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EXPOSICION ORAL GEOGRAFIA

EL LIMON
Celeste: Maca:)

Amarillo: Guada:DD
Cultivo: El Limon.

Provincias Productoras: La producción de limones argentinos se ubica principalmente en la región del


NOA, siendo Tucumán la provincia que más hectáreas presenta (50.000) y que cuenta con una participa-
ción del 75%. A esta provincia le siguen Salta que tiene una participación aproximada del 12%, Corrien-
tes con un 5% y Jujuy con un 3% de participación. Además, pueden encontrarse plantaciones limoneras
de menor tamaño en Buenos Aires, Catamarca o Entre Ríos.

Produccion: El 75% de los limones que se cultivan y cosechan en Argentina se dirigen a la industria para
comercializarse luego como jugo o para la elaboración de aceites esenciales. En otro proceso, la cáscara
de la fruta se deshidrata y es comercializada para la elaboración de pectina (aglutinante de uso alimenti-
cio). Este rubro fue el que históricamente apalancó el desarrollo de los clusters limoneros argentinos.
Los productos derivados del limón se procesan en industrias nacionales y luego se exportan. Pero tam-
bién algunas empresas productoras establecen acuerdos con firmas elaboradoras dentro del país para
proveerles la materia prima que utilizan para fabricar por ejemplo, gaseosas. Otro de los destinos de los
limones nacionales son las exportaciones en fresco, actividad que concentra el 17% de lo que se produce
en el país.

Destino: El destino de los limones cosechados es, dependiendo de la época del año y de acuerdo a la ca-
lidad de la fruta cosechada, en un 75% para industria, un 8% para consumo interno (fresco) y el restante
17% se exporta como fruta fresca. Se exporta mayormente a Europa, Estados Unidos y China.

Tipo de productores: La mayor parte de la produccion y elaboracion del limon en la Argentina son debi-
do a las empresas productoras, que van desde 30 mil toneladas hasta 360 mil. Uno de los pilares de este
sector es la alta penetración de la industria en su procesamiento, sólo para ilustrar, con 200 kilos de fru-
ta fresca se obtiene un kilogramo de aceite esencial, mientras que con 17 kilos de producto fresco es un
kilogramo de jugo natural.Si bien es cierto que la actividad citrícola tiene cierta tradición en la provincia
de Tucuman, también lo es el que puede identificarse el final de la década los ochenta/comienzos de la
de los noventa del siglo pasado como el momento a partir del cual el cultivo y la industrialización del li-
món en la provincia de Tucumán ha venido experimentando un acusado dinamismo. Este dinamismo ha
estado relacionado con la introducción de todo un conjunto de cambios no sólo técnicos, sino también
organizativos, al interior de la actividad, adopción que al ser selectiva ha modificado de modo desigual la
capacidad de los diferentes tipos de productores para prosperar o aún mantenerse en la misma. Como
resultado, la mayor parte de la producción, que estuvo en manos de pequeños y medianos productores,
hoy lo está mayoritariamente en manos de los grandes, detectándose además signos de concentración y
transnacionalización. Esta tendencia a la desaparición o, al menos, franca disminución, de las pequeñas
explotaciones al interior de las producciones no tradicionales, es una tendencia muy grande. En la base
de este proceso estaría el hecho de que los beneficios de la liberalización de los mercados y del contexto
productivo registrados desde fines de los ochenta tan sólo han alcanzado a aquellos que estaban en con-
diciones de hacer frente al incremento de los riesgos, apareciendo varios tipos de agricultura: un sector
empresarial, que surgió de empresas familiares que contaban con ventajas iniciales o que se beneficia-
ron de inversiones directas de otros sectores; y un grupo marginado, cada vez más grande, compuesto
por productores que no tienen los medios para seguir reproduciéndose. Entre ambos grupos se situarían
productores familiares que pueden caer en el segundo de ellos, como consecuencia de inestabilidad en
el mercado o de desastres naturales, de los que tienen dificultades para recuperarse.

Caracteristicas: La actividad limonera, además de aportar grandes beneficios económicos, es una gran
fuente de trabajo. Se estima que un total de 44.000 personas se benefician directamente de esta pro-
ducción, ya sea por realizar actividades dentro de las industrias, viveros o empaques. Por otro lado, se
estima que unos 26.000 empleados temporarios se dedican a las cosechas o a las tareas culturales du-
rante la temporada, entre los meses de marzo/abril hasta septiembre/octubre.

La Argentina tiene el 15% del comercio mundial de limón, compuesto por el producto en fresco, el acei-
te y el jugo. En productos procesados, como el aceite, la participación llega al 40%. En total, la Argentina
exportó por 570 millones de dólares.

El limón se desarrolla excepcionalmente en la provincia de Tucumán donde nos encontramos con un cli-
ma subtropical con estación seca. Los cítricos se distribuyen en la provincia, a lo largo de una angosta
franja que se extiende desde Burruyacú, en el extremo noreste, hasta La Cocha, en el sur, limitados por
las isoyetas de 800 a 1500 mm de precipitaciones, aunque hay zonas donde los niveles de precipitación
anual superan dichos valores. En cuanto a la temperatura, la media anual ronda los 25 – 27 °C, habiendo
una gran amplitud térmica entre el día y la noche. Esta zona descripta, corresponde al denominado Pe-
demonte, caracterizado por los suelos con relieve ondulado y de alta productividad.

Es importante mencionar que durante el 2020 el mercado europeo, motorizado por las autoridades fito-
sanitarias españolas, decidió cerrar las importaciones de limones argentinos por detectar entre los car-
gamentos presencia de la enfermedad Mancha Negra: las autoridades extranjeras argumentaron que la
situación implicaba un riesgo para su propio estatus fitosanitario, libre de esta enfermedad. Esta situa-
ción trajo para los citrícolas nacionales varias complicaciones, pero fundamentalmente la caída de un
mercado tan importante como el europeo y la necesidad de redireccionar toda esa fruta a nuevos desti-
nos como Estados Unidos y China. Después de varios meses de negociaciones y de un trabajo exhaustivo
por parte de Senasa Argentina, en abril de 2021 la Unión Europea reabrió sus mercados con la condición
de que los productores y exportadores argentinos pusieran en marcha un control minucioso sobre sus
cultivos para que no se repitiera la presencia de Mancha Negra. A pesar de que fue una buena noticia
para el sector, las nuevas disposiciones fitosanitarias generaron algunas dudas en los productores. Si
bien la producción nacional, en el promedio de la última década, solía rondar las 1,75 millones de tone-
ladas; en 2021, experimentó una caída del 30% con respecto al año previo. De ese modo, los números fi-
nales pasaron de solo 1,35 millones a apenas superar el millón, durante la última campaña, motivado
por las condiciones climáticas adversas, según estimaciones de la Asociación Citrícola del Noroeste Ar-
gentino.

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