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Calavera al Maestro Toledo

Muchas vidas el salvó de lo digno en Oaxaca,

de temblores y pisoteadas;

A las empresas gringas sacó a tamales y patadas.

Siempre colores sembró como los dientes del elote,

y papalotes voló para buscar estudiantes.

Pintó un grillo, elefantes, monos cantores y farsantes,

Ahí en el IAGO llenó la mente de los comensales.

Un día muy tempranito se tomó su tejatito,

Ya el corazón le dolió cuando miro un rinconcito,

Estaba sentada en el piso cual niña en su tapetito,

la huesuda le sonrió y le dijo ya muy bajito:

¡Ya te dejo este mezcal que sabe de lo bonito!,

¡A los cielos del Mictlán te llevo ya rapidito! –

Corre y corre ya el Maestro de ese susto corpulento,

Mucho tiempo le huyó como papalote al viento.

Luego el tiempo ya pasó y la sed lo correteo,

Llegó al CaSa sin palabra y la muerte que lo engaña:

Toma de este buen vinito que el Monsi acá te trujo,

y este libro pintarás para darte buen alivio.

Ya el Maestro con tanta sed y con ganas de vaciarse,

le dio un trago al mal coctel y la parca le detuvo:

Ora si méndigo viejo, ya te traía las ganas,

Tu salvaste mexicanos de todas sus desventuras,

Ya te llevo a mi cuartel con todo y con tus pinturas,

para que los mexicanos también se pongan truchas.

Ya Murió nuestro Toledo,

ya se fue con sus pasiones,

La calaca nos dejó tan solo sus enseñanzas.

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