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Alteraciones Del Ciclo
Alteraciones Del Ciclo
La mujer, durante la época de madurez sexual, tiene pérdidas sanguíneas a intervalos regulares
que se denominan menstruación. Podemos definir como menstruación a la hemorragia cíclica que
se produce en la mujer en época de madurez sexual, acompañada de la eliminación de la capa
funcional del endometrio, como resultado de la disminución del estímulo hormonal sobre el
endometrio. Es un proceso dinámico que expresa la actividad del eje hipotalámico-hipófiso-
ovárico con fluctuaciones en los niveles de gonadotrofinas y esteroides sexuales que provocan
diferentes estados de involución y reparación endometrial.
El lapso entre dos menstruaciones es por lo común de 28 días, contados entre el primer día de una
de ellas y el comienzo de la siguiente. La duración de la hemorragia es de 3 a 5 días y se pierden
entre 50 y 120 ml de sangre incoagulable. El volumen total sería no > de 80 ml, con una media de
promedio de 30 ml por ciclo, equivaldría al cambio de 3-6 toallitas o tampones diarios
Se aceptan como normales los ciclos que se cumplen entre los 21 y 35 días y las reglas cuando
abarcan de 2 a 7 días.
La mujer normal que menstrúa cada 28 días habitualmente ovula el día 14 del ciclo, de modo que
las dos fases (folicular y luteínica) son prácticamente iguales.
Los trastornos del ciclo menstrual son un motivo de consulta frecuente en la adolescencia. Cuando
la paciente no ha cumplido sus 3 años de edad ginecológica podría este síntoma ser solo expresión
de un estado madurativo transitorio puberal, pero también podría deberse a otras causas ya
instaladas.
CAUSAS:
ABORDAJE:
Anamnesis:
Examen físico:
Se debe evaluar:
Talla, peso, índice de masa corporal (IMC) y cintura. Tensión arterial, frecuencia cardíaca y
conjuntivas.
Piel: Acantosis Nigricans, signos de hiperandrogenismo (acné, hirsutismo, virilización,
alopecia); petequias, hematomas.
Distribución grasa.
Palpación de glándula tiroides.
Estadio de Tanner.
Examen mamario, derrame por pezón.
Semiología abdominal.
Vicios posturales y características de la columna vertebral.
Examen ginecológico: Siempre evaluar si es necesario en la primera consulta o puede
diferirse para mejor aceptación de la adolescente. La evaluación dependerá de si la misma
ha iniciado o no relaciones sexuales, sino con la ecografía ginecológica podremos tener
información certera sobre sus genitales internos.
Métodos complementarios:
Los estudios por solicitar dependerán del trastorno que presenta la paciente y la impresión
diagnostica inicial. Se valorará la solicitud de los siguientes estudios:
Rutina de laboratorio.
Test de embarazo o ß HCG.
Coagulograma.
Ecografía ginecológica.
Estudios hormonales: TSH, T4, ATPO, LH, FSH, PRL, andrógenos e insulinemia, recordar
realizar los dosajes hormonales según criterios analíticos y post prueba de progesterona si
fuera necesario.
TAC de cerebro o RMN, fondo de ojo, campo y agudeza visual, en el caso de sospechar
tumor.
CONDUCTA:
Tener en cuenta que hasta el quinto año de edad ginecológica puede corregirse en forma
espontánea la inmadurez del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal.
Evaluar si es un síntoma único o frecuente. Si es aislado o progresivo. Solo o con síntomas
acompañantes. De acuerdo a estos datos comenzamos el estudio.
Sangrado uterino anormal (SUA) o Hemorragia uterina disfuncional (HUD):
TRATAMIENTO:
Ante el SUA:
La finalidad es:
Cohibir la hemorragia - Evitar las recidivas - Mejorar el estado general - Restituir el ciclo.
Otras opciones:
FRECUENCIA:
Se estima que se presenta en el 30% al 50% de las mujeres en etapa de madurez sexual. El 10%
presenta incapacidad temporal.
ETIOLOGÍA:
Factores psicológico-endocrinos.
Factores gonadales: la dismenorrea primaria funcional solo se presenta en los ciclos
ovulatorios.
Actividad elevada de las prostaglandinas.
CLÍNICA:
Cambios de conducta.
Cefaleas, lipotimias.
Náuseas y vómitos.
Fatiga.
Diarrea, lumbalgia.
Malestar general.
Retención hídrica.
Localización del dolor sobre abdomen inferior con irradiación a región lumbar.
Duración variable del dolor. Puede desaparecer en horas o permanecer durante toda la
menstruación.
Propagación del dolor a miembros inferiores.
Dolores espasmódicos, de tipo cólico expulsivo, con crisis de mayor intensidad.
Alteraciones vasomotoras.
ETIOPATOGENIA:
Endometriosis.
DIU.
Anomalías de posición del útero: retroversoflexión fija y laterodesviación fija.
Estenosis cervicales.
Sinequias.
Alteraciones dishormonales.
EPI.
Anomalías del desarrollo.
Anomalías psicosomáticas.
DIAGNÓSTICO:
Interrogatorio:
Examen ginecológico:
Estudios complementarios:
TRATAMIENTO:
Dismenorrea funcional:
Anticonceptivos orales (etinilestradiol 0,020 mg + desogestrel 0,150 mg, días 5-25 del
ciclo).
Inhibidores de las prostaglandinas (piroxicam 20 mg cada 12 horas).
Psicoterapia.
AMENORREA
Constituyen un síntoma, no una enfermedad, y están determinadas por una gran variedad de
causas. La ausencia de la menstruación constituye la amenorrea.
Causas hipotalámicas.
Causas hipofisarias.
Causas ováricas.
Causas uterinas.
Causas adrenales y tiroideas.
AMENORREA PRIMARIA:
Alteración gonadal: son responsables del 60% de los casos de amenorrea primaria y se deben a
fallas en la diferenciación embriológica de la función fisiológica durante la vida temprana, fetal o
neonatal.
Deficiencia de la 17ª-hidroxilasa.
Disgenesia gonadal. Síndrome de Turner.
Síndrome de feminización testicular.
FSH elevada.
Cuello alado (en esfinge).
Altura menor de 1,55 m.
Malformaciones cardiovasculares. Coartación aórtica.
Mamas hipoplásicas.
Alteraciones cutáneas (nevos pigmentarios).
Anomalías óseas: cúbito valgo, cuarto metacarpiano corto, etc.
Alteraciones intestinales.
Cromatina sexual negativa. Ausencia de cromosoma X.
Genitales externos e internos hipoplásicos.
Agenesia renoureteral.
Ovarios que no desarrollan.
Amenorrea primaria.
Infantilismo sexual.
Síndrome de feminización testicular:
Cariotipo 46XY.
Hábito femenino.
Vello axilar escaso.
Mamas grandes.
Vellos pubiano escaso.
Ausencia de útero, trompas y ovarios.
Presencia de testículos, en la pelvis o en hernias inguinales.
Vagina en fondo de saco ciego.
AMENORREA SECUNDARIA:
Se definen como la ausencia de menstruación en mujeres que previamente tenían función
menstrual normal.
Causas hipotalámicas:
Existe una falla en la secreción de GnRH, lo que provoca una LH no pulsátil y una liberación
anormal de FSH. La disfunción hipotalámica se caracteriza por niveles de estrógenos bajos,
insuficientes para provocar una adecuada proliferación endometrial, necesaria para una
hemorragia por privación espontánea o inducida con progesterona.
Pérdida de peso simple (15% al 20% del peso ideal): las gonadotrofinas y estrógenos son
normales o bajos, según el grado de adelgazamiento. Un contenido de grasa del 17% del
peso total es necesario para iniciar, pero un 22% es requerido para mantener los ciclos
menstruales.
Anorexia nerviosa: Ocasionado por una alteración hipotalámica múltiple. Hay descenso de
gonadotrofinas y estrógenos. La mejoría de este cuadro incluye aspectos psiquiátricos
asociados al aumento de peso. La ovulación puede ser inducida por la hMG.
Por fallas del hipotálamo y del sistema nervioso central:
Disfunción hipotálamo-ovárico-adrenal:
Causas hipofisarias:
Procesos destructivos:
Tumores pituitarios:
La amenorrea puede ser el primer síntoma de una paciente con un blastoma hipofisario,
con alteraciones de la FSH, LH, PRL, ACTH, TSH y hormona del crecimiento.
Causas ováricas:
Es una amenorrea hipergonadotrófica con estrógenos bajos que se presenta antes de los
40 años. En su etiología intervienen factores de autoinmunidad, causas tóxicas, físicas o
anomalías cromosómicas.
Síndrome de Asherman:
Causas adrenales:
Causas tiroideas:
DIAGNOSTICO:
La historia clínica es de valor para averiguar sobre ingestión de fármacos, incluidos los
anticonceptivos orales, estrés psíquico, cambios acentuados en el peso corporal y relación de la
aparición y desarrollo de la amenorrea con problemas. El examen físico muestra apariencia normal
o pacientes con baja estatura, cuello alado o signos de infantilismo sexual o hirsutismo. El
laboratorio, mediante RIA, confirma los valores plasmáticos de las hormonas hipofisarias y
gonadales o adrenales.
Prueba de progesterona: se administra progesterona oleosa, 100 a 200 mg intramuscular, o
medroxiprogesterona, 10 mg diarios por vía oral durante 5 días. Si los niveles de estrógenos son
adecuados y está descartada la gestación, dentro de los 5 a 8 días se presenta una hemorragia por
privación.
Prueba de estrógenos: se indica benzoato de estradiol, 5 mg intramuscular día por medio hasta
completar 25 mg, o etinilestradiol por vía oral, en dosis total de 1,5 a 2 mg.
Se define como metrorragia a toda pérdida sanguínea que se origina en el aparato genital,
exceptuándose la menstruación.
FRECUENCIA:
En la adolescencia, se observan con más frecuencia las metrorragias funcionales. Durante la etapa
reproductiva, las relacionadas con el embarazo o neoplasias benignas o malignas. Hacia la
posmenopausia, las provocadas por causas iatrogénicas o debidas a patología tumoral maligna.
CAUSAS:
Disfuncionales:
Son debidas a alteraciones endocrinas del ciclo, no existe lesión orgánica responsable. Las
hemorragias uterinas disfuncionales que se producen tras la menarquia son debidas a ciclos
anovulatorios.
Orgánicas:
TRATAMIENTO:
Leve.
Moderado.
Severo o intenso.
PRURITO PRIMITIVO:
PRURITO SECUNDARIO:
Causas genitales:
Causas extragenitales:
DIAGNÓSTICO:
A. Historia clínica:
Edad de la paciente.
Localización exacta del prurito en el área genital.
Relación con el ciclo sexual, las relaciones sexuales, medicamentos, estado
neurovegetativo, y su momento de aparición.
Presencia de flujo sus características.
Variaciones de intensidad y asociación con otros síntomas.
Tratamientos anteriores y sus resultados.
B. Examen físico.
C. Examen ginecológico, en especial inspección vulvoperineal y del monte de Venus.
D. Si hay cambios epiteliales sospechosos, efectuar biopsia.
TRATAMIENTO:
Tratamiento etiológico:
Tratamiento sintomático:
HIPERANDROGENISMO
El exceso de hormonas androgénicas en la mujer suele expresarse clínicamente por hirsutismo y/o
acné. Ocasiona un problema estético, y por lo general se acompaña de un cuadro anovulatorio con
su consecuente trastorno reproductivo.
Los procesos que conducen a un efecto androgénico aumentado incluyen la mayor producción de
andrógenos por el ovario o la suprarrenal, la disminución de DHBG que lleva a un incremento de la
testosterona libre circulante o una mayor sensibilidad del folículo piloso por hiperactividad de la
enzima 5-alfa-reductasa.
HIRSUTISMO:
Bigote.
Barba.
Patillas.
Mentón.
Pecho.
Aréolas.
Antebrazo.
Pubis.
Muslos.
Piernas.
Etiología:
En la mujer normal la producción diaria de testosterona oscila alrededor de 250 µm, con algunas
variaciones durante el ciclo menstrual. La testosterona es producida directamente por los ovarios
y las suprarrenales y por el mecanismo de conversión periférica de prehormonas.
Formas androgenodependientes:
Hirsutismo idiopático.
De origen genético.
Hirsutismo fisiológico.
De origen endócrino.
Porfiria.
Lesiones del sistema nervioso central.
Por drogas.
Clínica:
Modificaciones de la voz.
Fecha de aparición del hirsutismo: su comienzo antes de la pubertad orienta a cuadros de
hiperplasia adrenal congénita, síndrome de Cushing, o tumores ováricos.
Rapidez de aparición de los síntomas: si los signos aumentan rápidamente y se asocian con
alteraciones menstruales e hipertrofia del clítoris se debe excluir la presencia de tumor.
Aumento de la masa muscular.
Acné.
Producción de testosterona: los tumores segregan cantidades excesivas de T asociadas a
rápido aumento del vello. En presencia de hiperplasia ovárica o adrenal, la producción de
T es menor.
Hipertrofia del clítoris.
Alteraciones del ciclo menstrual. Amenorrea.
Ciclos menstruales: si el ritmo menstrual se mantiene con un crecimiento piloso
aumentado, la causa puede ser una hiperplasia adrenal leve o un cuadro menor de SOP.
Diagnóstico:
Laboratorio:
Ecografía:
TAC/RM:
Tratamiento:
Procedimientos cosméticos:
Electrólisis.
Depilatorios químicos.
Rasurado.
Depilación mecánica.
Decoloración.
Cera caliente.
SÍNDROME DE OVARIOS POLIQUÍSTICOS
CLÍNICA:
FISIOPATOLOGÍA:
Componente genético: varios factores dificultan la investigación de la base genética del SOP. Estos
incluyen los múltiples criterios diagnósticos, la heterogeneidad en la presentación clínica y el
hecho de que el SOP solo se puede diagnosticar en mujeres en edad reproductiva.
Hasta el momento, de los varios genes estudiados se destacan: gen del receptor de hormona
luteinizante (LH), de la hormona foliculoestimulante (FSH), del receptor de insulina, de andrógenos
y de la globulina transportadora de esteroides sexuales (GLAE), entre otros.
Ambiente intrauterino y sus implicaciones en el SOP: tanto el retraso de crecimiento intrauterino
como la exposición fetal a andrógenos han sido relacionados con la etiopatogenia del SOP. Los
niños pequeños para la edad gestacional tienen mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico
en la vida adulta y se ha sugerido, además, una relación entre el bajo peso al nacer y el desarrollo
posterior de SOP. Los hijos/as de madres con SOP constituyen un grupo de alto riesgo para
desarrollar alteraciones metabólicas y reproductivas a lo largo de la vida.
Componente metabólico: el SOP está ligado a insulinorresistencia (IR) per se y es mayor aún en
pacientes con sobrepeso u obesidad. La insulina actúa sinérgicamente con LH a nivel de las células
de la teca favoreciendo la producción androgénica y, por otro lado, inhibe la síntesis de GLAE a
nivel hepático aumentando la proporción de T libre, biológicamente activa. El HA resultante
favorece y perpetúa la inhibición de la globulina transportadora.
DIAGNÓSTICO:
Diagnóstico bioquímico:
Diagnóstico histológico:
Las gónadas presentan aumento de espesor y fibrosis de la cápsula, con la mayoría de los folículos
yendo a la atresia. Hay ausencia de cuerpos lúteos. El aspecto del ovario y el aumento del número
de folículos en variados estados de desarrollo y atresia sugieren la presencia de un órgano bajo
estimulación crónica. La hiperplasia de células tecales se asocia con la detección del desarrollo
folicular y la disminución de la producción E2.
Diagnóstico ecográfico:
El ultrasonido muestra a los ovarios aumentados de volumen, con múltiples quistes pequeños. Son
característicos la disposición en círculos y el aumento del tejido de la estroma central ecogénica.
Diagnóstico diferencial:
Síndrome de Cushing.
Hiperplasia adrenal congénita.
Alteraciones tiroideas.
Tumores ováricos androgénicos.
Tumores adrenales androgénicos.
TRATAMIENTO:
A los fines prácticos el tratamiento del SOP lo podemos diferenciar según la mujer desee o no
embarazo.
Hirsutismo:
Las medidas cosméticas (depilación mecánica, fotodepilación láser y luz pulsada, afeitado, teñido)
podrían ser suficientes en hirsutismo leve. En las formas moderadas/graves (FG > 15) suelen ser
una buena herramienta adyuvante. Los anticonceptivos orales combinados (ACO) son el
tratamiento de elección del hirsutismo, pero en caso de contraindicación o falta de respuesta
luego de 6-12 meses se sugeriría agregar un antiandrógeno.
El más utilizado es la espironolactona: se suele comenzar con dosis bajas (25 mg) hasta
llegar a los 100 mg/día (en 2 tomas). Como efecto adicional es antihipertensivo y, debido a
que puede producir hiperpotasemia, se sugiere controlar el potasio sérico, especialmente
en pacientes medicadas con drospirenona, por su efecto antimineralocorticoideo. La
espironolactona suele producir irregularidades menstruales que pueden llevar al
abandono del tratamiento, pero que podrían evitarse con la combinación de un ACO.
Otros antiandrógenos usados menos frecuentemente son el finasteride en una dosis de 5
mg/día o la flutamida. Este último de uso muy limitado por el riesgo de hepatotoxicidad,
efecto descripto en general en dosis altas (> 500-750 mg) en personas tratadas por cáncer
de próstata. Por el contrario, en las mujeres con hirsutismo, se indican habitualmente
dosis bajas a ultrabajas (250-62,5 mg por día) para tratar de evitar el daño hepático.
Para el hirsutismo facial se podrá utilizar la eflornitina (clorhidrato) en forma local, aunque
su efecto se pierde con la discontinuación. Es importante destacar que todos los
antiandrógenos son de uso “off label” y están contraindicados en el embarazo por su
probable efecto de feminización del feto masculino, por lo cual se recomienda siempre
utilizarlos asociados a un método de anticoncepción (ACO o, en caso de contraindicación,
progestágenos orales o dispositivos intrauterinos [DIU] con levonorgestrel o sin él).
Finalmente, la modificación del estilo de vida y el tratamiento con metformina, a pesar de
que podrían aumentan la GLAE y disminuir los andrógenos séricos en las mujeres con
sobrepeso/obesidad SOP, tendrían poco impacto en el hirsutismo.
Acné:
Alopecia:
La anovulación crónica que se ve en muchas mujeres con SOP se asocia a un aumento de riesgo de
hiperplasia endometrial y posiblemente cáncer de endometrio. Por tal motivo, ante cualquier tipo
de disfunción menstrual (frecuentemente oligomenorrea o sangrados abundantes y/o
prolongados) es necesario “proteger” al endometrio de una exposición continua a los estrógenos.
Los ACO son el tratamiento de elección, aunque se podrían usar en forma alternativa las terapias
con progestágenos. Estas incluyen algunas sin efecto anticonceptivo (progesterona micronizada
200 mg/día vía oral o vaginal por 10-14 días cada 1 o 2 meses) y otras con presencia de dicho
efecto (desogestrel vía oral en forma continua o DIU con levonorgestrel). El descenso de peso en
mujeres con sobrepeso u obesidad y la metformina pueden regularizar los ciclos menstruales en
mujeres con SOP, aunque no aseguran que sean ovulatorios.
Anticoncepción:
A pesar de que muchas mujeres con SOP son infértiles, hay un porcentaje variable que no lo son y
necesitan cobertura anticonceptiva. Los ACO son el tratamiento de elección ya que se observan
múltiples beneficios en esta población:
a) el componente estrogénico inhibe la secreción de FSH evitando la ovulación y eleva los niveles
de GLAE con caída de los andrógenos libres, b) el componente progestágeno inhibe la secreción de
LH disminuyendo la síntesis de andrógenos ováricos y evitando la ovulación, brinda protección
endometrial y, además, algunos de ellos tienen efecto antiandrogénico.
Los ACO no están libres de efectos adversos, que deben ser tenidos en cuenta al momento de
indicarlos, sobre todo el aumento de riesgo de enfermedad tromboembólica venosa (ETV) más
evidente en pacientes con obesidad, inmovilización, historia de ETV y de mutaciones conocidas
trombogénicas. Con respecto a la enfermedad tromboembólica arterial (IAM y ACV), el riesgo es
bajo en mujeres menores de 35 años no fumadoras, pero debe evitarse en todas las situaciones
que lo aumentan en forma considerable (fumadoras mayores de 35 años, historia de IAM y ACV,
migrañas con aura, hipertensión, etc.). Por último, en relación con el metabolismo de los hidratos
de carbono y lipídico, ningún ACO independientemente de la formulación ha demostrado
empeorar en forma fehaciente el perfil glucémico, pero sí aumentar el colesterol HDL y los
triglicéridos. Incluso a una mujer con SOP con diabetes sin daño microvascular o macrovascular se
le podría indicar ACO sin inconvenientes.
En caso de no poder indicar terapia hormonal combinada, otras opciones serían los progestágenos
solos vía oral o en implantes, teniendo la precaución de que podrían empeorar las manifestaciones
de hiperandrogenismo, y los DIU con levonorgestrel o sin él.
El descenso de peso en las mujeres con SOP con sobrepeso u obesidad es considerado como la
primera línea de tratamiento para aquellas que buscan fertilidad. Está demostrado, según
recientes estudios aleatorizados y controlados, que aumenta la tasa de ovulación, de concepción
espontánea, y disminuye la necesidad de fertilización asistida, pero, por el contrario, no se pudo
demostrar un aumento de la tasa de nacidos vivos comparadas con aquellas mujeres que no
realizaban ningún cambio del estilo de vida (dieta y ejercicio) y se les realizaba directamente
inducción de la ovulación55,56. Por otro lado, en caso de obesidad moderada (IMC > 35), se
sugiere posponer la concepción o realizar una cirugía bariátrica para disminuir el riesgo de
complicaciones. Se desconoce si las medidas higiénico-dietéticas nombradas tiene impacto o
beneficio en aquellas mujeres SOP con peso normal.
En caso de intolerancia a la glucosa podría indicarse tratamiento con metformina con un control
glucémico estricto. Si la paciente está en tratamiento por HTA se debería suspender la medicación
con riesgo teratogénico (inhibidores de enzima convertidora de angiotensina y antagonista de
receptor de angiotensina II) e indicar aquellos que no lo tienen (alfametildopa y betabloqueantes).
Por último, en caso de DLP se deben suspender los fibratos y estatinas. Como en toda población
que busca embarazo, debe recetarse ácido fólico; en el caso de mayor riesgo de malformaciones
como en las mujeres diabéticas y obesas, la dosis sugerida es de 5 mg por día 2 o 3 meses antes de
la concepción.
Inducción de la ovulación:
En una mujer con SOP que no logra embarazo luego de 6-12 meses de relaciones sexuales no
protegidas, a pesar de suponer que la causa es la oligoanovulación, es obligatorio evaluar la
indemnidad del tracto genital a través de una histerosalpingografía (HSG) y descartar factor
masculino mediante la evaluación andrológica.
El objetivo de los fármacos inductores de la ovulación es incrementar los niveles de FSH, para
estimular el desarrollo folicular, en esta población de mujeres que típicamente tienen
concentraciones subóptimas de FSH. Esto se puede lograr aumentado la producción endógena de
FSH (antiestrógenos e inhibidores de la aromatasa) o administrando FSH exógena mediante
inyecciones diarias. Por otro lado, la metformina disminuye la producción de glucosa endógena,
llevando al descenso de insulina, aumento de la GLAE y consiguiente caída de andrógenos libres
evitando la atresia folicular prematura y la oligoanovulación.
ENDOMETRIOSIS
La endometriosis se define como una enfermedad caracterizada por la presencia de tejido con
características histológicas similares al endometrio en localizaciones ectópicas fuera de la cavidad
uterina.
INCIDENCIA:
Afecta al 10-25% de las mujeres en edad fértil y es la segunda enfermedad benigna en frecuencia
tras el mioma en la mujer fértil.
FACTORES DE RIESGO:
Dolor: Presente en casi todas las pacientes, se localiza en la pelvis y se presenta como
dismenorrea que no mejora con anovulatorios, y menos típicamente como dispareunia (MIR). El
grado de endometriosis no se correlaciona con la severidad del dolor.
Esterilidad (40%): Es independiente de la extensión de las lesiones. Sus causas son poco
conocidas, se relaciona con ciclos anovulatorios, obstrucción tubárica y alteraciones inmunitarias.
Nódulos pelvianos.
Metrorragia premenstrual.
Disuria.
Tacto:
Masa anexial.
Dolor anexial.
Útero RVF fijo.
Fondo de saco de Douglas sensible y con nódulos.
Dolor pelviano premenstrual ↑ (dismenorrea).
Diagnóstico diferencial:
Adenomiosis:
o Mujeres de 35-50 años.
o Dolor pelviano e hipermenorrea en mujer multípara.
o Ausencia de antecedentes de esterilidad.
o Útero agrandado y sensible.
o Ovarlos y Douglas no comprometidos.
Patología ovárica:
o Cuerpo lúteo hemorrágico.
o Quiste folicular.
Enfermedad pelviana inflamatoria (EPI):
o Piosálpinx unilateral.
o Embarazo ectópico.
DIAGNÓSTICO:
Se basa en:
Historia clínica.
Examen ginecológico.
Ecografía, Laparoscopía.
Laparotomía.
CLASIFICACIÓN:
TRATAMIENTO:
Médico:
Desogestrel 75 mg/día, acetato de noretisterona 2.5mg/día y dienogest 2 mg/día, administrados
en forma continua.
Quirúrgico:
Cuando no se puede controlar la enfermedad con tratamiento médico o con cirugía conservadora
se realiza una histerectomía total con doble anexectomía.
Hay que tener en cuenta que, aunque la endometriosis es una enfermedad benigna existen
lesiones atípicas con cierto potencial precanceroso.
CLIMATERIO Y MENOPAUSIA
INTRODUCCIÓN:
Como se observa, estos periodos se caracterizan por el déficit de estrógenos, producto de la falla
ovárica, la cual produce a corto plazo signos y síntomas a nivel vasomotor, neuropsiquiátrico,
genitourinario, cardiovascular y osteomuscular. A largo plazo, condiciona osteoporosis y
enfermedad cardiovascular. Todos ellos causan incremento de la morbimortalidad, lo cual muchas
veces se acompaña de un costo familiar, social y de salud pública elevado.
EPIDEMIOLOGÍA:
Las mujeres mayores de 45 años que presentan o presentarán algún grado de déficit estrogénico
en corto plazo comprenden un gran grupo poblacional. Por tal motivo, es necesario comprender
los cambios en esta etapa de la vida de la mujer, de manera de propiciar las mejores estrategias de
prevención y tratamiento de las manifestaciones clínicas para este grupo de personas.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud muestran que en pocos años se alcanzará
la cifra mundial de 750 millones de mujeres posmenopáusicas, La longevidad actual de la mujer
posmenopáusica puede constituirse en más de 33% de la vida de la población femenina.
Por estos datos, es importante que este sector de la población sea el centro de atención de
ginecólogos, epidemiólogos, cardiólogos, reumatólogos, psiquiatras, geriatras, entre otros.
FISIOPATOLOGÍA:
Durante el ciclo menstrual normal, el ovario produce una secuencia de hormonas para que ocurra
el sangrado menstrual. Esta secuencia es inducida por las gonodotropinas de la hipófisis. Bajo la
influencia de la hormona luteinizante (LH), el colesterol es convertido en la teca del folículo
ovárico en pregnenolona; ella es el sustrato para todas las hormonas sexuales del ovario y, bajo la
influencia de enzimas, en la teca, granulosa y las células luteales se producen estrógenos,
andrógenos y progestágenos. La producción de estas hormonas sexuales depende de la presencia
de ovocitos viables, de un estroma ovárico normal y de la producción de FSH y LH en cantidades
suficientes.
Existen una variedad de estrógenos naturales; los más importantes son el estradiol, la estrona y el
estriol. La estrona es producida a partir de la androstenediona, en tanto que el estradiol es un
derivado de la testosterona. En ambos procesos, interviene un sistema enzimático irreversible
dependiente de la aromatasa. Sin embargo, entre ellas existe un mecanismo de reconversión
dependiente de la enzima 17 β hidroxiesteroide deshidrogenasa, cuyo equilibrio se inclina a
producir más estradiol.
Los estrógenos tienen efectos muy diversos. En el ovario, estimulan la síntesis de receptores para
la hormona folículo estimulante (FSH), de modo que contribuyen al desarrollo y crecimiento de los
folículos. En el endometrio, inducen a la proliferación del epitelio y el crecimiento de la capa
esponjosa y compacta, favoreciendo el desarrollo de glándulas, de los vasos sanguíneos y del
tejido estromal. En el miometrio, promueven la síntesis de proteínas, la hiperplasia y la hipertrofia
del músculo uterino, también incrementan la producción de actinomiosina y de las contracciones
uterinas. En las trompas de Falopio, producen proliferación del epitelio y aparecen células
vibrátiles que contribuyen a conducir al óvulo. A nivel del cuello uterino, hacen producir a las
glándulas mucosas un moco filante, con alto contenido de agua, y dilata el conducto endocervical.
En la vagina, prolifera el epitelio, con descamación de las células superficiales y acumulación de
glicógeno en el epitelio. Los labios mayores y menores se vuelven turgentes y elásticos. A nivel de
la glándula mamaria, estimulan la proliferación de los conductos glandulares, el desarrollo del
estroma, la acumulación de tejido adiposo, aumentan la pigmentación de los pezones y activan el
epitelio acinar, para que pueda responder a la progesterona y prolactina. En la hipófisis, los
estrógenos ejercen un mecanismo de retroalimentación negativa sobre la síntesis de hormona
folículo estimulante, mientras que tiene una acción positiva sobre la producción de hormona
luteinizante. Los estrógenos también participan en muchos procesos metabólicos, como la
retención de agua y sodio en los tejidos; producen hiperglicemia, hipercetonemia, elevan el
colesterol HDL, reducen los triglicéridos. Desde el punto de vista vascular, estimulan la circulación
periférica, producen hemodilución por retención hídrica y disminuyen la hemoglobina y el número
de eritrocitos. En los huesos, estimulan la fijación y mineralización de la matriz ósea, promueven el
depósito de calcio, estimulan el cierre de las epífisis. Tienen acción trófica sobre la piel,
favoreciendo el desarrollo de las fibras elásticas. En el sistema nervioso central, las acciones son
muy complejas, activan las catecolaminas, los catecolestrógenos, dopamina, noradrenalina y
endorfinas.
En cuanto a los progestágenos, sus efectos más importantes se ven en el endometrio, donde
desencadena la fase secretora, que facilita la nidación ovular. También, inhibe la contractibilidad
uterina, cierra el canal endocervical, modifica el moco cervical, tornándolo más espeso y viscoso.
En las trompas de Falopio, estimulan los movimientos centrípetos, que contribuyen al
desplazamiento del óvulo hacia el útero. En la glándula mamaria, inducen la proliferación de los
acinos glandulares. A nivel central, tienen un efecto de retroalimentación negativo sobre la
producción de la hormona luteinizante, inducen incremento de la temperatura corporal. Tienen
además un efecto anabólico, aumentando el depósito tisular de los lípidos y carbohidratos,
estimulan la síntesis de proteínas y disminuyen la retención de sodio y agua en los tejidos.
Los andrógenos, en la mujer, tienen una acción antagónica con los estrógenos, cuya importancia
depende de los niveles circulantes de ambas hormonas. Antes de la menopausia, carecen de valor
clínico importante, mientras cuando descienden los estrógenos en la posmenopausia, inducen
cierto grado de masculinización, que se manifiesta en la atrofia de los labios mayores y menores,
el crecimiento del clítoris, la aparición de vello, cambios de la tonalidad de la voz. A nivel
metabólico, estimulan la síntesis proteica, la elevación del glucógeno hepático, disminuyen la
cetogénesis e incrementan la retención de agua y sodio.
CLIMATERIO:
La pérdida de la función ovárica suele ser un proceso gradual, que se produce en varios años, en
promedio dura entre 4 a 6 años; en esta etapa, la función ovárica va fluctuando, aumentando o
disminuyendo.
Al inicio del climaterio se produce una disminución de los niveles de inhibina, lo que resulta en un
aumento de la FSH, con niveles de estradiol normal o ligeramente disminuidos. Estos cambios dan
lugar a un acortamiento de la fase folicular y a ciclos menstruales cortos o prolongados.
Posteriormente, se produce un descenso de los niveles de estradiol y la maduración folicular se
vuelve irregular, presentando ciclos ovulatorios y anovulatorios. Cuando en los ciclos
anovulatorios no se produce progesterona, existe un hiperestrogenismo relativo que puede
ocasionar hipermenorrea y/o hiperplasia del endometrio.
En el climaterio, en las mujeres que menstrúan y que muestran una cifra de FSH mayor de 10 UI/L
en el día tres del ciclo, sugiere una resistencia ovárica relativa, incluso si los valores de estrógenos
se encuentran dentro de los límites normales. Esto se plantea que es debido a la disminución de la
producción de inhibina por los folículos.
Las dos gonadotropinas, FSH y LH, son producidas por la glándula anterior de la hipófisis. Cuando
los niveles de estrógenos son bajos, los núcleos arcuato y paraventricular del hipotálamo son
estimulados a producir hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) en la circulación portal de la
hipófisis; ello estimula la liberación de FSH y LH. El mecanismo responsable de la liberación pulsátil
de GnRH se plantea que también es responsable de la provocación de bochornos.
MENOPAUSIA Y POSMENOPAUSIA:
En este periodo, los niveles de estradiol son muy bajos, se produce un gran aumento de la FSH, en
menor medida de la LH, de tal forma que el cociente FSH/LH se invierte y es > 1. Los valores de
FSH por encima de 40 UI/L son compatibles con la interrupción completa de la función ovárica.
Los estrógenos secretados por los ovarios después de la menopausia son insignificantes; sin
embargo, todas las mujeres siguen teniendo concentraciones perceptibles de estradiol y estrona.
La estrona es el estrógeno más importante en la posmenopausia; se produce por la conversión
periférica de la androstenediona (producida en la corteza suprarrenal y en el ovario), el cual se
aromatiza en estrógenos, principalmente en el tejido adiposo. La estrona puede ser capaz de
mantener la vagina, la piel, el hueso y en algunos casos reducir la incidencia de bochornos. Si bien
el estrógeno de cierto modo puede ser beneficioso, sin embargo, al no existir oposición de
progestágenos (por la falta de ovulación y desarrollo del cuerpo lúteo), puede aumentar la
incidencia de hiperplasia y cáncer de endometrio. Las obesas suelen tener una alta concentración
de estrógenos circulantes; por tal motivo, están en peligro de sufrir cáncer de endometrio. En
contraste, las mujeres delgadas experimentan disminución de los estrógenos circulantes, estando
más expuestas a la osteoporosis.
El 84% de las mujeres tiene al menos uno de los síntomas clásicos durante el climaterio o
posteriormente; el 45% considera que los síntomas son importantes.
SÍNTOMAS VASOMOTORES:
Bochorno, sudoración:
Son los síntomas más clásicos de la deficiencia de estrógenos; 70 a 80% de las pacientes en el
climaterio sufren de bochornos; suelen hacerse muchos más intensos cerca de la menopausia,
cuando los niveles de estrógenos decrecen rápidamente. Se les describe como periodos
transitorios y recurrentes de enrojecimiento facial, que pueden extenderse al cuello, a los
hombros y a la parte superior del tórax, asociados a sudoración y sensación de calor (que puede
ser con elevación de temperatura de 1 a 2 grados), que se acompañan a menudo de palpitaciones
y sensación de ansiedad. En ocasiones, van seguidos de escalofríos; cuando ocurren de noche,
pueden perturbar el sueño. Ocurre en promedio de 5 a 10 episodios por día. Después de la
menopausia quirúrgica, los episodios suelen ser más frecuentes e intensos.
SÍNTOMAS GENITOURINARIOS:
Más de 50% de las mujeres durante el climaterio tiene alteraciones menstruales (polimenorrea,
hipomenorrea, hipermenorrea, oligomenorrea). La hemorragia puede llegar a ser irregular, intensa
y/o prolongada, siendo necesario el descarte de patología orgánica, para el tratamiento adecuado.
De especial importancia, es el sangrado posmenopáusico, en el cual siempre debe descartarse
patología endometrial, sobre todo cáncer de endometrio.
La vejiga y la vagina son órganos muy sensibles a los estrógenos; su deficiencia produce atrofia en
ambos tejidos. En la vagina, se manifiesta con adelgazamiento, sequedad, prurito, dolor y
dispareunia; en la vejiga y uretra, se manifiesta por disuria, poliaquiuria, urgencia urinaria, nicturia
y algunas veces incontinencia urinaria; todos estos cambios predisponen a infecciones urinarias. La
atrofia vaginal es un trastorno tardío de la deficiencia de estrógenos; 33% de las pacientes sufre de
atrofia sintomática a los cinco años de iniciada la menopausia.
Por otro lado, la pérdida de elasticidad de los tejidos del piso pélvico se traduce en distopia genital
(histerocele, cistocele, enterocele, rectocele). Otros cambios en el aparato genital son la reducción
del tamaño del útero, del endometrio y de los ovarios.
SÍNTOMAS CARDIOVASCULARES:
Al caer los estrógenos, se eleva el colesterol de densidad baja (LDL) y disminuye el colesterol de
densidad alta (HDL); esto favorece la formación de las placas de ateroma y la progresión de la
ateroesclerosis coronaria; con ello, las enfermedades cardiovasculares se incrementan en forma
sustancial.
SÍNTOMAS OSTEOMUSCULARES:
NEUROPSIQUIÁTRICOS:
Si bien se reconoce que todos los cambios relacionados a la falla ovárica primaria van a ser
productos de procesos naturales, esto afecta mucho las mujeres, ya que algunas lo relacionan con
pérdida de su juventud, de su feminidad, contribuyendo a causar ansiedad e incertidumbre.
Se ha planteado que las hormonas producidas por el ovario, como los estrógenos, la progesterona
y la testosterona, tienen influencia en el cerebro, activando procesos complejos a través de los
neurotransmisores. Si bien estos procesos no están completamente clarificados, se plantea que la
deficiencia de estrógenos va a alterar los niveles de catecolaminas (dopamina y norepinefrina),
acetilcolina y monoamino oxidasa, a nivel del sistema nervioso central, y con ello condicionar las
alteraciones del humor, del estado de ánimo, la memoria, así como de la libido en la mujer. Sin
embargo, se reconoce también que aquí intervienen mucho otros factores, como los culturales,
sociales, ambientales y psicológicos, que van a hacer que todas las manifestaciones del climaterio
y la menopausia se vuelvan complejas y variadas. En la actualidad, muchos estudios fallan en
demostrar esta asociación.
MODIFICACIONES EN LA PIEL:
Al disminuir las fibras colágenas y elásticas en la piel, esta se vuelve fina y frágil, perdiendo
elasticidad y firmeza; la epidermis se adelgaza, aumenta la pérdida de agua y disminuye el número
de vasos sanguíneos; todo esto se traduce en arrugas. Se puede presentar pérdida de cabello, del
vello axilar y pubiano. Sin embargo, debido al predominio relativo de andrógenos, estos pueden
ser reemplazados por pelos más gruesos.