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Capítulos

1. Introducción
2. Del paleolítico al neolítico, la caída del matriarcado / ascenso del patriarcado (11500 a. de n.e. / 2600 a. de
n.e.)

Que es matriarcado  Se refiere a un tipo de sociedad en la cual las mujeres, especialmente las madres, tienen un rol
central de liderazgo político, autoridad moral y control de la propiedad y de la custodia de sus hijos. Un ejemplo son
los mosuo.

En general, se entiende por matriarcado a las sociedades donde un grupo de mujeres tiene en sus manos el poder
político, económico o religioso. La existencia de comunidades de este tipo a lo largo de la historia de la humanidad
ha sido, y sigue siendo, un asunto muy controvertido.

Familia matriarcal se entiende a una unidad económica autosuficiente, ya que la madre era quien
brindaba los alimentos vegetales y los hijos los productos derivados de la caza y la pesca.

Que es Patriarcado Es un sistema de dominio institucionalizado que mantiene la subordinación e invisibilización


de las mujeres y todo aquello considerado como ‘femenino’, con respecto a los varones y lo ‘masculino’, creando así
una situación de desigualdad estructural basada en la pertenencia a determinado ‘sexo biológico’. Tiene su origen
histórico en la familia, cuya jefatura ejerce el padre y se proyecta a todo el orden social.

Esta situación se mantiene a través de regímenes, hábitos, costumbres, prácticas cotidianas, ideas, prejuicios, leyes e
instituciones sociales, religiosas y políticas que definen y difunden una serie de roles a través de los cuáles se vigila,
se apropia y se controla los cuerpos de las mujeres, a quienes no se les permite gozar de una completa igualdad de
oportunidades y derechos.

El patriarcado es un tipo de organización social cuya autoridad y poder recae en el varón con mayor autoridad de la
familia o grupo social, llamado patriarca. De allí que el patriarcado establezca el dominio masculino sobre la
figura femenina y los demás miembros de un grupo familiar y social.

Se puede definir al machismo como una ideología que defiende y justifica la superioridad y el dominio del hombre
sobre la mujer; exalta las cualidades masculinas, como agresividad, independencia y dominancia, mientras
estigmatiza las cualidades femeninas, como debilidad, dependencia y sumisión. Erróneamente se piensa que los
únicos sujetos portadores de conductas machistas son los hombres, sin embargo, no es así, las mujeres también
son responsables en igual medida de este virus social.

 Formativo o preclásico: La época del surgimiento de Las culturas madres mesoamericanas (2600 a 400 a. de
n. e.)

1. Clásico (400 a. de n. e. al 900 de n. e.)


2. Post Clásico (900 al. 1500 de n.

 
1. Introducción

En Nuestra Honduras urge explorar en las raíces de nuestra historia el papel de las mujeres y hombres de nuestro pueblo,
los  que verdaderamente han forjado lo que de aquí en adelante redefiniremos como  la verdadera Historia de Honduras.
Es necesario reflexionar acerca de los procesos  que condicionaron a  nuestras y nuestros ancestros con la finalidad de
asumir ciertos roles en dicho proceso, resaltado las circunstancias que han negado e in-visibilizado las condiciones  para
que “les marginados” asuman la genealogía del  pensamiento que subyace a su ser, lo cual explica sus propias acciones.

Es necesario señalar que la historia es la ciencia que estudia el pasado de la humanidad para entender el presente y prever
y a la vez transformar el futuro. Este concepto nos aporta una visión diferente del pasado ya que, por más alejados que
estén cronológicamente los sucesos a investigar, la historia está siempre alude a realidad, a las necesidades y la situación
del presente de quién la construye dentro de un ambiente social particular.

1. La época Pre Colonial: Del paleolítico al neolítico, la caída del matriarcado / ascenso del patriarcado (11500 a.
de n.e. / 2600 a. de n.e.)

La historia de este período es relevante porque sin su conocimiento no es posible forjar identidad, la conciencia
compartida por las y los miembros de nuestro pueblo respecto a su integración y pertenencia a una comunidad social
específica, que posee un marco de referencia territorial y temporal, que se fragua a sí misma en un ambiente social y unas
circunstancias históricas. Sin identidad no podemos potenciar la edificación de un Estado que responda a los intereses de
nuestro pueblo

Las mujeres y los hombres americanos del período paleolítico y neolítico no son autóctonos. Los restos óseos de las y los 
seres humanos encontrados que datan de esa época pertenecen a la mujer/hombre actual. América comenzó a poblarse
cuando hacía miles de años que existía la humanidad en África, Asia y Europa.

La deidad suprema de ese tiempo era la tierra y se la asumía con forma de mujer dadora de vida, ellas guardaban en su
cuerpo tanto el misterio como la sabiduría del nacimiento, por ello las madres también tenían el rol de dirigir el rumbo de
su sociedad. Esa posición le permite ser autora de múltiples e importantes invenciones culturales. Su papel es el de
maestra-nana, curandera, sacerdotisa. Esto define a la sociedad matriarcal en el paleo indio.

Hacia los años 6000 antes del presente surgen las primeras sociedades agrícolas sedentarias, los grupos de mujeres y
hombres dejan de ser recolectores-cazadores-nómadas y se transforman en sedentarios que cultivan la tierra y domestican
animales.

Los profundos cambios que se dan en la economía productiva posibilitan el crecimiento de las poblaciones lo que da lugar
a la “revolución urbana” hacia el 2600 a. de n.e.

Se consolida la cultura del maíz y otras hortalizas, que con el tiempo llegan a producir excedente que se almacena para los
tiempos en los que haga falta. Para garantizar la suficiente siembra para la satisfacción del grupo se inició la lucha por los
territorios y surgió la propiedad sobre la tierra con lo que se puso fin a las relaciones sociales igualitarias pues hasta
entonces las propiedades eran escasas y no definían diferencias de clase, las cuales surgen poco tiempo después y lo
extienden a las mujeres.

También durante estos milenios se da un cambio dramático para la vida de las mujeres, el Patriarcado se impone sobre el
Matriarcado. A partir de entonces se consolida el ejercicio de múltiples opresiones y exclusiones que han impedido el
crecimiento pleno de ellas.

III: Formativo o preclásico: La época del surgimiento de Las culturas madres mesoamericanas (2600 a 400 a. de n.
e.)

Las sociedades indígenas evolucionaron, al igual que el resto de las sociedades antiguas, desde comunidades primitivas de
cazadoras/res a comunidades de agricultoras/res. El punto máximo de esta evolución fue la constitución de un Estado
Antiguo tributario, en esta organización sobresale la cultura Maya.

La escritura maya data del 150 a. de n.e. por lo que a partir de este momento es posible narrar con mayor certeza los
acontecimientos del pasado de nuestras y nuestros ancestros mayas, aunque el período histórico de nuestras culturas
aborígenes americanas abarca desde, más o menos, 11,500  años antes de nuestra era, época en la que se calcula ya han
ingresado bandas de cazadores por el estrecho de Bering

Posteriormente al año 400 a.C., los mayas comienzan a erigirse como una gran cultura e influyen en los centros
periféricos principalmente en los sitios de la Costa Norte. El área maya es una de las más amplias de Mesoamérica.

1. El Periodo Clásico (400 de n.e. / 900 de n.e.) en Honduras las mujeres y hombres Mayas llegan a su florecimiento,
teniendo en Copán el sitio por excelencia como representativo de este. Se constituye el Estado Tributario. Los mayas
nos legaron su mito de origen, su versión mitológica acerca de cómo apareció la vida humana en nuestro continente.

En esta época fue fundado el gran centro urbano maya de Copán, probablemente hacia 317 de n.e. aunque los primeros
registros datan del gobierno de K´inich Yax K´uk Mo´ (426-427), quien es el fundador de la dinastía que gobernó la ciudad
durante casi 400 años. A K´inich Yax K´uk Mo´, Resplandeciente, el primero, Quetzal, Guacamaya, es representado en las
estelas como un guerrero de origen extranjero, por lo que se supone que conquistó la ciudad o dio un golpe de estado.
Bajo su gobierno se inicia la construcción de la ciudad al estilo maya-teotihuacano, originalmente bajo el vasallaje de
Quiriguá. Sus descendientes enaltecieron su nombre en los siguientes cuatro siglos y le enaltecieron.

Copán es una obra maestra por la riqueza de sus esculturas en piedra y por la belleza y complejidad de sus jeroglíficos. En
su época de mayor esplendor –hacia el  siglo VIII—llegó a ser habitada por unas 25.000 personas. Uno de sus gobernantes
más sobresalientes fue Uaxaclajuun Ub’aah K’awiil, su décimo tercer gobernante, popularmente conocido como 18
Conejo. Gobernó a partir del 2 de enero del 695 de n.e., y entronizó a  K’ak  Chan Yopaat como gobernante de Quiriguá
en el 724. El mito de origen en el Popol Vuh nos permite comprender la naturaleza del mundo y el papel de las mujeres y
los hombres en él. En esta ciudad resplandecieron las artes, la ciencia y esto fue posible gracias al desarrollo económico
alcanzado por nuestros ancestros.
1. Post Clásico (900 al. 1500 de n. e.)

Los mayas de Copán habían huido de sus territorios ancestrales, los creadores de una de las ciudades mesoamericanas más
extraordinaria, que fue diferente del resto de los pueblos mesoamericanos.

En el post clásico La evolución cultural de los mayas son comunes al resto de Mesoamérica, como el uso de dos
calendarios, la numeración vigesimal, el cultivo de maíz, los sacrificios humanos y ciertos mitos como el Quinto Sol, o
cultos, como del de la Serpiente Emplumada y la deidad de la lluvia, que en maya se llama Chaac.

A la llegada de los españoles, con la conquista y la colonización ocurrió el más grande epistemicidio de nuestra era.
Nuestro Mito de origen es sustituido por el cristianismo.

Los Mayas.

La cultura maya fue una civilización mesoamericana que se desarrolló en México (en los estados


de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco), en Guatemala, Belice y la parte occidental
de Honduras y El Salvador, abarcando más de 300 000 km². Destacó a lo largo de más de dos milenios en
numerosos aspectos socioculturales como su escritura, uno de los pocos sistemas de escritura plenamente
desarrollados del continente americano precolombino, su arte, la arquitectura, su mitología y sus notables
sistemas de numeración, así como en astronomía y matemáticas.
Durante el periodo formativo, antes de 2000 a. C., se inició el desarrollo de la agricultura y la población se
hizo sedentaria estableciéndose en las primeras aldeas. En el período Preclásico (c. 2000 a. C. hasta 250 d. C.)
se desarrollaron las primeras sociedades complejas y se cultivaron los alimentos básicos de la dieta maya:
el maíz, el frijol, la calabaza y el chile. Las primeras ciudades mayas se desarrollaron en torno a 750 a. C.
Alrededor de 500 a. C. estas ciudades poseían una arquitectura monumental, incluyendo grandes templos con
fachadas de estuco. La escritura jeroglífica se utilizó desde el siglo III a. C. En el preclásico tardío se
desarrollaron grandes ciudades en la Cuenca del Petén, y Kaminaljuyú alcanzó prominencia en el altiplano
guatemalteco. Desde alrededor de 250 d. C., el período clásico se define en gran medida por el levantamiento de
monumentos esculpidos empleando las fechas de Cuenta Larga. En este período se desarrolló un gran número
de ciudades-Estado vinculadas entre sí por una compleja red de comercio. En las tierras bajas mayas surgieron
dos grandes poderes rivales, Tikal y Calakmul. Se vio también la intervención extranjera en la política dinástica
maya de la ciudad de Teotihuacan del centro de México. En el siglo IX, se produjo un colapso político general
en la región central maya, que originó guerras internas, el abandono de las ciudades, y un desplazamiento
poblacional hacia el norte. Durante el período Posclásico surgió Chichén Itzá en el norte, y se produjo la
expansión del reino quiché en el altiplano de Guatemala. En el siglo XVI el Imperio español conquistó la región
mesoamericana, y tras una larga serie de campañas militares la última ciudad maya cayó en 1697.

Cuadro Cronológico de la conquista de Honduras


Año Partido en el poder Gobernador de Honduras Eventos Otros eventos importantes

Juana es poblada por diferentes


1502 grupos indígenas que habitan Cristóbal Colón llega a Honduras.
el país.

1508 Exploraciones de Vicente Yáñez Pinzón.

1522 Descubrimiento del Golfo de Fonseca por Andrés Niño.

1524 España Comienza la conquista de Honduras. El explorador rebelde Cristóbal de Olid llega a Honduras.

Álvaro de Saavedra Cerón, Diego López de Se funda la ciudad de Trujillo por orden de Francisco


1525 Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo en Honduras.
Salcedo. de las Casas

Francisco de Montejo y Pedro de
Parten desde Guatemala diversas expediciones
1536 Alvarado llegan a un acuerdo para que este Pedro de Alvarado funda San Pedro Sula.
hacia Honduras.
último obtenga jurisdicción sobre Honduras

Por orden de la Corona Española, Francisco


Honduras se destaca como la región productora de
1537 de Montejo pasa a ser gobernador de Alonso de Cáceres funda la ciudad de Comayagua
metales preciosos más importante de Centroamérica.
Honduras.

La Corona Española restablece a Pedro de Honduras es incorporada a


1539
Alvarado como gobernador de Honduras la Capitanía de Guatemala.

1542 Carlos V crea la Audiencia de los Confines

1578 Descubren las minas de Comayagua.

1579 Trujillo es atacado por los piratas.


El poder político durante el periodo clásico se centró en el concepto del «rey divino», que actuaba
como mediador entre los mortales y el ámbito sobrenatural. La monarquía era
usualmente hereditaria y patrilineal, y el poder pasaba al hijo mayor, aunque en más de un caso
mujeres ostentaron el poder como regentes de sus hijos menores de edad o por derecho propio. La
política maya estaba dominada por un sistema de patrocinio, aunque la exacta composición política de
un reino variaba de una ciudad-Estado a otra. Generalmente cada aldea tenía un líder tribal, que
respondía a un señor regional (Ajaw) superdotado por un señor divino (Kuhul Ajaw) y en algunos
casos como el de Tikal, había un gobernante superior (rey de reyes) denominado Kalomté. Hacia el
Clásico Tardío, la aristocracia había aumentado considerablemente y se había reducido el poder
exclusivo del rey divino.
Glosario para el lunes 08. 01 de agosto acontecimientos importantes en el siglo 18. 24 de agosto
control de lectura 97051900
La civilización maya desarrolló formas de arte sofisticadas utilizando tanto materiales perecederos
como durables, incluyendo madera, jade, obsidiana, cerámica, monumentos de piedra tallada, estucos y
murales finamente pintados.
En las ciudades mayas el centro de la ciudad era ocupado por complejos ceremoniales y administrativos,
rodeado por una irregular expansión de barrios residenciales. A menudo las diferentes partes de una
ciudad eran conectadas por calzadas. La arquitectura principal de la ciudad se componía de
palacios, templos piramidales, juegos de pelota ceremoniales, y estructuras alineadas para la
observación astronómica. La élite maya sabía leer y escribir, y desarrolló un complejo sistema de
escritura glífica, una de las más avanzadas en América precolombina. Los mayas grabaron su historia
y conocimiento ritual en libros en forma de biombo, de los que solo permanecieron tres ejemplares con
incuestionable autenticidad, el resto fue destruido por los conquistadores españoles. También existe un
gran número de ejemplos de inscripciones mayas en las estelas y la cerámica. Los mayas desarrollaron
una compleja serie de calendarios rituales entrelazados, emplearon la matemática y fueron uno de los
primeros pueblos en utilizar el cero explícito en el mundo. Los mayas practicaban el sacrificio
humano como parte de su religión.
 

 María Josefa Lastiri Lozano (Esposa de Francisco Morazán)

Anarella Vélez Osejo (Historiadora)

Apenas ha habido una sola guerra que no haya contado con participación femenina STIEG LARSSON
(Periodista y escritor sueco)

Al estudiar la vida de Josefa Lastiri nos encontramos con   el típico  ocultamiento político e historiográfico del
papel de la mujer. Sin embargo,  la problemática  femenina  exige que se  la visibilice y hoy en día encontramos
un cambio en el discurso historiográfico. Sin duda Josefa forma parte de un grupo de mujeres que fueron
indispensables para el éxito de las gestas emancipadoras pero fueron invisibilizadas, minimizadas,  olvidadas, a
pesar de que sacudieron los cimientos del sistema colonial. Nota; El día de regreso a clases presentar todas las
tareas y trabajos.

Ellas participaron en todo el proceso de independencia, de integración regional, en las guerras, agregadas a los
ejércitos, en la retaguardia, en la logística (las soldaderas) y hasta como combatientes, sin embargo han sido
olvidadas. Debo remarcar que las historiadoras feministas creemos  que al considerar  la dinámica histórica  se
debe reconocer la importancia de todos los actores sociales en el acontecer histórico.

Entendemos que es urgente revalorizar historiográficamente el papel femenino en el escenario de la vida


cotidiana y  tener presente la cotidianeidad está en el centro del acontecer histórico. Es necesario señalar que el
conocimiento del proceso de emancipación y de integración latinoamericana no debe partir exclusivamente del
análisis de los casos excepcionales, de las heroínas. Josefa Lastiri Lozano, esta desconocida mujer hondureña,
nació en la Villa San Miguel de Tegucigalpa de Heredia, hoy capital de la República de Honduras, el 20 de
octubre de 1792. Fue hija de Juan Miguel Lastiri, comerciante español y Margarita Lozano y Borjas, natural de
la entonces Intendencia de Comayagua.

Fue bautizada con el nombre de María Josefa Úrsula Francisca de la Santísima Trinidad, en la iglesia parroquial
de San Miguel de Tegucigalpa, el 22 del mismo mes, por el Cura Vicario Juez Eclesiástico de ese beneficio,
Juan Francisco Márquez. Su nombre nos recuerda a las magnas mujeres españolas de ese tiempo: Doña Josefa
Amar y Borbón, pedagoga y escritora de la ilustración española, a Doña Josefa Zúniga y Castro, fundadora de la
Academia del Buen Gusto durante el reinado de Fernando VI. También a Santa Úrsula, hija mártir de un rey de
Bretaña insular, enviada al continente para casar con un príncipe pagano. Para entonces, la villa de Tegucigalpa 
era el lugar más poblado y floreciente de la provincia de Comayagua.

La ciudad de origen minero se convirtió en una populosa urbe con ayuntamiento, parroquia, dos
conventos, dos ermitas y era la cabecera del partido de su nombre. Competía abiertamente con la ciudad
de Nueva Valladolid de Comayagua,  capital de la provincia y residencia del Intendente y sede episcopal.
A Josefa le tocó crecer   en esos años en los que en la región centroamericana arraigaba la noción de la
emancipación, cuyos antecedentes inmediatos los encontramos en el levantamiento de 1811  en la ciudad
de San Salvador. El 13 de diciembre de 1811 el pueblo de León, Nicaragua,  encabezado por el fraile
guatemalteco  Benito Miguelena se levantó contra las autoridades españolas.  El 22 de diciembre, en
Granada se reunieron en Cabildo Abierto, y se levantaron contra el orden colonial. El primero de enero
de 1812, cuando Josefa  contaba con  20 años de edad,  los pobladores de Tegucigalpa se opusieron a la
decisión de los residentes españoles  y autoridades de Tegucigalpa dispusieron que las alcaldías sólo
fueran desempeñadas por peninsulares. Tarea miércoles 10 de agosto Motín de Macholoa. Cuaderno.

Los sublevados consiguieron que en el Ayuntamiento  quedara conformado exclusivamente  por criollos.
Otro hecho histórico que signaría la vida de los pobladores de la Tegucigalpa  fue la jura de la nueva
Constitución el 24 de septiembre de 1812. En ella  se establecía la equidad entre criollos y peninsulares.
También el nuevo texto constitucional proclamaba la representación nacional en forma colectiva.  Creaba
los municipios, electos en comicios populares; implantaba la Diputación Provincial para inspección de la
Administración económica; disponía la apertura de escuelas en todas las poblaciones y en ellas debía
darse a conocer la nueva  Constitución. El nuevo texto constitucional consagraba la libertad de
pensamiento.

Para entonces José Bonaparte reinaba en España, nombrado por Napoleón Bonaparte. Durante todo el
año de 1813 en la Villa se vivieron acontecimientos que conmovieron los valores establecidos por el
imperio colonial, particularmente la ruptura entre el ayuntamiento con las autoridades civiles y
eclesiásticas. Los separatistas de Tegucigalpa decidieron seguir  el modelo de la sublevación  salvadoreña,
es decir,  derrocar a las autoridades constituidas, apoderarse de las armas y dinero guardado en la Plaza
de Armas y en la Caja Real. Alcanzados estos objetivos pasar a liberar a los prisioneros, proclamar la
independencia y devolver a España a los altos administradores peninsulares.

Un nuevo levantamiento ocurrió en San Salvador, el 24 de enero de 1814, el cual estuvo encabezado por el
Sacerdote Dr. Matías Delgado.  Esta experiencia caló las conciencias de las/os jóvenes y preparó la
independencia de 1821. La información sobre estos hechos circulaba gracias a La Gaceta de Guatemala,
periódico que divulgaba los problemas nacionales y entre líneas se leía que el bálsamo para curar males
generados por el sistema colonial era la emancipación de la región.

La vida cotidiana durante el período  colonial era de tal naturaleza que un espíritu sensible como el de
Josefa  no podría dejar de cuestionarlo. Su nacimiento  en el seno de una familia de considerables
recursos económicos, los Lastiri-Lozano, explica la esmerada educación recibida por Josefita y sus
hermanas: Petrona, Lucía y Dolores. De ellas se dice que heredaron la belleza criolla de Doña Margarita.
Ellas también contrajeron matrimonio con figuras célebres de la historia centroamericana. Petrona se
casó con el coronel Don Remigio Díaz, héroe de la batalla de la Trinidad; Lucía con Don José Santos del
Valle, quien ejerció interinamente la Jefatura del Estado de Honduras; y Dolores con Don Diego Vigil y
Cocaña, último Vicepresidente de la República Federal.

Cuando señalamos la especificidad de la enseñanza femenina es importante establecer la diferencia entre


lo que entendemos hoy día como lo que debe ser una enseñanza “completa”  o integradora y compararla
con aquella concepción propia de finales del siglo XVIII e inicios del  XIX : los distintos planes de
instrucción, la sociedad en general y la mayor parte del profesorado, femenino o no, admitían sin mayores
problemas que la instrucción dirigida a la mujer debería incidir sobre todo en aquellos aspectos
considerados “propios” de ellas, reduciendo éstos a la Religión –compuesta de varias asignaturas- y a las
actividades relacionados con el hogar, como costura, labores o semejantes. Se trataba, por tanto, de una
enseñanza limitada, distinta a la masculina y con enormes carencias. La formación recibida en el seno del
hogar modeló su carácter y la convirtió en una distinguida joven,  en una mujer de carácter que
frecuentaba los salones de la ciudad de Tegucigalpa.

Don Esteban falleció en Tegucigalpa el 27 de febrero de 1825, Josefa contaba con 32 años de edad.
Heredó a su familia un considerable patrimonio,  en el que figuraba la hacienda de Jupuara o Rancho
Chiquito. Convertida en una acaudalada hacendada de la jurisdicción de Lamaní, al sureste de
Comayagua, la joven viuda, hermosa y rica, no tardó en cautivar a muchos comayagüenses. Un anónimo
admirador le dedicó el siguiente acróstico:

“A otros días más claros que el presente, Jamás precedió Febo luminoso Ostentando mejor su brillo
hermoso Sobre la rubia niebla del Oriente En el cenit suspenso y reverente, Fija su carro y queda
silencioso, Admirando en tu rostro candoroso, Las gracias y virtud más inocente. Así, yo quedo absorto al
contemplarte, Sin que pueda mi labio confundido Tanto afecto explicar al saludarte, I, únicamente (al
alma cielo pido), Repita en ti la dicha con que al crearte, Infinito brindaba complacido.”[2]

Transcurridos varios meses después de la muerte de Don Esteban Travieso,  Doña María Josefa empezó a
relacionarse con Don José Francisco Morazán Quesada, a quien conoció en 1821, cuando éste fue
apresado por razones políticas,   encarcelado en Comayagua tras  las diligencias de Esteban Travieso es
liberado. Entonces fue invitado por Travieso a su hacienda de Jupuara, en donde conoció a María Josefa.
Francisco fue hijo primogénito de Eusebio Morazán y Alemán  y de Guadalupe Quesada y Borjas, nacido
el 3 de octubre de 1792,  cuyas características físicas e intelectuales están bien descritas por Mejía Nieto:
“…era de natural bondadoso, su inteligencia… despejada a; su catadura física en general, de fino porte.
Estaba, pues dotado de buenos rasgos por la naturaleza. Ayudaba a sus padres en el cuidado de sus
hermanitos menores.

El jefe de  la familia se  en dedicaba en general a proporcionar la subsistencia y en particular ideas morales a sus
hijos. Esta cualidad industrial fue inherente y orgánica en la familia de los Morazán. Se retiraban a dormir
temprano como cuadra a géneros de vida impuestos por los españoles de poca licencia y mucho rigor de
costumbres. En esta hosca monotonía colonial, como flor sin sol, despunta la vivacidad de Francisco. Su energía
echa raíces hacia adentro y lo que pudo ser ímpetu exteriorizado se convierte en sosiego de madurez interior.
Así se explica que en este país (mondo de saberes como hueso sin pelleja) apareciera Francisco, con doctrina y
decisión. Poco había aprendido de sus compañeros de juego, menos del mundillo de Morocelí, algo de D León,
bastante de los libros y documentos de éste, más de las pocas obras extranjeras caídas en sus manos y mucho de
su propio juicio y reflexión. Al propio tiempo había escapado  de la influencia de un mundo ignorante,
supersticioso y fanático: producto de una iglesia adinerada y feudal.”

El ambiente descrito por Mejía Nieto  fue el mismo en el que creció Josefita, una sociedad en la que imperaba la
ignorancia, la superstición y el fanatismo religioso. Las mismas causas por las que en América Central anidó la
idea emancipadora. Hasta Tegucigalpa llegaron las noticias de los movimientos sociales liderados por Francisco
de Miranda en Venezuela, Mariano Moreno en Argentina, el cura Hidalgo en México, contextualizados  en la
ocupación del territorio español por el ejército  napoleónico, el abandono de la Corona por Carlos IV, la
detención del príncipe heredero Fernando VII. En ese escenario histórico,  hacia 1819,  Morazán  fue escribano
de Mallol, Alcalde de Tegucigalpa, en donde leía todo los que caía en sus manos.

Más tarde se empeñó en hacer  carrera militar, en la que conoce y   se identifica con las ideas Bonapartistas. En
1824,  Morazán Quesada se convierte en  el Secretario General del Despacho y brazo derecho del Jefe de Estado
Don Dionisio de Herrera. José Francisco era calificado como  un joven guapo, atractivo, varonil, recibía los
halagos de las mejores familias de Comayagua, quienes lo consideraban  el mejor prospecto matrimonial para
sus hijas. Pero la amistad con Josefa se había vuelto apasionada. Mejía Nieto la describe así: “…
Morazán había adquirido casi tanta popularidad en la buena sociedad de Comayagua como en la de
Tegucigalpa; esto le favorecía, pues en Comayagua cimentaba más arraigadamente la tradición de las severas
costumbres sociales de la colonia española. En Tegucigalpa la explotación de las minas había hecho posible el
surgimiento de nuevos ricos, sin apellido ni nombre. Por otro lado creyeron los aristócratas de Comayagua sin
excluir al clero que atrayéndose a Morazán, lograrían influir y salvaguardar sus intereses y privilegios de la
amenaza liberal del Gobierno. Cuando se supo que de la ilusión platónica entre Morazán y la viuda de Travieso
se adelantaba en visitas y hasta ausencias de Morazán al deporte favorito que era aventurarse errando  caballo
por las tardes, la sociedad armó cuchicheos. Es verdad que se censuró la imprudencia de la viudita y los avances
del funcionario, que además del poder político y social tendría el solio que le fraguaba el dinero de su bella
esposa. No era un amor platónico, sino que era una corriente de erótica atracción como luego se descubrió y
hasta con suma sorpresa y no cierta envidia, porque jovencitas de Comayagua que no eran viudas ni tenían
niños, pensaron en atraer a Morazán a sus redes. Esto sin embargo no ocurrió. El casamiento de Josefita Lastiri
(como se la llamaba) con Morazán se juzgó como un hecho cierto e inevitable. El propio presidente D. Dionisio
de Herrera fue el padrino de bodas.”

Josefa Lastiri por Rigoberto Paredes Vélez, 2016

El modo en que se desarrolló el vínculo amoroso entre Francisco y Josefita  dejan constancia  de sus ideas
liberales, éstas  les permitieron asumir su situación con bastante libertad y naturalidad.  Sin embargo,  tras la
presión social propia de una sociedad conservadora como la Comayagua,  celebraron su matrimonio en esa 
ciudad el 30 de diciembre de 1825, cuando ambos tenían treinta tres años. Fueron testigos de su boda el Coronel
Don Remigio Díaz, esposo de Doña Petrona Lastiri, y Don Coronado Chávez, años después Presidente de
Honduras. Las circunstancias históricas por las que atravesaba  la región centroamericana imposibilitaron que
el  hogar de los Morazán Lastiri tuviese una vida sosegada. Las discrepancias ideológicas, reflejo de los
diferentes intereses económicos se resolvieron con la guerra.

El Gobierno de Don Dionisio de Herrera, en el que Morazán se desempeñaba como Secretario General y
Presidente del Consejo Representativo, se enfrentó con las autoridades federales, quienes enviaron sus tropas a
Honduras y en abril de 1827 sitió la ciudad de Comayagua, la que fue decididamente defendida por sus
pobladores. El 10 de mayo  de 1827, a las once de la mañana, entraron triunfantes Comayagua las tropas
federales, comandadas por el Coronel José Justo Milla. Dionisio de Herrera, el Jefe de Estado legítimo de
Honduras, fue capturado por los invasores y enviado para Guatemala.  Lo sustituyó Cleto Bendaña, impuesto
por el mismo Milla. Josefa,  recién casada con Morazán, sufrió la captura de la ciudad.

Francisco participó activamente en la defensa de Comayagua, arriesgándose consiguió víveres y atacó a las
tropas federales.  Estratégicamente, se retiró a Tegucigalpa donde logró reunir trescientos hombres. Al regresar
a Comayagua se enfrentó nuevamente a las tropas de Milla en la hacienda La Maradiaga,  y aunque salió
victorioso, sus hombres quedaron sin municiones.  Se vieron obligados  a  retirarse hacia Tegucigalpa. En
Comayagua se quedó Doña Josefita y sus hijos Travieso, la ciudad fue tomada por las fuerzas federales y fue
víctima de un terrible saqueo.  Entretanto Morazán  se incorporó a la columna,  al mando de Cleto Ordóñez, 
que el gobierno salvadoreño envió tardíamente en auxilio de Herrera. Cuando pasaron por la hacienda El Hato
Grande  las gentes de Ordóñez asesinaron a su propietario, Miguel Madueño, sólo para apropiarse de sus bienes.
Ante este hecho Morazán, indignado, se separó de la columna y solicitó garantías a José Justo Milla, quien
mandó pasaportes para Morazán, Díaz, Márquez y Gutiérrez.

Morazán creyó en la palabra del invasor, no así sus compañeros, quienes partieron para Nicaragua. Morazán se
trasladó a Ojojona y ahí fue apresado y trasladado a Tegucigalpa, con irrespeto absoluto de la garantía
concedida, caía víctima de la traición. Sin embargo, logró huir hacia El Salvador, de ahí hacia la ciudad de León
en donde se reunió Remigio Díaz, José Antonio Márquez y José María Gutiérrez, consiguió ayuda del Gobierno
de Nicaragua, formó una pequeña pero aguerrida columna con la que se dirigió hacia Choluteca en donde se
unieron otros hondureños que se habían levantado en contra de Milla, anhelantes de batir a los invasores y  de
instaurar en el país un gobierno legítimo.

El 11 de noviembre de 1827 derrotó al ejército federal en la famosa batalla de La Trinidad. Al día siguiente
entró a Tegucigalpa y el 26 de ese mismo mes llegó victorioso a Comayagua. Josefita pudo presenciar el júbilo
popular con que fue recibido  Francisco. Por falta del Jefe de Estado, el Consejo Representativo lo llamó a
ejercer la primera magistratura, Diego Vigil fue nombrado Vice-Jefe. Josefita y Francisco se reunieron tras
largos y angustiosos tiempos. No pudieron disfrutar por un largo período de su nueva posición en la sociedad
hondureña. Nuevas fuerzas federales volvieron a marchar sobre el Estado, y Francisco hubo de blandir de nuevo
el sable.

El 30 de junio 1828 se apartó de la Jefatura para dirigir del ejército estatal, a cuyo mando derrotó a los federales
el 6 de julio en la batalla de Gualcho. Luego marchó hacia El Salvador, con el objetivo de auxiliar al Gobierno
estatal, también enfrentado con las autoridades de la República. Doña María Josefa  recibía información de los
triunfos de su esposo. Vencedor en el Combate de San Antonio, fue eufóricamente recibido en San Salvador  el
23 de octubre. Prontamente partió hacia Guatemala en donde puso sitio a la ciudad para derrocar al Gobierno de
la República.

El 13 de abril de 1829 entró en la ciudad y  depuso a las autoridades federales,  asumió el mando supremo de la
nación centroamericana. Días antes había sido elegido Jefe del Estado de Honduras por sus conciudadanos. Para
esas fechas Josefita había alcanzado la edad de 37 años y se convertía en Primera Dama de Centroamérica por
primera vez, estatuto que no ostentó por mucho tiempo pues en junio de 1829 Morazán entregó el poder a un
gobierno provisional presidido por Don José Francisco Barrundia. Regresó a Honduras para tomar posesión de
la Jefatura Suprema el 4 de diciembre de 1829. En esta ocasión tampoco sería Primera Dama de Honduras por
mucho tiempo pues en junio de 1830 Morazán fue elegido como Presidente de la República Federal para el
período 1830-1834.
En septiembre (16) del año de 1830 Francisco tomó posesión de ese cargo y Josefita se convirtió de nuevo en la
Primera Dama de la gran nación centroamericana. La convulsiva situación social de la región explota
nuevamente en los primeros meses de 1832 y Morazán vuelve a comandar el ejército federal, esta vez contra el
Gobierno de El Salvador. Retorna triunfal a Guatemala en abril de 1833 y entonces solicita un permiso al
Congreso de la Federación para retornar a Comayagua con Doña Josefita. Sin embargo este merecido descanso
duró pocos meses pues debió combatir de nuevo contra las autoridades salvadoreñas, ocasión en la que
Morazán, Presidente de la Federación, salió herido. El jefe de Estado salvadoreño, Joaquín de San Martín y
Ulloa fue derrotado.

El 16 de septiembre de 1834 finalizó su período de Gobierno en la Presidencia de la Federación, para entonces


el candidato ganador de las elecciones, Don José Cecilio del Valle había muerto el 2 de marzo de ese año. Fue
necesario efectuar nuevos comicios y el voto popular designó nuevamente a Morazán como Presidente de la
República. El 4 de junio de 1835 Francisco tomó posesión de ese cargo en la ciudad de San Salvador, designada
desde el año anterior como la nueva sede de la jefatura. Hacia esa ciudad se trasladó Josefita con su familia para
apoyar decididamente a Morazán en el desempeño de su nuevo cargo,  al frente del proyecto social de la
Federación Centroamericana.

Transcurridos poco más de 10 años después de la emancipación centroamericana y de la constitución de la


Federación se creía que Centroamérica había logrado consolidar el proyecto social de los demócratas de la
región, sin embargo esta ilusión se desvaneció rápidamente. En el Estado de Guatemala estalló la guerra civil,
provocada por el levantamiento del conservador Rafael Carrera y Turcios. Para estas fechas Josefita se
encontraba en estado de embarazo, a pesar de ello, Morazán tuvo que salir de San Salvador para hacer frente a
los rebeldes.

En 1838, mientras el Presidente de la Federación combatía a los conservadores liderados por Carrera, nació en
San Salvador la única hija del matrimonio, bautizada con el nombre de Adela. Francisco Morazán Quesada
procreó   cinco  hijas e hijos fuera del matrimonio: Con Rita Zelayandía de Ruiz, salvadoreña, tuvo a José
Antonio Ruiz, nacido en Tegucigalpa en mayo de 1826 ( probablemente procreado en agosto de 1825, meses
antes de su matrimonio con Josefita) Con la señora Francisca Moncada, hondureña, tuvo a Francisco Morazán
Moncada, nacido en octubre de 1827 (probablemente procreado en enero de 1827), casado ya con Josefita Con
una señora Fuentes, en Guatemala tuvo otros dos hijos, Nicolás y Josefa Con la Señora Teresa Escalante de 
Freer, salvadoreña,  tuvo a Dolores Freer, nacida el 2 de junio de 1843 (probablemente concebida días antes del
asesinato de Francisco Morazán) Josefa asumió con generosidad el cuidado de los dos vástagos mayores de
Morazán  y crecieron junto a los hijastros Travieso.

Adela Morazán Lastiri por Rigoberto Paredes Vélez, 2016

En la biografía de Francisco Morazán Quesada escrita por Enrique Guier nos relata: …toleró a su lado dos hijos
naturales del segundo marido, cuyos devaneos amorosos no desmentían sus vigorosas facciones masculinas. La
última de las hijas de Josefita llegó al mundo  en medio de las peores circunstancias vividas por la Federación. 
Guatemala, El Salvador y el sexto, nuevo y efímero Estado de los Altos ( país creado durante la República
federal en los años 30, cuya capital fue Quetzaltenango y ocupaba lo que actualmente es el oeste de Guatemala y
parte de Chiapas, el cual se creó como respuesta a las diferencias políticas entre la Ciudad de Guatemala y
Quetzaltenango, que era realista y no se independizó sino hasta el 2 de febrero de 1838, siendo reconocida por la
Federación el 5 de junio de ese mismo año) se encontraban en plena guerra civil, mientras Nicaragua, Honduras
y Costa Rica se separaban sucesivamente de la República.
En 1839, 1º de Febrero, Morazán finalizó su período presidencial y entregó el poder a su concuñado Don Diego
Vijil  y Cocaña, quien fungió como Vicepresidente de la Federación. Vijil, por su parte,  nombró a Francisco
como jefe del ejército Federal y en abril de ese año venció a las fuerzas combinadas de Honduras y Nicaragua
en el combate del Espíritu Santo, donde sufrió una herida de consideración. Poco después fue elegido como Jefe
de Estado de El Salvador, cargo del que tomó posesión el 11 de julio de 1839.

Josefita, en su calidad de  esposa del Jefe de Estado de El Salvador, sufrió el escarnio producto de los
animadversiones políticas de los conservadores centroamericanos. En septiembre de 1839, en ausencia de
Francisco  detonó una revuelta en San Salvador. Los rebeldes tomaron como rehenes a Josefa y a su familia para
exigir al Jefe de Estado que abandonase su cargo.

Francisco respondió así: Los rehenes que mis enemigos tienen en su poder son para mí sagrados y hablan
vehementemente a mi corazón; pero soy el Jefe de Estado y mi deber es atacar; pasaré sobre los cadáveres de
mis hijos; haré escarmentar a mis enemigos y no sobreviviré un instante más a tan escandaloso atentado El Jefe
de Estado atacó furiosamente a los amotinados que fueron definitivamente derrotados.  En su huida
abandonaron a Josefita y sus hijos sin causarles daño. Penosamente para Josefa y los unionistas
centroamericanos los combates continuaron  y Morazán dispuso que su esposa y su familia abandonasen El
Salvador y se trasladasen a Costa Rica.

En Costa Rica,   Estado Centroamericano en el que reinaba una aparente  paz debido al terror impuesto por
Braulio Carrillo. A principios de 1840 Doña María Josefa partió hacia ese país, embarcada en la goleta Melanie,
una vez más se veía obligada por la historia, a separarse de su amado Francisco. Una vez llegada a Caldera, la
Primera Dama de El Salvador escribió al Jefe de Estado Braulio Carrillo[6]: El temor a la Revolución de los
Estados de Honduras y El Salvador, me han obligado a abandonar mi país, y mucha parte de mi desgraciada
familia, para buscar en cualquier punto un lugar donde vivir pacíficamente con el resto de mi familia que he
podido traer conmigo; y atendiendo a la paz que goza este Estado, a las buenas circunstancias que lo
caracterizan y a los consejos de muchos de mis amigos, me he resuelto a venir a pedir un asilo, segura de que su
Gobierno protegerá la inocencia y permitirá internarme al punto que parezca más conveniente a mis
circunstancias.

Carrillo le respondió a Doña María Josefa que ellas y los suyos podían asilarse en Costa Rica si aceptaban
instalarse en la ciudad de Esparza, población aislada e insignificante por lo que Josefita rechazó la oferta.
Carrillo mantenía el poder a costa de la persecución de la oposición, sin duda tenía sus temores políticos
respecto de la presencia de Josefita en San José. Zarpó en la Melanie hacia Nueva Granada y  se estableció en
Chiriquí. Derrotado Morazán en El Salvador, abandonó ese país en compañía de su hijo José Antonio y de un
grupo importante de partidarios. Se reúne con Josefita y su familia  en mayo de 1840 en el poblado David, en
donde escribió su célebre manifiesto. Francisco partió hacia Perú en agosto de 1841 acompañado de varios de
sus colaboradores, mientras Josefa permanecía en David junto a su numerosa familia.

Morazán buscaba formar una nueva expedición hacia Centroamérica. A inicios de 1842 lograba regresar
haciendo escala en Chiriquí para reencontrarse con los suyos. Continuó su viaje hacia El Salvador, pero su gesta
no tuvo eco en esa nación y retornó a Costa Rica, desde donde había recibido numerosas y urgentes peticiones
de ayuda, llegando a ese país el 7 de abril de 1842. Tras el pacto del Jocote, acuerdo efectuado el 11 de abril de
1842 a la sombra de un árbol de jocote, en Alajuela, Costa Rica, acordado entre Francisco Morazán y Vicente
Villaseñor, a quien el Jefe de Estado Braulio  Carrillo Colina había enviado con 700 hombres a rechazar la
invasión. De conformidad con el pacto el ejército de Villaseñor  se unió – sin combatir-  con el de Morazán y
éste fue proclamado como nuevo jefe de Estado de Costa Rica.

Morazán entro triunfalmente a San José y el 12  de abril asumió la Jefatura de Estado. Al poco tiempo Josefita,
que se encontraba en David, se informó sobre el nuevo estatuto de Morazán como nuevo gobernante de Costa
Rica, se convertía así en la nueva Primera Dama de ese país a los 49 años de edad. Un barco fletado para
retornarla a Costa Rica hizo posible que la familia Morazán Lastiri se reuniera nuevamente. La popularidad de
Morazán fue socavada eficazmente por los conservadores.

Josefita encaró la nueva relación amorosa entre Francisco  y la salvadoreña Teresa Escalante y Ocampo, casada
con el británico William Freer Risk. De esa relación  con quien tuvo una hija, María Ester de los Dolores Freer
Escalante. No habían transcurrido  ni cinco meses cuando, el 11 de septiembre de 1842, se sublevaron los
pueblos de San José y Alajuela, dizque para  de evitar la guerra con Nicaragua. En la capital la lucha fue
sangrienta.

Se calcula que Morazán hizo durante el combate 16,000 tiros  de los cuales cien fueron cañonazos, y que en la
plaza que él defendía se dirigieron 200,000 tiros, de los cuales 300 fueron de cañón. Se cree que los muertos
excedieron a los cien y los heridos a doscientos. Josefita y su hija Adela, de cuatro años, se encontraba al lado
de su esposo y padre, en el cuartel josefino. Salieron de allí para tratar de refugiarse en la casa de la familia
Escalante en medio de una tormenta de proyectiles. Cayeron en poder de los sublevados y fueron conducidas a
la casa de Antonio Pinto Soares, uno de los caudillos de la insurrección.

Entonces estuvieron a punto de ser fusiladas. Más tarde, madre e hija fueron depositadas en custodia del
Presbítero Don José Julián  Blanco y Zamora, y por último el acaudalado cafetalero y comerciante Rafael Moya
Murillo les ofreció hospitalidad. Morazán, en una acción de extrema audacia, con Cabañas y Villaseñor
rompieron la línea de los sitiadores logrando al fin salir de la población. Se dirigieron hacia Cartago, a casa de
quien consideraban un amigo: Pedro Mayorga. Lejos  estaban de sospechar que aquel traidor lo entregaría a sus
opositores y al día siguiente fue conducido de regreso a la capital, donde fue fusilado a las seis de la tarde entre
la expectación popular y el doloroso silencio de sus seguidores. Los sublevados  carrillistas querían asesinar a
Josefita y sus hijos.
A Morazán solo pudo acompañarle su primogénito Francisco Morazán Moncada. Fueron heridos y detenidos
Cabañas, Barrios, Rascon, Orellana, González Zepeda (Manuel),  García del Río, dos señores Pintos de San
Salvador, Francisco Morazán, hijo del ex Presidente, Angulo, doctor Méndez, Vigil, Cruz Lozano, Esteban
Travieso y otros muchos. Josefita se informó del fusilamiento de su esposo una semana después de los hechos,
quien al conocer la noticia sufrió dolorosas convulsiones y llanto sin tregua.

Su vida  con Morazán  la coloca a la par de otras grandes mujeres de su tiempo: Juana Azurduy, Manuela Sáenz,
Bartolina Sisa, Gertrudis Bocanegra, Luisa Cáceres, Policarpa Salavarrieta,  Micaela Bastidas, Dolores Bedoya
de Molina, que son claro ejemplo de la participación femenina en el proceso de la independencia de América
Latina. Permaneció un tiempo en Heredia, protegida por el anti carrillista Moya.   Meses más tarde se trasladó a
El Salvador en la goleta Coquimbo, el 12 de diciembre desembarcaba en el puerto de La Unión para
establecerse en Cojutepeque, en la pobreza. Los bienes heredados de sus padres y de los Travieso se prodigaron
en las campañas de  Morazán. Murió en San Salvador en 1846, a los 52 años de edad.

Juana Azurduy de Padilla, Chuquisaca, 1780-Jujuy1860, heroína de la independencia del Alto Perú, actual
Bolivia. En 1802 contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, con quien tendría cinco hijos. Tras el
estallido de la revolución independentista el 25 de mayo de 1809, Juana y su marido se unieron a los ejércitos
populares, creados tras la destitución del virrey y al producirse el nombramiento de Juan Antonio Álvarez como
gobernador del territorio. El caso de Juana no fue una excepción; muchas mujeres se incorporaban a la lucha en
estos años. Juana colaboró activamente con su marido para organizar el escuadrón que sería conocido como Los
Leales, el cual debía unirse a las tropas enviadas desde Buenos Aires para liberar el Alto Perú. Durante el primer
año de lucha, Juana se vio obligada a abandonar a sus hijos y entró en combate en numerosas ocasiones, ya que
la reacción realista desde Perú no se hizo esperar. La Audiencia de Charcas quedó dividida en dos zonas, una
controlada por la guerrilla y otra por los ejércitos leales al rey de España.

Manuela Sáenz y Aizpuru o Sáenz de Thorne, también llamada Manuelita Sáenz; Quito, 1793 – Paita, Perú,
1859. Patriota ecuatoriana. Esposa del doctor J. Thorne (1817), se convirtió en la amante de Bolívar (1822), al
que acompañó en todas sus campañas y al que, en una ocasión, salvó la vida (1828), lo que le valió el apelativo
de Libertadora del libertador.

Bartolina Sisa, guerrera aymara y ancestral boliviana, nació en 1753 en Sullkawi (hay otra versión que dice que
nació en 1750 en Qara Qhatu, cerca de la ciudad de La Paz). Pudo ver los atropellos que se cometían con las
poblaciones indígenas. Dedicó su vida a luchar contra la opresión de los colonizadores, buscando la libertad y
una vida digna para sus hermanos indígenas. Se casó con Tupak Katari, un joven aymara que compartía la
misma convicción ante la contingencia que vivían. Se unen a Túpac Amaru y a su esposa Micaela Bastidas , dos
guerreros incansables, en busca del mismo propósito de libertad para sus pueblos y que lideraban el grupo de los
quechuas. Estalla la insurgencia aymara-quechua y en 1781 Túpak Amaru es proclamado Virrey del Inca y
Bartolina Sisa es elegida Virreina.
Gertrudis Bocanegra Nació el 11 de abril de 1765 en la ciudad de Pátzcuaro Michoacán en la sociedad colonial
de la Nueva España. Hija de los españoles Pedro Javier Bocanegra y Felicia Mendoza, se casó con Pedro
Advíncula de la Vega, soldado del regimiento provincial. En su matrimonio procreó cuatro hijos. Organizó una
red de comunicaciones mientras su hijo y su esposo se incorporaron al ejército insurgente en las filas de Manuel
Muñiz, que a su vez, se incorporó con su tropa al ejército comandado por Miguel Hidalgo a su paso para
Guadalajara, tomando parte en la batalla de Puente de Calderón. Su esposo y su hijo, sucumbieron en batalla.
Fue enviada a su natal Pátzcuaro para organizar las fuerzas insurgentes y facilitar la entrada a su ciudad. Fue
apresada y sufrió interrogatorios para que delatara a sus compañeros. Sujeta a proceso fue sentenciada y fusilada
al pie de un fresno de la plaza mayor, hoy Vasco de Quiroga, el 11 de octubre de 1817.

Luisa Cáceres de Arismendi Heroína de la Guerra de Independencia de Venezuela (Caracas, 1779 – 1866). Su
padre, Domingo Cáceres, y su hermano Félix fueron asesinados por los realistas en la población de Ocumare en
1814, por lo que tuvo que emigrar con el resto de su familia a Isla Margarita, donde contrajo matrimonio con el
general Juan Bautista Arismendi. Al año siguiente, fue detenida por las autoridades españolas con el propósito
de presionar a su esposo Arismendi, quien desarrollaba una feroz campaña contra las fuerzas españolas. Sin
embargo, el gobernador de Isla Margarita, el español Joaquín Urreiztieta, no consiguió nada ni de ella ni de su
marido por lo que Luisa permaneció en la prisión de la fortaleza de Santa Rosa -donde tuvo a una niña que
murió en el parto- hasta que fue trasladada a la fortaleza de Pampatar, de allí a La Guaira y finalmente a España
(1816), donde también fue víctima de presiones para que renegara de sus ideas republicanas. Sin embargo,
nunca abandonó sus ideales independentistas. Una vez en libertad, regresó a Venezuela en 1818 y continuó
apoyando las ideas de libertad y soberanía del pueblo americano. Vivió en Caracas hasta su muerte. En
reconocimiento a su lucha por la independencia de Venezuela, sus restos fueron sepultados en el Panteón
Nacional en 1876.
Policarpa Salavarrieta, ¿Santafé, Guaduas, Mariquita?, ¿1793-1795?-Santafé, 14 de noviembre de 1817 Esta
heroína colombiana, patriota, amante de la libertad usó nombres, salvoconductos y pasaportes falsos, se empleó
como doméstica para espìar y facilitar emboscadas de la guerrilla, conspiró contra los realistas, ayudó a
organizar destacamentos militares de apoyo a Simón Bolívar… Fue arrestada junto a   Alejo Sabaraín, cuando
intentaba fugarse con otros compañeros al Casanare, fue el hecho  que permitió la captura de la Pola, pues éste
tenía una lista de nombres de realistas y  de patriotas que la Pola le había entregado. Hasta ese momento,
Policarpa había podido  pasar desapercibida y moverse con gran libertad por la ciudad. El sargento Iglesias,
principal agente español en la ciudad, fue comisionado para encontrarla y arrestarla. La  Pola fue detenida con
su hermano en la casa de Andrea Ricaurte y Lozano. Inmediatamente  fue reducida a calabozo en el Colegio
Mayor del Rosario. Un consejo de guerra la condenó  a muerte el 10 de noviembre de 1817, junto con Sabaraín
y otros patriotas.
Micaela Bastidas (1745-1781), esposa de Túpac Amaru II (José Gabriel Condorcanqui, 1738-1781) y su
compañera en la rebelión que encabezó en Perú. Fueron ejecutados el mismo día, con la menos conocida
Tomasa Condemayta, capitana de un batallón de mujeres que ganó batallas a las fuerzas españolas
1944: la oposición de las mujeres al Cariato.
El “Cariato” es el nombre con el que se conoce al período de gobierno dictatorial ejercido por Tiburcio Carías
Andino (1933-1949). Carías Andino fue sucedido en  1950 por su ministro de Gobernación Juan
Manuel  Gálvez. Esta dictadura se da en un contexto internacional marcado por la política norteamericana hacia
Latinoamérica regida por la doctrina Moroe y el Corolario de Roosevelt[1]. Estas décadas también están signadas
por crisis económica mundial desatada en 1932 y por la Segunda Guerra Mundial.

En Centro América, particularmente en Guatemala, el  general Jorge Ubico, quien ascendió al poder en 1931, se
había convertido en un dictador y era repudiado por su pueblo. En junio de 1944, un poderoso sentimiento de
oposición al represivo régimen del dictador comenzó a manifestarse. El movimiento se inició entre los
estudiantes y profesores de la Universidad de San Carlos. Se enfrentaron a quien el semanario “Time”  describió
cómo un admirador de la sangrienta purga que Hitler provocó en 1934 y citaba sus palabras: “yo soy como
Hitler, primero ejecuto y después organizo el proceso.  Con  la II Guerra Mundial ciertos cambios empezaban a
debilitar la posición de Ubico.  El dictador militar que había soñado con seguir en el poder durante numerosos
años más, abdicó al fin y dejó al país el 1 de julio de 1944.

En El Salvador, Maximiliano Hernández Martínez [1](San Matías, El Salvador, 20 de octubre de 1882 –


Hacienda Jamastrán, Danlí, Honduras, 15 de mayo de 1966) el militar y dictador  (1931-1944), usurpó la
presidencia tras un golpe de Estado. La paciencia del pueblo salvadoreño se agotó y a partir del 26 de abril de
1944, los estudiantes universitarios impusieron una huelga parcial, seguidos por los estudiantes de educación
media, los maestros, los empleados de teatro, las vendedoras de los mercados, los profesionales, y exactamente
un mes después del alzamiento militar, el 2 de mayo de 1944, rebeldes civiles impidieron que los ferrocarriles
de la capital operasen, dando inicio oficial a lo que se conoce como “la huelga de brazos caídos”. Durante la
huelga no hubo producción alguna, por lo cual la presión nacional e internacional creció hasta el punto de
obligar al dictador a deponer su cargo, la renuncia fue anunciada por el mismo mediante un comunicado radial
el 9 de mayo de 1944

En este escenario internacional,  la dictadura de Carías se mantenía por la fuerza y la represión;  castigar y


perseguir,  con destierro, cárcel o muerte, fue la fórmula impuesta a quienes se oponían a las condiciones
económicas y sociales imperantes en el país, se despertó un movimiento social contra la dictadura.

En el mes de mayo de 1944, tras 11 años de férrea y feroz dictadura,  en la ciudad de Tegucigalpa se iniciaron
una serie de protestas protagonizadas por las mujeres liberales. El historiador Lucas Paredes,  registra que el 29
de mayo hubo una manifestación de mujeres contra la dictadura quienes demandaban libertad para los presos
políticos. Una gran movilización se desarrolló  el 4 de julio, ésta  fue encabezada por  un nutrido grupo  de
mujeres,  y a ella se sumaron los opositores al régimen. Con el argumento de ir a dejar flores a la embajada de
los Estados Unidos, el 04 de julio, celebración de su independencia, caminó Emma de Bonilla (viuda del ex
presidente del Partido Liberal, Policarpo Bonilla -1894-1899-), su hija Emma, la profesora Visitación Padilla
“Choncita” –actualmente Heroína Nacional-, Lolita Reina de Watson, Paula Valentine de Callejas, la escritora
Argentina Díaz Lozano, la niña Prisca Ugarte, las hermanas Girón y otras mujeres  que iniciaron la movilización
desde el centro capitalino.

En Tegucigalpa “Comenzó a marchar la manifestación en completo silencio, portando solamente banderines


liberales y uno que otro cartón pidiendo la liberación de los reos políticos”, relata Emma Bonilla en su 
testimonio. En el camino se juntaron los estudiantes universitarios y la multitud era enorme, llenando las calles
entre el parque central y el parque Valle.

Se proponían que, si las movilizaciones sociales no obligaban a renunciar a el dictador nacionalista, ya que  la
oposición llegó a reunir a miles de manifestantes, sostendrían una huelga de brazos caídos hasta el 14 de julio,
aniversario de la toma de la Bastilla (Francia). Por esta razón el 5 de julio se organizó un Comité de Huelga
donde había médicos, ingenieros, profesores, obreros y artesanos, unidos para la liberar la patria del dictador.
La manifestación se desarrolló  en calma, pasaron por la Embajada de El Salvador, país que había derrocado la
dictadura. Las mujeres caminaban por la calle y los hombres por las aceras. No hubo ninguna amenaza, la
“Mancha Brava” de las mujeres nacionalistas no les impidió manifestarse, tampoco hubo presencia la policía de
Carías, según el relato de Bonilla, plasmado en el escrito de Marvin Barahona en el libro “Honduras en el siglo
XX” una síntesis histórica.

Ellas demandaban “Deje el poder señor Presidente, porque su gobierno es inconstitucional e impopular. Déjelo
por el bien de los hondureños, de la Democracia, de la Civilización y de la justicia”, exigían las y los
universitarios en  1944, al dictador nacionalista Tiburcio Carías Andino.

Estas peticiones requerían un “programa mínimo” para lograr la renuncia de Carías, convocar a elecciones
libres, la libertad de los presos políticos y militares, retorno de los exiliados, la libertad de prensa, el respeto a
los derechos ciudadanos y la reforma de la Constitución de la República de 1936.

A la movilización social del 4 de julio, siguió la protesta del 06 de julio en San Pedro Sula, y mientras el doctor
Peraza –nacionalista adversario a Carías- pronunciaba su discurso, expresó: “Pueblo sampedrano, habéis dado
una muestra más de verdadero civismo; la patria os lo agradece, viva Honduras!”.
Estas últimas palabras fueron seguidas por un disparo ejecutado por el mayor Ángel Funes, proyectil que le
quitó la vida al periodista Alejandro Irías. Esa fue la señal para que la policía comenzara la masacre con sus
ametralladoras de mano, fusiles y pistolas. Dispararon directamente sobre la multitud durante unos diez
minutos. La manifestación pacífica fue sangrientamente disuelta por los órganos represivos de la dictadura
posicionada estratégicamente en las azoteas de los edificios vecinos, disparando indiscriminadamente a la
multitud integrada por hombres, mujeres y niños, que frente a las nutridas descargas de fusilería, corrían a
refugiarse en los edificios vecinos, dejando sobre el pavimento a más de 70  muertos y más de 125 heridos, de
todos los sexos y edades según el  relato Arturo Rendón Pineda, quien tenía entonces 13 años de edad.

Una lista incompleta de las y los caídos  se ha ido elaborando, inicialmente con 31 nombres recuperados de un
documento semi destruidos recabados por Tornas Erazo, nombres aparecidos en un campo pagado por Héctor
Lara Rivera fue publicado en julio de 1994 y se ha enriquecido con el testimonio del Dr. José Antonio Peraza:

Surgimiento del estado hondureño (1838-1899)


Primera constitución
General, José Trinidad Cabañas

Para Honduras, el período de la federación había sido desastroso. Las rivalidades locales y las disputas ideológicas habían producido el caos
político y perturbado la economía. Los británicos se habían aprovechado de la situación caótica de restablecer su control sobre las Islas de la Bahía.
Como resultado, Honduras no perdió tiempo en formalmente separarse de la federación, una vez que se sintió libre de hacerlo.
Honduras declaró su Independencia de Centroamérica el 15 de noviembre de 1838. En enero de 1839, se adoptó formalmente la primera
constitución del país. El general Francisco Ferrera se convirtió en el primer presidente (1841 - 42) del país luego de que este, se presentara como
candidato único. Este periodo fue seguido por un segundo periodo (1842-44). Al término de su mandato entregó el mando a Coronado
Chávez (1845-47).
Una vez finalizado el periodo de Chávez, El Gral. Ferrera quiso regresar al poder pero no encontró apoyo y en su lugar el congreso nombró al
conservador, Juan Lindo. Durante la presidencia de Lindo, se adoptó en 1848 una nueva constitución. Lindo hizo un esfuerzo por promover la
educación, y mejorar la situación administrativa del país.
En 1852, Juan Lindo entregó el poder al liberal José Trinidad Cabañas (1852-55). Tres años más tarde, el gobierno guatemalteco de Rafael Carrera
invadió Honduras y expulsó a Cabañas, instalando en su lugar el líder conservador, José Santos Guardiola.
Intervención extranjera
El filibustero William Walker murió ejecutado en la ciudad de Trujillo.

La lucha entre liberales y conservadores centroamericanos, fue puesta temporalmente a un lado debido a la aparición del filibustero
estadounidense, William Walker en 1855. En 1856 Walker se auto nombró presidente de Nicaragua. Ante esta situación, los ejércitos de los países
centroamericanos formaron una alianza y obligaron al filibustero abandonar Nicaragua en 1857, regresando este a Estados Unidos
En 1859 los británicos acordaron un tratado que reconocía la soberanía de Honduras sobre 'La Mosquitia' e islas de la Bahía. Algunos de los
colonos británicos en la zona se opusieron a esta transferencia y solicitaron ayuda a William Walker. Este pensó que sería bien recibido por los
liberales de Honduras, quienes trataban de derrocar al presidente José Santos Guardiola.
En 1860, Walker desembarcó en las costas de Honduras, pero allí encontró poco apoyo de parte de los hondureños y de los británicos. Walker se
entregó a los británicos, quienes de inmediato lo entregaron a las autoridades hondureñas. Unos días más tarde (1860), Walker fue fusilado en
Trujillo. El regreso de las Islas de la Bahía y la muerte de Walker pusieron fin a la amenaza inmediata a la integridad territorial de Centroamérica y
Honduras.
Por todo el resto del siglo, Honduras fue gobernada por presidentes impuestos por Guatemala, El Salvador y Nicaragua. El General  José María
Medina se desempeñó como presidente varias veces durante ese período, pero una intervención de Guatemala en 1876 lo sacó del poder junto a
sus partidarios. En su lugar llegó el Doctor Marco Aurelio Soto quien gobernó con el apoyo del presidente Justo Rufino Barrios.3Soto implementó en
Honduras la Reforma Liberal, a través de la cual desarrolló la economía y convirtió al país en una sociedad moderna.
Sin embargo en 1883, el Doctor Soto también cayó en desgracia con Barrios y se vio obligado a dimitir. Su sucesor, el general Luis Bográn,
sobrevivió en el cargo hasta 1891 cuando el Gral. Ponciano Leiva (quien gobernó brevemente en tres ocasiones 1873-76) volvió al poder en unas
elecciones manipuladas. A pesar de ser un liberal, Leiva intentó gobernar como un dictador absoluto. Leiva disolvió el Partido Liberal de Honduras
(PLH) y deportó a sus dirigentes.
El resultado de esto fue una nueva ronda de conflictos en la cual, el reconstituido Partido Liberal finalmente salió victorioso. El PLH fue dirigido
por Policarpo Bonilla, con el apoyo del dictador liberal de Nicaragua, José Santos Zelaya.
Cuando Bonilla asumió el poder en 1894, este comenzó a implementar cierto grado de orden en la escena de la política hondureña. Otra
constitución fue promulgada en 1895, y Bonilla fue elegido para un mandato de cuatro años. La administración de Bonilla modernizó los códigos
civil, mejoró las comunicaciones, e hizo un esfuerzo por resolver la alargada disputa fronteriza con Nicaragua. Bonilla también se aseguró que el
Gral. Terencio Sierra lo reemplazara al final de su mandato en 1899.

Siglo XX
El enclave bananero
 United Fruit Company

Manuel Bonilla

El presidente Terencio Sierra fue el primer gobernante de Honduras del siglo XX, luego de recibir la presidencia de manos de Policarpo Bonilla en
1899. Durante su gestión, se dio uno de los hechos históricos más importantes en la vida económica y política del país. "Los hermanos Vaccaro, una
familia de origen italiano que comerciaban banano en Nueva Orleans, recibió concesiones de tierras en la Costa Norte... La empresa de los Vaccaro,
como lo hicieron más tarde otros concesionarios en la Costa norte, aprovechó los privilegios que le otorgaban las concesiones para exportar banano
desde La Ceiba."
Una vez cumplido su periodo presidencial, Sierra hizo esfuerzos por perpetuarse en el poder, pero fue derrocado por el general Manuel Bonilla. Este
gobernante resultó ser mejor amigo de las compañías bananeras que el mismo Terencio Sierra. Durante su administración estas empresas, ganaron
las exenciones de impuestos y el permiso para la construcción de muelles y carreteras. También concesiones para construir cauces artificiales para
transportar el banano y canalizar los ríos Salado y El Porvenir, así como el permiso para obtener las cartas para la construcción del nuevo ferrocarril.
Durante su mandato el conservador, Manuel Bonilla encarceló al ex presidente Policarpo Bonilla por dos años y tomó otras medidas para reprimir la
oposición política de los liberales, que eran el único partido político organizado. Los conservadores se dividieron en una serie de facciones
personalistas y carecían de un liderazgo coherente. Manuel Bonilla hizo algunos esfuerzos por reorganizar los conservadores en un partido político.
El actual Partido Nacional de Honduras (PNH) tiene sus orígenes en su administración.3Manuel Bonilla promovió algunas mejoras internas, en
particular la construcción de carreteras. Pero quizás el mayor logro de la administración Bonilla, fue la delimitación de la frontera con Nicaragua
especialmente en la zona de La Mosquitia, por la cual hubo una larga disputa.
En 1906 Manuel Bonilla resistió con éxito una invasión desde Guatemala, pero este fue su último gran éxito. El pacto de amistad que tenía firmado
(1906) con Guatemala y El Salvador fue interpretada como una alianza anti-Nicaragüense por el presidente Zelaya de Nicaragua. Zelaya comenzó a
apoyar a los liberales exiliados de Honduras en su país en un esfuerzo por derrocar a Manuel Bonilla, quien se había convertido, en el  dictador de
Honduras.3Bonilla intentó resistir con la ayuda de los salvadoreños. Pero en marzo, sus fuerzas fueron derrotadas de manera decisiva, en una
batalla notable por la aparición de ametralladoras en los conflictos civiles de Centroamérica.

Inestabilidad y tratados de paz


Tiburcio Carías Andino

Conferencia de Paz y Amistad de 1907.

"La Junta Provisional de Gobierno, integrada por los generales Miguel Oquelí Bustillo, Máximo B. Rosales y J. Ignacio Castro, designó a Miguel
Rafael Dávila Cuellar como nuevo presidente de la república... Las primeras medidas fueron pacificar el país y someter a los jefes rebeldes del
antiguo régimen de Manuel Bonilla. La influencia de los gobiernos de Nicaragua y El Salvador en intervenir en los asuntos internos de Honduras,
obligó al presidente Dávila Cuellar a movilizar tropas hacia las fronteras." "El 20 de diciembre de 1907, se celebró en Washington, el Tratado general
de paz y amistad para poner fin a las hostilidades de Nicaragua y El Salvador contra el gobierno de Dávila. Electo el 1 de marzo de 1908 para su
período constitucional, la administración se enfrentó a la invasión de Manuel Bonilla. Por la gravedad del conflicto político-militar, el gobierno de
Estados Unidos de América intervino."
Las negociaciones entre las fuerzas del gobierno y la oposición militar de Manuel Bonilla, conocidas como Conferencias del Tacoma, con la
mediación del gobierno norteamericano, se llevaron a bordo de un buque de guerra de este país anclado en la Bahía de Puerto Cortés, con la
presencia del representante del departamento de Estado, Thomas C. Dawson. Como resultado de las conversaciones, el presidente Dávila renuncia
y se nombra a Francisco Bertrand como gobernante provisional.

Vicente Mejía Colindres. Convenios en que Honduras está afiliada a nivel internacional.

De 1920 a 1923, se dieron diecisiete levantamientos o intentos de golpe de estado en Honduras con la participación de los países vecinos. Esto
contribuyó aún más a la inestabilidad política del país. Estados Unidos preocupado por proteger sus intereses en el país, trató de mediar con un
segundo Tratado de Paz en 1923. Vicente Mejía Colindres asumió el cargo en 1929 con grandes esperanzas para su administración y su nación.
Honduras parecía encaminarse rumbo al progreso político y económico. Pero muchas de las esperanzas de Mejía Colindres, se desvanecieron con
el inicio de la Gran Depresión.
El general Tiburcio Carías Andino gobernó a Honduras dictatoríamente durante la 'Gran Depresión', hasta 1948. Durante su gobierno la situación
fiscal del país mejoró notablemente, modernizó las fuerzas armadas y mejoró ligeramente la educación y la infraestructura de Honduras. Además,
trajo orden y una paz relativa que el país no había tenido, aunque para ello tuvo que hacer uso de la represión. Presionado por el gobierno de los
Estados Unidos, el Gral. Carias permitió elecciones libres en el país. No obstante, Carías encontró maneras de usar su influencia y nominó a Juan
Manuel Gálvez como candidato por el Partido Nacional.
Juan Manuel Gálvez ganó las elecciones sin oposición alguna. Durante su gobierno, Gálvez siguió la mayor parte de las políticas fiscales de la
administración Carias, la reducción de la deuda externa y pagó hasta el último de los bonos británicos. Las compañías fruteras siguieron recibiendo
un buen trato por parte de Gálvez. Además, Gálvez estableció algunos cambios notables en comparación a los últimos quince años. La educación
recibo mayor atención, y comenzó a recibir una parte mayor del presupuesto nacional. El cambio más evidente fue en la arena política. Un
considerable grado de libertad de prensa fue restaurada. Al Partido Liberal se le permitió reorganizarse, así como a otros grupos políticos. Asimismo,
los trabajadores también se beneficiaron durante su gobierno.

Segunda Guerra Mundial


Las relaciones diplomáticas entre Honduras y las naciones del Eje se mantendrían en pie hasta 1941, no es hasta que se produce el ataque a Pearl
Harbor en diciembre del mismo año que honduras le declararía la guerra al Imperio del Japón el 8 de diciembre de 1941 y acto seguido a
la Alemania Nazi y el Reino de Italia junto con otras naciones Centroamericanas. De esta manera diversos buques mercantes de Honduras serían
atacados por U-boats Alemanes por ende se inician los patrullajes aéreos a partir de 1942. Esto fue gracias a que la dictadura de  Tiburcio Carias
Andino modernizó el ejército Hondureño y fundó la Fuerza Aérea Hondureña.32 Durante esta época llegaría la política más controversial del
Gobierno del general Carias Andino la cual fue la incautación de bienes y propiedades pertenecientes a familias alemanas hondureñas.

La crisis constitucional de 1954


Artículo principal: Julio Lozano Díaz

Julio Lozano Díaz

Los programas liberales impulsados por Gálvez no dejaron nada contento al ex presidente Tiburcio Carías Andino, por lo que decidió postularse a la
presidencia por el PNH a pesar de su avanzada edad. Este movimiento, sin embargo dividió al partido, y los miembros más moderados se separaron
para formar el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR). La división del partido en el poder alentó al Partido Liberal (PLH), que se unió detrás de
la candidatura de Ramón Villeda Morales, un médico de Tegucigalpa quien fue visto como un poco a la izquierda en el espectro político del partido.
La campaña política y las elecciones fueron muy libres y honestas. El 10 de octubre de 1954, aproximadamente 260.000 de los más de 400 mil
votantes acudieron a las urnas. Ramón Villeda Morales ganó con 121.213 votos, Carías recibió 77.041 y Abraham Williams recibió a 53.041. No
obstante Villeda quedó corto de ser elegido por unos 8,000 votos. Bajo las leyes de Honduras, era necesario obtener una mayoría para ser elegido
presidente.
Dado este escenario se repitió lo sucedido durante la elección de 1924. La constitución requería, en primer lugar, que dos tercios de los miembros
de la nueva legislatura debían estar presentes y votar para elegir a un presidente y, en segundo lugar, que el vencedor debe recibir dos tercios de
votos de la legislatura. Para complicar aún más las cosas, Gálvez se fue a Miami supuestamente para recibir tratamiento médico, aunque algunas
fuentes aseguran que este simplemente huyó del país, dejando el gobierno en manos del vicepresidente Julio Lozano Díaz.
Incapaces reconciliar sus diferencias y no dispuestos a aceptar Villeda Morales como presidente, los diputados del PNH y MNR boicotearon la
asamblea legislativa, produciendo una crisis constitucional. Esa Constitución estipulaba que en caso de bloqueo del Congreso le correspondía a la
Corte Suprema de Justicia elegir al presidente. Pero los miembros de la corte, eran personas nombradas por Carías, por esta razón, el PLH se
opuso a tal curso de acción.
Ante esta coyuntura, el Vice-presidente, Julio Lozano Díaz repentinamente suspendió la legislatura y anunció que actuaría como presidente hasta
nuevas elecciones. Lozano Díaz declaró que iba a formar un gobierno de unidad nacional con miembros del gabinete tomadas de todos los grandes
partidos y recibió promesas de apoyo de los tres candidatos en las elecciones de 1954. En su discurso del 6 de diciembre Díaz anuncio que él
"actuaría como un sol magnífico, que a todos ilumina y a nadie quema." Según el historiador Longino Becerra: "Al principio todo fue armonía entre
las fuerzas que se repartieron el poder político de la Nación."
Pero Lozano Díaz, pronto dejó claro que no tenía ninguna intención de entregar el poder en elecciones libres, organizó su propio partido (Partido
Unión Nacional, o PUN) y contó con el apoyo de las compañías bananeras y "la burguesía disidente del partido nacional." Asimismo, limitó las
actividades de otros partidos políticos y, en julio de 1956, Villeda Morales y otros líderes PLH fueron arrestados y llevados de repente en el exilio.
Unas semanas más tarde, el gobierno aplastó un levantamiento de 400 soldados en la capital. La opinión pública, sin embargo, se estaba
convirtiendo cada vez más hostil al presidente, y los rumores de su inminente caída habían comenzado a circular.
El 21 de octubre de 1956, las fuerzas armadas, dirigidas por el director de la Escuela Militar, General Roque J. Rodríguez, el comandante de la
Fuerza Aérea, Coronel Héctor Caraccioli y por el Mayor Roberto Gálvez Barnes, derrocaron y enviaron al exilio a Julio Lozano Díaz. Estos
establecieron una junta militar para gobernar el país, hasta la celebración de nuevas elecciones.

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