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El laundry service hace referencia al servicio que prestan ciertos

lugares para que lleves tu ropa sucia y a cambio la recibas lavada y,


en algunos casos, planchada. Puedes llevar una bolsa de ropa sucia
y percudida, y al cabo de unos minutos verás cómo desaparecen
aquellas marcas de mugre que tenía por el uso, cómo los malos
olores ahora son reemplazados por aromas a lavanda o canela, o
cómo el suavizante le dio una mejor apariencia a la tela.

¿Qué tal que existiera un servicio así para lavar aquellas impurezas
que afectan nuestra vida de comunión con Dios? Si bien todos los
días debemos estar comprometidos con una vida de adoración que
agrade al Señor, es posible que las nuevas vestiduras de santidad
que nos dio el Señor, se ensucien o contaminen como consecuencia
de su contacto con un mundo percudido y maloliente.

En este devocional reflexionaremos sobre la necesidad de ir todos


los días al laundry service que Jesús dejó disponible para nosotros,
con el fin de que afrontemos nuestros retos ministeriales, laborales,
familiares o académicos, con vestiduras resplandecientes, sin
manchas y con olor un olor a santidad que agrade a Dios.
DÍA 1

INSTRUCCIONES DE LAVADO
Todas las prendas vienen con unas instrucciones de lavado que
permiten que las telas no se deterioren durante este proceso. El uso
de lavadora o el lavado a mano, y la temperatura fría o caliente, son
determinantes a la hora de cuidar la ropa y extender su vida útil.

Así mismo, aprender a lavar nuestras vestiduras espirituales, supone


el uso de herramientas correctas para mantenerlas en perfecto
estado, en tiempos en los que el enemigo busca todas las formas
posibles para ensuciarlas.

Si bien, el ‘laundry service’ de Jesús puede con cualquier tipo de


mancha, es importante aconsejarte que este proceso lo hagas a
diario. Cuando tu ropa lleva mucho tiempo sin ser lavada se comienza
a percudir, y a veces ese paso del tiempo hace que resulte muy difícil
hacer que una camisa amarillenta vuelva a su blanco original. De la
misma forma cuando exponemos nuestro corazón a la suciedad del
mundo y no permitimos un lavado diario, el tiempo irá percudiendo y
haciendo más difícil la limpieza.

HOY LEEREMOS - SALMO 51

PIENSA EN ESTO:
INSTRUCCIONES DE LAVADO:
Para el correcto lavado de tus vestiduras espirituales, ten
en cuenta estas recomendaciones:

Enjuaga:
antes de aplicar cualquier producto asegúrate
de enjuagar tus vestiduras en el arrepentimiento
genuino. Recuerda que no se trata solo de reconocer
que se obró mal, sino de un cambio de manera de
pensar, la decisión de apartarse del pecado y de
volverse a Dios de todo corazón.
V. 16,17 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú,
oh Dios.

Suavizante:
la humildad suaviza nuestro diálogo con Dios. Una
santificación o lavado efectivo siempre comenzará
por tener la actitud correcta.

v1. Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu


misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones.

Detergente Triple Acción:


aplica la sangre de Jesús que quita toda mancha
de pecado: redime, justifica y santifica.

v. 7 Purifícame con hisopo, y seré limpio;


Lávame, y seré más blanco que la nieve.

Más que blanco… Blancox:


para una blancura resplandeciente pide el sello
del Espíritu Santo, para que su amor, ternura y
fortaleza te acompañen para darle más brillo a tus
vestiduras espirituales

v. 11, 12 No me eches de delante de ti,


Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.

¡ACCIÓN!
CESTO DE ROPA
¡Hoy es día de laundry! Así que pondrás dentro
del cesto de ropa sucia todo aquello que sientas
que deba ser lavado. Dibuja tu cesto en una hoja y
pídele al Espíritu Santo que te ayude a llenarla con
todo aquello en lo que desees ser lavado.
AQUÍ TE DAMOS UN EJEMPLO:

M E N T IR AS
D O B L E Á N IM O

INMO RALI DAD


PE RE ZA

Una vez con el cesto lleno, ve al proceso de lavado


con humildad y un genuino arrepentimiento,
aplica la sangre de Jesús y clama para que el
Espíritu Santo te fortalezca para no volver a caer
ante la tentación.

RECUERDA:
¡JESÚS QUIERE LAVAR TUS VESTIDURAS PARA
QUE SE VEAN RESPLANDECIENTES!

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