestro compromiso con la diver-
fortaleciendo nuestros lazos con otros sectores y profe- sidad y la inclusión. En la Academia consideramos
siones, con otros actores de la atención sanitaria en los que todos los esfuerzos en ciencia y salud deben
ámbitos público y privado, con asociaciones médicas y tener un enfoque de equidad.
otras academias para juntos sensibilizar sobre nuestras En el orbe, la salud digital está transformando el
necesidades y preocupaciones, para hablar de las nece- cuidado a la salud. Pocas áreas han avanzado tanto
sidades locales, nacionales y globales, para colaborar en los últimos años; en ella se incorpora un grupo de
con propuestas y análisis de los grandes problemas de conceptos, herramientas y dispositivos con el propó-
salud que nos aquejan. Deberemos también aprovechar sito de facilitar y mejorar la salud de las poblaciones,
las tecnologías de la información y comunicación, el además de que engloba una serie de tecnologías para
cambio a la virtualidad y el uso de redes sociales para hacer más sencillos y accesibles los procesos de
mantenernos fuertes y unidos, y para estar más cerca aprendizaje, de atención médica y de rehabilitación a
de la sociedad a la que nos debemos. través de realidad virtual, dispositivos portátiles, robots
La pandemia también nos enseñó el impacto del y nanorrobots, inteligencia artificial, registros electró-
medio externo en la salud. El cambio climático se ha nicos e impresión en 3D, entre otros muchos recursos.
convertido en una amenaza para la salud global y la La Academia debe participar activamente en la eva-
ANMM lo reconoce como uno de los asuntos prioritarios luación e incorporación de estas tecnologías, en las
por tratar en los próximos años. Con el fin de explorar cuales existe un rezago importante en el país.
el impacto de estos cambios en el medioambiente como A todas y todos los académicos, muchas gracias
acceso al agua potable, alimentos suficientes, aire lim- por hacer que esta corporación continúe siendo un
pio, aumento de las zoonosis y enfermedades transmi- referente, un espacio plural de reflexión y propuestas
tidas por vectores y modificaciones en los determinantes a favor de la salud de todos los mexicanos.
174
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO ORIGINAL
Resumen
Antecedentes: La emergencia sanitaria por COVID-19 causó un aumento de la demanda por hospitalización y costos eleva-
dos para el sistema de salud. Objetivo: Estimar los costos directos de la atención por COVID-19 desde la perspectiva del
proveedor de servicios en un hospital de segundo nivel que fue reconvertido durante el primer año de la emergencia sanitaria.
Material y métodos: Estudio observacional retrospectivo. La información sobre cantidades de bienes y servicios se obtuvo
de los sistemas de información SINOLAVE y CVOED, así como de fuentes administrativas del hospital. Se definieron cuatro
grupos de costos y se valoraron en dólares norteamericanos con precios unitarios de 2021. Resultados: La duración prome-
dio de la estancia hospitalaria (n = 3241 pacientes) fue de 10.8 ± 8.2 días. El costo promedio de la atención por paciente fue
de USD 6 557 ± 4 997. La terapia respiratoria con ventilación mecánica asistida fue utilizada por 13 % de los pacientes.
Conclusiones: Los costos médicos de atención por COVID-19 representaron una gran cantidad de recursos. La mayor par-
te de los costos (95 %) se derivó de estancia hospitalaria, terapia respiratoria sin ventilación mecánica asistida, así como de
costos relacionados con equipo de protección personal, higiene, adecuación a la infraestructura y pagos al personal médico.
Palabras clave: Análisis de costos. Costos. Costos de la atención a la salud. COVID-19. Hospitalización. Unidad de
cuidados intensivos.
COVID-19 medical care direct costs during the first year of pandemic in a hospital
converted for increasing bed capacity
Abstract
Background: COVID-19 health emergency caused an increase in the demand for hospitalization and high costs for the health
system. Objective: To estimate COVID-19 care direct costs from the perspective of the healthcare provider in a secondary
care hospital that underwent conversion during the first year of health emergency. Material and methods: Retrospective,
observational study. Information on quantities of goods and services was obtained from the SINOLAVE and CVOED platforms
and from hospital administrative sources. Four cost groups were defined and estimated with 2021 unit prices in US dollars.
175
Gaceta Médica de México. 2023;159
Results: Mean hospital length of stay (n = 3,241 patients) was 10.8 ± 8.2 days. Average cost of care per patient was USD
6,557 ± 4,997. Respiratory therapy with assisted mechanical ventilation was used by 13% of patients. Conclusions: The costs
of COVID-19 medical care represent a large amount of resources. Most part of the costs (95%) were derived from hospital
stay, respiratory therapy without assisted mechanical ventilation and costs related to personal protective equipment, hygiene,
infrastructure adaptation and payments to medical personnel.
KEYWORDS: Cost analysis. Costs. Health care costs. COVID-19. Hospitalization. Intensive care unit.
Tabla 1. Grupos de costos y fuentes de información en un hospital dedicado por completo a la atención de pacientes con COVID‑19
Hospitalización Estancia hospitalaria en sala general Costo por día paciente en Listado precios unitarios DOF
hospitalización: USD 442 2021
Ventilación mecánica Terapia de vida Costo por día por paciente que Estimación propia con
asistida – Insumos de terapia respiratoria recibió VMA: USD 592 información interna del hospital
(tubos endotraqueales, circuitos de
ventilador mecánico y circuitos para
cánula de alto flujo)
– Medicamentos
– Equipo para VMA: equipos
intubación, ventiladores mecánicos.
(adquisición y mantenimiento)
Terapia respiratoria – Insumos para tratamiento respiratorio Costo por paciente por día Estimación propia con
sin VMA (puntas nasales, mascarillas simples y terapia respiratoria: insumos + información interna del hospital
con bolsa reservorio, borboteadores, medicamentos: USD 4
trombas murales)
– Medicamentos
Costos para – Equipo de protección personal Suma de costos por paciente por Estimación propia con
reconversión del – Insumos de higiene y limpieza día de estancia hospitalaria: información interna del hospital
hospital para atención – Oxígeno USD 131
de pacientes con – Adecuación infraestructura
COVID‑19 – Pago de personal (contratación
temporal, complementos de
productividad, compensación
por infectocontagiosidad y
reconocimiento a equipos COVID)
– Equipo monitoreo médico
Oxígeno domiciliario – Renta de tanque Costo por paciente que recibió Estimación propia con
– Oxígeno oxígeno domiciliario por día: información interna del hospital
USD 2.1
Traslado hospitalario – Traslado entre hospitales o de casa Costo de traslado una entrega en Costo de factura de subrogación
a hospital pacientes con TH: USD 110
Diálisis hospitalaria – Sesión de diálisis hospitalaria Costo de diálisis hospitalaria por Listado de precios unitarios DOF
sesión: USD 6.5 2021
Costo por quirófano – Costo por cirugía Costo de quirófano por cirugía Listado de precios unitarios DOF
realizada: USD 1 262 2021
Precios unitarios en dólares estadounidenses de 2021.
¥
DOF: Diario Oficial de la Federación; TH: traslado hospitalario; VMA: ventilación mecánica asistida.
información sobre los bienes y servicios utilizados en y la plataforma de uso de servicios institucional
la atención de COVID-19 entre marzo de 2020 y CVOED.17
marzo de 2021. La perspectiva del estudio fue del Los costos se clasificaron en cuatro grupos (Tabla 1):
proveedor de servicios. La población del estudio – Costos médicos directos por COVID-19.
estuvo constituida por los adultos atendidos en el – Costos de infraestructura y personal.
hospital referido. Las principales fuentes de informa- – Costos de oxígeno domiciliario y traslado
ción fueron la plataforma del Sistema de Notificación hospitalario.
en Línea para la Vigilancia Epidemiológica (SINOLAVE) – Costos por otros motivos de salud.
177
Gaceta Médica de México. 2023;159
En el primer grupo se incluyó hospitalización, tera- estudios; para su transformación se consideró un tipo
pia respiratoria con ventilación mecánica asistida de cambio de 20.98 pesos mexicanos por dólar (USD),
(VMA) y terapia respiratoria sin VMA. El costo de la que corresponde al promedio diario del mes de diciem-
terapia respiratoria con VMA incluyó los costos de bre de 2021.
insumos para terapia respiratoria en general, medica- Se reportaron los costos en términos de los pará-
mentos controlados, costos de equipo médico (venti- metros de la distribución (media, mediana y percen-
ladores, ultrasonido y electrocardiograma) y equipo tiles 25 y 75). Asimismo, se estimó un escenario con
para monitoreo y ventilación mecánica. Para estimar el aumento de los costos totales si se consideraba un
el costo por día de la terapia respiratoria con VMA, costo unitario mayor de USD 2 104 en la atención con
se sumaron los costos de insumos para terapia res- terapia respiratoria con VMA, en lugar del precio uni-
piratoria, medicamentos y equipos para VMA y se tario de la lista de precios oficiales del Instituto
dividieron entre el total de días-paciente con VMA Mexicano del Seguro (USD 592).
acumulados en el año. Los costos de la terapia res-
piratoria sin VMA incluyeron los costos de insumos Resultados
para terapia respiratoria en general y el costo de los
medicamentos. Del total de sujetos (n = 3 241), 71 % se trató de
En los costos de infraestructura y personal se casos confirmados, 39 % fue del sexo femenino;
incluyó equipo de protección personal, insumos de 47 %, mayor de 60 años; 11 %, menor de 40 años y
higiene y limpieza, oxígeno, adecuación a la infraes- 51 % falleció (Tabla 2). Los empleados representaron
tructura, pago al personal (personal temporal, com- 38 %; las amas de casa y personas sin ocupación,
plementos de productividad, compensaciones a 17.5 %; y los jubilados, 17 %. Los médicos y enfer-
equipos COVID-19) y equipo de monitoreo de signos meras hospitalizados constituyeron 0.4 y 0.5 %, res-
vitales. La estimación de costos consistió en los pectivamente. Las enfermedades crónicas con mayor
siguientes pasos: prevalencia fueron hipertensión arterial, diabetes tipo
– Primero, los montos anuales de consumo de 2 y obesidad (Tabla 2).
equipo de protección personal, bienes de higiene La mayoría de los pacientes (95 %) utilizó el servicio
y limpieza se multiplicaron por sus costos unita- de terapia respiratoria sin VMA, el cual consistió en
rios (Tabla 1). oxigenoterapia y administración de medicamentos, en
– Segundo, los costos de oxígeno incluyeron el tanto que 13 % requirió terapia respiratoria con VMA.
abasto de oxígeno estacionario en el hospitalario Los pacientes que egresaron vivos requirieron mayor
y los tanques portátiles. estancia hospitalaria, terapia respiratoria con VMA y
– Tercero, los costos de adecuaciones de infraes- terapia respiratoria sin intubación (Tabla 3). Los pro-
tructura incluyeron la adquisición e instalación de medios de días de estancia hospitalaria y días de
cancelería, modificación de áreas en urgencias terapia respiratoria con VMA y sin terapia respiratoria
y en cámara mortuoria. con VMA (sin intubación) entre hombres y mujeres
Los costos de pago al personal consideraron los fueron no significativos (p > 0.05). Los pacientes con
pagos de acuerdo con el sistema de compensaciones mayor número de días de terapia respiratoria sin VMA
y la categoría del personal. La asignación de los cos- fueron aquellos con enfermedad renal y tabaquismo,
tos de este grupo se realizó con el mismo método, seguidos por el grupo de 41 a 50 años. Asimismo, los
que consistió en dividir los costos totales entre el pacientes de mayor edad tuvieron menos días de
número de días-paciente en hospitalización. terapia respiratoria sin VMA. Los pacientes más salu-
Posteriormente, a cada paciente se le asignó un costo dables y jóvenes, como aquellos sin diabetes y de 31
por día de acuerdo con su estancia hospitalaria. a 40 años, también tuvieron un número elevado de
Los costos se valoraron conforme los precios inter- días con terapia respiratoria con VMA (4.4 y 4.3 días,
nos del Instituto Mexicano del Seguro Social. Los pre- respectivamente). Algo similar se observó en los
cios unitarios de la estancia en un hospital de segundo pacientes sin asma y sin tabaquismo (Tabla 3).
nivel se obtuvieron de la lista oficial.18 Los precios de Los pacientes que fallecieron tuvieron el porcentaje
bienes en el grupo de costos de infraestructura y per- más alto de uso de VMA (aunque menos días de
sonal se extrajeron de los datos administrativos. Los terapia), seguidos por aquellos con enfermedad renal,
costos se expresaron en dólares estadounidense del asma e hipertensión (Figura 1). Aunque las diferen-
año 2021 para efectos de comparabilidad con otros cias entre las proporciones de una vía (enfermedad
178
Torres-Toledano M et al. Costos médicos directos por COVID-19
Tabla 2. Características de los pacientes incluidos en el estudio paciente. Asimismo, los costos de infraestructura y
(n = 3 241)
personal (que incluyen componentes como equipo de
Variable n % protección personal, insumos para higiene, oxígeno,
Muerto 1 664 51.3 infraestructura, pago y reconocimiento a personal y
equipo de monitoreo médico) representaron 22 % del
Vivo 1 577 48.7
total. Si solo se consideran los tres servicios más
Hombre 1 976 61 frecuentes (hospitalización, terapia respiratoria sin
Mujer 1 265 39 VMA e infraestructura y personal), el costo promedio
fue de USD 6 228 ± 4 754, lo cual representa 95 %
Derechohabiente 2 598 80
del costo total promedio por paciente.
No derechohabiente 643 20 Los costos por característica de los pacientes
Grupo de edad (años) sugieren que los costos promedio mayores corres-
< 30 103 3.20 pondieron a los pacientes con enfermedad renal,
31‑40 249 7.70
41‑50 559 17.20
enfermedad pulmonar obstructiva crónica y fumado-
51‑60 805 24.80 res, aunque los tres presentan alta variabilidad
61‑70 880 27.20 (Figura 2). Los costos mayores que no presentaron
> 70 645 19.90
variación importante se observaron en los supervi-
Ocupación vientes y en los hombres. Respecto a la edad, los
Empleado 1250 38.6 mayores costos se observaron en los grupos de 30 a
Ama de casa 655 20.2
Sin ocupación 569 17.5 40 años y de 40 a 50 años (Figura 3).
Jubilado 550 17
Obrero 77 2.4 Discusión
Chofer 62 1.9
Trabajador informal 30 0.9
Enfermera 16 0.5 En la investigación se reportó que el costo prome-
Médico 12 0.4 dio de atención por COVID-19 durante el primer año
Otros (maestro 6, OTS 9, estudiante 5) 20 0.6
de la emergencia sanitaria ascendió a USD 6 542,
Lugar de procedencia con una estancia hospitalaria promedio de 10.8 ± 8.2
Estado de México 2 954 91.2 días (mediana de 9 días). La mayoría de este costo
Ciudad de México 269 8.3
Otro 18 0.5 (95 %) lo constituyeron tres componentes: hospitali-
zación, terapia respiratoria sin VMA, costos de
Antecedentes clínicos
Diabetes 613 18.9 infraestructura y personal.
Hipertensión 708 21.9 En otros estudios, el porcentaje de mortalidad repor-
EPOC 51 1.6 tada varió de manera importante dependiendo del país
Asma 22 0.7
Enfermedad renal 94 2.9 y las condiciones de los pacientes.5,19,20 En el presente
Obesidad 217 6.7 análisis, las posibles causas de la tasa de mortalidad
Tabaquismo 127 3.9
elevada pudieron ser las condiciones de los pacientes
EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; OTS: otro trabajador de la salud.
al ingreso hospitalario (el hospital fue un centro de
referencia y una proporción importante de pacientes
llegó en condiciones de gravedad) y los prolongados
tiempos de traslado desde el inicio de los síntomas
renal versus asma, enfermedad renal versus hiperten- hasta la recepción final en el hospital de atención.
sión y enfermedad renal versus edad mayor de 70 Los pacientes que sobrevivieron reportaron un
años) fueron no significativas. mayor tiempo de días de hospitalización comparados
El costo total promedio por paciente hospitalizado con quienes no sobrevivieron. En el caso de comor-
de toda la muestra fue de USD 6 557 ± 4 997 (Tabla 4). bilidades como enfermedad pulmonar obstructiva cró-
La distribución empírica de los costos está sesgada nica y enfermedad renal, los pacientes tuvieron un
a la derecha con una mediana de USD 5 571. Los promedio mayor de días de hospitalización compara-
costos médicos directos promedio que corresponden dos con quienes padecían diabetes o hipertensión.
a hospitalización, VMA y terapia respiratoria sin VMA Por otro lado, no se encontró diferencia estadística-
fueron de USD 5 124 ± 3 931 y representan la mayor mente significativa entre la supervivencia de pacien-
proporción (78.1 %) del total de costos promedio por tes con o sin diabetes; cuando se exploró la variación
179
Gaceta Médica de México. 2023;159
Tabla 3. Días de hospitalización, días con VMA o tratamiento respiratorio sin VMA, según las característica de los pacientes con
COVID‑19 (n = 3 241)
Edad (años)
< 30 11.3 ± 8.9 2.3 ± 2 11 ± 8.9
31‑40 11.7 ± 7.9 4.3 ± 4.7 11.4 ± 8
41‑50 11.8 ± 8 3.5 ± 2.8 11.4 ± 8.1
51‑60 11.3 ± 8.5 4.3 ± 4 10.7 ± 8.6
61‑70 10.4 ± 8.2 4.5 ± 4.3 9.8 ± 8.2
> 70 9.4 ± 8 3.9 ± 3.5 8.9 ± 8.1
Antecedentes clínicos
Diabetes 9.7 ± 7.5 3±3 9.3 ± 7.5
Sin diabetes 11 ± 8.4 4.4 ± 4 10.5 ± 8.5
Hipertensión 10 ± 8 3.7 ± 3.3 9.4 ± 8
Sin Hipertensión 11 ± 8.3 4.2 ± 4 10.5 ± 8.4
EPOC 13 ± 10 6.7 ± 7.1 12.2 ± 10
Sin EPOC 10.8 ± 8.2 4 ± 3.7 10.2 ± 8.3
Asma 9 ± 7.8 2.5 ± 1.9 8.6 ± 8
Sin asma 10.8 ± 8.2 4.1 ± 3.8 10.3 ± 8.3
Enfermedad renal 12.9 ± 11.6 3.3 ± 2.7 12.2 ± 12
Sin enfermedad renal 10.8 ± 8.1 4.1 ± 3.9 10.2 ± 8.2
Obesidad 10.4 ± 7.4 3 ± 2.4 10 ± 7.6
Sin obesidad 10.8 ± 8.3 4.2 ± 3.9 10.3 ± 8.4
Tabaquismo 11.3 ± 8.2 3.3 ± 4.2 11 ± 8.3
Sin tabaquismo 9.7 ± 7.5 4.1 ± 3.8 10.2 ± 8.3
¥
El número de pacientes con VMA es variable para cada tipo de pacientes (Figura 1). EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; VMA: ventilación mecánica asistida.
Figura 1. Uso de ventilación mecánica asistida (VMA) por tipo de paciente. EPOC: enfermedad obstructiva crónica.
180
Torres-Toledano M et al. Costos médicos directos por COVID-19
Figura 2. Costo promedio e intervalo de confianza por características de los pacientes. EPOC: enfermedad obstructiva crónica.
de los días de hospitalización por grupo de edad y día fueron de USD 13 443 y USD 2 902, respectiva-
diabetes, las diferencias no fueron significativas. mente. Estos costos son significativamente más eleva-
Asimismo, aunque la terapia respiratoria con VMA dos que los reportados en el presente estudio. En otra
tiene un costo alto por paciente (USD 592), el porcen- investigación en Estados Unidos, se encontró que la
taje de pacientes que recibieron VMA no fue alto mediana del costo de una hospitalización fue de
(13 %), si bien en algunos grupos específicos el por- USD 14 366.23 Este costo aumenta a USD 18 579 si se
centaje de su uso fue mayor, como en los pacientes incluyen los costos de un año después de la hospitali-
con enfermedad renal (19 %) o asma (18 %). zación. Los autores también reportaron que atender un
En un estudio realizado en Brasil, un país con ingre- caso sintomático con un solo episodio tiene un menor
sos similares a los de México, los autores estimaron un costo (USD 3 045), incluso si se incluyen costos pos-
costo promedio por paciente de USD 12 637, con teriores a la hospitalización como visitas ambulatorias
51.7 % de utilización de la UCI en una muestra de 3254 y posible rehospitalización (USD 3 994).
individuos atendidos.21 Asimismo, el costo de la terapia Una limitación del presente estudio es que no se dis-
intensiva fue de USD 1 158, monto mayor a los USD 592 puso de información sobre pruebas de diagnóstico durante
de la VMA en el presente estudio. En otro análisis en la atención hospitalaria, cuya omisión pudo causar una
Estados Unidos, país con precios de la atención médica subestimación de los costos por paciente. En las estima-
distintos, los autores estimaron una mediana del costo ciones de los costos de la UCI realizadas por Bartsch se
de hospitalización por COVID-19 a nivel nacional de incluyeron los relacionados con el diagnóstico de sepsis
USD 11 267 y un costo por día de estancia de o del síndrome agudo de dificultad respiratoria.23
USD 1772.22 La estancia promedio por paciente fue de Una segunda limitación del presente estudio con-
seis días, la mediana del costo en la UCI y el costo por sistió en el uso de precios unitarios para valorar
181
Gaceta Médica de México. 2023;159
Figura 3. Costo promedio e intervalo de confianza por grupo de edad de los pacientes.
Tabla 4. Número de pacientes, promedio (desviación estándar) y mediana (percentiles 25 y 75) de la distribución empírica de costos*
Grupo 1, costos médicos directos por COVID‑19 3 241 5 124 ± 3 931 4 459
(2 229‑6 688)
Costos de tres servicios: hospitalización, terapia respiratoria 3 241 6 228 ± 4 754 5 189
no VMA e infraestructura y personal (2 885‑8 079)
*En dólares estadounidenses de 2021.
**El costo total promedio por paciente se calculó como la suma de costos de cada grupo dividido entre el total de pacientes en cada grupo.
distintos servicios internos del Instituto Mexicano del investigaciones que usan precios internos o precios
Seguro Social, lo cual puede causar que los costos de mercado. Adicionalmente, en algunos casos no se
no sean comparables con los reportados en otras conocieron con detalle los componentes que se
182
Torres-Toledano M et al. Costos médicos directos por COVID-19
incluyen en los costos de servicios. Esto también 2. Soofi M, Matin BK, Karyani AK, Rezaei S, Soltani S. Health-care deter-
minants of mortality and recovered cases from COVID-19: Do heath
puede llevar a duplicar o dejar de lado ciertos aspec- systems respond COVID-19 similarly? J Educ Health Promot.
2021;10:260.
tos que se consideran en la atención con y sin VMA. 3. Micah AE, Cogswell IE, Cunningham B, Ezoe S, Harle AC, M addison ER,
Otra limitación de este estudio fue que no se inclu- et al. Tracking development assistance for health and for COVID-19: a
review of development assistance, government, out-of-pocket, and other
yeron los costos durante la atención de la enfermedad private spending on health for 204 countries and territories, 1990-2050.
Lancet. 2021;398:1317-43.
en torno a la hospitalización, como los costos ambu- 4. Wang D, Hu B, Hu C, Zhu F, Liu X, Zhang J, et al. Clinical characteristics
latorios (consultas, pruebas, medicamentos, etcétera), of 138 hospitalized patients with 2019 novel coronavirus-infected pneu-
monia in Wuhan, China. JAMA. 2020;323(11):1061-9.
lo cual proporcionaría un panorama más completo del 5. Richardson S, Hirsch JS, Narasimhan M, Crawford JM, McGinn T, Da-
costo de la atención. vidson KW, et al. Presenting characteristics, comorbidities, and outcomes
among 5700 patients hospitalized with COVID-19 in the New York City
area. JAMA. 2020;323:2052-9.
Conclusión 6. Grasselli G, Greco M, Zanella A, Albano G, Antonelli M, Bellani G, et al.
Risk factors associated with mortality among patients with COVID-19 in
intensive care units in Lombardy, Italy. JAMA Intern Med. 2020;180:
1345-55.
Los resultados sugieren que la magnitud de los cos- 7. Rojas-Valdés RI. The economic benefits and costs of COVID-19 mitiga-
tion measures in Mexico. Estudios Económicos. 2021;36:27-56.
tos derivados de la hospitalización por COVID-19 fue 8. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Características de las
significativa debido a la escala e intensidad de la aten- defunciones registradas en México durante 2020, preliminar. Comunica-
do de Prensa número 402/212021.
ción médica provista. Bajo el supuesto de un total de 9. Olivas-Martínez A, Cárdenas-Fragoso JL, Jiménez JV, Lozano-Cruz OA,
70 000 hospitalizaciones durante el primer año (a un Ortiz-Brizuela E, Tovar-Méndez VH, et al. In-hospital mortality from se-
vere COVID-19 in a tertiary care center in Mexico City; causes of death,
costo promedio de USD 6 557) el costo global de la risk factors and the impact of hospital saturation. PLoS One.
2021;16:e0245772.
atención hospitalaria representó 37 % del total erogado 10. Khan AA, AlRuthia Y, Balkhi B, Alghadeer SM, Temsah MH,
por el Instituto Mexicano del Seguro Social en 2021.24 Althunayyan SM, et al. Survival and estimation of direct medical costs
of hospitalized COVID-19 patients in the Kingdom of Saudi Arabia. Int J
Environ Res Public Health. 2020;17:7458.
Financiamiento 11. Secretaría de Salud [Internet]. México: Bases de datos COVID-19; 2021.
12. Instituto Mexicano del Seguro Social. Informe al Ejecutivo Federal y al
Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del
Instituto Mexicano del Seguro Social 2020-2021. México: IMSS; 2021.
Los autores declaran que no tuvieron financia- 13. Instituto Mexicano del Seguro Social. Lineamientos operativos para la
atención de pacientes con COVID-19. México: IMSS; 2020.
miento para realizar las actividades necesarias para 14. Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud. Lineamientos
realizar el presente manuscrito. para la atención de pacientes por COVID-19; México: INSHAE; 2020.
15. Instituto Mexicano del Seguro Social. Algoritmos interinos para la aten-
ción del COVID-19. México: IMSS; 2021.
Conflicto de intereses 16. Secretaria de Salud. Lineamientos de recoversión hospitalaria. México:
SSa; 2020.
17. Ascencio-Montiel IJ, Ovalle-Luna OD, Rascón-Pacheco RA, Borja-Abur-
to VH, Chowell G. Comparative epidemiology of five waves of COVID-19
Los autores declaran que no tienen ningún conflicto in Mexico, March 2020-August 2022. BMC Infect Dis. 2022;22:813.
de intereses con el contenido del artículo. 18. Secretaría de Gobernación. Acuerdo número ACDO.AS3.
HCT.301120/310.P.DF dictado por el H. Consejo Técnico, en sesión
ordinaria de 30 de noviembre de 2020, relativo a la Aprobación de los
Responsabilidades éticas Costos Unitarios por Nivel de Atención Médica actualizados al año 2021.
Diario Oficial de la Federación. 2020 Dic 28.
19. Zuniga-Moya JC, Norwood DA, Romero-Reyes LE, Barrueto-Saavedra E,
Diaz R, Fajardo WC, et al. Epidemiology, outcomes, and associated
Protección de personas y animales. Los autores factors of coronavirus disease 2019 (COVID-19) Reverse transcriptase
declaran que para esta investigación no realizaron polymerase chain reaction-confirmed cases in the San Pedro Sula Me-
tropolitan Area, Honduras. Clin Infect Dis. 2021;72:e476-83.
experimentos en seres humanos ni en animales. 20. Quah P, Li A, Phua J. Mortality rates of patients with COVID-19 in the
intensive care unit: a systematic review of the emerging literature. Crit
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran Care. 2020;24:285.
que en este artículo no aparecen datos de pacientes. 21. Miethke-Morais A, Cassenote A, Piva H, Tokunaga E, Cobello V, Rodri-
gues Gonçalves FA, et al. COVID-19-related hospital cost-outcome
Derecho a la privacidad y consentimiento infor- analysis: the impact of clinical and demographic factors. Braz J Infect
Dis. 2021;25(4):101609.
mado. Los autores declaran que en este artículo no 22. Ohsfeldt RL, Choong CK-C, Mc Collam PL, Abedtash H, Kelton KA,
aparecen datos de pacientes. Burge R. Inpatient hospital costs for COVID-19 Patients in the United
States. Adv Ther. 2021;38(11):5557-95.
23. Bartsch SM, Ferguson MC, McKinnell JA, O’Shea KJ, Wedlock PT,
Bibliografía Siegmund SS, et al. The potential health care costs and resource use
associated with COVID-19 in the United States. Health Affairs.
2020;39:927-35.
1. OECD. Health at a Glance 2021: OECD Indicators OECD Publishing; 24. Instituto Mexicano del Seguro Social. Informe de labores y programa de
2021. actividades 2020-2021. Mexico: IMSS; 2021.
183
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO ORIGINAL
Resumen
Antecedentes: La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica, autoinmune y degenerativa. Las terapias blanco contra los
linfocitos B han probado ser efectivas en su tratamiento; sin embargo, existen pocos estudios que evalúen su eficacia en
población mexicana. Objetivo: Evaluar el impacto clínico del rituximab en pacientes con esclerosis múltiple remitente recu-
rrente (EMRR) de reciente diagnóstico. Material y métodos: Estudio de vida real, descriptivo, en el que se evalúa rituximab
como tratamiento de EMRR durante un periodo de 24 meses. Se analizaron variables clínicas pre y postratamiento; se reali-
zó la comparación entre pacientes naïve y no naïve. Resultados: Se incluyeron 28 pacientes con EMRR. La edad media al
diagnóstico fue de 30.7 años y 22 pacientes fueron naïve (78.5 %). Después de 24 meses, se observó una reducción media
de 1.8 puntos en EDSS y en el número de lesiones activas por resonancia magnética. Aunque se logró establecer una dife-
rencia significativa en ambas variables con p < 0.05, el modelo de regresión logística no mostró una relación entre las varia-
bles para alcanzar un NEDA-3. No se observaron eventos adversos graves. Conclusiones: El tratamiento con rituximab re-
sultó en mejoría significativa clínica y radiológica en pacientes mexicanos con EMRR naïve y no-naïve.
Background: Multiple sclerosis is a chronic, autoimmune, degenerative disease. Therapies targeting B-cells have been shown
to be effective in its treatment; however, there are few studies evaluating their efficacy in the Mexican population. Objective: To
evaluate the clinical impact of rituximab in patients with newly-diagnosed relapsing-remitting multiple sclerosis (RRMS).
Material and methods: Real life, descriptive study, in which rituximab was evaluated as treatment for RRMS over a 24-month
period. Pre- and post-treatment clinical variables were analyzed; a comparison was made between treatment-naïve and non-
treatment-naïve patients. Results: Twenty-eight patients with RRMS were included. Mean age at diagnosis was 30.7 years,
and 22 patients were treatment-naïve (78.5 %). After 24 months, there was a mean reduction of 1.8 points in the EDSS scale
and a decrease in the number of active lesions on magnetic resonance imaging; a significant difference in both variables could
be established (p < 0.05). However, the logistic regression model did not show a relationship between the variables for achiev-
ing NEDA-3 criteria. No serious adverse events were observed. Conclusions: Treatment with rituximab resulted in significant
clinical and radiological improvement in treatment-naïve and non-treatment-naïve Mexican patients with RRMS.
184
Castro-Macías JI et al. Rituximab y esclerosis múltiple
respuesta al tratamiento mediante los criterios NEDA-3 Tabla 1. Características demográficas y clínicas de 28 pacientes
con esclerosis múltiple tratados con rituximab
(no evidence disease activity-3) si los pacientes alcan-
zaron un estado libre de recaídas, no hubo progresión Sexo mujer/hombre (n/n) 15/13
de la discapacidad (evaluada mediante EDSS) soste- Media ± DE
nida por al menos seis meses y al final del seguimiento,
Edad (años) 32.8 ± 10.4
además de no haber evidencia de nuevas lesiones en
T2 y T1-gadolinio en IRM de encéfalo y médula Edad al diagnóstico (años) 30.7 ± 9.3
espinal. EDSS al inicio (puntuación) 3.9 ± 2.6
Las variables numéricas son presentadas en medias
EDSS durante el seguimiento (puntuación)* 2.6 ± 2.4
y desviación estándar. La prueba de chi cuadrada fue
utilizada para comparar frecuencias y datos nominales; Tiempo entre diagnóstico y tratamiento (años) 4.25 ± 4.1
del mismo modo, se utilizaron las pruebas t de Student Tiempo entre inicio de síntomas y diagnóstico 2.18 ± 3.5
de muestras pareadas y de McNemar para evaluar el (años)
cambio en la puntuación de EDSS y en el número de n %
lesiones activas identificadas por IRM antes y después
Lesiones activas identificadas por IRM antes 26 92
del tratamiento con RTX. del tratamiento
Para demostrar la eficacia del fármaco en pacientes
Lesiones activas identificadas por IRM al final 15 53
que alcanzaron los criterios NEDA-3, se realizó la del seguimiento*
prueba t de Student de muestras pareadas con la com-
NEDA‑3 al término de tratamiento con RTX 12 43
paración de la edad y puntuación de EDSS, así como
la prueba de McNemar en la que se compararon las Presencia de bandas oligoclonales 64
variables naïve (no haber recibido tratamiento antes) y *Seguimiento de 24 meses postratamiento. IRM: imagen por resonancia magnética;
EDSS: Expanded Disability Status Scale; NEDA‑3: no evidence of disease activity‑3.
sexo. Se llevó a cabo un modelo de regresión logística
para identificar una posible relación de las variables
edad al diagnóstico, sexo, naïve y puntuación basal de
EDSS con alcanzar los criterios NEDA-3.
los pacientes entraron al centro. En todos los pacien-
La significación estadística fue definida con un valor
tes se determinaron bandas oligoclonales en líquido
de p < 0.05 y un intervalo de confianza de 95 %. Los
cefalorraquídeo, que resultaron positivas en 64 %. El
datos fueron analizados mediante el programa SPSS
origen étnico no fue determinado. Todos los pacientes
versión 29.0.
completaron el periodo de seguimiento. Las caracte-
El comité de ética del centro aprobó el protocolo de
estudio y, por su parte, los pacientes firmaron un con- rísticas generales demográficas y clínicas al inicio y
sentimiento informado para autorizar el uso de RTX y al final del seguimiento se detallan en la Tabla 1.
otro para participar en la investigación. Se observó una reducción media de 1.8 puntos en
la EDSS después de 24 meses de seguimiento, ade-
Resultados más de una reducción en las lesiones determinadas
como activas mediante IRM en 13 pacientes (47 %).
Se incluyeron 28 pacientes, 15 mujeres (54 %) y 13 Fue posible establecer una diferencia significativa en
hombres (46 %), con una edad media de 32.8 ± 10.4 la puntuación de EDSS y en el número de lesiones
años; la edad media al diagnóstico fue de 30.7 ± 9.31 activas antes y después del tratamiento, con
años. De todos los pacientes, 22 (79 %) fueron naïve, p < 0.009 y < 0.005, respectivamente. La compara-
mientras que seis (22 %) habían sido atendidos en ción de la puntuación de EDSS y de las lesiones
otros centros y se les habían administrado otros fár- activas por IRM al inicio y al final del seguimiento se
macos, interferón beta en cinco (18 %) y glatiramero muestra en la Tabla 2.
en uno (3 %). Los pacientes tratados con interferón En el presente estudio, 12 pacientes (43 %) alcan-
beta recibieron 1.2 millones de unidades subcutáneas zaron los criterios NEDA-3 al final del seguimiento,
cada tercer día, mientras que el paciente con glatira- no se observó incremento en la puntuación de EDSS
mero recibió 20 mg subcutáneos al día. La duración en los pacientes estudiados y en 16 (57 %) se man-
media de estas modalidades terapéuticas previas tuvo sin cambios. En el grupo de pacientes que alcan-
modificadoras de la enfermedad fue de 1.2 ± 0.5 zaron los criterios NEDA-3 al final del seguimiento, la
años; el único tratamiento fue con RTX una vez que prueba de McNemar identificó la variable naïve como
186
Castro-Macías JI et al. Rituximab y esclerosis múltiple
Tabla 2. Comparación de la puntuación de EDSS y lesiones Tabla 3. Comparación de características clínicas de pacientes
activas identificadas por IRM antes y después del tratamiento con esclerosis múltiple que alcanzaron o no los criterios NEDA‑3
con rituximab en 28 pacientes con esclerosis múltiple mediante la admistración de rituximab
significación estadística para cumplir los criterios recursos federales. El diseño de esta investigación no
NEDA-3, además de observar cambios significativos se realizó con el objetivo de evaluar la eficacia del
en la puntuación de EDSS al evaluar el grupo que fármaco, consideramos que se trata de un estudio de
alcanzó NEDA-3. La mayoría de los pacientes fueron vida real, esencialmente observacional debido a que
naïve respecto al tratamiento con RTX como primera no se contó con un grupo placebo. En este contexto
terapia modificadora de la enfermedad, en compara- y con estos resultados podemos aportar evidencia de
ción con otros estudios con diseños retrospectivos.9 que el RTX es un tratamiento alternativo de primera
En contraste con investigaciones que reportaron un línea en pacientes con EM.
empeoramiento en la evolución por EDSS a los 12 y
18 meses,14-16 en nuestro grupo no se identificó decli- Conclusiones
nación de esta escala. Los pacientes más jóvenes
con EDSS menor demostraron mejor respuesta al A pesar de las limitaciones, nuestro estudio con-
tratamiento evaluado mediante los criterios NEDA-3 firma que RTX puede ser considerado como una
en una mayor proporción que los pacientes de mayor opción de primera línea efectiva y segura en pobla-
edad. Estos hallazgos están relacionados con el ción mexicana con EM remitente recurrente. Sin
impacto de la edad, las recaídas, su recuperación y embargo, son necesarios estudios prospectivos más
mecanismos de progresión de la EM, así como el grandes y con un seguimiento más prolongado para
efecto de una edad mayor con una menor eficacia del establecer la magnitud del efecto.
tratamiento modificador de la enfermedad, lo cual fue
corroborado en nuestro análisis.18,19 Aun cuando se Financiamiento
encontraron diferencias significativas, el modelo de
predicción para lograr los criterios NEDA-3 a 24 Los autores declaran que no recibieron financia-
meses no mostró diferencias. miento alguno para la realización de la investigación
Además, observamos datos similares en relación aquí reseñada.
con una reducción en la aparición de lesiones activas
identificadas por IRM durante el seguimiento, lo cual Conflicto de intereses
resulta relevante ya que se ha considerado el incre-
mento en el número de lesiones que se realzan tras Los autores no manifiestan conflicto de intereses.
la administración del medio de contraste como mar-
cador de gravedad de la enfermedad.10 Responsabilidades éticas
RTX mostró un beneficio consistente en cuanto al
control de la actividad inflamatoria, tanto clínica como Protección de personas y animales. Los autores
radiológica, al reducir la aparición de nuevos brotes, declaran que para esta investigación no realizaron
así como al evitar la aparición de nuevas lesiones experimentos en seres humanos ni en animales.
activas en IRM. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran
A pesar de que nuestro estudio sugiere que el que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
tratamiento con RTX es seguro, estos hallazgos Derecho a la privacidad y consentimiento infor-
deben ser tomados con precaución debido a que mado. Los autores declaran que en este artículo no
existen reportes que asocian el uso de este fármaco aparecen datos de pacientes.
con riesgo de infección e hipogammaglobulinemia
durante un seguimiento de cuatro a cinco años. 20 El Bibligrafía
tratamiento con RTX produce depleción de células
B que inevitablemente puede generar un grado de 1. Dobson R, Giovannoni G. Multiple sclerosis – a review. Eur J Neurol.
2019;26:27-40.
inmunosupresión. Además de infecciones oportunis- 2. McGinley MP, Goldschmidt CH, Rae-Grant AD. Diagnosis and treatment
tas, la aparición de leucoencefalopatía multifocal of multiple sclerosis: a review. JAMA. 2021;325:765-79.
3. Milo R. Therapies for multiple sclerosis targeting B cells. Croat Med J.
progresiva ha sido reportada en pacientes con EM y 2019;60:87-98
4. Chisari CG, Sgarlata E, Arena S, Toscano S, Luca M, Patti F. Rituximab
tratamiento con RTX, lo cual debería ser tomado en for the treatment of multiple sclerosis: a review. J Neurol. 2022;269(1):
consideración. 159-83
5. Midaglia L, Mora L, Mulero P, Sastre-Garriga J, Montalbán X. Rituximab
RTX es utilizado como opción terapéutica en pacien- eficacia, efectividad y seguridad. Rev Neurol. 2018;25-32.
tes con limitaciones para adquirir un tratamiento, ya 6. Bellinvia A, Prestipino E, Portaccio E, Razzolini L, Fonderico M,
Fratangelo R, et al. Experience with rituximab therapy in a real-life sam-
que este medicamento está disponible a través de ple of multiple sclerosis patients. Neurol Sci. 2020;41:2939-45.
188
Castro-Macías JI et al. Rituximab y esclerosis múltiple
7. Airas L, Nylund M, Mannonen I, Matilainen M, Sucksdorff M, R issanen E. 14. D’Amico E, Zanghì A, Chisari CG, Fermo S lo, Toscano S, Arena S,
Rituximab in the treatment of multiple sclerosis in the hospital district of et al. Effectiveness and safety of rituximab in demyelinating diseases
Southwest Finland. Mult Scler Relat Disord. 2020;40:101980. spectrum: an Italian experience. Mult Scler Relat Disord. 2019;
8. Mazdeh M, Khamseh M, Taheri M, Ghafouri-Fard S. Effect of rituximab 27:324-6.
on Expanded Disability Status Scale and relapse rate in multiple sclero- 15. Memon AB, Javed A, Caon C, Srivastawa S, Bao F, Bernitsas E, et al.
sis patients. J Mol Neurosci. 2020;70:1165-8. Long-term safety of rituximab induced peripheral B-cell depletion in au-
9. Bribiesca-Contreras E, García-Estrada C, Gómez-Figueroa E, Zertu- toimmune neurological diseases. PLoS One. 2018;13: e0190425.
che-Ortuño L, Rodríguez-Rivas R, Marcín-Sierra M, et al. Impact of ritu- 16. Scotti B, Disanto G, Sacco R, Guigli M, Zecca C, Gobbi C. Effectiveness
ximab in Mexican patients with multiple sclerosis–a single-center retros- and safety of rituximab in multiple sclerosis: An observational study from
pective study. Mult Scler Relat Disord. 2022;58:103485. Southern Switzerland. PLoS One. 2018;13:e0197415.
10. Hauser SL, Arnold DL, Vollmer T, Antel J, Fox RJ, Panzara M, et al. 17. Granqvist M, Boremalm M, Poorghobad A, Svenningsson A, Salzer J,
B-cell depletion with rituximab in relapsing-remitting multiple sclerosis. Frisell T, et al. Comparative effectiveness of rituximab and other initial
N Engl J Med. 2008;358:676-88. treatment choices for multiple sclerosis. JAMA Neurol. 2018;
11. Hawker K, O’Connor P, Freedman MS, Calabresi PA, Antel J, Simon J, 75:320-7.
et al. Rituximab in patients with primary progressive multiple sclerosis: 18. Zeydan B, Kantarci OH. Impact of age on multiple sclerosis disease
results of a randomized double-blind placebo-controlled multicenter trial. activity and progression. Curr Neurol Neurosci Rep. 2020;20:24.
Ann Neurol. 2009;66:460-71. 19. Schweitzer F, Laurent S, Fink GR, Barnett MH, Reddel S, Hartung HP,
12. Alcalá C, Gascón F, Pérez-Miralles F, Gil-Perotín S, Navarré A, Boscá I, et al. Age and the risks of high-efficacy disease modifying drugs in
et al. Efficacy and safety of rituximab in relapsing and progressive mul- multiple sclerosis. Curr Opin Neurol. 2019;32:305-12.
tiple sclerosis: a hospital-based study. J Neurol. 2018 Jul 1;265:1690-7. 20. Perriguey M, Maarouf A, Stellmann JP, Rico A, Boutiere C, Demortiere S,
13. Alldredge B, Jordan A, Imitola J, Racke MK. Safety and efficacy of ritu- et al. Hypogammaglobulinemia and infections in patients with multiple
ximab: experience of a single multiple sclerosis center. Clin Neurophar- sclerosis treated with rituximab. Neurol Neuroimmunol Neuroinflamm.
macol. 2018;41:56-9. 2021;9:e1115.
189
Gaceta Médica de México
Artículo original
Resumen
Antecedentes: Las políticas de confinamiento domiciliario durante la pandemia de COVID-19 limitaron la exposición solar y
pudieron influir en los niveles de vitamina D. Objetivo: Evaluar los cambios en 25(OH)D durante la pandemia de COVID-19
y el impacto del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) en la dosis recomendada de radiación UV modificada por
las nubes para la síntesis de vitamina D (UVDVC). Material y métodos: Se realizó un estudio retrospectivo de 15 908 pacientes
en quienes se determinó el nivel de 25(OH)D entre enero de 2019 y diciembre de 2021 en un laboratorio centralizado en
Rosario, Argentina. Resultados: Se constataron niveles más bajos de 25(OH)D en menores de 40 años durante 2020, así
como una variación durante el período pandémico, con menores valores en la primera ola. Se registraron menores niveles de
25(OH)D en el período posterior al ASPO en comparación con el período de ASPO (p < 0.00001), además de mayor frecuen-
cia de hipovitaminosis D (48.6 % versus 36.1 %). No se observaron estas diferencias en la comparación de los mismos pe-
ríodos de 2019. La UVDVC no varió entre 2019 y 2020. Conclusiones: Las restricciones por la pandemia de COVID-19
llevaron a mayor frecuencia de hipovitaminosis D y menor frecuencia de valores óptimos.
25(OH)D levels during the COVID-19 pandemic: impact of lockdown and ultraviolet
radiation
Abstract
Background: Home confinement policies during the COVID-19 pandemic limited sun exposure and may have influenced on
vitamin D levels. Objective: To assess changes in 25(OH)D during the COVID-19 pandemic and the impact of Mandatory
Preventive Social Isolation (MPSI) on UV radiation recommended dose modified by clouds for the synthesis of vitamin D
(UVDVC). Material and methods: A retrospective study was carried out on 15,908 patients in whom the level of 25(OH)D
was determined between January 2019 and December 2021 in a centralized laboratory in Rosario, Argentina. Results: Lower
levels of 25(OH)D were documented in people younger than 40 years during 2020, as well as a variation during the pan-
demic period, with lower values in the first wave. Lower levels of 25(OH)D were recorded in the post-MPSI period in com-
parison with the MPSI period (p < 0.00001), in addition to a higher frequency of hypovitaminosis D (48.6% vs. 36.1%). These
differences were not observed in the comparison of the same periods of 2019. UVDVC did not vary between 2019 and 2020.
Conclusions: The restrictions due to the COVID-19 pandemic led to a higher frequency of hypovitaminosis D and lower
frequency of optimal values.
190
Ramírez-Stieben LA et al. Vitamina D y COVID-19
período comparador con el periodo pos-ASPO expresaron como número (porcentaje) y las tablas de
(07/06/2019 al 31/08/2019). contingencia se analizaron con la prueba de chi cua-
Para evaluar el efecto del confinamiento se analizó drada o de Fisher, según las frecuencias esperadas.
el periodo pos-ASPO y el nivel de 25(OH)D semana Un valor de p < 0.05 se consideró estadísticamente
a semana. Lo mismo se realizó en 2019. significativo.
Se registró sexo, edad y fecha de medición. Se El estudio se realizó de acuerdo con los lineamien-
excluyó a las personas menores de 18 años y las tos de la Declaración de Helsinki y fue aprobado por
cuantificaciones realizadas durante períodos no defi- el Comité de Ética de la institución donde se llevó a
nidos en el estudio. cabo. Debido a la naturaleza retrospectiva de la inves-
Las series temporales de datos de dosis de radia- tigación, el uso exclusivo de datos secundarios deri-
ción UV se obtuvieron del Tropospheric Emission vados de la atención de rutina y la ausencia de riesgo
Monitoring Internet Service (TEMIS), anteriormente para los participantes, se eliminó el requisito de con-
parte del Programa de Usuario de Datos de la Agencia sentimiento. Asimismo, en la base de datos final se
Espacial Europea. Los datos están disponibles en el eliminó la información acerca de la identidad de los
enlace http://www.temis.nl/uvradiation/ y tienen cober- pacientes.
tura geográfica global. 20 La información relacionada
con la radiación UV se pueden obtener de TEMIS Resultados
mediante la estimación parametrizada por Allaart
et al., 21 la cual se basa en el uso de la columna de Niveles de 25(OH)D según cohortes
ozono total y el ángulo cenital para el mediodía solar.
Este valor se pondera luego por el espectro de acción Del total de pacientes en quienes se determinó
específico (o respuesta) por analizar. La distribución 25(OH)D (n = 15 908), se analizaron 7440 durante los
global de ozono asimilado utilizada por TEMIS se diferentes períodos de estudio. En la Figura 1 se
basó primero en el instrumento SCIAMACHY a bordo muestra el diagrama de flujo para la incorporación de
del satélite ENVISAT y luego se utilizaron datos los sujetos al estudio. La mediana de edad fue de 54
GOME-222 de UVDVC para nuestro análisis. Para años (rango de 40 a 65 años), mayor en la cohorte de
obtener este valor, el algoritmo hace uso de campos 2019 (59 años [45-69]; 2020, 54 años [41-66]; 2021,
globales de asimilación de ozono, albedo superficial, 50 años [38-63]; p < 0.001). Del total de pacientes,
estimación de aerosoles y considera la variación de 78.90 % fue del sexo femenino. Se encontró mayor
la distancia Sol-Tierra, así como las coordenadas del frecuencia de hombres en la cohorte de 2021 (2019,
sitio en cuestión. Los datos de UVDVC utilizados en 14.3 %; 2020, 18.4 %; 2021, 26.8 %; p < 0.001).
este trabajo se obtuvieron para las coordenadas En el análisis global, los niveles de 25(OH)D fueron
correspondientes a la ciudad de Rosario (latitud, de 32.69 ± 12.96 ng/dL, más bajos durante el año
−32,9587°; longitud, −60,6930°; altura sobre el nivel 2020 respecto a los años 2019 y 2021, incluso tras
del mar, 25 m). Asimismo, para dicha localidad se realizar un análisis de covarianza ajustado por edad.
obtuvo la temperatura promedio total y la temperatura La frecuencia de pacientes con deficiencia de 25(OH)
promedio diurna medida por el Servicio Meteorológico D fue mayor en 2020 y menor la proporción de pacientes
Nacional. con valores óptimos (Tabla 1). Se encontró una corre-
El análisis estadístico se realizó con el software R, lación positiva entre la edad y los niveles de 25(OH)D
versión 4.1.0. Se realizaron pruebas paramétricas (rho = 0.037, p < 0.0001): estos fueron menores en
(prueba t de Student para la comparación de dos gru- menores de 40 años con comparación con los individuos
pos, análisis de varianza a un criterio de clasificación de 40 a 65 años y los mayores de 65 años (< 40 años,
[ANOVA], posprueba de Bonferroni para datos inde- 31.98 ± 12.82 ng/dL; de 40 a 65 años, 33.73 ± 13.07 ng/
pendientes para la comparación de más de dos gru- dL; mayores de 65 años, 33.73 ± 13.77 ng/dL, p < 0.001).
pos) y los resultados se expresaron como media ± DE. Los niveles de 25(OH)D variaron según los diferen-
Para analizar el efecto de una variable continua que tes periodos de la pandemia y fueron menores en la
pudiera influir en la variable dependiente de respuesta, primera ola. Dado que la edad varió según la cohorte
se realizó un análisis de covarianza. Para el análisis analizada, se realizó análisis de covarianza, en el que
de correlación se calculó el coeficiente de correlación mantuvieron las diferencias (Tabla 2). La frecuencia
lineal de Pearson o de Spearman, según la normali- de deficiencia y deficiencia severa fue mayor en la
dad de las variables. Las variables categóricas se primera ola (Tabla 3).
192
Ramírez-Stieben LA et al. Vitamina D y COVID-19
Muestra total
(n = 15908)
Menores de 18 años
(n = 313) y otros
períodos de tiempo
(n = 8155)
Pacientes incluidos
en análisis
(n = 7440)
Comparación
ASPO ASPO Segunda ola
(n = 806) (n = 299) (n = 3206)
Comparación
pos-ASPO Pos-ASPO
(n = 890) (n = 908)
Primera ola
(n = 1331)
Figura 1. Algoritmo de incorporación de pacientes al estudio y cohortes conformadas. ASPO: aislamiento social preventivo obligatorio.
Efecto del confinamiento la zona en los primeros ocho meses de 2020 no difirió
significativamente de la de 2019 (5.41 ± 4.46 kJ/m2 oC
Para verificar si la estrategia de confinamiento en 2019 versus 5.60 ± 4.49 kJ/m2 en 2020, p = 0.60).
implementada por el gobierno argentino entre el 20 Lo mismo sucedió con la temperatura total
de marzo y el 4 de junio de 2020 tuvo algún efecto (17.08 ± 5.98 oC en 2019 versus 17.29 ± 6.53 oC en
sobre los niveles de 25(OH)D, primero comparamos 2020, p = 0.71), como puede apreciarse en la
los años 2019 y 2020 en términos de UVDVC en la Figura 2B, y la temperatura diurna (19.21 ± 5.78 oC
zona de Rosario entre el 1 de enero y el 31 de agosto. en 2019 versus 19.92 ± 6.28 oC en 2020, p = 0.71).
También analizamos la temperatura diaria y la tempe- UVDVC fue significativamente menor en el período
ratura diurna. La Figura 2A muestra que la radiación pos-ASPo en comparación con el periodo de ASPo
UV apta para la biosíntesis de vitamina D que llegó a (31.91 ± 4.69 versus 35.19 ± 8.29, p = 0.03). No existió
193
Gaceta Médica de México. 2023;159
Figura 2. A: variabilidad semanal de UVDVC (dosis recomendada de radiación UV modificada por las nubes para la síntesis de vitamina D) entre
el 1 de enero y el 31 de agosto de 2019 (línea negra) y 2020 (línea magenta). B: variabilidad de la temperatura media diaria semanal; el área
azul representa el período de aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO), del 20 de marzo al 6 de junio de 2020.
194
Ramírez-Stieben LA et al. Vitamina D y COVID-19
Figura 3. Variabilidad de los niveles semanales de 25(OH)D del 20 de marzo al 31 de agosto. Comparación entre 2019 y 2020. El área azul
representa el período de aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO), del 20 de marzo al 6 de junio de 2020.
Tabla 1. Estado de 25(OH)D por año analizado en comparación con el periodo de ASPO (48.6 %
25(OH) D 2019 2020 2021 versus 36.1 %, p = 0.01), sin diferencias en la com-
(n = 1696) (n = 2538) (n = 3206) paración entre períodos similares de 2019. La Figura 3
n % n % n % muestra la comparación de los niveles de 25(OH)D
promediados semanalmente entre el 20 de marzo y
Deficiencia severa 35 2.1 56 2.2 49 1.5
el 31 de agosto de 2019 y 2020. En la Figura 3 tam-
Deficiencia 253 14.9 456 18 427 13.3 bién se aprecia que durante el período entre la
Insuficiencia 486 28.7 823 32.4 948 29.6 segunda quincena de julio y la primera quincena de
Suficiencia 922 54.4 1203 47.4 1782 55.6
agosto de 2020, los niveles de 25(OH)D fueron más
Chi‑cuadrada, p < 0.0001.
bajos respecto al período de ASPO. Ese tiempo
Posprueba de Bonferroni: p = 0.0004 al comparar 2020 versus 2019; p < 0.0001 al corresponde a las semanas 6 a 9 después de la fina-
comparar 2020 versus 2021.
lización del ASPO.
Se encontró una correlación positiva entre los nive-
les de 25(OH)D y UVDVC en 2019 (r = 0.116,
diferencia de UVDVC entre el período pos-ASPo y el p < 0.0001). No se demostró esta correlación en 2020
mismo período en 2019 (31.91 ± 4.69 kJ/m2 versus (r = −00218, p = 0.433).
32.90 ± 5.11 kJ/m2, p = ns).
Los niveles de 25(OH)D fueron más altos durante Discusión
el periodo de ASPO en comparación con el mismo
período de 2019 (36.58 ± 13.28 versus 33.98 ± 13.52, Nuestro estudio tuvo como objetivo evaluar la posi-
p = 0.018). No se identificaron diferencias en los nive- ble asociación entre el ASPO y los niveles plasmáti-
les de 25(OH)D entre el periodo pos-ASPO y el mismo cos de 25(OH)D en una población adulta de la ciudad
periodo de 2019 (32.57 ± 12.85 versus 33.8 ± 12.97, de Rosario y relacionarlos con la UVDVC. Demostramos
p = ns). Se encontraron niveles más bajos de 25(OH) que las medias de los niveles de 25(OH)D fueron
D en el período pos-ASPO en comparación con el menores durante 2020, principalmente durante la pri-
periodo de ASPO (p < 0.00001), pero no entre los mera ola de COVID-19, ocurrida entre septiembre y
mismos períodos de 2019. La frecuencia de hipovita- noviembre. Además, encontramos una disminución
minosis D también fue mayor en el período pos-ASPO de los niveles de 25(OH)D en el período pos-ASPO
195
Gaceta Médica de México. 2023;159
36.57 ± 13.27 29.38 ± 12.01 33.54 ± 13.05 < 0.001* < 0.001**
*ANOVA (posprueba de Bonferroni). p < 0.001 al comparar el periodo de ASPO versus primera ola; p = 0.0002 al comparar periodo de ASPO versus segunda ola; p < 0.0001 al
comparar primera ola versus segunda ola.
**Análisis de covarianza.
Tabla 3. Estado de 25(OH)D durante las fases de la pandemia de En cuanto a la asociación entre la infección por
COVID‑19
SARS-CoV-2 y las tasas de mortalidad por COVID-19
25(OH) D ASPO Primera ola Segunda ola con la exposición a la luz solar, casi se ha descuidado
(n = 299) (n = 1331) (n = 3206)
un factor implicado en la biosíntesis endógena de la
n % n % n % vitamina D. Los escasos estudios publicados indican
Deficiencia severa 3 1 36 2.7 49 1.3 la existencia de una asociación entre el brote de la
enfermedad y la latitud, aunque se limitan a los pri-
Deficiencia 31 10.4 291 21.9 427 13.3
meros meses de la pandemia.15,26 En nuestro análisis
Insuficiencia 74 24.7 459 34.5 948 29.6 demostramos una menor UVDVC en el período pos-
Suficiencia 191 63.9 545 40.9 1782 55.6 ASPO en comparación con el periodo de ASPO
Chi‑cuadrada, p < 0.0001. durante 2020. En esta fase se desarrolló la primera
Posprueba de Bonferroni: p = 0.0004 al comparar periodo de ASPO versus primera ola;
p < 0.0001 al comparar primera ola versus segunda ola; p = 0.15 al comparar periodo
ola de COVID-19, con aumento significativo en el
de ASPO versus segunda ola. número de casos y tasas de mortalidad. Como la
radiación UV participa en la biosíntesis de la vitamina
D, se podría justificar el aumento en el número de
pacientes con COVID-19 con mayor prevalencia de
en comparación con el periodo de ASPO. Este
hipovitaminosis D.
hallazgo no se reproduce durante los mismos perío-
Un análisis más actualizado ha demostrado una
dos de 2019, lo que plantea la hipótesis de que los
posible correlación entre los casos de COVID-19 por
menores niveles de 25(OH)D se debieron a una
menor biosíntesis asociada a una menor exposición millón de habitantes y niveles de 25(OH)D, pero no
solar inducida por el confinamiento estricto durante el con tasas de mortalidad relacionadas con COVID-
ASPO, ya que tanto la UVDVC como la temperatura 19. 27 En forma similar, Moozhipurath et al. identifica-
ambiente no variaron. Estos resultados son similares ron una asociación negativa entre la intensidad de los
a los demostrados por otros autores que analizaron rayos UV y las muertes por COVID-19. 28 Sin embargo,
los niveles de 25(OH)D en niños,13,23 pero difieren de no podemos establecer una relación causal porque
los reportados por Ferrari et al.14 en una cohorte de no analizamos los niveles de 25(OH)D o UVDVC en
pacientes adultos. función de la presencia de COVID-19. En este sentido,
El ASPO se estableció con el objetivo de aplanar la en una cohorte de pacientes adultos no se observa-
curva de nuevas infecciones, aumentar la conciencia ron diferencias en los niveles de vitamina D entre los
pública sobre los estándares de atención y preparar individuos con resultado positivo o negativo de infec-
los servicios de salud con capacitación del personal ción por SARS-CoV-2.14 En cambio, en un estudio
y expansión de la capacidad técnica y tecnológica. 24 realizado en pacientes pediátricos con COVID-19 se
Sin embargo, su implementación también redujo los encontraron niveles más bajos de vitamina D en com-
niveles de vitamina D, situación que podría conducir paración con el grupo de control. 29
a un mayor riesgo de infecciones respiratorias, entre Finalmente, no puede desestimarse que la vitamina
ellas COVID-19. 25 En este sentido, demostramos nive- D sea solo un marcador de gravedad y que no exista
les más bajos de vitamina D durante la primera ola una causalidad. En este sentido, un gran estudio de
de COVID-19 en comparación con el periodo de aleatorización mendeliana de vitamina D evaluó la
ASPO y la segunda ola, junto con mayor prevalencia evidencia de causalidad entre los niveles de vitamina
de deficiencia e insuficiencia de 25(OH)D. Esta situa- D y la gravedad y susceptibilidad a la infección por
ción también fue evidenciada por Ferrari et al.14 SARS-CoV-2; después de que se excluyeron todos
196
Ramírez-Stieben LA et al. Vitamina D y COVID-19
los posibles factores de confusión, no se encontró piel expuesta a la luz solar. Sin embargo, el número
ninguna asociación.30 de pacientes analizados en nuestra cohorte es una
La variabilidad estacional de los niveles séricos de muestra representativa y fiable de la población general,
vitamina D se observa comúnmente en numerosos y los resultados presentados son un punto de partida
países del mundo;7 se relaciona principalmente con que permite evaluar aspectos más específicos del
las diferentes exposiciones solares durante el año y, impacto de la pandemia en los niveles de vitamina D
precisamente, con la intensidad de la radiación UV.5-7 y la relación entre la vitamina D y la evolución de la
Sin embargo, la síntesis cutánea de vitamina D puede infección por SARS-CoV-2.
verse afectada por otros factores, como el clima y la
cultura.31,32 No observamos la variabilidad estacional Conclusiones
característica de la vitamina D en el período previo al
inicio de la pandemia, pero observamos niveles más El confinamiento estricto implementado durante la
bajos de 25(OH)D y una mayor prevalencia de hipo- primera etapa de la pandemia de COVID-19 llevó,
vitaminosis D en el período pos-ASPO. Dado que el independientemente de la UVDVC y de la temperatura
efecto de la radiación UV en los niveles de 25(OH)D ambiente, a una mayor frecuencia de hipovitaminosis
suele apreciarse después de dos meses,33 cualquier D durante los períodos sucesivos.
efecto causado por el confinamiento relacionado con
COVID-19 debió observarse aproximadamente entre Agradecimientos
mayo y septiembre de 2020. Precisamente, durante
el mes de julio y la primera semana de agosto de A las personas que trabajan en Gammalab.
2020 se registraron los niveles más bajos de 25(OH)
D, correspondientes a las semanas 6 a 9 posteriores Financiamiento
a la culminación del ASPO.
Los hallazgos anteriores no serían explicados por los El artículo no requirió financiamiento ni recibió com-
perfiles de UVDVC, los cuales se superpusieron pensación en la realización del trabajo.
durante los períodos analizados (Figura 2A). Tampoco
se explican por la temperatura ambiente. Asimismo, la Conflicto de intereses
falta de correlación entre los niveles de UVDVC y
25(OH)D durante 2020 muestra que si bien la dosis de Los autores declaran no tener conflicto de
UVDVC no varió entre 2019 y 2020, el confinamiento intereses.
podría conllevar menor exposición a la luz solar y dis-
minución de la síntesis cutánea de vitamina D. Responsabilidades éticas
Finalmente, encontramos una correlación positiva
entre los niveles de 25(OH)D y la edad, junto con nive- Protección de personas y animales. Los autores
les más bajos de 25(OH)D en personas menores de declaran que para esta investigación no realizaron
40 años. Aunque resulta una especulación, es posible experimentos en seres humanos ni en animales.
plantear la hipótesis de que durante el período de Confidencialidad de los datos. Los autores decla-
ASPO, y para limitar los efectos negativos del confina- ran que siguieron los protocolos de su centro de tra-
miento, se sugirió la suplementación sistemática con bajo sobre la publicación de datos de pacientes.
vitamina D en personas mayores, como se ha demos- Derecho a la privacidad y consentimiento infor-
trado en estudios previos.34 Sin embargo, no puede mado. Los autores obtuvieron la aprobación del
soslayarse que la correlación constatada en nuestro comité de ética para el análisis y publicación de
análisis fue muy débil (rho = 0.037) para delinear con- datos clínicos obtenidos de forma rutinaria. El con-
clusiones categóricas al respecto. sentimiento informado de los pacientes no fue
Nuestro estudio tiene limitaciones que podrían haber requerido por tratarse de un estudio observacional
resultado en estimaciones sesgadas. En primer lugar, retrospectivo.
no se consideró la ingesta promedio de vitamina D
debido a la falta de información sobre la suplementa- Bibliografía
ción con esa vitamina o los hábitos dietéticos de los
pacientes. En segundo lugar, en los participantes fue 1. Christakos S, Dhawan P, Verstuyf A, Verlinden L, Carmeliet G. Vi-
tamin D: metabolism, molecular mechanism of action, and pleiotropic
imposible determinar la duración exacta y el área de la effects. Physiol Rev. 2016;96:365-408.
197
Gaceta Médica de México. 2023;159
2. Jones G. Interpreting vitamin D assay results: proceed with caution. Clin 19. Grant WB, Lahore H, McDonnell SL, Baggerly CA, French CB, Aliano JL,
J Am Soc Nephrol. 2015;10:331-4. et al. Evidence that vitamin D supplementation could reduce risk of in-
3. Ross AC, Manson JE, Abrams SA, Aloia JF, Brannon PM, Clinton SK, fluenza and COVID-19 infections and deaths. Nutrients. 2020;12:988.
et al. The 2011 report on dietary reference intakes for calcium and vita- 20. TEMIS [Internet]. UV index forecast and archives. [Consul-
min D from the Institute of Medicine: what clinicians need to know. J Clin tado 2022 Jun 04]. Disponible en: https://www.temis.nl/uvradiation/UVin-
Endocrinol Metab. 2011;96:53-8. dex.php
4. Holick MF, Binkley NC, Bischoff-Ferrari HA, Gordon CM, Hanley DA, 21. Allaart M, van Weele M, Fortuin P, Kelder H. An empirical model to
Heaney RP, et al. Evaluation, treatment, and prevention of vitamin D predict the UV-index based on solar zenith angles and total ozone. Met
deficiency: an Endocrine Society clinical practice guideline. J Clin Endo- Apps. 2004;11:59-65.
crinol Metab. 2011;96:1911-30. 22. Zempila MM, van Geffen JH, Taylor M, Fountoulakis I, Koukouli ME, van
5. Dattola A, Silvestri M, Bennardo L, Passante M, Scali E, Patruno C, et al. Weele M, et al. TEMIS UV product validation using NILU-UV ground-ba-
Role of vitamins in skin health: a systematic review. Curr Nutr sed measurements in Thessaloniki, Greece. Atmos Chem Phys.
Rep. 2020;9:226-35. 2017;17:7157-74.
6. Holick, MF. The vitamin D deficiency pandemic: approaches for diagnosis, 23. Yu L, Ke HJ, Che D, Luo SL, Guo Y, Wu JL. Effect of pandemic-related
treatment, and prevention. Rev Endocr Metab Disord. 2017;18:153-65. confinement on vitamin D status among children aged 0-6 years in Guan-
7. Lippi G, Mattiuzzi C, Aloe R. The impact of seasonality and other deter- gzhou, China: a cross-sectional study. Risk Manag Healthc Policy.
minants on vitamin D concentration in childhood and adulthood: still an 2020;13:2669-75.
unresolved issue. Ann Transl Med. 2016;4:21. 24. De Candia LF, Bulla VB, Cordone RR, Saraceni L, Montaner AV, Quig-
8. Parisi AV, Turnbull DJ, Downs NJ. Influence of high levels of cloud cover nard M. Crónica de la pandemia en la ciudad de Rosario. Rev Fac
on vitamin D effective and erythemal solar UV irradiances. Photochem Ciencias Med UNR. 2021;1:190-202.
Photobiol Sci. 2012;11:1855-9. 25. Martineau AR, Jolliffe DA, Hooper RL, Greenberg L, Aloia JF, Bergman P,
9. Park SS, Lee YG, Kim M, J Kim, Koo J-H, Kim CK, Um J, et al. Simu- et al. Vitamin D supplementation to prevent acute respiratory tract infec-
lation of threshold UV exposure time for vitamin D synthesis in South Ko- tions: systematic review and meta-analysis of individual participant data.
rea. Adv Meteorol. 2019;2019:1-15. BMJ. 2017;356:i6583.
10. Devgun MS. Serum 25-hydroxyvitamin D in Wistar rats fed vitamin D 26. Whittemore PB. COVID-19 fatalities, latitude, sunlight, and vitamin D. Am
deficient or normal diet: effect of ultraviolet irradiation and temperature. J Infect Control. 2020;48:1042-4.
Med Lab Sci. 1991;48:193-5. 27. Ferrari D, Locatelli M, Briguglio M, Lombardi G. Is there a link between
11. Phelan AL, Katz R, Gostin LO. The novel coronavirus originating in Wuhan, vitamin D status, SARS-CoV-2 infection risk and COVID-19 severity? Cell
China: challenges for global health governance. JAMA. 2020;323:709-10. Biochem Funct. 2021;39:35-47.
12. Zhu N, Zhang D, Wang W, Li X, Yang B, Song J, et al. A novel corona- 28. Moozhipurath RK, Kraft L, Skiera B. Evidence of protective role of ultra-
virus from patients with pneumonia in China, 2019. N Engl J Med. violet-B (UVB) radiation in reducing COVID-19 deaths. Sci Rep. 2020;
2020;382:727-33. 10:17705.
13. Rustecka A, Maret J, Drab A, Leszczyńska M, Tomaszewska A, Lipińs- 29. Yılmaz K, Şen V. Is vitamin D deficiency a risk factor for COVID-19 in
ka-Opałka A, et al. The impact of COVID-19 pandemic during 2020-2021 children? Pediatr Pulmonol. 2020;55:3595-601.
on the vitamin D serum levels in the paediatric population in Warsaw, 30. Butler-Laporte G, Nakanishi T, Mooser V, Morrison DR, Abdullah T,
Poland. Nutrients. 2021;13:1990. Adeleye O, et al. Vitamin D and COVID-19 susceptibility and severity in
14. Ferrari D, Locatelli M, Faraldi M, Lombardi G. Changes in 25-(OH) vita- the COVID-19 Host genetics initiative: a mendelian randomization study.
min D levels during the SARS-CoV-2 outbreak: lockdown-related effects PLoS Med. 2021;18:e1003605
and first-to-second wave difference-an observational study from Northern 31. Shakeri H, Pournaghi SJ, Hashemi J, Mohammad-Zadeh M, Akaberi A.
Italy. Biology (Basel). 2021;10:237. Do sufficient vitamin D levels at the end of summer in children and
15. Ilie PC, Stefanescu S, Smith L. The role of vitamin D in the prevention adolescents provide an assurance of vitamin D sufficiency at the end of
of coronavirus disease 2019 infection and mortality. Aging Clin Exp Res. winter? A cohort study. J Pediatr Endocrinol Metab. 2017;30:1041-6.
2020;32:1195-8. 32. Hansen L, Tjønneland A, Køster B, Brot C, Andersen R, Cohen AS, et al.
16. Meltzer DO, Best TJ, Zhang H, Vokes T, Arora V, Solway J. Association Vitamin D status and seasonal variation among danish children and
of vitamin D status and other clinical characteristics with COVID-19 test adults: a descriptive study. Nutrients. 2018;10:1801.
results. JAMA Netw Open. 2020;3:e2019722. 33. Ferrari D, Lombardi G, Strollo M, Pontillo M, Motta A, Locatelli M. Asso-
17. Weir EK, Thenappan T, Bhargava M, Chen Y. Does vitamin D deficiency ciation between solar ultraviolet doses and vitamin D clinical routine data
increase the severity of COVID-19? Clin Med (Lond). 2020 Jun;20:e107-8. in European mid-latitude population between 2006 and 2018. Photochem
18. Merzon E, Tworowski D, Gorohovski A, Vinker S, Golan-Cohen A, Photobiol Sci. 2019;18:2696-706.
Green I, et al. Low plasma 25(OH) vitamin D level is associated with 34. Sevim Y. A detailed comparison of the use of dietary supplements befo-
increased risk of COVID-19 infection: an Israeli population-based study. re and during the COVID-19 pandemic: the use of dietary supplements
FEBS J. 2020;287:3693-702. before and during the COVID-19 pandemic. Progr Nutr. 2022;24:e2022086.
198
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO ORIGINAL
Resumen
Antecedentes: El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) constituye una condición crónica con riesgos aso-
ciados a largo plazo. Objetivo: Analizar el estado clínico, la ocupación y las dificultades de la vida diaria de dos cohortes de
niños con diagnóstico de TDAH (2004 y 2009) después cinco y 10 años. Material y método: Estudio descriptivo y longitudi-
nal de la base de datos WOMI correspondiente a Oviedo, Asturias, España. Se incluyeron niños detectados con TDAH por
su pediatra de atención primaria. Se solicitó una entrevista telefónica voluntaria de seguimiento. Las variables de resultado
fueron estado clínico y ocupacional al momento de la entrevista, síntomas de TDAH según SNAP-IV y Cuestionario de For-
talezas y Dificultades (SDQ). Resultados: La muestra entrevistada estuvo formada por 95 sujetos, de los cuales 71 respon-
dieron a los cuestionarios SNAP-IV y SDQ; 60.7 % de la muestra no recibía tratamiento en el momento del seguimiento, 4.7 %
no tenía ninguna ocupación, 25.4 % mantenía síntomas globales de TDAH en nivel superior al punto de corte clínico y 66.2 %
presentaba dificultades con interferencia moderada. Conclusiones: Los síntomas del TDAH disminuyen conforme las perso-
nas crecen. Las comorbilidades de salud mental y el abandono académico no se confirmaron en la muestra.
Palabras clave: Estudio longitudinal. Evolución clínica. Impacto psicosocial. Trastorno por déficit de atención e hipe-
ractividad.
Background: Attention deficit/hyperactivity disorder (ADHD) is a chronic condition with long-term associated risks. Objective: To
analyze the clinical status, occupation, and daily life difficulties of two cohorts of children diagnosed with ADHD (2004 and
2009) after five and 10 years. Material and method: Descriptive, longitudinal study using the WOMI database corresponding
to Oviedo, Asturias, Spain. Children with ADHD detected by their primary care pediatrician were included. A voluntary follow-
up telephone interview was requested. Outcome variables were current clinical and occupational status, ADHD symptoms
according to SNAP-IV, and Strengths and Difficulties Questionnaire (SDQ). Results: The interviewed sample consisted of 95
subjects, out of whom 71 answered the SNAP-IV and SDQ questionnaires; 60.70% of the sample did not receive treatment at
the time of follow-up, 4.7% had no occupation, 25.40% still had ADHD global symptoms above the clinical cutoff point, and
199
Gaceta Médica de México. 2023;159
66.2% had difficulties with moderate interference. Conclusions: ADHD symptoms decline as people grow up. Mental health
comorbidities and academic dropout were not confirmed in the sample.
KEYWORDS: Longitudinal study. Clinical evolution. Psychosocial impact. Attention deficit/hyperactivity disorder.
Cohorte Total
Se incluyeron niños diagnosticados en el servicio 2004 2009
de pediatría de atención primaria con código P21
Casos entrevistados
(trastorno por déficit de atención e hiperactividad),
% 42 53 95
registrados en la base de datos WOMI (Visor de n 44.21 55.79 100
Historias Clínicas de Atención Primaria OMI) de
Sexo
Oviedo, Asturias, España, durante 2004 y 2009, que Varón
aceptaron participar en una entrevista telefónica n 33 43 76
% 78.57 81.13 80
voluntaria. Los criterios diagnósticos empleados en la
Mujer
aplicación del código P21 son los especificados en la n 9 10 19
Clasificación Internacional en Atención Primaria (défi- % 21.43 18.87 20
cit de atención o hiperactividad de comienzo precoz, Persona entrevistada
marcada falta de continuidad en las tareas, compor- Paciente directo
tamiento hiperactivo modulado en situaciones varia- n 14 10 24
% 33.3 18.9 25.26
das y a lo largo del tiempo).34 Padres
Se excluyeron los niños diagnosticados en el ser- n 28 43 71
vicio de pediatría de atención primaria con código % 66.7 81.1 74.74
Cohorte Tratamiento
resto de la población española no clínica, ya que En cuanto a los síntomas actuales del TDAH evalua-
no existen baremos de población no clínica. dos mediante SNAP-IV (n = 71), en la muestra total la
– Dificultades y deterioro actuales. El SDQ (Good- puntuación media en la subescala de inatención fue de
man, 1999) es un cuestionario de seguimiento de 1.3145 (IC 95 % = 1.153, 1.475); en la subescala de
la evaluación de dificultades emocionales o con- hiperactividad/impulsividad, 1.007 (IC 95 % = 0.820, 1.193);
ductuales; en nuestro estudio se utilizó la versión y en la escala global de TDAH, 1.161 (IC 95 % = 1.007, 1.315).
española. El suplemento de impacto del SDQ Estos datos fueron superiores a las puntuaciones clínicas
consiste en cinco preguntas sobre la existencia de corte de 31 % de la muestra total para síntomas de ina-
de dificultades actuales, el nivel de severidad de tención, 32.4 % para síntomas de hiperactividad/impulsivi-
estas y las áreas vitales en las que interfieren dad y 25.4 % para la escala global de TDAH (no se
(convivencia, relaciones con iguales, ámbito la- encontraron diferencias estadísticamente significativas
boral o académico, ocio y tiempo libre). entre cohortes: inatención, Fisher 1 gl = 0.292; hiperactivi-
dad/impulsividad, Fisher 1 gl = 0.195; escala global, Fisher
1 gl = 0.161).
Análisis de los datos
Se encontraron diferencias estadísticamente signi-
ficativas en las puntuaciones de la escala global y la
Se utilizaron medidas descriptivas de centralización
subescala de inatención (Tabla 3), ambas fueron
y dispersión en las variables cuantitativas, y distribu-
superiores en la cohorte de cinco años de segui-
ciones de frecuencias en las cualitativas mediante el
miento. Existieron diferencias estadísticamente signi-
programa SPSS versión 15.00.
ficativas en las puntuaciones de la escala global de
TDAH relacionadas con quien contestó el cuestiona-
Resultados
rio. Hubo más casos por arriba de las puntuaciones
clínicas de corte en la escala global de TDAH cuando
Respecto al estado clínico actual, tratamiento y
el SNAP-IV fue contestado por los padres (Fisher 1
diagnóstico, se obtuvo respuesta de 89 entrevistados;
gl = 0.042) que cuando fue contestado directamente
60.7 % del total de la población que contestó a esta
por el paciente. Las puntuaciones medias para la
pregunta no recibía tratamiento actual para las dificul-
subescala de inatención y la escala global fueron
tades de salud mental, 33.7 % tenía prescrito trata-
mayores cuando las contestaron los padres (Tabla 4).
miento psicofarmacológico, 4.5 % seguía tratamiento Referente a las dificultades clínicas y deterioro eva-
psicológico y 1.1 %, tratamiento combinado (psicoló- luados mediante SDQ (n = 70), 88.9 % de la cohorte
gico y psicofarmacológico). La distribución entre de 2004 consideró que estaba mejor (“un poco mejor”
cohortes se muestra en la Tabla 2. En 15 casos que o “mucho mejor”) desde que acudió a la consulta por
recibían algún tratamiento de salud mental en cual- primera vez; en la cohorte de 2009, 88.4 % consideró
quiera de las dos cohortes (n = 35), el diagnóstico encontrarse mejor. Un 66.2 % respondió que seguía
actual se obtuvo de la historia clínica: TDAH en teniendo dificultades en una o más áreas (emociones,
46.7 %, trastorno de personalidad en 26.70 %, diag- concentración, comportamiento o capacidad para
nóstico desconocido en 13.20 %, trastorno de ansie- relacionarse con otras personas), sin que existieran
dad en 6.7 % y TDAH comórbido con trastorno del diferencias significativas entre las cohortes en esta
desarrollo en 6.7 % variable (Fisher 1 gl = 0.609). El 95.7 % de las per-
La ocupación al momento de la entrevista en las sonas con dificultades actuales sienten que estas
diferentes cohortes (n = 95) se muestra en la Figura 1. generan interferencia en una o varias áreas de su
202
De la Viuda-Suárez ME et al. Evolución en menores con TDAH
Ninguna 2.1 %
7.9 %
Trabajo 12.5 %
10.5 %
Tiempo de seguimiento
Figura 1. Distribución de la ocupación en las distintas cohortes (cohorte de 2004, n = 42; cohorte de 2009, n = 53).
Tabla 3. Puntuaciones sintomáticas (SNAP‑IV) según la cohorte Tabla 4. Puntuaciones sintomáticas (SNAP‑IV) según la persona
entrevistada
Escala o subescala Cohorte p*
Escala o Persona entrevistada p*
2004 2009 subescala
Paciente Padres
Subescala de inatención directo
Media 1.0819 1.4573 0.023
IC 95 % 0.8248‑1.3389 1.2556‑1.6590 Subescala de
inatención
Subescala de Media 0.9895 1.4604 0.006
hiperactividad/ IC 95 % 0.7383‑1.2408 1.2653‑1.6555
impulsividad
Media 0.7852 1.1423 0.063 Subescala de
IC 95 % 0.4853‑1.0850 0.9041‑1.3804 hiperactividad/
impulsividad
Escala global de TDAH Media 0.8700 1.0678 No válido**
Media 0.9404 1.2961 0.024 IC 95 % 0.5941‑1.1459 0.8234‑1.3121 0.332
IC 95 % 0.7092‑1.1715 1.0954‑1.4968
*Valores de p resultantes de una prueba de ANOVA de un factor. Escala global de
TDAH
Media 0.9323 1.2635 0.047
IC 95 % 0.6980‑1.1666 1.0681‑1.4588
*Valores de p resultantes de una prueba de ANOVA de un factor.
vida, como se muestra en la Figura 2, sin encontrar **No válido indicado porque la prueba de homogeneidad de varianzas no permite
diferencias reseñables entre las cohortes. extraer conclusiones (p > 0.05 en estadístico de Levene).
TDAH: trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
En cuanto a los síntomas y relación con el deterioro,
independientemente de la cohorte existió una correla-
ción positiva entre la interferencia actual evaluada con
SDQ y los índices más altos de TDAH identificados con Independientemente de la cohorte y en relación con
SNAP-IV (Pearson = 0.393 entre la interferencia y el investigaciones relacionadas con las dificultades y
subconjunto de inatención, significación bilate- manejo clínico,35 95.5 % de la población total en el
ral = 0.01; Pearson = 0.356 entre la interferencia y el punto de inicio del estudio (n = 134) recibió tratamiento
subconjunto de hiperactividad/impulsividad, significación con fármacos estimulantes durante algún momento del
bilateral = 0.002; Pearson = 0.420 entre la interferencia seguimiento. Quienes fueron tratados con estimulantes
y TDAH global, significación bilateral = 0.000). parecían tener más dificultades actuales (determinadas
203
Gaceta Médica de México. 2023;159
personas
con las
0% 10 % 20 % 30 % 40 % 50 % 60 % 70 % 80 % 90 % 100 %
Figura 2. Nivel de interferencia en diferentes áreas de la vida diaria evaluado mediante SDQ (Cuestionario de Fortalezas y Dificultades,
suplemento de impacto del seguimiento) entre las diferentes cohortes (2004, n = 27; 2009, n = 43).
con SDQ) que los que no fueron tratados con estimu- subescalas (inatención e hiperactividad), así como la
lantes (χ2 1 gl = 0.018). De la muestra total en el punto escala global de TDAH evaluada mediante SNAP-IV
de inicio del estudio (n = 134), 29.9 % de los partici- fueron superiores cuanto menor fue el tiempo trascu-
pantes fue tratado exclusivamente en servicios de rrido desde el diagnóstico. Además, se observaron
atención primaria. Esos casos parecieron tener menos tasas descendentes en el número de casos clínica-
dificultades actuales que los tratados por salud mental mente significativos en cuanto a los síntomas de ina-
o el servicio de neuropediatría (χ2 1 gl = 0.024). tención, hiperactividad/impulsividad y la escala global
de TDAH, independientemente de la cohorte.
Discusión A medida que transcurrió el tiempo, las dificultades
de TDAH se observaron como una entidad clínica
Según la literatura previa y la guía clínica citada,1 el única, permaneciendo en un tercio de la muestra ya
trastorno de TDAH se propone como una condición fuera a cinco o 10 años después del diagnóstico.
crónica. Además, la literatura previa señala tasas más En cuanto al mayor riesgo de trastornos mentales en
altas de trastornos mentales en la edad adulta en adul- la edad adulta, el presente estudio de seguimiento
tos o niños con diagnóstico de TDAH.4,16-18 El presente informa que la mayor parte de la muestra no recibía
estudio cuestiona la cronicidad de los síntomas de esta ningún tratamiento para un trastorno psicológico des-
entidad y el mayor riesgo de padecer trastornos men- pués de cinco o 10 años del diagnóstico de TDAH. Este
tales en la muestra analizada. La cronicidad también resultado difiere de las advertencias previas sobre los
es cuestionada en algunas investigaciones2 que mues- riesgos para la salud mental adulta en niños con diag-
tran tasas decrecientes de TDAH a medida que trans- nóstico de TDAH.16-18
curre el tiempo desde el momento del diagnóstico. Según estudios previos, las tasas de síntomas son
Respecto a la cronicidad y el curso clínico, la lite- más elevadas cuando las notifica un familiar que
ratura previa señala que el subconjunto hiperactivi- cuando se utilizan autoinformes.7 La literatura previa
dad/impulsividad y las tasas globales de TDAH señala que estos datos evidencian una tendencia al
(determinadas con SNAP-IV) descienden a medida infradiagnóstico de TDAH en la edad adulta mediante
que las personas crecen, pero las tasas del subcon- los autoinformes. Sin embargo, podría existir otra inter-
junto inatención se mantienen en la edad adulta. 2,8,13 pretación para estos datos: lo que constituye un pro-
En la muestra analizada, las puntuaciones de las dos blema para un familiar puede ser un patrón adaptativo
204
De la Viuda-Suárez ME et al. Evolución en menores con TDAH
para el paciente. Al consultar directamente a un en las que se evalúen los tratamientos del TDAH y
paciente adulto sobre lo que constituye un problema en sus respuestas a largo plazo en un contexto clínico
su vida, los índices de TDAH descienden. En relación natural para aclarar este aspecto.
con este tema, podría ser interesante abordar la impor- Los datos del presente trabajo sugieren que la pre-
tancia de las discrepancias entre los modelos concep- sencia de síntomas y la interferencia varían en función
tuales de las dificultades infantiles.36 Las diferentes de la edad, lo que apoya los estudios previos que des-
concepciones disienten al momento de explicar lo que criben la tendencia descendente de las tasas de TDAH
constituye un problema clínico en la infancia, explica- a medida que las personas crecen.2 Este hecho podría
ciones que afectan las creencias de los padres sobre estar señalando la importancia de factores madurativos
sus hijos. El hecho de que las tasas de TDAH descien- o sociales. La condición de TDAH podría constituir un
dan cuando se pregunta directamente a pacientes adul- problema para la dinámica social y cultural infantil, pero
tos podría estar en consonancia con la puede ser un patrón adaptativo en un contexto cultural
“psicopatologización” cultural de la infancia adulto, tal como se señala en literatura previa.31-33 La
descrita.31-33 persistencia de ciertas dificultades en la adultez podría
La literatura previa también señala altas tasas de entenderse como déficit de habilidades autorregulación
fracaso escolar y abandono académico de los sujetos que no han sido aprendidas.26-30
con diagnóstico de TDAH en su infancia.19,21 El presente Es necesario abordar algunas limitaciones del pre-
estudio no permite establecer el éxito en la ocupación sente estudio. Los casos de TDAH proceden de una
actual, pero la mayoría de los entrevistados manifestó muestra de práctica clínica real, por lo que no tienen
una responsabilidad adquirida tras cinco o 10 años del un procedimiento de diagnóstico unificado (ya que los
diagnóstico. Estos resultados cuestionan la alarma diferentes profesionales sanitarios podrían tener dife-
sobre el fracaso escolar que ha suscitado el TDAH. rentes procedimientos de evaluación). Este hecho
En relación con la existencia de dificultades en perso- establece una diferencia significativa con la mayoría de
nas con diagnóstico de TDAH, dos tercios refirió dificul- los estudios de TDAH previamente realizados, basados
tades actuales. La gravedad de estos datos no puede en contextos académicos y altamente controlados. Es
ser evaluada ya que no existen baremos de población importante considerar que esta investigación se efec-
española no clínica para la comparación. En correlación túo en un contexto cultural y sanitario específico y que
con estudios previos,6,15 existió una relación entre la contextos diferentes pueden afectar los resultados de
intensidad de los síntomas actuales de TDAH y su inter- investigaciones similares. Por último, cabe señalar que
ferencia con las actividades cotidianas. La mayoría de la las cohortes descritas no fueron equivalentes en térmi-
muestra que refirió dificultades también manifestó disfun- nos temporales, ya que en una se analizó un periodo
cionalidad, si bien el nivel de interferencia fue bajo. evolutivo de cinco años y en la otra, de 10 años.
Es interesante señalar otras variables que mostra-
ron estar relacionadas con el nivel de dificultades Conclusiones
actuales. Los casos tratados con fármacos psicoesti-
mulantes o los casos tratados por un profesional sani- Resumiendo los puntos anteriores, proponer el
tario especializado (neuropediatra o profesional de la TDAH como una condición crónica vinculada en la
salud mental) parecieron tener más dificultades en la edad adulta a un mayor riesgo de trastornos mentales
actualidad. No se pueden establecer relaciones cau- o fracaso escolar y laboral crea una importante alarma
sales de estos datos dadas las limitaciones del pre- sobre la importancia de tratar (en particular con fár-
sente estudio, ya que carecemos de datos sobre la macos) los síntomas del TDAH desde su aparición.
gravedad del cuadro de TDAH en su inicio. Los casos Este escenario justifica que el tratamiento estimulante
con más dificultades al momento de la entrevista del TDAH infantil se presente como la única solución
podrían ser los que tuvieron más dificultades también para esa enfermedad crónica y para evitar importantes
al principio del diagnóstico, y por ello fueron deriva- riesgos a largo plazo. Sin embargo, los resultados
dos a atención sanitaria especializada o tratados con orientan hacia una perspectiva menos alarmante res-
estimulantes. Lo anterior también podría estar relacio- pecto al curso clínico y académico de los individuos
nado con estudios previos que muestran peores con TDAH. Los datos mostrados en este trabajo pre-
resultados académicos a largo plazo en niños con sentan un nuevo marco para los clínicos y las familias,
TDAH tratados con fármacos psicoestimulantes.37 quienes son finalmente los principales involucrados en
Sería necesario realizar investigaciones a largo plazo la decisión de tratar el TDAH y cómo hacerlo.
205
Gaceta Médica de México. 2023;159
Conflicto de intereses 11. Vergunst F, Tremblay RE, Galera C, Nagin D, Vitaro F, Boivin, M et al.
Multi-rater developmental trajectories of hyperactivity-impulsivity and in-
attention symptoms from 1.5 to 17 years: a population-based birth cohort
study. Eur Child Adolesc Psychiatry. 2019;28:973-83.
Los autores declaran no tener conflicto de 12. Biederman J, Faraone S, Milberger S, Curtis S, Chen L, Marrs A et al.
intereses. Predictors of persistence and remission of ADHD into adolescence: re-
sults from a four-year prospective follow-up study. J Am Acad Child
Adolesc Psychiatry. 1996;35:343-51.
Financiamiento 13. Kessler RC, Green JG, Adler LA, Barkley RA, Chatterji S, Faraone SV
et al. Structure and diagnosis of adult attention-deficit/hyperactivity disor-
der: analysis of expanded symptom criteria from the Adult ADHD Clinical
Diagnostic Scale. Arch Gen Psychiatry. 2010;67:1168-78.
Los autores declaran no haber recibido 14. Barkley RA, Murphy KR, Fischer M. ADHD in adults: what the science
says. Nueva York: The Guilford Press; 2008.
financiamiento. 15. Mannuzza S, Castellanos FX, Roizen ER, Hutchison JA, Lashua EC, Klein
RG. Impact of the impairment criterion in the diagnosis of adult ADHD:
33-year follow-up study of boys with ADHD. J Atten Disord. 2011;15:122-9.
Responsabilidades éticas 16. Mannuzza S, Klein RG, Bessler A, Malloy P, LaPadula M. Adult outcome
of hyperactive boys. Educational achievement, occupational rank, and
psychiatric status. Arch Gen Psychiatry. 1993;50:565-76.
Protección de personas y animales. Los autores 17. Mannuzza S, Klein RG, Bessler A, Malloy P, LaPadula M. Adult psychiatric
status of hyperactive boys grown up. Am J Psychiatry. 1998;155:493-8.
declaran que los procedimientos seguidos se confor- 18. Fayyad J, De Graaf R, Kessler R, Alonso J, Angermeyer M, Demytte-
maron a las normas éticas del comité de experimenta- naere K, et al. Cross-national prevalence and correlates of adult atten-
tion-deficit hyperactivity disorder. Br J Psychiatry. 2007;190:402-9.
ción humana responsable y de acuerdo con la 19. Lambert NM Adolescent outcomes for hyperactive children. Perspectives
on general and specific patterns of childhood risk for adolescent educa-
Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki. tional, social, and mental health problems. Am Psychol. 1988;43:786-99.
Confidencialidad de los datos. Los autores decla- 20. Kent KM, Pelham WEJ, Molina BS, Sibley MH, Waschbusch DA, Yu J
et al. The academic experience of male high school students with ADHD.
ran que siguieron los protocolos de su centro de tra- J Abnorm Child Psychol. 2011;39:451-62.
bajo sobre la publicación de datos de pacientes. 21. Barkley RA, Fischer M, Edelbrock CS, Smallish L. The adolescent outcome
of hyperactive children diagnosed by research criteria: I. An 8-year prospec-
Derecho a la privacidad y consentimiento infor- tive follow-up study. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 1990;29:546-57.
22. Fischer M, Barkley RA, Edelbrock CS, Smallish L. The adolescent out-
mado. Los autores obtuvieron la aprobación del comité come of hyperactive children diagnosed by research criteria: II. Acade-
de ética para el análisis y publicación de datos clínicos mic, attentional, and neuropsychological status. J Consult Clin Psychol.
1990;58:580-8.
obtenidos de forma rutinaria. El consentimiento infor- 23. Biederman J, Faraone SV. The effects of attention-deficit/hyperactivity
disorder on employment and household income. MedGenMed. 2006;18:12.
mado de los pacientes no fue requerido por tratarse 24. Rösler M, Casas M, Konofal E, Buitelaar J. Attention deficit hyperactivi-
de un estudio observacional retrospectivo. ty disorder in adults. World J Biol Psychiatry. 2010;11:684-98.
25. Moyá J, Stringaris AK, Asherson P, Sandberg S, Taylor E. The impact
of persisting hyperactivity on social relationships: a community-based,
Bibliografía controlled 20-year follow-up study. J Atten Disord, 2014;18:52-60.
26. Ayllon T, Milan MA. Desorden de déficit de atención e hiperactividad.
En: Luciano MC, editor. Manual de psicología clínica. Infancia y adoles-
1. Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por cencia. Valencia: Promolibro; 1996.
Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en Niños y Adolescentes, 27. Luciano C, Gómez I. Comportamientos hiperactivos y/o atencionales
Fundació Sant Joan de Déu, coordinador. Guía de práctica clínica sobre desadaptativos. En: Vallejo MA, editor. Manual de terapia de conducta.
el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en niños Volumen II. Madrid: Dykinson Psicología; 1998.
y adolescentes. Cataluña: Ministerio de Ciencia e Innovación; 2010. 28. Paniagua FA. Management of hyperactive children through correspon-
2. Miller AR, Lalonde CE, McGrail KM. Children’s persistence with methylphe- dence training procedures: a preliminary study. J Behav Ther Exp Psy-
nidate therapy: a population-based study. Can J Psychiatry. 2004;49:761-8. chiatry. 1990;21:63-8.
3. Sibley MH, Pelham WE, Molina B, Gnagy EM, Waschbusch DA, Garefi- 29. Ruiz FJ, Luciano C, Gil González E, Barbero Rubio A. Trastorno por
no AC, et al. Diagnosing ADHD in adolescence. J Consult Clin Psy- déficit de atención e hiperactividad. En: Vallejo Pareja MA, coordinador.
chol. 2012;80:139-50. Manual de terapia de conducta. Volumen II. Madrid: Dykinson Psicología;
4. Fischer M, Barkley RA, Smallish L, Fletcher K. Young Adult Follow-up 2012.
of hyperactive children: self-reported psychiatric disorders, comorbidity, 30. Willis TJ, Lovaas I. A behavioral approach to treating hyperactive chil-
and the role of childhood conduct problems and teen CD. J Abnorm Child dren: The parent’s role. En: Millichap JB, editor. Learning disabilities and
Psychol. 2002;30:463-75. related disorders. Washington, DC: Yearbook Medical Publications;
5. McCormick LH. Adult outcome of child and adolescent attention deficit hype- 1977.
ractivity disorder in a primary care setting. South Med J. 2004;97:823-26. 31. García-de Vinuesa F, González-Pardo H, Pérez-Álvarez M. Volviendo a
6. Kessler RC, Adler L, Barkley R, Biederman J, Conners CK, Demler O la normalidad. La invención del TDAH y del trastorno bipolar infantil.
et al. The prevalence and correlates of adult ADHD in the United States: Madrid: Alianza Editorial; 2014.
results from the National Comorbidity Survey Replication. Am J Psychia- 32. Timimi, S. y Taylor, E. ADHD is best understood as a cultural construct.
try. 2006;163:716-23. Br J Psychiatry, 2004;184:8-9.
7. Barkley RA, Fischer M, Smallish L, Fletcher K. The persistence of atten- 33. Timimi, S. The McDonaldization of childhood: children’s mental health in
tion-deficit/hyperactivity disorder into young adulthood as a function of neo-liberal market cultures. Transcult Psychiatry. 2010;47:686-706.
reporting source and definition of disorder. J Abnorm Child Psychol. 34. Comité Internacional de Clasificación de la WONCA. Clasificación Inter-
2002;111:279-89. nacional de la Atención Primaria. Barcelona: Masson; 1987.
8. Biederman J, Mick E, Faraone SV. Age-dependent decline of symptoms 35. De la Viuda ME. Recorrido sanitario y evolución de personas con sínto-
of attention deficit hyperactivity disorder: impact of remission definition mas de TDAH. Estudio longitudinal retrospectivo-prospectivo. Tesis doc-
and symptom type. Am J Psychiatry. 2000;157:816-8. toral. Universidad de Almería. España: 2022.
9. Cheung CH, Rijdijk F, McLoughlin G, Faraone SV, Asherson P, Kuntsi J. 36. Lasa-Zulueta A, Jorquera-Cuevas C. Evaluación de la situación asisten-
Childhood predictors of adolescent and young adult outcome in ADHD. cial y recomendaciones terapéuticas en el trastorno por déficit de aten-
J Psychiatr Res. 2015;62:92-100. ción e hiperactividad. Informes de Evaluación de Tecnologías Sanitarias:
10. Van Lieshout M, Luman M, Twisk JW, van Ewijk H, Groenman AP, OSTEBA Núm. 2007/09. Vizcaya: Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zer-
Thissen AJ, et al. A 6-year follow-up of a large European cohort of bitzu Nagusia; 2010
children with attention-deficit/hyperactivity disorder-combined subtype: 37. Currie J, Stabile M, Jones ML. Do stimulant medications improve edu-
outcomes in late adolescence and young adulthood. Eur Child Adolesc cational and behavioral outcomes for children with ADHD? J Health
Psychiatry. 2016;25:1007-17. Econ. 2014;37:58-69.
206
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO ORIGINAL
Resumen
Antecedentes: Los datos sobre discapacidad visual (DV) en pacientes con diabetes son necesarios para orientar los recursos
económicos y humanos que disminuyan su prevalencia. Objetivo: Estimar la prevalencia de DV relacionada con retinopatía
diabética en pacientes con diabetes tipo 2 en un entorno hospitalario. Material y métodos: Estudio transversal realizado de 2014
a 2019 en una consulta externa de oftalmología. Cualquier DV se definió como agudeza visual corregida con agujero estenopei-
co en el ojo con mejor visión (≥ 0.24 logMAR). Se evaluó la presencia de retinopatía diabética, edema macular diabético (EMD)
y cataratas. Resultados: Se incluyeron 840 pacientes; la mediana de duración de la diabetes fue de 15 años. La prevalencia
de DV fue de 30 %. Se encontró retinopatía diabética en 62 % (30 % tenía retinopatía diabética que amenazaba la visión [RDAV]);
17 %, EMD y 3 %, cataratas. La razón de momios para DV moderada o de mayor gravedad fue de 9.02 para RDAV (p < 0.001),
5.89 para EMD referible (p = 0.001) y 2.51 para catarata (p = 0.006). Conclusión: Treinta por ciento de los participantes tenía
algún grado de DV. La DV moderada o de mayor gravedad mostró una fuerte asociación con RDAV y EMD referible.
Palabras clave: Catarata. Discapacidad visual. Edema macular diabético Retinopatía diabética.
Background: Data on visual impairment (VI) in patients with diabetes are necessary in order to guide economic and human
resources for reducing its prevalence. Objective: To estimate the prevalence of diabetic retinopathy-related VI in patients with
type 2 diabetes in a hospital-based setting. Material and methods: Cross-sectional study carried out from 2014 to 2019 in an
ophthalmology outpatient clinic. Any VI was defined as corrected pin-hole visual acuity in the better eye of ≥ 0.24 logMAR. The
presence of diabetic retinopathy (DR), diabetic macular edema (DME) and cataract was evaluated. Results: A total of 840 patients
were included; median diabetes duration was 15 years. The prevalence of VI was 30 %. DR was found in 62 % of patients (30 %
had sight-threatening DR [STDR]), 17 % had referable DME, and 3 %, cataracts. The odds ratio for moderate or worse VI was
9.02 for STDR (p < 0.001), 5.89 for referable DME (p = 0.001), and 2.51 for cataract (p = 0.006). Conclusion: Thirty percent of
participants had some degree of VI. Moderate or worse VI showed a strong association with STDR and referable DME.
207
Gaceta Médica de México. 2023;159
presión intraocular medida con tonometría de aplana- como retinopatía diabética referible o estadios más
ción de Goldman. Se documentó y se clasificó la graves de la misma. Se excluyeron la retinopatía dia-
presencia de catarata en ambos ojos con una lámpara bética no clasificable y el edema macular diabético
de hendidura. no clasificable. Se clasificaron ambos ojos y se eligió
Se tomaron fotografías digitales de la retina no el que presentaba mayor disfunción para el análisis.
estereoscópicas de tres campos con una cámara no Cuando ambos ojos tenían el mismo grado de retino-
midriática (Centervue, DRS, Padua, Italia) con dilata- patía diabética o de edema macular diabético, se
ción pupilar farmacológica (tropicamida a 1 % y feni- eligió el ojo derecho.
lefrina a 2.5 %); los campos se centraron en la mácula,
el nervio óptico y arcadas temporales de la mácula. Catarata
Se realizó una tomografía de coherencia óptica
(Spectrallis Heidelberg Engineering) en todos los par- La catarata se documentó y clasificó según la
ticipantes con un protocolo que consiste en 24 sec- escala Lens Opacities Classification System III, que
ciones en la mácula con 240 micras entre cada una. consiste en clasificar el color nuclear, la opalescencia
Todas las interpretaciones oftalmológicas fueron rea- nuclear, la catarata cortical y la catarata subcapsular
lizadas por dos optometristas y un oftalmólogo. Los posterior. Dado que es importante referir los casos de
lectores fueron estandarizados para una concordan- catarata visualmente significativa, debe realizarse
cia intra e interobservador (kappa > 0.88). una evaluación individual de ambos ojos en cada
paciente. Estos casos de catarata suelen correspon-
Discapacidad visual der a estadios del Lens Opacities Classification
System III: opalescencia nuclear 3 o peor, catarata
Se definieron cuatro grupos según la discapacidad nuclear de color 3 o peor, catarata cortical 4 o peor
visual: y catarata subcapsular posterior 1 o peor. El estado
– Visión normal (logMAR < 0.24). de la catarata fue determinado por dos optometristas
– Discapacidad visual leve (logMAR de 0.24 a 0.54). o por un oftalmólogo certificados.
– Discapacidad visual moderada (logMAR > 0.54
a 0.94). Análisis estadístico
– Discapacidad visual grave, profunda y ceguera
(logMAR > 0.94). Las comparaciones de medianas y rangos inter-
Se clasificaron ambos ojos y se eligió para el aná- cuartílicos (RIC) entre los grupos con discapacidad
lisis el ojo con mejor visión. Se eligió el derecho visual se realizaron mediante prueba de Kruskal-
cuando ambos ojos tuvieron igual visión. Wallis. Las variables categóricas se compararon
mediante chi cuadrada de Pearson o la prueba exacta
Retinopatía diabética y edema macular de Fisher. La asociación entre discapacidad visual
moderada o de mayor gravedad (logMAR > 0.54) y
El criterio mínimo para el diagnóstico de retinopatía retinopatía diabética o edema macular diabético se
diabética fue la presencia de al menos un microaneu- evaluó mediante modelos de regresión logística múl-
risma definido en cualquier campo fotografiado. La tiple y se obtuvieron razones de momios e intervalos
retinopatía diabética se clasificó según la Scottish de confianza (IC) de 95 %. Los modelos se ajustaron
Diabetic Retinopathy Grading Scheme de la siguiente por edad al momento del diagnóstico de diabetes,
manera: sin retinopatía diabética (retinopatía no visi- duración de la diabetes, hemoglobina glicosilada y
ble), retinopatía diabética no proliferativa leve, retino- catarata. Para los modelos de regresión, la retinopatía
patía diabética no proliferativa observable (retinopatía diabética se recategorizó de la siguiente manera: sin
diabética no proliferativa moderada), retinopatía dia- retinopatía diabética, retinopatía diabética no prolife-
bética referible, retinopatía diabética proliferativa y rativa leve o retinopatía diabética no proliferativa
retinopatía diabética no clasificable. El edema macu- observable (incluidas en la categoría de referencia) y
lar diabético se clasificó sin maculopatía, maculopatía retinopatía diabética que amenaza la visión (retinopa-
observable, maculopatía referible y maculopatía no tía diabética no proliferativa observable o retinopatía
clasificable según la misma escala de gradación. La diabética proliferativa). El edema macular diabético
retinopatía diabética que amenaza la visión se definió también se reclasificó en categoría de referencia (sin
209
Gaceta Médica de México. 2023;159
edema macular diabético o edema macular diabético (30 %) fueron remitidos a tratamiento. La distribución
observable) y categoría de riesgo (edema macular de discapacidad visual en el ojo con diagnóstico más
diabético referible). El ajuste de los modelos se evaluó desfavorable mostró que 30 % (n = 75) de los parti-
mediante la prueba de bondad de ajuste de Hosmer- cipantes con discapacidad presentaba edema macu-
Lemeshow. Se evaluaron los valores atípicos y los lar diabético (Tabla 2).
estadísticos de influencia. Todos los análisis se rea- En el análisis de regresión logística múltiple se
lizaron con Stata/IC 15 (Stata, College Station, Texas). observó una asociación significativa entre la discapa-
cidad visual moderada o de mayor gravedad y la
Resultados retinopatía diabética que amenaza la visión (razón de
momios = 9.89, IC 95 % = 3.34-29.26, p < 0.001),
Se incluyeron 840 pacientes; de ellos, 504 (60 %) ajustando por edad en el momento del diagnóstico de
fueron mujeres y la mediana de edad fue de 60 años diabetes tipo 2, tiempo transcurrido desde el diagnós-
(RIC = 51-74). De los participantes, 583 (70 %) tenían tico de diabetes tipo 2, hemoglobina glicosilada y
visión normal (logMAR < 0.24) y 257 (30 %) presen- presencia de catarata. En cuanto al edema macular
taban discapacidad visual (logMAR ≥ 0.24). De estos diabético, se observó una asociación significativa
últimos, 200 pacientes (23.8 %) tenían discapacidad entre la discapacidad visual moderada o de mayor
visual leve (logMAR 0.24-0.54), 31 (3.6 %) discapaci- gravedad y el edema macular diabético referible
dad visual moderada (logMAR > 0.54 a 0.94), (razón de momios = 4.82, IC 95 % = 1.59-
12 (1.4 %) discapacidad visual grave (logMAR > 0.94 14.56, p = 0.005) después de ajustar por las mismas
a 1.34), 14 (1.6 %) discapacidad visual profunda y variables mencionadas (Tabla 3).
ceguera (logMAR > 1.34). Las comparaciones por
grupos de discapacidad visual mostraron que aque- Discusión
llos con discapacidad visual leve (67 ± 11.8 años) y
moderada (64 ± 9.2 años) eran significativamente En este estudio, la prevalencia de cualquier grado
mayores que aquellos con visión normal (58 ± 11.5 de discapacidad visual en el ojo con mejor visión fue
años). La duración de la diabetes fue mayor en los de 30.6 %, y la retinopatía diabética fue la comorbili-
pacientes con discapacidad visual moderada (25 ± dad oftalmológica más frecuente (62 %), seguida del
11.4 años) en comparación con el grupo con visión edema macular diabético (30 %) en pacientes con
normal (13 ± 9.3 años), observaciones que se detallan cualquier grado de discapacidad visual. Uno de los
en la Tabla 1. principales hallazgos de nuestro estudio consistió en
Los pacientes con discapacidad visual grave, dis- que la retinopatía diabética que amenaza la visión y
capacidad visual profunda y ceguera presentaban un el edema macular diabético referible, que aumentan
mayor porcentaje de hipertensión y complicaciones la posibilidad de discapacidad visual moderada o de
crónicas de la diabetes (nefropatía y neuropatía) en mayor gravedad, constituyeron las afecciones ocula-
comparación con los de los grupos con discapacidad res más frecuentes, aun cuando se pueden prevenir
visual leve y moderada. Debido a los valores faltantes con el control metabólico y la detección con exáme-
en algunas variables de interés, se realizó una com- nes rutinarios de fondo de ojo.
paración entre los pacientes incluidos y no incluidos, Lian et al.,6 en un tamizaje sistemático de 147 532
en la que solo fue significativa la diferencia en el individuos en Hong Kong, reportaron una prevalencia
tiempo transcurrido desde el diagnóstico de la diabe- de discapacidad visual (logMAR ≥ 0.54) de 5.5 % en
tes (16.2 ± 10.1 y 14.3 ± 10.2 años, respectivamente; atención primaria de servicios públicos. La prevalen-
p = 0.01). cia de retinopatía diabética que amenaza la visión fue
La distribución de la retinopatía diabética en el ojo menor (9.8 %) a la obtenida por nosotros (15.4 %) y
con peor diagnóstico mostró que 20 % (n = 48) tenía puede explicar la mayor prevalencia de agudeza
retinopatía diabética no proliferativa leve; 11 % visual de logMAR > 0.54 en nuestro estudio (6.6 %).
(n = 27), retinopatía diabética no proliferativa obser- La prevalencia de discapacidad visual grave (1.3 y
vable; 3 % (n = 8), retinopatía diabética no proliferativa 3 %, respectivamente) y de cualquier grado de reti-
referible; y 26 % (n = 66), retinopatía diabética proli- nopatía diabética (39 y 62 %, respectivamente) fue
ferativa. De los participantes con discapacidad visual, menor en su estudio en comparación con nuestros
los que presentaban retinopatía diabética no prolife- resultados. Esta diferencia puede estar relacionada
rativa referible o retinopatía diabética proliferativa tanto con la cronicidad de la diabetes (7.7 años en el
210
Pérez-Peralta L et al. Discapacidad visual y retinopatía diabética
Tabla 1. Características clínicas y sociodemográficas de pacientes con visión normal y discapacidad visual
n % n % n % n %
Ocupación 0.01
Hogar 164 28.5 69 34.6 13 41.9 11 42.3
Empleado 233 40.5 61 30.6 10 32.2 6 23
Desempleado 133 23.1 42 21.1 5 16.1 9 34.6
Otra 45 7.8 27 13.5 3 9.6 - -
Edad al diagnóstico de DT2 (años) 44 36‑52 46 37‑54 41.5 35‑49 42 37‑52 0.12
IMC (kg/m2) 27.6 25.3‑31.2 28.5 25.4‑31.1 28.5 24.9‑30.8 27.2 25.7‑30 0.84
Presión arterial sistólica (mm Hg) 120 110‑130 120 114‑130 129 120‑146 120 110‑130 0.42
Presión arterial diastólica (mm Hg) 76 70‑80 71.5 70‑80 74 66‑80 77 70‑82.5 0.07
Colesterol sérico (mg/dL) 173 144‑202 172 141‑202 175 144‑196 156 126‑175 0.26
*Categorizada con base en la agudeza visual con agujero estenopeico en el ojo con mejor visión. Visión normal: logMAR < 0.24; DV leve: logMAR de 0.24 a 0.54; DV moderada:
logMAR > 0.54 a 0.94; DV grave, profunda y ceguera: logMAR > 0.94.
Valores perdidos: 225 escolaridad, 9 ocupación, 242 IMC, 225 HbA1c, 210 presión arterial sistólica, 210 presión arterial diastólica, 2 hipertensión, 167 colesterol sérico, 6 neuropatía,
6 cardiopatía, 6 neuropatía y 9 pie diabético. DT2: diabetes tipo 2; HbA1c: hemoglobina glucosilada; IMC: índice de masa corporal; RIC: rango intercuartílico.
estudio de Lian et al. y 14.5 años en el nuestro) como sensibilidad de la tomografía de coherencia óptica
con el tipo de población estudiada (atención primaria para el diagnóstico del edema macular diabético17 y
y base hospitalaria, respectivamente). El edema por nuestra muestra hospitalaria, en la que son fre-
macular diabético tuvo una prevalencia menor que en cuentes los estadios más severos de retinopatía dia-
nuestro estudio (8.6 y 20 %, respectivamente); sin bética y edema macular diabético no tratado.
embargo, esos autores definieron el edema macular Jeppesen y Bek8 reportaron la incidencia de ceguera
diabético como la presencia de hemorragia y/o y sus causas en un programa de tamizaje de retinopa-
microaneurisma dentro de un diámetro de disco del tía diabética en Dinamarca; incluyeron 7527 personas
centro de la fóvea, mientras que nosotros lo definimos entre 1992 y 2002. Las causas de ceguera secundaria
como la presencia de hallazgos sugestivos de edema a la diabetes se clasificaron como retinopatía diabética
macular diabético en la tomografía de coherencia proliferativa y/o edema macular diabético. El edema
óptica. Esta discrepancia se explica por la mayor macular diabético (12.8 %) fue la primera causa de
211
Gaceta Médica de México. 2023;159
n % n % n % n %
Retinopatía diabética no
proliferativa leve
Ambos ojos 310 26.7 83 21.5 10 14.9 2 5.1 < 0.001
Ojo con peor visión 152 26.2 42 21.2 4 13.7 2 9.5 0.26
Retinopatía diabética no
proliferativa observable
Ambos ojos 130 11.2 52 13.4 6 8.9 3 7.6 0.52
Ojo con peor visión 72 12.4 24 12.1 2 6.9 1 4.7 0.60
Retinopatía diabética no
proliferativa referible
Ambos ojos 19 1.6 15 3.8 1 1.4 3 7.6 0.01
Ojo con peor visión 10 1.7 5 2.5 1 3.4 2 9.5 0.10
Retinopatía diabética
proliferativa
Ambos ojos 90 7.7 83 21.5 28 41.7 17 43.5 < 0.001
Ojo con peor visión 43 7.4 46 23.2 11 37.9 9 42.8 < 0.001
Cualquier grado de
retinopatía diabética
Ambos ojos 549 47.2 233 60.3 45 67.1 25 64.1 < 0.001
Ojo con peor visión 282 48.4 120 60.3 19 63.3 15 75.0 0.01
ceguera unilateral, seguida de la retinopatía diabética 5 % de la discapacidad visual. Los individuos con
proliferativa (11.6 %). En nuestro estudio, encontramos diabetes tuvieron mayor probabilidad de ceguera en
una fuerte asociación significativa entre la discapaci- comparación con quienes no padecían la enfermedad
dad visual moderada o de mayor gravedad y la retino- (4.5 y 1.9 %, respectivamente). Por otra parte, López-
patía diabética que amenaza la visión (razón de Star et al.12 reportaron que la retinopatía diabética era
momios = 9.02, IC 95 % = 3.27-24.86). la principal causa de discapacidad visual (32.9 %) en
Pocos estudios en México han estimado el riesgo el estado de Querétaro. Sin embargo, la ceguera en
de discapacidad visual con retinopatía diabética y Chiapas fue considerablemente mayor, aun cuando la
edema macular diabético. Polack et al.11 calcularon la prevalencia de diabetes fue similar en ambos estu-
prevalencia de ceguera (logMAR ≥ 1.3) y sus causas dios. Esto puede explicarse por las diferencias en la
en el estado de Chiapas. La retinopatía diabética fue disponibilidad de servicios de salud en ambos esta-
responsable de 8 % de los casos de ceguera y de dos. Los dos estudios fueron de base poblacional, por
212
Pérez-Peralta L et al. Discapacidad visual y retinopatía diabética
Tabla 3. Regresión logística múltiple para la asociación entre discapacidad visual moderada o de mayor gravedad* y oftalmopatía en
pacientes con diabetes tipo 2
Retinopatía diabética
Amenaza la visión 10.15 (4.5‑22.7) < 0 0.001 9.89 (3.34‑29.26) < 0.001
Edad al diagnóstico de diabetes tipo 2 1.02 (0.98‑1.06) 0.24 1.05 (1.00‑1.12) 0.04
Edad al diagnóstico de diabetes tipo 2 1.01 (0.97‑1.05) 0.78 1.06 (1.00‑1.12) 0.03
lo que sus resultados no son completamente compa- población incluida en su estudio (población general de
rables con los nuestros. bajos ingresos, más propensa al descontrol metabólico),
Ávila y Lima18 reportaron que 16 % de los pacientes y porque el estudio fue realizado hace más de 20 años.
que acudieron a un hospital general por causas no Desde entonces, los avances en el manejo de la diabe-
oftalmológicas presentaba retinopatía diabética grave tes han mejorado sustancialmente la supervivencia del
o mayor severidad. Entre los pacientes con logMAR paciente y, paradójicamente, este hecho ha aumentado
peor que 0.3, 38.1 % tenía retinopatía diabética no las posibilidades de encontrar retinopatía diabética y
proliferativa y 28.6 %, retinopatía diabética prolifera- discapacidad visual que amenazan la vista.20
tiva. En comparación con nuestro estudio, la preva- Las fortalezas de este estudio son el tamaño
lencia de retinopatía diabética que amenaza la visión de la muestra, la evaluación oftalmológica completa,
en los pacientes con cualquier grado de discapacidad incluso de los ojos con fotografías ilegibles, y el uso
visual fue mayor que en nuestra población (30 %). de la tomografía de coherencia óptica para aumentar
Esto podría explicarse porque Ávila y Lima incluyeron la capacidad para detectar las etapas más tempranas
individuos que no fueron pacientes de la clínica de del edema macular diabético. Una limitación del estu-
oftalmología y que no tuvieran ninguna consulta oftal- dio está relacionada con su diseño, dado que no se
mológica en el último año. puede determinar la causalidad de la retinopatía dia-
Por su parte, González-Villalpando et al.19 reportaron bética y el edema macular diabético en la discapaci-
una menor prevalencia de retinopatía diabética prolife- dad visual. Al tratarse un estudio de base hospitalaria,
rativa (4.2 %) en el ojo más afectado en población la validez externa de los resultados es limitada.
urbana con nivel socioeconómico bajo en comparación
con nuestro estudio (13 %). La razón puede ser que los Conclusión
pacientes de su estudio tuvieron una menor duración de
la diabetes (6.9 años a diferencia de 14.5 años en el La retinopatía diabética que amenaza la visión y el
nuestro). La presencia de cualquier grado de discapa- edema macular diabético son los factores de riesgo
cidad visual (34.6 %) también fue mayor comparada con más frecuentes de discapacidad visual moderada o
la de nuestra población (30 %), quizás por el tipo de de mayor gravedad. Los pacientes con retinopatía
213
Gaceta Médica de México. 2023;159
diabética y edema macular diabético suelen cursar 2. Institute for Health Metrics and Evaluation [Internet]. México. [Citado
2021 nov 21]. Disponible en: https://www.healthdata.org/mexico?langua-
con largos periodos sin la manifestación de síntomas ge=149
3. The International Agency for the Prevention of Blindness [Internet]. Vision
visuales, incluso en estadios avanzados. De ahí la atlas: causes of vision loss. [Citado 2021 nov 21]. Disponible en: https://
necesidad de optimizar los recursos tanto para pro- www.iapb.org:8443/es/learn/vision-atlas
4. Pascolini D, Mariotti SP. Global estimates of visual impairment: 2010. Br
mover el tamizaje de retinopatía diabética en pacien- J Ophthalmol. 2012;96:614-18.
5. Resnikoff S, Pascolini D, Etya’ale D, Kocur I, Pararajasegaram R, Pokha-
tes con visión normal, como para tratar a los pacientes rel GP, et al. Global data on visual impairment in the year 2002. Bull
en estadios más tempranos de la retinopatía diabética World Health Organ. 2004;82:844-51.
6. Lian JX, Gangwani RA, McGhee SM, Chan CKW, Kuen C; Primary
con el propósito de mejorar su calidad de vida. Health Care Group, et al. Systematic screening for diabetic retinopathy
(DR) in Hong Kong: prevalence of DR and visual impairment among
diabetic population. Br J Ophthalmol. 2016;100:151-5.
Financiamiento 7. Fong DS, Ferris FL, Davis MD, Chew EY. Causes of severe visual loss
in the early treatment diabetic retinopathy study: ETDRS report no. 24.
Early treatment diabetic retinopathy study research group. Am J Oph-
No hay declaraciones financieras. thalmol. 1999;127:137-41.
8. Jeppesen P, Bek T. The occurrence and causes of registered blindness
in diabetes patients in Arhus County, Denmark. Acta Ophthalmol Scand.
Conflicto de intereses 2004;82:526-30.
9. López RA, Gómez BP, Lansingh VC, Rodríguez GJ, Vargas FV,
Soria AF, et al. Rapid assessment of avoidable blindness: prevalence
of blindness, visual impairment and diabetes in Nuevo León, Mexico
Ninguno de los autores tiene intereses de propiedad 2014. Ophthalmic Epidemiol. 2018;25:412-8.
10. Mendoza HK, Quezada AD, Pedroza TA, Hernández AC, Fromow GJ,
o conflicto de intereses relacionado con este trabajo. Barquera S. Diabetic retinopathy screening tool for low-income adults in
Mexico. Prev Chronic Dis. 2017;14:95.
11. Polack S, Yorston D, López RA, Lepe OS, Martins BR, Alves L, et al.
Responsabilidades éticas Rapid assessment of avoidable blindness and diabetic retinopathy in
Chiapas, Mexico. Ophthalmology. 2012;119:1033-40.
12. López SE, Allison EK, Limburg H, Brea R, Lansingh VC. Evaluación
Protección de sujetos humanos y animales. Los rápida de la ceguera evitable, incluida la retinopatía diabética, en Que-
rétaro, México. Rev Mex Oftalmol. 2018;92:84-93. Spanish
autores declaran que para este estudio no se realiza- 13. Miki E, Lu M, Lee ET, Keen H, Bennett PH, Russell D. The incidence of
ron experimentos en seres humanos ni en animales. visual impairment and its determinants in the WHO multinational study
of vascular disease in diabetes. Diabetología. 2001;44:31-36.
Confidencialidad de los datos. Los autores decla- 14. Siersma V, Koster RR, Bruun C, Olivarius NF, Brunes A. Visual impair-
ment and mortality in patients with type 2 diabetes. BMJ Open Diabetes
ran que siguieron los protocolos de su centro de tra- Res Care. 2019;7:e000638
bajo sobre la publicación de datos de pacientes. 15. Senra H, Barbosa F, Ferreira P, Vieira C, Perrin PB, Rogers H, et al.
Psychologic adjustment to irreversible vision loss in adults: a systematic
Derecho a la intimidad y consentimiento infor- review. Ophthalmology. 2015;122:851-61.
16. Khan R, Chandra S, Rajalakshmi R, Kumari RP, Anantharaman G,
mado. Los autores obtuvieron la aprobación del Sen A, et al. Prevalence and incidence of visual impairment in patients
comité de ética para el análisis y publicación de datos with proliferative diabetic retinopathy in India. Sci Rep. 2020;10:10513.
17. Manjunath V, Papastavrou V, Steel DH, Menon G, Taylor R, Peto T,
clínicos adquiridos de forma rutinaria y no fue nece- et al. Wide-field imaging and OCT vs clinical evaluation of patients re-
ferred from diabetic retinopathy screening. Eye (Lond). 2015;29:416-23.
sario el consentimiento informado para este estudio 18. Ávila AY, Lima GV. Retinopatía que amenaza la visión en pacientes
observacional retrospectivo. diabéticos no referidos al oftalmólogo. Gac Med Mex. 2013;149:624-9.
19. González VC, González VM, Rivera MD, Stern MP. Incidencia y progre-
sión de la retinopatía diabética en población de nivel socioeconómico
Bibliografía bajo de la Ciudad de México. Rev Invest Clin. 1999;51:141-50.
20. Heller T, Reise K, Roth J, Lehmann T, Schiel R, Lorkowski S, et al.
Changes in quality of diabetes care and morbidity over 20 years in
1. International Diabetes Federation Atlas [Internet]. IDF Diabetes Atlas people with type 1 diabetes and long diabetes duration: The JEVIN
2021. [Citado 2021 oct 24]. Disponible en: https://diabetesatlas.org trial. Exp Clin Endocrinol Diabetes. 2017;125:122-29.
214
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO ORIGINAL
Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad de Sonora, Hermosillo, Sonora; 3Unidad de Cuidados Intensivos, Centro Médico Nacional del
2
Noroeste, Instituto Mexicano del Seguro Social, Ciudad Obregón, Sonora; 4Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad de Sonora, Ciudad
Obregón, Sonora; 5Servicio de Medicina Familiar, Delegación Estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social, Mexicali, Baja California. México
Resumen
Antecedentes: El reemplazo valvular por prótesis mecánicas o biológicas implica riesgo de tromboembolismo y complicacio-
nes hemorrágicas. Objetivo: Determinar las complicaciones relacionadas con la terapia de anticoagulación complementaria
y la probabilidad de riesgo en pacientes portadores de prótesis valvulares del corazón. Métodos: Se estudiaron 163 pacien-
tes entre 2002 y 2016, portadores de prótesis mecánicas y biológicas, quienes recibieron antagonistas de la vitamina K
posterior al egreso hospitalario. La terapia de anticoagulación se categorizó en óptima y no óptima conforme a los valores de
INR previos a las complicaciones. Fueron excluidos los pacientes con comorbilidades y otros factores de riesgo de trombosis
y/o sangrado. Resultados: a 68.7 % de los pacientes se les colocó prótesis mecánica y a 31.3 %, biológica (p ≤ 0.001);
25.2 % presentó las complicaciones motivo de estudio (p ≤ 0.001), hemorrágicas en 48.8 %, tromboembólicas en 26.8 % y
de ambos tipos en 24.4 % (riesgo relativo = 4.229); a 95.1 % de los pacientes con complicaciones se les colocó prótesis
mecánica y a 4.9 %, biológica (p = 0.005); 49.7 % presentó INR no óptimo (p ≤ 0.001). Conclusiones: Ante riesgo alto de
complicaciones tromboembólicas y hemorrágicas, la elección de las prótesis valvulares, la prevención y el seguimiento son
prioridades, principalmente en quienes requieren terapia de anticoagulación.
Palabras clave: Complicaciones hemorrágicas. Complicaciones tromboembólicas. Deterioro valvular estructural. Próte-
sis valvulares del corazón. Terapia de anticoagulación. Trombosis valvular protésica.
Background: Heart valve replacement surgery with mechanical or biological prostheses entails a risk of thromboembolism
and bleeding complications. Objective: To determine the complications related to complementary anticoagulation therapy
and the probability of risk. Methods: One-hundred and sixty-three patients who underwent heart valve replacement between
2002 and 2016 with either mechanical or biological prostheses, and who received vitamin K antagonists after hospital
discharge, were studied. Anticoagulation therapy was categorized into optimal and non-optimal according to INR values
prior to the development of complications. Patients with comorbidities and other risk factors for thrombosis and/or bleeding
215
Gaceta Médica de México. 2023;159
were excluded. Results: In total, 68.7 % of patients received mechanical prostheses, and 31.3 %, biological prostheses
(p ≤ 0.001); 25.2 % experienced the complications that motivated the study (p ≤ 0.001), which were hemorrhagic in
48.8 %, thromboembolic in 26.8 %, and of both types in 24.4 % (relative risk = 4.229). Among the patients with complica-
tions, 95.1 % received mechanical prostheses, and 4.9 %, biological (p = 0.005); non-optimal INR was identified in 49.7 %
(p ≤ 0.001). Conclusions: Given the high risk of thromboembolic and hemorrhagic complications, valve prostheses must
be carefully chosen, and care priorities should include prevention and follow-up, especially in those patients who require
anticoagulation therapy.
Keywords: Bleeding complications. Thromboembolic complications. Structural valve deterioration. Heart valve prostheses.
Anticoagulation therapy. Prosthetic valve thrombosis.
variables categóricas fueron expresadas como fre- Tabla 1. Distribución por edad, sexo y enfermedad valvular en
163 portadores de prótesis valvulares del corazón
cuencias observadas y porcentajes. El análisis infe-
rencial fue realizado con la prueba χ2 y prueba exacta Variable Valor
de Fisher. Para la evaluación del riesgo de tromboem- Edad en años (promedio ± DE) 56 ± 15.1
bolismo y hemorragia en los pacientes estudiados se
Rango de edad (años) 16‑86
llevó a cabo un análisis de riesgo relativo. Un valor
de p ≤ 0.05 fue considerado como estadísticamente n %
significativo. Sexo
Masculino 91 55.8
Resultados Femenino 72 44.2
Enfermedad valvular
Se incluyeron en el estudio 163 pacientes, de los Estenosis aórtica 80 49.1
Insuficiencia aórtica 15 9.2
cuales 55.8 % correspondió al sexo masculino (n = Doble lesión aórtica* 9 5.5
91) y 44.2 % al femenino (n = 72). El promedio de Endocarditis bacteriana aórtica 5 3.1
edad fue de 56 ± 15.1 años. La enfermedad predomi- Estenosis mitral 7 4.3
Insuficiencia mitral 11 6.7
nante fue la estenosis aórtica en 49.1 % (n = 80), Doble lesión mitral* 5 3.1
como puede apreciarse en la Tabla 1. Endocarditis bacteriana mitral 2 1.2
A 68.7 % de los pacientes (n = 112) se les colocó Estenosis aórtica y mitral 2 1.2
Insuficiencia aórtica y mitral 1 0.6
prótesis mecánica y a 31.3 % (n =51), prótesis bioló-
Doble lesión aórtica y doble lesión mitral* 6 3.7
gica (p ≤ 0.001). De los pacientes que recibieron Endocarditis bacteriana aórtico‑mitral 6 3.7
prótesis mecánica, 72.3 % (81/112) fue menor de 60 Aneurisma de la aorta ascendente 5 3.1
años y 27.7 % (31/112) fue mayor de 60 años (51.8 ± Endocarditis bacteriana tricuspídea 3 1.8
Disfunción de la prótesis aórtica mecánica** 1 0.6
13.2, R = 19-86, p ≤ 0.001). De los pacientes que Disfunción de la prótesis aórtica biológica*** 1 0.6
recibieron prótesis biológica, 19.6 % (10/51) fue menor Disfunción de la prótesis mitral biológica 1 0.6
de 60 años y 80.4 % (41/51) fue mayor de 60 años Otros/No se sabe 3 1.8
*Presencia de estenosis e insuficiencia en la misma válvula nativa.
(64.7 ± 15.4, R = 16-85, p ≤ 0.001), datos que se **Primera cirugía realizada antes de 2001.
desglosan en la Tabla 2. ***Primera cirugía de reemplazo probablemente realizada antes de 2001 o en otra
institución.
El 25.2 % (n = 41) del total de los pacientes inter- DE: desviación estándar.
venidos presentaron las complicaciones motivo de
estudio (p ≤ 0.001); 95.1 % (39/41) de los pacientes
complicados recibió prótesis mecánica y 4.9 % (2/41), tratado con acenocumarina (p ≤ 0.001), lo cual se
prótesis biológica (p = 0.005). El 68.3 % de los pacien- describe en la Tabla 5.
tes complicados fue menor de 60 años, aunque no La disfunción protésica valvular se presentó en
significativamente (p = 0.059), Tabla 3. 4.9 % (n = 8) de toda la serie de pacientes (p = 0.001).
El riesgo relativo de presentar complicaciones trom- De ellos, tres presentaron trombosis valvular aguda;
boembólicas y hemorrágicas en nuestra serie fue de cuatro, disfunción protésica crónica por trombos, pan-
4.229 (IC 95 % = 1.122-15.933). nus o ambos; solamente un paciente presentó disfun-
En la Tabla 4 se describen las complicaciones trom- ción protésica por deterioro estructural (p = 0.125),
boembólicas y hemorrágicas. Tabla 6.
En ambos tipos de prótesis, 49.7 % de los pacientes
presentó un INR no óptimo (n = 81), de ellos 88.9 % Discusión
(72/81) fue portador de prótesis mecánica y 11.1 %
(9/81), de prótesis biológica; 17.2 % (n = 28) tuvo un En nuestro estudio, en un período de seguimiento
INR óptimo y en 33.1 % (n = 54) no se registró infor- de 17 años, 68.7 % de los pacientes fue intervenido
mación acerca del valor de INR, principalmente en los de reemplazo valvular por prótesis mecánica y 31.3 %
portadores de prótesis biológica (p ≤ 0.001). El fár- por prótesis biológica (p ≤ 0.001). De quienes reci-
maco más utilizado en la terapia de anticoagulación bieron prótesis mecánica, 72.3 % fue menor de 60
fue la acenocumarina en ambos tipos de prótesis: años y 27.7 % mayor de esa edad (p ≤ 0.001).
46.6 % de los pacientes (76/163) fue tratado con ace- Atendiendo a los pacientes de 60 o más años en
nocumarina y 25.8 % (42/163) con warfarina; 65.2 % quienes se implantó la prótesis mecánica, considera-
(73/112) de los portadores de prótesis mecánica fue mos que existe una discrepancia en cuanto a la
217
Gaceta Médica de México. 2023;159
Tabla 2. Tipo de prótesis, sexo, edad al momento del implante y cirugía realizada en 163 portadores de prótesis valvulares del corazón
Mecánica Biológica p*
n % n %
Sexo 0.616
Masculino 64 57.1 27 52.9
Femenino 48 42.9 24 47.1
Tabla 3. Tipo de prótesis, complicaciones y grupo de edad en 163 pacientes portadores de prótesis valvulares del corazón
n % n % n %
elección de las prótesis valvulares, de acuerdo con lo biológicas. Esta recomendación se basa en el cono-
establecido en las indicaciones para la cirugía de cimiento vigente respecto al tiempo de seguimiento
reemplazo; entre otros factores se considera un límite de la cohorte de estudio.10,11,14
de edad de 60 años por debajo del cual se reco- El mayor argumento en contra del implante de pró-
mienda el uso de prótesis mecánicas en posición tesis biológica en menores de 60 años es el riesgo de
aórtica y de 65 años en posición mitral; por arriba de reintervención quirúrgica por deterioro estructural de la
los 60 y 65 años, respectivamente para ambas posi- prótesis. Sin embargo, dada la expectativa de vida
ciones, se recomienda el implante de prótesis posterior al reemplazo valvular y la durabilidad de la
218
Sánchez-Medina FF et al. Complicaciones tromboembólicas en válvulas cardíacas protésicas
Tabla 4. Complicaciones tromboembólicas y hemorrágicas en 41 En una serie de 2533 pacientes con seguimiento a
portadores de prótesis valvulares del corazón
15 años a partir de 1976, Khan et al. reportaron una
Variable n % frecuencia de complicaciones hemorrágicas de 15 %
Evento vascular cerebral o infarto 6 14.6 en prótesis mecánicas y 8 % en prótesis biológicas en
el reemplazo valvular aórtico (p ≤ 0.001), así como
Trombosis valvular aguda 3 7.3
una frecuencia similar (15 y 14 %, respectivamente)
Trombosis valvular crónica (trombos y pannus) 2 4.9 entre prótesis mecánicas y biológicas en el reemplazo
Hemorragia intracraneal 1 2.4 valvular mitral (p = 0.36), las cuales fueron muy infe-
riores a 48.9 % que se observó en nuestra serie en
Sangrado de tubo digestivo 8 19.6
complicaciones hemorrágicas. Estos autores reporta-
Sangrado transvaginal abundante 2 4. 9 ron también una frecuencia de complicaciones trom-
Hematuria 2 4. 9 boembólicas entre 25 y 29 % en prótesis mecánicas y
biológicas, respectivamente, en ambas posiciones
Hematomas y sangrados múltiples 7 17.1
(aórtica [p = 0.35] y mitral [p = 0.46]); resultados simi-
Ambas complicaciones 10 24.4 lares a 26.8 % de complicaciones tromboembólicas en
(tromboembólicas y hemorrágicas) *
ambos tipos de prótesis en nuestra serie, independien-
*Ambas complicaciones
1) Isquemia cerebral transitoria, embolismo periférico y sangrado de tubo digestivo alto. temente de la posición.
2) Hipermenorrea, hematomas múltiples y estenosis aórtica protésica por pannus
(mecánica).
Khan et al. consideraron un alto riesgo de eventos
3) Hematuria y trombosis venosa profunda. hemorrágicos en pacientes con prótesis aórtica mecá-
4) Embolismo periférico y hematomas múltiples.
5) Infarto occipital y sangrado transvaginal abundante. nica y un alto riesgo de disfunción por deterioro
6) Infarto cerebral y sangrado de tubo digestivo alto y bajo.
7) Trombosis venosa profunda y hemorragia ocular.
estructural en prótesis biológicas; así como un por-
8) Evento vascular cerebral y hematomas múltiples. centaje alto de eventos embólicos relacionado con la
9) Hematoma perirrenal, evento vascular cerebral y disfunción protésica valvular (mecánica).
10) Evento vascular cerebral y hematomas múltiples (biológica). edad, de 68 ± 13 años en promedio (en nuestra serie,
56 ± 15.1 años). Sin embargo, en la serie de Khan, la
terapia de anticoagulación con warfarina no estaba
prótesis biológica en pacientes de mayor edad, muchos estandarizada en valores de INR (lo cual sucedió
de ellos fallecerían antes de presentarse el deterioro hasta 1992), era opcional en pacientes con prótesis
estructural, por lo que el implante de prótesis mecánica biológicas en posición aórtica y se determinaba por
en mayores de 60 años no es de mayor beneficio si se la edad y factores de riesgo para tromboembolismo y
hemorragia.
considera el riesgo de reoperación por deterioro estruc-
Por otra parte, la serie de Khan incluía prótesis biológi-
tural en prótesis biológica.15-18 En un seguimiento de 25
cas más diversas y de generación anterior a las estudia-
años de 450 implantes de prótesis biológicas
das en nuestra serie (modelos estándar de válvulas
(Carpentier-Edwards PERIMOUNT), Bourgignon et al.
porcinas Hancock [Medtronic, Inc., Minneapolis, Minnesota],
reportaron un riesgo de reoperación de 25.4 % a 20
porcinas de Carpentier-Edwards y, a partir de 1992, la
años del implante.17 Por otra parte, Van Geldorp et al.
válvula de pericardio de bovino de Carpentier-Edwards,
reportaron un riesgo de reoperación por deterioro
modelo 2700 [Edwards Lifesciences Corporation, Irvine,
estructural de 22 % a partir de los 60 años en la cirugía
California]). En nuestro estudio se incluye uno de los tipos
de reemplazo valvular aórtico en comparación con el de prótesis mecánica que se estudiaron en la serie de
riesgo de sangrado de 41 % en los pacientes con Khan (la válvula mecánica bivalva St. Jude, St. Jude
implante de prótesis mecánica.19 Medical, Inc., St. Paul, Minnesota).20
En nuestra serie, las complicaciones tromboembóli- El 49.7 % de los pacientes intervenidos en nuestra
cas y hemorrágicas se presentaron en 25.2 % de los serie presentó un INR no óptimo en ambos tipos de
pacientes intervenidos (p ≤ 0.001), independiente- prótesis; en la mayoría se trató de portadores de pró-
mente de la edad (p = 0.59). Las complicaciones tesis mecánicas (88.9 %, p ≤ 0.001).
hemorrágicas ocurrieron con mayor proporción en En una serie de 135 pacientes portadores de pró-
ambos tipos de prótesis en 48.8 %, seguidas de las tesis mecánicas, Bal et al. reportaron que el promedio
tromboembólicas en 26.8 % y ambos tipos de compli- del INR fue significativamente alto en pacientes con
caciones en 24.4 %, con solamente dos casos com- eventos hemorrágicos (p = 0.016) y significativamente
plicados en portadores de prótesis biológicas bajo en pacientes con eventos tromboembólicos
(p = 0.732). (p = 0.022), además de la incapacidad de un control
219
Gaceta Médica de México. 2023;159
Tabla 5. Valor INR y terapia de anticoagulación en portadores de prótesis valvulares del corazón
Variable n % n % n % p*
Presencia de complicaciones
Variable n % n % n % p*
Tipo de prótesis
médico adecuado en el grupo con complicaciones Una de las complicaciones más serias después del
hemorrágicas.21 reemplazo valvular por prótesis mecánicas es la
220
Sánchez-Medina FF et al. Complicaciones tromboembólicas en válvulas cardíacas protésicas
disfunción protésica, la cual implica alta mortalidad y descrito en la literatura: muestran un riesgo significativo
morbilidad. Una de sus causas más comunes es la de complicaciones en la cirugía de reemplazo valvular,
trombosis valvular.22 Ma et al. reportaron esta causa en principalmente en prótesis mecánica debido a una tera-
62.5 %.23 La trombosis se debe principalmente a una pia no óptima de anticoagulación en pacientes jóvenes
terapia de anticoagulación inadecuada.22 y de mayor edad, la mayoría tratados con acenocuma-
Valencia et al. informaron una serie de 31 pacientes rina (p ≤ 0.001).
reintervenidos quirúrgicamente por trombosis valvular Es importante mencionar que documentamos siete
protésica, de los cuales 71 % (n = 22) tuvo una terapia casos de disfunción protésica mecánica: seis en
de anticoagulación inadecuada. 24 mujeres jóvenes, de las cuales tres fallecieron en la
En su serie de 19 pacientes, Careaga et al. también reintervención quirúrgica debido a trombosis valvular;
reportaron 73.6 % de irregularidad (n = 14) en la de las seis mujeres, solamente dos eran portadoras
terapia de anticoagulación, lo que constituyó un factor de prótesis biológicas con deterioro estructural (una
predisponente para la disfunción protésica por fue reintervenida de reemplazo por prótesis mecá-
trombosis.25 nica), quienes continuaban con vida al final del
Roudaut et al. reportaron una serie de 263 casos seguimiento.
entre 1978 y 2001, de los cuales 76 % cursó con una El riesgo de reintervención quirúrgica en portadores
terapia subóptima de anticoagulación. 22 de prótesis biológicas normalmente es supraestimado
Más recientemente, en su estudio de 31 pacientes y, de hecho, en la cirugía de reemplazo el implante
con trombosis valvular protésica, Keuleers et al. de prótesis mecánica se ofrece como una solución
reportaron 48 % de los casos (n = 15) con un control terapéutica definitiva de por vida;34 sin embargo,
inadecuado del INR en las semanas previas a la trom- debido al margen terapéutico estrecho de los fárma-
bosis valvular. 26 cos antagonistas de la vitamina K, las interacciones
Sin importar el tratamiento para la disfunción pro- con otros medicamentos, la dieta y las comorbilidades
tésica, la tasa de mortalidad es significativamente asociadas,35 el tiempo en rango terapéutico es de
más alta que la enfermedad valvular primaria. Se ha difícil control en la rutina de la práctica clínica, aspecto
reportado que la mortalidad por reoperación es de muy importante en la evaluación de la terapia de
10.3 a 15 %22,27,28 y podría ser más alta en operacio- anticoagulación.36,37
nes de urgencia. 22,28 En nuestra serie, solamente 17.2 % de los pacientes
En nuestro estudio no encontramos diferencia sig- mostró un INR óptimo en ambos tipos de prótesis, lo
nificativa en la presencia de complicaciones entre la cual no exime del riesgo de complicaciones27,28 si se
terapia óptima y no óptima de anticoagulación considera que en los pacientes no complicados 60 %
(p = 0.687); sin embargo, 65.9 % de los pacientes fue tratado con acenocumarina (RR = 4.22). Además,
complicados tuvo un INR no óptimo previo a la com- en 87.5 % de los pacientes portadores de prótesis
plicación, resultado inferior pero aproximado al des- mecánicas se desconoce el estado de la prótesis y
crito por Valencia (71 %), Careaga (73.6 %) y Roudaut en 8 % de ellos mediante ecocardiografía se docu-
(76 %), y mayor al señalado por Keuleers (48 %).22,24,25,26 mentó la presencia de pannus, con el riesgo latente
En la terapia de anticoagulación existen diferencias de disfunción protésica por trombosis, 22,38 así como
entre los fármacos anticoagulantes; en comparación otras complicaciones tromboembólicas o hemorrági-
con la acenocumarina, destaca la warfarina por su cas, que de presentarse no solo serían catastróficas
vida media y aclaramiento metabólico más prolonga- para la salud de los pacientes, sino que implicarían
dos, y por su mayor estabilidad es el fármaco más un gran impacto en la dinámica familiar, con un costo
utilizado e indicado en la cirugía de reemplazo valvu- elevado en recursos para los pacientes y para las
lar.12,29-33 La mayoría de los pacientes de nuestro estu- instituciones de salud.
dio fueron tratados con acenocumarina (46.6 %), Por último, es necesario mencionar que las compli-
principalmente los portadores de prótesis mecánica caciones tromboembólicas y hemorrágicas podrían ser
(65.2 %, p ≤ 0.001). más frecuentes en el presente si consideramos otros
De acuerdo con el riesgo establecido de presentar factores de riesgo, ya que numerosos pacientes porta-
complicaciones tromboembólicas y hemorrágicas en la dores de prótesis valvulares podrían haber desarro-
portación de prótesis mecánicas versus el deterioro llado enfermedades propias de su edad, trastornos por
estructural de las prótesis biológicas, los resultados pre- predisposición genética o por su estilo de vida; y que
sentados en nuestro estudio son consistentes con lo al recibir una terapia de anticoagulación permanente
221
Gaceta Médica de México. 2023;159
será necesaria atención preventiva, especializada y (registro COFEPRIS 17 CI 26 0818 151 y registro
multidisciplinaria, y más aún en el contexto de la actual CONBIOÉTICA 26 CEI 002 2018031), número de
pandemia de COVID-19.39,40 registro institucional R-2020-2602-058
El presente estudio ofrece una aproximación a un Protección de seres humanos y animales: Los
problema importante de salud pública; sin embargo, autores declaran no haber desarrollado experimentos
presenta limitaciones, las cuales radican en que no en individuos seres humanos o animales en el pre-
se conoce la presencia de complicaciones y la terapia sente estudio de investigación.
de anticoagulación en un gran número de casos, prin- Confidencialidad de los datos: Los autores declaran
cipalmente en los portadores de prótesis biológica. que ningún dato de los pacientes aparece en el estudio.
Además, aunque el estudio se enfoca en pacientes Derecho a la privacidad y consentimiento infor-
intervenidos sin comorbilidades y otros factores de mado: Por tratarse de un estudio observacional retros-
riesgo para trombosis o sangrado, no en todos se pectivo, no fue requerido el consentimiento informado.
documentaron los antecedentes patológicos y de
riesgo para la elección de las prótesis valvulares, por Bibliografía
lo que podría haber un sesgo parcial en la selección
1. Rahimtoola SH, Frye RL. Valvular heart disease. Circulation. 2000;102:IV-
de los pacientes. 24-IV-33.
2. Kulik A, Rubens FD, Wells PS, Kearon C, Mesana TG, van Berkom J,
et al. Early postoperative anticoagulation after mechanical valve repla-
Conclusiones cement: a systematic review. Ann Thorac Surg. 2006;81:770-81.
3. Neville PH, Aupart MR, Diemont FF, Sirinelli AL, Lemoine EM,
Marchand MA. Carpentier-Edwards pericardial pericardial bioprosthesis
El momento actual exige prioridad de atención a los in aortic or mitral position: a 12-year experience. Ann Thorac Surg.
1998;66:S143-7
pacientes con alto riesgo de complicaciones trom- 4. Marchand MA, Aupart MR, Norton R, Goldsmith IRA, Pelletier LC, Pe-
llerin M, et al. Fifteen-year experience with the mitral Carpentier-Edwards
boembólicas y hemorrágicas y representa una opor- Perimount pericardial bioprosthesis. Ann Thorac Surg. 2001;71:S236-9.
tunidad para la mejor elección de las prótesis 5. Gao G, Wu Y, Grunkemeier GL, Fumary AP, Starr A. Durability of peri-
cardial versus porcine aortic valves. J Am Coll Cardiol. 2004;44:384-8.
valvulares en la cirugía de remplazo y el seguimiento, 6. Rahimtoola SH. Choice of prosthetic heart valve in adults. J Am Coll
Cardiol. 2010;55(22):2413-26.
considerando estas complicaciones potenciales y las 7. Stein PD, Alpert JS, Dalen JE, Horstkotte D, Turpie AGG. Antithrombo-
dificultades en la logística del monitoreo de la terapia tic therapy in patients with mechanical and biological prosthetic heart
valves. Chest. 1998;114(suppl):602S-610S.
de anticoagulación, esencial en el cuidado de estos 8. Bonow RO, Carabello B, de Leon AC, Edmunds LH, Fedderly BJ,
pacientes. Freed MD, et al. Guidelines for the management of patients with valvu-
lar heart disease: a report of the American College of Cardiology/Ame-
rican Heart Association Task Force on Practice Guidelines (Committee
on Management of Patients with Valvular Heart Disease). Circulation.
Financiamiento 1998;98:1949-84.
9. Stein PD, Alpert JS, Bussey HI, Dalen JE, Turpie AGG. Antithrombotic
therapy in patients with mechanical and biological prosthetic heart valves.
El presente trabajo de investigación no dispuso de Chest. 2001;119(Suppl):220S-7S.
10. Vahanian A, Alfieri O, Andreotti F, Antunes MJ, Barón-Esquivias G,
financiamiento personal o de alguna institución u Baumgartner H, et al. Guidelines on the management of valvular heart
organización. disease (version 2012): The Joint Task Force on the Management of
Valvular Heart Disease of the European Society of Cardiology (ESC) and
the European Association for Cardio-Thoracic Surgery (EACTS). Eur
Conflicto de intereses Heart J. 2012;33:2451-96.
11. Baumgartner H, Falk V, Bax JJ, De Bonis M, Hamm C, Holm PJ, et al.
2017 ESC/EACTS Guidelines for the management of valvular heart di-
sease: The Task Force for the Management of Valvular Heart Disease of
Los autores declaran no tener relación financiera o the European Society of Cardiology (ESC) and the European Association
personal con otras personas u organizaciones que for Cardio-Thoracic Surgery (EACTS). Eur Heart J. 2017;38:2739-91.
12. Hirsh J, Fuster V, Ansell J, Halperin JL. AHA/ACC Scientific Statement.
pudieran dar lugar a conflicto de intereses en relación American Heart Association/American College of Cardiology Foundation
Guide to Warfarin Therapy. Circulation. 2003;107:1692-711.
con el presente trabajo de investigación. 13. Roudaut, R., Serri, K., Lafitte, S. Thrombosis of prosthetic heart valves:
diagnosis and therapeutic considerations. Heart. 2007;93:137-142.
14. Nishimura RA, Otto CM, Bonow RO, Carabello BA, Erwin III JP,
Resposabilidades éticas Guyton RA. 2014 AHA/ACC guideline for the management of the pa-
tients with heart valve disease: a report of the American College of
Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guideli-
El estudio se llevó a cabo en las instalaciones hos- nes. Circulation. 2014;129:2440-92.
15. Jamieson WRE, Burr LH, Miyagishima RT, Janusz MT, Fradet GJ, Lich-
pitalarias del Instituto Mexicano del Seguro Social, en tenstein SV, et al. Reoperation for bioprosthetic mitral structural failure:
risk assessment. Circulation. 2003;108(Suppl II):II-98-II-102.
la consulta de los expedientes clínicos resguardados 16. Jamieson WRE, Burr LH, Miyagishima RT, Janusz MT, Fradet GJ,
para su lectura en el archivo clínico y archivo clínico Ling H, et al. Re-operation for bioprosthetic aortic structural failure-risk
assessment. Eur J Cardiothoracic Surg. 2003;24:873-8.
digital, con la aprobación del protocolo por dictamen 17. Bourguignon T, Bouquiaux-Stablo AL, Loardi C, Mirza A, Candolfi P,
emitido por el Comité Local de Investigación en Salud Marchand M, et al. Very late outcomes for mitral valve replacement with
the Carpentier-Edwards pericardial bioprosthesis: 25-year follow up of
2602 y por el Comité de Ética en Investigación 26028 450 implantations. J Thorac Cardiovasc Surg. 2014;148:2004-2011.e1.
222
Sánchez-Medina FF et al. Complicaciones tromboembólicas en válvulas cardíacas protésicas
18. Johnston DR, Soltesz EG, Vakil N, Rajeswaran J, Roselli EE, Sabik JF, 30. Hemker HC, Frank HLL. The mechanism of action of oral anticoagulants
et al. Long-term durability of bioprosthetic aortic valves: implications from and its consequences on the practice of oral anticoagulation. Haemos-
12,569 implants. Ann Thorac Surg. 2015;99:1239-47. tasis. 1985;15:263-70.
19. Van Geldorp MW, Eric-Jamieson WR, Kappetein AP, Ye J, Fradet GJ, 31. Thijssen HHW, Hamulyak K, Willigers H. 4-hidroxicoumarin oral anticoa-
Eijkemans MJC, et al. Patient outcome after aortic valve replacement gulants: pharmacokinetics-response relationship. Thomb Haemost.
with a mechanical or biological prosthesis: weighing lifetime anticoagu- 1988;60:35-8
lant-related event risk against reoperation risk. J Thorac Cardiovasc 32. Pattacini C, Manotti C, Pini, M, Quintavalla R, Dettori AG. A comparative
Surg. 2009;137:881-6e1-e5. study on the quality of oral anticoagulant therapy (warfarine versus
20. Khan SS, Trento A, DeRobertis, M, Kass RM, Sandhu M, Czer LSC, acenocumarol). Thromb Haemost. 1994;71:188-91.
et al. Twenty-year comparison of tissue and mechanical valve replace- 33. Amián A, Rodríguez JN, Muñíz R, Diéguez JC, Moreno MV, Q uesada JA,
ment. J Thorac Cardiovasc Surg. 2001;122:257-69. et al. Estudio comparativo de la estabilidad del tratamiento anticoagu-
21. Bal U, Aydinalp A, Yilmaz K, Ozcalik E, Hasirci S, Atar Ilyas, et al. The lante oral (warfarina versus acenocumarol). Sangre (Barc). 1996;41:9-11.
effects of a low international normalized ratio on thromboembolic and 34. Applegate PM, Boyd WD, Applegate RL, Liu H. Is it the time to reconsi-
bleeding complications in patients with mechanical mitral valve replace- der the choice of valves for cardiac surgery: mechanical or bioprosthetic?
ment. J Cardiothor Surg. 2014;9:79. J Biomed Res. 2017;31:373-376.
22. Roudaut R, Lafitte S, Roudaut MF, Reant P, Pillois X, Durrieu-Jaïs C, 35. Ansell J, Hirsh J, Hylek E, Jacobson A, Crowther M, Palareti G. Phar-
et al. Management of prosthetic heart valve obstruction: fibrinolysis macology and management of the vitamin K antagonists: American Co-
versus surgery. Early results and long-term follow-up in a single-centre llege of Chest Physicians Evidence-Based Clinical Practice Guidelines
study of 263 cases. Arch Cardiovasc Dis. 2009;102:269-77. (8th Edition). Chest 2008; 133:160S–98S.
23. Ma WG, Hou B, Abdurusul A, Gong DX, Tang Y, Chang Q, et al. Dys- 36. Rose AJ, Hylek EM, Ozonoff A, Ash AS, Reisman JI, Berlowitz DR.
function of mechanical heart valve prosthesis: experience with surgical Patient characteristics associated with oral anticoagulation control: re-
management in 48 patients. J Thorac Dis. 2015;7(12):2321-9. sults of the Veterans AffaiRs Study to Improve Anticoagulation (VARIA).
24. Valencia JS, Arriaga R, Navarro J, González VM, Martínez R, Palomo J, J Thromb Haemost. 2010;8:2182-91.
et al. Obstrucción de prótesis valvulares cardíacas mecánicas: Aspectos 37. Ageno W, Gallus AS, Wittkowsky A, Crowther M, Hylek EM, Palareti G.
clínicos y manejo quirúrgico. Rev Mex Cardiol. 1992;3(Supl 1):S27. Oral anticoagulant therapy: antithrombotic therapy and prevention of
25. Careaga-Reyna G, Esparza-Pantoja J, Argüero-Sánchez R. Trombosis thrombosis, 9th ed: American College of Chest Physicians Evidence-Based
de las prótesis valvulares cardíacas mecánicas. Factores predisponentes Clinical Clinical Practice Guidelines. Chest. 2012;141 Suppl: e44S-e88S.
y resultados del tratamiento quirúrgico. Gac Med Mex. 1997;133:535-9. 38. Vitale N, Renzulli A, Agozzino L, Pollice A, Tedesco N, de Luca Tuppu-
26. Keuleers S, Herijgers P, Herregods MC, Budts W, Dubois C, Meuris B, ti Schinosa L, et al. Obstruction of mechanical mitral prostheses: analy-
et al. Comparison of thrombolysis versus surgery as a first line therapy sis of pathologic findings. Ann Thorac Surg. 1997;63:1101-6
for prosthetic heart valve thrombosis. Am J Cardiol. 2011;107:275-9. 39. Bikdeli B, Madhavan MV, Jiménez D, Chuich T, Dreyfus I, Driggin E, et al.
27. Renzulli A, Onorati F, De Feo M, Vitale N, Esposito S, Agozzino L, et al. COVID-19 and thrombotic or thromboembolic disease: implications for pre-
Mechanical valve thrombosis: a tailored approach for a multiplex disease. vention, antithrombotic therapy, and follow-up. JACC. 2020;75(23):2950-73.
J Heart Valve Dis. 2004;13 Suppl 1:S37-42. 40. Shah BN, Schlosshan D, McConkey HZR, Buch MH, Marshall AJ, Car-
28. Maribas P. Management of prosthetic heart valve obstruction: Speech twright, et al. Outpatient management of heart valve disease following
for the surgery? Arch Cardiovasc Dis. 2009;102:255-7. the COVID-19 pandemic: implications for present and future care. Heart.
29. Hirsh, J. Oral anticoagulant drugs. NEJM. 1991;324:1865-75. 2020;106:1549-54.
223
Gaceta Médica de México
Artículo original
Resumen
Antecedentes: Uno de los grupos poblacionales en mayor riesgo de suicidio lo constituyen las personas que asisten a insti-
tuciones de salud mental. Objetivo: Conocer las características demográficas y clínicas de las personas ingresadas por
ideación e intento suicida al área de observación de un hospital psiquiátrico en un periodo de 10 meses no consecutivos.
Material y métodos: Estudio retrospectivo, descriptivo y correlacional. Se recabaron 439 expedientes, de los cuales las
mujeres representaron 62.9 % (n = 276), los hombres 36.7 % (n = 161) y las personas transgénero 0.5 % (n = 2); el rango
de edad varió de 17 a 74 años. Resultados: La mayor incidencia de casos se observó entre los 18 y 25 años, el diagnóstico
más frecuente fue el trastorno depresivo y 45.5 % (n = 200) de los casos presentó una tentativa suicida. El principal método
para cometer un acto suicida fue el envenenamiento por diversos medicamentos seguido por las lesiones autoinflingidas con
objeto punzocortante. Se encontró correlación positiva entre intento suicida y autolesiones (χ² = 1.965, p < 0.05).
Conclusiones: Los hallazgos resaltan la importancia de la identificación temprana de los factores de riesgo que pueden
contribuir al incremento del comportamiento suicida.
PALABRAS CLAVE: Autolesiones. Ideación suicida. Intento suicida. Suicidio. Trastornos mentales.
Background: One of the population groups at higher risk of suicide is that of people who attend mental health institutions.
Objective: To know the demographic and clinical characteristics of people admitted for suicidal ideation and suicide attempt
to the observation area of a psychiatric hospital in a period of 10 non-consecutive months. Material and methods: Retrospec-
tive, descriptive, correlational study. A total of 439 medical records were collected, out of which 62.9% (n = 276) corresponded
to women, 36.7% (n = 161) to men and 0.5% (n = 2) to transgender people; age ranged from 17 to 74 years. Results: The
highest incidence of cases was observed between 18 and 25 years of age; the most frequent diagnosis was depressive dis-
order, and 45.5% (n = 200) of the cases had a suicide attempt. The main method for committing a suicidal act was poisoning
by taking various medications, followed by self-inflicted injuries with sharp objects. A positive correlation was found between
suicide attempt and self-harm (χ² = 1.965, p < 0.05). Conclusions: The findings highlight the importance of early identification
of risk factors that may contribute to an increase in suicidal behaviors.
KEYWORDS: Self-inflicted injuries. Suicidal ideation. Suicide attempt. Suicide. Mental disorders.
la ideación, planificación e intentos son más frecuentes 2020 y 2021 debido a la baja afluencia de pacientes
entre las personas separadas, divorciadas o viudas. por la pandemia de COVID-19. El estudio fue apro-
Los hombres divorciados tienen tres veces más proba- bado por el Comité de Investigación del hospital
bilidades de suicidarse que las mujeres.15,16 (número de aprobación CI-949).
Por otro lado, se ha señalado que las tasas de com- La presente investigación se llevó a cabo en dos
portamiento suicida son más altas entre los desemplea- fases:
dos y jubilados o pensionistas, lo que podría estar – Durante la primera se recabó la información pro-
asociado a que perder un empleo o jubilarse puede veniente de la hoja de informe diario de los médi-
implicar una situación altamente estresante.15 En cos psiquiatras del área de observación: número
México, de acuerdo con Borges et al.,7 el mayor por- de expediente, nombre, edad, género, probables
centaje de personas que planearon o intentaron qui- diagnósticos, fecha de ingreso, días de hospita-
tarse la vida contaba con un empleo remunerado. lización, observaciones y tratamiento. A partir de
En la literatura existen escasos estudios que des- ello, se seleccionaron los casos que ingresaron
criban las características clínicas y demográficas de al hospital por motivo de ideación o intento sui-
personas con diversos padecimientos psiquiátricos cida y los que acudieron en el segundo semestre
que asisten a instituciones de salud pública por idea- de 2019 y el primer semestre de 2022.
ción o intento suicida.17,18 Tan solo en el Hospital – En la segunda fase, los expedientes de cada
Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” de la Ciudad paciente se recabaron en el Servicio de Archivo
de México, en el Servicio de Urgencias, durante 2018, del hospital. Del expediente se extrajo la infor-
se registraron 3213 ingresos por riesgo suicida y 3425 mación de la nota de ingreso realizada por un
en 2019 (un año antes del inicio de la pandemia de médico psiquiatra adscrito al área de observa-
COVID-19). En 2020 y 2021, debido en buena parte ción: datos sociodemográficos, motivo de ingreso,
por las limitaciones para llegar a los hospitales y las ser paciente de primera vez o subsecuente,
medidas de aislamiento para toda la población, los número de hospitalización, diagnóstico psiquiá-
ingresos por riesgo suicida descendieron a 1879 y trico de acuerdo con la Décima Revisión de la
1894, respectivamente, lo que corresponde casi a CIE emitido por el médico psiquiatra, presencia
50 % menos que los años anteriores.19 de autolesiones, de alucinaciones auditivas
imperativas y de antecedentes familiares de sui-
Objetivo cidio y enfermedad mental. Si el paciente ingresó
por un intento suicida reciente, se consideró
Describir las características demográficas y clínicas información como número de intento por el cual
de las personas ingresadas al área de observación ingresó al hospital y letalidad. No se emplearon
del Servicio de Urgencias del Hospital Psiquiátrico escalas clinimétricas ni psicométricas, única-
“Fray Bernardino Álvarez” por presentar comporta- mente la información de la nota médica. Se vali-
miento suicida (ideación e intento suicida) durante los daron los datos de expediente y nombre, a fin de
últimos meses de 2019 y los primeros meses de 2022. evitar duplicar información, y se descartaron los
casos que no contaron con la información sufi-
Material y métodos ciente o de cuales no fue posible obtener el
expediente.
Se llevó a cabo un estudio retrospectivo, descriptivo
y correlacional en torno al comportamiento suicida en Análisis de datos
el Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez”,
donde se brinda atención médica psiquiátrica integral La información se analizó mediante estadística des-
a usuarios de uno y otro sexo mayores de 18 años, criptiva, obteniendo frecuencias y porcentajes de distri-
con patología psiquiátrica aguda según la Clasificación bución. Para dilucidar la relación entre las variables de
Internacional de Enfermedades (CIE), no derechoha- interés, se llevó a cabo un análisis de chi cuadrada.
bientes de ninguna institución social (a menos que
existiera un convenio), provenientes de cualquier Resultados
lugar de la República Mexicana. 20 La recolección de
datos abarcó los períodos de agosto-diciembre de Se recabaron 509 expedientes, de los cuales se
2019 y enero-mayo de 2022; se decidió no incluir integraron dentro del análisis 439 y fueron eliminados
226
Jiménez-Genchi J et al. Suicidio y trastornos mentales
70 debido a que no contaron con la información nece- Tabla 1. Descripción de variables sociodemográficas (n = 439)
saria. Asimismo, es relevante señalar que en diciem- Variable n % Variable n %
bre solo se tuvo acceso a aproximadamente la mitad
Creencia religiosa Estado civil
de los casos registrados.
Se observó mayor frecuencia de mujeres, ya que Catolicismo 203 46.6 Soltero 297 67.7
constituyeron 62.9 % de la muestra (n = 276), mien- Ninguna 124 28.2 Casado 58 13.2
tras que los hombres representaron 36.7 % (n = 161)
Cristianismo 41 9.3 Unión libre 35 8
y las personas transgénero, 0.5 % (n = 2). El rango
de edad varió de 17 a 74 años y la media fue de 32.97 Creyente 33 7.5 Divorciado 20 4.6
años. El mayor número de casos se presentó alrede- Testigo de Jehová 13 3 Separado 23 5.2
dor de los 18 años, edad seguida de los 19, 20 y 25 Agnosticismo 10 2.3 Viudo 5 1.1
años. Otros datos sociodemográficos de la muestra
Ateísmo 8 1.8 Concubinato 1 0.2
pueden consultarse en la Tabla 1.
De los 439 casos atendidos en el área de observa- Otra* 7 0.1 Procedencia
ción por comportamiento suicida, 66.5 % (n = 292) se Ocupación Ciudad de 253 57.6
identificó como paciente de primera vez, mientras que México
33.5 % (n = 147) como paciente subsecuente, es Sin actividad 232 52.8 Estado de 141 32.1
decir, ya contaba con historial de internamiento. laboral México
Se encontró que del número de pacientes atendidos
Empleo formal 53 12.1 Morelos 15 3.4
de primera vez que ingresaron por incurrir en un
Trabajo del hogar 42 9.6 Guerrero 10 2.3
intento suicida (n = 145), 33.1 % (n = 48) acudió al
presentar su primer intento de suicidio, 31.7 % (n = 46) Estudiante 33 7.5 Hidalgo 6 1.4
por su segundo intento, 13.1 % (n = 19) por su tercer Empleo informal 24 5.5 Querétaro 2 0.5
intento, 10.3 % (n = 15) por su cuarto intento, 5.5 %
Comercio informal 17 3.9 Guanajuato 2 0.5
(n = 8) al tratarse del quinto y 6.2 % (n = 9) asistió
por primera vez, con antecedentes de seis o más Profesional 14 3.2 Michoacán 2 0.5
intentos de suicidio. Docente 8 1.8 Tlaxcala 2 0.5
De acuerdo con lo anterior, 66.7 % (n = 293) cur-
Obrero 8 1.8 Puebla 1 0.2
saba con su primer internamiento, en 15.3 % (n = 67)
era la segunda hospitalización, en 8.2 % (36) se tra- Jubilado 2 0.5 Veracruz 1 0.2
taba del tercer internamiento y 9.8 % (n = 43) de los Jalisco 1 0.2
pacientes tenía un historial de cuatro o más
Baja California 1 0.2
hospitalizaciones.
Respecto al comportamiento suicida, 2.1 % (n = 9) Se desconoce 2 0.5
*Judaísmo, Santa Muerte, Yoruba y Veda.
de los casos ingresó solo por ideación suicida, mien-
tras que 8 % (n = 35) manifestó solo ideas de muerte
y 86.1 % (n = 378) ingresó por manifestar ideas sui-
cidas e ideas de muerte; 3.9 % (n = 17) de los casos anterior ha sido explicado por la presencia de varia-
declaró no presentar ningún tipo de ideación, sin bles de riesgo, por ejemplo, un diagnóstico psiquiá-
embargo, sus motivos de ingreso se relacionaron con trico, como un trastorno de personalidad, que sumado
la presencia de un intento suicida reciente. Por otro a la habituación del dolor puede incrementar el riesgo
lado, de los 439 casos totales, 22.8 % (n = 100) mani- de presentar una tentativa suicida. 21,22
festó alucinaciones auditivas imperativas, mientras Los diagnósticos primarios asignados a los pacientes
que 77.2 % (n = 339) no las presentó. de acuerdo con su género se resumen en la Tabla 3,
Otras variables asociadas al comportamiento sui- donde también se observan los datos sobre los medios
cida como el número de intentos, intentos previos y letales empleados por las personas que ingresaron tras
la presencia de autolesiones se pueden consultar en haber presentado un intento suicida reciente.
la Tabla 2. De los análisis de correlación que se lle- En cuanto a los antecedentes familiares de suicidio,
varon a cabo, únicamente se encontró correlación 5.0 % (n = 22) de los casos señaló tener familiares de
positiva y significativa entre la presencia de un intento la rama materna con historial de suicidio, mientras que
suicida y las autolesiones (χ² = 11.965, p < 0.05). Lo 3.0 % (n = 13) indicó tenerlos por parte de la rama
227
Gaceta Médica de México. 2023;159
Tabla 2. Descripción de variables clínicas del comportamiento suicida (intentos y autolesiones, n = 439)
Número de intento
54.4 % (n = 239) 12.9 % (n = 57) 11.6 % (n = 51) 7 % (n = 31) 5.4 % (n = 24) 8.4 % (n = 37)
30.5 % (n = 134) 24.1 % (n = 106) 17.5 % (n = 77) 12.3 % (n = 55) 5 % (n = 22) 10.2 % (n = 45)
Autolesiones
Tabla 3. Distribución de diagnóstico psiquiátrico (n = 439) y medios letales (n = 200) según género
Esquizofrenia paranoide 45 16
Otro (n = 125)
Ahorcamiento 18 13 1
paterna, 2.3 % (n = 10) reconoció la pérdida de un her- que algún familiar de la rama paterna presentaba algún
mano o hermana por suicidio, 1.6 % (n = 7) del padre, padecimiento psiquiátrico, mientras que 21 % (n = 92)
1.6 % (n = 6) de la madre y 0.9 % (n = 4) de un hijo; indicó que el antecedente pertenecía a la rama materna
85.6 % (n = 376) de la muestra indicó no haber tenido y 6.2 % (n = 27) declaró tener un antecedente por
familiares con antecedentes de suicidio. ambas partes, tanto materna como paterna; 51.9 %
Por otro lado, al indagar sobre los antecedentes de (n = 228) de los casos indicó no tener antecedentes
enfermedad mental, 21 % (n = 92) de los casos señaló familiares con carga de enfermedad mental.
228
Jiménez-Genchi J et al. Suicidio y trastornos mentales
230
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO ORIGINAL
Resumen
Antecedentes: La infección por SARS-CoV-2 se confirma con la prueba de reacción en cadena de la polimerasa. Su posi-
tividad se determina mediante el tiempo de ciclado (Ct, cycle threshold), el cual es inversamente proporcional a la carga viral.
Objetivo: Describir las características clínicas y epidemiológicas de pacientes infectados por SARS-CoV-2 de acuerdo con
su carga viral estimada mediante Ct. Material y métodos: Estudio transversal que incluyó 21 110 casos confirmados, los
cuales fueron estratificados conforme a su carga viral: baja (Ct > 30), media (Ct 25-30) y alta (Ct < 25). Resultado: 53 % de
los casos tuvo una carga viral alta, la hospitalización fue más frecuente en sujetos con carga viral media y las defunciones
fueron más prevalentes en aquellos con carga viral alta. La mediana del Ct fue más baja durante los primeros cinco días y
aumentó linealmente con los días de evolución clínica. Hubo una mayor prevalencia de defunciones, hospitalizaciones y apoyo
ventilatorio en sujetos con infección confirmada por SARS-CoV-2 que presentaron carga viral media y alta. Conclusiones: El
valor de Ct, correlacionado con otras características del paciente, puede orientar el pronóstico, así como al diseño de inter-
venciones que limiten la diseminación poblacional del virus.
Background: SARS-CoV-2 infection is confirmed with the polymerase chain reaction test. Its positivity is determined by the
cycle threshold (Ct), which is inversely proportional to viral load. Objective: To describe clinical and epidemiological charac-
teristics of SARS-CoV-2-infected patients according to their viral load estimated by Ct. Material and methods: Cross-sectional
study that included 21,110 confirmed cases, which were stratified according to their viral load: low (Ct > 30), medium (Ct 25-30)
and high (Ct < 25). Results: High viral load was identified in 53% of the cases, hospitalization was more common in subjects
with medium viral load, and deaths were more prevalent in those with high viral load. Median Ct was lower during the first five
days and linearly increased with the days of clinical evolution. There was a higher prevalence of deaths, hospitalizations and
ventilatory support in subjects with confirmed SARS-CoV-2 infection who had a medium and high viral load. Conclusions:
The Ct value, correlated with other patient characteristics, can guide the prognosis, as well as the design of interventions that
limit the spread of the virus within the population.
231
Gaceta Médica de México. 2023;159
Se trata de un estudio transversal de pacientes adul- La muestra final del estudio constó de 21 110
tos ≥ 18 años y mayores con diagnóstico confirmado casos confirmados. La mayor proporción (52.9 %)
232
Cruz-Loustaunau D et al. Carga viral en pacientes con COVID-19
Tabla 1. Características de pacientes confirmados con infección por SARS‑Cov‑2, agrupados por nivel de carga viral
n % n % n %
Grupo de edad
Adulto joven (18‑30 años) 853 23.9 1 382 21.7 2 467 22.0 0.026§
Mediana edad (31‑59 años) 2 154 60.4 3 939 61.8 6 818 60.9 0.330
Adulto mayor (60 + años) 554 15.5 1 045 16.4 1 897 16.9 0.134
Ocupación (n = 21 110)
Comercio/servicio (n = 11 586) 2 018 56.7 3 442 54.1 6 126 54.8 0.042§
Sin ocupación económica (n = 5 594) 936 26.3 1 723 27 1 2 935 26.2 0.473
Trabajador de la salud (n = 2 060) 272 7.6 701 11.0 1 087 9.7 < 0.001§
Trabajador de la educación (n = 1 870) 335 9.4 501 7.9 1 034 9.2 0.003§
Tabla 2. Características clínicas y evolución de pacientes confirmados con infección por SARS‑Cov‑2, agrupados por nivel de carga
viral
Tiempo de ciclado (n = 21 110) Md (RIC) 32.7 (31.1‑34.8) 27.1 (26.1‑28.4) 20.6 (17.9‑22.9) < 0.001‡
Caso ambulatorio (n = 17 947, 85 %) n (%) 3 082 (86.5) 5212 (81.9) 9653 (86.3) < 0.001§
Tiempo de ciclado Md (RIC) 32.88 (31.2‑34.9) 27.19 (26.1‑28.44) 20.48 (17.78‑22.86) < 0.023§
Caso hospitalizado (n = 3 163, 15 %) n (%) 479 (13.5) 1,155 (18.1) 1,529 (13.6) < 0.001§
Tiempo de ciclado Md (RIC) 32.43 (31.08‑34.2) 27.2 (26.12‑28.44) 21.57 (19.1‑23.44) < 0.001§
Ventilación mecánica invasiva (n = 910, 4.3 %) n (%) 114 (3.2) 344 (5.4) 452 (4.0) < 0.001§
Tiempo de ciclado Md (RIC) 32.10 (31.08‑33.93) 27.38 (26.23‑28.52) 21.47 (18.86‑23.34) < 0.001§
Defunción (n = 1 307, 6.2 %) n (%) 144 (4.0) 412 (6.5) 751 (6.7) < 0.001§
Tiempo de ciclado Md (RIC) 32.52 (31.17‑34.49) 27.09 (25.94‑28.15) 21.18 (18.71‑23.29) 0.004§
Contacto con caso confirmado (n = 10 664, 50.5 %) n (%) 1 777 (49.9) 3 238 (50.8) 5 649 (50.5) 0.124
Antecedente de vacunación vs. SARS‑CoV‑2 n (%) 623 (17.5) 1 177 (18.4) 2 121 (18.9) 0.254
(n = 3 921)
*Baja: Ct 30; Media: Ct 25‑30; Alta: Ct < 25. **Chi cuadrada para igualdad de proporciones. ‡Prueba de Kruskal‑Wallis. Md: mediana. RIC: rango intercuartílico. §Estadísticamente
significativa. Md: mediana; RIC: rango intercuartílico.
a b
Figura 2. A: valores del tiempo de ciclado según el protocolo de diagnóstico utilizado. Se presenta la mediana de cada categoría y el rango. Los
datos de los protocolos Da An Gene, Flucovid, Gene Finder, Logix Smart y Viasure fueron agrupados en una sola categoría para fines de visua-
lización. B: tiempo de ciclado (Ct) agrupado según los días de evolución. Se presenta la mediana de cada categoría y el rango intercuartílico.
Elaborado con GraphPad Prism versión 9.4.1.
padecimientos previos; en ambas categorías, la dife- comparada con la de pacientes con baja carga viral, lo
rencia fue estadísticamente significativa (Tabla 4). cual es consistente con reportes previos;15,18,19 lo mismo
se observó con la proporción de hospitalización y de
Discusión requerimiento de ventilación mecánica.10,19 Lo anterior
puede relacionarse con el hecho de que pacientes con
Los hallazgos muestran que fue mayor la mortalidad formas severas de COVID-19 tienen una mayor carga
en los sujetos con carga viral media y alta de ARN viral, viral, cuya consecuencia es una mayor respuesta
234
Cruz-Loustaunau D et al. Carga viral en pacientes con COVID-19
Tabla 3. Características clínicas de pacientes confirmados con infección por SARS‑Cov‑2, agrupados por nivel de carga viral
n % n % n %
Dolor de cabeza (n = 19 821) 3 259 91.5 5 747 90.3 10 275 91.8 < 0.001‡
Tos (n = 18 673) 3 085 86.7 5 518 86.7 10 070 90.0 < 0.001§
Fiebre por autorreporte (n = 17 711) 2 842 79.8 5 341 83.9 9 528 85.2 < 0.001§
Mialgias (n = 17 382) 2 879 80.8 5 132 80.6 9 372 83.8 < 0.001§
Odinofagia (n = 14 809) 2 475 69.5 4 341 68.2 7 993 71.5 < 0.001§
Anosmia (n = 5 875) 935 26.3 1 846 29.0 3 094 27.7 < 0.001§
Disgeusia (n = 5 107) 824 23.1 1 579 24.8 2 704 24.2 < 0.001§
Disnea (n = 3 322) 511 14.3 1 193 18.7 1 618 14.5 < 0.001§
Neumonía (n = 2 199) 292 8.2 737 11.6 1 170 10.5 < 0.001§
*Baja: Ct 30; Media: Ct 25‑30; Alta: Ct < 25. **Chi cuadrada para igualdad de proporciones. ‡Prueba de Kruskal‑Wallis. §Estadísticamente significativa.
Tabla 4. Comorbilidades reportadas por pacientes confirmados con infección por SARS-Cov-2, agrupados por nivel de carga viral
n % n % n %
Hipertensión arterial (n = 4 294) 624 17.5 1 306 20.5 2 364 21.1 < 0.001‡
Número de comorbilidades
0 (n = 12 174) 2 149 60.3 3 622 56.9 6 403 57.3 0.003‡
1-3 (n = 8 741) 1 384 38.9 2 699 42.4 4 658 41.7 0.003‡
> 4 (n = 194) 28 0.8 45 0.7 121 1.1 0.443
*Baja: Ct 30; Media: Ct 25-30; Alta: Ct < 25. **Basada en chi cuadrada para igualdad de proporciones. ‡Estadísticamente significativa.
EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
inflamatoria e hipercoagulabilidad, disfunción endotelial mayor riesgo de severidad y fortalecer las medidas
y daño tisular.7,12 de aislamiento individual para mitigar la diseminación
Se ha documentado9,19-28 que el Ct es más alto del virus.
durante los primeros cinco días de la enfermedad, lo Por otra parte, independientemente del Ct, la hiper-
cual se observó en nuestro estudio. Esto sugiere que tensión arterial y la obesidad fueron los padecimientos
determinar la carga viral al inicio de la enfermedad más recurrentes en los sujetos de estudio, similar a lo
sería un marcador útil para detectar pacientes con reportado previamente. 20-22 Observamos que los
235
Gaceta Médica de México. 2023;159
sujetos con hipertensión arterial y obesidad tuvieron un seguimiento a los pacientes y el análisis está basado
una carga viral más alta en comparación con los indi- en una muestra biológica única.
viduos con otras comorbilidades, lo que puede empeo-
rar su pronóstico. Los pacientes hipertensos presentan Conclusiones
mayor riesgo de formas graves de COVID-19, proba-
blemente por un desequilibrio en la regulación de la Nuestro estudio documentó que pacientes con car-
enzima convertidora de angiotensina II.20,21 También gas virales media y alta tuvieron una mayor mortalidad
la obesidad aumenta el riesgo de severidad de por COVID-19 que individuos con carga baja. También
COVID-19, debido al aumento en los niveles de cito- los sujetos con hipertensión arterial u obesidad mos-
cinas, lo que favorece un estado proinflamatorio que traron una mayor carga viral que quienes presentaron
deteriora el sistema inmunológico y genera un estado otras comorbilidades, lo cual puede relacionarse con
protrombótico, además de una sobreexpresión de mayor severidad clínica de COVID-19. El Ct podría ser
enzima convertidora de angiotensina II.22,23 útil para identificar sujetos con infección activa, incluso
Por otra lado, existen diferencias en la validez de asintomáticos, y su aplicación poblacional podría ayu-
protocolos diagnósticos y el tiempo de ciclado puede dar a monitorear la circulación de nuevas variantes y
variar debido a múltiples factores, entre otros, al tipo limitar la diseminación del virus.
de muestra biológica y método de recolección
empleado, influyendo en el valor del Ct; además,
Agradecimientos
pueden existir variaciones según el gen amplificado
Los autores agradecen al Laboratorio Estatal de
y la plataforma de diagnóstico. 24-26 No obstante, la
Salud Pública del estado de Sonora su disposición a
normativa en México establece que todos los proto-
compartir datos para la realización del presente
colos diagnósticos incluyan invariablemente a los
estudio.
genes E y N, lo cual explicaría que en nuestro estudio
solo existiera una diferencia entre uno y dos ciclos en
Financiamiento
el Ct, distinto a los hallazgos de una investigación que
documentó una variabilidad de hasta 14 ciclos.16
Esta investigación no contó con fuentes de
Nuestros resultados sustentan la propuesta de
financiamiento.
incluir sistemáticamente el Ct en el reporte de la
prueba de RT-qPCR para SARS-CoV-2, lo que puede Conflicto de intereses
orientar intervenciones preventivas para mitigar la
dispersión del virus y mejorar el monitoreo de los Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
enfermos. A nivel poblacional, la incorporación del Ct
en escalas de evaluación del riesgo podría detectar Responsabilidades éticas
cambios en la transmisibilidad del virus. Considerando
que la circulación de SARS-CoV-2 será endémica 27 y Protección de personas y animales. Los autores
probablemente con picos estacionales correlaciona- declaran que no realizaron experimentos en seres
dos con la variedad circulante, es conveniente estan- humanos ni en animales.
darizar procesos de cuantificación de la carga viral y Confidencialidad de los datos. Los autores decla-
de vigilancia genómica, así como el seguimiento de ran que siguieron los protocolos de su centro de tra-
la efectividad de la vacunación poblacional. 26,28 bajo sobre la publicación de datos de pacientes
Nuestro estudio tiene limitaciones de diseño como la Derecho a la privacidad y consentimiento infor-
ambigüedad temporal. También es posible que se intro- mado. Los autores obtuvieron la aprobación del comité
dujera una inapropiada clasificación de los individuos de ética para el análisis y publicación de datos clínicos
en cuanto a su carga viral, debido a que se incluyeron obtenidos de forma rutinaria. El consentimiento infor-
distintos tipos de muestras respiratorias recolectadas mado de los pacientes no fue requerido por tratarse
mediante diferentes protocolos institucionales; además, de un estudio observacional retrospectivo.
un potencial sesgo de información puede explicar por
qué los sujetos con carga viral media tuvieron una Bibliografía
mayor proporción de hospitalización y necesidad de
1. World Health Organization [Internet]. Ginebra, Suiza: WHO Coronavirus
ventilación mecánica invasiva. Tampoco fue posible dar (COVID-19) Dashboard. Disponible en: https://covid19.who.int
236
Cruz-Loustaunau D et al. Carga viral en pacientes con COVID-19
2. Huang C, Wang Y, Li X, Ren L, Zhao J, Hu Y, et al. Clinical features of patients 16. Rhoads DD, Peaper DR, She RC, Nolte FS, Wojewoda CM,
infected with 2019 novel coronavirus in Wuhan, China. Lancet. 2020;395:497- Anderson NW, et al. College of American Pathologists (CAP) Microbio-
506. Disponible en: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30183-5 logy Committee Perspective: caution must be used in interpreting the
3. Richardson S, Hirsch JS, Narasimhan M, Crawford JM, McGinn T, cycle threshold (Ct) value. Clin Infect Dis. 2021;72:685-6. Disponible en:
Davidson KW, et al. Presenting characteristics, comorbidities, and outcomes https://doi.org/10.1093/cid/ciaa1199
among 5700 patients hospitalized with COVID-19 in the New York City area. 17. COVID-19 México [Internet]. México: Información general. Gobierno de
JAMA. 2020;323:2052-9. Disponible en: http://doi:10.1001/jama.2020.6775 México/Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Disponible en: https://
4. Reese H, Iuliano AD, Patel NN, Garg S, Kim L, Silk BJ, et al. Estimated datos.covid-19.conacyt.mx
incidence of coronavirus disease 2019 (COVID-19) illness and hospita- 18. Magleby R, Westblade LF, Trzebucki A, Simon MS, Rajan M, Park J,
lization - United States, February-September 2020. Clin Infect Dis. et al. Impact of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 viral
2021;72:1010-7. Disponible en: https://doi.org/10.1093/cid/ciaa1780 load on risk of intubation and mortality among hospitalized patients with
5. Cummings MJ, Baldwin MR, Abrams D, Jacobson SD, Meyer BJ, Balou- coronavirus disease 2019. Clin Infect Dis. 2021;73:4197-205. Disponible
gh EM, et al. Epidemiology, clinical course, and outcomes of critically ill en: https://doi.org/10.1093/cid/ciaa851
adults with COVID-19 in New York City: a prospective cohort study. 19. Aranha C, Patel V, Bhor V, Gogoi D. Cycle threshold values in RT-PCR
Lancet. 2020;395:1763-70. Disponible en: https://doi.org/10.1016/S0140- to determine dynamics of SARS-CoV-2 viral load: an approach to redu-
6736(20)31189-2 ce the isolation period for COVID-19 patients. J Med Virol. 2021;93:6794-
6. Argenziano MG, Bruc SL, Slate CL, Tia JR, Baldwi MR, Barr RG, et al. 7. Disponible en: https://doi.org/10.1002/jmv.27206
Characterization and clinical course of 1000 patients with coronavirus 20. Peng M, He J, Xue Y, Yang X, Liu S, Gong Z. Role of hypertension on
disease 2019 in New York: Retrospective case series. BMJ. the severity of COVID-19: a review. J Cardiovasc Pharmacol.
2020;369:m1996. Disponible en: https://doi.org/10.1136/bmj.m1996 2021;78:648-55.
7. Gao YD, Ding M, Dong X, Zhang JJ, Azkur AK, Azkur D, et al. Risk 21. Ni W, Yang X, Yang D, Bao J, Li R, Xiao Y, et al. Role of angioten-
factors for severe and critically ill COVID-19 patients. Allergy. sin-converting enzyme 2 (ACE2) in COVID-19. Critical Care. 2020;24:422-
2021;76:428-55. Disponible en: https://doi.org/10.1111/all.14657 30. Disponible en: https://doi.org/10.1186/s13054-020-03120-0
8. Li X, Xu S, Yu M, Wang K, Tao Y, Zhou Y, et al. Risk factors for severity 22. Fresán U, Guevara M, Elía F, Albéniz E, Burgui C, Castilla J, et al. In-
and mortality in adult COVID-19 in patients in Wuhan. J Allergy Clin Immu- dependent role of severe obesity as a risk factor for COVID-19 hospita-
nol. 2020;146:110-8. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.jaci.2020.04.006 lization: a Spanish population-based cohort study. Obesity. 2021;29:29-
9. He X, Lau EHY, Wu P, Deng X, Wang J, Hao X, et al. Temporal dynamics 37. Disponible en: https://doi.org/10.1002/oby.23029
in viral shedding and transmissibility of COVID-19. Nat Med. 2020;26:672- 23. Gao F, Zheng KI, Wang XB, Sun QF, Pan KH, Wang TY, et al. Obesity
5. Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41591-020-0869-5 is a risk factor for greater COVID-19 severity. Diabetes Care. 2020;43:72-
10. Yu F, Yan L, Wang N, Yang S, Wang L, Tang Y, et al. Quantitative detection, 4. Disponible en: https://doi.org/10.2337/dc20-0682
and viral load analysis of SARS-CoV-2 in infected patients. Clin Infect Dis. 24. Rhoads DD, Pinsky BA. The truth about SARS-CoV-2 cycle threshold
2020;71:793-8. Disponible en: https://doi.org/10.1093/cid/ciaa345 values is rarely pure and never simple. Clin Chem. 2021;68:16-8. Dispo-
11. Badu K, Oyebola K, Zahouli JZB, Fagbamigbe AF, de Souza DK, et al. nible en: https://doi.org/10.1093/clinchem/hvab146
SARS-CoV-2 viral shedding and transmission dynamics: Implications of 25. Martínez MJ, Basile L, Sisó-Almirall A, Cristino V, Cuesta G, Hurtado JC
WHO COVID-19 Discharge Guidelines. Front Med. 2021;8:648-60. Dis- et al. Lack of prognostic value of SARS-CoV2 RT-PCR cycle threshold
ponible en: https://doi.org/10.3389/fmed.2021.648660 in the community. Infect Dis Ther. 2022;11:587-93. Disponible en: https://
12. Zheng S, Fan J, Yu F, Feng B, Lou B, Zou Q, et al. Viral load dynamics doi.org/10.1007/s40121-021-00561-0
and disease severity in patients infected with SARS-CoV-2 in Zhejiang 26. Edelstein S, Sudri M, Tanous S, Amram HB, Sharabi-Nov A, Rozenfeld I
province, China, January-March 2020: Retrospective cohort study. BMJ. et al. Cycle threshold responses in SARS-COV2 PCR tests depend on
2020;369:m1443. Disponible en: https://doi.org/10.1136/bmj.m1443 the method by which the samples were obtained and require strict global
13. Liu Y, Yan LM, Wan L, Xiang TX, Le A, Liu JM, et al. Viral dynamics in standardization. Infection. 2022;50:959-63. Disponible en: https://doi.
mild and severe cases of COVID-19. Lancet Infect Dis. 2020;20:656-7. org/10.1007/s15010-022-01772-4
Disponible en: https://doi.org/10.1016/S1473-3099(20)30232-2 27. Biancolella M, Colona VL, Mehrian-Shai R, Watt JL, Luzzatto L, Novelli G,
14. Yu X, Sun S, Shi Y, Wang H, Zhao R, Sheng J. SARS-CoV-2 viral load in et al. COVID-19 2022 update: transition of the pandemic to the endemic
sputum correlates with risk of COVID-19 progression. Critical Care. phase. Human Genomics. 2022;16:19-30. Disponible en: https://doi.
2020;24:170-3. Disponible en: https://doi.org/10.1186/s13054-020-02893-8 org/10.1186/s40246-022-00392-1
15. Serrano-Cumplido A, Ruiz-García A, Segura-Fragoso A, Olmo-Quintana V, 28. Takahashi K, Ishikane M, Ujiie M, Iwamoto N, Okumura N, Sato T, et al.
Micó Pérez RM, Barquilla-García A, et al. Aplicación del valor umbral del Duration of infectious virus shedding by SARS-CoV-2 omicron variant–
número de ciclos (Ct) de PCR en la COVID-19. SEMERGEN. 2021;47:337- infected vaccinees. Emerg Infect Dis. 2022;28:998-1001. Disponible en:
41. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.semerg.2021.05.003 https://doi.org/10.3201/eid2805.220197
237
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO ORIGINAL
Resumen
Antecedentes: El análisis de las trayectorias académicas es fundamental para evaluar la formación de los estudiantes y la
estructura de los programas de estudio de educación superior, lo que permite diagnosticar y prevenir el rezago y abandono
escolar. Objetivo: Analizar las diferencias en las trayectorias académicas de los estudiantes de las licenciaturas en ciencias de
la salud de la UNAM de las generaciones 2001 a 2016. Material y métodos: Estudio de cohortes reales; se calcularon tasas
de egreso y rezago. Se realizó ANOVA para contrastar el egreso entre planteles por carrera y tiempo. Para identificar los perío-
dos críticos se utilizaron funciones de supervivencia con el método de Kaplan-Meier. Resultados: En las licenciaturas en enfer-
mería y medicina se observaron los menores porcentajes de rezago; enfermería presentó los mayores porcentajes de egreso,
sobre todo en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza; odontología mostró los menores índices de egreso y mayores ín-
dices de abandono y rezago. Las mujeres mostraron mayor egreso y menor riesgo de abandono y rezago. Conclusiones: Los
estudiantes de las licenciaturas en enfermería, medicina y psicología de las facultades de estudios superiores Zaragoza e Izta-
cala, con programas modulares, alcanzaron los mayores porcentajes de egreso y menores índices de abandono y rezago.
Background: Academic track record analysis is essential for evaluating the training of students and the structure of higher
education study programs, which allows diagnosing and preventing educational lag and school dropout. Objective: To analyze
the differences in academic track records of UNAM health sciences undergraduate students from generations 2001 to 2016.
Material and methods: Study of real cohorts; graduation and lag rates were calculated. ANOVA was used to contrast the
graduation rates between campuses by undergraduate program and time. To identify critical periods, survival functions were
used with Kaplan-Meier’s method. Results: The lowest percentages of lag were observed in nursing and medicine students;
nursing students had the highest graduation rates, especially at Zaragoza campus; dentistry students had the lowest gradua-
tion rates and the highest dropout and lag rates. Women showed higher graduation rates and lower risk of dropout and lag.
Conclusions: Nursing, medicine and psychology undergraduate students at Zaragoza and Iztacala campuses, with modular
programs, achieved the highest graduation percentages and the lowest dropout and lag rates.
238
Martínez-González A et al. Trayectorias académicas del estudiantado
Figura 1. Trayectorias escolares de los estudiantes de las licenciaturas en ciencias de la salud de las generaciones 2001-2016, según tiempo
curricular y reglamentario (n = 91 032 estudiantes).
posible determinar cuándo dejaron de serlo fueron y medicina (10 %) y los mayores en odontología (FES
tratados como censurados. El análisis se efectuó con Zaragoza) y psicología. El rezago recuperable casi
el software R (versión 4.2.2). alcanzó 20 %, por lo que respecto al egreso fue mayor
el número de estudiantes que permaneció en esta
Aspectos éticos y legales condición.
En todas las licenciaturas, en tiempo curricular se
El protocolo fue aprobado por el Comité de Ética de observó mayor avance en los intervalos de rezago
la Investigación de la División de Investigación de la medio y recuperable y no se presentaron cambios en
Facultad de Medicina de la UNAM (FM/DI/026/2022). el egreso, lo cual indicó que aproximadamente 70 %
La información se manejó de forma confidencial. egresó en tiempo y forma de acuerdo con el plan de
estudios y de 10 % a 30 % presentó algún tipo de
Resultados rezago, mientras que el resto no presentó variaciones
en el avance y fue tan solo en tiempo reglamentario
La muestra estuvo integrada por 91 032 estudiantes que se advirtió un incremento en el egreso, de 20 %
de las generaciones 2001 a 2016; 69 % fue del sexo a 40 % más que en tiempo curricular. Los porcentajes
femenino. En la Figura 1 se muestra que el abandono de egreso fueron mayores que los de cualquier tipo
en todas las licenciaturas y entidades no fue mayor a de rezago de acuerdo con el avance en créditos.
10 %, sin cambios en el tiempo curricular ni en el
reglamentario. Las licenciaturas de psicología en Ciu- Períodos críticos de mayor riesgo para el
dad Universitaria y la FES Zaragoza, así como la de abandono y rezago
enfermería en la ENEO, presentaron los menores por-
centajes de abandono (5 %), a diferencia de la de En la Figura 2 se aprecia que en todas las licencia-
medicina en Zaragoza, que mostró el mayor porcen- turas y campus existió un decremento en la regulari-
taje (10 %) en tiempo curricular. dad durante los dos primeros semestres; sin embargo,
En todos los campus se observó un incremento del en enfermería se presentó menor riesgo de abandono
rezago recuperable, como en odontología. Los meno- o rezago durante ese lapso, mientras que en odonto-
res porcentajes de rezago se observaron en enfermería logía se presentó el mayor riesgo. Después del primer
240
Martínez-González A et al. Trayectorias académicas del estudiantado
Figura 2. Períodos críticos de mayor riesgo para el abandono y rezago de los estudiantes de las licenciaturas de ciencias de la salud según
sexo.
año, en algunos casos no se identificaron variaciones modular] y FES Zaragoza [plan modular]) se observó
importantes en la regularidad, sin embargo, en la li- el menor porcentaje de egreso.
cenciatura de psicología (FES Zaragoza con plan mo- Existió una diferencia significativa del egreso en
dular) se observó un decremento importante en la cuanto al sexo: en psicología se presentó el mayor
regularidad en octavo semestre y en la licenciatura número de ingresos de mujeres (n = 21 325) y en
de enfermería (FES Iztacala con plan modular) ocurrió enfermería, el menor número (n = 4301); sin embargo,
en el tercer semestre. esta también fue la que presentó el mayor porcentaje
En cuanto a la regularidad respecto al sexo, medi- de egreso y por plantel. La FES Zaragoza (plan mo-
cina, independientemente del campus, presentó un dular) mostró los mayores porcentajes de egreso en
comportamiento similar entre hombres y mujeres, con medicina, psicología y enfermería. Independiente-
excepción de Ciudad Universitaria (por asignaturas), mente de la licenciatura y entidad, en el egreso en
donde se observó que la regularidad fue menor en tiempo curricular se observó un mayor porcentaje de
las mujeres. En el resto de las licenciaturas y campus, mujeres.
la regularidad fue ligeramente mayor en las mujeres Los porcentajes de egreso en tiempo reglamentario
que en los hombres. se incrementaron más de 40 %, como sucedió en
odontología (Ciudad Universitaria [plan modular]), que
Egreso en tiempos curricular y pasó de 31.3 % a 72.5 %. Los mayores porcentajes
reglamentario de egreso se presentaron en psicología en Ciudad
Universitaria (plan por asignatura), medicina en la FES
En la Tabla 1 se muestra que enfermería presentó Iztacala (plan modular) y enfermería en la FES Zara-
los mayores porcentajes de egreso en tiempo curri- goza (plan modular); el menor porcentaje se observó
cular y odontología, los menores. Por entidad, los en odontología (plan modular). Por entidad, los mayo-
mayores porcentajes de egreso correspondieron a res porcentajes de egreso se identificaron en odonto-
medicina, psicología y enfermería en la FES Zaragoza logía (plan modular) y psicología (plan por asignatura)
(plan modular); sin embargo, odontología presentó el en Ciudad Universitaria, pero la licenciatura de enfer-
mayor porcentaje de egreso en la FES Iztacala (plan mería de la FES Zaragoza (plan modular) presentó el
modular). Los menores porcentajes de egreso corres- porcentaje más alto (87.8 %). Los menores porcenta-
pondieron a las mismas tres primeras licenciaturas, jes de egreso se observaron en enfermería (plan por
pero en odontología (Ciudad Universitaria [plan asignatura) y medicina de Ciudad Universitaria (plan
241
Gaceta Médica de México. 2023;159
Tabla 1. Egreso en tiempos curricular y reglamentario de las generaciones 2001‑2016, según licenciatura y sexo. Universidad Nacional
Autónoma de México
Ciudad FES Iztacala FES Zaragoza Ciudad FES Iztacala FES Zaragoza
Universitaria* Universitaria*
Medicina
Plan de estudio Asignaturas Modular Modular Asignaturas Modular Modular
Generaciones 2001 a 2016 2001 a 2016 2001 a 2016 2001 a 2013 2001 a 2014 2001 a 2013
Ingreso (n) 17 231 11 315 3 403 13 567 9 830 2 702
Mujeres (n, %) 11 156, 64.7 % 7470, 66.0% 2199, 64.6 % 8 781, 64.7 % 6 467, 65.8 % 1 750, 64.8 %
Egreso (n, %) 7 225, 41.9 % 5 548, 49.0 % 1 970, 57.9 %** 10 688, 78.8 % 7 956, 80.9 % 2 153, 79.7 %
Egreso de mujeres (n, %) 4 192, 37.6 % 3 501, 46.9 % 1 263, 57.4 % 6 755, 76.9 % 5 211, 80.6 % 1 380, 78.9 %
Odontología
Plan de estudio Asignaturas Asignaturas Modular Asignaturas Asignaturas Modular
Generaciones 2001 a 2016 2001 a 2017 2001 a 2017 2001 a 2013 2001 a 2015 2001 a 2015
Ingreso (n) 8 608 10 027 5 674 7 000 8 929 4 978
Mujeres (n, %) 6 180, 71.8 % 6 582, 65.6 % 3 564, 62.8 % 5 021, 71.7 % 5 869, 65.7 % 3 106, 62.4 %
Egreso (n, %) 2 695, 31.3 % 3 385, 33.7 % 1 248, 22.0 %** 5 075, 72.5 %** 5 947, 66.6 %** 2 849, 57.2 %**
Egreso de mujeres (n, %) 2 010, 32.5 % 2 341, 35.6 % 1 242, 34.8 % 3 693, 73.6 % 3 993, 68.0 % 1 883, 60.6 %
Psicología
Plan de estudio Asignaturas Modular Modular Asignaturas Modular Modular
Generaciones 2001 a 2017 2001 a 2017 2001 a 2017 2001 a 2015 2001 a 2015 20012015
Ingreso (n) 9 253 11 328 8 129 8 102 9 884 7 014
Mujeres (n, %) 7 415, 80.1 % 8 236, 72.7 % 5 674, 69.8 % 6 515, 80.4 % 7 278, 73.6 % 4 944, 70.5 %
Egreso (n, %) 4 657, 50.3 % 5 876, 51.9 % 4 858, 59.8 %** 6 671, 82.3 %** 7 176, 72.6 % 5 146, 73.4 %
Egreso de mujeres (%) 3 902, 52.6 % 4 807, 58.4 % 854, 15.1 % 5 468, 83.9 % 5 419, 74.5 % 3 725, 75.3 %
Enfermería
Plan de estudio Asignaturas Modular Modular Asignaturas Modular Modular
Generaciones 2010 a 2017 2011 a 2017 2011 a 2017 2010 a 2015 2011 a 2015 2011 a 2015
Ingreso (n) 1678 2094 2292 1 171 1 489 1 635
Mujeres (n, %) 1 148, 68.4 % 1 547, 73.9 % 1 606, 70.0 % 820, 70.0 % 1 112, 74.7 % 1 144, 70.0 %
Egreso (n, %) 997, 59.4 % 1 185, 56.7 % 1 756, 76.6 %** 901, 76.9 % 1 149, 77.3 % 1 436, 87.8 %**
Egreso de mujeres (n, %) 711, 61.9 % 919, 59.4 % 1 263, 78.6 % 647, 78.9 % 883, 79.4 % 1 031, 90.1 %
*Las entidades consideradas en esta categoría fueron las facultades de medicina, odontología, psicología y la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia.
**La diferencia del egreso total de la entidad es significativa con respecto a las otras dos de acuerdo con la prueba de Tukey.
Zaragoza, los planes de estudio de las cuatro licen- En el documento UNESCO-IESALC (2021), 22 se mos-
ciaturas analizadas son de tipo modular, los cuales, tró que si bien la paridad de género es diversa de-
a diferencia de los planes por asignatura, tienen como pendiendo de la región y la calidad educativa, cada
finalidad eliminar la fragmentación de contenidos y vez existen más mujeres directoras o investigadoras.
habilidades a fin de lograr un aprendizaje holístico, La perspectiva cultural, y no solo la biológica, con
entendido como la puesta en práctica de todos los interacciones entre la trayectoria y el impacto que en
saberes que se adquieren durante el trayecto escolar. ellas tienen las prácticas sociales y culturales por
Actualmente, numerosos planes de estudio en las li- país, 23 así como las expectativas que se tienen de
cenciaturas del área de las ciencias de la salud están ellas, provocan que se desarrolle una alta eficacia y
diseñados de esta forma.16 La perspectiva de los es- autorregulación.
tudiantes durante su proceso de formación en este En relación con los períodos críticos en los cuales
tipo de diseño curricular es que se trata de un plan los estudiantes tienen mayor riesgo de abandono y
de estudios sólido, funcional y que brinda una forma- rezago, en las cuatro licenciaturas, independientemen-
ción integral para dar respuesta a las necesidades te del campus, se observó que durante los dos prime-
sociales reales. ros semestres el riesgo es mayor, resultados que
Las facultades de psicología, medicina y odontolo- concuerdan con los de otras investigaciones1,4,20 y se
gía de Ciudad Universitaria presentaron los menores derivan de múltiples factores que inciden en las tra-
índices de egreso, y los porcentajes de abandono y yectorias, como los procesos de transición y adapta-
rezago fueron ligeramente más altos al compararse ción al llegar a un nuevo y diferente ambiente escolar
con de la FES Zaragoza y la FES Iztacala, lo cual y contexto institucional. Además de las nuevas exigen-
pudiera atribuirse a los requisitos que se establecen cias y contenidos, los diversos métodos de enseñanza
durante la trayectoria escolar enmarcados en los pla- y evaluación, relacionados estrechamente con el inicio
nes de estudio de carácter modular, los cuales son de la formación profesional y la motivación para co-
más flexibles y presentan menos obstáculos para fa- menzar y concluir los estudios universitarios, determi-
cilitar el tránsito de los estudiantes. nan la permanencia y avance en la licenciatura.24,25
La licenciatura de odontología en la FES Zaragoza Una de las limitaciones de este estudio consistió en
se inició con el mismo plan de estudios de la Facultad no analizar factores socioeconómicos y familiares,
de Odontología, el cual estaba organizado por asig- entre otros, que pueden complementar los resultados
naturas, pero solo se aplicó un año y en 1977 se optó y plantear diferentes intervenciones. Los datos rela-
por un plan modular, en el cual también se integró un cionados con los antecedentes académicos durante
taller de apoyo para la titulación, el Taller para la Ela- el nivel medio superior, la reprobación de asignaturas
boración de Tesis. Es decir, desde sus inicios en esa o módulos durante la carrera y los resultados obteni-
licenciatura se propuso apoyar a los estudias para dos en evaluaciones de alto y bajo impacto antes,
que egresen,17 visión que se comparte con la FES durante y después de su trayectoria, pueden ampliar
Iztacala y que se refleja en los resultados de esta el análisis de la información, así como el análisis de
investigación. los procesos de gestión escolar y la orientación vo-
Una variable relevante para el análisis de trayecto- cacional, el abandono escolar temprano o, por el con-
rias académicas es el sexo. El sexo femenino presen- trario, el alto rendimiento de estudiantes que realizaron
tó mayores índices de egreso y mejores resultados una adecuada elección vocacional, que también pue-
en cuanto a la regularidad, lo cual disminuyó el aban- den constituir factores por considerar. 26,27
dono y el rezago. Cada vez es mayor el número de
ingresos, permanencia y egreso de las mujeres en Conclusiones
estudios de nivel superior, con mejores probabilida-
des de éxito profesional y laboral.18,19 El sexo consti- Es posible distinguir diferencias entre las trayec-
tuyó la cuarta variable que resultó significativa torias académicas de cuatro licenciaturas de cien-
respecto a la reprobación, 20,21 lo que indica que ser cias de la salud de la UNAM, que se manifestaron
mujer puede ser un factor para una mejor trayectoria por medio del comparativo de indicadores como el
académica. Desde hace algunas décadas, la lucha abandono, el rezago, la regularidad y el egreso. La
por la igualdad y la inclusión de la perspectiva de estructura del plan de estudios y el sexo inciden en
género en varios programas de estudios han favore- la trayectoria académica por medio de la formación
cido la educación de las mujeres en todos los niveles. profesional. En odontología se observaron menores
243
Gaceta Médica de México. 2023;159
índices de egreso y mayor abandono y rezago; asi- 5. Martínez-González A, Manzano-Patiño AP, García-Mijares M, Herre-
ra-Penilla CJ, Buzo-Casanova ER, Sánchez-Mendiola M. Perfil del estu-
mismo, en enfermería, medicina y psicología de diante con éxito académico en las licenciaturas del área de las Ciencias
Biológicas, Químicas y de la Salud. Rev Educ Sup. 2020;49:129-152.
FES Zaragoza y FES Iztacala se alcanzaron los 6. Martínez-González A, Soto-Estrada G, García-Mijares M, Sánchez-Men-
mayores porcentajes de egreso y menor riesgo de diola M. Perfil de éxito académico en estudiantes de medicina de acuerdo
con su trayectoria académica del bachillerato. Inv Ed Med. 2021;10:23-31.
abandono y rezago. Por su parte, las mujeres pre- 7. Chehaibar-Náder LM, Franco-López J, García-Sainz JA, Mayer A, coor-
sentaron mayor porcentaje de egreso y menor pro- dinadores. La UNAM por México. México: Universidad Nacional Autóno-
ma de México; 2010.
babilidad de abandono y rezago en comparación 8. Tuirán R, Muñoz C. La política de educación superior: trayectorias recien-
tes y escenarios futuros. En: Arnaut A, Giorguli S, editores. Los grandes
con los hombres. problemas de México. Volumen. VII. México: El Colegio de México; 2010.
9. Fernández JA, Peña A, Vera F. Los estudios de trayectoria escolar. Su aplica-
ción en la educación media superior. Graffylia. Rev Fac Fil Letr. 2006;6:24-29.
Financiamiento 10. García-Fernández B. Indicadores de abandono escolar temprano: un
marco para la reflexión sobre estrategias de mejora. Perfiles Educativos.
2016;38:191-213.
Los autores declaran no haber recibido financiamiento. 11. Reglamento general de inscripciones. México: Universidad Nacional Au-
tónoma de México; 1997.
12. Moore DF. Applied survival analysis using R. Suiza: Springer Internatio-
Conflicto de intereses nal Publishing; 2016.
13. Sánchez-Trujillo MA, Rodríguez-Flores E. Contexto institucional y la
enseñanza del castellano como segunda lengua. Revista de Didáctica
ELE. 2020;31:1-14.
Los autores declaran no tener conflicto de intereses. 14. Canales-Sánchez D, Bautista-Godínez TJ, Moreno-Salinas JG, Gar-
cía-Minjares M, Sánchez-Mendiola M. Academic trajectories analysis
with a life-course approach: a case study in medical students. Cogent
Responsabilidades éticas Education. 2022;9.
15. Mares G, González LF, Rivas O, Rocha H, Rueda E, Rojas LE, et al. Tra-
yectorias discontinuas en educación superior: el caso de alumnos de la
Protección de personas y animales. Los autores carrera de psicología de Iztacala, México. Rev Mex Inv Psic. 2013;5:71-81.
16. Martínez-Lobatos L, Loera-Martínez BJ. Plan de estudios modular en la
declaran que para esta investigación no se realizaron formación médica de la Universidad Xochicalco en Mexicali, Baja Cali-
fornia, México. Educación Médica. 2020;21:1-16.
experimentos en seres humanos ni en animales. 17. FES Zaragoza 43 años de historia. México: Universidad Nacional Autó-
Confidencialidad de los datos. Los autores decla- noma de México-Facultad de Estudios Superiores, Zaragoza; 2018.
18. Campillo-Labrandero M, García-Minjares M, Martínez-González A, Sán-
ran que siguieron los protocolos de su centro de tra- chez-Mendiola M. Ser hombre, factor para no terminar los estudios de
bajo sobre la publicación de datos de los estudiantes licenciatura: la experiencia mexicana en los últimos 20 años [Ponencia].
Argentina: Congreso CLABES VII; 2017.
analizados. 19. Campillo-Labrandero M, Martínez-González A, García-Minjares M, Gue-
rrero-Mora L, Sánchez-Mendiola M. Desempeño académico y egreso en
Derecho a la privacidad y consentimiento infor- 25 generaciones de estudiantes de la Facultad de Medicina de la UNAM.
mado. Los autores obtuvieron la aprobación del Co- Educación Médica. 2021;22:67-72.
20. Fernández-Ortega M, Ortiz-Montalvo A, Ponce-Rosas E, Fajardo-Ortiz
mité de Ética para el análisis y publicación de la G, Jiménez-Galván I, Mazón-Ramírez J. Reprobación en estudiantes de
Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Educación
información de la historia académica de los estudian- Médica Superior. 2017;32:1-17.
tes. El consentimiento informado no fue requerido. 21. Torres-Balcázar E, Osuna-Lever C, Sida-Vargas PC. Reprobación en las
carreras del área de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma
de Baja California, México. Educación y Humanismo. 2011;13:34-50.
Bibliografía 22. UNESCO [Internet]. Mujeres en la educación superior: ¿la ventaja feme-
nina ha puesto fin a las desigualdades de género? Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura/Instituto Inter-
1. Ortega-Guerrero JC, López-González R, Alarcón-Montiel E. Introducción. nacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe; 2021.
En: Ortega-Guerrero JC, López-González R, Alarcón-Montiel E, coordi- 23. Díaz K, Ravest J, Queupil J. Brechas de género en los resultados de
nadores. Trayectorias escolares en educación superior. Propuesta me- pruebas de selección universitaria en Chile. ¿Qué sucede en los extre-
todológica y experiencias en México. Universidad Veracruzana; 2015. mos superior e inferior de la distribución de puntajes? Pensamiento
2. Muñoz-Corona LL, Ávila-Ramos J, Díaz-Rivera JA. Estudios de las tra- Educativo. Rev Invest Educ Latinoam. 2019;56:1-19.
yectorias escolares del Colegio de Ciencias y Humanidades. Generacio- 24. Duche-Pérez AB, Paredes-Quispe FM, Gutiérrez-Aguilar OA, Carcaus-
nes 2013, 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018. México: Universidad Nacional to-Cortez LC. Transición secundaria-universidad y la adaptación a la vida
Autónoma de México/Colegio de Ciencias y Humanidades; 2019. universitaria. Rev Cienc Soc. 2020;26:244-258.
3. Valle-Gómez-Tagle R, Rojas-Argüelles G, Villa-Lozano A. El análisis de 25. Sánchez-Padilla ML, Álvarez-Chávez A, Flores-Cerón T, Arias-Rico J,
las trayectorias escolares en la UNAM: un método de análisis. En: Ro- Saucedo-García M. El reto del estudiante universitario ante su adapta-
mo-López A, coordinadora. Deserción, rezago y eficiencia terminal en ción y autocuidado como estrategia para disminuir problemas crónicos
las IES. Propuesta metodológica para su estudio. México: Universidad degenerativos. Boletín Científico Educación y Salud. 2014;2.
Juárez del Estado de Durango; 2001. 26. Castro-García TZL. Aprender de los errores: factores que inciden en la
4. Martínez-González A, Manzano-Patiño AP, García-Mijares M, Herre- elección vocacional equivocada. (tesis de maestría en investigación y
ra-Penilla CJ, Buzo-Casanova ER, Sánchez-Mendiola M. Grado de co- desarrollo de la educación). México: Universidad Iberoamericana; 2020.
nocimientos de los estudiantes al ingreso a la licenciatura y su asocia- 27. Alarcón-Montiel E. Elección de carrera: motivos, procesos e influencias y
ción con el desempeño escolar y la eficiencia terminal. Modelo sus efectos en la experiencia estudiantil de jóvenes universitarios de alto
multivariado. Rev Educ Sup. 2018;47:57-85. rendimiento académico. Reencuentro: Juventudes Universitarias. 2019;77.
244
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Resumen
El cáncer colorrectal (CCR) es una enfermedad compleja determinada por factores de riesgo genéticos, ambientales y de
estilo de vida. Los factores genéticos (hereditarios) tienen gran influencia en su desarrollo, sin embargo, la mayoría de los
casos de CCR son esporádicos y se desarrollan gradualmente a lo largo de varios años. Los principales factores ambientales
de riesgo están asociados a la vía de señalización de β-catenina, entre ellos obesidad, falta de actividad física, consumo de
carnes rojas y procesadas, alcoholismo y tabaquismo. La vía está relacionada con la regulación de la homeostasis celular,
autorrenovación celular durante la embriogénesis y edad adulta. La principal recomendación para evitar el desarrollo del CCR
es reducir los factores de riesgo, aumentar el consumo de frutas, verduras y granos, hacer ejercicio de manera rutinaria y
limitar el consumo tanto de alcohol como de tabaco. Dado que los antecedentes familiares y la presencia de un síndrome
hereditario aumentan el riesgo, se sugiere hacer exámenes periódicos para detectar CCR y emplear predictores del desarro-
llo como los marcadores bioquímicos y moleculares, los cuales se presentan en este trabajo.
Colorectal cancer (CRC) is a complex disease, determined by genetic, environmental and lifestyle-associated risk factors.
Genetic (inherited) factors have great influence on its development; however, most cases of CRC are sporadic and gradually
develop over several years. The main environmental risk factors are associated with β-catenin signaling pathway, including
obesity, lack of physical activity, consumption of red and processed meats, alcoholism, and smoking. The pathway is related
to cell homeostasis regulation and cell self-renewal during embryogenesis and adulthood. The main recommendation for pre-
venting the development of CRC is to reduce the risk factors, increase the consumption of fruits, vegetables and grains,
exercise regularly and limit the consumption of both alcohol and tobacco. However, family history and the presence of a he-
reditary syndrome increase the risk, which is why carrying out periodic examinations to detect CRC is suggested, using
development predictors such as biochemical and molecular markers, which are discussed in this work.
245
Gaceta Médica de México. 2023;159
dentro de los cuales se encuentran la actividad física, carcinogénico está relacionado con cambios en la
obesidad/síndrome metabólico, alimentación, así microbiota y la disbiosis, al disminuir la concentración
como la ingesta de sustancias como alcohol o tabaco de bacteroidetes y firmicutes e incrementar las pro-
y la contaminación (Figura 1).14,15 teobacterias y actinobacterias. Estos cambios alteran
el crecimiento bacteriano intestinal y los productos
Obesidad, diabetes, actividad física y secretados (endotoxinas), lo cual provoca inflamación
alimentación sistémica, diabetes y resistencia a la insulina. 20,21
Por otra parte, durante el metabolismo del alcohol
La obesidad y la diabetes tipo 2 se relacionan con la se producen especies reactivas de oxígeno (ROS,
hiperinsulinemia crónica, la cual promueve la iniciación reactive oxygen species), las cuales pueden oxidar el
y progresión del cáncer a través de PIK3, mTOR, ADN, proteínas, lípidos y acetaldehído (clasificado
MAPK, Wnt y factor de crecimiento similar a la insulina como probable carcinógeno), que se acumulan pro-
libre 1 (IGF1), los cuales son activados por la insulina duciendo daño hepático mediante la generación de
estimulando la apoptosis, la proliferación celular, el ROS, peróxido de hidrógeno, superóxidos y radical
crecimiento y la supervivencia celular.16 hidroxilo. Es su metabolismo por la enzima CYP2E1
Por otra parte, se ha reportado que el exceso de lo que genera daño en el ADN nuclear y mitocondrial,
adiposidad puede aumentar hasta en 60 % el riesgo mediante la lipoperoxidación, reduciendo la utilización
de desarrollar CCR, por ejemplo, el aumento de 10 cm de oxígeno y ocasionando muerte celular asociada a
en la circunferencia de cintura se asoció a un incre- disminución de la actividad de la glutatión S
mento de 4 % de riesgo. La grasa abdominal está transferasa. 21
compuesta por tejido adiposo subcutáneo y tejido adi-
poso visceral; este último secreta más adipocinas pro- Tabaco
inflamatorias (TNF-α, IL-6 y la proteína C reactiva) que
el primero y disminuye la secreción de adiponectina, El tabaquismo (un cigarrillo por día) se ha conside-
además de estar relacionado con el infiltrado de macró- rado un factor de riesgo para el incremento de la mor-
fagos. Estos procesos se han relacionado, además, talidad del CCR, con un riesgo de 15 %. Los exfumadores
con el desarrollo de alteraciones sistémicas como la mantuvieron un riesgo elevado 25 años después de
inflamación y la resistencia a la insulina, la cual incide dejar de fumar. Entre las sustancias carcinogénicas del
en el incremento de la activación de IGF1 y en la vía tabaco se identifican nitrosaminas, alquitrán, monóxido
de señalización de insulina-IGF1, la cual se ha relacio- de carbono, hidrocarburos, amoníaco y cadmio.22
nado con procesos de carcinogénesis colorrectal
debido a que influye en el aumento de la proliferación Actividad física
celular y disminución de la apoptosis.17,18
La falta de actividad física se relaciona con sobre-
Carnes rojas y procesadas peso y obesidad, y el mecanismo por el cual estos
conducen a CCR es la resistencia a la insulina, el
Un incremento en la ingesta de estas se asocia a aumento de glucosa, la hiperinsulinemia, el incre-
mayor riesgo de CCR; algunos estudios sugieren que mento de interleucinas y adipocitocinas, que promue-
el riesgo podría aumentar 17 % por cada porción adi- ven la proliferación celular y supresión de la apoptosis.23
cional de 100 g de carne roja consumida diariamente. El otro mecanismo es mediante el estrés oxidativo que
Por cada porción de 50 g de carne procesada, el genera cambios en la señalización celular por modifi-
riesgo aumenta 18 % debido a los conservadores caciones en el balance redox, el cual lleva a pérdida
(nitratos y nitritos), azufre, grasas saturadas y sustan- de la respuesta adaptativa, que enciende los factores
cias químicas producidas durante la cocción de estos transcripcionales Nrf2, NF-ĸB y el cofactor de trans-
(hidrocarburos aromáticos policíclicos).19 cripción 1α del receptor activado por el proliferador de
peroxisomas (PGC-1α), activando a GSK3.24
Alcohol
Otros factores de riesgo epidemiológicos
El consumo de alcohol se ha relacionado con CCR;
se ha demostrado que una ingesta diaria de 10 g de Los pacientes con enfermedad inflamatoria intesti-
etanol incrementa 7 % la predisposición. El efecto nal como colitis ulcerativa o enfermedad de Crohn
247
Gaceta Médica de México. 2023;159
Obesidad, sobrepeso
Nrf2, NF-ĸB y PGC-1α Inflamación crónica
Sí No
SOD, CAT y GPX Glucosa, hiperinsulinemia
Niveles de glutatión Proliferación celular, apoptosis
Actividad
física
Nitrosaminas Adiposidad
Alquitrán Tabaco Obesidad Grasa abdominal
CO, NH3, Cd
CCR
esporádico
Alimentación
tienen riesgo incrementado de CCR, lo cual depende Aproximadamente 90 % de los tumores de colon
del tiempo de duración de la enfermedad; los pacien- tiene una mutación en los genes de APC y
tes con más de 10 años de evolución tienen 2 % de Wnt/β-catenina. 27
riesgo de desarrollo; en los que tienen entre 20 y 30 La β-catenina es un factor de transcripción que
años aumenta a 8 y 18 %. 25 Por otra parte las muta- participa en la vía de señalización Wnt; en ausencia
ciones del gen supresor de tumor BCRA1 incremen- de ligandos está inactiva y es fosforilada en los
tan el riesgo de desarrollar CCR. 26 aminoácidos Ser45, Ser37, Ser33 y Thr41 por el
complejo formado por APC, axina, CK1α y GSK3β,
Vía Wnt/β-catenina y cáncer colorrectal lo que ocasiona la degradación de β-catenina en el
proteosoma (Figura 2). La β-catenina se une al pro-
La vía de señalización Wnt/β-catenina está relacio- teasoma con β-TrCP, que forma un complejo con
nada con la regulación de la homeostasis celular, Skp1/Cullin para unir ubiquitina con los residuos
mantenimiento en la autorrenovación celular durante Ser33 y Ser37 fosforiladas y el dominio de la hélice
la embriogénesis y en la edad adulta. Se relaciona β que contiene repeticiones de β-transducina
con la proliferación epitelial, diferenciación y activa- (β-TrCP). La fosforilación es un proceso secuencial,
ción inicial de las células madre intestinales inicialmente Ser45 es fosforilada por CK1α y esto
para el mantenimiento de las criptas colónicas. estimula la fosforilación de Thr41 por la glucógeno
248
Caballero-Avendaño A et al. β-catenina en cáncer colorrectal
Figura 2. Representación esquemática de la vía de señalización Wnt/β-catenina. Imagen propia elaborada con BioRender.
a las identificadas en las células cancerosas, por eso Otro hallazgo importante fue el reportado en el
se ha sugerido que gran parte de los cánceres epite- estudio de Wang et al., en el cual se encontró que las
liales se originan a partir de la transformación de las células con CCR activan la oxidación de ácidos gra-
células madre tisulares, por lo cual tiene sentido que sos mitocondriales a través de la sobreexpresión de
sea un evento temprano durante la tumorigénesis.33 CPT1A; el aumento de esa oxidación era un meca-
Una vía por la cual se establece la rápida renova- nismo clave para hacer frente a los niveles elevados
ción del epitelio colónico es la impulsada por el ciclo de ROS inducidos por el desprendimiento de la matriz,
activo de las células madre intestinales Lgr5+, que inhibiendo así la anoikis (muerte celular impuesta por
dan lugar a células secretoras y enterocitos que gene- la pérdida de adhesión a la matriz extracelular). La
ran todas las células epiteliales intestinales. 26 Se ha activación de la oxidación de ácidos grasos mitocon-
postulado que las células madre intestinales Lgr5+ driales sostuvo la síntesis de NADPH para así soste-
podrían ser altamente glucolíticas, además, se ha ner la producción de glutatión reducido.39
planteado que las mitocondrias en esas células pue- El CCR está relacionado con la dieta, el metabo-
den oxidar otros sustratos, incluidos los ácidos gra- lismo y la actividad de las células madre intestinales,
sos; cabe señalar que, independientemente de su por lo cual se establece que un cambio en nuestros
naturaleza glucolíticas, la modulación del metabo- hábitos alimentarios podría reducir o aumentar el
lismo de la glucosa determina la autorrenovación y riesgo de desarrollarlo e, incluso, mejorar la res-
proliferación de las células madre intestinales.34 puesta a los diversos tratamientos. Diversos estudios
Además del metabolismo de la glucosa, los lípidos recientes parecen respaldar esta hipótesis, por ejem-
también se relacionan con la regulación de la activi- plo, se ha demostrado que una restricción calórica de
dad y la tumorigénesis de las células madre intesti- entre 20 y 40 % promueve la actividad de las células
nales. En ratones se ha observado que una dieta madre intestinales mediante la regulación negativa de
prolongada alta en grasas condiciona un aumento en la actividad de mTORC1 en el nicho de células de
el número y el potencial de autorrenovación de las Paneth. En otro estudio se demostró que la dieta alta
células madre intestinales Lgr5+, lo cual se lleva a en grasas promueve la tumorigénesis intestinal al
cabo mediante la activación de PPAR-δ en estas célu- aumentar la cantidad de células iniciadoras de tumo-
las, que a su vez conduce a la regulación positiva de res; la dieta prolongada alta en grasas aumenta el
diferentes genes diana de β-catenina, cuyo resultado número de las células madre intestinales y confiere a
es la formación de adenomas. 27,28 Wnt condiciona al los progenitores intestinales de actividad de células
incremento del metabolismo de la glucosa, al regular madre, lo que aumenta el número de células que
directamente la transcripción de la piruvato deshidro- podrían sufrir una transformación oncogénica para
genasa quinasa 1 (PDK1) y el transportador de lac- iniciar tumores.39-44
tato, MCT-1 (SLC16A1), provocando que el piruvato se
desvíe de las mitocondrias y se convierta en lactato, Detección temprana de CCR
además de una secreción mejorada por el transpor-
tador de monocarboxilato 1 (MCT-1), promoviendo la Dado el problema global que representa el CCR, es
angiogénesis en los tumores.35 importante la detección temprana en personas con
Recientemente se ha demostrado que la activación factores de riesgo. Existen pruebas paraclínicas,
de la vía Wnt se relaciona con una dieta rica en grasas como la detección oculta de sangre en heces o la
para promover la tumorigénesis intestinal. La combi- inmunohistoquímica fecal, sin embargo, son más sen-
nación de mutaciones en el gen APC y una dieta rica sibles la colonoscopia, rectosigmoidoscopia y la
en grasas alteran el perfil de los ácidos biliares intes- prueba de ADN en heces o MT-sDNA que identifica
tinales, inducen proliferación y daño del ADN en las ADN anormal proveniente del cáncer o de pólipos
células madre cancerosas Lgr5+ y favorecen la progre- adenomatosos. Esta última es una frontera en el diag-
sión de adenoma a adenocarcinoma. Un estudio inde- nóstico, además de que tiene una precisión diagnós-
pendiente mostró que las células metastásicas de tica aceptable para el diagnóstico de CCR y adenomas
CCR en el hígado regulan al alza la aldolasa B, que avanzados, si bien su sensibilidad y especificidad son
promueve el metabolismo de la fructosa para impulsar más bajas que la colonoscopia. En este sentido, se
la glucólisis, la gluconeogénesis y la vía de la pentosa requieren más estudios epidemiológicos para la vali-
fosfato para apoyar la proliferación celular.35-38 dación de esta prueba en México.45
250
Caballero-Avendaño A et al. β-catenina en cáncer colorrectal
31. Ji L, Lu B, Wang Z, Yang Z, Reece-Hoyes J, Russ CX, et al. Identifica- 39. Wang YN, Zeng ZL, Lu J, Wang Y, Liu ZX, He MM, et al. CPT1A-mediated
tion of ICAT as an APC inhibitor, revealing Wnt-dependent inhibition of fatty acid oxidation promotes colorectal cancer cell metastasis by inhibi-
APC-axin interaction. Mol Cell. 2018;72:37-47. ting anoikis. Oncogene. 2018;37:6025-40.
32. Fennell L, Kane A, Liu C, Mackeone D, Winnie F, Chang S, et al. APC 40. Beyaz S, Mana MD, Roper J, Kedrin D, Saadatpour A, et al. High-fat diet
mutation marks an aggressive subtype of mutant colorectal cancers. enhances stemness and tumorigenicity of intestinal progenitors. Nature.
Cancers. 2020;12:1171. 2016;531:53-8.
33. Hanahan D. Hallmarks of Cancer: new dimensions. Cancer Discov. 41. Perugorria MJ, Olaizola P, Labiano I, Esparza-Baquer A, Marzioni M,
2022;12:31-46. Marin JJG, et al. Wnt-β-catenin signalling in liver development, health
34. Sherwood, V. WNT Signaling: an emerging mediator of cancer cell me- and disease. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2019;16:121-36.
tabolism? Mol Cell Biol. 2015;35:2-10. 42. Poblete-Aro C, Russell-Guzmán J, Parra P, Soto-Muñoz M, Ville-
35. Ong ES, Zou L, Li S, Cheah PY, Eu KW, et al. Metabolic profiling in gas-González B, Cofré-Bola-Dos C, et al. Efecto del ejercicio físico sobre
colorectal cancer reveals signature metabolic shifts during tumorigenesis. marcadores de estrés oxidativo en pacientes con diabetes mellitus tipo
Mol Cell Proteomics. 2010 Feb 10. 2. Rev Med Chile. 2018;146:362–72.
36. Fu T, Coulter S, Yoshihara E, Oh TG, Fang S, Cayabyab F, et al. FXR 43. Tsukiyama T, Zou J, Kim J, Ogamino S, Shino Y, Masuda T, et al.
regulates intestinal cancer stem cell proliferation. Cell. 2019; A phospho-switch controls RNF43-mediated degradation of Wnt recep-
176:1098-112. tors to suppress tumorigenesis. Nat Commun. 2020;11:4586.
37. Perry JM, Tao F, Roy A, Lin T, He XC, Chen S, et al. Overcoming 44. Eubelen M, Bostaille N, Cabochette P, Gauquier A, Tebabi P, Dumitru AC,
Wnt-β-catenin dependent anticancer therapy resistance in leukaemia et al. A molecular mechanism for Wnt ligand-specific signaling. Science.
stem cells. Nat Cell Biol. 2020;22:689-700. 2018;361:eaat1178.
38. Ye C, Qi L, Li X, Wang J, Yu J, Zhou B, et al. Targeting the NAD salva- 45. Dolatkhah R, Dastgiri S, Jafarabadi MA, Abdolahi HM, Somi MH. Diag-
ge pathway suppresses APC mutation-driven colorectal cancer growth nostic accuracy of multitarget stool DNA testing for colorectal cancer
and Wnt/β-catenin signaling via increasing Axin level. Cell Commun screening: a systematic review and meta-analysis. Gastroenterol Hepa-
Signal. 2020;18:16. tol. 2022;45:753-66.
252
Gaceta Médica de México
Artículo de revisión
Resumen
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la causa más común de mortalidad en el mundo. Actualmente, la diabetes
mellitus tipo 2 (DM2) representa uno de los principales factores de riesgo de eventos adversos cardiovasculares mayores.
Los pacientes que las padecen tienen un riesgo cuatro veces mayor de desarrollar insuficiencia cardíaca y una mortalidad de
10 a 12 veces mayor. La ecocardiografía en todas sus modalidades es la mejor herramienta clínica para el diagnóstico de la
insuficiencia cardíaca, ya que proporciona imágenes estáticas y dinámicas del corazón que permiten identificar cambios es-
tructurales y funcionales, como alteraciones en las presiones, cambios de flujo, fracción de expulsión del ventrículo izquierdo
y remodelación anatómica de las superficies miocárdicas.
PALABRAS CLAVE: Diabetes mellitus tipo 2. Ecocardiografía. Insuficiencia cardíaca. Hallazgos de imagen cardiovascular.
Miocardiopatía diabética.
Cardiovascular diseases are the most common cause of mortality in the world. Currently, type 2 diabetes mellitus (T2DM) is
one of the main risk factors for major adverse cardiovascular events. T2DM patients have a four-fold higher risk of developing
heart failure and 10 to 12 times higher mortality. Echocardiography in all its modalities is the best clinical tool for heart failure
diagnosis, since it provides static and dynamic images of the heart that allow to identify structural and functional changes, such
as pressure variations, flow changes, left ventricular ejection fraction and myocardial surfaces anatomical remodeling.
KEYWORDS: Type 2 diabetes mellitus. Echocardiography. Heart failure. Cardiovascular imaging findings. Diabetic cardiom-
yopathy.
253
Gaceta Médica de México. 2023;159
Figura 1. A: vías patológicas de la miocardiopatía diabética. B: fenotipos de miocardiopatía diabética. AI: aurícula izquierda; FEVI: fracción de
expulsión del ventrículo izquierdo; VI: ventrículo izquierdo; VTDVI: volumen telediastólico del ventrículo izquierdo.
onda de llenado ventricular temprana (equivalente a la auricular), relación E/A (relación entre las ondas E y A,
onda E, que representa el llenado rápido pasivo ven- el aumento en este valor es sugerente de insuficiencia
tricular cuando se abren las válvulas auriculoventricu- diastólica), tiempo de relajación isovolumétrica (parte
lares), onda de llenado ventricular tardío (equivale a la del ciclo cardíaco que comienza con el cierre de las
onda A, que representa el llenado activo o contracción válvulas sigmoideas y termina con la apertura de las
255
Gaceta Médica de México. 2023;159
A B
Figura 2. A: miocardiopatía diabética con fenotipo restrictivo/insuficiencia cardíaca con fracción de expulsión preservada. Varón de 63 años y
diabetes mellitus tipo 2, con antecedente de disnea de medianos esfuerzos de 10 años de evolución. B: miocardiopatía diabética con fenotipo
dilatado/insuficiencia cardíaca con fracción de expulsión reducida. Varón de 37 años y diabetes tipo 1, con antecedentes recientes de ortopnea
e insuficiencia cardíaca. C: ecocardiografía 2D y 3D del ventrículo derecho; volúmenes y fracción de eyección en un paciente con miocardiopatía
diabética.
válvulas auriculoventriculares), velocidad pico de la Por otro lado, el patrón fenotípico dilatado se ha
onda E (velocidad en la onda E en su punto máximo), asociado más a un mecanismo de autoinmunidad que
tiempo de desaceleración de la onda E (parte descen- deriva en IC, principalmente en pacientes con diabetes
dente de la onda E, que comprende desde el pico mellitus tipo 1.8-11 (Figura 2B). La teoría de la autoin-
máximo a la línea basal) y duración de la onda A9 (para munidad implicada en el desarrollo de MCD con un
un mayor detalle de las definiciones ecocardiográficas patrón fenotípico dilatado se conformó debido a autoan-
consultar el material suplementario). ticuerpos de miosina cardíaca identificados en pacien-
tes con diabetes mellitus tipo 1 después de un infarto,
Fenotipos de la MCD hallazgos que sugirieron un “síndrome autoinmune
posinfarto” en ese tipo de pacientes, lo que exacerbaba
La presentación más común de la MCD es con una el daño celular producido por la glucotoxicidad, la lipo-
FEVI reducida o un patrón dilatado (fenotipo 1). El otro toxicidad y los radicales libres, así como el mayor
patrón está asociado a FEVI preservada, en la que las riesgo de IC con FEVI disminuida. Sin embargo, los
presiones dentro de las cavidades ventriculares están mecanismos fisiopatológicos todavía no son claros.8
incrementadas, el cual se ha denominado patrón res-
trictivo o concéntrico, es decir, IC con FEVI preservada Relación entre DM2 y enfermedad arterial
(fenotipo 2).8 Los hallazgos más frecuentes en el feno- coronaria
tipo 2 son hipertrofia ventricular concéntrica con
un tamaño ventricular normal, rigidez aumentada y La mortalidad cardiovascular en todos los grupos
aumento en las presiones de llenado ventricular de edad y en ambos sexos se incrementa con la
(Figuras 1B y 2A).8,10 DM2 o antecedente de infarto de miocardio, los
256
Ramón-Ríos A et al. Diabetes e imagen cardiovascular
Ecocardiografía 3D – FEVI >50 % (disminución con la – FEVI >50 % – FEVI <50 % – VTDVI
progresión de la enfermedad) – VTDVI <97 mL/m2 – VTDVI >97 mL/m2 – VTSVI
– VTDVI <97 mL/m2 – FEVI
(disminuye con la edad)
AI: aurícula izquierda; FEVI: fracción de expulsión del ventrículo izquierdo; SGL: strain global longitudinal; VI: ventrículo izquierdo; VTDVI: volumen telediastólico del ventrículo izquierdo;
VTSVI: volumen telesistólico del ventrículo izquierdo
• Ecocardiografía 3D. Esta modalidad se utiliza Tabla 2. Hallazgos comparativos entre diferentes modalidades de
imagen
para evaluar ventrículos con formas o movilidad
anormales por su mayor precisión diagnóstica.1 Ecocardiografía 2D: relación E/A transmitral disminuida.
• Ecocardiografía con seguimiento de manchas
transtorácica velocidad diastólica temprana anular mitral más
baja, mayor E/e', mayor volumen de la aurícula
(speckle tracking). Permite la detección de izquierda, relación E/e' > 15, hipertrofia del VI y
anomalías en la deformación global del mio- deterioro del SGL
cardio. La técnica de seguimiento tridimensio- 3D: al inicio FEVI >50 % y VTDVI <97 mL/m2.
nal confirma la correlación entre la microan- En estadios avanzados, FEV I<50 % y VTDVI
giopatía diabética y la deformación miocárdica >97 mL/m2
en pacientes con DM2 asintomáticos, median- Tomografía Visualiza las arterias coronarias y las
te la reducción del SGL y la deformación mio- computarizada estructuras anatómicas del corazón y confirma
el diagnóstico de MCD
cárdica circunferencial global. 2
La primera evaluación del paciente diabético incluye SPECT Evalúa cambios metabólicos y cambios
la medición de las dimensiones y de la función del VI, funcionales dinámicos como la reserva del flujo
coronario, que es menor en pacientes con MCD
seguida de la determinación de la causa subyacente de
la IC. Lo anterior se debe a que una de las primeras PET Evalúa cambios metabólicos, reserva del flujo
coronario y flujo sanguíneo miocárdico, poniendo
alteraciones estructurales y funcionales que desarrollan de manifiesto la enfermedad arterial coronaria.
los pacientes con diabetes es el remodelado ventricu-
Resonancia Evalúa y detecta hallazgos anatómicos y
lar.17,18 La hipertrofia ventricular izquierda y la fibrosis magnética funcionales mínimos en el músculo cardíaco.
miocárdica son los principales hallazgos de la MCD.19 Es el estándar de oro para medir volúmenes
Sin embargo, el hallazgo ecocardiográfico más tem- y función sistólica del ventrículo izquierdo.
La resonancia magnética se puede utilizar
prano en pacientes con MCD es la disfunción diastólica para evaluar el tejido adiposo epicárdico, que
del VI, que predispone al desarrollo de IC con FEVI se asocia con resistencia a la insulina y con
preservada.16 La disfunción diastólica puede diagnosti- deformación sistólica reducida en MCD
carse mediante Doppler tisular, especialmente en los FEVI: fracción de expulsión del ventrículo izquierdo; MCD: miocardiopatía diabética;
PET: tomografía por emisión de positrones; SGL: strain global longitudinal;
casos con una relación E/e´ > 15. Actualmente, los SPECT: tomografía computarizada por emisión de fotón único; VTDVI: índice de
volumen telediastólico del ventrículo izquierdo.
métodos ecocardiográficos avanzados, como las imá-
genes de strain, han identificado alteraciones subclíni-
cas en la función miocárdica sistólica en pacientes con
DM2 y FEVI preservada (típicamente > 50 %). Los SPECT es subóptima (pacientes con obesidad y
estudios sugieren que las alteraciones en el SGL en mujeres). 24 Varios estudios han demostrado des-
realidad pueden constituir un marcador más sensible regulación de la reactividad microvascular mio-
que la disfunción diastólica.17 cárdica en pacientes con diabetes. 25
• Imagen de perfusión por resonancia magnética.
Comparación con otras modalidades de Existe un número limitado de estudios que han
imagen (Tabla 2) realizado perfusión miocárdica por resonancia
magnética cardíaca en pacientes con diabetes.22,26
• Imagen de perfusión miocárdica nuclear. La ima-
gen de perfusión miocárdica mediante talio-201 o Complicaciones microvasculares de la
tecnecio-99m sestamibi por tomografía computa- diabetes y su implicación cardiovascular
rizada por emisión de fotón único (SPECT) es una
herramienta no invasiva ampliamente utilizada y La esperanza de vida en pacientes con diabetes es
validada para el diagnóstico de isquemia miocár- 10 años menor en población no diabética.
dica. La prevalencia de defectos de perfusión mio- Las complicaciones microvasculares incluyen la
cárdica evaluada por SPECT en pacientes con neuropatía diabética (neuropatía cardíaca autonó-
diabetes asintomáticos oscila entre 20 y 40 %.22,23 mica), la cual está relacionada con la duración y el
• Tomografía por emisión de positrones. La eva- grado de control glucémico. 27
luación de la perfusión miocárdica mediante la La microangiopatía diabética es una enfermedad
tomografía computarizada por emisión de posi- multifactorial causada por factores ambientales y
trones puede ser una buena alternativa en situa- genéticos. Una de las complicaciones graves de la
ciones en las que la calidad de la imagen por diabetes que más pasa desapercibida es la neuropatía
258
Ramón-Ríos A et al. Diabetes e imagen cardiovascular
autonómica cardiovascular, en la cual existe una acti- enfermedad cardiovascular en pacientes con DM2 aún
vación de citocinas inflamatorias que se correlacionan no está clara, sin embargo, la hiperglucemia crónica,
con anomalías en el equilibrio simpatovagal. La dis- el estrés oxidativo y metabólico, la lipotoxicidad, la
función del sistema autónomo predice riesgo cardio- resistencia a la insulina y la enfermedad microvascular
vascular y muerte súbita en pacientes con DM2. se encuentran entre los factores contribuyentes más
La disfunción autonómica y la neuropatía se han establecidos en la enfermedad cardiovascular en estos
convertido en los predictores más poderosos del pacientes.36 Varios estudios han demostrado que la
riesgo de mortalidad. El cambio en el estilo de vida hiperglucemia crónica en los pacientes con prediabetes
con tratamiento farmacológico de la hiperglucemia, la y DM2 se asocian a aterosclerosis, deterioro de la fun-
hipertensión, la dislipidemia y la microalbuminuria ción cardíaca y disfunción sistólica y diastólica del VI
reducen en 68 % las anomalías en la función autonó- en etapas posteriores de la vida.37,38
mica. El tratamiento intensivo de la diabetes retrasa Las guías de práctica clínica recientes recomiendan
el desarrollo y la progresión de la neuropatía autonó- el tamizaje de pacientes con alto riesgo de IC. Se
mica cardíaca en la diabetes tipo 1. 28 están estableciendo estrategias para tratar o prevenir
la progresión de la MCD, con el objetivo de abarcar
Relación entre el control glucémico los diferentes mecanismos patogénicos involucrados
y cambios en los parámetros en el desarrollo de la MCD.
ecocardiográficos Resultados recientes de ensayos cardiovasculares
han identificado nuevos agentes terapéuticos con
Las alteraciones ecocardiográficas en la DM2 pare- beneficio cardiovascular, como los SGLT-2, que redu-
cen estar relacionadas con el control glucémico. No cen la hospitalización por IC.39-42 Otras opciones tera-
está claro si la mejoría del control glucémico podría péuticas como vericiguat y omecamtiv mecarbil han
revertir estos cambios estructurales y funcionales;29 sido estudiadas para IC, pero no para MCD.43,44
sin embargo, los pacientes con mejor control glucé-
mico y lipídico tuvieron una mejoría relativa en el Conclusiones
SGL, e’ septal y E/e’ después de 12 meses de inter-
venciones. Quienes presentaron la mayor disminución La incidencia de la enfermedad cardiovascular e IC
en la hemoglobina glucosilada mostraron mayor mejo- se incrementa notablemente en pacientes con DM2 y
ría en la función sistólica y diastólica del VI. 29,30 contribuye a la disminución en la esperanza de vida.
Los pacientes de alto riesgo se benefician de un La hipertrofia ventricular izquierda y disfunción diastó-
manejo agresivo de los factores de riesgo, con control lica y sistólica subclínica son hallazgos ecocardiográfi-
de la hipertensión arterial, colesterol, lipoproteínas de cos frecuentemente observados en pacientes con
baja densidad, control glucémico, protección renal e DM2. Estos cambios estructurales y funcionales
intervenciones en el estilo de vida.31 podrían ser relevantes para prevenir eventos cardio-
Además, Wright et al. demostraron que el trata- vasculares mayores. Se requieren investigaciones más
miento de la diabetes (sobre todo con inhibidores del confiables en pacientes con DM2 mediante ecocardio-
cotransportador sodio-glucosa tipo 2) es beneficioso grafía, con el objetivo de investigar los mecanismos y
en la prevención primaria de los eventos cardiovas- efectos beneficiosos de la terapia antidiabética.
culares mayores e IC.32,33
Financiamiento
En el tratamiento del fenotipo dilatado se usan los
mismos pilares establecidos por las guías para el manejo Esta investigación no recibió financiamiento.
de la IC con FEVI reducida, como inhibidores de la
enzima convertidora de la angiotensina, antagonistas de Conflicto de intereses
los receptores de la angiotensina II, betabloqueadores,
antagonistas del receptor de mineralocorticoides, ivabra- Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
dina y terapia de resincronización.32,34
Responsabilidades éticas
Discusión
Protección de personas y animales. Los autores
La cardiomiopatía diabética es la principal complica- declaran que para esta investigación no realizaron
ción cardiovascular de la DM2.35 La patogénesis de la experimentos en seres humanos ni en animales.
259
Gaceta Médica de México. 2023;159
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran 20. Gorter TM, Streng KW, van Melle JP, Rienstra M, Dickinson MG, Lam CSP,
et al. Diabetes Mellitus and Right ventricular dysfunction in heart failure
que en este artículo no aparecen datos de pacientes. with preserved ejection fraction. Am J Cardiol. 2018;121:621-7.
21. Gorter TM, van Veldhuisen DJ, Voors AA. Rapid right-sided deterioration in
Derecho a la privacidad y consentimiento infor- heart failure with preserved ejection fraction. Eur Heart J. 2019;40:699-702.
mado. Los autores declaran que en este artículo no 22. Peterson LR, Gropler RJ. Metabolic and molecular imaging of the diabe-
tic cardiomyopathy. Circ Res. 2020;126:1628-45.
aparecen datos de pacientes. 23. Feher A, Sinusas AJ. Quantitative assessment of coronary microvascu-
lar function: dynamic single-photon emission computed tomography,
positron emission tomography, ultrasound, computed tomography, and
Material suplementario magnetic resonance imaging. Circ Cardiovasc Imaging. 2017;10:e006427.
24. Saraste A, Knuuti J. PET imaging in diabetic cardiomyopathy. En: Nu-
clear medicine and molecular imaging. EE. UU: Elsevier; 2022.
El material suplementario se encuentra disponible en 25. Čelutkienė J, Plymen CM, Flachskampf FA, de Boer RA, Grapsa J,
Manka R, et al. Innovative imaging methods in heart failure: a shifting
DOI: 10.24875/GMM.M23000749. Este material es pro- paradigm in cardiac assessment. Position statement on behalf of the
Heart Failure Association of the European Society of Cardiology. Eur J
visto por el autor de correspondencia y publicado online Heart Fail. 2018;20:1615-33.
para el beneficio del lector. El contenido del material 26. Wang J, Li Y, Guo YK, Huang S, Shi R, Yan WF, et al. The adverse
impact of coronary artery disease on left ventricle systolic and diastolic
suplementario es responsabilidad única de los autores. function in patients with type 2 diabetes mellitus: a 3.0T CMR study.
Cardiovasc Diabetol. 2022;21:30.
27. Mishriky BM, Cummings DM, Powell JR. Diabetes-related microvascular
Bibliografía complications - A practical approach. Prim Care. 2022;49:239-54.
28. Vinik AI, Erbas T, Casellini CM. Diabetic cardiac autonomic neuropathy,
inflammation and cardiovascular disease. J Diabetes Investig. 2013;4:
1. Lorenzo-Almorós A, Tuñón J, Orejas M, Cortés M, Egido J, Lorenzo Ó. 4-18.
Diagnostic approaches for diabetic cardiomyopathy. Cardiovasc Diabetol. 29. Jørgensen PG, Jensen MT, Mogelvang R, von Scholten BJ, Bech J,
2017;16:28. Fritz-Hansen T, et al. Abnormal echocardiography in patients with type 2
2. Iwakura K. Heart failure in patients with type 2 diabetes mellitus: assess- diabetes and relation to symptoms and clinical characteristics. Diab Vasc
ment with echocardiography and effects of antihyperglycemic treatments. Dis Res. 2016;13:321-30.
J Echocardiogr. 2019;17:177-86. 30. Lehrke M, Marx N. Diabetes Mellitus and heart failure. Am J Med.
3. Packer M. HFpEF is the substrate for stroke in obesity and diabetes 2017;120:S37-47.
independent of atrial fibrillation. JACC Heart Fail. 2020;8:35-42. 31. Kelsey MD, Nelson AJ, Green JB, Granger CB, Peterson ED, McGuire DK,
4. Pappachan JM, Varughese GI, Sriraman R, Arunagirinathan G. Diabetic et al. Guidelines for cardiovascular risk reduction in patients with type 2
cardiomyopathy: pathophysiology, diagnostic evaluation, and manage- diabetes: JACC guideline comparison. J Am Coll Cardiol. 2022;79:
ment. World J Diabetes. 2013;4:177. 1849-57.
5. Leon BM, Maddox TM. Diabetes and cardiovascular disease: epidemio- 32. Cosentino F, Grant PJ, Aboyans V, Bailey CJ, Ceriello A, Delgado V,
logy, biological mechanisms, treatment recommendations, and future et al. 2019 ESC guidelines on diabetes, pre-diabetes, and cardiovascu-
research. World J Diabetes. 2015;6:1246. lar diseases developed in collaboration with the EASD. Eur Heart J.
6. Martín-Timón I, Sevillano-Collantes C, Segura-Galindo A, 2020;41:255-323.
del Cañizo-Gómez FJ. Type 2 diabetes and cardiovascular disease: have 33. Wright AK, Carr MJ, Kontopantelis E, Leelarathna L, Thabit H, Emsley R,
all risk factors the same strength? World J Diabetes. 2014;5:444. et al. Primary prevention of cardiovascular and heart failure events with
7. Horwich TB, Fonarow GC. Glucose, obesity, metabolic syndrome, and SGLT2 inhibitors, GLP-1 receptor agonists, and their combination in
diabetes. J Am Coll Cardiol. 2010;55:283-93. type 2 diabetes. Diabetes Care. 2022;45:909-18.
8. Seferović PM, Paulus WJ. Clinical diabetic cardiomyopathy: a two-faced 34. Pieske B, Tschöpe C, de Boer RA, Fraser AG, Anker SD, Donal E, et al.
disease with restrictive and dilated phenotypes. Eur Heart J. How to diagnose heart failure with preserved ejection fraction: the HFA–
2015;36:1718-27. PEFF diagnostic algorithm: a consensus recommendation from the Heart
9. Katogiannis K, Vlastos D, Kousathana F, Thymis J, Kountouri A, Failure Association (HFA) of the European Society of Cardiology (ESC).
Korakas E, et al. Echocardiography, an indispensable tool for the mana- Eur Heart J. 2019;40:3297-3317.
gement of diabetics, with or without coronary artery disease, in clinical 35. Zhan J, Chen C, Wang DW, Li H. Hyperglycemic memory in diabetic
practice. Medicina (Kaunas). 2020;56:709. cardiomyopathy. Front Med. 2022;16:25-38.
10. Athithan L, Gulsin GS, McCann GP, Levelt E. Diabetic cardiomyopathy: 36. Negishi K. Echocardiographic feature of diabetic cardiomyopathy: where
Pathophysiology, theories, and evidence to date. World J Diabetes. are we now? Cardiovasc Diagn Ther. 2018;8:47-56.
2019;10:490-510. 37. Hussain-Miran SS, Azeem M, Shah F, Gilani SA, Bacha R,
11. Cohen JB, Schrauben SJ, Zhao L, Basso MD, Cvijic ME, Li Z, et al. Yousaf-Farooq SM, et al. Echocardiographic assessment of left ven-
Clinical phenogroups in heart failure with preserved ejection fraction: tricular diastolic dysfunction in adult patients with diabetes mellitus
detailed phenotypes, prognosis, and response to spironolactone. JACC and hypertension above 30 years. J Radiol Clin Imaging. 2020;3:
Heart Fail. 2020;8:172-84. 22-30.
12. Rodríguez-Araujo G, Nakagami H. Pathophysiology of cardiovascular 38. Kim JJ, Hwang BH, Choi IJ, Choo EH, Lim S, Kim JK, et al. Impact of
disease in diabetes mellitus. Cardiovasc Endocrinol Metab. 2018;7:4-9. diabetes duration on the extent and severity of coronary atheroma burden
13. Low Wang CC, Hess CN, Hiatt WR, Goldfine AB. Clinical update: cardio- and long-term clinical outcome in asymptomatic type 2 diabetic patients:
vascular disease in Diabetes Mellitus: atherosclerotic cardiovascular di- evaluation by coronary CT angiography. Eur Heart J Cardiovasc Imaging.
sease and heart failure in type 2 diabetes mellitus – mechanisms, mana- 2015;16:1065-73.
gement, and clinical considerations. Circulation. 2016;133:2459-502. 39. Mohan M, Dihoum A, Mordi IR, Choy AM, Rena G, Lang CC. Left ven-
14. Aronson D, Edelman ER. Coronary artery disease and diabetes mellitus. tricular hypertrophy in diabetic cardiomyopathy: a target for intervention.
Cardiol Clin. 2014;32:439-55. Front Cardiovasc Med. 2021;8:746382.
15. Reis JP, Allen NB, Bancks MP, Carr JJ, Lewis CE, Lima JA, et al. Du- 40. Mordi IR. Non-invasive imaging in diabetic cardiomyopathy. J Cardiovasc
ration of diabetes and prediabetes during adulthood and subclinical athe- Dev Dis. 2019;6:18.
rosclerosis and cardiac dysfunction in middle age: the CARDIA Study. 41. Albakri A. Diabetic cardiomyopathy: a review of literature on clinical
Diabetes Care. 2018;41:731-8. status and meta-analysis of tissue doppler diagnostic method and the
16. Mordi IR, Tee A, Palmer CN, McCrimmon RJ, Doney ASF, Lang CC. clinical value of intensive glycemic control. Med Clin Arch. 2018;2.
Microvascular disease and heart failure with reduced and preserved 42. Aimo A, Pateras K, Stamatelopoulos K, Bayes-Genis A, Lombardi CM,
ejection fraction in type 2 diabetes. ESC Heart Fail. 2020;7:1168-77. Passino C, et al. Relative efficacy of sacubitril-valsartan, vericiguat, and
17. Bax JJ, Di Carli M, Narula J, Delgado V. Multimodality imaging in ischae- SGLT2 inhibitors in heart failure with reduced ejection fraction: a syste-
mic heart failure. Lancet. 2019;393:1056-70. matic review and network meta-analysis. Cardiovasc Drugs Ther.
18. Jensen MT, Sogaard P, Gustafsson I, Bech J, Hansen TF, Almdal T, 2021;35:1067-76.
et al. Echocardiography improves prediction of major adverse cardiovas- 43. Teerlink JR, Diaz R, Felker GM, McMurray JJV, Metra M, Solomon SD,
cular events in a population with type 1 diabetes and without known heart et al. Cardiac myosin activation with omecamtiv mecarbil in systolic heart
disease: the Thousand & 1 Study. Diabetologia. 2019;62:2354-64. failure. N Engl J Med. 2021;384:105-16.
19. Kang Y, Wang S, Huang J, Cai L, Keller BB. Right ventricular dysfunction 44. Armstrong PW, Pieske B, Anstrom KJ, Ezekowitz J, Hernández AF,
and remodeling in diabetic cardiomyopathy. Am J Physiol Heart Circ Butler J, et al. Vericiguat in patients with heart failure and reduced ejec-
Physiol. 2019;316:H113–22. tion fraction. N Engl J Med. 2020;382:1883-93.
260
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Resumen
La cardiomiopatía diabética es una complicación grave de la diabetes causada por estrés oxidativo, inflamación, resistencia
a la insulina, fibrosis miocárdica y lipotoxicidad. Se trata de un padecimiento insidioso, complejo y difícil de tratar. El inflama-
soma NLRP3 desencadena la maduración y liberación de citoquinas proinflamatorias, participa en procesos fisiopatológicos
como la resistencia a la insulina y la fibrosis miocárdica, además de estar estrechamente relacionado con la aparición y
progresión de la cardiomiopatía diabética. El desarrollo de inhibidores dirigidos a aspectos específicos de la inflamación su-
giere que el inflamasoma NLRP3 puede utilizarse para tratar la cardiomiopatía diabética. Este artículo pretende resumir el
mecanismo y las dianas terapéuticas del inflamasoma NLRP3 en la cardiomiopatía diabética, así como aportar nuevas suge-
rencias para el tratamiento de esta enfermedad.
Diabetic cardiomyopathy (DCM) is a serious complication of diabetes caused by oxidative stress, inflammation, insulin resis-
tance, myocardial fibrosis, and lipotoxicity; its nature is insidious, complex and difficult to treat. NLRP3 inflammasome triggers
the maturation and release of pro-inflammatory cytokines, participates in pathophysiological processes such as insulin resis-
tance and myocardial fibrosis, in addition to being closely related to the development and progression of diabetic cardiomy-
opathy. The development of inhibitors targeting specific aspects of inflammation suggests that NLRP3 inflammasome can be
used to treat diabetic cardiomyopathy. This paper aims to summarize NLRP3 inflammasome mechanism and therapeutic
targets in diabetic cardiomyopathy, and to provide new suggestions for the treatment of this disease.
261
Gaceta Médica de México. 2023;159
insulina del órgano diana.19-21 En los estados de resis- colágeno en el intersticio conduce a la fibrosis
tencia a la insulina o de hiperglucemia se activa el miocárdica. 25-27
sistema renina-angiotensina-aldosterona, que pro- Por su parte, la expresión de NLRP3 también está
mueve el proceso de remodelación cardíaca. 22 La implicada en el proceso de fosforilación de Smad2/3
resistencia a la insulina termina por ocasionar disfun- mediado por el factor de crecimiento transformante
ción mitocondrial en los cardiomiocitos; el daño mito- beta, un factor profibrosis miocárdica que a su vez
condrial progresivo en los cardiomiocitos lleva a la lleva a fibrosis miocárdica. 28,29 En animales con CMD,
acumulación de lípidos e induce la producción masiva la progresión continuada del proceso de fibrosis mio-
de especies reactivas de oxígeno, con lo que se incre- cárdica derivó en disminución de la función sistólica
menta el estrés oxidativo, el cual a su vez agrava la cardíaca y de la tolerancia a la actividad.30 Se ha
cardiomiopatía diabética. 23,24 demostrado que el inhibidor selectivo EMD638683
puede prevenir la inflamación y la fibrosis cardíacas
La activación de NLRP3 está implicada en inducidas por la angiotensina II al inhibir la activación
la fibrosis miocárdica del inflamasoma NLRP3.31,32
El inflamasoma NLRP3 actúa como un sensor res- NLRP3 como objetivo terapéutico en la
ponsable de iniciar la respuesta inflamatoria tras una CMD
lesión miocárdica. Por un lado, sus citoquinas infla-
matorias inducidas (IL-1β, IL-18, etcétera) pueden ini- La CMD tiene un inicio insidioso y una patogénesis
ciar la apoptosis de los cardiomiocitos y si se expresan compleja; puede tratarse mediante la inhibición de las
de forma crónica pueden activar los fibroblastos car- dianas de la activación del inflamasoma NLRP3, la
díacos, los cuales sintetizan grandes cantidades de inhibición de NLRP3 y el bloqueo selectivo de las
colágeno tipos I y III; la acumulación excesiva de citocinas inflamatorias derivadas de este (Figura 3).
263
Gaceta Médica de México. 2023;159
Figura 2. Mecanismo de acción del inflamasoma NLRP3 en la cardiomiopatía diabética. Creada con Figdraw.
Figura 3. El inflamasoma NLRP3 como objetivo terapéutico en la cardiomiopatía diabética (CMD). Creada con Figdraw.
En conclusión, el inflamasoma NLRP3 puede estar 5. Zhuang W, Zhang L, Zheng Y, Liu B, Ma C, Zhao W, et al. USP3 deu-
biquitinates and stabilizes the adapter protein ASC to regulate inflam-
estrechamente relacionado con la aparición y la pro- masome activation. Cell Mol Immunol. 2022;19:1141-1152.
6. Sun Y, Ding S. NLRP3 inflammasome in diabetic cardiomyopathy and
gresión de la CMD al mediar en la respuesta inflama- exercise intervention. Int J Mol Sci. 2021;22:13228.
toria y participar en procesos fisiopatológicos como 7. Afonina I S, Zhong Z, Karin M, Beyaert R. Limiting inflammation-the
negative regulation of NF-κB and the NLRP3 inflammasome. Nat Immu-
la resistencia miocárdica a la insulina y la fibrosis nol. 2017;18:861-9.
8. Di A, Xiong S, Ye Z, Malireddi RKS, Kometani S, Zhong M, et al. The
miocárdica. A medida que avanza la investigación, las TWIK2 potassium efflux channel in macrophages mediates NLRP3 in-
terapias antiinflamatorias dirigidas al inflamasoma flammasome-induced inflammation. Immunity. 2018;49:56-65.
9. Muñoz-Planillo R, Kuffa P, Martínez-Colón G, Smith BL, Rajendiran TM,
NLRP3 tienen el potencial de convertirse en nuevas Núñez G. K+ efflux is the common trigger of NLRP3 inflammasome activa-
tion by bacterial toxins and particulate matter. Immunity. 2013;38:1142-1153.
opciones para el manejo de la CMD. Sin embargo, 10. Cassel SL, Eisenbarth SC, Iyer SS, Sadler JJ, Colegio OR, Tephly LA,
existen relativamente pocos estudios sobre los fárma- et al. The Nalp3 inflammasome is essential for the development of sili-
cosis. Proc Natl Acad Sci U S A. 2008;105:9035-40.
cos dirigidos al inflamasoma NLRP3, y su seguridad 11. Weindel CG, Martínez EL, Zhao X, Mabry CJ, Bell SL, Vail KJ, et al.
debe ser evaluada más a fondo. Mitochondrial ROS promotes susceptibility to infection via gasdermin
D-mediated necroptosis. Cell. 2022;185:3214-31.
Es urgente seguir construyendo un modelo animal 12. Zhang L, Zhang L, Huang Z, Xing R, Li X, Yin S, et al. Increased HIF-1 α
in knee osteoarthritis aggravate synovial fibrosis via fibroblast-like syno-
completo y realizar una serie de ensayos clínicos a viocyte pyroptosis. Oxid Med Cell Longev. 2019;2019:6326517.
gran escala para desarrollar cuanto antes fármacos 13. Ma L, Han Z, Yin H, Tian J, Zhang J, Li N, et al. Characterization of
cathepsin B in mediating silica nanoparticle-induced macrophage pyrop-
antiinflamatorios dirigidos a NLRP3 que sean seguros tosis via an NLRP3-dependent manner. J Inflamm Res. 2022;15:4537-45.
14. Shen C, Luo Z, Ma S, Yu C, Gao Q, Zhang M, et al. Microbe-derived
y eficaces para su aplicación clínica. antioxidants reduce lipopolysaccharide-induced inflammatory responses
by activating the Nrf2 pathway to inhibit the ROS/NLRP3/IL-1β signaling
pathway. Int J Mol Sci. 2022;23:12477.
Financiamiento 15. Yoshida T, Friehs I, Mummidi S, del Nido P J, Addulnour-Nakhoul S,
Delafontaine P, et al. Pressure overload induces IL-18 and IL-18R ex-
pression, but markedly suppresses IL-18BP expression in a rabbit model.
Los autores declaran que recibieron el siguiente IL-18 potentiates TNF-α-induced cardiomyocyte death. J Mol Cell Car-
diol. 2014;75:141-51.
financiamiento: Chongqing Technology Innovation and 16. Luo B, Li B, Wang W, Liu X, Xia Y, Zhang C, et al. NLRP3 gene silencing
ameliorates diabetic cardiomyopathy in a type 2 diabetes rat model.
Application Development Special Project (número PLoS One. 2014;9:e104771.
cstc2019jscx-kjfpX0019). 17. Femminella GD, Livingston NR, Raza S, van der Doef T, Frangou E,
Love S, et al. Does insulin resistance influence neurodegeneration in
non-diabetic Alzheimer’s subjects? Alzheimers Res Ther. 2021;13:47.
Conflicto de intereses 18. Quan C, Zhu S, Wang R, Chen J, Chen Q, Li M, et al. Impaired SERCA2a
phosphorylation causes diabetic cardiomyopathy through impinging on
cardiac contractility and precursor protein processing. Life Metabolism.
2022;1:54-66.
Los autores declaran no tener conflicto de intereses. 19. Ding S, Xu S, Ma Y, Liu G, Jang H, Fang J. Modulatory mechanisms of
the NLRP3 inflammasomes in diabetes. Biomolecules. 2019;9:850.
20. Ozbayer C, Kurt H, Yagci E, Kebapci M N, Gunes HV, Degirmenci I.
Responsabilidades éticas NLRP3-inflammasome gene variations in the risk of type 2 diabetes.
J Environ Pathol Toxicol Oncol. 2022;41:1-13.
21. Vandanmagsar B, Youm YH, Ravussin A, Galgani JE, Stadler K, Myna-
Protección de personas y animales. Los autores tt RL, et al. The NLRP3 inflammasome instigates obesity-induced inflam-
mation and insulin resistance. Nat Med. 2011;17:179-88.
declaran que para esta investigación no realizaron 22. Frustaci A, Kajstura J, Chimenti C, Jakoniuk I, Leri A, Maseri A, et al.
Myocardial cell death in human diabetes. Circ Res. 2000;87:1123-32.
experimentos en seres humanos ni en animales. 23. Zheng H, Zhu H, Liu X, Huang X, Huang A, Huang Y. Mitophagy in
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran diabetic cardiomyopathy: roles and mechanisms. Front Cell Dev Biol.
2021;9:750382.
que en este artículo no aparecen datos de pacientes. 24. Yang S, Xia C, Li S, Du L, Zhang L, Zhou R. Defective mitophagy driven by
dysregulation of rheb and KIF5B contributes to mitochondrial reactive oxygen
Derecho a la privacidad y consentimiento infor- species (ROS)-induced nod-like receptor 3 (NLRP3) dependent proinflam-
mado. Los autores declaran que en este artículo no matory response and aggravates lipotoxicity. Redox Biol. 2014;3:63-71.
25. Li X, Geng J, Zhao J, Ni Q, Zhao C, Zheng Y, et al. Trimethylamine
aparecen datos de pacientes. N-oxide exacerbates cardiac fibrosis via activating the NLRP3 inflam-
masome. Front Physiol. 2019;10:866.
26. Zhang X, Fu Y, Li H, Shen L, Chang Q, Pan L, et al. H3 relaxin inhibits
Bibliografía the collagen synthesis via ROS- and P2X7R-mediated NLRP3 inflam-
masome activation in cardiac fibroblasts under high glucose. J Cell Mol
Med. 2018;22:1816-25.
1. Segar MW, Khan MS, Patel KV, Butler J, Tang WHW, Vaduganathan M, 27. Turner NA. Inflammatory and fibrotic responses of cardiac fibroblasts to
et al. Prevalence and prognostic implications of diabetes with cardiomyo- myocardial damage associated molecular patterns (DAMPs). J Mol Cell
pathy in community-dwelling adults. J Am Coll Cardiol. 2021;78:1587-98. Cardiol. 2016;94:189-200.
2. Quan C, Du Q, Li M, Wang R, Ouyang Q, Su S, et al. A PKB-SPEG 28. Hu H, Fu Y, Li M, Xia H, Liu Y, Sun X, et al. Interleukin-35 pretreatment
signaling nexus links insulin resistance with diabetic cardiomyopathy by attenuates lipopolysaccharide-induced heart injury by inhibition of inflam-
regulating calcium homeostasis. Nat Commun. 2020;11:2186. mation, apoptosis and fibrotic reactions. Int Immunopharmacol. 2020;86:106725.
3. Ma XM, Geng K, Law B Y, Wang P, Pu Y L, Chen Q, et al. Lipotoxici- 29. Frangogiannis NG. Cardiac fibrosis. Cardiovasc Res. 2021;117:1450-88.
ty-induced mtDNA release promotes diabetic cardiomyopathy by activa- 30. Peng L, Zhu M, Huo S, Shi W, Jiang T, Peng D, et al. Myocardial pro-
ting the cGAS-STING pathway in obesity-related diabetes. Cell Biol tection of S-nitroso-L-cysteine in diabetic cardiomyopathy mice. Front
Toxicol. 2022;10:1007. Endocrinol (Lausanne). 2022;13:1011383.
4. Zou R, Nie C, Pan S, Wang B, Hong X, Xi S, et al. Co-administration of 31. Gan W, Ren J, Li T, Lv S, Li C, Liu Z, et al. The SGK1 inhibitor
hydrogen and metformin exerts cardioprotective effects by inhibiting EMD638683, prevents Angiotensin II-induced cardiac inflammation and
pyroptosis and fibrosis in diabetic cardiomyopathy. Free Radic Biol Med. fibrosis by blocking NLRP3 inflammasome activation. Biochim Biophys
2022;183:35-50. Acta Mol Basis Dis. 2018;1864:1-10.
266
Sun Q et al. Inflamasoma NLRP3 en la miocardiopatía diabética
32. Chen Y, Zeng M, Zhang Y, Guo H, Ding W, Sun T. Nlrp3 deficiency 43. Tapia-Abellán A, Angosto-Bazarra D, Martínez-Banaclocha H, de To-
alleviates angiotensin II-induced cardiomyopathy by inhibiting mitochon- rre-Minguela C, Cerón-Carrasco JP, Pérez-Sánchez H, et al. MCC950
drial dysfunction. Oxid Med Cell Longev. 2021;2021:6679100. closes the active conformation of NLRP3 to an inactive state. Nat Chem
33. Yu M. La investigación de los efectos inhibidores del bloqueador del Biol. 2019;15:560-4.
canal de potasio Kvl.3 en la activación del inflamasoma NLRP3. 44. Gao R, Shi H, Chang S, Gao Y, Li X, Lv C, et al. The selective NLRP3-in-
Journal of Henan Institute of Science and Technology (Natural Sciences flammasome inhibitor MCC950 reduces myocardial fibrosis and improves
Edition). 2022;50:14-20. cardiac remodeling in a mouse model of myocardial infarction. Int Immu-
34. Drinkall S, Lawrence CB, Ossola B, Russell S, Bender C, Brice NB, et al. nopharmacol. 2019;74:105575.
The two pore potassium channel THIK-1 regulates NLRP3 inflammaso- 45. Aliaga J, Bonaventura A, Mezzaroma E, Dhakal Y, Mauro A G, A bbate A,
me activation. Glia. 2022;70:1301-16. et al. Preservation of contractile reserve and diastolic function by inhibi-
35. Cao N, Wang JJ, Wu JM, Xu WL, Wang R, Chen XD, et al. Glibencla- ting the NLRP3 inflammasome with OLT1177® (dapansutrile) in a mou-
mide alleviates β adrenergic receptor activation-induced cardiac inflam- se model of severe ischemic cardiomyopathy due to non-reperfused
mation. Acta Pharmacol Sin. 2022;43:1243-50. anterior wall myocardial infarction. Molecules. 2021;26:3534.
36. Huang S, Wang W, Li L, Wang T, Zhao Y, Lin Y, et al. P2X7 Receptor 46. Wohlford GF, van Tassell BW, Billingsley HE, Kadariya D, Canada JM,
deficiency ameliorates STZ-induced cardiac damage and remodeling Carbone S, et al. Phase 1B, randomized, double-blinded, dose escala-
through PKCβ and ERK. Front Cell Dev Biol. 2021;9:692028. tion, single-center, repeat dose safety and pharmacodynamics study of
37. Wang T, Li J, Li H, Zhong X, Wang L, Zhao S, et al. Aerobic exercise the oral NLRP3 inhibitor dapansutrile in subjects with NYHA II-III systo-
inhibited P2X7 purinergic receptors to improve cardiac remodeling in lic heart failure. J Cardiovasc Pharmacol. 2020;77:49-60.
mice with type 2 diabetes. Front Physiol. 2022;13:828020. 47. Ridker PM, Everett BM, Thuren T, Macfadyen JG, Chang WH, Ballanty-
38. Hattori Y, Suzuki K, Hattori S, Kasai K. Metformin inhibits cytokine-indu- ne C, et al. Antiinflammatory therapy with canakinumab for atheroscle-
ced nuclear factor kappaB activation via AMP-activated protein kinase rotic disease. N Engl J Med. 2017;377:1119-31.
activation in vascular endothelial cells. Hypertension. 2006;47:1183-8. 48. Trang NN, Chung CC, Lee TW, Cheng WL, Kao YH, Huang SY, et al.
39. Wang Y, Li H, Li Y, Zhao Y, Xiong F, Liu Y, et al. Coriolus versicolor Empagliflozin and liraglutide differentially modulate cardiac metabolism
alleviates diabetic cardiomyopathy by inhibiting cardiac fibrosis and in diabetic cardiomyopathy in rats. Int J Mol Sci. 2021;22:1177.
NLRP3 inflammasome activation. Phytother Res. 2019;33:2737-48. 49. Griffin M, Rao VS, Ivey-Miranda J, Fleming J, Mahoney D, Maulion C,
40. Qu XF, Zhai BZ, Hu WL, Lou MH, Chen YH, Liu YF, et al. Pyrroloquino- et al. Empagliflozin in heart failure: diuretic and cardiorenal effects. Cir-
line quinone ameliorates diabetic cardiomyopathy by inhibiting the pyrop- culation. 2020;142:1028-39.
tosis signaling pathway in C57BL/6 mice and AC16 cells. Eur J Nutr. 50. McGuire DK, Zinman B, Inzucchi SE, Wanner C, Fitchett D, Anker SD,
2022;61:1823-36. et al. Effects of empagliflozin on first and recurrent clinical events in
41. Jiang H, He H, Chen Y, Huang W, Cheng J, Ye J, et al. Identification of patients with type 2 diabetes and atherosclerotic cardiovascular disease:
a selective and direct NLRP3 inhibitor to treat inflammatory disorders. a secondary analysis of the EMPA-REG OUTCOME trial. Lancet Diabe-
J Exp Med. 2017;214:3219-38. tes Endocrinol. 2020;8:949-959.
42. Coll RC, Hill JR, Day CJ, Zamoshnikova A, Boucher D, Massey NL, et al. 51. Li Q, Chen J, Li Y, Wang L. Curcumin inhibits NLRP3 inflammasome
MCC950 se dirige directamente al motivo de ATP-hidrólisis de NLRP3 reduction on the early myocardial damage in septic rats. Chin J Emerg
para la inhibición del inflamasoma. Nat Chem Biol. 2019;15:556-9. Med. 2022;31:173-8.
267
Gaceta Médica de México
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Resumen
La radioterapia corporal estereotáctica es una modalidad que con alta precisión administra dosis alta de radiación a un objeti-
vo tumoral bien definido, en una o en pocas fracciones, y reduce significativamente la dosis que reciben los tejidos sanos cir-
cundantes. Está indicada en cáncer primario de pulmón de células no pequeñas en estadios tempranos (T1 y T2) no operable,
metástasis pulmonares con un tumor primario controlado, tumores prostáticos y enfermedad oligometastásica. A pesar de la
falta de estudios a largo plazo o fase III, los resultados de su eficacia en el control local es superior a 90 %, con toxicidad si-
milar a la reportada con fraccionamientos convencionales de radioterapia. Este artículo describe la tecnología y la técnica de
radioterapia corporal estereotáctica, con las aplicaciones clínicas, indicaciones y limitaciones de esta modalidad terapéutica.
Stereotactic body radiation therapy (SBRT) is a modality that delivers high doses of radiation to a well-defined tumor target in a
single or a few fractions and with high precision, which significantly reduces the dose received by surrounding normal tissues.
SBRT is indicated for inoperable, early stage (T1 and T2) primary non-small cell lung cancer, lung metastases with a controlled
primary tumor, prostate tumors and oligometastatic disease. Despite the lack of long-term or phase III studies, efficacy results in
local control are higher than 90%, with similar toxicity to that reported with conventional fractionated radiotherapy. This article
describes SBRT technology and technique, along with clinical applications, indications and limitations of this therapeutic modality.
268
Ramos-Prudencio R et al. Radioterapia corporal estereotáctica
Tabla 1. Características de la radioterapia corporal estereotáctica estas dosis altas suponen mínimo daño a los tejidos
1. Utiliza dosis alta por sesión en pocas sesiones (hipofraccionada) sanos circundantes (órganos en riesgo).
y alta dosis biológica equivalente de radiación. La SBRT representa un menor riesgo de toxicidad
2. Es un tipo radioterapia externa con localización estereotáctica en comparación con la cirugía u otras modalidades
del tumor. de radioterapia, con tasas de control local equipara-
3. Su intención es el control local prolongado o la curación.
bles.9 Puede realizarse con equipos que cumplen con
los requisitos tecnológicos mínimos, aceleradores li-
4. Tiene un volumen objetivo claramente definido.
neales o equipos de radioterapia de estereotaxia.
5. Se administra en una o en pocas sesiones (máximo 12).
Figura 1. Tomógrafo de simulación virtual con los accesorios más utilizados para la inmovilización y reproducibilidad de la posición del paciente
durante la SBRT.
órganos en riesgo, para lo cual las imágenes de diag- Una vez delimitados el volumen de planeación por
nóstico, por lo general de resonancia magnética de alta tratar y los órganos en riesgo, se prescriben las do-
resolución o tomografía por emisión de positrones, se sis. Con equipo especializado, físicos médicos y do-
empalman con las imágenes de simulación virtual. La simetristas calculan que los volúmenes blanco
delimitación de volúmenes consiste en contornear es- reciban la dosis adecuada y que se cumplan las
tos en cada uno de los cortes tomográficos; el software restricciones de dosis establecidas a los órganos en
de planeación combina estas imágenes para producir riesgo para cumplir con el criterio de calidad de estos
una representación tridimensional ( Figura 2). Los volú- tratamientos, el cual también implica la disminución
menes pueden editarse para agregar un margen de rápida de la dosis más allá de los volúmenes trata-
seguridad por movimiento, incertidumbre en la coloca- dos (Figura 2). Cuando el plan terapéutico es eva-
ción, enfermedad microscópica o evitar alguna estruc- luado y aprobado por el radiooncólogo, se realiza un
tura. Debido a las dosis altas que se administran, el control de calidad para asegurar que el sistema de
margen de error de la SBRT es significativamente me- ejecución con la fidelidad necesaria y el tratamiento
nor que el de la radioterapia convencional; un error se logre administrar conforme a lo planeado.
mínimo en la localización del objetivo podría dejar Además del acceso a tecnología altamente avan-
afuera del tratamiento hasta 20 % del tumor.12 zada, existen otras exigencias impuestas por el
270
Ramos-Prudencio R et al. Radioterapia corporal estereotáctica
a b
c d
Figura 2. A: plan de SBRT en lesión metastásica de hígado, se utilizó corregistro de imágenes con PET/CT con F18-fluorodesoxiglucosa para
delimitar correctamente los volúmenes. B: plan de SBRT en lesión pulmonar. C: plan de SBRT en lesión metastásica ósea con corregistro de
imagen con resonancia magnética. D: plan de SBRT en lesión metastásica ósea.
tratamiento para los pacientes con CPCNP en etapas En un metaanálisis reciente, que incluyó 11 estudios
tempranas que no pueden ser sometidos a cirugía, con con 2238 pacientes, en hepatocarcinoma se reportó
tasas de control local superiores a 90 % a tres años y 83.8 % de control local a dos años con SBRT en
con toxicidad mínima.14-16 Un análisis combinado de es- comparación con 71.8 % con ablación por radiofre-
tudios prospectivos fase III (estudios STARS y ROSEL) cuencia; en metástasis hepáticas se encontró 83.6 %
que comparan lobectomía contra SBRT en cáncer de versus 60 %, respectivamente. 23 Aunque faltan ensa-
pulmón etapa I, mostró una supervivencia global a tres yos clínicos controlados, la utilidad de la SBRT en
años de 95 % en 31 pacientes con SBRT en compara- tumores con ubicación difícil para la ablación (por
ción con 79 % en 27 pacientes con lobectomía en un ejemplo, cerca de los vasos principales y el diafrag-
seguimiento promedio de 40.2 meses.17 ma) o de tamaño relativamente grande (> 3 cm) com-
La enfermedad metastásica limitada en pulmón es pensa las limitaciones de la radiofrecuencia, por lo
frecuente, por lo que la SBRT constituye una opción. que se ha incrementado su uso.
El protocolo más completo y con mayor seguimiento es La SBRT podría estar limitada por el tamaño de la
el estudio aleatorizado fase II SABR-COMET, el cual lesión. Algunos estudios han demostrado tasas de
evaluó a 99 pacientes con tumores sólidos controlados control local del 91 % en tumores < 5 cm y de 74 %
y hasta cinco lesiones metastásicas (en la mayoría de en tumores de 5 cm. 23,24
una a tres), quienes se asignaron aleatoriamente en Los criterios de selección de pacientes y las dosis
una proporción de 1:2 a los tratamientos paliativos es- óptimas aún no están bien establecidas y dependerán
tándar (brazo 1) y SBRT a todos los sitios de la enfer- de la experiencia del centro donde se realiza el
medad (brazo 2). Se reportó una mejoría en la procedimiento.
supervivencia libre de progresión en el brazo 2 (12 Las indicaciones más frecuentes son tumor < 6 cm,
meses versus seis meses en el brazo 1, p = 0.001); la ≤ 5 metástasis, buen estado funcional (puntuación
supervivencia global fue de 28 versus 41 meses en el 0-1 en la escala ECOG o índice de Karnofsky > 70)
brazo 1 versus brazo 2 (p = 0.09). La toxicidad grado y adecuada función hepática.
2 o superior de SBRT fue de 29 % y la tasa de toxicidad La función hepática es el principal indicador para la
grado 5 fue casi de 5 %.18 La toxicidad fue particular- correcta selección del paciente: idealmente deben ser
mente baja, ya que por protocolo la dosis de tolerancia pacientes con daño hepático clase A según la escala
de los órganos en riesgo siempre fue respetada; en un Child-Pugh y con un volumen hepático libre > 1000 mL;
análisis posterior se identificó que hasta en un tercio la SBRT está contraindicada en pacientes clase C de
de los casos fue necesario modificar la dosis prescrita la escala Child-Pugh y en pacientes con < 700 mL de
al volumen de planeación por tratar para lograr dosis volumen hepático libre. 24
apropiadas en los órganos en riesgo, principalmente en
médula espinal, lo cual no comprometió la superviven- SBRT de metástasis óseas
cia global, el control local ni el periodo libre de progre-
sión.19,20 El seguimiento a cinco años del SABR-COMET La SBRT para el manejo de metástasis óseas está
ya fue publicado: la supervivencia global fue de hasta emergiendo como un estándar clínico en tumores con
21.3 %, no se reportaron toxicidades tardías adiciona- tejidos radiorresistentes, para la reirradiación o como
les ni datos de recurrencia.21 adyuvante. Su ventaja es la capacidad de incrementar
la dosis al volumen de planeación por tratar sin afec-
SBRT de hígado: hepatocarcinoma y tar los órganos en riesgo, principalmente la médula
metástasis hepáticas espinal. 25
Anteriormente, para paliar las metástasis óseas se
El hígado es un órgano comúnmente afectado por utilizaban esquemas con técnicas convencionales y
las neoplasias malignas primarias o metastásicas. La regímenes hipofraccionados, como 30 Gy en 10 se-
resección quirúrgica proporciona el mayor potencial siones, 20 Gy en cinco sesiones y 8 Gy en dosis úni-
de curación, sin embargo, no todos los pacientes son ca, con los cuales se obtenía una respuesta clínica de
candidatos, generalmente por alteraciones en la fun- entre 65 y 75 %. Actualmente, la dosis por fracción
ción hepática, comorbilidades como cirrosis, estado se ha incrementado con resultados favorables hasta
funcional deficiente, enfermedad multifocal, proximi- una dosis única de 24 Gy, con 90 % o más de control
dad a estructuras vasculares o tumores localmente local, < 1 % de falla local a un año y 3.1 % a cuatro
avanzados.22 años. En pacientes con supervivencia superior a cinco
272
Ramos-Prudencio R et al. Radioterapia corporal estereotáctica
274
Ramos-Prudencio R et al. Radioterapia corporal estereotáctica
10. Chan M, Palma D, Barry A, Hope A, Moore R, O’Neil M, et al. Practical 32. López-Campos F, Cacicedo J, Couñago F, García R, Leaman-Alcibar O,
considerations for the implementation of a stereotactic body radiation Navarro-Martin A, et al. SEOR SBRT-SG stereotactic body radiation
therapy program for oligo-metastases. Adv Radiat Oncol. 2020;6:100499. therapy consensus guidelines for non-spine bone metastasis. Clin Transl
11. Gaetani-Liseo F, Lautenschlaeger T, Ewing M, Langer M. The dosimetric Oncol. 2022;24:215-26.
differences in calculating lung SBRT plans on different image data sets: 33. Hickey BE, James ML, Daly T., Soh FY, Jeffery M. Hypofractionation for
comparison of the free breathing scan to both the average intensity clinically localized prostate cancer. Cochrane Database Syst Rev.
projection scan and to the sum of calculations on each respiratory pha- 2019;9:CD011462.
se of the 4DCT scan. Med Dosim. 2019;44:291-9. 34. Royce TJ, Lee DH, Keum N, Permpalung N, Chiew CJ, Epstein S, et al.
12. Das IJ, Dawes SL, Dominello MM, Kavanagh B, Miyamoto CT, Conventional versus hypofractionated radiation therapy for localized
Pawlicki T, et al. Quality and safety considerations in stereotactic radio- prostate cancer: a meta-analysis of randomized noninferiority trials. Eur
surgery and stereotactic body radiation therapy: an ASTRO SafetyWhite Urol Focus. 2019;5:577-84.
paper update. Practic Radiat Oncol. 2022;12:e253-68. 35. Sinzabakira F, Heemsbergen WD, Pos FJ, Incrocci L. Patient-reported
13. Schmitt D, Blanck O, Gauer T, Fix MK, Brunner TB, Fleckenstein J, et al. outcomes in the Acute Phase of the Randomized Hypofractionated Irra-
Technological quality requirements for stereotactic radiotherapy: expert diation for Prostate Cancer (HYPRO) trial. Int J Radiat Oncol Biol Phys.
review group consensus from the DGMP Working Group for Physics and 2022;112:870-9.
Technology in Stereotactic Radiotherapy. Strahlenther Onkol. 36. Arcangeli G, Saracino B, Arcangeli S, Gomellini S, Petrongari MG, San-
2020;196:421-43. guineti G, et al. Moderate hypo- fractionation in high-risk, organ-confined
14. Detterbeck FC, Blasberg JD, Woodard GA, Decker RH, Kumbasar U, prostate cancer: Final results of a phase III randomized trial. J Clin
Park HS, et al. A guide for managing patients with stage I NSCLC: de- Oncol. 2017;35:1891-7.
ciding between lobectomy, segmentectomy, wedge, SBRT and abla- 37. Widmark A, Gunnlaugsson A, Beckman L, Thellenberg-Karlsson C,
tion-part 1: a guide to decision-making. J Thorac Dis. 2022;14:2340-56. Hoyer M, Lagerlund M, et al. Ultra-hypofractionated versus conventionally
15. Temming S, Kocher M, Stoelben E, Hagmeyer L, Chang DH, Frank K, et al. fractionated radiotherapy for prostate cancer: 5-year outcomes of the HYPO-
Risk-adapted robotic stereotactic body radiation therapy for inoperable RT-PC randomised, non-inferiority, phase 3 trial. Lancet. 2019;394:385-95.
early-stage non-small-cell lung cancer. Strahlenther Onkol. 2018;194:91-7. 38. Gómez-Aparicio MA, Valero J, Caballero B, García R,
16. Sun B, Brooks ED, Komaki RU, Liao Z, Jeter MD, McAleer MF, et al. Hernando-Requejo O, Montero Á, et al. Extreme hypofractionation with
7-year follow-up after stereo-tactic ablative radiotherapy for patients with SBRT in localized prostate cancer. Curr Oncol. 2021;28:2933-49.
stage I non–small cell lung cancer: results of a phase 2 clinical trial. 39. Jackson WC, Dess RT, Litzenberg DW, Li P, Schipper M, Rosenthal SA,
Cancer. 2017;123:3031-9. et al. A multi-institutional phase 2 trial of prostate stereotactic body radiation
17. Chang JY, Mehran RJ, Feng L, Verma V, Liao Z, Welsh JW, et al. Stereo- therapy (SBRT) using continuous real-time evaluation of prostate motion
tactic ablative radiotherapy for operable stage I non-small-cell lung cancer with patient- reported quality of life. Pract Radiat Oncol. 2018;8:40-7.
(revised STARS): long-term results of a single-arm, prospective trial with 40. Boyer MJ, Papagikos MA, Kiteley R, Vujaskovic Z, Wu J, Lee WR. To-
prespecified comparison to surgery. Lancet Oncol. 2021;22:1448-57. xicity and quality of life report of a phase II study of stereotactic body
18. Palma DA, Olson RA, Harrow S, Gaede S, Louie AV, Haasbeek C, et al. radiotherapy (SBRT) for low and intermediate risk prostate cancer. Ra-
Stereotactic Ablative Radiation Therapy for the Comprehensive Treat- diat Oncol. 2017;12:14.
ment of Oligometastatic Tumors (SABR-COMET): results of a randomi- 41. Alayed Y, Cheung P, Pang G, Mamedov A, D’Alimonte L, Deabreu A,
zed trial. Int J Radiat Oncol. 2018;102:S3-4. et al. Dose escalation for prostate stereotactic ablative radiotherapy
19. Van Oirschot M, Bergman A, Verbakel WFAR, Ward L, Gagne I, (SABR): late outcomes from two prospective clinical trials. Radiother
Huang V, et al. Determining planning priorities for SABR for oligome- Oncol. 2018;127:213-8.
tastatic disease: a secondary analysis of the SABR-COMET phase II 42. Fuller DB, Kane BL, Medbery CA, Underhill K, Gray JR, Peddada A,
randomized trial. Int J Radiat Oncol Biol Phys. 2022;114:1016-21. et al. 5-year outcomes from a prospective multi-institutional trial of he-
20. Ashram S, Bahig H, Barry A, Blanchette D, Celinksi A, Chung P, et al. terogeneous dosing stereo-tactic body radiotherapy (SBRT) for low- and
Planning trade-offs for SABR in patients with 4 to 10 metastases: a intermediate-risk prostate cancer. J Clin Oncol. 2017;35:35.
substudy of the SABR-COMET-10 randomized trial. Int J Radiat Oncol 43. Fransson P, Nilsson P, Gunnlaugsson A, Beckman L, Tavelin B,
Biol Phys. 2022;114:1011-5. Norman D, et al. Ultra-hypofractionated versus conventionally fractiona-
21. Harrow S, Palma DA, Olson R, Gaede S, Louie AV, Haasbeek C, et al. ted radiotherapy for prostate cancer (HYPO-RT-PC): patient-reported
Stereotactic radiation for the comprehensive treatment of oligometasta- quality-of-life outcomes of a randomised, controlled, non-inferiority, pha-
ses (SABR-COMET): extended long-term outcomes. Int J Radiat Oncol se 3 trial. Lancet Oncol. 2021;22:235-45.
Biol Phys. 2022;114:611-6. 44. Musunuru HB, D’Alimonte L, Davidson M, Ho L, Cheung P, Vesprini D, et al.
22. Wang L, Ke Q, Huang Q, Shao L, Chen J, Wu J. Stereotactic body radio- Phase I/II study of stereotactic ablative radiotherapy including regional lymph
therapy versus radiofrequency ablation for hepatocellular carcinoma: a node irradiation in patients with high-risk prostate cancer (SATURN): early
systematic review and meta-analysis. Int J Hyperthermia. 2020;37:1313-21. toxicity and quality of life. Int J Radiat Oncol Biol Phys. 2018;102:1438-47.
23. Lee J, Shin IS, Yoon WS, Koom WS, Rim CH. Comparisons between 45. Meier RM, Bloch DA, Cotrutz C, Beckman AC, Henning GT,
radiofrequency ablation and stereotactic body radiotherapy for liver ma- Woodhouse SA, et al. Multicenter trial of stereotactic body radiation
lignancies: meta-analyses and a systematic review. Radiother Oncol. therapy for low- and intermediate-risk prostate cancer: survival and toxi-
2020;145:63-70. city endpoints. Int J Radiat Oncol Biol Phys. 2018;102:296-303.
24. Rim CH, Kim HJ, Seong J. Clinical feasibility and efficacy of stereotactic 46. Foerster R, Zwahlen DR, Buchali A, Tang H, Schroeder C, Windisch P,
body radiotherapy for hepatocellular carcinoma: a systematic review and et al. Stereotactic body radiotherapy for high-risk prostate cancer: a
meta-analysis of observational studies. Radiother Oncol. 2019;131:135- systematic review. Cancers (Basel). 2021;134:759.
144. 47. Jackson WC, Silva J, Hartman HE, Dess RT, Kishan AU, Beeler WH,
25. Rives M, Izar F, Parent L, Modesto A, Portier G, Sylvain K. Dose to et al. Stereotactic body radiation therapy for localized prostate cancer:
organ at risk and dose prescription in liver SBRT. Rep Pract Oncol Ra- a systematic review and meta-analysis of over 6,000 patients treated on
diother. 2017;22:96-102. prospective studies. Int J Radiat Oncol Biol Phys. 2019;104:778-89.
26. Osborn VW, Lee A, Yamada Y. Stereotactic body radiation therapy for spinal 48. Isfahanian N, Lukka H, Dayes I, Quan K, Schnarr KL, Douvi G, et al.
malignancies. Technol Cancer Res Treat. 2018;17:1533033818802304. A randomized phase ii trial of prostate boost irradiation with stereotactic
27. Moussazadeh N, Lis E, Katsoulakis E, Kahn S, Svoboda M, body radiotherapy (SBRT) or conventional fractionation (CF) external
DiStefano NM, et al. Five-year outcomes of high-dose single-fraction beam radiotherapy (EBRT) in locally advanced prostate cancer: the PBS
spinal stereotactic radiosurgery. Int J Radiat Oncol Biol Phys. 2015; trial (NCT03380806). Clin Genitourin Cancer. 2020;18:e410-5.
93:361-7. 49. Szturz P, Vermorken, J. Oligometastatic cancer: key concepts and re-
28. Zeng KL, Myrehaug S, Soliman H, Husain ZA, Tseng CL, Detsky J, et al. search opportunities for 2021 and beyond. Cancers (Basel). 2021;13:2518.
Mature local control and reirradiation rates comparing spine stereotactic 50. Guckenberger M, Lievens Y, Bouma AB, Collette L, Dekker A,
body radiotherapy to conventional palliative external beam radiation the- de Souza NM, et al. Characterisation and classification of oligometas-
rapy. Int J Radiat Oncol Biol Phys. 2022;114:293-300. tatic disease: a European Society for Radiotherapy and Oncology and
29. Laufer I, Rubin DG, Lis E, Cox BW, Stubblefield MD, Yamada Y, et al. European Organization for Research and Treatment of Cancer consen-
The NOMS framework: approach to the treatment of spinal metastatic sus recommendation. Lancet Oncol. 2020;21:e18-28.
tumors. Oncologist. 2013;18:744-51. 51. Li GJ, Arifin AJ, Al-Shafa F, Cheung P, Rodrigues GB, Palma DA, et al.
30. De la Pinta C. SBRT in non-spine bone metastases: a literature review. A review of ongoing trials of stereotactic ablative radiotherapy for oligo-
Med Oncol. 2020;37:119. metastatic disease in the context of new consensus definitions. Ann
31. Palma DA, Olson R, Harrow S, Gaede S, Louie AV, Haasbeek C, et al. Palliat Med. 2021;10:6045-51.
Stereotactic ablative radiotherapy versus standard of care palliative treat- 52. Morris Z, Dohopolski M, Rahimi A, Timmerman R. Future directions in
ment in patients with oligometastatic cancers (SABR-COMET): a rando- the use of SAbR for the treatment of oligometastatic cancers. Semin
mized, phase 2, open-label trial. Lancet. 2019;393:2051-8. Radiat Oncol. 2021;31:253-62.
275
Gaceta Médica de México
COMUNICACIÓN BREVE
El informe Belmont de 1979 enuncia los “principios científico, el desarrollo de conocimientos y técnicas y
éticos y pautas para la protección de los seres huma- la búsqueda de mejores prácticas, la búsqueda de
nos en la investigación” fundamentados en el respeto reconocimiento y las promociones académicas se
a las personas, la justicia y la beneficencia, recono- convierten en estímulo para el establecimiento de
ciendo la autonomía del ser humano. malas prácticas que deterioran la producción acadé-
Desde la década de 1970, con la introducción de mico-científica.4 En una carta al editor, Silva plantea
las regulaciones de la Food and Drug Administration la existencia de prácticas que propenden por la obten-
en la divulgación del conocimiento y el nacimiento de ción de múltiples artículos académicos a partir de un
la Biblioteca Médica Nacional, millones de publicacio- mismo trabajo, fraccionando la información en dife-
nes en salud se llevan a cabo cada año.1 La velocidad rentes productos para acceder a estímulos académi-
de la vida contemporánea ha favorecido la abruma- cos, lo cual puede atentar contra la calidad de
dora producción de publicaciones, que superan la la información y del sustento de las conclusiones
cifra del millón por año;2 sin embargo, cabe aclarar presentadas.5
que la calidad, la veracidad y el cumplimiento de las En 2010, se conoció que publicaciones relaciona-
normas de propiedad intelectual e integridad de la das con el fármaco roziglitasone, usado para el con-
información pueden distar de lo esperado para una trol de la diabetes, habían ocultado datos asociados
producción cuyo objetivo principal es generar conoci- a complicaciones como el aumento de la incidencia
miento que impacte en la vida de otros seres vivos, de infarto de miocardio en los pacientes que lo reci-
humanos y no humanos. bieron. Al revisar el contenido, se encontró que más
A causa de la identificación de malas prácticas en de 50 % de los autores de trabajos que recomenda-
la producción científica, los comités de ética surgen ban el uso del fármaco tenía algún conflicto de interés,
como una estrategia protectora y necesaria que vela el cual era de carácter económico en casi la mitad de
por el cumplimiento de los principios básicos de jus- ellos.6
ticia, autonomía, beneficencia y no maleficencia.3 En Los conflictos de interés deben ser expuestos de
una revisión de 132 retractaciones en publicaciones manera transparente, en especial para que el autor
científicas se encontró que las principales causas evidencie de manera voluntaria situaciones que pue-
fueron la falsificación y la fabricación de datos (23 %), dan influir en su criterio o juicio. Según Camí, citado
la copia de gráficos (22 %), el error en los datos o por Pinto Pardo, el término se define de la siguiente
procedimientos (20 %) y el plagio (11 %).4 forma:7
Aceptando que la divulgación de los resultados de Aquella situación en la que el juicio de un profesional con-
la investigación tiene como objetivo el avance cerniente a su interés primario (por ejemplo, la integridad de
276
Lema-Flórez E. Retos éticos en productividad científica
una investigación) está indebidamente influenciado por un útil a la comunidad de interés. Por lo tanto, es indis-
interés secundario (por ejemplo, de carácter económico o pensable que se tomen medidas respecto a su desa-
personal).
rrollo, para que se priorice el avance en el conocimiento
Un conflicto de interés no se traduce en pérdida en por encima del beneficio del investigador.
la credibilidad de los resultados de una investigación,
pero debe ser una razón más para motivar la agudi- Financiamiento
zación sobre la valoración de dichos resultados y las
opiniones, de tal manera que se garantice el respeto Ninguno.
por el interés primario de la investigación.8 Soto
Subiabre precisa la diferencia entre la existencia de Conflicto de intereses
una condición de conflicto de interés como potencial
influencia en el juicio y resultado, así como en la No existe conflicto de intereses.
materialización de este expresado en un hecho; de
tal forma, la condición no representa una transgresión Responsabilidades éticas
moral por sí misma mientras se conserve un rigor
metodológico.8 Protección de personas y animales. Los autores
Las publicaciones en el área de la salud tienen por declaran que para esta investigación no realizaron
objetivo compartir conocimiento a la comunidad cien- experimentos en seres humanos ni en animales.
tífica que promueva la solución de problemas en este Confidencialidad de los datos. Los autores decla-
campo. Los comités editoriales nacen como garantes ran que en este artículo no aparecen datos de
del cumplimiento del rigor científico necesario; sin pacientes.
embargo, las estrategias de las normas para autores Derecho a la privacidad y consentimiento infor-
se han centrado en el rigor metodológico más que en mado. Los autores declaran que en este artículo no
el impacto del conocimiento generado. Lo anterior, aparecen datos de pacientes.
sumado a los estímulos y la búsqueda de reconoci-
miento generado por el número de publicaciones, ha Bibliografía
favorecido situaciones como la duplicación o frag- 1. Bastian H, Glasziou P, Chalmers I. Seventy-five trials and eleven syste-
mentación de información, el plagio y la producción matic reviews a day: how will we ever keep up? PLoS Med.
2010;7:e1000326.
de contenidos que no generan impacto en la 2. Bannura C G. Ethics in medical publications. Rev Cir. 2019;71:199-200.
3. National Commission for the Protection of Human Subjects of Biomedical
humanidad. and Behavioral Research. The Belmont report. Ethical principles and
El índice H cuantifica la cantidad de citaciones que guidelines for the protection of human subjects of research. J Am Coll
Dent. 2014;81:4-13.
un investigador tiene de sus productos académicos 4. Marco-Cuenca G, Salvador-Oliván JA, Arquero-Avilés R. Ética en la
registrados en las bases de datos más importantes publicación científica biomédica. Revisión de las publicaciones retracta-
das en España. EPI. 2019;28:1-14.
del mundo; sin embargo, no es tomado en cuenta 5. Silva Fuente-Alba S. Ética de las publicaciones – Una realidad latente
dentro. Rev Chil Radiol. 2011;17:2011.
para reconocimientos y estímulos de manera univer- 6. Restrepo-Arango P. Conflicto de intereses en investigación. Rev P+L.
sal.9 Es indispensable incorporar acciones que pro- 2014;11:231.
7. Pinto-Pardo N. Conflicto de interés en investigación biomédica. Pers
pendan por ajustar el juicio ético en términos de Bioet. 2014;18:158-69.
8. Soto-Subiabre M. Declaración de conflictos de intereses: contribución a
buscar principalmente el impacto en la ciencia. la mejoría en la calidad ética de las publicaciones. Rev Med Chil.
La producción de literatura científica es una actividad 2016;144:1067-72.
9. Díaz G. El índice H: una forma objetiva de evaluar la producción cientí-
cuyo objetivo debe ser la transferencia de conocimiento fica de un investigador. Rev Fac Med Vet Zoot. 2005;61:113-4.
277
Gaceta Médica de México
CARTA AL EDITOR
Editor, nos gustaría compartir algunas ideas sobre falso positivo.4 Un desafío crucial en este momento
el artículo “Monkeypox: update and guidelines.”1 es el control de calidad.5
Gallegos et al. informaron que los síntomas son simi-
lares a los de la gripe, con fiebre, dolor de cabeza, Financiamiento
dolores musculares, dolor de cintura y fatiga. Sin
embargo, la inflamación de los ganglios linfáticos y Los autores declaran no haber recibido
las erupciones cutáneas visibles en la cara son carac- financiamiento.
terísticas distintivas, que posteriormente pueden
extenderse a otras partes del cuerpo, como se sabe Conflicto de intereses
que ocurre con la viruela.1 Gallegos et al. plantean
que ante la sospecha de la enfermedad, las personas Los autores declaran no tener conflicto de intereses
deben aislarse y comunicarse con el personal de
salud, quien deberá informar adecuadamente a los Responsabilidades éticas
pacientes sobre el diagnóstico y notificar a los orga-
nismos públicos encargados del seguimiento de esta Protección de personas y animales. Los autores
emergencia sanitaria.1 declaran que para esta investigación no se realizaron
Además de las preocupaciones generales indica- experimentos en seres humanos ni en animales.
das anteriormente sobre la viruela del simio, hay otros Confidencialidad de los datos. Los autores declaran
hechos por considerar. Se recomienda investigar que en este escrito no aparecen datos de pacientes.
todas las posibles coinfecciones porque la coexisten- Derecho a la privacidad y consentimiento infor-
cia está claramente descrita. 2 Es fácil pasar por alto mado. Los autores declaran que en este escrito no
enfermedades que pueden manifestarse con una aparecen datos de pacientes.
lesión cutánea similar. Además, el paciente puede
padecer otra enfermedad que se presenta como un Bibliografía
problema dermatológico. Por ejemplo, varias enfer-
1. Gallegos M, Razumovskiy A, Castro-Peçanha V. Monkeypox: update and
medades tropicales pueden causar llagas en la piel guidelines. Gac Med Mex. 2022;158(6):341-2.
en los países tropicales. Otra presentación atípica 2. Mungmunpuntipantip R, Wiwanitkit V. Monkeypox in HIV infected cases:
a summary on clinical presentation of 27 cases. Infect Chemother.
poco común de la viruela del simio podría ser la pri- 2022;54(3):549-50.
3. Joob B, Wiwanitkit V. Monkeypox: revisit of the old threat and emerging
mera manifestación clínica, la cual tendría el potencial imported cases. Med J DY Patil Vidyapeeth 2022;15:457-9.
de enmascarar la apariencia dermatológica.3 Este es 4. Kuehn BM. Identifying false-positive monkeypox results. JAMA.
2022;328(14):1390.
un punto importante que no puede ser ignorado. 5. Niedrig M, Meyer H, Panning M, Drosten C. Follow-up on diagnostic
Finalmente, debemos reconocer que cualquier caso proficiency of laboratories equipped to perform orthopoxvirus detection
and quantification by PCR: the second international external quality as-
de viruela del simio puede resultar en un diagnóstico surance study. J Clin Microbiol. 2006;44(4):1283-7.
278
Gaceta Médica de México
CARTA AL EDITOR
Con mucho interés hemos leído la investigación de con el fin de determinar el efecto del empleo de
Martínez Rodríguez et al.,1 en la cual se evalúa la vitamina D en pacientes con COVID-19. Para
utilidad de la vitamina D como predictor de mortalidad ello realizaron una búsqueda exhaustiva en Pub-
en personas con COVID-19. Por ello, la presente Med, Cochrane Library y ClinicalTrials.gov.
comunicación tiene como finalidad mostrar la influen- Recolectaron un total de 551 pacientes infecta-
cia positiva que ejercen las vitaminas C y D en el dos por SARS-CoV-2. Respecto a los resultados,
tratamiento de COVID-19: obtuvieron los siguientes: los ensayos controla-
– Vitamina C: Nazanin Majidi et al. realizaron un dos aleatorios mostraron un uso beneficioso de
estudio de casos y controles en pacientes críticos la vitamina D, con un riesgo relativo fue de 0.60
hospitalizados infectados con COVID-19. Los y un índice de confiabilidad de 95 %. Asimismo,
pacientes fueron divididos en dos grupos: un grupo las tasas de positividad en pruebas de RT-PCR
de intervención compuesto por 31 pacientes, los disminuyeron notablemente en el grupo de inter-
cuales recibieron 500 mg/día de vitamina C durante vención en comparación con los otros grupos
14 días; y un grupo de control compuesto por 69 que no recibieron vitamina D. Al final el estudio,
pacientes, quienes no recibieron suplementos de los autores concluyeron que los suplementos
vitamina C. Después de dos semanas se evaluó a con vitamina D conllevan a una menor tasa de
los pacientes mediante parámetros patológicos y ingreso en la unidad de cuidados intensivos,
bioquímicos. Respecto a los resultados, el nivel de positividad en la prueba RT-PCR y mortalidad en
potasio disminuyó marcadamente en los pacientes pacientes con COVID-19.3
con vitamina C en comparación con los sujetos del En conclusión, las vitaminas C y D influyen positi-
grupo de control. Finalmente, se concluyó que la vamente en el tratamiento de pacientes con COVID-19.
vitamina C, también llamada ácido ascórbico, Por una parte, los suplementos con vitamina C influ-
mejora la supervivencia de los pacientes en estado yen en la supervivencia de los pacientes críticos e
crítico debido a COVID-19.2 infectados por SARS-CoV-2; por otra, la vitamina D
– Vitamina D: Seshadri Reddy et al. llevaron a reduce las tasas de ingreso en la unidad de cuidados
cabo un metaanálisis de ensayos controlados intensivos y la mortalidad.
279
Gaceta Médica de México. 2023;159
280