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de credibilidad12, y para ello, qué mejor ción que siempre estará latente en lo
signo que el testimonio silencioso de más íntimo de su ser.
hombres y mujeres en quienes se pal- El signo de credibilidad, en este
pa en ejercicio el amor del Verbo de la caso, es la transformación de la huma-
vida: en ellos la salvación del hombre nidad que por invasión de la gracia de
no se deduce, sino que se hace trans- Jesucristo se ha obrado en la naturaleza
parente13. humana y que ha hecho de la vida de la
Después del Concilio se habla de persona una realidad llena de sentido.
testimonio de vida para designar la san- En el caso de Madre Teresa, también
tidad de vida en cuanto que es fuerza tenemos ante nuestros ojos la consa-
de atracción para los que viven fuera gración de una vida que se hace total
de la iglesia, como muestra claramente donación de sí en el amor y por ella to-
la exhortación apostólica de Juan Pablo dos (musulmanes, budistas, creyentes,
II Christifideles Laici (1988). Como indiferentes, ateos) se sienten cuestio-
dice Bergson14, la fuerza de atracción nados ante ese foco de amor que ella
del testimonio se debe a su discreción enciende a su paso. En este sentido, Pie
misma:”Los santos no tienen nece- Ninot apuesta por una “martiría signi-
sidad de exhortar; no tienen más que ficativa” de la esperanza cristiana en la
existir, su existencia es una llamada”. que se propone la esperanza cristiana
G. Marcel declara:”Me he encontrado desde el testimonio, entendido como
con seres en los que se sentía la reali- experiencia de martiría15.
dad de Cristo tan viva que no me era Estamos aquí ante una interpreta-
lícito dudar de ella”. Y así se explica ción nueva y, en nuestra opinión, más
la fuerza de atracción de hombres y globalizante del concepto de mártir que
mujeres como el P. Kolbe, muerto en supera incluso la puerta que abre LG
Auschwitz en 1941, el arzobispo Óscar 42 al hablar no explícitamente del que
Romero del Salvador, muerto en 1980 da la vida por Cristo, sino de aquellos
o Madre Teresa: en ellos se ve a Cristo que en medio de las persecuciones, que
que pasa amando. Su vida no es una de- nunca faltan a la Iglesia, están dispues-
mostración sino una muestra del amor tos a confesar a Cristo y a seguirle por
que les hace vivir. el camino de la cruz, cuya definición
Estamos ante un grado sumo de parece estar dada con vistas a las nue-
autoposesión de la propia vida y sobre vas formas de martirio a las que hoy
todo, de la propia libertad, que se ofre- asistimos.
ce al hombre, en nuestra opinión, como Curiosamente, en nuestra opinión,
una promesa de plenitud y de supera- el concepto de mártir vuelve así a ocu-
12
S. Pié Ninot, La Teología Fundamental, Salamanca, 20066 ,75-76.
13
Cf. R. Latourelle- R. Fisichella, “Testimonio”, 1534.
14
H.L. Bergson, Les deux sources de la morale et de la religión, París 19322, 29-30.
15
S. Pié Ninot, La Teología Fundamental, 76.