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pueblo de Paimogo (Baimogo: surgidero del cerro, en ibérico) y que desemboca en el

Malagón, y a su vez en el Guadiana, que no duda en emparentarlo al ibérico “ruta del


cobre”. El pueblo tenía un santuario de la gentilidad hoy convertido en la ermita de
Santísima Virgen de la Peña en Puebla de Guzmán. En Gerona en la cuenca del Tordera
está el pueblo de Arbucias, que la etimología atribulle a lugar de arbustos pero que
nuestro autor no duda en atribuirlo al toponímico arbucias, heredero ibérico de Arbucale
por una cascada llamada Gorch gros. Tambien se sorprende de la cantidad de topónimos
con la voz Arba, arbe, alba, albe en el mundo ibéricolibio (aquí pone innumerables
ejemplos desde Alba de Yeltes, Sierra de Urbión, el río Arba afluente zaragozano del
Ebro, Narbona...etc. Tras interesantes mapas con la situación de los topónimos con
ARB y ALB (que salpican toda la península, sin distinción de zona indoeuropea o no),
se lanza a la búsqueda de Arbucale como la Numancia betónica. Descarta el cerro del
Berrueco, del que dice que tiene doce fuentes en su recinto interior (yo no recuerdo ni
una), se lanza a los yacimientos conocidos de Ávila: Cogotas, Castillejos, Ulaca y
Meseta de Miranda. Descarta los dos primeros porque no tienen saltos de agua (y digo
yo, la presa de las Cogotas se hizo aprovechando una estrechez y un salto de agua
importante del Adaja pero bueno, he dicho que no iba a poner muchos sic). Ulaca
vendría del ibérico “ulacal” o corazón de la tierra, sin más... Pues para regocijo de mi
querido paisano Ricardo, el autor no duda en situarla en Mesa de Miranda, meseta
rodeada de dos arroyos, Matapeces y Rihondo o Arevalillo, este último forma cascadas
o chorreras en las proximidades del castro, que descubrió D. Antonio Molinero. Su
descripción es acorde a lo actual pero no puedo por menos que describirla con sus
palabras...: “La única entrada del reducto interior, donde finalizó el heróico drama.
Aníbal, al penetrar vencedor por el portillo, debió meditar sobre el espíritu combativo
de estos guerreros, muertos antes que prisioneros para derribar a su rival Roma. Betonia
fué desde entonces su centro de reclutamiento y suministró los mejores soldados de
Cartago: los gigantes que atravesaron los Alpes, vencieron en Italia y supieron morir
como héroes en Zama”. En fin, disfrutadlo. Vettonio.

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