3.5. EXPLORACIÓN Y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA.

CONSECUENCIAS DE LOS
DESCUBRIMIENTOS EN ESPAÑA, EUROPA Y AMÉRICA.

La exploración de América y su colonización se inició poco después del descubrimiento. El

punto de partida fue La Española en las Antillas, donde se estableció la primera colonia. El
proceso se llevó a cabo por conquistadores independientes que reclutaban sus propias
tropas, financiaban la expedición y colonizaban las tierras bajo la soberanía de los reyes
españoles, que firmaban a cambio capitulaciones. Los grandes conquistadores fueron Hernán
Cortés (Imperio Azteca, 1521), Pizarro y Almagro (Imperio Inca, 1532) Irala (Río de la Plata),
Valdivia (Chile), Núñez Cabeza de Vaca (EEUU).

El proceso colonizador supuso en América la fundación de ciudades y la llegada de

pobladores españoles. Para explotar estos territorios se puso en práctica el repartimiento
(reparto de los indios entre los colonizadores para el trabajo en el campo), la encomienda
(sistema por el que se encomendaba a los colonos la evangelización de los indígenas a
cambio de su trabajo) y la mita (tributo obligatorio que se pagaba en trabajo, así se explotaron
las minas del Potosí). Este sistema provocó una situación de abuso generalizado que los
monarcas intentaron controlar con las leyes Nuevas (1542).

La conquista de América hizo de España la primera potencia mundial. Los nuevos territorios
se convirtieron en fuente de recursos esencial para la monarquía, especialmente el oro y la
plata. Sin embargo, el rápido aumento del metal en circulación, tanto en España como en
Europa, provocó el alza sostenida de los precios (revolución de los precios). Nuevos
productos agrarios fueron la base de una intensa actividad comercial: a España (y de ahí a
Europa) llegaron el maíz, la patata, el cacao, el tabaco o el cacahuete. En América se
introdujo la vid, el aceite, el ganado o el trigo.

Las órdenes religiosas encontraron un nuevo ámbito de evangelización, se convirtieron en

defensoras de los indios frente a los abusos de los españoles (Fray Bartolomé de las Casas)
y ayudaron a la preservación de las lenguas indígenas, que aprendieron para trasmitir la
nueva fe.

El descubrimiento de América cambió la concepción del mundo conocido. Sirvió de estímulo

para la actividad intelectual impulsando el estudio de numerosas disciplinas como la
geografía, la cartografía o la botánica.