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Cesar Emill Sanchez 1-12-2616.

Perfil personal, psicológico y familiar del adicto a sustancias adictivas.

La aparición de las drogodependencias en nuestro país ha exigido a los profesionales de


los diversos ámbitos (Justicia, Servicios Sociales, Educación y Sanidad) adaptarse a las
nuevas realidades que iban apareciendo.

En un principio el abordaje de las Drogodependencias se realizaba a base de pruebas de


ensayo acierto-error y la formación de los profesionales iba en la mayoría de las
ocasiones por detrás de esa praxis.

En un primer momento la formación estaba estructurada en base a las sustancias, a las


características de los usuarios, o en relación a los ambientes donde se producía, y así
siempre con aires negativistas y culpabiliza dores.

Posteriormente se vio necesario compartir las experiencias con otros profesionales; fruto
de sus experiencias aisladas que se compartían daba lugar a una reflexión conjunta más
elaborada que iba creando un corpus teórico sobre la intervención del psicólogo en el
ámbito de las drogodependencias y sirviendo de modelo para aquellos profesionales que
se iban incorporando a dicho ámbito de intervención.

Así, la intervención en drogodependencias ha ido constituyéndose en base a prácticas


aisladas que se compartían con otros compañeros y tomaban la entidad de "programas"
que al institucionalizarse permitían trabajar de manera eficaz.

El proceso de creación de dicho corpus teórico es fruto pues del intercambio de nuestro
quehacer diario con el de otros compañeros. Fruto de esa reflexión conjunta, de esa
teorización sobre la práctica que profesionales de distintos lugares y con distintos
enfoques realizaban en los encuentros para charlar sobre la profesión.

Varias conclusiones resaltan a la hora de teorizar sobre la práctica profesional:

1. Necesidad de trabajo en equipo multidisciplinar.

2. Necesidad de trabajo por programas sobre problemas concretos.

3. Trabajar sobre las relaciones que se establecen entre técnicos, comunidad y


políticos que a veces incapacitan la propia intervención.

4. Resolver las limitaciones que imponen la inestabilidad de los programas por


problemas presupuestarios y los cambios institucionales que obligan a cambiar
las directrices de los mismos.

Las conductas adictivas tienen causas múltiples que incluyen factores biológicos,
genéticos, psicológicos y sociales.
Rasgos de personalidad que predisponen al uso de la droga son los siguientes:
1. Una actitud pasiva de cara a la vida, y, sobre todo, a la solución de problemas.
2. Bajo nivel de tolerancia a frustración, fracaso o dolor.
3. Angustia de separación, aislamiento y dificultades para la interrelación.
Cesar Emill Sanchez 1-12-2616.

4. Dependencia afectiva.
5. Necesidad de dependencia no satisfecha.
6. Deseo inagotable de amor y de aprobación.
7. Falta de confianza en sí mismo.
8. Timidez e hipersensibilidad.
9. Carencia de control interno.
10. Escaso nivel de aspiraciones y relaciones personales.
Factores que inciden en la adicción
Aunque existan adictos que hayan recurrido a las drogas como consecuencia de una
personalidad desestructurada, no todo consumidor tiene una personalidad con
problemas
Además del perfil psicológico, la adicción entra en juego el perfil social y el contexto en
que vive y se desenvuelve el adicto.
En el plano social la dependencia viene determinada por la interrelación de múltiples
factores que tienen que ver con la personalidad del individuo y con su entorno más
próximo (familia, escuela, grupo de amigos).
Familia
En cuanto al entorno familiar, señala la importancia de las relaciones afectivas que se
dan en la familia para el equilibrio emocional de sus miembros. En ese núcleo se
produce también el proceso de socialización básica.
Ambos aspectos relaciones afectivas y socialización básica son esenciales para la
configuración de la personalidad y la conducta de niños, niñas y jóvenes.
“En las familias inestables o con cierto grado de conflictividad se dan en mayor
proporción que las demás los comportamientos divergentes”, explica el documento.
Cuando la familia no logra crear el clima adecuado de seguridad y confianza en la etapa
de necesaria dependencia de la niñez, la droga puede llegar a sustituir lo que no se dio o
fue inadecuado, y la función sería la misma: brindar seguridad y confianza.
Otras veces a través de mensajes verbales y no verbales la familia se encarga de mostrar
al niño una serie de actitudes adictivas que tienen que ver con el uso de sustancias, por
ejemplo, tabaco, medicamentos o alcohol.
Con estas conductas la familia envía un mensaje sobre la forma de hacer frente a las
dificultades de la vida. Y ese mensaje, unido a otras condiciones, puede generar la
adicción futura.
Pero cargar sobre la familia todo el peso de la responsabilidad por el problema de la
adicción no es justo.
Sociedad
Todo comportamiento se produce en un contexto social y cultural que, a menudo, le da
sentido.
Cesar Emill Sanchez 1-12-2616.

Algunas características de la sociedad plantean a los individuos problemas que los


conducen o conectan con el abuso de sustancias. Son ejemplos la falta de perspectivas
educativas, laborales, profesionales y familiares.
Además, afirma el documento, hay que añadir “los fuertes intereses económicos” que
hay detrás de la gran disponibilidad de droga y de la potenciación y mantenimiento de
los hábitos de consumo de los adultos, que estimula la aparición de nuevos
consumidores entre la población infantil y juvenil.
“A esto se añade el hecho de que las drogas ilegales disponen de mecanismos de
coacción social en el seno de la llamada ‘contracultura’”, añade el documento.
Publicaciones, películas y canciones incitan al público, de forma directa o indirecta, al
consumo de las drogas ilegales mediante la apología de sus efectos.
Para los jóvenes, el consumo de drogas puede ser en principio una forma de protesta.
Signos característicos de las adicciones
El perfil del consumidor de drogas ha cambiado y hoy se asemeja más a la media de la
población. La figura del “heroinómano” conflictivo y demacrado -dice- ha dado paso a
la del adulto o joven trabajador que estudia y, en principio, no presenta problemas de
sociabilidad, explica un documento.
Este usuario de drogas toma pastillas o cocaína los fines de semana sólo para divertirse
y puede no sufrir a corto plazo consecuencias médicas visibles, aunque está expuesto a
problemas como fracaso escolar, violencia y dificultades para la inserción laboral o la
socialización.

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