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“La Verdad de la Psiquiatría y El Negocio de los Fármacos”

Citizens Commission of Human Rights (CCHR).

Juliana Molinar Vidaurreta.


Teoría Pedagógica.
Prof: Israel Rincón Cabrera.
2do. de Psicopedagogía.
Centro Universitario Columbia.
31 de enero del 2023.
La salud mental es un tema ampliamente debatido y a la vez silenciado, lleno de mitos, tabúes, controversia y
desinformación. Pero hablando de manera clara, este es un problema que ha ido en aumento, la vida acelerada de
las grandes urbes, el exceso de información y la más reciente han encendido las alarmas.

A decir verdad con estos antecedentes no podemos prescindir de la terapia y sus múltiples beneficios, pero
tampoco de una medicación eficaz; el documental que nos compete es por demás extremista, si bien expone
“las atrocidades médicas, el negocio de las farmacéuticas y la ligereza de los “profesionales” de la salud en
materia de diagnóstico y suministro de medicamentos”, no podemos dejar de lado el hecho de que hay patologías
existentes que en definitiva sí requieren de una medicación específica.

Por ejemplo, su servidora vivió en carne propia lo que les voy a contar: Fuí diagnosticada con trastorno de
ansiedad y ataques de pánico allá por el 2o13, por consiguiente recibo desde entonces tratamiento terapéutico
y mi correspondiente medicación que a decir verdad no es adictiva, peligrosa, ni mucho menos, y sí, trayendo
beneficios.

No así, puedo hablar de mi experiencia de niña de los 80’s y 90’s donde más de la mitad de mi colegio fuimos
remitidos con la misma “Psiquiatra” al hospital psiquiátrico Juan N Navarro para ser inmediatamente
diagnosticados con TDAH y posteriormente medicados con Ritalin y Carbamazepina trayendo como consecuencia
somnolencia, letargo, fallas de memoria notables y disminución del aprendizaje.

La realidad es que de todos los niños que fuimos en esa época solo 2 o 3 tenían un grado leve de TDAH e
incluso no requirieron medicación; recuerdo vívidamente que en aquellos entonces hubo 3 casos de suicidio de
muchachos de preparatoria los cuales no podemos apresurarnos a afirmar irresponsablemente que hayan sido
consecuencia de algún tipo de medicación.

Como dije anteriormente y lo sostengo: El documental tiene “algo” de verdad pero desde un punto de vista
radical y sesgado para mi gusto; investigando en los mismos créditos del documental me di cuenta que estaba
hecho por la “Citizen Commission of Human Rights” (CCHR) la cual investigué y resulta ser “una organización
sin fines de lucro establecida en 1969 por la Iglesia de la Cienciología y el psiquiatra Thomas Szasz, con sede
en Los Ángeles California, con sitio web: www.cchr.org, cuyo fin es erradicar los abusos cometidos bajo el
disfraz de la salud mental y promulgar protecciones al paciente y al consumidor” (Wikipedia.org 2023),

Ante los hallazgos anteriormente citados el documental pierde toda credibilidad para convertirse en una
herramienta más dentro de la agenda de esta secta, (de la que se tiene amplia información respecto a los
crímenes, abusos y daño psicológico aplicado a sus seguidores lo que desemboca en una abrumadora cantidad de
desertores que prácticamente huyen aterrorizados de la misma) que utiliza y manipula algo de verdad y lo
maximiza para fines propios.

Otro punto en el que pierde credibilidad el documental es que se reduce la “Información” a extractos de
distintos reportajes televisivos que juntaron para armar su contenido; también se apoyaron de “profesionales
de la salud” Cienciólogos de los cuales no se muestra una cédula profesional que los reconozca como tal y
“Testimoniales” de gente involucrada en la secta, por obvias razones carecen de objetividad, sin mencionar que
no muestran ningún documento oficial o científico que lo avale, no muestran argumentos validos solo palabras
y nombres al aire, puro bla bla bla.

De la producción ya ni hablamos, está muy mal hecha, Cannon Films y sus películas serie B tenían mejor
calidad y menos farsa que este, pseudo documental, fue un auténtico dolor visual y auditivo; lo más
preocupante de este tipo de material es que está nadando en internet al alcance de un click contribuyendo a
un mar de desinformación preexistente que lo único que hace es contribuir a la epidemia de salud mental que
tenemos en este momento y que incrementó a raíz del encierro por la pandemia de Covid 19.

En conclusión por favor no se dejen engañar por este tipo de patrañas hechas con el simple propósito de
generar caos y confusión porque de otro modo nos volvemos vulnerables a una serie de engaños indecibles y
seremos como hasta ahora víctimas de nuestra propia ignorancia y falta de criterio. recurramos a fuentes
confiables, investiguemos y seleccionemos cuidadosamente lo que vemos, leemos o escuchamos, y pongamos en
práctica a mi buen amigo René Descartes y la duda metódica: “Dudo luego pienso, pienso luego existo”.

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