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“Yo creo que estos vehículos extraterrestres (los ovnis) con sus tripulantes están
visitando nuestro planeta y proceden de otros planetas”...
Mayor Gordon Cooper
“A mi me han preguntado y contesto públicamente que yo creo firmemente en la
existencia de los Ovnis, son algo diferente, algo que proviene de otra civilización”.
Comandante Eugene Cernan, Apolo XVII
Siendo la observación de los Ovnis un fenómeno creciente ,quien mejor que los
astronautas para dar fe de él, al tener la oportunidad de salir de la atmósfera terrestre
y contemplar el vasto infinito con todos sus misterios. En éste sentido podemos
asegurar que no ha habido misión espacial americana o rusa que no haya tenido
algún tipo de encuentro o de observación de extraños objetos, orbitando alrededor de
la Tierra o camino a la Luna.
Las experiencias de observaciones se iniciaron con el astronauta John Glenn el
20 de Febrero de 1962, quien en su trayectoria alrededor del planeta, observó varios
cuerpos luminosos cuando iba saliendo del cono de sombra entre Australia y el
Océano Indico . La observación fue perfecta por cuanto la cápsula espacial Friendship
7 del Proyecto Mercury, estaba dotada de un regulador de posición que le permitía al
astronauta ubicarse en ángulo de visión.
El segundo encuentro de los astronautas norteamericanos fue el 24 de mayo de
1962 cuando el astronauta Scott Carpenter desde la nave Aurora 7 del Proyecto
Mercury, tomó varias fotografías de un objeto no identificado , del cual salían otros
objetos más pequeños.
El 16 de mayo de 1963 fue la tercera observación con el Mayor Gordon
Cooper, quien era seguido desde Tierra por una multitud de estaciones de rastreo
dispersas por todo el planeta.
A las 20 horas, hora local de Australia, Cooper alertó que estaba siendo
acompañado por un objeto que emitía una luz verde y que tenía como una cola roja, y
que lo extraño era que circunvolaba la Tierra en sentido contrario de la rotación
terrestre. Desde tierra fue rastreado el Ovni y fue reportado por la Cadena de Noticias
NBC que estuvo informando del vuelo.
Después del vuelo, los científicos del ATIC especularon que el Ovni podría
haber sido el asteroide Markowitz-Johnson por el sentido “contrarrevolucionario”
que llevaba.
Al ser los astronautas militares experimentados estos estaban sujetos a la
permanente censura de la NASA o del gobierno propiamente dicho, así que ellos no
podían hacer mayores comentarios de sus encuentros. Y los informes definitivos
seguían un curso confidencial al ATIC.
A continuación con el proyecto Géminis, la agencia espacial norteamericana
pretendió un salto en la carrera espacial acoplando en el espacio una cápsula biplaza
tripulada con un cohete Atlas Agena B . El 8 de abril de 1964, el vuelo del Géminis I
era seguido atentamente desde tierra por los radares, cuando irrumpieron en la
pantalla cuatro ovnis acercándose a velocidades inimaginables para ese tiempo (40
mil kilómetros por hora según los expertos).
Los cuatro ovnis, al aproximarse disminuyeron su velocidad y se ubicaron , dos
encima del Géminis , uno debajo y otro detrás, acompañándolo durante toda la órbita,
durando esto una hora y quince minutos aproximadamente. Luego asi como
aparecieron se desaparecieron.
En junio de 1965, los astronautas Ed White (primer estadounidense que caminó
en el espacio) y James Mc. Divitt del Géminis IV, captaron sobre Hawai un objeto
metálico misterioso, el cual fotografiaron y filmaron . Tenía como unos largos brazos
que salían de su estructura. Según la NASA pudo haber sido el satélite Pegaso con el
cual podrían haberse confundido los astronautas.
El 4 de diciembre de 1965, los astronautas James Lowell y Frank Borman a
bordo de otra cápsula Géminis, la número VII, también vieron un ovni durante la
segunda órbita del vuelo que habría de durar como récord, catorce días. El objeto
formado por dos luces los acompañó , pero la NASA trató de cerrar el caso
afirmando que era una parte (etapa) de su propio cohete.
El 15 de diciembre, los astronautas Walter Schirra y Tom Stafford del Géminis
VI se reunieron en el espacio con la Géminis VII, pudiendo fotografiar a los ovnis
que rodeaban la nave de sus compañeros.
El 18 de junio de 1966, el astronauta John W. Young de la Géminis X, informó
estar observando durante la maniobra de descenso al planeta, dos objetos brillantes y
rojos que los acompañaban.
El 12 de septiembre de 1966 la cápsula Géminis XI también fue testigo de la
aparición de ovnis. En la órbita 18, los astronautas Gordon y Conrad vieron un objeto
brillante que se mantenía a la distancia como observándolos.
Durante el vuelo del Géminis XII en noviembre de 1966, los astronautas James
Lowel y Edwin Aldrin (quien sería el segundo en pisar la Luna), dijeron haber visto
cuatro ovnis, muy cerca de su órbita .
El 22 de diciembre de 1968 durante el vuelo del Apolo VIII, los astronautas
Frank Borman, James Lowell y William Anders fueron testigos de algo sorprendente,
la aparición de algo incandescente que irrumpió de improviso. Tenía la forma de un
disco, el cual se ubicó paralelo a la nave terrestre. Luego envolvió a los astronautas
un terrible sonido y las luces del objeto se hicieron intensas, deslumbrantes, hasta que
el objeto se marchó.
Cuando ya estaban a punto de entrar en órbita en la Luna, apareció otro ovni
circular más grande, también incandescente y produciendo el mismo insoportable
zumbido. Esto vino acompañado de ondas de calor y extraños resplandores, sacando a
la nave Apolo fuera de su ruta. Luego el objeto desaparece. Felizmente los
astronautas pudieron devolverse al curso original.
Según muchos radioaficionados, que habrían captado parte de las trasmisiones
del astronauta Lowell, ellos habrían observado en la Luna luces y extrañas estructuras
sobre el suelo del satélite.
En el histórico vuelo del Apolo XI a bordo de un cohete Saturno V, los
astronautas al salir de la órbita terrestre pudieron observar sobre nuestro planeta un
extraño objeto luminoso gigantesco y amorfo (¿Una nave nodriza?). Luego al llegar a
la Luna el astronauta Michael Collins reporto dos objetos acompañando el alunizaje
del módulo “Eagle”(Lem) los cuales él filmó. Una vez en el suelo lunar, los otros
astronautas Neil Amstrong y Edwin Aldrin, habrían sido testigos de la aparición de
extrañas luces inteligentes (“Canéplas”) procedentes de unos cráteres cercanos al
lugar del descenso.
La transmisión de televisión de la llegada a la Luna el 21 de julio de 1969,
llegaba a los receptores en todo el mundo con un conveniente retraso que permitía
cualquier maniobra de censura tanto en las imágenes como en los audios. Y así habría
ocurrido.
Existen una serie de documentos no oficiales que relatan el supuesto diálogo
que habrían tenido los astronautas con el control en Tierra, muchas de estas versiones
recogidas por el investigador alemán Otto Binder y por la revista “Il Giornale dei
Misteri”, se basan en captaciones hechas por radioaficionados que interceptaron la
trasmisión o por científicos de diversas naciones que hacían el seguimiento en
antenas rastreadoras habilitadas por la NASA a nivel mundial . Una de esas versiones
del diálogo relata lo siguiente:
Apolo: Estos “bebés” son muy grandes, señor. ¡Enormes! ¡Dios mío! No
podrían creerlo...¡Les digo que hay otra nave espacial aquí, colocada al otro lado del
cráter ! ¡Están en la Luna, observándonos!
Apolo: Les estoy diciendo que aquí hay otras naves espaciales. Están una al
lado de la otra, en fila, en el lado más alejado del cráter.
Apolo: No tenemos más película. Tenemos tres tomas de los ovnis o lo que
fuera; pueden haber velado la película.
NASA: Misión control...aquí misión control. ¿están uds por partir?¿Qué
significa el alboroto?¿Es por los ovnis? Expliquen...
NASA: ¡Obtengan fotos! Todas las fotos posibles de los ovnis ¿Siguen ustedes
filmando?
Apolo: Sí, los espejos están todos en su lugar... Pero esos seres pueden venir
mañana y llevárselos...Cualquiera que sea su forma, eso eran naves espaciales...No
hay duda alguna.