Está en la página 1de 4

La Pelotera

LA REINA ESTHER EN EL CARNAVAL DE 1918


Por: Moisés Pineda Salazar.

Se había conseguido romper la saga de Presidentes y Presidentas del Carnaval en


Barranquilla. Expresión en charada de un orden republicano que poco habría servido para
consolidar la paz como aspiración de “La Civilización”

Eran las cinco de la tarde de aquel jueves del mes de Octubre de 1922 cuando se
reunieron en el amplio salón de lectura del Club Barranquilla, Don Ernesto
Cortissoz, el Rabino Moisés de Sola, Tirso Schemel, los hermanos Heilbron y
otros dirigentes y empresarios para conversar acerca de la organización de las
fiestas del Carnaval de 1923.

Me contaba mi padre que desde antes de nacer yo, en


tiempos del Rey del Carnaval Don José 1º De la Rosa (El
Pobre), al llegar las carnestolendas era corriente
escuchar comentar entre los miembros de la Comunidad
Sefardita, las propuestas que sus ilustres miembros Don
Manuel De La Rosa Presidente del Carnaval y de su
Presidenta Ana P de Senior, plantearon en el de 1906.
¿Por qué no echar a un lado las figuras de Presidentes y
Presidentas del Carnaval para materializar lo que se
predica en Barranquilla acerca de que esta es “La Fiesta
de las Mujeres”?
Ernesto Cortissoz. Comúnmente se dice que es en los bailes del carnaval
cuando la mujer cubierta con el antifaz adquiere la libertad completa para
expresar lo que siente y manifestar lo que desea.
Efectivamente, en el carnaval ellas pueden emplear impunemente la burla y
la coquetería.

Connacional de Don Jacob Cortissoz, el Cónsul de los Países Bajos y Rabino de


la Comunidad Sefardita Don Moisés De Samuel De Sola y Jessurum, como
autoridad religiosa, debió terciar en la argumentación del Clubista para anotar.
Esa es una idea muy cercana a lo que nosotros vivimos
en las Fiestas del Purim, que están dedicadas a
engrandecer y a dignificar a la Mujer Judía en la persona
de La Reina Esther.
Ella, con la ayuda de su Tío Mardoqueo, libró a Israel de
las acechanzas del malvado Ministro Amán que intrigaba
ante el Rey Persa Ajashwerosh, en contra del Pueblo
Elegido por Hashem.
Moisés De Sola Antes que ella, Judith, Débora y Jael, que son expresión
del alma guerrera de Israel, fueron celebradas en su día
porque El Todopoderoso se manifestó a través de ellas para librar a nuestro
Pueblo de sus enemigos.
Es en la celebración de Esther cuando los hebreos, desde los tiempos de
Ajashwerosh, en los días catorce y quince del mes de Adár nos
congregamos para recordar la fecha en la que los judíos nos libramos de
nuestros enemigos.
Mardoqueo y Esther nos ordenaron hacerlo en la carta que enviaron a las
cientoventisiete provincias del Imperio de Ajashwerosh.
Lo leemos en la Meguila de Esther en estos días de fiesta y hacemos ruidos
y gritamos insultos cada vez que en la lectura del texto del rollo se
menciona el nombre del malvado Amán.
En recordación de Esther, nuestras mujeres visten como Reinas.
Los varones nos vestimos con ropa antigua en recordación de aquellos
antepasados que encontraron refugio en Persia.
Nos damos regalos los unos a los otros, de comer al menesteroso y
ayudamos a los pobres.

Don Abraham Zacarías pareció salir de las profundas cavilaciones en las que las
noticias que escuchaba lo habían ensimismado
Los judíos, desde los tiempos de Mordechai nos hemos comprometido a
cumplir con aquellos deberes de caridad y amor con el desvalido.
El Todopoderoso prefiere la TzeDakáh a todos los sacrificios porque ella es
un acto de piedad, no de vanidad, no de humillación. Es un gesto de
compartir la vida, para restituir en el otro su derecho a vivir dignamente.

Baile de Disfraces en Purim. Baile de Disfraces Función de fines de Beneficencia.


Función de Beneficencia. 1881 Estrella de La Caridad.

Por eso, aquí en Barranquilla, en el año de 1917, en cumplimiento de este


mandamiento sagrado, desde nuestra Hermandad en la que su padre de
Usted, Don Jacob, también llegó a ostentar el Grado 33, hemos propiciado
que nuestras mujeres, esposas, cuñadas, hijas y hermanas organicen una
asociación de beneficencia que han llamado “La Estrella de la Caridad”, -
Esther Tzedakah-, para que, al igual de cómo lo hace nuestra congregación
en cumplimiento de nuestra tradición del Purim, trabajen de consuno con
mujeres de todas las razas y creencias por los huérfanos, las madres
abandonadas, los ancianos y todo aquel que precise que Él, el
Todopoderoso, se manifieste a través de las manos graciosas de sus
siervas.
Para conseguir fondos, con motivo de las fiestas de carnaval, ellas
organizan bazares, bailes, obras de teatro, verbenas y otras funciones de
beneficencia. En la mujer, madre, esposa, hermana o hija, está la
respuesta.
Eso es lo que nos enseña la Mequilá de Esther.

Don Ernesto pone en recordación cómo en el año 1918, en consecuencia de


aquello se había conseguido romper la saga de Presidentes y Presidentas del
Carnaval en Barranquilla. Expresión en charada de un orden republicano que poco
habría servido para consolidar la paz como aspiración de “La Civilización”.
Con la ayuda de las mujeres de nuestra Comunidad, con el apoyo de la
Logia Siglo XIX y el de la naciente “Estrella de la Caridad”; con el de
nuestra poderosa clientela del Banco Mercantil; con la entusiasta
colaboración de nuestros distribuidores y consumidores de Cerveza San
Nicolás, Águila y Toro Negro y con el respaldo de nuestros abonados del
acueducto municipal, pudimos convencer a la Junta de los Clubs ABC,
Barranquilla y a la mayoría de los clubistas del Unión, Italiano y Alemán,
para que aceptaran la idea de tener una Reina como Esther en el Carnaval
que en compañía de su Padre o de su Tío, protegiera a su Pueblo.
Y, en procura, elegimos a Alicia Lafaurie Roncallo como la Reina del
Carnaval de Barranquilla cuyo padre, Alejandro Magno Lafaurie, procedente
de Santa Marta, financió, a sus expensas, la fiesta de ese año.

Alicia Lafaurie Roncallo y su padre Alejandro Magno Lafaurie.


Carnaval de 1918

Con un nutrido grupo de amigos logistas, correligionarios y socios,


organizamos un cuerpo de de guardia que llamamos “Los Mosqueteros
Grises” quienes, bajo el nombre de “D’Artagnan De Los Cortijos”, me
eligieron su Comandante con la misión de ser los celosos guardianes y
protectores de Su Majestad, la Reina, la Esther de esta fiesta barranquillera
que en trece días precedió las nuestras del Purim que festejamos el 25 y el
26 de febrero.

¡Viva Alicia 1ª!

También podría gustarte