Ejercicios

Espirituales de
Cuaresma
Guía 1

“La Providencia de Dios nos ofrece

cada año la Cuaresma:
la posibilidad de volver al Señor con
todo el corazón y con toda la vida.”
Papa Francisco.
“Hijo mío, entrégame tu corazón”, (Proverbios 23: 26)
En este camino cuaresmal disponemos el corazón para
dejarnos transformar por Dios, Él
siempre camina al ritmo nuestro, nos aguarda, nos espera.
Se trata de hacerle espacios a Dios en mi interior, dejarme
mirar por Él y que su mirada derribe
toda indiferencia ante la injusticia, toda ceguera que me
impida optar por el amor y la libertad.
En esta primera semana vamos a dejarnos invitar por la carta
del Papa Francisco para esta
cuaresma, con relación a nuestra vivencia del ayuno, nos dice:
“ayunar significa liberar nuestra
existencia de todo lo que la abarrota, incluso de la saturación
de información-verdadera o falsa
y de productos de consumo”, para permitir que Dios habite en
nosotros.
Vamos a recorrer los textos de esta semana con esta música
de fondo, percibiendo que es lo
que está “abarrotando” y “saturando” nuestra vida, que no es
Dios, y le quita vida a nuestra
Vida.
Gracia que voy a pedir
Señor, regálame la gracia de saborear tu
amor misericordioso.
Viernes 19- lsaías (58,1-9a)
Este es el ayuno que yo quiero: soltar las
cadenas injustas, liberar a los
oprimidos...
Pasea despacio por las líneas de esto texto de Isaías.
Está lleno de imágenes, invitaciones,
propuestas, caminos. Fueron escritas para ti en este momento de
tu vida. Deja que las
palabras te elijan. ¿Cuál es aquella que te atrapa?
¿Qué sensación te provoca?
¿A dónde te
conduce ese sentimiento?
La Palabra de Dios nos invita a buscar un sentido más profundo
al ayuno, pide la gracia de descubrir cuál es
el ayuno que Dios hoy te pide, desde lo que eres, en tu familia...
Termina tu momento de oración contándole a Jesús todo lo que
el Espíritu movió dentro de ti
en este rato y escribe lo que percibiste como invitación de Dios..
Sábado 20- Isaías (58,9b-14)
Brillará tu luz en las tinieblas, Serás un
huerto bien regado, un manantial de aguas
que no engañan. te llamarán “reparador de
brechas”, “restaurador de senderos”.
“Ponerme en presencia de Dios es recordar quien soy y para que he
nacido. En el texto de hoy Dios, bellamente, me recuerda mi
identidad, y que yo soy una respuesta de sentido a lo que el mundo
necesita. ¿Cuáles son las palabras con las que Dios me describe
hoy, desde este texto y desde lo que voy experimentando? ¿Para
qué creo que el mundo necesita a alguien como yo? ¿Estoy en
camino de ser aquello para lo que he nacido? ¿En que lo noto?
Termino este momento de oración dando gracias por el gozo que me
provoca mirarme en los
ojos de Dios y sentirme enviado.
Domingo 21 (Génesis (9,8-15):
...Pondré mi arco en el cielo, como señal de
mi pacto con la tierra.
El arco iris es un fenómeno óptico y meteorológico, que se produce
cuando los rayos del sol atraviesan pequeñas gotas de agua.
Entonces, la luz se descompone en siete colores: rojo,
naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta.
Al leer el texto del Genesis, percibo el compromiso de Dios con la
humanidad, con su creación, hasta el punto de dejarlo sellado en un
arco. El arco iris es el anillo de Dios.
Ahora miro en la cotidianidad todos los esfuerzos que hace
Dios para mantener su vínculo conmigo, para estar unido a mí,
buscándome el lado, tendiendo arcos de luz, recordándome su
amor.
Podría escribir un salmo cantando los arcoíris de Dios en mi
vida, sus esfuerzos por buscarme.
Lunes 22- Lev (19,1-2.11-18): Dios da a
Moisés las tablas de los mandamientos.
San Mateo (25,31-46): El examen del
amor al final de la vida.
Cuando el pueblo de Israel sustituyó a Dios por falsos dioses,
en el camino del desierto, vemos a Dios dando a Moisés las
tablas de la Ley o mandamientos para que el pueblo cumpliera
con su parte en la alianza “Ustedes serán mi pueblo, yo seré su
Dios”. Parecería que necesitamos mandamientos, normas que
nos ayuden a mantenernos en el camino, cuando el amor se nos
acaba. San Agustín dijo: “Ama y haz lo que quieras”.
¿Cómo está mi amor?
Mt 25 es el examen del amor al final de nuestra vida. Me miro
y me fijo como anda mi amor a mí mismo/a, a Dios y al prójimo.
Si no me sale espontaneo cuidar de mí, cuidar del planeta,
cuidar de los demás tal vez estaré necesitando unas reglas que
me orienten. Si Dios hoy escribiera las tablas de la ley para mí,
¿cuáles son los mandamientos que me señalaría?
Escribo las tablas de la ley que puedo estar necesitando para
cuidar la relación conmigo, con Dios, con el planeta...
“Jesús es el único amor que puede arrancar de mí la angustia, el
único amor que puede llenar mi vida, el único amor que me puede
liberarme del egoísmo y del mal, el único amor que puede dar fruto
en mi esterilidad, el único amor que puede hacerme capaz de amar.
Es tiempo de buscar el primer amor y sé, que lo encontraré; pues si
mucho busco a Dios, mucho más me busca Él a mí”.
Martes 23- Mateo (6,7-15)
¿Quién dice la gente que es el Hijo del
hombre?»
Alguien dijo que la oración es la respiración del alma y de la vida.
Hoy vamos a rezar la oración
que Jesús nos enseñó al ritmo de la respiración. Podemos comenzar
con un ejercicio de
preparación que se llama respiración cuadrada: Antes de comenzar
la respiración puedes sentarte con la espalda erguida, con postura
de meditación Una vez que te sientas cómoda-o
cierra los ojos y respira libremente, sin preocuparte demasiado por
la técnica y sin forzar.
1- Inhala despacio mientras cuentas 4 segundos.
2- Mantén el aire dentro contando 4 segundos.
3- Exhala despacio mientras cuentas 4 segundos.
4- Quédate sin aire mientras cuentas 4 segundos.
5- Inhala y repite el proceso.
Haz este ejercicio tres veces.
Y así relajado totalmente y anclado en mi cuerpo voy a repetir al
ritmo de la respiración las palabras del Padre Nuestro,
y me quedo gustando internamente esa palabra o palabras que
me conectan con el Padre.
Termino este rato contándole a Jesús lo que me regaló la
experiencia de que mi alma respire la
oración que él me enseñó.
Miércoles 24- Sal 50 (51)
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
Ten piedad, amor, ternura. El punto de partida de este salmo es
la certeza de que Dios es misericordia. ¿Vivo desde esta
certeza? ¿Me miro bajo la óptica de la misericordia? Yo
reconozco mi culpa, Pero sé que mirando mi pecado no voy a
salir de mí mismo. ¿Cómo busco encontrarme con Dios para
recobrar la alegría de saberme querido y perdonado?
¿Siento esa alegría cuando perdono y me siento perdonado
también por mis hermanos?
“Crea en mí un corazón nuevo, dame tu aliento, tu espíritu”
¿Soy consciente de que cada conversión es como
un nuevo nacimiento? Quiero estrenar el amor, la esperanza, la
alegría de vivir.
Una vez perdonado, recreado, ¿me hago pregonero del mismo
perdón que yo he recibido
gratuitamente? ¿Perdono con la misma generosidad con que
Dios me perdona?
Concluyo este rato de oración repitiendo interiormente las
frases de este salmo que más me ayudaron.
Jueves 25
Ester (14,1.3-5.12-14)
Dios mío, ayúdame, que estoy sola y
no tengo a nadie fuera de ti.
En nuestro camino de fe, la mayoría de las veces, tenemos
acompañantes, compañeros de camino para llorar, reír, TE OFREZCO SEÑOR MI VIDA
rezar, compartir la vida, la fe, pero hay batallas que
libramos solos. “Te ofrezco Señor mi vida,
En algún momento hemos compartido esta experiencia mis dolores y esperanzas,
como Esther, sentirnos solos y que sólo contamos con las cosas que me pasan.
Dios. Tómalas en tus manos.
Traigo a la memoria esos momentos en que me he sentido Que las contrariedades no me abrumen,
muy solo-a aunque estuviera rodeado-a de personas y ni me hagan perder la alegría.
cómo Dios me hizo experimentar su cercanía y apoyo. (Hernán Opazo Delpiano”
Si en algún momento mi oración fue como la de Esther,
cómo sería la que dirigiría hoy a Dios. Escribo esa plegaria.

En este día tomo conciencia de mi semana y hago un

repaso de por dónde Dios me ha salido al encuentro,
intento hacer un resumen, de sus invitaciones, llamadas,
mociones.