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Coronilla de los 7

Dolores de la
Bienaventurada
Virgen María

Nuestra Señora prometió que concedería siete


gracias a aquellas almas que la honren y acompañen
diariamente, rezando siete Ave Marías mientras
meditan en sus lágrimas y dolores:
1. "Yo concederé la paz a sus familias."
2. "Serán iluminadas en cuanto a los divinos Misterios."
3. "Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus trabajos.»
4. "Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación
de sus almas."
5. "Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada instante de sus vidas."
6. "Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre.
7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean
llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna ya que todos sus pecados serán perdonados y
mi Hijo será su consuelo y gozo eterno."

Según San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que El concedería cuatro
gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima:

1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una
contrición perfecta de todos sus pecados.
2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a
la hora de su muerte.
3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.
4. Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera
derramar en ellas.
Los Siete Dolores de María Santísima (corazones.org)
Rivera, L. (1953) Misal Diario latino-español y Devocionario por el P. Luis Rivera CMF. Ilustraciones de Soler, G. (pp. 1463) Editorial REGINA SA.
Por la señal † de la Santa Cruz, † de nuestros enemigos † líbranos
Señor Dios nuestro. ✠ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.

ꝟ Concédeme alabarte, Virgen Santa.


℟ Dame fuerza contra tus enemigos.

Acto de Contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y


Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amos sobre
todas las cosas: me pesa de todo corazón de haberos ofendido, por ser
voz quien sois, bondad infinita, y también me pesa porque me podéis
castigar con las penas del infierno. Propongo firmemente nunca más
pecar, apartare de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y
cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

Padrenuestro…

Oh Virgen dolorísima: es justo que nosotros, hijos vuestros, recordemos


y honremos los inmensos dolores que por nuestra salvación sufristeis
en este mundo. Por ello os suplico, Madre mía, escuchéis lo que voy a
pediros y me obtengáis la gloria del cielo. Amén.

(Hacer la petición)
1° Dolor – La profecía de Simeón en la
presentación del Niño Jesús
(Lc II, 22 – 35)

Corazón afligido de María, por el dolor que


sufristeis en la Profecía de Simeón al saber lo
que había de padecer vuestro Jesús, ayudadme
y protegedme en mis apuros y necesidades.

Avemaría….
2° Dolor – La huida a Egipto con Jesús y
José (Mt II, 13-15)

Corazón afligido de María, por el dolor que


sufristeis cuando tuviste que huir
precipitadamente tan lejos, pasando grandes
penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan
pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de
muerte el que precisamente había venido a
traernos vida eterna; te acompañamos en este
dolor, ayúdame y protégeme en mis dolores y
enfermedades.

Avemaría….
3° Dolor – La pérdida de Jesús
(Lc II, 14 – 50)

Corazón afligido de María, por las lágrimas que


derramaste el dolor que sufristeis al perder a tu Hijo;
tres días buscándolo angustiada; pensarías que le
habría podido ocurrir en una edad en que todavía
dependía de tu cuidado y de San José; te
acompañamos en este dolor, ayudadme y protegedme
para salir del pecado y encontrar a Jesús siempre que
lo perdiere por la culpa grave, y que salga de ella por
medio de una dolorosa y sincera confesión.

Avemaría….
4° Dolor – El encuentro con Jesús con la cruz a cuestas
camino del calvario
(IV Estación del Vía Crucis)

Corazón afligido de María, por las lágrimas que derramaste


y el dolor que sufristeis al ver a tu hijo cargado con la cruz,
como cargado de nuestras culpas, llevando el instrumento
de su propio suplicio a la muerte; Él que era creador de la
vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande
de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz,
después de haber sido azotado como si fuera un malhechor
y siendo, verdadero Rey de reyes, coronado des espinas; ni
la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para
honrarle y ceñírsela en la frente y, aunque le ocasionarían
un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por
ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se
humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del
pecado; te acompañamos en este dolor ayúdame y
protegedme contra las tentaciones del demonio y del
mundo.

Avemaría….
5° Dolor – La crucifixión y la agonía de Jesús
(Jn XIX, 17-39)

Corazón afligido de María, por las lágrimas que derramaste


el dolor que sufristeis al ver la crueldad de clavar los clavos
en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle
agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su
pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su
pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en
aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y ayudadme
y protegedme en mis tribulaciones.

Avemaría….
6° Dolor – La lanzada y recibir a en brazos a Jesús ya
muerto
(Mc XV, 42 - 46)

Corazón afligido de María, por las lágrimas que


derramaste y el dolor que sufristeis al ver la lanzada que
le dieron en el corazón de tu Hijo; sentirás como si la
hubieran dado en tu propio corazón: el Corazón Divino,
símbolo del gran amor que Jesús tubo ya no solamente a
ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio
la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo
sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían
muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y
también víctima de nuestros pecados; te acompañamos
en este dolor y ayudadme y protegedme en las agonías
de mi muerte.

Avemaría….
7° Dolor – El entierro de Jesús y la soledad de María
(Jn XIX, 38 – 42)

Corazón afligido de María, por las lágrimas que derramaste el dolor


que sufristeis al enterrar a tu Hijo; Él, que era creador, dueño y Señor
de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó la humillación hasta
el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría,
el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más
injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos;
siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y
muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate
por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le
acompañaste en todos sus sufrimientos; y ahora te quedaste sola,
llena de aflicción; te acompañamos en este dolor, y ayudadme y
protegedme ante el tribunal de Dios.

Avemaría….
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo …
Oremos
Acudimos a vos, oh Madre Dolorosa, para que nos
sostengáis en las muchas penas y tribulaciones que hemos
de sufrir durante esta vida, y os pedimos que sepamos
sobrellevar con resignación y alegre conformidad en la
divida Voluntad de las cruces que Dios amorosamente nos
envía, a fin de purificarnos más y más de nuestros pecados y
hacernos dignos de la gloria que nos tiene prepara en el
cielo. Amén.
¡Virgen de los Dolores ruega por
nosotros!

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