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ANGUSTIOSA LIBERTAD:

Mucho se ha hablado días pasados sobre el proyecto de reforma del Código Contravencional
de la Ciudad de Buenos Aires, la cual se basa en la prohibición de los “cuida-coches”, los
“limpia vidrios” y los “encapuchados”. Condenando con multas, sanciones y hasta la cárcel
para aquellos que no la cumplan La Ley.-

De todo lo que ya se ha dicho y debatido sobre el tema. Yo quiero irme o salir un poco del
debate de posturas y centrarme en la condición de estado, de sentimiento; existencialista en
los “limpiavidrios”.-

Porque como siempre pasa lo mismo, con el manoseo mediático, ponen a todos “en la misma
bolsa”, además de tratarlos como basura y etiquetarlos como cosa-que- molesta y no como
PERSONAS que necesitan, que tienen necesidades básicas insatisfechas; los siguen
“instrumentando” para la propaganda mediática-política usándolos de enunciado, de título de
“relleno”.-

Por parte de los gobernantes, en vez de buscar medio contenedores, inclusivos y tolerantes. Se
busca desplazarlos y “purgarlos” de la cosmopolita-turística Buenos Aires, no para luchar
contra las caras tristes del pueblo, sino para mostrar al mundo, la “carita limpia” maquillada
hasta el exceso, se busca tapar a una ciudad superpoblado y totalmente desigual, sin mediar
consecuencias sociales se “barre las calles” con acciones represoras sobre los “cara sucias”
violando sin remordimiento ni culpa a los tan olvidados derechos del hombre/mujer;
atropellando todo a su paso por supuesto hasta los límites de la Gral. Paz.-

Todo niños o aquellas personas que limpian los vidrios de los automóviles en alguna parada de
semáforos o en una esquina determinada, no cobran una tarifa “por su servicio”, saliendo a la
luz una de tantas diferencias con los cuida-coches por ejemplo. Estos recurren por necesidad a
la limosna, a pedir la ayuda del otro con lo que quiera o puede dar, transformándose en la
jerga ciudadana en un “mendigo” de la calle, ya sea un niño, mayor, hombre, mujer,
malabarista, limpia-vidrios, acomodador, abre-puertas, o una simple persona que pide ayuda
del “otro” para palear una necesidad primaria…comer.-

Ese “mendigo” en su cruda realidad diaria, en angustia, desesperación y hambre; refleja en


algunos, los valores morales más auténticos de aquellos que dicen ser dueños o modelos de LA
moralidad.-

Porque en su posición, disponiendo de una total libertad e independencia de acción, sin


ataduras ni obligaciones (de contrato); elije permanecer en su humilde condición y no
perderse en lo Uno, la criminalidad, el robo y la delincuencia; tomando la decisión de las
decisiones, asumiendo el estado de angustia como parte de su yo más profundo, auténtico,
ideal, libre y principalmente humano, pidiendo la ayuda de otro Ser, y no “re-matando” su
conciencia al mejor postor, como algunos funcionarios o políticos lo hacen a diario, no para
comer, sino para “ganar” más poder y dinero, entre coimas, concesiones fraudulentas y
negocios turbios.-
Por ejemplo, por un lado, una persona desesperada por hambre, dinero, o lo que sea, para con
él o su familia, puede elegir tomar un arma y salir a robar, matar, secuestrar, etc, etc, muchas
posibilidades, varias LIBERTADES de acción. Pero del otro lado, como el mendigo; teniendo las
mismas posibilidades, en base a iguales necesidades, toma una decisión más angustiosa o
“difícil” y sale a mendigar, a pedir, sin saber siquiera si algo obtendrá en su cotidiano
ambular.-

Sería mucho más fácil robar para obtener lo que quiere, poniendo en riesgo o peligro otras
vidas, su libertad y su vida; pero elige mermar su desesperación con la ayuda de otros, y sin
dañar a “otros” con sus malas acciones. El/ella ni sabe con seguridad si del otro lado le darán
“una mano”, pero decide por sí solo, en forma libre, hacerse cargo de su angustia limpiando
un vidrio, pidiendo en la entrada de un banco, haciendo “malabares” con una pelotita o solo
extendiendo su palma, en señal de ayuda para obtener una moneda.-

Ideal sería, no ver más un mendigo en las calles, que este “viejo” desplazado- marginal, se
transforme con o sin ayuda en una persona que pueda superar su antigua situación, teniendo
un empleo o jubilación, comida todos los días en su mesa para él y su familia y que viva de una
u otra forma satisfaciendo sus necesidades básicas o más, pero su máxima y la de tantos sería
salir del estado angustiante y ser simplemente…..feliz.-

Creo que debe ser su meta y esperanza; en los sueños de las frías noches y el largo ardor del
día, el Mendigo que transita por la city de la opulencia y el derroche diario; se auto-inflige una
lucha entre exterioridad y su condición, con robar o con pedir, con llorar o con reír....con
implorar o con morir. Pero elige a pesar de tan riesgosa encrucijada buscar dentro de sus
posibles y apañarse solo, en su…..angustiosa libertad.-

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