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Historia
La Montesa Cota es la moto española con más años en producción. Nada menos
que 50 años y sigue más viva que nunca siendo la actual campeona del mundo
de trial en las manos del imparable Toni Bou.
Montesa es una de las únicas firmas de motos que permanecen en activo, junto con Rieju, de la edad de
oro de nuestras marcas, y la Cota la única superviviente de las motos de campo que fueron leyenda en los
maravillosos años 70.
Vamos a hacer un recorrido por la historia de la Montesa Cota, una de las motos que más han influido a
toda una generación de motoristas con sus míticas 348, 200, Ulf Karlson réplica, 315 o 4RT. Hubo un tiempo
en el que una Montesa Cota era una moto de uso diario, las veías por la ciudad, por los caminos, en las zo-
nas de los campeonatos del mundo... Para que la ropa no se manchase... ¿alguien se acuerda de los tubos
de goma de manguera que se ponían en el escape? Las motos de campo de los años 70 fueron la forma de
moverse de toda una generación y de entre ellas la Montesa Cota era una de las reinas. Hoy es un modelo
muy sofisticado de trial, que también tiene una versión todo-caminos denominada Montesa 4Ride.
Montesa ha recorrido un largo camino, es una de una marca que ha luchado por sobrevivir con un producto
genuino, contra los vientos y tempestades que ha atravesado la industria de la moto en los últimos 30 años.
El tesón de todos los que han trabajado en Montesa ha dado sus frutos y hoy podemos estar orgullosos de
que a nuestra querida Montesa Cota le queda mucha vida por delante... No lo tuvo nada fácil y en algunos
momentos estuvo a punto de desaparecer.
Historia de la Montesa Cota
MONTESA
50 años
En 1958 la marca tenía unas buenas cifras de ventas con sus modelos Brio, pero los márgenes eran muy
reducidos, por lo que Permanyer decidió cerrar el departamento de competición y centrarse en los produc-
tos; en las motos. A don Paco Bultó no le gustó nada que se cerrase este departamento que tanta fama y
experiencia daban a Montesa y se fue de la compañía.
Permanyer se quedó solo, porque con don Paco Bultó se fueron los pilotos, algunos directivos y casi todo el
departamento de desarrollo. Bultó montaría Bultaco, y Permanyer tuvo que recurrir a Leopoldo Milá (tío de
los presentadores de televisión Leopoldo y Mercedes Milá) como diseñador jefe y a Pedro Pi como director
deportivo y probador de motos. En 1961 se inicia la construcción de la fábrica de Esplugues de Llobregat
donde se producen motos míticas como la Impala (todo un éxito antes de su lanzamiento, por el mítico viaje
por Africa para probar las unidades de pre-serie, la famosa Operación Impala) y la Montesa Cota, desde
1968; una moto de trial cuyo prototipo derivaba del motor de la Impala de carretera.
En 1964 la Federación Internacional de Motociclismo hizo un Trial en Grenoble (Francia) un ensayo que dio
lugar primero al Campeonato de Europa de Trial y desde 1975 al Mundial de la especialidad; allí también
acudió Pedro Pi con un prototipo de Montesa, y tras este trial la firma prometió que evolucionaría hacia una
moto 100 por cien de trial. Pero no fue hasta 1967 cuando se presenta en el Salón del Automóvil de Barce-
lona la Montesa 250 Trial.
La primera Montesa Cota 247 que salió a la venta tenía ya algunas innovaciones que permanecieron du-
rante muchos años en todos los modelos que vendría a continuación, como el conjunto depósito y asiento
en una misma pieza, que era basculante para hacer más accesible su mecánica. El radio de giro también
era muy reducido, sólo 1,09 metros, y el peso del conjunto era muy liviano y adaptado para la práctica del
trial. El diseño, de Leopoldo Milá, recibió el premio Delta de diseño industrial por este modelo que aún hoy
parece muy moderno y funcional.
El motor se realizó para que funcionase muy bien a bajas vueltas, justo lo que se necesitaba para el trial, y
para que fuera muy progresivo favoreciendo la tracción de la moto en terrenos difíciles.
La primera Montesa Cota conquistó en 1968 los campeonatos de España, Francia y Holanda de Trial. En
1969 venció el Campeonato de Europa de Trial (todavía no existía el Mundial de Trial) con Don Smith a los
mandos.
Con la llegada de los años 70 la Montesa Cota recibió algunas mejoras como los frenos de tambor más
pequeños, de 110 mm. de diámetro y que reducían el peso suspendido sobre las ruedas. También llegó un
pequeño bote de aluminio que servía de caja de herramientas... Detalles prácticos para la vida en los cami-
nos y la alta montaña.
Para la 123 todo se rediseñó y se hizo más pequeño y ligero. El motor era de tan sólo 13 cv, unos 10 menos
que la 247. Frente a la versión más grande, la Cota 123 pesaba unos 20 kilos menos. El bastidor era similar
pero de tubos más finos y ya tenía algunos elementos de plástico como el cubrecadenas. Sobre la base de
la 123 apareció también la Montesa Cota 74, destinado al público de 16 años, con un cilindro pistón y culata
de menor tamaño. Sin duda otro gran objeto de deseo de los adolescentes de hace unas décadas.
Sobre la base de las 247, 123 y 74 aparecen las versiones Trail con detalles diferentes en su decoración y
asiento más mullido, grande y cómodo para hacer largas excursiones.
En 1974 Montesa tenía ya un buen número de motos de trial orientadas para todos los públicos. La 123 había
sido todo un éxito y algunos talleres la mejoraban un poco subiendo la cilindrada hasta los 160 cc. Montesa
tomó buena nota de ello y en 1975 lanza la Cota 172 con una cilindrada de 160 cc. 1975 fue un año clave, el
trial toma nuevo impuso con la llegada del Campeonato del Mundo, antes sólo era de Europa. Bultaco y
Martin Lampkin aprietan en las clasificaciones y Montesa tiene a Ulf Karlson como principal piloto. La llega-
da del piloto sueco Karlson y las nuevas exigencias del Mundial hacen que la Cota 247 sea completamente
revisada apareciendo el modelo réplica Karlson.
El bastidor ahora es negro, el motor es más estrecho y los pedales de freno y cambio están más protegidos
contra los golpes. Dentro del motor encontramos una transmisión primaria y embrague renovados, lo mis-
mo que los tensores de la cadena. Los pilotos necesitan ahora más motricidad para una especialidad que
está subiendo mucho la exigencia en las zonas.
El motor de la Cota 348 sube hasta los 306 cc. con caja de
cambios de seis relaciones, nuevas tapas laterales y salida
de escape central. El motor presenta un tirante muy carac-
terístico que lo fija a la espina del chasis que es de doble
cuna con el protector del cárter soldado. El cubrecadenas
tiene dos tiras de goma que envuelven perfectamente la
transmisión y las aletas son de plástico deformable. Tiene
soluciones muy ingeniosas como las dos tiras de goma que
nos permitirán bascular el depósito y asiento accediendo al
filtro o al carburador sin necesidad de herramientas.
Historia de la Montesa Cota
MONTESA
50 años
La Montesa Cota 348 fue todo un éxito de ventas, una moto soñada por todos aquellos que amábamos
el off road. Se fabricaron casi 16.000 unidades hasta junio de 1979, incluida la versión T con asiento más
grande. Montesa dotó a la 348 de mejores suspensiones con horquilla de aire y amortiguadores Telesco
Hidrovag, mejorando el producto hasta su desaparición en 1981. También el resto de las Cota reciben mejo-
ras, aparecen las versiones A (automática) y C (con cambio) de la Cota 25, y siguen en producción la 49, 123
y la 248. Nada menos que 11 versiones de la Cota con las Trail.
En julio de 1979 aparece la Montesa Cota 349 que mejora a su antecesora con detalles probados en compe-
tición como la placa cubrecárter de aluminio que interrumpía la cuna del chasis debajo del motor, ganando
algo de altura del suelo al cárter y bajando la posición del asiento. La 349 tuvo en su primera versión la
decoración roja característica de la marca hasta la fecha, pero con el cambio de década aparecerían las
Montesa Cota Blanca, con la 349, 200, 123 y 80 como principales modelos.
En los primeros 80 las motos italianas, sobre todo Fantic, comienzan a mandar con modelos de pequeñas
dimensiones y mucho más ligeras y manejables. Sobre la base de la 123 Montesa produce la Cota 200 con
motor de 173 cc y mejoras en suspensiones y chasis que no se interrumpe debajo del motor como en el caso
de la 349, pero sí integra de una forma más eficaz la tapa cubra cárter que ahora es desmontable. También
aparece la Cota 248 que prácticamente es una 349, pero con diferente cilindrada y suspensión posterior.
En 1980 Montesa logra el título de Campeona del Mundo de Trial con Ulf Karlson y una Cota 349. Esta moto
seguirá evolucionando hasta la cuarta versión mucho más ligera, sin el tirante que une el motor al chasis
y motor de cinco transfers, tres de admisión y dos de escape. El freno delantero crece de tamaño, igual le
sucede a la Cota 200 C. Esta última Montesa Cota 349 tiene aletas grises en las versiones que se venden en
España, y aletas blancas con las iniciales MH (Montesa Honda) en el resto del mundo. Montesa ya pertene-
cía a Honda, tras el acuerdo alcanzado en 1983.
También el trial se convierte en un espectáculo, en 1978 comienzan a realizarse triales en pista cubierta con
el Indoor Solo Moto, prueba en la que Pedro Pi colabora en su diseño. El éxito de estos triales en los que el
público podía ver cómodamente el desarrollo completo de la prueba, hace que sus organizadores piensen
en un mayor espectáculo que el de las zonas convencionales en zona natural. Las motos tienen que ser más
ligeras y facilitar los movimientos en parado que el piloto debe realizar para poder ejecutarlas.
Otro factor condicionará las motos de trial de los años venideros y será la aparición de una generación de
pilotos que vienen del mundo de la bici, y más concretamente del trialsin o del bike trial, como ahora se
denomina. También Pedro Pi tiene que ver mucho en ello porque de una forma casi accidental crea la Mon-
tesita, una bici de BMX adaptada a la práctica del trial que desarrolló primero para su hijo, Ot Pi, y luego para
su comercialización a través de Montesa.
Historia de la Montesa Cota
MONTESA
50 años
La 242 derivaría en la 330 que será la última Montesa Cota con dos amortiguadores traseros y un concepto,
digamos convencional, del trial. La Montesa Cota 330 tenía un motor de cuatro tránsfers, un sistema de
escape con “tranquilizador de gases” algo que veríamos también en los motores de las Merlin, pero todavía
le quedaba un paso evolutivo que otras marcas ya habían emprendido. La Cota 330 estaba lista para su apa-
rición en 1985, su desarrollo fue dos años antes, porque los problemas laborales que atravesaba Montesa
impidieron su lanzamiento.
Curiosamente en el Mundial de Trial una Honda era protagonista con motor de cuatro tiempos y un extraño
piloto belga, Eddy Lejeune, que arrasó en 1982, 1983 y 1984. Honda era propietaria de Montesa, una marca
con un historial impresionante en trial, pero su “moto” de competición era una cuatro tiempos que poco
o nada tenía que ver con lo que hacía Montesa. Un año más tarde, en 1985 Thierry Michaud con Fantic de-
mostró que el camino del trial no eran, de momento, las motos de cuatro tiempos. Y Montesa con Honda
tomaron buena nota de ello.
En España Toni Gorgot pone fin a una era de trial clásico dentro con los colores de Montesa, llega savia
nueva con pilotos como Miquel Cirera, Jaume Subirá, Lluis Gallach y especialmente con Andreu Codina, que
había sido “captado” por Pedro Pi para su equipo de trialsin y que se cambia de especialidad en 1983. Codi-
na, como Tarrés más tarde, llevan los movimientos de la bici al trial, trazan de una forma no convencional y
marcan un nuevo hito en la historia de este deporte con el que las marcas tienen que reaccionar.
Fantic y Beta, desde Italia, y Gas Gas, Mecatecno y Merlin desde España son nuevas marcas con ideas dife-
rentes de lo que debe ser una moto de trial. JJCobas desarrolla un prototipo de moto que marcaría también
nuevas ideas de desarrollo de la mano del genial ingeniero Antonio Cobas. También surgen otras marcas
como Alfer o JP, e intentos de reflotar grandes fábricas como OSSA.
A Montesa todos estos cambios le pillan en el peor momento, con una fuerte reestructuración y con un
sistema de producción que quizás no era el más adecuado para los nuevos tiempos que se avecinaban, con
motos en constante evolución y en tiradas de fabricación más cortas.
En 1986 aparece una nueva versión de la Cota 242 ya con freno delantero de disco y monoamortiguador
trasero ATM y con Andreu Codina como piloto. La moto estrena admisión directa al cárter y tiene un peso
de 81 kilos gracias al empleo de tornillería de titanio; oficialmente se presenta la Cota 330 con amortiguador
trasero Marzocchi y freno de disco delantero de 185 mm. de diámetro. Más tarde llegaría la Cota 304 con
amortiguador trasero progresivo.
Meses más tarde apareció la Cota 335 que habían pilotado Lluis Gallach y Diego Bosis y que sería la gran
novedad de la temporada 87, con freno de disco en la dos ruedas y monoamortiguador Marzocchi. La Mon-
tesa Cota 335 recupera la tradición de ofrecer una versión Trail con asiento biplaza.
Pero a Montesa le cuesta retener a sus pilotos. Andreu Codina abandona la marca para emprender nuevos
retos en Gas Gas. Diego Bossis se va a Aprilia. Montesa realiza un enorme trabajo por seguir evolucionando
la Cota. En el Mundial se impone el francés Michaud con una ultraligera Fantic en 1985 y 1986, poniendo fin
al reinado de Honda y Lejeune. En 1987 Jordi Tarrés con la mítica Beta TR35 gana su primer Mundial y pone
el mundo del trial patas arriba. Los colores de Montesa los defiende Philippe Berlatier que termina quinto
en el Mundial este año.
En 1987 se presenta la Montesa Cota 307, una moto completamente nueva en cuanto a motor, frenos (do-
ble disco), chasis y neumático tubeless trasero. La Cota 307 da paso en 1988 a la Cota 309 con algo más de
cilindrada, una carrocería mucho más integrada en el conjunto asiento y aleta posterior, y plásticos Acerbis.
Las 307 y 309 terminan siendo la Montesa Cota 310, una versión mucho más evolucionada pero con el
mismo concepto. Ya la horquilla es invertida firmada por Marzocchi, la suspensión trasera monta el sistema
PRS2 y los bujes son más estrechos. La Cota 310 tendrá también su versión de trial excursión denominada
Evasión y aguantará sin cambios dos temporadas. Phillipe Berlatier abandona Montesa y se contrata a Eddy
Lejeune y a Pascal Couturier. En España es Gabino Renales el que se encarga de desarrollar la moto.
Historia de la Montesa Cota
MONTESA
50 años
La Montesa Cota 310 marca un punto y final de la evolución de las Montesa Cota refrigeradas por aire con
chasis convencional, una línea de desarrollo que comenzó con la 242 y que a lo largo de todos los mo-
delos supuso un periodo de transición de Montesa a los nuevos tiempos de un trial mucho más técnico y
profesional. La Cota 310 se mantuvo casi sin cambios durante los años 1989 y 1990, y fue la moto que pilotó
un jovencísimo Marc Colomer para lograr los Campeonatos de España Junior y Senior B. Hubo que tomar
serias decisiones, imaginamos que convencer mucho a los socios japoneses de que las motos de trial eran
un producto por el que seguir apostando.
En 1993 Montesa ficha a Amós Bilbao ante el paso de Marc Colomer a Beta y de la retirada de Gabino
Renales. Bilbao estuvo primero en Fantic y luego en Gas Gas, y se había convertido en un excelente piloto
probador, todo un currante del trial que ayudará mucho en el desarrollo de la Cota 314. El chasis de la 311
evoluciona y se estiliza gracias al equipo técnico de Montesa. Pero los prototipos que lleva Bilbao tienen un
nuevo motor de 250 cc y admisión por láminas que desembocarán en la Montesa Cota 314 R. Por fin se pro-
ducen las sinergias necesarias entre Montesa y Honda y el motor está rubricado por HRC, el departamento
de competición de la marca del “Ala Dorada”. La moto llegó a la producción en 1994 y un año más tarde
Marc Colomer vuelve a casa para llevar esta moto a lo más algo, junto con Amós Bilbao.
En 1995 esta moto se convierte en subcampeona del mundo con Marc Colomer a los mandos; Jordi Tarrés
parece que está en el declive de su carrera con casi una década en activo y siete títulos mundiales. Montesa
Honda monta una infraestructura perfecta para afrontar en 1996 el asalto al título de campeona del Mundo,
poniendo fin a una sequía desde la corona de Karlson en 1980. Honda ponía mucho y exigía resultados.
Colomer desarrolló una Montesa Cota con un chasis mucho más pequeño y estilizado, muy bajo en la zona
del asiento, que finalmente fue la 315R. Fue la última Montesa Cota con motor de dos tiempos, y para mu-
chos es una de las mejores motos de trial realizadas hasta la fecha.
La Montesa Cota 315R tenía un pistón de tres segmentos, una biela más corta, admisión directa al cárter,
láminas de carbono, tapas de magnesio y una caja de cambios de cinco relaciones aligerada. Detrás lucía
un amortiguador Showa y delante horquilla Paioli convencional.
El paso de gigante que dio Montesa con la Cota 315R fue tal que la moto permaneció prácticamente inalte-
rable hasta el año 2004. Hubo retoques en el motor, en la decoración y en la horquilla que en sus últimas
ediciones recibió un tratamiento negro para mejorar su deslizamiento.
En el plano deportivo a Marc Colomer le tocó volver a luchar con otro gigante como era Dougie Lampkin
que durante las temporadas 1997, 1998 y 1999 dominó el Mundial de Trial con Beta. El hijo de Martin Lam-
pkin, primer Campeón del Mundo de Trial en 1975, recibió una oferta que no pudo rechazar de Montesa
Honda y brindó cuatro títulos mundiales a la Cota, antes de retirarse y ceder la corona a Takahisa Fujinami,
en 2004, que realizó uno de los sueños de Honda: tener un campeón del mundo de trial japonés. También
con la Montesa Cota 315R Laia Sanz alcanzó el título de campeona del mundo en la categoría de Mujeres.
Pocas marcas, por no decir sólo Montesa, han sabido superar el desafío de los motores de cuatro tiempos
para el trial. Un motor de cuatro tiempo es mucho más limpio y respetuoso con el medio ambiente y ade-
más está listo para superar las normativas Euro venideras, en las que los motores de dos tiempos no ten-
drán cabida. A Montesa le tocó luchar contra una legión de marcas con experimentados y explosivos mo-
tores de dos tiempos, pero la tecnología que Honda puso a su disposición resultó ser un poderoso aliado.
Montesa desarrolló un motor revolucionario con inyección electrónica, sin batería para aligerar peso, y con
varios mapas de encendido que hacen de que la Montesa 4RT se pueda adaptar casi a cualquier tipo de
zona y de estilo de conducción.
El bastidor de la Cota 4RT, que siguió siendo un doble viga de aluminio, se ha ido modificando con el paso
de los años, adaptándose a las nuevas exigencias de Toni Bou y aligerándose al máximo. Las últimas versio-
nes con horquilla convencional Tech y Amortiguador trasero Olle han sido fruto de una constante evolución
en el apartado de suspensiones que, junto con la motricidad de los cuatro tiempos, hacen de las últimas
Montesa Cota un gran aliado en zonas de bajísima adherencia.
Si ves las fotos de la primera y la última Montesa Cota te darás cuenta que el espíritu de una moto que
ha marcado a toda una generación de motoristas sigue siendo el mismo. Una moto puntera en todos sus
aspectos, innovadora que a lo largo de los años ha sabido adaptarse a los que exigían las expectativas del
deporte y del mercado. A pesar de que fue el motivo de la ruptura entre Permanyer y Bultó, la industria y el
deporte tienen que ir de la mano en la fabricación de productos tan pasionales como las motos.
Desde Club del Motorista KmCero hemos querido rendir este homenaje a todas las personas que trabajan
en la fábrica de Montesa, a los que componen su equipo de competición y a todos los aficionados que si-
guen soñando con motos tan maravillosas como la Montesa Cota. ¡Por muchos años Viva Montesa!