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SERES HUMANOS EN CONSTRUCCIÓN

Observación

En un mural o tablero hacer dos columnas, la primera será la columna donde van a
escribir y relacionar las actitudes que generan frustración y la otra columna la
llenarán al finalizar el tema.

Vinculación
“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la
irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. (Filipenses 1:6 NVI)
Imprimir este versículo y después recortar palabra por palabra, revolverlas y
entregarlas al grupo para que sin ver la biblia, puedan armarlo en el orden correcto.

Concientización

Una de las necesidades más grandes que tenemos los hijos de Dios es
entender que el día que recibimos al Señor Jesucristo, Él comenzó una buena obra
en cada uno de nosotros, un proceso de restauración integral por lo cual no somos
un producto terminado, muy seguramente en este camino seguiremos cometiendo
errores y fallando, pero la clave es no perder nunca la esperanza y la fe en su
promesa que Él seguirá perfeccionando esta obra porque estamos en construcción.
Nuestro Padre sabe que estamos en formación por eso nos mira con misericordia y
tiene paciencia frente a nuestros errores y está siempre dispuesto a corregir y
comenzar de nuevo cuantas veces sea necesario.

1. Necesidad de comprender que estamos en formación


Como hijos de Dios hacemos parte de un plan perfecto, y quien nos diseñó aún
sigue trabajando en cada uno de nosotros y dispone de las herramientas necesarias
para llevarlo a feliz término.
No entender este proceso ha llevado al cristiano a experimentar frustración, culpa y
en muchas ocasiones decepción ante sus debilidades y equivocaciones,
embargando su corazón de pensamientos y actitudes que no son compatibles con
la vida que hemos recibido del Señor.
El mundo nos ha involucrado en una dinámica que demanda perfección a seres
humanos imperfectos, donde errar es casi que imperdonable, pero tener una vida
espiritual hace que tengamos un valor agregado al saber administrar nuestros
errores, entendiendo que no se trata de no fallar, pues Dios ha dispuesto para cada
uno de nosotros la oportunidad de mejorar permanentemente.
“No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra
capacidad viene de Dios”. (2 Corintios 3:5)

Recordemos siempre que no estamos en una competencia, estamos en formación,


y nuestras capacidades provienen de Dios.
2. El secreto de tomar las propias debilidades como escalera para alcanzar
la madurez.
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose
sobre mí el poder de Cristo.
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces
soy fuerte”. 2 Corintios 12:9-10
Debido a los altos estándares que el mundo ha impuesto hoy, se ha generado una
gran necesidad en el profesional y empresario de ser perfectos, de no fallar y estar
a la altura, sin embargo, al no poder responder como se espera de ellos, se tienen
que enfrentar al sentimiento de culpa e insatisfacción personal al no saber lidiar con
dicha situación.
A través de la vida del apóstol Pablo entendemos las debilidades como la estrategia
de Dios para formar un carácter especial: el carácter de Cristo en nosotros.

3. Dios, un restaurador que no se cansa


“Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. Pero la
vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer
otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien. En ese momento la
palabra del SEÑOR vino a mí, y me dijo: «Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer
con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro? —afirma el SEÑOR—.
Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del
alfarero”. (Jeremías 18:3-6)
Dios como nuestro alfarero está dispuesto a comenzar una y otra vez con esta obra,
pues su propósito es hacerla bien, no importa cuántas veces esta vasija llena de
fallas y debilidades se deshaga en sus manos, aquí está siempre para mejorarnos
cada día, si nos disponemos en sus manos a ser ese barro moldeable, en su taller
Él tomará siempre su herramienta perfecta, el perdón para modelar y restaurar
nuestra vida y de esta manera habilitarnos para comenzar de nuevo.

Aplicación Teoterápica
Es un privilegio saber que estamos en las manos de quien puede hacernos de
nuevo, aunque hayamos fallado y nuestro corazón se haya llenado de culpas,
entender el proceso de Dios en nuestras vidas, siempre nos conducirá a los brazos
de un Padre que sabe que aún estamos siendo formados, donde siempre
encontraremos esa fuente inagotable de amor y aceptación que opera restauración
y equilibrio en todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo.
Recordemos:

“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá
perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.” (Filipenses 1:6 NVI)
Aún no somos obra terminada, entender esto nos permitirá soltarnos con confianza
en las manos de nuestro Dios, pues su objetivo es terminar la buena obra que inició,
formar el carácter de su amado hijo Jesucristo en cada uno de nosotros.

Determinación

Pedir a los asistentes que escriban en la segunda columna los elementos


que aprendieron durante este tiempo que generan fe y esperanza en el proceso del
tratamiento del amor de Dios en nuestras vidas.

Consagración

Hacer una oración especial teniendo como base Jeremías 18 :4 “Pero la


vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer
otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien.”

Reproducción
Socialice un mensaje de texto con las enseñanzas aprendidas o un
testimonio personal donde narre la obra de restauración de Dios en su vida.

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