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RESUMEN
En fecha 21 de julio de 2015, se dictó auto por medio del cual se dejó constancia de
la creación de las Salas Especiales, constituyéndose en el presente juicio la Sala Especial
Segunda, la cual quedó integrada por la Presidenta y Ponente Magistrada Mónica
Gioconda Misticchio Tortorella y las Magistradas Accidentales Carmen Esther Gómez
Cabrera y Mónica Maylen Chávez Pérez.
Ahora bien, a los fines de resolver la presente denuncia, resulta imperativo, exponer
el contenido del artículo 82 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, el cual dispone:
De la Exhibición de Documentos
Prueba de Exhibición relativa a: (…) v) libro de horas extras; (…). No fueron
exhibidos ninguna de las documentales solicitadas. Tales instrumentos no
fueron presentados en la oportunidad de la audiencia de juicio, por lo que
consideró el Aquo que, de pleno derecho debían aplicarse los efectos a los
cuales se contrae el artículo 82 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, vale
decir, se tiene como ciertos los datos afirmados por el solicitante en el escrito
de promoción de pruebas, específicamente lo descrito en el capítulo II referente
a la prueba de exhibición. (Sic).
(…omissis…)
Ahora bien, tomando en cuenta que el actor reclama el pago de 1.619,50
horas extraordinarias (de las cuales 1535 son diurnas y 84.5 nocturnas)
que corresponden a los años 2001 al 2009, resulta evidente que tal pretensión
en cuanto a la cantidad de horas extras peticionadas es contrario a derecho por
exceder el límite legal establecido en el artículo 207 de la LOT, que prevé que
ningún trabajador puede laborar más de diez (10) horas extraordinarias por
semana, ni más de cien (100) por año.
En este mismo orden de ideas, la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia
en sentencia N°2389 del 27-11-2007, ha señalado la forma de calcular las
horas extras cuando ha operado la admisión de los hechos y en tal sentido ha
establecido que “si bien es cierto, la parte demandada quedó confesa y operó
la admisión de los hechos (…) de conformidad con el artículo 135 de la Ley
Orgánica del Trabajo, no es menos cierto que esta norma establece que se
tendrá en cuenta la confesión ficta en cuanto no sea contraria a derecho la
pretensión del demandante (…) resulta evidente que la pretensión del actor en
cuanto a la cantidad de horas extras argüidas excede el límite legal previsto en
el referido artículo 207 de la Ley Orgánica del Trabajo al establecer que ningún
trabajador puede laborar más de diez (10) horas extraordinarias por semana, ni
más de cien (100) por año”.
En tal sentido, quien juzga considera que habiendo operado la confesión de la
accionada debe prosperar el pago de este concepto (horas extras), pero sólo
hasta el límite legal permitido de cien (100) horas extraordinarias por cada año
laborado, de acuerdo al referido artículo 207 eiusdem, al ser éste un concepto
que excede de los legales (Vid. Sala de Casación Social del TSJ, sentencia de
fecha 27-11-2007. José Leonardo Runque Hernández vs. Transporte Dogui,
C.A., Expediente N° R.C.N° AA60-S-2007-001063). (Sic). (Destacado de
origen).
Con base a lo anterior, esta Sala aprecia que el artículo 82 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, referido a la prueba de exhibición de documentos, fue
correctamente aplicado, atendiendo al supuesto de hecho y la consecuencia jurídica,
prevista en el mismo. Siendo así no se evidencia que se haya vulnerado el artículo 82 de
la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, por lo que resulta improcedente tal delación. Así se
decide.
II
“(…) el artículo 177 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo es contrario a lo
dispuesto en el artículo 335 de la Carta Magna al pretender obligar o vincular a
los jueces de instancia a que sigan la doctrina de casación, siendo que las
únicas decisiones que tienen tal carácter vinculante son las dictadas por esta
Sala en interpretación de las normas y principios contenidos en la Constitución
y en resguardo de la seguridad jurídica y del principio de confianza legítima. Así
se declara.
En consecuencia, esta Sala Constitucional, en uso de la potestad prevista en el
artículo 334 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
desaplica por control difuso el artículo 177 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, teniendo el presente fallo carácter vinculante para todos los tribunales
de la República, incluso para las demás Salas de este Tribunal Supremo de
Justicia. Así se decide.”.
Criterio ratificado por la misma instancia jurisdiccional, en sentencia Nro. 1264 del 1°
de octubre de 2013, caso: Henry Pereira Gorrín, en el cual indicó:
(…) debe concluirse, por una parte, que la jurisprudencia no es fuente directa
del derecho, de allí que las sentencias emanadas de las otras Salas que
conforman este máximo Tribunal tienen una importancia relevante para las
partes en litigio, en virtud de la función de corrección de la actividad
jurisdiccional de los tribunales de instancia que las mismas ejercen, con el fin
de defender la integridad de la legislación y la uniformidad de la jurisprudencia,
en atención a los principios de la confianza legítima de los justiciables y la
consecuente expectativa plausible, que prevé el artículo 26 de la Constitución
de la República, pero que comporta flexibilidad para adaptarse a los cambios
que demanda la sociedad, siempre que se use con mesura, sin que ello atente
contra el principio de autonomía de los jueces para decidir.
Así las cosas, estima la Sala que el legislador al dictar la disposición del
artículo 177 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, fue más allá del diseño
del Estado de Derecho y de Justicia implantado en nuestra Carta Magna, al
imponer la obligación a los jueces de la jurisdicción laboral de interpretar
disposiciones normativas de carácter legal, en detrimento del principio de
autonomía e independencia del juez para adoptar la decisión más acertada en
un caso concreto, atendiendo las circunstancias que rodean al mismo, además
de los principios de legalidad, equidad y justicia, puesto que el juez solo está
vinculado al ordenamiento jurídico y a la interpretación que de forma autónoma
realice de ese ordenamiento (primer párrafo del artículo 253 constitucional).
Aunque ello no obsta para que los jueces de instancia acojan la doctrina de
casación establecida en casos análogos, atendiendo la integridad de la
legislación y la uniformidad de la jurisprudencia.
Esta Sala reitera, que la situación prevista en el artículo 335, transcrita supra,
es distinta, ya que corresponde a la Sala Constitucional, como máximo garante
e intérprete del Texto Fundamental, establecer el alcance y contenido de las
normas y principios constitucionales en armonía con el ordenamiento jurídico
vigente, a través de sentencias con carácter vinculante –pero por mandato
constitucional-, lo cual se basa en la necesidad de evitar que las sentencias
sean totalmente imprevisibles (ello involucra la confianza legítima) o que las
sentencias que se dicten sean contradictorias de forma caótica, sin que ello
conlleve a pensar que se está vulnerando la independencia de los jueces, pero
ello porque la propia Constitución de la República lo establece, lo que conlleva
a pensar que de no existir esta norma constitucional y un precepto legal la
reprodujere fuese de dudosa constitucionalidad.
No obstante, resulta importante para esta Sala destacar que conforme fue resuelto
en la denuncia anterior, lo concerniente a las horas extras reclamadas, fue decidido por el
ad quem tomando en consideración lo previsto en el artículo 207 de la Ley Orgánica del
Trabajo de 1997, aplicable ratione temporis, así como también, el criterio establecido por
la Sala de Casación Social en sentencia Nro. 2389 del 27 de noviembre de 2007 (Caso:
José Leonardo Runque Hernández contra Transporte Dogui, C.A.),
III
En este contexto, aduce que, tanto en el escrito libelar como en las audiencias
respectivas, expuso que a consecuencia de las horas de sobre tiempo y los domingos y
feriados laborados y no pagados por la empresa, se genera el derecho del trabajador a
percibir el pago prorrateado del beneficio de alimentación por esas jornadas, indicando
expresamente que “Determinada la procedencia de las horas extraordinaria, los domingos
y feriados laborados por el demandante, procede entonces en derecho el pago
prorrateado al trabajador del beneficio de alimentación por el número de horas
extraordinarias y domingos y feriados acordados, al valor de la unidad tributaria para la
fecha en que se produzca el pago”. (Sic).
(…) de la revisión de la sentencia recurrida así como de la revisión del texto
legal aplicado al caso concreto, esta claramente establecido que no existe error
en relación a su contenido ni en su aplicación, correspondiéndole al
prenombrado articulo a la Contratación Colectiva de Trabajo Celebrada entre
Molvenca y el Sindicato de Trabajadores de Molinos Venezolano, C.A.; 2008-
2001, vigente para el momento en que se llevo la relación laboral entre las
partes, que al regular lo referente al pago de lunch o refrigerio por horas extras
y compensación de gastos de alimentación; textualmente es del tenor
siguiente:
“CLAUSULA Nro. 27
PAGO DE LUNCH O REFRIGERIO POR HORAS EXTRAS Y
COMPENSACIÓN DE GASTOS DE ALIMENTACION
La Empresa se compromete en ofrecer un refrigerio a aquellos trabajadores
que excedan los límites de su jornada ordinaria de trabajo de la forma
siguiente:
1. Si la jornada excede de una (1) hora, suministrará un refrigerio, el cual
tendrá un valor de (Bs.F.0,35).
2. Si la jornada extraordinaria excede de tres (3) horas continuas o más en un
día suministrará una comida que en caso de no poder suministrarla, el
trabajador recibirá un bono de Diez Bolívares Fuertes (Bs. 10,00).
3. Si la jornada extraordinaria excede de 5 horas continuas o más en un día,
el Trabajador recibirá una bonificación de Cero Sesenta y Cinco Bolívares
Fuerte (Bs.0,75).
Queda entendido expresamente acordado que La Empresa podrá optar
indistintamente, entre suministrar el refrigerio y la comida aquí pactados o
entregar posteriormente un cesta ticket por el valor que corresponda según el
número de horas extraordinarias trabajadas.”
En consecuencia, este Superior Juzgado, en tal sentido considera que la
condenatoria al respecto se dicto ajustada totalmente a derecho y resulta
forzoso declarar improcedente la denuncia formulada a este respecto. ASI SE
DECIDE. (Sic). (Destacado de origen).
De la sentencia recurrida, se aprecia que en efecto el juez de Alzada, toma en
consideración la cláusula 27 de la Convención Colectiva celebrada entre Molinos
Venezolanos C.A. (MOLVENCA) y el Sindicato de Trabajadores de Molinos Venezolanos
C.A. (MOLVENCA), a los fines de resolver la solicitud del beneficio de alimentación
solicitado de manera prorrateada.
Siendo así, al tener la convención colectiva en su conjunto, condiciones laborales
más favorables que las previstas en la Ley de Alimentación para los Trabajadores de
2004, aplicable ratione temporis; debe considerarse para el presente caso la convención
colectiva de trabajo, por tener condiciones más favorables, que lo dispuesto en la Ley de
Alimentación para los Trabajadores de 2004.
Ahora bien, es pertinente destacar que para la configuración del vicio invocado de
errónea interpretación -conforme fue explicado supra- debe reconocerse la existencia y
validez de la norma delatada y que de ésta resulten consecuencias ajenas a su contenido
real. En tal sentido, en el presente caso, al no haberse aplicado los artículos 2 y 5 en sus
parágrafos tercero y primero respectivamente, de la Ley de Alimentación para los
Trabajadores y Trabajadoras, 18 y 36 de su Reglamento, resulta inexistente el delatado
vicio, puesto que no puede determinarse una errónea interpretación sobre una normativa
no aplicada.
Por otra parte, en lo concerniente a la cláusula 27 de la Convención Colectiva
celebrada entre Molinos Venezolanos C.A. (MOLVENCA) y el Sindicato de Trabajadores
de Molinos Venezolanos C.A. (MOLVENCA), se evidencia que el ad quem confirmando la
declaratoria del a quo, aplica conforme a derecho la referida cláusula, condenando el
pago del beneficio de alimentación reclamado, conforme lo establecido en la misma.
En virtud de las consideraciones expuestas, no incurre el ad quem en vicio alguno, lo
que conlleva a declarar sin lugar la presente denuncia. Así se decide.
IV
Conforme con lo estatuido en el numeral 2 del artículo 168 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, denuncia la errónea interpretación del artículo 92 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, por considerar que debió condenarse los
intereses de mora generados por las horas extraordinarias y los domingos y feriados
condenados a pagar, y no sólo de las prestaciones sociales como lo hizo el ad quem, por
lo que solicita la procedencia de esta condenatoria, sobre el resto de los conceptos
condenados.
Al respecto se observa de la sentencia recurrida lo siguiente:
TERCERO: Se acuerda el pago de los intereses moratorios sobre el monto de
las prestaciones sociales condenadas a pagar los cuales deberán ser
calculados mediante la referida experticia complementaria al fallo bajo los
siguientes parámetros: desde la fecha de finalización de la relación de trabajo,
sea por causa atribuible a la voluntad de las partes o por causas ajenas a la
misma, independientemente de la oportunidad elegida por el trabajador para
reclamar sus derechos judicial o extrajudicial hasta la materialización de ésta
(oportunidad del pago efectivo), según lo dispuesto en la sentencia dictada en
fecha 11-11-2008 por la Sala de casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia. (Sic). (Destacado de origen).
Respecto a los intereses moratorios esta Sala, en aclaratoria Nro. 940 de fecha 24
de octubre de 2013, de la sentencia Nro. 482, dictada en fecha 26 de junio de 2013 (caso:
Víctor Enrique Silva Valerio contra Inversiones Gran Muro, C.A. y Distribuidora Gran
Muro, C.A.), expuso:
En relación con los intereses de mora y la corrección monetaria, la Sentencia
de esta Sala de Casación Social N° 1.841 de 2008, con ponencia del
Magistrado Luis Eduardo Franceschi Gutiérrez, aclaró definitivamente el criterio
a ser aplicado al acordar estos conceptos; y, al respecto señala:
(…) en lo que respecta a la parte in fine del artículo 92 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, o sea, al establecimiento de la mora
debitoris, esto es, que el retraso o incumplimiento de lo que adeuda el patrono
al trabajador por concepto de la prestación de antigüedad, genera el deber de
pagar intereses de mora desde la fecha en que la misma se hace exigible, vale
decir, desde el momento en que efectivamente culmina la relación de trabajo.
En el sentido precedentemente esbozado se pronunció esta Sala de Casación
Social en sentencia Nº 607 de fecha 04 de junio de 2004, al referirse a la
naturaleza jurídica de los intereses moratorios sobre el pago de la diferencia de
prestaciones sociales en los siguientes términos:
Los intereses moratorios no son más que la consecuencia de la falta de pago
oportuno, del retardo o la mora en la cual incurre el patrono en pagar al
trabajador sus prestaciones sociales, al finalizar la relación laboral, dado el uso
por el empleador de un capital perteneciente al trabajador, el cual generará
intereses a favor de éste, los que se calcularán a la tasa fijada por el Banco
Central de Venezuela, de conformidad con lo establecido en el artículo 108 de
la Ley Orgánica del Trabajo, si son causados después de la entrada en
vigencia de la Carta Magna.
(…omissis…)
Por consiguiente, cuando el patrono no paga oportunamente las prestaciones
sociales, es decir, cuando no las paga al finalizar la relación de trabajo,
surge para el trabajador, además del derecho de reclamar judicialmente
tal pago, el derecho a cobrar intereses de mora por el retardo en el
cumplimiento del pago.
(…omissis…)
En el sentido del criterio anterior, se dejó establecido en reciente sentencia de
la Sala Constitucional Nro. 969 del 16 de junio de 2008, lo siguiente:
(…) lo adeudado por concepto de salario y prestaciones sociales, de
conformidad con el artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, son créditos de exigibilidad inmediata que no pueden sujetarse a la
determinación de acontecimientos futuros e inciertos, Además, toda mora en el
pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor, que gozan de
los mismos privilegios y garantías de la deuda principal. Asimismo, en dicha
sentencia, esta Sala señaló que el riesgo de las fluctuaciones del valor
monetario corren por cuenta del deudor, lo que también condiciona la necesaria
inmediatez en el pago de las obligaciones laborales, ordenándose finalmente,
la publicación de dicha decisión en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela.
Siendo ello así, se advierte como en el presente caso, la sentencia cuya
revisión se solicita, que fue emitida el 10 de agosto de 2004, esto es, con
posterioridad a la entrada en vigencia de la Constitución de 1999 y al fallo
dictado por esta Sala Constitucional, el 11 de abril de 2002, por lo cual se
estima que transgredió la doctrina vinculante fijada por esta Sala, así como
infringió el contenido del artículo 92 de la Constitución, ya que lo ajustado a
derecho era que el Juzgado Tercero de Primera Instancia del Trabajo del
Régimen Transitorio de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, acordase el pago de intereses de mora sobre las cantidades
adeudadas y a las cuales fue condenado el patrono en el fallo referido; los
cuales serán calculados desde la fecha de culminación de la relación
laboral, hasta la fecha de ejecución del fallo. (Destacado de origen,
subrayado de esta Sala).
De la sentencia parcialmente transcrita, se desprende que al ser el salario y las
prestaciones sociales, conceptos de exigibilidad inmediata, éstos generan intereses
moratorios cuando no son cancelados en la oportunidad dispuesta por ley. En tal sentido,
siendo que los conceptos horas extras, días domingos y feriados laborados y beneficio de
alimentación (derivado de la cláusula 27 de la convención colectiva), no fueron pagados
en la oportunidad que se generaron tales derechos, corresponde la condenatoria de los
intereses moratorios sobre los mismos. Por lo que al ser acordado los intereses
moratorios únicamente sobre las prestaciones sociales, se vulnera el orden público,
mediante el cual -aplicándolo al caso de autos- protege los derechos irrenunciables del
trabajador, debiendo atender el ad quem a la condenatoria de intereses moratorios
establecida en el artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Por lo antes expuesto se declara procedente la presente denuncia.
Correspondiéndole a esta Sala subsanar la decisión impugnada exclusivamente en
lo atinente a los intereses moratorios, tomando en consideración para su condenatoria lo
establecido en el artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
y la sentencia Nro. 940 de fecha 24 de octubre de 2013 (caso: Víctor Enrique Silva Valerio
contra Inversiones Gran Muro, C.A. y Distribuidora Gran Muro, C.A.) -antes citada-.
En virtud de lo anterior procede esta Sala a corregir el fallo impugnado en los
términos siguientes:
De conformidad con lo previsto en el artículo 92 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, y en aplicación del criterio establecido por esta Sala, en
sentencia Nro. 1841 de fecha 11 de noviembre de 2008 (caso: José Surita contra
Maldifassi & Cía. C.A.), se ordena: 1) el pago de los intereses de mora de la cantidad
condenada a pagar por concepto de diferencia de prestación de antigüedad, al tratarse de
una deuda de valor, y su cómputo debe hacerse desde la fecha en que la misma es
exigible, vale decir, desde la finalización de la relación de trabajo y hasta la oportunidad
de su cancelación; y ii) El pago de los intereses moratorios sobre el resto de los
conceptos ordenados a pagar, por tratarse igualmente de deudas de valor, exigibles de
inmediato, calculadas desde el momento en que debieron ser pagadas, con fundamento
en la sentencia Nro. 2191 de fecha 6 de diciembre del año 2006, (Caso: Alba Angélica
Díaz de Jiménez) de la Sala Constitucional. Dichos intereses no serán objeto de
capitalización, ni indexación. Así se declara.
Resuelto lo anterior, el recurso de casación interpuesto por la parte actora será
declarado con lugar, anulando la sentencia únicamente en lo referente a los intereses
moratorios condenados por el ad quem, debiendo considerarse a los fines de la ejecución
los intereses moratorios condenados en la presente sentencia. Así se decide.
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de
Casación Social en Sala Especial Segunda administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, declara PRIMERO: CON
LUGAR el recurso de casación interpuesto por la parte actora contra la sentencia dictada
por el Juzgado Superior Accidental del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Yaracuy, publicada el 14 de abril de 2014; SEGUNDO: SE ANULA el fallo recurrido
exclusivamente en lo concerniente a los intereses moratorios, los cuales deberán ser
calculados en los términos expuestos en la parte motiva del presente fallo. TERCERO:
CON LUGAR la demanda interpuesta por el ciudadano Nelson Manuel Vargas
Hernández, contra las sociedades mercantiles Molinos Venezolanos, C.A. (MOLVENCA) y
Grupo Consorcio Granelero, C.A. (CONGRACA) hoy Pasta Sindoni, C.A.
Se condena en costas a la parte demandada, de conformidad con lo establecido en
el artículo 59 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.
La Presidenta de la Sala y Ponente,
___________________________________________
MÓNICA GIOCONDA MISTICCHIO TORTORELLA
Magistrada, Magistrada,
_______________________________ _________________________________
CARMEN ESTHER GÓMEZ CABRERA BETTYS DEL VALLE LUNA AGUILERA
El-
Secretario,
_________________________
MARCOS ENRIQUE PAREDES
El Secretario,