¿Por qué hablar de propósito y porqué se considera el ingrediente más importante de un
emprendimiento? Aquí algunas de sus características: 1. El propósito siempre, siempre, siempre está enfocado en contribuir con los demás. Es tu emprendimiento puesto al servicio del conjunto. 2. El propósito es genérico, amplio y mientras más grande, mejor. 3. Es corto, simple y memorable. Ejemplos: Google: “Ordenar la información del mundo”. Facebook: “Conectar al mundo”. Los objetivos a diferencia de los propósitos, son específicos, medibles y alcanzables, y están enfocados en la conquista de beneficios para el emprendimiento, cómo, por ejemplo: “duplicar la facturación”, “apertura de 2 sedes nuevas”, “ampliar en un 50% la cartera de clientes”. El propósito es diferente, siempre está enfocado en contribuir con los demás. Los propósitos son masivos e inclusivos, además de ser uno de los mayores elementos de diferenciación que puede tener un emprendimiento. ¿Por qué el propósito es el elemento más importante de un emprendimiento? Si no hay propósito en tu emprendimiento (o en tu vida misma), lo que estás haciendo es lo que hace el 99.9% corretear la plata, ser centavero ¿Cuántas veces escuchaste: el dinero es consecuencia de ser buen emprendedor? Pues tan cierto como un piano. Sin embargo, cuando se tiene un propósito grande, el impacto es grande y si el impacto es grande, está aportando cantidades importantes de beneficios y por ende el mismo sistema retribuye al emprendimiento con beneficios aún superiores. Esto no es mágico, es sentido común. El sistema siempre aportará más recursos a quienes le generan más valor. ¿Cuál es el propósito de tu emprendimiento? ¿Alimentar a tus pollitos, a tu pareja y a tu gato? ¿Mantener tu actual estilo de vida? ¿Comprarte el depa frente al mar? ¿Te das cuenta? Realmente no estás pensando en aportarle casi nada al sistema, los beneficios los quieres sobre todo para ti. La gente por lo general responde que eso no es verdad, “cuando me sobra algo, siempre se lo entrego a los demás o como tú dices, al sistema”… ¡Plop! Si tuvieras que elegir entregarle un millón de Dólares a alguien que te los pide para comprarse una casa, pagar la universidad de sus hijos y mantener un “bonito estilo de vida” en beneficio total de una familia de 4 individuos, y por otro lado tienes a un emprendedor que te pide el mismo recurso para levantar una empresa que beneficiará a 500 niños, ¿a quién se lo das? ¿Te das cuenta porqué necesitas pensar, sentir y actuar en algo que sea más grande que el beneficio propio y el de los tuyos? ¿Te das cuenta por qué no te va del todo bien? o ¿Por qué tus resultados no llenan ese vacío? No es lo mismo tener metas, que ocurrencia, si me preguntas a mí, tengo una lista casi interminable y egoísta de objetos que quiero en mi vida. Pero sobre todo tengo un propósito que sin duda me mueve, me hace vibrar, incluso si no tuviera un peso en el bolsillo, lo seguiría intentando (y no lo digo de boca para afuera, en este camino he estado quebrado más de 3 veces). Tener un propósito es viajar sobre hombros de gigantes. Quizá esto del coronavirus sea un mensaje para tomar consciencia de que nuestro bienestar siempre dependerá del bienestar de los demás y viceversa. Somos parte de un todo. Actuemos para el todo.
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