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Socio y Psicolingüística 2023

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La sociolingüística, en un sentido amplio, no tiene mucho más de 50 años, lo que la


convierte en una disciplina relativamente nueva y una disciplina que ha experimentado
casi una revolución en el curso de su corta historia desde sus orígenes hasta su pleno
desarrollo. Sin embargo, la mayoría de las personas en el mundo no saben qué es la
Sociolingüística e incluso si lo saben pueden no tener idea de lo imbuida en la
Sociolingüística que está la vida en general. Aquellos que observan el increíblemente
cambiante caleidoscopio del lenguaje pueden ser sociolingüistas innatos aun sin
siquiera saberlo. La Sociolingüística se difumina en el mundo. Usted puede pensar, por lo
tanto, que el estudio de la relación lenguaje y sociedad tiene una larga historia, pero no
es el caso. La Sociolingüística surge de un tiempo, espacio y clima particulares en el
Estados Unidos de las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. De hecho, el
amanecer de la Sociolingüística Variacionista puede ser señalado en tiempo y espacio
específicos: 1969-1978. Este amanecer llega con una serie de encuentros fortuitos,
intereses comunes y -según muchos de los primeros investigadores- serendipia. Se debe
decir, de todos modos, que sólo pudo suceder gracias a un conjunto clave de individuos
que abrazaron la idea de la vida social del lenguaje y su estructura variable inherente y
que se pusieron en marcha para estudiarla.

Tagliamonte, Sali A. (2016) Preface. Making waves. The Story of Variationist Sociolinguistics.
Wiley Blackwell: UK, p. viii. [La traducción es nuestra.]

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Durante muchos años me he resistido al término sociolingüística, puesto que implica


que puede haber una teoría o práctica lingüística que no sea social. Cuando
primeramente publiqué los estudios sobre Martha´s Vineyard y la ciudad de Nueva York,
base de la primera parte de este libro, fue necesario puntualizarlo una y otra vez. Pese al
considerable incremento de la actividad sociolingüística, una lingüística socialmente
realista resultaba en los años 60 una perspectiva remota. La gran mayoría de las
lingüistas se han dedicado resueltamente a la contemplación de sus propios idiolectos.
Aún no hemos salido de la sombra de nuestras intuiciones, pero no parece seguir
argumentando sobre qué es o no es lingüística. Es una evidencia creciente el hecho de
que la fundamentación del conocimiento intersubjetivo en lingüística debe hallarse en el
lenguaje hablado tal como lo utilizan en la vida cotidiana los miembros de una sociedad
organizada: ese vehículo de comunicación el que discuten con sus esposas, juegan con
sus amigos y engañan a sus enemigos.

Labov, W. (1983). Modelos sociolingüísticos. (José Miguel Marinas Herreras Trad.).


Madrid: Cátedra., p. 23.

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Los hechos de lo heterogéneo no se han compaginado bien, hasta ahora, con el


acercamiento estructural al lenguaje, ya que la mayoría de los lingüistas se dejó
impresionar por la existencia de la estructura del lenguaje, y, cuanto más sostenían esta
observación con argumentos deductivos sobre las ventajas funcionales de la estructura,
más misteriosa se hacía la transición en un lenguaje de un estado a otro. Después de
todo, si un lenguaje tiene que estar estructurado para funcionar con eficacia, ¿cómo
continúa el pueblo hablando mientras cambia, es decir, mientras pasa por períodos de
menor sistematización? La solución, como argumentaremos, se encuentra en la
dirección de destruir la identificación de estructuración con homogeneidad. La clave
para una concepción racional del cambio lingüístico, incluso del lenguaje mismo, es la
posibilidad de describir ordenadamente la diferenciación en un lenguaje que sirve a una
comunidad.
Demostraremos que el dominio natural de las estructuras heterogéneas no es asunto de
multidialectalismo ni mera actuación sino que forma parte de la competencia unilingüe.
Uno de los corolarios de nuestro enfoque es que en un lenguaje que sirva a una
comunidad compleja (es decir, real) es la ausencia de heterogeneidad estructural la que
sería disfuncional.

Labov, W. (1983). Modelos sociolingüísticos. (José Miguel Marinas Herreras Trad.).


Madrid: Cátedra., p.26.

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El llamado paradigma cuantitativo se desarrolló – a nuestro entender – porque el
problema principal que enfrentaba la sociolingüística cuando entró en escena Labov era
el de mostrar que el uso del lenguaje se puede estudiar de modo sistemático. […]
Una parte importante de la discusión radicaba en los problemas metodológicos que
entrañaría el estudio de las producciones efectivas de hablantes reales: esto supone el
análisis de grandes volúmenes de habla que deben poder sistematizarse de algún modo.
Labov plantea la posibilidad de realizar este tipo de análisis a partir del estudio de la
variación lingüística, que él propone encarar como un universal. En efecto, todas las
lenguas conocidas presentan, en el momento de uso, diferencias entre los distintos
hablantes; precisamente esas diferencias son las que han desorientado a los lingüistas,
que no supieron cómo incorporarlas al objeto de estudio.

Raiter, A. y Zullo, J. (2004) Sujetos de la lengua. Introducción a la lingüística en uso.


Barcelona: Gedisa, p. 79.

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En oposición al concepto estructuralista de lengua como sistema monolítico, uniforme y
homogéneo, la sociolingüística propone la existencia de un sistema inherente y
ordenadamente heterogéneo y variable. Con todo, lo que distingue principalmente a la

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sociolingüística de otras aproximaciones teóricas al cambio lingüístico es la hipótesis
fundamental de que no es posible comprender el desarrollo de este último fuera de la
estructura social en que tiene lugar. Como pusiera de relieve Labov (1982:76) hace un
par de décadas:

Ninguna de estas restricciones internas pueden proveer una respuesta a la


cuestión fundamental de la causalidad: ¿cuáles son las fuerzas que llevan a la
continua renovación del cambio lingüístico? Todas las indicaciones señalan a
factores externos a la cerrada estructura de las relaciones internas, en el anclaje
del lenguaje en la extensa matriz de las relaciones sociales.

Por otro lado, la sociolingüística defiende también la tesis de que es posible observar el
cambio en marcha en un corte sincrónico, lo que puede arrojar mucha luz acerca del
origen y la difusión de los ya verificados en épocas pretéritas, ya que las presiones que
controlan todos estos cambios son muy similares.

Arroyo, J. (2004). Sociolingüística del español. Desarrollos y perspectivas en el estudio


de la lengua española en el contexto social. Madrid: Cátedra, pp. 250-251.
[La traducción de la cita es nuestra.]

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