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El Imperialismo
Prof: Integrantes:
En las primeras décadas del siglo XX, el capitalismo se caracterizó por un mayor énfasis en la
producción en masa y la expansión de las empresas multinacionales, impulsada por la creciente
globalización de la economía global. Esto también llevó a la consolidación de los sistemas
capitalistas en Europa y Japón, y al fortalecimiento de las economías emergentes en Asia y
América Latina.
Sin embargo, la Gran Depresión de 1929 marcó el inicio de una serie de desafíos para el
capitalismo como sistema económico. Las crisis económicas se convirtieron en una constante en
varias partes del mundo, en particular durante la década de 1970 y la crisis financiera de 2008.
La Guerra Fría que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial tuvo un impacto
significativo en la evolución del capitalismo a nivel mundial. El conflicto entre el bloque
capitalista liderado por Estados Unidos y el bloque socialista liderado por la Unión Soviética
llevó a una carrera armamentística y a una polarización económica.
El final de la Guerra Fría en 1991 y la globalización neoliberal de las décadas siguientes tuvieron
un impacto más profundo en el capitalismo global. A finales del siglo XX, la liberalización de
los mercados y la globalización financiera llevaron a una mayor concentración de riqueza y
poder en manos de una élite corporativa y financiera, mientras que las desigualdades económicas
y sociales se ampliaron en todo el mundo.
En conclusión, la historia del capitalismo en el siglo XX ha sido marcada por su capacidad para
adaptarse e innovar a pesar de los desafíos y las crisis. Sin embargo, ha dejado una huella
preocupante en términos de desigualdades económicas y sociales y en la brecha entre ricos y
pobres.
Además, las empresas pueden utilizar su capital para adquirir a sus competidores, consolidando
así su posición en el mercado y reduciendo la competencia. Las fusiones y adquisiciones pueden
ser respaldadas por los gobiernos o por el sistema financiero.
Otro factor que contribuye a la transformación del capitalismo libre en capitalismo monopolista
es el desarrollo de patentes y derechos de autor. Las empresas pueden obtener el control
exclusivo sobre la producción de un producto o servicio, lo que les permite establecer precios
más altos y reducir la competencia.
El capitalismo monopolista también puede ser causado por la regulación gubernamental. Las
leyes y regulaciones pueden favorecer la posición de las empresas existentes, lo que dificulta la
entrada de nuevos competidores.
En términos generales, la división social del trabajo se puede dividir en tres categorías
principales: países desarrollados, países en desarrollo y países subdesarrollados. Los países
desarrollados tienden a tener economías avanzadas con una amplia variedad de trabajos y una
fuerza laboral altamente capacitada. Las empresas en estos países a menudo tienen una estructura
jerárquica clara con roles definidos y responsabilidades específicas para cada nivel.
Los países en desarrollo suelen tener economías menos avanzadas y una fuerza laboral menos
especializada. Estos países a menudo dependen de la exportación de materias primas y productos
básicos, y muchos de sus trabajadores se dedican a actividades agrícolas o de fabricación de bajo
nivel.
Los países subdesarrollados suelen tener las economías más débiles y menos diversificadas. En
muchas de estas naciones, gran parte de la población vive en la pobreza y el desempleo es alto.
Los trabajadores a menudo realizan trabajos no especializados, incluyendo trabajos informales y
autónomos.
A nivel global, la división social del trabajo también está influenciada por la globalización y la
creciente interconexión de las economías mundiales. Las empresas multinacionales tienen una
presencia creciente en todo el mundo, y muchas de ellas externalizan sus procesos de producción
y pueden buscar trabajadores con habilidades específicas en diferentes partes del mundo.
En general, la división social del trabajo en el contexto mundial está influenciada por una amplia
variedad de factores, incluyendo el nivel de desarrollo económico, las oportunidades de
educación y capacitación, el acceso a tecnología y recursos y los regímenes políticos y sociales
en cada país.
4._ Rol de los países centrales y de los países periféricos en el proceso de producción y
distribución de bienes de consumo, bienes para la producción y prestación de servicios.
En el proceso de producción y distribución de bienes de consumo, bienes para la producción y
prestación de servicios, los países centrales son los que tienen una mayor capacidad de
producción, y suelen concentrar la mayor parte de la tecnología y capital necesario para llevar a
cabo dicha producción. Estos países también suelen contar con una infraestructura más
desarrollada, y una fuerza laboral altamente capacitada y especializada.
Por otro lado, los países periféricos suelen tener una participación más limitada en el proceso de
producción y distribución de bienes de consumo y servicios. Estos países suelen depender en
mayor medida de la exportación de materias primas y recursos naturales para generar ingresos, lo
que limita su capacidad de generar mayor valor agregado.
En general, los países centrales tienen una mayor influencia en la economía mundial y, a
menudo, dictan las normas y las reglas comerciales internacionales. En contraste, los países
periféricos tienden a estar sujetos a la dominación y explotación económica de los países
centrales, lo que limita su capacidad de desarrollarse y prosperar.
5._ Enajenación de la ciencia y la tecnología.
La enajenación de la ciencia y la tecnología se refiere a un proceso en el cual la sociedad se aleja
de la comprensión y el control de las herramientas científicas y tecnológicas que utiliza para su
beneficio. El concepto de enajenación se originó en el filósofo alemán Karl Marx para describir
cómo las sociedades capitalistas alienan a los trabajadores de su trabajo y su producto final.
En el contexto de la ciencia y la tecnología, la enajenación surge a medida que los avances
científicos y tecnológicos se vuelven más complejos y especializados. Esto puede tener
consecuencias negativas en el sentido de que se crea una brecha de comprensión entre los
científicos y tecnólogos, y el público en general. Como resultado, la sociedad pierde el control y
la capacidad de influir en la dirección de la investigación y las aplicaciones tecnológicas.