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XPERIENCIAS

Título del capítulo: Estigmas

Objetivo: Demostrar como lo que otros piensan de ti, te condicionan hasta que tú
lo permitas.

Número de capitulo: 5

Desarrollo:

Bienvenido de nuevo a este tu podcast “experiencias”.


Muchas gracias por darte el tiempo de escucharlo espero lo puedas disfrutar
mucho y que te sirva de provecho, ponte cómodo y comencemos.

Quisiera iniciar este quinto episodio con un fragmento del libro de Qoelet que dice
así:

Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa: Tiempo
para nacer, y tiempo para morir; tiempo para plantar, y tiempo para arrancar lo
plantado; tiempo para matar y tiempo para curar; tiempo para demoler y tiempo
para edificar; tiempo para llorar y tiempo para reír; tiempo para gemir y tiempo
para bailar; tiempo para lanzar piedras y tiempo para recogerlas; tiempo para los
abrazos y tiempo para abstenerse de ellos; tiempo para buscar y tiempo para
perder; tiempo para conservar y tiempo para tirar fuera; tiempo para rasgar y
tiempo para coser; tiempo para callarse y tiempo para hablar; tiempo para amar y
tiempo para odiar; tiempo para la guerra y tiempo para la paz.

A principios de febrero inicie este podcast como una medida muy personal para
desahogar mi mente de tantos pensamientos que en ese momento tenía, fueron 4
episodios que disfruté mucho hacer y que fueron de gran provecho para mí. Con el
pasar de los días y después de una profunda reflexión de lo que estaba viviendo,
tomé la determinación de parar de forma indefinida ya que lo que realmente
necesitaba no era hablar, sino callar todas las voces de mi cabeza y como lo dice
el fragmento anterior “Bajo el sol, hay un tiempo para todo” Y estoy muy feliz de
poder retomar nuevamente este proyecto personal que espero de todo corazón te
pueda servir de algo en esta carrera que llamamos vida.

En esta ocasión te platicaré dos anécdotas, una que ocurrió durante mi


adolescencia y que quedó muy marcada en mi memoria y la segunda que incluso
actualmente se sigue escribiendo.

Una de las cosas que me gustaba hacer cuando era niño era bailar. Amaba las
clases de baile que tenía en mi escuela, y disfrutaba muchísimo expresarme de
esta forma. Tengo por ahí guardado un video de cuando estaba en 3er año de
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preescolar y salía bailando “La macarena” donde resaltaba mi peculiar manera de


bailar. Desde entonces ya me gustaba.

Cuando pase a la secundaria, en la escuela donde estudié, se llevaba a cabo algo


que le llamábamos “La semana cultural” donde había toda clase de concursos:
Deportivos, académicos, artísticos y uno de ellos eran las famosas “Tablas
rítmicas” Este era todo un evento para el colegio, prácticamente quien ganaba las
tablas era el ganador de la semana cultural.

El primer y segundo año de secundaria los recuerdo con mucho cariño pero el
tercero ese si fue especial. Los primeros años hicimos nuestro mayor esfuerzo
aunque nunca ganamos. Cuando llego tercero y al ser los más grandes de la
“secu” nuestras posibilidades aumentaban. Contratamos a un coreógrafo llamado
“Orson” el cual nos montó una coreografía excelente. La situación fue que en esa
ocasión puse todo el empeño en poder bailar bien, me encantaba el baile y los
demás lo notaban, incluso el mismo coreógrafo me nombró “Capitán” del equipo,
eso según recuerdo. Todo esto, indirectamente y sin que yo me diera cuenta me
hizo perder el piso creyéndome más que los demás (eso según recuerdo9. Mis
actitudes no eran las mejores y mis compañeros lo notaron. Me volví un creído y
sangrón. Me apodaron de diferentes formas que no quiero recordar, pero que sin
duda condicionaron la forma en la que me llevaba con los demás y sobre todo
conmigo mismo.

Cuando salgo de la secu y paso a la preparatoria(es aquí cuando ocurrió el


cambio a escuela pública que te platique en episodios pasados) El reintegrarme
me costó algo de trabajo al inicio ya que se quedó en mí la etiqueta de “El
sangrón” Lo más probable es que los demás ni siquiera se acordaban sin embargo
para mi estaba muy presente.
Las palabras tienen mucho poder sobre ti. Pueden hacer que el día más hermoso
se vuelva oscuridad o un momento triste se convierta en algo muy feliz y
significativo para tu vida.
Por eso es muy importante cuidar las palabras que le dices a otras personas y
más aún, las palabras que te repites constantemente a ti mismo.

Hoy, después de ya algunos meses de terapia psicológica y de un despertar de mi


conciencia, me doy cuenta del gran estigma que tenía en mi subconsciente. Quizá
te preguntes ¿Qué es un estigma? Bueno, es la etiqueta negativa que se pone
sobre las personas y que les resulta muy difícil desprenderse de ella. Hagamos
una pausa y me gustaría que pensaras por un momento ¿Tienes algún estigma?,
si tu respuesta fue afirmativa ¿Cuál es esa etiqueta?

Sin duda esa etiqueta de que era el “sangrón” me condicionó por muchos años en
mi vida. Llegue a pensar y a tener como verdad, que no debía resaltar mis talentos
ya que esto me haría perder el piso y por muchos años, a pesar de hacer bien las
cosas, siempre había frases como “No soy tan bueno” “Fue pura suerte” “No me
digas nada porque se me sube”. Esto impactó directamente a mi autoestima,
lastimándome por muchos años sin darme cuenta.
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Hoy por fin soy consciente de que, si tengo algún talento no tengo porque
esconderlo, al contrario, es ponerlo al servicio de los demás para que también
otros puedan descubrir su propio talento y ser inspiración para los demás y esa es
la segunda historia que te voy a contar.

Hace algunos años, cuando formé mi banda, esta se transformó en muchos


momentos. Uno de ellos muy especial fue cuando entró un nuevo bajista al grupo,
el buen Miguel.
Migue tenía otra banda pero él quería tocar con nosotros. Al yo invitarlo a mi grupo
no contemplé que la banda en la que migue tocaba se desintegraría echando a la
basura los sueños de mi buen amigo pablo.

Pablo luchaba con sus propios estigmas: que si estaba muy gordito, que si era hijo
de ana, que era el agresivo y destructivo por mencionarte algunos. Todas estas
heridas condicionaron a pablo por muchos años llenándolo de resentimiento y un
odio hacia las personas, que terminaron poniendo en riesgo incluso su vida.

El desarrollo un resentimiento especial contra mí, por ser el culpable de que su


banda se desintegrara y por robarle sus sueños.

En ocasiones no nos damos cuenta de que nuestras acciones tienen daños


colaterales y terminamos lastimando a muchas personas inclusive sin querer.

Todo el 2021 fue un año fatídico para pablo, el 23 de agosto murió quien para él
fue su papá, ya que padre no es quien engendra sino quien te cuida y te protege.
También sufrió de varias heridas en su corazón que solo alimentaban esos
estigmas y heridas que estaban muy dentro de su ser.

Recuerdo que cierto día de ese 2021, coincidí con pablo justo enfrente de su casa,
yo tenía prisa, pero por algo me detuve a hablar con él, fui muy severo, inclusive
sabiendo que él no me toleraba, le dije que yo no veía en el al chico fuerte sino a
un niño pequeño desesperado gritando por ayuda.

Dos años después puedo contarte que pablo es actualmente uno de los
guitarristas de mi banda y que ha logrado con mucho esfuerzo el lograr sanar esos
estigmas. Todo esto fruto de mucho acompañamiento, de muchas pláticas, terapia
y sobre todo amor.

Así que si en este momento mientras escuchas este episodio y eres consciente de
esas heridas o estigmas que tienes en tu corazón quiero recordarte unas cuantas
cosas:

1.- Muchas veces lo que te pueden llegar a decir y que pudiera provocar un
estigma “NO ES CIERTO” tu mente puede jugarte malas pasadas y eso puede
condicionarte el resto de tu vida. Eres una persona maravillosa, llena de grandes
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virtudes y talentos. No permitas que JAMAS nadie te diga lo contrario. Vas a


lograr cumplir todos tus sueños si te lo propones. Eres una persona FENOMENAL.
2.- Enfrenta tus miedos y acude con un psicólogo para que te ayude a sanar esas
heridas, créeme que ellos conocen muchas herramientas que te pueden ayudar a
sanar de una mejor manera.
3.- Cambia la forma en la que te llevas contigo mismo, si detectas que tienes
heridas de mucho tiempo, nunca es tarde para empezar a tratarte con amor.
4.- Recuerda que no tienes que hacerlo solo. Rodéate de personas que te ayuden
a crecer y que te motiven a crecer, esto será de mucha ayuda a la hora de sanar
tus estigmas.
5.- Tomate tu tiempo. Sanar una herida no es de la noche a la mañana, lleva su
tiempo y cada parte de ese tiempo es hermoso y aprenderás a conocerte mucho
más.

Hemos llegado al final del episodio espero te haya gustado y que sea de provecho
para ti.

Sígueme sintonizando en el siguiente episodio.

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