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DOBLEGANDO EL ORGULLO

2 REYES 5:1-14

INTRODUCCIÓN

Todos tenemos una forma muy específica de pensar que está formada por nuestra cultura, por la tradición familiar, por
las ideas religiosas y por la formación académica y esta forma de ver las cosas es difícil de hacer a un lado y cambiarla
por algo totalmente diferente cuando se lleva mucho tiempo creyendo algo como verdad, para ello se requiere un
componente muy especial que en esta historia, descrita en el segundo libro de los Reyes, tendremos la oportunidad de
descubrir y también podremos ver el elemento indispensable para poder recibir la misericordia de Dios.

Este evento ocurre en la época cuando Israel se había dividido en dos y el reino del Norte tenía luchas ocasionales contra
Siria, incluso tiempo después el ejército de esta nación los iba a rodear para atacarla (2 Reyes 6:24). Esta es la historia de
la enfermedad y curación de un general sirio que ocurrió durante el ministerio del profeta Eliseo.

UN GENERAL EXCEPCIONAL

2 Reyes 5:1

“Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque
por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.”

Naamán, que significa placentero, era un general del ejército de Siria. Este pasaje describe a Naamán como un
comandante de alto rango del ejército, con un rango social elevado, altamente respetado, poseía grandes riquezas y
además le caracterizaba su excepcional valentía. Su capacidad de dirigir y ganar misiones de guerra era extraordinaria,
se le describe como alguien que se distinguía por ser poderoso ante los ojos del rey, por ello este rey lo exaltaba y lo
tenía como alguien especial. Lo interesante es que, a pesar de ser enemigo del pueblo de Dios, cada victoria que este
hombre obtenía no era por sus méritos, sino que era Dios mismo quien le concedía estos logros. Aun en su enemistad
con Dios este hombre estaba siendo bendecido por Dios. Muchas personas creen erróneamente que porque sus
oraciones son contestadas o tienen éxito es una señal de que tienen una relación real con Dios.

A pesar de ser alguien con una alta distinción en su nación, Naamán tenía un problema de salud muy importante ya que
padecía de lepra, esta palabra designaba una de muchas enfermedades de la piel y en ese tiempo no había tratamiento
ni curación para ninguna de ellas. Todos los logros de Naamán carecían de importancia ante esta enfermedad.

UNA ESCLAVA EXCEPCIONAL

2 Reyes 5:2-3

“Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a
la mujer de Naamán. Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra.”

En una de las guerras de Siria en contra del reino del norte de Israel había sido capturada una joven que ahora servía
como criada en la casa de Naamán. Esta muchacha apreciaba a este general sirio, ya que al verlo enfermo de la piel ella
les menciono al profeta Eliseo y le recomendó que fuera a buscarlo ya que él era el único que podía devolverle su salud.
La actitud de esta joven israelita nos habla de que Naamán era un hombre benévolo y de buen corazón.

Esta muchacha le dio el requisito para conseguir la curación a su enfermedad, Naamán necesitaba buscar al profeta y
pedir por su salud.

Esta muchacha israelita a pesar de estar en una situación que no le favorecía podemos apreciar en ella una fe verdadera
al poder afirmar con toda seguridad que el profeta de Dios llamado Eliseo le iba a curar de su enfermedad sin lugar a
dudas y aún más resalta su compasión incluso por un enemigo a pesar de que le habían sacado de su tierra y ahora solo
se dedicaba a servir en una casa extraña lejos de su tierra.
UN REY EXCEPCIONAL

2 Reyes 5:4-5

“Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. Y le dijo el
rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel.”

Naamán después de oír la noticia fue con su máxima autoridad para pedir permiso para ir a buscar a un profeta en
territorio enemigo. El aprecio que el rey tenía por este general era muy especial; primero no le había aislado de las
demás personas, ni de su presencia a pesar de presentar esta enfermedad contagiosa de la piel, en esa época la regla
para quien la padecía era ser separado de sus casas y vivir el resto de sus días marginados de todo contacto físico
cercano con las demás personas.

El rey no solo lo escucho y le dio permiso, sino que incluso escribió una carta para que fuera bien recibido su general por
el rey de Israel.

UNOS REGALOS EXCEPCIONALES

2 Reyes 5:5

“Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de
plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos.”

El deseo de sanar de este hombre era muy grande ya que preparo regalos de alto valor para poder ofrecer y entregar a
este profeta como pago para que le concediera recuperar su salud. Los regalos incusa 340 kilos de plata, 69 kilos de oro
y 10 mudas de ropa, todo esto era considerado como de gran valor en esa época en el medio oriente.

En esta acción de Naamán podemos ver que todo tiene un valor especifico y que para recibir algo de otra persona hay
que estar dispuesto a dar un pago a través de una transacción, de acuerdo con la cultura de este general él iba a dar lo
mejor que tenía para recibir en cambio un beneficio.

UNA EQUIVOCACIÓN EXCEPCIONAL

2 Reyes 5:6-7

“Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a
ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo:
¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved
cómo busca ocasión contra mí.”

A pesar de haber tomado el camino mejor, se cometió un error muy importante. A Naamán se le olvido que la esclava
israelita le dijo que fuera con el Profeta Eliseo, por lo que la petición del Rey de Siria al rey de Israel para que sanara a su
general fue incorrecta. Joram el rey de Israel al leer estas cartas le causo una reacción de enojo, desconcierto e
inseguridad, incluso rasgo sus vestidos en una señal de angustia y dolor ya que le llevo a pensar que era una trampa del
rey de Siria para encontrar una excusa para iniciar una guerra al no poder curar a este general de su aflicción en la piel.

El contraste entre el rey Joram y la esclava israelita que servía en la casa de Naamán es sorprendente, esta mujer en el
exilio sabia de Eliseo y de como Dios le podía usar para sanar a este general, sin embargo, el rey de Israel no tenía
presente al profeta de Dios y de lo que podía hacer. Una mujer fiel a Dios y un rey sin entendimiento en asuntos
espirituales.
UN PROFETA EXCEPCIONAL

2 Reyes 5:8

“Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has
rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.”

Eliseo muestra que siempre estaba presto a dar auxilio y consejo para quien lo necesitara, a pesar de que este rey de
Israel en particular ni le tomaba en cuenta. Ante esta situación el profeta toma el control y manda llamar a Naamán.
Esto dio la oportunidad para que tanto el rey de Israel y el general sirio pudieran saber que Eliseo era el profeta del
único y verdadero Dios.

Un verdadero siervo de Dios siempre está atento y dispuesto a servir a su prójimo no importando las circunstancias, ni
tomando en cuenta si los involucrados merecen que se les preste ayuda. Honestamente ni el rey Joram ni Naamán
merecían la más mínima atención y mucho menos la ayuda de este hombre temeroso de Dios.

UNA PETICIÓN EXCEPCIONAL

2 Reyes 5:9-10

“Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. Entonces Eliseo le envió un
mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.”

Este encuentro entre Naamán y Eliseo se tiene que leer con mucho cuidado por lo inusual que es. Eliseo solicito que
Naamán fuera a donde él estaba, pero no lo recibió y ni siquiera lo vio, solo le envió un mensajero que le comunico una
orden muy poco convencional, ir al río Jordán y sumergirse en sus aguas siete veces ya que solo de esa forma su
enfermedad física seria curada y su salud restaurada por completo. Es fácil imaginar la desilusión de este hombre que
iba con una gran esperanza de ser sanado, para que primero fuera testigo de la actitud de angustia del rey de Israel y
después ni siquiera fuera recibido por el profeta a pesar de venir con todos estos regalos que él traía consigo. El profeta
solo le envió una receta sin la más mínima consideración a la persona de tan poderoso general.

UN ENOJO EXCEPCIONAL

2 Reyes 5:11-12

“Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de
Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores
que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado.”

El orgullo de Naamán fue aplastado en forma severa. El ya se había formado una idea muy precisa de cómo debería ser
recibido por el profeta y de lo que este iba hacer para que al invocar el nombre de Dios él pudiera ser sanado en ese
mismo momento. Además, la orden que recibió de Eliseo era simplemente absurda al tenerse que sumergirse en un río
pequeño y lodoso que era considerado inferior en comparación a los ríos que había en su nación. El río Abana empezaba
en las montañas del Líbano llegando hasta Damasco y su agua clara hacia posible jardines y huertos y el río Farfar fluía
desde el Monte Hermón hacia el sur de Damasco; estos ríos eran superiores y más limpios por lo que era totalmente
ilógico lo que se le estaba pidiendo. Al considerar el trato que se le dio y la orden recibida esto le lleno de un gran enojo.
Su decisión fue irse de ese lugar, no había razón alguna para que siguiera las órdenes del profeta, su esperanza se
esfumo, era tiempo de volver a su casa totalmente desilusionado.
UN RUEGO EXCEPCIONAL

2 Reyes 5:13

“Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la
harías? ¿Cuánto más, diciéndote: ¿Lávate, y serás limpio?”

Parece increíble que los criados de Naamán fueran más sensibles a lo espiritual y usaran la razón mejor que su amo;
habían viajado a Israel y finalmente encontraron al profeta y a pesar de que no le había tratado como él quería eso era
lo de menos y si este hombre de Dios le dio una orden, aunque fuera ilógica, no tenía nada que perder, solo tenía que
doblegar su orgullo y hacer a un lado sus ideas preconcebidas. Los criados de Naamán lo animaron a obedecer la
indicación de sumergirse en el río Jordán siete veces, la cual no era difícil de llevar a cabo. Naamán ya había hecho lo
más difícil, conseguir el apoyo de su rey de ir a una nación enemiga incluso con cartas de recomendación, finalmente
había encontrado al profeta, ahora solo le quedaba seguir la simple instrucción de meterse y lavarse en el río.

Es increíble como el hombre batalla con lo que Dios pide y demanda de él por la sencilla razón de que ya estableció en
su mente lo que Dios debe de hacer y cómo hacerlo, el orgullo del hombre es tan grande que le es imposible someterse
al simple mandato de Dios por más sencillo que este parezca. Hay algo que no debemos de olvidar, Dios no está a las
órdenes del hombre, ni se va a sujetar a lo que este diga, al contrario es el hombre quien debe de doblegarse a las
órdenes de Dios y nunca cuestionarlo, Dios tiene la verdad y la razón en todo sin embargo es el orgullo del hombre lo
que le impide doblegarse ante El y prefiere mejor darle la espalda antes que aceptar en humildad lo decretado por Dios
y obedecerlo.

El gran predicador ingles Charles Spurgeon decía que la puerta al cielo no es alta al contrario es muy baja, ya que solo se
puede entrar a ella agachándose.

Naamán - Significado, biografía e historia

'placentero, dulce, ameno, agradable'

Descendiente de Benjamín (Gen. 46:21; 1 Cr. 8:4), y cabeza ancestral de los naamitas. Fue comandante en jefe del
ejército sirio del rey de Damasco. Como militar tuvo éxito, e hizo del reino sirio de Damasco una nación fuerte (2 R. 5:1).
Sin embargo, contrajo lepra, y afrontaba la ruina de su carrera. En su casa había una esclava israelita que había sido
llevada cautiva en una de las incursiones a Israel. Tenía simpatía por el problema de su amo y expresó su deseo de que
pudiera ser sanado por un profeta en Samaria. Frente a esta perspectiva de curación, Naamán pidió consejo al rey, quien
lo envió a esa ciudad con una carta de recomendación al rey de Israel. Cuando Naamán la presentó en la corte, se
produjo una consternación, porque se consideró que el incidente era una excusa para iniciar una guerra. Pero cuando
Eliseo oyó del incidente, envió decir al rey que enviara a Naamán a su casa. Cuando éste y su séquito llegaron, el profeta
no salió a recibirlo; sencillamente le envió el mensaje de que debía sumergirse siete veces en el río Jordán. Eso,
evidentemente, tenía el propósito de probar su fe y de humillar su orgullo. Naamán se molestó y se propuso regresar a
Damasco de inmediato, afirmando que los ríos Abana y Farfar eran mucho mejores que el Jordán. Pero finalmente lo
persuadieron a lo que le había dicho Eliseo, y como resultado, sanó.

Le ofreció una rica recompensa, pero el profeta rehusó aceptar algo de él. Su siervo, Giezi, por engaño obtuvo para sí
mismo algunos de los regalos ofrecidos. Esto le costó un duro castigo, porque por su pecado recibió la lepra de Naamán
(2 R. 5:1-16, 20- 27). Como resultado de su milagroso sanamiento (Lc. 4:27), llegó a ser creyente en Jehová, el Dios de
Israel, y prometió adorarlo sólo a él de allí en adelante (2 R. 5:17). Pidió dos mulas cargadas de tierra, sobre la cual
ofrecer sacrificios a Dios en Damasco. Explicó al profeta que, sin embargo, su cargo le exigía acompañar al rey al templo
del dios Rimón, donde tendría que inclinarse ante el ídolo mientras el rey se apoyaba en su brazo. El profeta le dijo: 'Ve
en paz’.
¿Qué enseñanza nos deja Segunda de Reyes?

¿Por qué debemos estudiar este libro? El libro de 2 Reyes describe la historia del Reino del Norte (Israel) y del Reino del
Sur (Judá), haciendo hincapié en los éxitos y fracasos espirituales de cada reino. También explica por qué Israel y Judá
perdieron la protección de Jehová y fueron conquistados.

¿Quién era el rey en el tiempo de Eliseo?

Eliseo y los sirios

Por otro lado después del abandono del sitio de Samaria, el rey sirio Ben-Adad cae enfermo y Eliseo profetiza que su hijo
Hazael heredera el trono y será quien acabe con el reino de Israel.

¿Quién es el autor del libro 2 de reyes?

II Reyes

Segundo Libro de Reyes

El profeta Elías.

Idioma Hebreo

¿Cuál es el significado del nombre Eliseo?

Eliseo es un nombre propio masculino en su variante en español derivada del griego Elisaios de Lucas 4:27, aunque su
procedencia verdadera sea del hebreo ‫( ֱאלִיַׁש ע‬Elisha). Sucesor del profeta Elías en el reino del norte y significa Dios es mi
salvación.

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