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LÁCTEOS DURANTE EL EMBARAZO

La leche, el queso y el yogurt son productos lácteos saludables para comer durante el embarazo, ya que proporcionan
el calcio tan necesario, proteínas y algunas vitaminas. Son nutrientes imprescindibles para el desarrollo de músculos,
corazón, dientes, huesos, nervios y la coagulación de la sangre.
Los lácteos son una gran fuente de vitaminas A, B, D y E, proteínas y calcio.
¿Cuáles son los lácteos más importantes?
– Leche: Se considera como lo más parecido a un alimento completo. Ya sea desnatada o entera, la leche contiene
buenas cantidades de calcio, proteínas, riboflavina, vitamina B2 y B6, magnesio y zinc. Dado que la leche entera
es alta en grasas saturadas, las leches semidesnatadas o desnatadas son las más recomendadas
– Queso: El queso es una buena fuente de calcio y fósforo, nutrientes que el bebé necesita para desarrollar unos
huesos y dientes más fuertes y sanos.
– Yogurt: Contiene toda la calidad de la leche, siendo también buena fuente de calcio, fósforo y B2 que aportan
energía. Conviene elegir yogures bajos en grasa.
¿Qué cantidad de lácteos se debe consumir durante el embarazo?
Las madres embarazadas deben consumir de tres a cuatro porciones al día de lácteos, por ejemplo, pueden incluirse
250 ml de leche, 40 g (2 rebanadas) de queso o 200 g de yogur. Para las mujeres vegetarianas o con intolerancia a la
lactosa, bebidas de soya fortificadas pueden suministrar cantidades adecuadas de calcio en la dieta.
¿Cuáles son los mejores quesos para incluir en la dieta?
Se recomiendan quesos elaborados con leche pasteurizada, entre ellos se encuentran los quesos duros como el
cheddar y parmesano. Otros quesos más suaves que no tienen ningún molde o cáscara son el requesón, queso
fundido, queso para untar y mozzarella , también son opciones seguras.
Los quesos elaborados con leche no pasteurizada deben evitarse, es conveniente leer bien las etiquetas y asegurarse
de ello. Entre los quesos no pasteurizados se encuentran el de tipo Brie, Camembert, queso feta y queso de cabra.
Es importante almacenar todos los productos lácteos en el frigorífico, ya que se pueden contaminar si se dejan a
temperatura ambiente y no consumirlos después de la fecha de vencimiento o si emanan un olor desagradable.
¿Por qué es importante la pasteurización?
La pasteurización es un proceso de tratamiento térmico destinado a destruir las bacterias y prevenir el envenenamiento
de alimentos.
La mayoría de la leche y la nata se pasteuriza. Si la leche no es pasteurizada, se le denomina leche cruda y deben
llevar una advertencia en la etiqueta que indique que no ha sido pasteurizada y que por lo tanto pueden contener
bacterias dañinas.
Una de las bacterias más peligrosas es la listeria que puede causar listeriosis. Las mujeres embarazadas tienen un
mayor riesgo de padecer esta infección, que puede provocar aborto involuntario debido a que sus sistemas
inmunológicos están debilitados. La listeria es una bacteria que provoca síntomas de gripe y se manifiesta después de 2
a 3 días después de comer un alimento contaminado.
CÓMO COMER DE FORMA SEGURA DURANTE EL EMBARAZO
Las mujeres embarazadas a menudo tienen dudas acerca de cómo alimentarse correctamente para proporcionar todo
lo necesario a su organismo y al del bebe. También se suelen preguntar que alimentos pueden ser perjudiciales para
ellas o para el feto.
En primer lugar es importante desmontar el extendido mito de que “hay que comer por dos”. La cantidad de nutrientes
diarios necesarios durante el embarazo aumenta solo en un 10%, algo que se consigue con poca ingesta adicional. Es
necesario hacer un cambio en la calidad de lo que se come, no en la cantidad.
Pautas recomendadas de alimentación para embarazadas
Las pautas de alimentación en una mujer embarazada en realidad deberían ser las mismas que para cualquier otra
persona: llevar una dieta sana y equilibrada. Para ello se recomienda:
Hacer varias comidas al día. Ingestas frecuentes y no muy abundante
1. Cenar relativamente pronto y ligero
2. Beber mucha agua y líquidos
3. Alimentarse de forma sana cubriendo todos los nutrientes y vitaminas necesarias para el desarrollo del embarazo
a través de los distintos alimentos:
 Proteínas :carnes magras, pollo, claras de huevo
 Carbohidratos: pan, pasta, arroz, cereales
 Calcio: lácteos como la leche, yogurt, queso, semillas de sésamo
 Hierro: carne roja, espinacas, lentejas, mejillones. Se recomienda tomarlo con vitamina c que ayuda a fijarlo
(zumo de naranja, limón, pimiento rojo)
 Vitaminas :frutas y verduras de diferentes colores.
De forma natural se pueden cubrir todos los nutrientes necesarios a excepción de la necesidad extra de hierro y ácido
fólico que normalmente se compensa con suplementos (recomendados por el médico o matrona).
¿Qué puede ocurrirle al bebé si la madre no se alimenta correctamente?
Pueden darse dos situaciones, la desnutrición y la obesidad de la embarazada.
Los principales problemas asociados al bajo peso materno son:
– Retardo de crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer.
– Mortalidad perinatal (muerte del feto que puede darse de la 22 semana de gestación a los 7 días después del
parto).
La obesidad en la embarazada puede causar:
– Diabetes gestacional.
– Hipertensión.
– Parto instrumentado (cesárea o fórceps).
– Malformaciones congénitas.
– Mortalidad perinatal.
– Riesgo de otras enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 en el bebé.
¿Qué alimentos deben evitarse durante el embarazo?
Los expertos hacen las siguientes recomendaciones:
– Alcohol: debe evitarse su ingesta totalmente. No existe una cantidad mínima de consumo que no conlleve riesgos
para el bebé. Pueden producirse trastornos graves físicos y mentales para toda la vida.
– Cafeína o té: a través de la placenta puede alterar el ritmo cardiaco y la respiración del bebé. Se recomienda
limitar su consumo.
– Carnes crudas o poco hechas: puede producir toxoplasmosis (embutidos, jamón, patés…etc).
– Pescados ahumados en frio o crudos: por su alta concentración en nitritos (a menos que se congelen 48 horas
previas a su preparación).
– Ensaladas sin lavar: contienen pesticidas por lo que hay que es necesario desinfectarlas muy bien
– Huevos crudos o poco cocinados: existe riesgo de encontrar la bacteria salmonela y provocar salmonelosis en el
bebé.
– Quesos blandos hechos con leche crudas: por la posible presencia de bacteria listeria y provocar listeriosis en el
bebé.
– Vísceras: por su alto riesgo de contaminación. También se puede dar una sobredosis de vitamina A (hígado,
casquería…etc).
CUIDA TU ALIMENTACIÓN DURANTE EL EMBARAZO
Una de las preguntas que muchas mujeres se hacen cuando están embarazadas es ‘¿cómo debo alimentarme a partir
de ahora?’. En realidad, la dieta de una embarazada debe ser sana y equilibrada, la mujer debe hacer poco más de lo
que deberíamos hacer todos en condiciones normales, únicamente se deben tener en cuenta algunas
recomendaciones.
Es muy importante procurar hacer varias comidas frecuentes pero no muy abundantes, se recomiendan 5 comidas al
día que no sean copiosas. Esto es algo saludable para cualquier persona, no sólo para las embarazadas.
Conviene cenar pronto, ligero, masticar bien las comidas y comer despacio para ayudar a la digestión. Romper el mito
de que “hay que comer por dos”. La cantidad de nutrientes diarios que debe aumentar la embarazada supone un 10%.
No es necesario preocuparse por esa cantidad, ya que se ingiere con una merienda equilibrada extra, por ejemplo.
¿Qué alimentos son importantes para el desarrollo del bebé?
Existen algunos nutrientes especialmente importantes, que requieren un aporte extra:
– Ácido fólico
Para prevenir la espina bífida, un problema grave que puede tener el feto, así como el parto prematuro o bajo peso al
nacer, se deben aumentar las reservas de ácido fólico.
Lo encontramos en alimentos como el hígado (buey, pollo, cordero y ternera),algunas legumbres ( lentejas y
garbanzos), verduras (espinacas, espárragos trigeros, lechugas), frutos secos (nueces, almendras, cacahuetes),
algunas algas marinas , el germen de trigo, aguacate, fresas.
– Hierro
Para que el bebé pueda disponer e utilizar hierro cuando nazca, es importante ir almacenándolo en su hígado, con
una ingesta extra durante el embarazo. Podemos encontrar hierro en las lentejas, espinacas, en la carne roja,
hígado, riñones, ostras, mejillones, almejas, yema de huevo, garbanzos, lentejas, pistachos, nueces, avellanas.
Conviene ayudar a fijar la absorción del hierro mediante vitamina c (zumo de limón, naranja).
– Calcio
Para la formación de los dientes y los huesos del bebé, es necesario el calcio.
Lo hallamos en lácteos como leche, yogures y quesos. También en las naranjas y en las almendras.
– Vitaminas
Para el buen desarrollo del feto se requieren diversas vitaminas, podemos hallarlas en frutas y verduras de diferentes
colores ya que éstos definen las distintas vitaminas de los alimentos.
– Líquidos
Con objeto de asegurarnos el buen funcionamiento de los riñones y evitar el estreñimiento conviene beber 2,5 litros
diarios de agua y otros líquidos (leche, infusiones, sopas y caldos, zumos de frutas).
¿Qué alimentos se deben evitar durante el embarazo?
– Tabaco, alcohol y otras drogas.
– Los excitantes: café, té. No es necesario evitarlos totalmente pero conviene no abusar de ellos.
– Platos muy condimentados para ayudar con la digestión.
– Las carnes poco hechas y los pescados crudos. Puede producir toxoplasmosis, es una enfermedad que puede
afectar al bebé de forma grave.
– Frutas y verduras no lavadas. Debido a que contienen pesticidas y pueden dañar al bebé, conviene desinfectarlas
adecuadamente antes de ingerirlas.
– Embutidos y carnes curadas o ahumadas, ya que contienen demasiados nitritos que pueden ser perjudiciales para
el feto.
– Dentro de una alimentación sana para cualquier persona conviene evitar frituras, bollería industrial, alimentos
procesados y precocinados.
EL SUPLEMENTO DEL HIERRO EN EL EMBARAZO
El hierro es un mineral esencial para la vida humana, se encuentra principalmente en los glóbulos rojos y en los
músculos. Ayuda en el transporte del oxígeno a las células del organismo y a mantener sano el sistema
inmunitario.
Durante el embarazo, se necesita una mayor cantidad de hierro debido tanto al aumento de sangre que circula por
el organismo como a la nutrición del bebé y de la placenta. Por ello, los niveles de éste suelen bajar
sistemáticamente y a pesar de que el cuerpo durante la gestación va aumentando su capacidad para absorber
hierro (hasta un 66%), es importante estar atento a los niveles de este mineral e intentar que sea un elemento
clave en nuestra alimentación.
Déficit o falta de hierro en el embarazo y suplementos de hierro
Un déficit importante de hierro (anemia) puede tener consecuencias graves para la madre y para el futuro recién
nacido. Está asociado al riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer, mortalidad infantil y complicaciones para la
madre en el parto por la pérdida de sangre.
A algunas mujeres durante el embarazo se les prescriben suplementos de Hierro con objeto de aumentar la
cantidad de éste mineral y disminuir los riesgos asociados a su déficit. Esta medida, ha de ser valorada siempre
por el profesional médico, en función de los resultados de los análisis de sangre, y nunca, bajo ningún concepto,
ha de tomarse libremente.
Existen complejos vitamínicos de venta libre, con los que algunas mujeres pueden automedicarse, sin embargo las
consecuencias de ello podrían ser fatales. El exceso de hierro también tiene efectos graves y peligrosos en el
embarazo.
Las investigaciones han puesto de manifiesto que “las mujeres no anémicas embarazadas, no deberían tomar
suplementos de hierro” ya que tanto la deficiencia como el exceso de éste, pueden tener consecuencias adversas
para la salud.
Algunos estudios han confirmado que el exceso de hierro durante el embarazo está asociado con mayor riesgo de:
– Bajo peso al nacer
– Parto prematuro
– Hipertensión
– Diabetes del embarazo
Hay que tener en cuenta que un descenso de hierro durante la gestación, es normal y que generalmente con una
alimentación adecuada, esto no entraña ningún riesgo para la salud de la mujer ni la del bebé. Únicamente,
cuando el nivel de hemoglobina cumple con los criterios de riesgo, el médico investigará la causa y valorará la
recomendación del suplemento de hierro.
Se recomienda en todas las personas, una dieta equilibrada que asegure todos los nutrientes necesarios, en el
caso de la mujer embarazada aún es más importante atender a nuestra alimentación.
Fuentes naturales de hierro en los alimentos
Alimentos que son fuentes de hierro:
– Carnes rojas
– Legumbres
– Cereales
– Verduras
– Aves

Para aprovechar mejor el hierro de los alimentos conviene:


– Evitar café o té con las comidas (contienen elementos que inhiben la absorción del hierro)
– Añadir a los alimentos ricos en hierro una fuente de vitamina C, que ayuda a absorberlo mejor (zumo de
naranja, limón, brócoli, fresas…etc)
– El calcio dificulta la absorción del hierro, por lo que conviene no tomar lácteos por ejemplo, cuando se
ingieren alimentos ricos en hierro
¿ES NECESARIO TOMAR SUPLEMENTO DE HIERRO DURANTE EL EMBARAZO?
No todas las embarazadas van a necesitar un suplemento de hierro, serán los análisis de sangre los que
determinen que cantidad de este mineral tiene la gestante y si es necesario incrementarlo para asegurar que el
embarazo se desarrolle sin problemas. Sin embargo sí que es habitual que el ginecólogo nos prescriba hierro de
forma habitual y rutinaria.
El hierro es básico para el adecuado funcionamiento del organismo, hace posible la formación de la hemoglobina,
proteína responsable de transportar el oxígeno de los glóbulos rojos al resto de tejidos del cuerpo humano.
La importancia del hierro en la sangre
Durante el embarazo las demandas de oxígeno aumentan, el volumen de la sangre se incrementa y el cuerpo
necesita dotarse de mayores cantidades de oxígeno para responder a las exigencias del feto en crecimiento. Todo
ello hace que sea preciso a su vez mayores cantidades de hierro. El organismo cuenta con reservas pero al
abusar de ellas se puede provocar un déficit de hierro que desemboca en anemia, muy habitual en las gestantes.
Esa carencia de hierro provoca cansancio, fatiga, caída del cabello, debilidad, irritabilidad, falta de apetito, palidez
o náuseas. Son síntomas que muchas embarazadas asumen como habituales, pero no tienen porqué serlo y
mejoran mucho en el momento en que se incrementan las reservas de hierro bien a través de la alimentación o de
suplementos.
Desde la primera analítica que se realiza a las pocas semanas de embarazo, se tienen muy en cuenta los niveles
de hierro en sangre. De todas formas en esta primera analítica no se suele recetar un suplemento de hierro, que
los niveles estén algo bajos es normal y se opta en primer lugar por complejos vitamínicos ricos en ácido fólico.
Es en los análisis posteriores cuando se valorará si existe la necesidad de este suplemento. Recientes estudios
han determinado que una dieta bien equilibrada y rica en alimentos que contengan hierro es suficiente para las
mujeres que no presentan anemia y es que, según estos trabajos, el suplemento de hierro cuando no es necesario
puede provocar partos prematuros y bebés con bajo peso.
Para valorar con exactitud que la mujer necesita un suplemento se deben realizar análisis específicos. Los análisis
que se suelen realizar detectan una bajada de la hemoglobina, pero esta disminución es engañosa ya que la
sangre de la embarazada está más diluida por lo tanto, no es que haya menos hemoglobina, si no que está menos
concentrada. Para curarse en salud es habitual que se receten suplementos de hierro cuando no son necesarios y
pueden ser incluso contraproducentes.
Es importante tomar alimentos ricos en hierro
Lo mejor desde el momento en que la mujer sabe que está embarazada es incluir en su dieta alimentos ricos en
hierro. El organismo es sabio, y la absorción de este mineral va a ir aumentando según avance la gestación, de
modo que tomando los mismos alimentos cada mes la cantidad de hierro que se absorberá será mucho mayor.
Las carnes rojas y vegetales como las espinacas o las acelgas son los alimentos más conocidos, si además se
consumen con otros ricos en vitamina C como los cítricos se mejora su absorción. Hay alimentos de consumo
menos habitual pero con gran cantidad de hierro, como las almejas, con 24 mg por cada 100 gramos tienen hasta
seis veces más hierro que las espinacas, una buena opción para las embarazadas.
LAS FUENTES DE CALCIO, HIERRO Y ZINC DURANTE EL EMBARAZO
La alimentación es uno de los factores clave a la hora de garantizar la salud de la mujer embarazada y de su feto.
Una futura madre debe asegurarse de que ingiere todos los nutrientes que tanto ella como su hijo necesitan para
estar sanos.
Aunque se lleve una dieta equilibrada, muchos médicos recomiendan a las embarazadas tomar suplementos de
los minerales que son esenciales para un correcto desarrollo de su embarazo. Y es que en esta etapa, una mujer
necesita más calcio, hierro y zinc de lo habitual
El aporte de hierro
El hierro es esencial para una mujer en estado de gestación, ya que ayuda a formar la hemoglobina, y a llevar
oxígeno al feto. Aunque se puede ingerir en forma de pastillas de laboratorio, lo más sano es intentar elevar su
ingesta introduciendo ciertos alimentos en la dieta de una embarazada.
Las principales fuentes alimentarias de hierro son la carne, las legumbres y las verduras de hojas verdes. Algunos
frutos secos también aportan este mineral, pero hay que ir con cuidado con su aporte energético. De todos modos,
hay que tener en cuenta que, por mucho que se incluyan en la dieta, hay que saber combinarlos de manera
adecuada para que se absorba correctamente. Por ejemplo, el te y el café evitan que se metabolice correctamente
y, en cambio, si incluimos un alimento con vitamina C en la misma comida, conseguiremos sacar el máximo
rendimiento a los alimentos con hierro que comemos.
Las fuentes de zinc
También es esencial que se incluya en la dieta de una mujer embarazada alimentos que sean ricos en zinc, ya que
éste es uno de los minerales más importantes en el proceso de gestación.
El zinc se encuentra sobretodo en la carne roja, los cereales fortificados, pescados y mariscos, leche, yema de
huevo, y algunos vegetales, como la zanahoria, y el tomate.
El zinc es un mineral que tiene numerosas funciones en el cuerpo humano, ya que ayuda en el sistema
inmunitario, en la regeneración de los tejidos, y en el desarrollo del feto, entre otras muchas cosas.
El zinc se encuentra en las carnes, con lo que las mujeres embarazadas que tienen una dieta normal, no necesitan
recurrir a suplementos alimenticios, pero sí las vegetarianas. De todos modos, las típicas vitaminas prenatales ya
incluyen la dosis necesaria de zinc para garantizar la buena salud de la mujer durante la gestación, y el correcto
desarrollo del feto.
El calcio en el embarazo
El calcio es esencial en el embarazo, en una doble vertiente: ayuda a que la madre no vea como sus huesos se
resienten por la gestión y, a la vez, ayuda a que se formen los del niño.
Siempre identificamos el calcio con la leche, pero la verdad es que podemos encontrarlo en otros alimentos, a
parte de todos los derivados lácteos. El brócoli, el perejil y las almendras (así como todas las semillas oleaginosas)
son algunas de las fuentes naturales más importantes de calcio.
¿QUÉ VITAMINAS SE RECOMIENDAN DURANTE EL EMBARAZO?
Pensemos en una mujer embarazada, imaginemos como en su interior va creciendo un nuevo ser vivo que
empieza siendo poco más una célula para acabar convirtiéndose en una personita completamente formada. Es un
proceso que se desarrolla a lo largo de nueve meses y que requiere un gran gasto energético, sin olvidar el
enorme esfuerzo que realiza el organismo de la mujer. Para que el cuerpo de la futura madre cumpla con
efectividad con su misión es necesario que esté fuerte, ya que el bebé en desarrollo va a utilizar sus recursos para
crecer. Precisará algunos en mayor medida que otros por eso será necesario que la mujer cuente con ese soporte
extra para asegurar que el crecimiento de su hijo no vaya en detrimento de su salud.
Las vitaminas son sustancias imprescindibles para la vida, se obtienen de los alimentos y sin ellas el organismo no
puede realizar los procesos fisiológicos necesarios para sobrevivir como transformar la comida en energía y
fortalecer el sistema inmunológico. En general las vitaminas que precisamos se obtienen de los alimentos, las
frutas y verduras son las que tienen más variedad, no suele ser necesario obtenerlas de compuestos artificiales ya
que una dosis extra que el cuerpo no necesita es eliminada por la orina. Pero hay casos en los que sí es necesario
tomar esa dosis extra ya que los requerimientos del organismo aumentan, es el caso de la mujer embarazada.
El ácido fólico
Una de las vitaminas consideradas básicas en esta etapa es el ácido fólico. Durante las primeras semanas de
embarazo los requerimientos de esta vitamina del grupo B aumentan. Es el momento en el que forman todos los
órganos del bebé por lo que se recomienda una ayuda extra para evitar defectos en la formación de tubo neural, y
evitar deformaciones en el cerebro y en la columna vertebral.
El yodo es otro de los suplementos que se suelen recetar en esta época. Su carencia va asociada al mal
funcionamiento de las hormonas tiroideas, si en la etapa fetal los niveles están bajos el cerebro no madura de
forma adecuada pudiendo causar daños cerebrales irreversibles y retraso mental.
El hierro es otro habitual, no está exento de cierta polémica ya que recientes estudios apuntan que no sería bueno
tomarlo como extra si no existe un problema contrastado de anemia en la embaraza. Normalmente con el hierro
que se obtiene a través de los alimentos, incidiendo en aquellos que mayor cantidad tienen, sería necesario para
mantener los niveles requeridos.
La vitamina B12 y la vitamina D
La vitamina B12 es otra de las protagonistas de los complejos multivitamínicos que toman muchas embarazada.
Es necesaria para la división celular y el crecimiento, contribuye a la formación de glóbulos rojos y previene la
anemia. El organismo no la almacena pero está presente en los alimentos, sobre todo las carnes y los huevos. No
suele ser preciso tomarla como suplemento si se lleva una dieta equilibrada, aunque en el caso de las
vegetarianas sí que deberían tomar este aporte extra.
La vitamina D también incrementa sus requerimientos, ya que es la responsable de que el calcio se fije en los
huesos. El aporte de la misma es necesario, aunque es una vitamina que el organismo fabrica gracias a los rayos
de sol que transforman el colesterol en esta vitamina, por lo que con una exposición adecuada al astro rey se
aseguran las reservas en el organismo.

En general lo complejos vitamínicos no son contraproducentes, aunque lo mejor para asegurar el aporte adecuado
es llevar una dieta sana y equilibrada.
LA ECOGRAFÍA
La primera vez que los padres vemos a nuestros hijos desde el vientre a través de una ecografía, es uno de los
momentos más preciados. Pero, ¿cuál es la función de la ecografía realmente? Aquí te explicaremos un poco más
sobre éste tema.
Las funciones de la tecnología de las ecografías
Éste proceso técnico un método para confirmar si una mujer está embarazada (entre otros beneficios de la salud
que proporcionan las ecografías) y la principal función de la ecografía es la de brindarle a los padres y médicos la
posibilidad de poder ver el desarrollo del niño, asegurándose de que no sufra de ningún mal.
Además, permite observar exactamente adónde se encuentra el feto, ya que en muchas ocasiones las mujeres
sufren de embarazos ectópicos, o los bebés se encuentran en una posición que dificultará el parto o incluso puede
poner en riesgo la salud del pequeño.
Otra función de la ecografía, es la de permitir que los padres puedan escuchar los latidos de su hijo por nacer, si
bien esto es posible sólo a partir de la sexta o séptima semana de embarazo (a fines del 2do trimestre de
gestación, o principios del 3ro). Además de sus funciones prácticas, una ecografía tiene un impacto mayor sobre
los padres: es la única forma en que pueden ver a su hijo antes del parto, y por ésta razón fortalece el vínculo
entre padre – hijo – madre. Y, en caso de que quieran saberlo, los padres podrán enterarse de cuál es el sexo del
bebé gracias a las innovaciones tecnológicas de las ecografías.
Otra importante función de la ecografía es que permite a su obstetra y/o ginecólogo diagnosticar problemas,
enfermedades o malformaciones tanto en el feto, como en la placenta, y hasta en el cuerpo de la propia madre;
ésta herramienta
Diferentes clases de ecografías y tecnologías
Si bien la función de la ecografía en lo que respecta al embarazo es siempre la misma (observar al bebé y al
organismo de la madre para asegurar el buen estado de salud de ambos), existen diferentes clases de ecografías,
cada una con distintas características y funciones. A continuación te presentamos una breve descripción de ellas:
1. La ecografía Doppler – cuya finalidad es examinar el flujo de la sangre;
2. La ecografía vascular – utilizada para corroborar que el sistema vascular se encuentre funcionando
correctamente y para detectar coágulos sanguíneos;
3. La ecografía abdominal – su nombre lo dice todo, es utilizada para ver si existen problemas en los
órganos de la zona abdominal;
4. El ecocardiograma – utilizado para examinar y estudiar las enfermedades en el corazón y sus válvulas;
5. La ecografía pélvica – para la detección de las diferentes razones que pueden causar dolor pélvico (como
por ejemplo, para descartar o diagnosticar un embarazo ectópico);
6. Y por último, la ecografía obstétrica – usada por los profesionales de la salud para corroborar el desarrollo
correcto del feto y asegurarse de que el mismo no sufre de ninguna clase de anomalía o enfermedad.
ERRORES COMUNES EN LA ALIMENTACIÓN DE UNA EMBARAZADA
Una de las inquietudes de la mujer embarazada se relaciona con los cambios que debe realizar en su alimentación
para asegurar un correcto desarrollo del embarazo y de su bebé.
Es cierto que se deben conocer las necesidades extras del organismo en periodo de gestación, pero si antes de la
concepción se realizaba una dieta sana y equilibrada, los cambios a realizar serán mínimos. La embarazada debe
comer de forma saludable como cualquier otra persona que cuide su salud.
Los errores más comunes que comenten mucha embarazadas
Es fácil caer en determinados errores de alimentación, cuando no se dispone de la suficiente información, algunos
puede ser:
– Aumentar la cantidad de alimentos para “comer por dos”
Este es un falso mito que se debe desmontar. Las necesidades calóricas extras pueden cubrirse con una
merienda saludable. El exceso de alimentación puede provocar sobrepeso en la madre y aumentar los riesgos
para el bebé.
– No realizar cambios en la dieta si en ella habían carencias nutricionales
Algunas mujeres antes de quedar embarazadas presentan ausencia de frutas o verduras en su alimentación,
este hábito no debe continuar durante el periodo de gestación, ya que puede dificultar el desarrollo adecuado del
feto.
– Disminuir la ingesta o cambiar los alimentos por otros de dieta para no engordar
Consumir productos sustitutivos, bajos en grasas o realizar dietas, son acciones frecuentes en mujeres que no
desean engordar demasiado durante el embarazo. Este hecho puede afectar gravemente a la salud de la madre
y del futuro bebé ya que todos los nutrientes son necesarios para ambos en este periodo de desarrollo.
– Hacer ejercicio excesivo para perder peso
El ejercicio durante el embarazo debe realizarse con moderación, el cansancio excesivo y el sobre esfuerzo
pueden resultar dañinos para la salud de la madre o del feto.
– Pesarse diariamente
En los centros de salud, como parte del seguimiento del embarazo, se realiza el control de peso. La matrona se
encarga de informar a la mujer sobre la adecuación del mismo y las pautas alimenticias a seguir. No conviene
obsesionarse con la ganancia de peso y generar ansiedad que impida disfrutar del embarazo.
– Evitar la sal
El sodio en exceso, puede aumentar la retención de líquidos (presente durante el embarazo), sin embargo una
cantidad mínima del mismo es necesaria para la salud. Conviene usarlo con moderación.
– Saltarse comidas
El feto en desarrollo necesita que su madre tenga un nivel de azúcar en sangre relativamente estable. Cuando
se producen ayunos largos e ingestas abundantes, se producen picos de azúcar que ponen en riesgo la salud
del bebé. Se debe dar la misma importancia a la merienda o el almuerzo que al resto de comidas.
– Consumir pescado crudo
Los pescados crudos pueden contener bacterias o parásitos perjudiciales para el feto. Conviene evitar su
consumo durante el embarazo.
– Suplemento de vitaminas
El médico responsable del embarazo se encarga de prescribir suplemento de ácido fólico o hierro en el momento
adecuado. No es necesario recurrir a los suplementos de vitaminas si se realiza una dieta equilibrada que
incluya frutas, verduras, legumbres, cereales, carne y pescado.
ALIMENTOS QUE NO DEBEN FALTAR EN EL EMBARAZO
La regla de oro en la alimentación de la embarazada, consiste en comer de forma sana y equilibrada en lugar de
comer por dos. La dieta debe contener todos los nutrientes necesarios para el buen desarrollo fetal, sin embargo
una cantidad excesiva de alimentos, más allá de favorecer al bebé, pueden incrementar demasiado el peso de la
madre y suponer un mayor riesgo para la salud de ambos.
Durante estos nueve meses, se deben buscar nutrientes de calidad en la alimentación, para conseguir un
desarrollo óptimo del futuro recién nacido.
¿Cómo estar segura de que se tiene una alimentación completa?
Solemos leer en diversos lugares que los nutrientes imprescindibles para la mujer embarazada son el hierro (para
la formación de glóbulos rojos), calcio (para el desarrollo óseo del bebé), ácido fólico (para prevenir defectos
congénitos), vitaminas, yodo y omega 3 (para un buen desarrollo cerebral). Sin embargo, muchas veces, continúan
surgiendo dudas sobre cómo incluir todos esos elementos en la dieta diaria, para ello pueden servir las siguientes
pautas:
Diariamente se debe ingerir:
– Un alimento rico en proteínas (Carne, Huevo, Pescado o Legumbre). Los pescados deben introducirse al
menos 3 veces a la semana, alternando con carnes, legumbres y huevos. Conviene evitar las carnes magras
como salchichas, patés o hamburguesas.
– Varias raciones de vitaminas, al menos 5 (frutas y verduras). Se recomiendan las frutas entre desayuno y
almuerzo o merienda, así como los zumos naturales a primera hora de la mañana.
– Las ensaladas a la hora de comer y hervido de otras verduras para cenar por ejemplo. Se recomiendan las de
hoja verde con mayor contenido en ácido fólico como lechugas o espinacas.
– Al menos tres raciones de productos lácteos (leche, yogurt, queso fresco). El desayuno es el momento ideal
para incluir un vaso de leche con cereales y un yogurt por ejemplo, las cenas son muy adecuadas también
para incluir una ración de queso fresco acompañado de algún otro alimento.
– Dos raciones de cereales (pan, patatas, arroz o pasta). Su alto contenido energético es esencial, pero se
recomienda evitarlos en horario de tarde o noche porque su digestión es más pesada. Puede incluirse una
ración de pan para desayunar y otra de patatas hervidas en la comida, por ejemplo.
– El aceite de oliva, es la grasa más sana que se puede aportar al organismo, se puede añadir una cucharada a
la ensalada o a las tostadas de la mañana por ejemplo.
– Fibra insoluble, la encontramos en el pan, los cereales, arroces o pastas integrales. Ayuda a combatir el
estreñimiento típico durante el embarazo.
– Líquidos, al menos 2,5l al día. Además de agua, se recomienda aumentar el consumo de zumos, sopas o
caldos para mantener el buen funcionamiento de los riñones y evitar el estreñimiento.
Entre las frutas, valiosas por su alto contenido vitamínico, destacan:
– El plátano, las fresas o las uvas para prevenir calambres (por su contenido en fósforo)
– Los cítricos y el kiwi que ayudan con la absorción del hierro de los alimentos (por su contenido en vitamina C)
– La papaya y el melón que favorecen la circulación sanguínea y mejora de la digestión
LOS ALIMENTOS CON MÁS ÁCIDO FÓLICO PARA EL EMBARAZO
La alimentación es una de las cuestiones más importantes durante el embarazo, ya que, sin duda, que la madre
siga una dieta equilibrada y variada, así como con todos los nutrientes necesarios, será muy beneficioso, tanto
para ella como para el desarrollo de su bebé.
De este modo, en la alimentación de la embarazada tiene un papel fundamental el ácido fólico, sobre todo en los
dos primeros meses de embarazo. Y es que cuando comienza la gestación también aumenta la necesidad de esta
vitamina, ya que es necesaria para el crecimiento de los tejidos maternos y luego, durante el embarazo, para el
crecimiento del feto. Además influye en el desarrollo del sistema nervioso del feto y también en el de las células de
la médula ósea, que participan en la producción de los glóbulos, tanto rojos como blancos, del bebé y de la madre.
Beneficios del consumo de ácido fólico en el embarazo
Por todo ello, el ácido fólico, perteneciente al grupo de las vitaminas del complejo B, tiene un papel muy importante
durante este proceso. De hecho, su carencia puede provocar que la madre sufra anemia y aumenten los riesgos
de aborto espontáneo. Asimismo, la carencia de la misma, también puede provocar consecuencias en relación al
bebé, tales como la posibilidad de nacimiento prematuro, alteraciones en el desarrollo del tubo neural del embrión
e, incluso retraso del crecimiento.
De este modo, hay mujeres que, cuando están planeando quedarse embarazadas, ya empiezan a tomar ácido
fólico. Aun así, en estos casos, siempre deberán estar aconsejadas por su ginecólogo. Aun así, si no lo toma
previamente, no tiene que alarmarse una vez que está embarazada, ya que aún está a tiempo.
Los especialistas aconsejan que la cantidad que una mujer debe ingerir de esta vitamina durante el periodo de
gestación es de 400 microgramos al día. Para ello, habrá que combinar alimentos ricos en este nutriente, tales
como verduras y ensaladas verdes (lechugas, espinacas), frutas (naranja, melón, plátano, frutas rojas), los
cereales en general y sus derivados, legumbres (lentejas, garbanzos), huevos, pan, hígado, así como quesos,
especialmente los maduros o los de tipo azul o camembert. Aun así, a pesar de que se han mencionado los
alimentos que pueden contener más cantidad de este nutriente, es conveniente que se acuda a un especialista
para que aclare las dudas que pueda tener la embarazada o le dé alternativas si hay algunos de ellos que no son
de su agrado.
Además de los alimentos hay que tener en cuenta su preparación y cocción
Además habrá que prestar atención a cómo preparar estos alimentos, vigilando su cocción, ya que habrá que
intentar aprovechar al máximo el contenido de ácido fólico que contienen. No habrá que cocerlos mucho tiempo,
ya que los folatos se destruyen a causa del excesivo calor, la luz y la ebullición. De este modo, será conveniente
cocerlos al vapor poco tiempo y con escasa agua, ya que, de lo contrario, dicho nutriente se perderá en el agua en
el momento de la cocción.
Así, mirando las cantidades, una ensalada con espinacas y lechuga le aportará 120 microgramos de ácido fólico,
una yema de huevo tiene 40, mientras que un plato de verduras verdes contiene de entre 100 a 200 microgramos.
En cuanto al queso, una porción de queso brie, de aproximadamente 30 gramos, aportará 50 microgramos de esta
vitamina, mientras que una pieza de fruta tiene de 15 a 60.
En definitiva, si se siguen estas recomendaciones, será sencillo que la mujer tenga en su organismo la dosis
necesaria de esta vitamina, tan importante durante la etapa del embarazo.
LOS CEREALES EN TU ALIMENTACIÓN DURANTE EL EMBARAZO
Por qué son tan importantes los cereales
Los cereales (entre ellos, el trigo integral, la avena, el centeno, el maíz y el arroz) están llenos de nutrientes como el
hierro, el selenio y el magnesio. Son también fuentes excelentes de las vitaminas del grupo B (incluyendo la B1, B2, el
ácido fólico y la niacina) que tu bebé necesita para el desarrollo de prácticamente todas las partes de su cuerpo.
Estos alimentos le dan a tu bebé energía para crecer, y ayudan a formar la placenta.
Asegúrate de consumir granos enteros (whole, en inglés), — como por ejemplo pan de trigo integral o arroz integral —
ya que éstos son los que contienen la mayor cantidad de vitaminas y nutrientes. La mayoría de los cereales enteros
también contienen mucha fibra. La cantidad de fibra que se recomienda consumir durante el embarazo son 28 gramos
al día, lo cual te ayuda a prevenir el estreñimiento y, por consiguiente, las hemorroides.
La clave está en buscar la palabra "integral" o "entero" al comprar cereales, trata que al menos la mitad de los cereales
que consumes al día sean de este tipo. Los productos "refinados" o "enriquecidos" no son tan beneficiosos, ni para ti ni
para tu bebé.
Una advertencia acerca de la compra de productos integrales: Muchos productos ahora traen una etiqueta en el
paquete que dice "contiene X gramos de cereales integrales". Hay otros que traen un sello. Si el producto no trae
ninguna especificación en el paquete, verifícalo en la etiqueta de contenido nutricional.
Algunas opciones de cereales
A continuación te damos algunas sugerencias de cereales o granos que puedes incluir en tu alimentación. Las
cantidades incluidas equivalen a una porción.
 1/2 taza de cereal cocinado de trigo, avena o cebada
 1 taza de cereal de desayuno integral, listo para comer
 1 tortilla de maíz o harina integral (6 pulgadas de diámetro)
 una rebanada de pan de maíz de 1.25 pulgadas (3 cm) de grosor
 1/2 panecillo bagel de trigo integral
 1/2 panecillo bagel común o con pasas
 1 rebanada de pan integral o pan francés
 1/2 panecillo integral para hamburguesa o perrito caliente
 1/2 bollo inglés muffin integral
 1/2 pan árabe integral (pita, 6 pulgadas de diámetro)
 1/2 taza de arroz integral o arroz "salvaje" cocinado
 1/2 taza de grano integral cocinado, como quinoa, trigo o cebada
 2 galletas de arroz
 1/2 taza de pasta o macarrones integrales cocinados
 1 crepa (tortita o panqueque) de cereales integrales (4 1/2 pulgadas de diámetro)
 3 tazas de palomitas de maíz
 1/2 taza de harina de trigo sarraceno o de centeno
Trucos sencillos para incluir más cereales en tu dieta
 Prueba diferentes variedades de cereales como desayuno. Los cereales para cocinar (de arroz, avena o trigo,
por ejemplo) te brindan desayunos sabrosos y calientitos.
 Como antojitos, en lugar de papitas o tortillas fritas, prueba palomitas de maíz (hechas sin grasa) o galletas de
granos enteros.
 Dales una oportunidad a las pastas integrales. Los fideos japoneses "soba", por ejemplo, están hechos con
trigo sarraceno.
 Agrega granitos de cebada o quinoa cocinada a las sopas y ensaladas.
 Haz una ensalada con sobrantes de cereales cocinados, agregándoles verduras picaditas y aderezo.
 Al preparar pasteles, tortas, empanadas o pan, sustituye la harina común por harina integral, o mezcla las dos.
También puedes experimentar con avena, y harina de maíz o centeno.

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