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Valores en familia

Desde su origen, la familia tiene como fundamento el amor y afecto entre sus integrantes.
Independientemente de cuál sea la situación por la que atraviesan, cada una de las personas que la
conforman sabe que puede acudir a ella para recibir apoyo, cariño y respaldo.

Para esto, una de las necesidades básicas es que dentro de la familia exista una buena comunicación,
transmitir unos a otros la disposición de compartir los sentimientos, emociones e intereses propios, así
como demostrar sensibilidad ante las necesidades, los gustos y las preocupaciones de los integrantes.
Esto ayudará, a su vez, a desarrollar en cada uno valores que mueven a nuestra sociedad.

Los valores en una familia son esos pilares de orientación e influyen directamente en la educación que
se inculca entre los miembros de esta. Por lo tanto, se establece un orden al interior del hogar y por
fuera de este.Si en la familia no se infunden unos valores es muy probable que el caos sea la regla de oro
para convivir y vivir en un núcleo familiar. Por otro lado, una situación de caos traería consigo más
problemas sociales.

Es fundamental entonces que siempre se integren los valores en los procesos de crianza y convivencia
familiar. Sobre todo recordemos que los valores son aquellas virtudes y cualidades que adoptan las
personas en favor de sí mismo y sus semejantes.Particularmente, los valores permitirán que sus
integrantes definan sus pensamientos libremente y con respeto. Además de ello los valores que tenga la
persona se sumará a un objetivo ineludible que es el de alcanzar el bienestar colectivo.Los valores en
cierta medida regulan las conductas de las personas. Por esto dentro de una familia es necesario que se
dicte unas normas de conducta encaminadas a mejorar las condiciones de convivencia entre cada
miembro de la familia.

La familia, institución reproductora del sistema de valores que conforma la base cultural de todo
conglomerado humano, ejerce una presión educativa cimentada en afectos y reglas, modelando
actitudes y comportamientos en consonancia con los valores del sector social que representa. Muchos
trastornos psiquiátricos están relacionados con la deprivación afectiva en edades tempranas, lo que
impide la maduración de centros nerviosos del Diencéfalo, incapacitando de por vida para el
pensamiento superior, los sentimientos altruistas y los valores espirituales. Cuanto más amplio el
espectro afectivo, más potencialidades éticas, inteligencia emocional y capacidades de socialización, que
permitirán atenerse a principios morales, intereses y sentimientos sociales. La familia es transmisora de
motivaciones, valores, ideología y cultura, aportando un sistema de creencias, convicciones y
sentimientos que guían y orientan la personalidad, al incorporarlos como mecanismo autorregulador de
la conducta social, en la asimilación del sentido y significado de los acontecimientos. Escenario
privilegiado de los sistemas integradores de la personalidad a través de los patrones de crianza y de
transmisión de valores empleados por los adultos para con los niños, hay que dotarla de los recursos
psicológicos y pedagógicos para cumplir la parte que le corresponde en la formación del Hombre Nuevo.
Esto no puede ser un problema espontáneo.
Practicar los valores genera la capacidad de servir a los demás. A medida que desarrollamos los valores
en nuestro interior vamos mejorando nuestra capacidad de relacionarnos armónicamente con el mundo
en que vivimos, al punto de lograr contribuir afirmativamente a la calidad de vida de todos nosotros.La
educación en valores nos conciencia sobre las consecuencias de nuestros actos en el planeta y nos
inculca el respeto por la naturaleza.

La familia tiene que ser refugio y fortaleza, por lo que sus miembros han de buscar el bienestar de los
demás. Los esposos son fieles uno al otro y apoyan en todo momento la educación y el desarrollo de los
hijos.

La educación en valores, va más allá de la simple mención de los valores. Seguramente los niños y niñas
ya conozcan los valores apropiados, pero la educación en valores es mucho más que eso. Educar en
valores requiere la interiorización del valor, para asumirlo como un principio que guíe los propios actos.
Es importante concienciarnos que a veces predicamos una cosa pero hacemos otra. Si queremos
transmitir un valor a los niños y niñas, nuestra actitud y acción tiene que ser la acorde con tal valor

.La familia es la primera educadora por eso, los padres tienen la obligación para con sus hijos de darles
una correcta formación en valores, que los construyan como personas libres, autónomas, maduras,
responsables, sólidas y solidaria

La educación en valores, está presente en muchos actos, y se lleva a cabo de manera directa, pero sobre
todo de un modo indirecto a través de actitudes que los niños y niñas observan, aceptan e interiorizan
como suyos propios.La educación en valores ocurre de manera transversal, a través de diferentes
agentes educativos, desde el ámbito formal y no formal.

Educación en valores

La educación en valores requiere la vivencia afectiva de los mismos, y por lo tanto tiene como agente
principal la educación familiar. Los niños y niñas viven los valores que se transmiten de forma
inconsciente en el seno de la familia y otorgan una carga afectiva a dichos valores. Esta vivencia de los
valores, tiene más peso y más influencia que otras acciones en lo que a educación en valores se
refiere.La familia tiene un papel muy importante en la educación en valores.

Claves para educar en valores en familia:Puede parecernos complicado encargarnos de la educación en


valores de los más pequeños de la casa, pero es más sencillo de lo que parece.

En primer lugar tener claros que valores podemos educar en familia. Cualquier valor puede ser educado
en el seno de la familia, algunos de ellos son: empatía, solidaridad, humildad, respeto, la amistad, la
gratitud, la honestidad, el optimismo, la voluntad, la felicidad, etc. son algunos ejemplos de valores que
fácilmente podemos transmitir en familia.

Sin darte cuenta estarás transmitiendo valores a los niños y niñas, solo con tu actitud hacía esos
valores.Anima a tus hijos a seguir esos valores, dales la oportunidad de hacerlo y cuando lo hagan elogia
sus logros.La buena educación transmite valores morales y hábitos de conducta que enriquecen a la
persona y a toda la sociedad, haciéndola más plena, capaz y feliz.
La familia es el mejor ámbito para educar en valores, especialmente a través del ejemplo de los padres
ante sus hijos. Los padres tienen el derecho de que el Estado no violente ni impida la transmisión de los
valores familiares a los menores

Los valores: verdaderas piedras preciosas para tus hijos", tener unos valores morales y comportarnos de
acuerdo a ellos se relaciona estrechamente con nuestra felicidad personal y de las personas que nos
rodean, como lo son nuestros hijos. A continuación os dejamos algunas claves para educar en valores.

 Antes de nada, identifica aquellos valores que deseas inculcar en tu familia .Esto te ayudará a
educar con objetivos y le dará un sentido a tu paternidad. Tener una visión clara de los valores
que queremos inculcar a nuestros hijos (y desarrollar también nosotros como padres) es
importante para poder establecer metas. Los valores nos sirven de guía y nos ayudan a distinguir
si nos acercamos o alejamos de ellos. A veces tener claros nuestros valores no es sencillo.
Algunos de ellos podemos defenderlos con absoluta seguridad, pero en otras ocasiones
tenemos dudas y es normal que pasemos por alto algún principio importante.
 Aplica tus valores más relevantes en la vida diaria mediante metas y acciones valiosas
concretas.De igual manera un valor se queda en teoría hasta que se comienza a practicar.
Retoma tu lista de valores y pregúntate con sinceridad si están reflejados en la vida de vuestra
familia
 Asegúrate de ser coherente, ¿qué tipo de modelo eres?.Que tu ejemplo servirá de modelo para
tus hijos. Asegúrate deque tu modo de comportarte sea correcto y acorde con los valores que
les transmites: ¿Tratas a tus hijos con empatía y compasión? ¿tratas a tu pareja con amor?
¿muestras respeto por otros adultos?Sé cuidadoso en tu comportamiento. Nuestros hijos nos
imitan. Esto, que en muchas ocasiones resulta tan gratificante, puede ser también una
contrariedad cuando de manera descuidada nos descubren “traicionando”los valores que
pretendemos inculcarles.
 Plantea objetivos realistas y ajustados para ti y tu familia.Perseguir siempre la mejora de tu
comportamiento y de tus actitudes es un objetivo noble. Pero algunas personas perfeccionistas
pueden llegar asentirse muy frustradas si no logran alcanzar sus objetivos con extrema
corrección. No seas perfeccionista. Sé considerado contigo mismo, no te exijas demasiado.
Cuando intentamos educar en valores a los hijos, e incluso cuando nos proponemos actuar
nosotros mismos conforme a nuestros valores, debemos tener en cuenta que no siempre vamos
a resultar modelos ejemplares. Esto se debe a nuestra naturaleza humana. Ten en cuenta que
equivocarse en muchas ocasiones supone una oportunidad para conocernos mejor y subsanar
los errores. Lo importante es reconocerlo y aprender de ello.
 Favorece el desarrollo de la empatía.Para entenderla, necesitamos haberla experimentado. Por
eso debemos comenzar por ser empáticos con ellos. Acostúmbrate a hacerles preguntas para
conocer más sobre su punto de vista y sus emociones, intentando siempre escucharles y validar
lo que sienten o piensan (que es distinto de estar de acuerdo o de no poner límites).
 Cuando un acto refleje un valor, ¡nómbralo y refuérzaloCada vez que tus hijos tengan un gesto o
un comportamiento que refleje un valor menciónalo, haciendo también hincapié en sus
consecuencias positivas.Cuando refuerces un valor en tus hijos y hables con ellos, evita los
sermones. Sé cuidadoso de no acompañar buenas frases como “has sido muy honesto con tus
compañeros” o “me siento muy orgulloso de lo que has hecho” con otras “menos buenas” que
digan: “¿ves como cuando quieres sabes hacerlo?”. Esto último no invita a esforzarse ni a
cambiar.
 Todo escenario es oportunidad para comenzar un diálogo, reflexión o debate.Ya sea porque
surgió o porque lo buscaste directamente, cualquier situación se puede convertir en una
oportunidad para enseñar y comenzar una discusión sobre los valores.Cuando observamos
conductas contrarias a nuestros valores, podemos también convertirlo en oportunidad de
reflexión y aprendizaje.
 Fomenta el pensamiento crítico o el desarrollo de su propio criterio.La mayoría de los niños
empiezan a imitar a sus iguales desde muy pequeños. Ya que todavía no tienen criterio para
distinguir lo que está bien de lo que está mal, dejarse llevar por lo que hacen sus amigos puede
ser fuente de problemas. Observa a tus hijos interactuar con otros niños. Habla con ellos de
forma abierta sobre las consecuencias de cada una de sus conductas. Anímales a cuestionar y a
preguntarse los motivos para actuar de determinada manera.
 No permitas que tomen la salida fácil: compromiso y responsabilidad.Si tus hijos deciden
abandonar las clases de piano, faltar al entrenamiento de fútbol o evitan presentarse a un
examen que les da miedo, no les permitas hacerlo. No estarán aprendiendo la importancia de la
constancia,del esfuerzo, la responsabilidad, etc. Habla con ellos, recoge cuáles son sus motivos,
analizad juntos los pros y los contras. No les permitas el abandono por razones no válidas,
(esfuerzo, aburrimiento, problemas solucionables con sus compañeros…). Permíteles, sin
embargo, dejar la actividad tras un tiempo prudencial o si hubiera alguna justificación de peso
que lo hiciera razonable. Lo mismo sucede cuando se trata de asumir la responsabilidad de sus
actos. Es importante que aprendan que todo tiene consecuencias.
 Involucra a la familia en actividades comunitarias o altruistas.Que tus hijos te vean formar parte
de alguna asociación que tenga objetivos altruistas les ayudará a desarrollar el sentido de
pertenencia a la sociedad y el compromiso.No importa a qué te dediques profesionalmente,
cuáles son tus aficiones ni el grado de educación que tengas. Lo que le importa a tu hijo es verte
hacerlo que haces con congruencia, verte esforzarte, caerte y levantarte. No tenemos que
aparentar que todo es perfecto, el mundo no lo es. Lo que podemos hacer es transmitirles que
el esfuerzo constante para actuar en función de nuestros valores puede marcar la diferencia
entre conseguir una vida plena o no.

Los valores son los pilares de toda familia y fundamentales para la educación de los más pequeños.Para
transmitirlos de manera positiva y que sean adquiridos naturalmente en el seno familiar, lo importante
es saber qué son los valores familiares y que los niños los vean reflejados en los adultos que los
rodean.A continuación encontrarás la lista de los principales valores familiares y su importancia.

12 valores familiares y su importancia


 Gratitud:Estar agradecido y reconocer buenos actos, un gesto de cariño, el compromiso, o una
tarea bien hecha es sumamente valioso para la armonía en la convivencia del hogar. Enseñar el
valor de la gratitud y mantener este valor vivo en la familia será de gran importancia para todos
sus miembros.
 Generosidad:Ser generoso con la familia y todas las personas que nos rodean es una de las
tareas más importantes que tienen los padres para enseñarle a sus hijos.Enseñarles a los niños a
dar sin esperar nada a cambio es fundamental pues cuando son muy pequeños, a la mayoría de
los infantes les cuesta comprender que no todo es de ellos por lo que hay que mostrarles que en
el acto de compartir es donde se van fortaleciendo las relaciones interpersonales e
implementarlo en tus valores familiares.
 Compromiso:Este valor familiar se va adquiriendo con el paso de los años y es importante ir
introduciéndolo de a poco en el hogar para que los más pequeños sepan el valor que tiene el
prometer algo o dar su palabra a otra persona, ser disciplinado y constante con lo que uno se
propone.
 Responsabilidad:La responsabilidad es un valor familiar que si están bien adquirido será
sumamente valioso para el seno familiar pero también para uno mismo. Ser responsables
implica comprender que hay un mundo que nos rodea y al cual debemos no sólo pedirle, sino
también servir.

 Compasión:Este es uno de los valores familiares más importantes para la convivencia, pues los
más pequeños deben aprender a ponerse en el lugar del otro, entender cómo piensan y las
emociones que sienten.
 Humildad:Transmitir este preciado valor entre los miembros del hogar será relevante y
sumamente beneficioso para todos, pues si desde pequeños pueden comprender que todos
gozan de los mismos derechos y nadie es superior a otro, se podrá construir un ambiente
familiar armonioso y en equilibrio.

 Tolerancia:Transmitirle a los más pequeños que nadie es perfecto, que todos somos diferentes y
poder dejar de lado el orgullo será de gran ayuda. En los momentos de presión, actuar con
tolerancia y empatía le ayudará a tus hijos a copiar esa conducta y adoptarla como propia en
todos los ámbitos de su vida.

 Confianza:Generar confianza en los más pequeños no es tarea sencilla, pues es un valor que fácil
se desvanece si se traiciona, falta a la palabra, se olvida, se generan dudas o bien se genera
distanciamientos que para el adulto pueden no significar nada pero para el niño resulta el
mundo entero. La confianza es frágil y debe construirse con cuidado y a lo largo de toda la vida y
permanecer entre los valores familiares.
 Amor:El amor y los gestos de cariño entre miembros de la familia son una forma de
comunicación sumamente valiosa en todo hogar. Este sentimiento es algo que se siente, pero
que también se cultiva. Por eso, los padres deben acostumbrar a los pequeños a tener una
relación cercana, afectuosa y abierta dentro del hogar. El amor no son las cosas materiales, si no
un sentimiento que se cultiva poco a poco, día a día. También es importante enseñarles a los
niños el amor y la confianza en uno mismo.
 Respeto:El respeto tiene su base en la idea de que todos tenemos un límite, el cual jamás debe
ser transgredido por los demás. Es correcto eso de que “cada uno es como es”, siempre y
cuando la acción de unos no dañe o perjudique a los otros.

 Honestidad:Es muy normal que cuando los niños son muy pequeños mientan o engañen,
muchas veces con la intención de realizar una broma o jugar y otras veces por temor a ser
reprendidos por sus adultos, pero mentir o engañar no siempre está bien y hay que explicar esto
desde niños y será uno de los valores familiares fundamentales.

 Propósito:El propósito como objetivo ha de ser enseñado y valorado desde muy pequeños.
Darle un sentido a la vida, encontrar aquello que los apasiona en todas las etapas de su
crecimiento, motivarlos a más, comprender que hay que ir en busca de aquello que se desea a
pesar de que en el camino se pueda fallar una y otra vez, todos estas experiencias encierran el
propósito en la vida.

Bibliografías

https://www.forofamilia.org/lineas-de-accion/derecho-a-la-educacion/educar-en-valores/

https://www.educamosenfamilia.com/post/2020/03/25/10-claves-para-la-educaci%C3%B3n-en-valores

https://blog.vicensvives.com/7-propuestas-para-trabajar-los-valores-en-familia/

https://educrea.cl/la-educacion-en-valores-desde-la-familia/

https://www.educapeques.com/escuela-de-padres/educar-en-valores-claves.html

https://laredhispana.org/familia/que-son-los-valores-familiares-y-cuales-son-los-mas-importantes

https://www.hakunamatata.com.co/blog-hakuna-matata/psicologia-infantil/los-valores-de-la-familia/

https://movimientovivamexico.org/la-importancia-de-los-valores-en-la-familia/

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