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ECONOMÍA SOLIDARIA- CONSUMO RESPONSABLE

Por:

Nelson Jair Hernández Valenzuela

ID: 480426

COORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

Bogotá calle 80 sede presencial

Ingeniería civil

Bogotá, Colombia

Lunes 11 de octubre del 2.021


ECONOMÍA SOLIDARIA- CONSUMO RESPONSABLE

Por:

Nelson Jair Hernández Valenzuela

ID: 480426

Diber Jeanette Pita Castañeda

Instructor

COORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

Bogotá calle 80 sede presencial

Ingeniería civil

Bogotá, Colombia

Lunes 11 de octubre del 2.021


Nosotros como seres humanos con el afán de vivir el hoy como el último día de nuestras

vidas sin pensar en un futuro, sin saber cómo será el comportamiento del calentamiento

global, la raza humana como causante de acelerar el cambio climático, deberíamos ser más

conscientes y pensar en generaciones futuras y ecosistemas importantes para la vida. Sin

embargo, esto no es tan fácil, ya que somos pocas las personas que individualmente pensamos

así, pero la problemática va a una escala más grande, a nivel mundial, con daños irreparables

para futuras generaciones, como lo es la obsolescencia programada, quien la dominan los

productores de mercancías en grandes proporciones. La obsolescencia programada es la

acción intencional que hacen los fabricantes de los productos en darles un tiempo útil de vida,

cuando pase este periodo de vida útil el producto será obsoleto.

La obsolescencia programada es la vida útil que le da una fábrica o empresa a un producto,

cuando pase este periodo de vida útil el producto se volverá obsoleto, inútil. Los celulares,

computadoras, impresoras, lavadoras, hornos eléctricos, videojuegos, bombillas, autos y

motos son productos que se consideran indispensables para la vida diaria del ser humano,

aparatos que fallan frecuentemente corto o mediano plazo así de repente, esto ocurre porque

los fabricantes calculan y planifican el tiempo de vida de los productos, con el propósito de

que el producto falle y el consumidor se vea en la obligación de comprar uno nuevo en vez

de repararlo. La obsolescencia programada asegura una gran demanda para estas empresas

productoras, beneficiándose y lucrándose sin medir el daño ocasionado al medio ambiente y

a los ecosistemas una práctica que es innecesaria ya que aquellos productos se deberían usar

por muchos más años si no se le limitara su tiempo de vida.

Esto se creó para que el consumidor se viera obligado a adquirir un producto nuevo igual o

similar. La mayoría de los productos están “programados para morir”, y muchas veces
cuando estos dispositivos mueren es más económico adquirir uno nuevo que reparar el que

ya tenemos.

La obsolescencia programada asegura una gran demanda, por lo tanto, las empresas tienen

más beneficios y una continua oferta. La durabilidad artificial se da cuando es producto de

una estrategia de acortamiento de vida útil antes del lanzamiento del producto nuevo al

mercado. Muchas veces es debido a la elección de los recursos y procesos productivos por

parte del fabricante. En cambio, la obsolescencia programada es la estrategia de acortamiento

de la vida útil del producto después de haber sido lanzado al mercado. Bajo esta estrategia el

fabricante pretende convencer al consumidor de que reemplace su viejo producto por uno

más nuevo haciendo que el tiempo de uso del viejo producto sea inferior a su vida útil real

(Orbach, 2004). Esto influye de gran manera en el desarrollo de la economía. Estos

fabricantes utilizan diferentes tipos de obsolescencias para programar la muerte de los

productos, pero nosotros como opuestos en este caso de consumidores ¿Qué podemos hacer

para combatirla?

En primer lugar, se tiene en cuenta que las consecuencias de la obsolescencia programada se

tienen que conceptuar desde el punto de vista ambiental, social y ético. Desde el punto de

vista ético, producir bienes con una vida útil muy reducida y limitada no es positivo. Al tener

que estar en continua producción es necesario el uso de recursos naturales para su producción

y luego comercialización y posteriormente ser desechado. Algunos recursos naturales son

muy escasos encontrarlos en el medio y la explotación de estos recursos en la mayoría minero

energéticos como materia prima para la producción de todo aquello que utilizamos en

nuestros hogares y en todo momento día a día afecta directamente el medio ambiente. Una

consecuencia preocupante es el desecho y acumulación de materiales y residuos que ya no

se van a utilizar porque limitaron su tiempo de uso, al tener elementos que puedan contaminar
el suelo o agua es importante tener en claro en reducir el uso de aparatos electrónicos y

electrodomésticos y así disminuir el número de residuos que se generan a causa de los

desechos.

Dentro de la misma línea de ideas, desde el punto de vista social si ya por los avances al día

de hoy estamos siendo manipulados para estar comprando productos, la caducidad de estos

fomenta aún más dicho consumo, además de conflictos geopolíticos por la extracción de

recursos como el caso del coltán utilizado para la fabricación de productos electrónicos, todos

los residuos electrónicos que los países desarrollados envían productos de segunda mano a

los países subdesarrollados como países africanos pero la realidad es que estos productos

llegan inservibles y resultan ocupando espacio además de contaminar sus ecosistemas.

No por casualidad, la durabilidad artificial se presentó cuando uno de los mitos en torno al

bombillo, el primer producto que afecto la obsolescencia programada. Así, en 1924 se

constituyó el primer cártel mundial para el control de la fabricación de bombillas, que

presionaba a los fabricantes para controlar las horas de duración de éstas. Si en 1881 la

primera bombilla de la historia tenía una duración de 1.500 horas, en 1924 los fabricantes

presionados hacían esfuerzos por limitar su duración a 1.000 horas (Franco, Cesar 2.011).

La durabilidad artificial no está prohibida por ley, pero la ley sí obliga a los fabricantes a

ofrecer la mayor durabilidad posible de los productos a los consumidores. No obstante, los

manufactureros son libres de fijar el nivel de durabilidad en sus bienes para maximizar

beneficios y mejorar su posicionamiento en el mercado. La razón de esto es que la durabilidad

depende de la calidad, sin riesgos invisibles ni externalidades negativas que incurra en

intervención legal en el diseño del producto.

La industria electrónica es la de mayor y más rápido crecimiento dentro de las industrias

manufactureras. Un crecimiento rápido combinado con una obsolescencia del producto aún
más rápida. Esta industria incluye desde chips de ordenadores hasta las máquinas de vending.

Según Greenpeace (2010) los componentes de los aparatos eléctricos y electrónicos que más

contaminan son:

Retardantes de fuego bromados (RFB) utilizados en teléfonos móviles y ordenadores, el

cadmio utilizado en las baterías recargables de los ordenadores, interruptores y monitores

viejos. Acumulado en el ambiente puede ser tóxico, y afecta a los riñones y huesos. El

Mercurio presente en los monitores de pantalla plana como dispositivo de iluminación y en

pilas. Causa daños en el sistema nervioso central, sobre todo en edades tempranas.

Compuestos de cromo hexavalente que se encuentra en las cubiertas de metal, son altamente

tóxicos y carcinogénicos. Además de muchos más materiales como el Policloruro de vinilo

(PVC), Níquel, Litio, Plomo y Bario.

Por último, tras haber profundizado un poco la obsolescencia programada, llegamos a la

conclusión de que su origen es un reflejo del materialismo que impera en la sociedad actual,

basada en la expansión económica como fin último. Muchos estarán agradecidos y

encantados con los avances tecnológicos. Pero muchas veces pierden la sensatez y no piensan

en los efectos negativos que llevan esas acciones. Allí es cuando se aprovechan los grandes

productores para estimular el consumo y satisfacer la insaciable demanda del consumidor.

En conclusión, una de las soluciones a la obsolescencia programada es la economía

colaborativa, cuyo principio básico puede expresarse que es un modelo económico en el que,

fundamentalmente, los usuarios se aprovechan de las nuevas tecnologías para prestar,

comprar, vender, compartir o alquilar bienes y servicios, también funciona tener un consumo
más responsable, al buscar los artículos que tengan materiales de buena calidad para que

duren el máximo de tiempo posible.

Tenemos que tener claro que todos somos parte de una misma sociedad y tenemos que cuidar

el medio donde vivimos , pero dependiendo del territorio donde nos encontremos van a varían

las tradiciones, costumbres, creencias y religiones que nos dejaron nuestros antepasados,

antiguamente era una regla seguir las costumbres, pero a pasar de los años se pierden las

tradiciones, se han perdido aquellas costumbres de conservar y cuidar las cosas no desechar

como hoy en día, pero como todo siempre hay esperanzas y luz de salvación, personas

dedicadas proteger y mitigar los daños a los ecosistemas que son vitales para nuestras vidas.

En esa misma línea de pensamiento, quienes defienden la naturaleza de las agresiones de las

empresas o de los Estados, no son criminales que afectan la propiedad o el desarrollo, son

defensores de derechos fundamentales cuyo papel, debe ser reconocido y estimulado, nunca

reprimido. La exigibilidad de estos derechos se debe dar en terrenos sociales, políticos y

legales (Martínez, 2004.p.10), por lo cual , El ser humano es profundamente afortunado,

dispone de un cuerpo físico que le permite moverse y experimentar los placeres terrenales;

un cuerpo emocional que amplía la riqueza de aquello que sucede en el mundo físico y le da

la capacidad de sentir en su interior; un cuerpo mental que le da la posibilidad de entender y

estructurar el entorno en el que vive y lo que lo experimenta; y finalmente, un cuerpo

espiritual que lo conecta con lo que es, más allá de sí mismo. (Ferreté,2012. p.3).
REFERENCIAS

BIBLIOGRAFICAS

• Franco, César (2011), “La Obsolescencia Programada: Reflexiones sobre la

reducción deliberada de la vida de los productos para incrementar su consumo”,

Revista COIIM nº 53. Disponible en:

http://www.coiim.es/revista/Articulos/53_Art.%20Obsolescencia%20Programada.a

spx

• Greenpeace (2010), Los componentes más tóxicos, Argentina. Disponible en:

http://www.greenpeace.org/argentina/es/campanas/contaminacion/basuraelectronica

/Componentes-Toxicos/

• Orbach, Barack (2004), “The durapolist puzzle: Monopoly power in durable goods

markets”, Yale Journal on Regulation, n.21, pp.67-118, Connecticut.

• Martínez, E. (2004). Pachamama y Sumak Kawsai.

• Ferreté, J. M.Geeregat V. O. (2012).p.3 Anales de Literatura Hispanoamericana

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