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El Sol conoció a Titán y quedó fascinado por su orgullo y resistencia a sus avances. Tras mucho esfuerzo, Titán aceptó verlo solo si él se divorciaba de su esposa, la Luna. El Sol aceptó el trato y se divorció de la Luna. Sin embargo, cuando fue con Titán, ella lo rechazó diciendo que si le hizo eso a su antigua compañera, también se lo haría a ella. El Sol se arrepintió de su decisión.
El Sol conoció a Titán y quedó fascinado por su orgullo y resistencia a sus avances. Tras mucho esfuerzo, Titán aceptó verlo solo si él se divorciaba de su esposa, la Luna. El Sol aceptó el trato y se divorció de la Luna. Sin embargo, cuando fue con Titán, ella lo rechazó diciendo que si le hizo eso a su antigua compañera, también se lo haría a ella. El Sol se arrepintió de su decisión.
El Sol conoció a Titán y quedó fascinado por su orgullo y resistencia a sus avances. Tras mucho esfuerzo, Titán aceptó verlo solo si él se divorciaba de su esposa, la Luna. El Sol aceptó el trato y se divorció de la Luna. Sin embargo, cuando fue con Titán, ella lo rechazó diciendo que si le hizo eso a su antigua compañera, también se lo haría a ella. El Sol se arrepintió de su decisión.
lo evitaba como si ser otra de sus conquistas fuera lo peor que pudiera pasarle. Él, curioso por los rumores, quería saber como era realmente la luna más imponente de la corte. En su primer encuentro lo rechazo por completo con la cabeza en alto. Aunque algunas lunas eran más díficiles que otras, ninguna se había resistido tanto como ella. El Sol lo tomo como un reto "se hace la díficil, pero se que me quiere" pensó ingenuo. Titán se mantuvo firme exasperando al Sol. Lo más importante para ella era mantener su dignidad, perderla por trivialidades no estaba en sus planes. Le ofrecía todo lo que una mujer podía querer, excepto la más importante, un buen esposo. Con eso en mente rehusó de qualquier invitación con un tono cortante. Había decidido que no importaba que tan alto sea el estatus del Sol, no caería en sus redes. Pero, como te debes de haber dado cuenta, el Sol no se rendiría fácilmente. Con mucho esfuerzo consiguió su atención, y ella impusó una condición: si quería verla, debía divorciarse de su esposa. Esto hizo dudar al Sol, quien busco negociarlo, pero Titán no retrocedió más "si quieres tenerme, debere ser la única". El orgullo del Sol ya había sido gravemente dañado por la actitud de Titán hacía él, despues de tanto no quería dejar ir la oportunidad. Y aceptó el trato. Despues de todo, su vida marital era tan triste que solo se podía hablar de ella con eufemismos por miedo de impresionar a los oyentes. Y ya de por sí el Sol era quien disfrutaba más la vida de casados haciendo caso omiso al sufrimiento de su esposa. Al considerarlo, por un momento cuestionó que ella no hubiera pedido el divorció, pero lo dejo pasar pues conocía bien su carácter dócil y manso como un corderito. Por lo mismo dudaba se opusiera a él, no queriendo separarse. La Luna dió su consentimiento. Y el Sol se divorció de la Luna. El Sol fue con Titán para ser rechazado por ella "si le hiciste eso a la que fue tu compañera desde tanto, seguro me harías lo mismo". Entonces él sintió el más agudo arrepetimiento pero aparento que daba igual. Actuó como si nada le importase en la corte y siquió su rutina. Y así, estimado lector, fue la historia del matrimonio entre cuerpos celestes más fallido de todos. FIN