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PRINCIPIO DE REPARACION INTEGRAL

FRANCY CURICO FRANCO

SEBASTIAN GUERRA CASTILLA

PRESENTADO A:

TIRSON MAYA

UNIVERSIDDAD POPULAR DEL CESAR

2021
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INDICE

 INDICE………………………………………………………………………………… 2

 INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………3

 DESARROLLO DEL TEMA: PRINCIPIO DE REPARACIÓN INTEGRAL

SENTENCIA SC-11575 DE 2015……………………………………………………4

SENTENCIA ST-3900 DE 2022……………………………………………………11

 CONCLUSIÓN…………………………………………………………………………18
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INTRODUCCIÓN

En este trabajo se examinó el principio de reparación integral en los casos de accidentes de

tránsito enmarcados en la responsabilidad civil extracontractual. Desde lo metodológico, esta

investigación fue de carácter socio-jurídica y se usó la técnica de revisión documental, se llevó a

cabo la revisión de la normativa concerniente al tema de investigación y de Sentencias de la

Corte Suprema de Justicia de la Sala de casación Civil sobre el principio de reparación integral

en accidentes de tránsito haciendo una revisión de casos de los últimos 9 años, lo que permitió

la realización de la línea jurisprudencial de la aplicación de este principio, así mismo se revisaron

otras investigaciones, monografías y artículo que abordaban esta temática para complementar

el proceso.

Entre los hallazgos más importantes, se evidenció que la necesidad de presentación de pruebas

sobre las condiciones económicas, de salud y otras, de la víctima previo al accidente de tránsito,

limita e incluso se convierte en un obstáculo para lograr una reparación integral. Así mismo, se

evidenció que, en algunos fallos, se omitían las pruebas por no aportar documentos originales,

aun cuando el juez tiene facultad para pedir estos documentos a las entidades en caso de

requerirlos.
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SENTENCIA SC-11575-2015

La Corte decide el recurso de casación interpuesto por Luz Marina Díaz González frente a la

sentencia de 22 de octubre de 2012 y la complementaria de 25 de enero de 2013, proferidas por

la Sala Civil de Descongestión del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, dentro del

proceso ordinario que aquélla promovió junto con Julio Márquez Chía, Natalia y Nicolás Márquez

Díaz contra Leonardo Montaña, Edison Lisímaco Malaver, Marco Antonio Parra Cely, José

Antonio Neissa, José Alberto Amado, Rápido Humadea S. A. y la Cooperativa de

Transportadores Flota Norte Limitada “Coflonorte Ltda.”, al que fue llamada en garantía la

sociedad Seguros Colpatria S. A.

Los actores solicitaron declarar que los convocados son civil, extracontractual y solidariamente

responsables de los perjuicios que les causaron con ocasión del accidente de tránsito en el que

resultó lesionada Luz Marina Díaz González. En consecuencia, pidieron condenarlos a pagar a

favor de ella siete millones novecientos mil pesos ($7.900.000) por daño emergente, y

novecientos millones de pesos ($900.000.000), “cómo mínimo”, por lucro cesante; y para cada

uno de los reclamantes, por daño moral, la cantidad máxima que la jurisprudencia prevé.

Así mismo, deprecaron señalar que Cloflonorte Ltda. es civil y contractualmente responsable de

la lesión patrimonial sufrida por Díaz González, por la pérdida de los elementos que portaba el

día del insuceso, estimados en ocho millones de pesos ($8.000.000).

Finalmente, suplicaron la actualización de las indemnizaciones y la cancelación de intereses

moratorios a la tasa más alta permitida.

2.- La causa petendi se compendia así (folios 86 a 90 ídem):


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a.-) A las 6:40 de la mañana del 21 de octubre de 2003, en inmediaciones del kilómetro 91,5 de

la carretera Bogotá-Tunja, transitaba el bus XID-526, afiliado a la empresa “Coflonorte Ltda.”,

propiedad de Marco Antonio Parra Cely y José Antonio Neissa y conducido por Leonardo

Montaña.

b.-) En sentido contrario se desplazaba el camión SUK-307, vinculado a Rápido Humadea, de

dominio de José Alberto Amado y Edison Lisímaco Malaver, manejado por el último, quien “trató

de invadir la vía” del “bus”.

c.-) El exceso de velocidad en el que iba el primero de los automotores, superior a los 90 km por

hora, impidió que su chofer maniobrara, generándose el volcamiento, el fallecimiento de siete

pasajeros y la lesión de otros quince, entre estos, Luz Marina Díaz González.

d.-) Coflonorte Ltda. no tomó las medidas necesarias para prevenir el accidente, a pesar de tener

conocimiento que en ese tramo ocurrieron varios percances en los que estuvieron involucrados

vehículos de su compañía que sobrepasaron la aceleración máxima permitida.

e.-) La acción penal correspondiente, dentro de la cual están sindicados Leonardo Montaña y

Edison Lisímaco Malaver, se adelanta en la Fiscalía Diecisiete Seccional Unidad de Vida de

Tunja.

f.-) Luz Marina sufrió, a consecuencia del incidente, lordosis cervical fisiológica, retrolistesis grado

I de c. 6 sobre c 7, traumas de reja costal y tejidos blandos, y luxación de la articulación acromio

clavicular izquierda.
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g.-) Las secuelas físicas, como limitación en el movimiento del cuello, espasmos musculares,

cefaleas intensas y entumecimiento de las manos, deberá soportarlas el resto de su existencia,

pues, la única alternativa es un procedimiento quirúrgico con elevado riesgo de cuadriplejia.

h.-) Mentalmente, después del largo tratamiento, se concluyó que ella padece estrés

postraumático, depresión, ansiedad, alteraciones de sueño y alimentación, deterioro de sus

relaciones interpersonales y familiares, pensamientos automáticos distorsionados, proceso de

duelo no elaborado y psico-somatización.

i.-) Posterior al infortunio, la relación de Luz Marina con su cónyuge, Julio Márquez Chía, se

deterioró, siendo necesario cambiar de vivienda por recomendación de la psicóloga; asimismo

quedó imposibilitada para conducir y trasladarse por vía terrestre es un tormento, lo que derivó

en el rechazo de varias ofertas laborales fuera de la ciudad.

j.-) El médico legista señaló, en un primer momento, una incapacidad provisional para la

lesionada de treinta y cinco días, y luego la Junta Regional de Calificación de Invalidez de Bogotá

dictaminó la pérdida de su “capacidad laboral” en un treinta y seis puntos cuarenta por ciento

(36,40%).

k.-) Antes de los hechos ella gozaba de buena salud, tenía cuarenta y seis años, se

desempeñaba como abogada litigante adscrita al Banco Central Hipotecario y a Central de

Inversiones S.A., prestaba asesoría a Econometría S. A., asistencia legal a diferentes personas

en las áreas civil y de familia, y tramitaba alrededor de doscientos procesos, lo que

mensualmente le garantizaba un promedio de ingresos de quince millones de pesos

($15.000.000).

En la apelación Rápido S.A, solicitó modificar un nombre y la demandante apeló la decisión por

un yerro cometido en la apreciación de los 9 millones, estos deben tomarse como daño
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emergente y que no es posible descontar de los 400 millones como lucro consolidado reconocido

un 65% para gastos de manutención porque en las lesiones personales la legislación ni la

jurisprudencia autorizan en la liquidación del lucro cesante descontar porcentaje alguno por estos

gatos porque la víctima no ha fallecido y lo venía realizando para su sostenimiento

Todo esto se resume en argumento que lleva a entender que se trata de una incapacidad laboral

permanente parcial 36.40%.

Se corrigió el ordinal 3 y a cambio tener en cuenta la suma de 9 millones correspondientes al

valor reconocido como daño emergente y no lucro cesante, modifico el lucro cesante pasado en

427 millones.

El caso se enmarca en este artículo del Código Civil:

(…) Artículo 2356. Responsabilidad por malicia o negligencia Por regla general todo daño que

pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta. Son

especialmente obligados a esta reparación:

1. El que dispara imprudentemente un arma de fuego.

2. El que remueve las losas de una acequia o cañería, o las descubre en calle o camino, sin las

precauciones necesarias para que no caigan los que por allí transiten de día o de noche.

3. El que, obligado a la construcción o reparación de un acueducto o fuente, que atraviesa un

camino, lo tiene en estado de causar daño a los que transitan por el camino.

En segunda instancia se compartió la conclusión del fallo en primera porque no se acreditó la

existencia y perdida del dinero, ni los objetos que la lesionada mencionó, ni los gastos erogados

para su recuperación de la salud, siendo abogada no solicitó comprobantes para respaldar esos

gastos

EN SEGUNDA INSTANCIA
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En la segunda instancia, se produce el error de interpretación que lleva a casar la sentencia,

porque consideró que la lesionada no tenía una entrada fija de dinero, sino que dependía de un

promedio que no era seguro sino transitorio, no era estable ni permanente. Esas premisas

llevaron al juzgador a exponer un concepto señalando bases o límites de donde partió para definir

el monto calculado, precisó que la lesionada no está inhabilitada para desarrollar su profesión y

por ende el promedio relacionado con la incapacidad laboral determinada por la Junta regional

de calificación de invalidez y que las secuelas no sean permanentes.

Precisó que el daño futuro consiste en el reconocimiento de una suma total capitalizada

compensa el ingreso dejado de recibir producto del daño durante el tiempo posible de

productividad, todo esto cuando sea secuela de carácter permanente, cuestión que en el caso

no se ha determinado.

Sobre el descuento del 65% del total calculado para el lucro cesante pasado, debe indicarse que

el hecho de que la actora destine gran parte de sus ingresos al cubrimiento de gastos, esto no

significa que estos pierdan su naturaleza de ganancias dejadas de percibir, razonamiento de

gran importancia para modificar el fallo impugnado y no deducir esa proporción

En la segunda instancia, no procedió la petición de aclaración del lucro cesante futuro, porque la

víctima no logró demostrar un ingreso hasta la fecha en la que se realizó la experticia que tenía

como objeto la cuantificación de los daños irrigados, además que sus ingresos no fueron

constantes.

CASACIÓN

El recurso de casación, fue interpuesto por la demandante Luz Marina 3 cargos. Busca se quiebre

el fallo impugnado, primer cargo denuncia errores de hecho, ignoraron el contenido de los

dictámenes de la junta de calificación de invalidez y el perito donde se establece su incapacidad

permanente parcial y un valor específico para el lucro cesante futuro


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En el tercer cargo, la violación de las normas sustanciales. Al exigir requisitos no fijados por el

legislador ni por la jurisprudencia.

Concretamente reclama la valoración del juez donde establece que para obtener el derecho a la

liquidación de un lucro cesante futuro es menester acreditar que los ingresos serian constantes

hacia el futuro

Por violación indirecta de los artículos 1613, 1614, 2341, 2356 por errores de hecho en

apreciación de las pruebas que llevaron a declarar probada la excepción de injustificada solicitud

de perjuicios y a negar el reconocimiento del lucro cesante futuro.

Los argumentos de la parte actora se fundamentan en que si reposan en los expedientes pruebas

de sus ingresos promediados y los que percibía con cuantía determinada al momento del

accidente.

(…) g.-) Que el perito designado en el proceso dictaminó, con base en un ingreso mensual

actualizado de quince millones quinientos dos mil veintiún pesos ($15.502.021), que por efecto

del infortunio se produjo para Luz Marina un lucro cesante pasado con corte a 31 de enero de

2009, de cuatrocientos veintisiete millones cuatrocientos setenta y ocho mil ochocientos cuarenta

y cinco pesos ($427.478.845), y un “lucro cesante futuro” desde la anterior fecha hasta el

cumplimiento de la expectativa de vida de la afectada, setenta y nueve punto sesenta y un años,

de novecientos veintitrés millones trescientos treinta y seis mil cincuenta y nueve pesos

($923.336.059), fls. 562 a 608.

Peritaje que fue objetado POR RAPIDO S.A.

(…) Entre los daños a ser indemnizables y que contribuyen a completar o satisfacer el

requerimiento de un resarcimiento integral, aparecen los llamados materiales o patrimoniales,

esto es, aquellos que atentan contra bienes de orden económico, y que son pasibles de tasarse

en dinero.
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Por virtud de lo contemplado en los artículos 1613 y 1614 del Código Civil, estos últimos se

clasifican en daño emergente y lucro cesante, siendo aquél “el perjuicio o la pérdida que proviene

de no haberse cumplido la obligación o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse

retardado su cumplimiento”; y el restante, “la ganancia o provecho que deja de reportarse a

consecuencia de no haberse cumplido la obligación, o cumplido imperfectamente, o retardado

su cumplimiento”.

Porque ordenó pruebas de oficio para conocer la vida probable, si cotizó en pensión, si estuvo

vinculada a seguridad social.

Reconocimiento de lucro cesante futuro no depende de ingreso fijo No depende de acreditar un

ingreso económico fijo, constante, asegurado y permanente de la víctima. A juicio de la

corporación, hacer tal exigencia desconoce que a certeza del daño futuro no es absoluta, por lo

que su ponderación debe partir de la proyección razonable y objetiva de los hechos presentes o

pasados susceptibles de constatación.

El hecho de que la persona afectada ejerciera una actividad lícita independiente no puede

interpretarse que ella no la hubiera realizado o que no recibió ninguna contraprestación.

En la responsabilidad extracontractual, el lucro cesante corresponde a la privación de los

beneficios esperados por la ocurrencia de un hecho dañoso, y puede ser presente o futuro.

El Tribunal Supremo de lo Civil advirtió que el reconocimiento de la futura pérdida de ingresos no

depende de que se acredite que los ingresos económicos de la víctima son fijos, constantes,

asegurados, estables y permanentes, como los salarios percibidos por los contratos de trabajo.

La empresa considera que hacer tal afirmación ignora que la certeza del daño futuro no es

absoluta, sino relativa, y por lo tanto su peso debe partir de una predicción razonablemente

objetiva de hechos verificables actuales o pasados.


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Por lo tanto, la reparación de los daños mencionados requiere prueba suficiente y no debe

basarse en conclusiones dudosas o accidentales sobre lucro cesante, simples esperanzas o

cálculos ilusorios, por tanto, la sentencia dejó claro que el hecho de que la afectada haya

realizado actividades independientes y lícitas no puede interpretarse como que no realizó o no

percibió contraprestación alguna.

SENTENCIA ST 3900-2022

1. El promotor del amparo reclamó protección de sus prerrogativas al debido proceso, defensa y

«a proferir pronta y debida justicia», que dice vulneradas por las sedes judiciales accionadas, por

lo que pidió «revocar los autos de… veintiocho… de septiembre de dos mil veintiuno… y tres…

de noviembre de dos mil veintiuno…»; en consecuencia, se ordene al juzgado convocado que

«profiera el mandamiento de pago impetrado».

2. Son hechos relevantes para la definición del presente asunto los siguientes:

2.1. Samir Eduardo Rodríguez Suárez promovió acción ejecutiva, «de conformidad con lo

establecido en el artículo 428 del C.G.P.», contra Geo Casamaestra SAS, con la finalidad de

obtener el pago de $81’091.500, «como cantidad principal y que corresponde al precio pagado

según obra en el contrato de promesa de compraventa de… 24 de septiembre de 2015», que se

adosó como soporte de la ejecución, así como también de los intereses moratorios, «liquidados

mensualmente sobre la suma principal y de conformidad con las fechas en las cuales se hicieron

los abonos al precio».

2.2. Con providencia del 28 de septiembre de 2021, se negó la orden de pago, decisión que apeló

el demandante, siendo confirmada con auto del 3 de noviembre siguiente.


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2.3. En síntesis, expresó el gestor del resguardo que los despachos judiciales convocados

«actuaron al margen del procedimiento establecido en el artículo 428 del C.G.P., que acoge la

ejecución de manera directa por perjuicios a la cual tiene acceso el acreedor al cual su deudor

le incumple obligaciones de hacer», presupuestos que se reunían en el caso de autos, al no

haberse cumplido en la «ejecución de dos hechos, como son la no suscripción de una escritura

pública de compraventa y la no entrega de un inmueble, obligaciones plasmadas en la promesa

de compraventa de… 24 de septiembre de 2015».

3. La Corte admitió el libelo de amparo, ordenó librar las comunicaciones de rigor y pidió rendir

los informes a que alude el artículo 19 del Decreto 2591 de 1991.

RESPUESTAS DEL ACCIONADO Y VINCULADOS

1. El Juzgado Primero Civil del Circuito de Armenia destacó que «no existe vulneración de los

derechos constitucionales invocados, por cuanto la decisión adoptada, fue producto de la

valoración de los insumos que obraban en el plenario, junto con la interpretación de las normas

que era dable aplicar al caso en cuestión».

2. Al momento de someterse al conocimiento de la Sala el presente asunto, no se habían recibido

respuestas adicionales.

CONSIDERACIONES

1. Al tenor del artículo 86 de la Carta Política, la acción de tutela es un mecanismo instituido para

la protección de los derechos fundamentales, cuando sean conculcados o seriamente

amenazados por la acción o la omisión ilegítima de una autoridad o, en determinadas hipótesis,

de los particulares, siempre y cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial.
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De la misma forma, se ha señalado que, en línea de principio, esta acción no procede respecto

de providencias judiciales, salvo que el funcionario adopte una decisión por completo desviada

del camino previamente señalado, sin ninguna objetividad, a tal extremo que configure el

proceder denominado «vía de hecho», situación frente a la cual se abre camino el amparo para

restablecer los derechos fundamentales conculcados, siempre y cuando se hayan agotado las

vías ordinarias de defensa judicial, dado el carácter subsidiario y residual de la tutela y, por

supuesto, se observe el requisito de la inmediatez connatural a su ejercicio.

2. Por lineamiento jurisprudencial, en tratándose de actuaciones y providencias judiciales, el

resguardo procede de manera excepcional y limitado a la presencia de una irrefutable vía de

hecho, cuando «el proceder ilegítimo no es dable removerlo a través de los medios ordinarios

previstos en la ley» (CSJ STC, 11 May. 2001, rad. 2001-00183-01); y por supuesto, se cumpla el

requisito de la inmediatez.

No obstante, en los precisos casos en los cuales el funcionario respectivo incurra en un proceder

claramente opuesto a la ley, por arbitrario o antojadizo, puede intervenir el juez de tutela con el

fin de restablecer el orden jurídico si el afectado no cuenta con otro medio de protección judicial.

Al respecto, la Corte ha manifestado que,

(…) el J. natural está dotado de discreta autonomía para interpretar las leyes, de modo que el

amparo sólo se abre paso si ‘se detecta un error grosero o un yerro superlativo o mayúsculo que,

abrupta y paladinamente cercene el ordenamiento positivo; cuando tenga lugar un ostensible e

inadmisible resquebrajamiento de la función judicial; en suma, cuando se presenta una vía de

hecho, así denominada por contraponerse en forma manifiesta al sistema jurídico, es posible

reclamar el amparo del derecho fundamental constitucional vulnerado o amenazado(...), (CSJ

STC, 11 May. 2001, rad. 0183, reiterada STC4269-2015 16 abr. 2015).


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Así pues, se ha reconocido que cuando el J. se aparta de la jurisprudencia, sin aportar

argumentos valederos o cuando se presenta un defecto sustantivo en el proveído, entre otros,

se estructura la denominada «vía de hecho».

3. En este punto, se precisa que el estudio que se realizará en esta instancia se circunscribirá al

proveído de 3 de noviembre de 2021, que confirmó el auto de 28 de septiembre de estas mismas

calendas, toda vez que fue esa providencia la que clausuró el debate relacionado con la viabilidad

de la ejecución que promovió el quejoso.

4. Bajo esa perspectiva y descendiendo al caso sub examine advierte la Corte que el Tribunal

accionado cometió un desafuero que amerita la injerencia de esta jurisdicción, por cuanto para

sostener la negativa del mandamiento de pago que deprecó el tutelante en el trámite acusado,

interpretó erróneamente lo dispuesto en el artículo 428 del Código General del Proceso, al

restringir la ejecución por perjuicios que esa norma consagra, a cierto tipo de obligaciones,

limitación que no contempla esa disposición.

4.1. En efecto, para desestimar la apelación que formuló el ejecutante contra el proveído de 28

de septiembre de 2021, que negó el mandamiento de pago que aquel reclamó en el asunto

criticado, el ad quem cuestionado precisó que:

En el presente caso, se advierte que el demandante pretende que se libre el mandamiento de

pago al estimar como ejecutables por perjuicios, la falta de cumplimiento de las “obligaciones de

hacer”, contenidas en el contrato de promesa, respecto de la entrega de inmueble descrito en el

negocio y su trasferencia, es decir, que los dineros pretendidos constituyen para el apelante, un

reemplazo monetario ante el incumplimiento de las conductas contratadas.

Se decide la acción de tutela instaurada por Samir Eduardo Rodríguez Suárez contra la Sala

Civil-Familia Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Armenia y el Juzgado Primero
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Civil del Circuito de esa localidad, a cuyo trámite se vinculó a las partes e intervinientes en el

proceso objeto de la queja constitucional.

El incumplimiento contractual es el principal riesgo que debe preverse en la planeación y

celebración de nuestras relaciones civiles y comerciales. Es por ello que, en pro salvaguardar

nuestros intereses, resulta necesario blindar los negocios jurídicos en los que participamos, a

través de las garantías convencionales que nos brinda nuestro ordenamiento, tales como las

cláusulas penales, las arras o los pactos comisorios, entre otros, las cuales nos traen seguridad

jurídica en la ejecución de nuestros negocios.

No obstante, a lo anterior, ¿cómo proceder en los casos en que no se establezcan estas

garantías convencionales y se pretenda la compensación en dinero de los perjuicios causados

por el incumplimiento?

La prestigiosa Corte Suprema ha aclarado demandas de daños y perjuicios por incumplimiento

de obligaciones procesales administrativas en sentencia STC3900-2022. Esto se dio al conocer

una presentación de custodia de un ciudadano que en 2015 firmó un compromiso con una

empresa constructora para comprar y vender apartamentos en una zona residencial de Armenia,

en el que se acordó que se firmaría una escritura pública casi Un año después. En venta, se

entrega el apartamento.

Respecto a este tipo de obligaciones, la Corte Suprema recordó que sí pueden pedirse los

perjuicios compensatorios a través del proceso ejecutivo, pues la norma expresamente lo

permite. De igual forma, aclara que este tipo de perjuicios deben ser estimados y se conforman

por el valor de la obligación principal más los intereses de mora que se generen desde el

incumplimiento.

Sin embargo, cuando llegó la fecha acordada, la constructora no cumplió estas promesas, a

pesar de que el comprador había pagado la cantidad requerida. Ante esta situación, los
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ciudadanos afectados iniciaron acciones administrativas y ordenaron a la constructora pagarles

el precio pactado en el contrato de compraventa, más los intereses por incumplimiento de

contrato.

Promoviendo la acción providencial de tutela contra las solicitudes de denegación de pago, la

Corte Suprema reiteró:

(…) El procedimiento para la ejecución de daños y perjuicios previsto en el artículo 428 del

Código General de Procedimientos no impide el uso de este mecanismo para exigir a un tercero

el pago del incumplimiento de su obligación de entregar los bienes y su conducta. En cambio, el

artículo permite a los acreedores exigir dinero por los daños y perjuicios causados a través de

los procedimientos de ejecución, razón por la cual los ciudadanos que reclaman la tutela pueden

hacerlo.

En consecuencia, la Corte recuerda que un acreedor puede solicitar daños y perjuicios si:

1. Aparte del dinero, no recibió especies móviles ni artículos de género.

2. Actos de incumplimiento por cumplimiento de compromisos.

3. No realizar un acto, es decir, no cumplir con una obligación de hacer algo.

Para que la ejecución de la indemnización compensatoria sea factible se deben cumplir tres

requisitos:

1. Existencia de una de las tres obligaciones anteriormente mencionadas.

2. El incumplimiento de una de las obligaciones.


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3. La pérdida estimada causada por el incumplimiento del contrato debe ser estimada por el

actor.

Es de precisar que la estimación de los perjuicios deberá estar conformada por un valor principal

y otro establecido como tasas de interés sobre ese valor principal.

Así las cosas, quien pretenda demandar el incumplimiento de una obligación, podrán hacerlo

pidiendo el cumplimiento de la obligación a través de la ejecución forzosa de la misma, en los

casos en que aún se conserve el interés de recibir la prestación contratada. En el caso contrario,

donde se haya perdido el interés a raíz del incumplimiento, podrá pedir la indemnización de

perjuicios mediante el proceso ejecutivo tal como lo establece el artículo 428 del Código General

del Proceso. Esto, partiendo del hecho de que la parte afectada haya cumplido efectivamente

con sus obligaciones contractuales.

Lo anterior, sin respecto a la posibilidad excepcional de pedir el cumplimiento de la obligación y

la mora por el retardo, en casos donde convencionalmente se hayan pactado, por ejemplo,

cláusulas penales por el simple retardo.


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CONCLUSIÓN

El principio de indemnización integral tardará años en aplicarse en los accidentes de tráfico

jurídicamente válido, lo que puede indicar que la víctima se reconcilia o renuncia Caso previo a

la sentencia, o por el contrario, a pesar de la ejecución del procedimiento El caso no fue fallado

a su favor. Se puede ver que la primera sentencia de matrimonio Caso del Tribunal Supremo

sobre indemnización total por accidente de tráfico Año 2013.

El principio de la indemnización integral es crucial en la responsabilidad civil extracontractual,

garantizar la reparación integral del daño causado por el autor a la víctima, aunque en ocasiones

las víctimas no tienen la capacidad de acceder a este principio porque no tienen Hay buenos

consejos, o no conoces el principio.

Todas las actuaciones procesales no pueden ser ignoradas, desde el momento en que se inician

presentando la demanda hasta el momento de la regla prescrita o cambio de jurisprudencia,

suelen realizarse sobre la base de la certeza y confianza legítima procedimientos específicos

como el principio de reparación integral, la víctima espera que el Juez le garantice su derecho a

indemnización en todos los sentidos, las normas de expresión, entre otras cosas, a veces no

tienen en cuenta el principio de compensación global.

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