Los cuatro amigos comienzan jugando en un lugar del barrio Simón Bolívar.

Corren, brincan y se lo pasan muy bien entre ellos.

Tiago (hablando fuerte): Hagamos una competición, a ver quién llega primero al
parque.

Pedro: Ay, no. Eso me aburre. Mejor vamos a saltar por las llantas. (Comienza a
saltar de una en una).

Leonardo (bostezando): Qué flojera. No, mejor nos quedamos aquí y contamos
historias misteriosas.

Bernardo: (riéndose): ¿Historias misteriosas? Leonardo, reconoce que eres un

flojo y lo que no quieres es moverte. Yo quiero jugar a correr y saltar, como dice
Pedro.

Leonardo (aceptando): Bueno, sí, me da mucha flojera correr.

Tiago (burlándose): Leonardo es flojo, no hace mandados en la casa ni ayuda en

ella

Todos comienzan a reírse de Leonardo y este se aleja molesto.

Bernardo: No, Leonardo, no te molestes, solo estamos bromeando. Hagamos

algo. Tiago, Pedro y yo vamos a saltar y tú contarás quién lo hace más veces.
¿Quieres? Así no tendrás que moverte, pero participas del juego.