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Había una vez una pequeña patata llamada Patata, que vivía en un huerto junto a otros

vegetales. Patata era diferente a los demás, ya que tenía una forma un poco extraña y un par
de ojos muy grandes y brillantes.

Aunque Patata se sen�a triste por ser diferente, siempre mantenía una sonrisa en su rostro. Era
muy amable y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Los otros vegetales del huerto
apreciaban su amabilidad y siempre buscaban su compañía.

Un día, llegó una no�cia emocionante al huerto. Se anunció que habría un concurso de
talentos en la gran feria de la ciudad. Todos los vegetales se entusiasmaron y empezaron a
prepararse para el evento. Patata, a pesar de su forma peculiar, también quería par�cipar y
mostrar su talento especial.

Sin embargo, Patata no sabía muy bien qué talento tenía. Recorrió el huerto preguntándole a
sus amigos vegetales si tenían alguna idea. El tomate le sugirió que cantara, la zanahoria le
propuso hacer acrobacias, pero ninguna de esas opciones le convenció a Patata.

Una noche, mientras todos los vegetales descansaban, Patata decidió salir a explorar. Caminó
por el huerto hasta que encontró un viejo libro en una esquina olvidada. El libro hablaba sobre
la magia y la ilusión. Patata quedó fascinada y supo que había encontrado su talento.

Durante las siguientes semanas, Patata prac�có trucos de magia y elaboró una ru�na
espectacular. Aprendió a hacer desaparecer objetos, a levitar y a realizar trucos sorprendentes
con la ayuda de su varita mágica. Estaba emocionada por mostrar su talento en el concurso de
talentos.

Llegó el gran día y el escenario de la feria estaba lleno de espectadores emocionados. Patata
subió al escenario con confianza y comenzó su actuación. Los vegetales se maravillaron con sus
trucos y aplaudieron emocionados. ¡Patata estaba dejando a todos boquiabiertos con su
increíble talento!

Cuando terminó su actuación, los aplausos y vítores llenaron el lugar. Patata se sin�ó feliz y
realizada. Aunque era diferente, había encontrado su verdadero talento y había demostrado
que ser diferente era algo especial.

Desde ese día, Patata se convir�ó en una estrella del huerto. Los vegetales la admiraban y
buscaban su consejo. Patata les enseñaba que todos �enen talentos únicos y que la verdadera
magia radica en aceptarse y amarse a uno mismo tal como uno es.
Y así, Patata vivió feliz en el huerto, compar�endo su magia con todos los que la rodeaban y
recordándoles que la belleza está en la diversidad y en la aceptación de uno mismo.

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