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Pereira
El bajo astral
Isa, este es el tercer intento de escribir el ensayo híbrido del que me valí de nuestras
charlas y tu imagen para inspirar. Quería que el texto reflejase la transparencia de una carta a
la mejor amiga, en base a lo que decía Unamuno en ese ensayo del que te leí en semana santa:
que cuando se habla a una multitud, que no hay personalidad en la masa, es como hablar a
nadie, sin verdad, y que únicamente en el monólogo interno, en ese diálogo a solas, se está
No creo haberte hablado recientemente acerca de lo extraño que ha sido sentir que
debo reformar mi sujeto como individuo, dada la distancia que nos ha supuesto la vida adulta,
porque si somos partes de un alma fragmentada, turba hasta las fibras estar lejos del reflejo
Yo formé todo este personaje (que ahora se exhibe en textos para una multitud de
treinta, bajo la excusa de discurrir para una) a la par del tuyo, que sos la remisora de toda mi
narración interna. Cada instante se ve filtrado por las cascadas de miel rosada que se reservan
en mis ojos después de verte existir, siento como si el hilo de plata que ata el ánima al cuerpo
por decir algún pensamiento sublime que sirva de lema y me ennoblezca la existencia. Como
te dije, quisiera hacer una mención aleatoria de los maestros que hemos interiorizado.
Empezaré por un tema relativo a Samael Aun Weor1, en honor a la lambonería dentro de la
1
Samael escribía en sus libros como platicando con sus amigos gnósticos, respondiéndoles,
contándoles y también citándolos. Como una dedicación absoluta, y asimismo los amigos escribían
libros respondiéndole.
clerecía gnóstica colombiana y la urgencia de hablar de vos, o de algo de lo que hablamos, en
Te voy a contar una cosa que (creo) nunca te he dicho en este orden de entendimiento:
tengo la certeza de que la parálisis del sueño es un piso bajo de la experiencia astral, y que
cualquier persona, cuando acepte la fuerza onírica de una parálisis (en la que hay una
En estas semanas, la profesora de Fantástica nos hablaba del plano onírico como
comentarios acerca de la ofuscación que hay sobre el tema, aparentemente, tan humano como
soñar, pero aún procesado por una mayoría como un cuento fantástico. En la vulnerabilidad
Lo que yo comprendo que sucede cuando hay una proyección astral involuntaria,
después de que el cuerpo se queda paralizado (en casi toda ocasión a poco tiempo de
acostarse), es que el cuerpo cae en un profundo sueño, pero la consciencia y los sentidos
visuales y auditivos permanecen funcionales, lo que no se puede es abrir la boca para gritar.
Es como una pesadilla ambientada por una sensación o visual de una presencia
posible sentir invasión física por parte de la entidad extraña, de ahí viene ese mito de los
súcubos y los íncubos: demonios que se alimentan de la energía sexual o baja de los seres
esfuerzo de moverse, se entra en un bucle, en una repetición, el cuerpo etérico es el que logra
moverse y crea la ilusión de que se logró salir, gritar, pedir ayuda, pero todo eso continúa
En octubre del 2020, estando en Ibagué, mientras dormía en el piso de una casa
antigua, hablaba por el teléfono con algún muchacho acerca de la parálisis del sueño y de mi
consciencia advirtiera la parálisis. Tenía los ojos abiertos, y sentía en la cabeza, en el craneo y
bien adentro en el órgano, una turbulencia vibracional, como ruido de televisor sensorial y
auditivo. Ese día no vi sombras, solo sentí el ruido y vi patrones de nieve visual (geometría).
Recuerdo despertarme a escribirle a la persona con la que hablaba más temprano sobre lo que
me acababa de pasar, le dije que creía que aparte de la circunstancia del cuerpo, estar en un
lugar desconocido y ajeno lo hacía a uno muy susceptible enérgicamente y eso también podía
facilitar la parálisis.
La primera vez que me sentí paralizar y elevar, en alguna forma, lejos de mi cuerpo
(cosa que sentí como morir) tenía 14 años y vivía en una casa muy vieja, en un barrio judio
en los Estados Unidos. Vivía precisamente al lado de una iglesia, y conservo intactas las
anécdotas tan tenebrosas de mi madre al ver por las ventanas del templo. Alguna vez creí
familiar, me respondió que era normal que en esas casas de tantos años uno sintiera y
inferencia sobre el espacio en el que se generan estas experiencias. Después comprendí que
es más factible desdoblarse cuando el inconsciente ya puede proyectar un lugar del plano
de un proceso para proyectarse conscientemente fuera del cuerpo, tuve una serie de epifanías
primeros viajes astrales involuntarios. Era la noche oscura del alma, pero ya no estaba
El autor y adepto a la investigación del kundalini Neven Paar, dice en una de sus
publicaciones acerca de su despertar del kundalini (que es la activación de los chakras altos,
entre los que está el emblemático tercer ojo, chakra Ajna o glándula pineal) 2lo que traduzco
del inglés como «Así como Dios-el creador nos imaginó, nosotros podemos imaginar y
experimentar nuestras imágenes como reales, tan solo si decidimos creer en lo que estamos
viendo».
Tú eres quien me llevó a indagar en los misterios del astral, cuando a tus 14 años (yo
tenía 15) anhelabas de manera tan imperiosa poder proyectarte astralmente y venir a
visitarnos a Ángel y a mí. Recuerdo la impresión con que escuchaba los audios en los que me
Continúa
Santiago de Cali
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Aclaración para los lectores no identificados como Isabella.