Está en la página 1de 7

Biotipos

María José Gil, Osteópata DO-MROE 209, fisioterapeuta col. 63. Terapeuta
Gestalt.
mjgosteo@hotmail.com. OsteoPediatria@mjgosteo (twitter).
Gloria quera Salvà. Licenciado en medicina y cirugía, Oteópata DO-MROE 34.
gloriaquera@gmail.com

La biotipología es el estudio y clasificación de la raza humana en relación a su


morfología. Se pueden realizar generalizaciones sobre la estructura anatómica, procesos
fisiológicos y actitudes psicológicas. Se pueden incluso predecir posibles patologías
típicas de ciertos biotipos.

El intento de clasificación de la infinita variabilidad de la raza humana tiene sus raíces


en la medicina ayurvédica y la medicina tradicional china. La medicina ayurvédica es
la medicina tradicional india y su existencia data de hace más de 5000 años. Ayurveda
tiene en cuenta al humano como mente, cuerpo y espíritu y lo clasifica como Vatta, Pitta
y Kapha en relación a la fuerza vital (o humor) predominante.

La Medicina Tradicional China es casi tan antigua como la ayurvédica. Su principal


concepto es la dualidad yin/yang junto a la teoría de los 5 elementos que propone que
todo está compuesto por 5 elementos: fuego, tierra, metal, agua y madera. Según la
MTC la morfología y la personalidad responde a la diferente proporción de yin y yang
junto con los 5 elementos.

Es probable que esta filosofía oriental haya tenido influencia en la medicina Occidental.
En la antigua Grecia Empedocles ( 495-435aC) considera al hombre como un
microcosmos en el que se combinan los 4 elementos presentes en toda materia: tierra,
aire, fuego y agua. Hipócrates ( 460-377 AC) basa su sistema de constitución y
temperamento en el sistema pitagórico y las enseñanzas de Empedocles. Basa su
sistema en 4 humores o fluidos: fuego equivalente a sangre, tierra a flema, aire a bilis
amarilla y agua a bilis negra. Aunque hay un equilibrio entre los 4 humores, en la
mayoría de individuos hay uno predominante y esto define su constitución. Además
Hipócrates introduce el término diátesis1 relacionando ciertas características con la
tendencia a ciertas enfermedades.

1
Predisposición orgánica a contraer una determinada enfermedad
Puesto que la reunión lleva por título “El cuerpo” voy a pasar a describir brevemente lo
que es la osteopatía, cómo ve el osteópata el cuerpo y la utilidad de los biotipos en este
modelo de tratamiento.

La osteopatía es un sistema terapéutico manual basado en el concepto de que el cuerpo


humano es una unidad mecánica vital, en que los componentes estructurales y
funcionales del cuerpo están interrelacionados, tienen la misma importancia y son
capaces de organizarse hacia la resolución de problemas.

El concepto de osteopatía es definido en 1874 de la mano del Dr. A.T.Still (1828-1917)


y surge de un interés por la anatomía y su relación con las “fuerzas naturales que fluyen
en el cuerpo” capaces de llegar a la resolución de problemas. Así que, es un método de
tratamiento basado en la búsqueda de la salud en el paciente teniendo en cuenta al
individuo como un todo y no como una suma de sistemas aislados unos de otros.
Los principios de la osteopatía enunciados por el Dr. Still en 1974 son:

- El cuerpo es una unidad: todas las partes del cuerpo están integradas, es un sólo
cuerpo, no divisiones del mismo. Hay diferentes sistemas que contribuyen a esta
unidad, el sistema nervioso, circulatorio,... pero es principalmente la fascia la
que se haya presente en todo el organismo e integra todos los sistemas, desde la
piel hasta la célula más pequeña de nuestro cuerpo están unidas gracias a la
fascia.
- La estructura gobierna la función y viceversa. Un cambio patológico en la
estructura a la larga cambiará su función, por ejemplo en un esguince de tobillo
está afectada la estructura, el ligamento y la función, caminar. Por otro lado si
hago un movimiento repetitivo como ocurre en algunos trabajos o deportes, se
puede llegar al desgaste articular y la alteración de la estructura. Así que
tratando la estructura se puede tratar también la función, no sólo en un plano
músculo-esquelético sino también a nivel circulatorio, visceral, nervioso,...
- El rol de la arteria es supremo. El movimiento de los fluidos corporales es
esencial para el mantenimiento de la salud. Mediante el sistema circulatorio y
linfático actúan los procesos fisiológicos de inmunidad, nutrición,
desintoxicación,... esenciales para mantener la salud.
- El cuerpo posee mecanismos autorreguladores y autocurativos para la resolución
de cualquier problema. El stress, malos hábitos alimenticios o tóxicos,
problemas psicosociales, mala adaptación a lesiones,... contribuyen al deterioro
de la salud. El osteópata con su actuación trata de potenciar estos mecanismos
autorreguladores.

El osteópata examina al individuo en su conjunto y busca la causa del trastorno o de la


disfunción a través de una aproximación holística (global) y no sintomática. Se
considera a la persona como un todo tanto en su vertiente física, como química y
emocional donde la estructura (anatomía) y la función (fisiología) son totalmente
interdependientes.

La osteopatía pretende diagnosticar el problema mecánico que desencadena las posibles


alteraciones que pueda sufrir el paciente y a través de un mínimo de actuaciones restituir
la función correcta de todo el organismo. Además de la anamnesis inicial y la
exploración física, se tiene en cuenta la tipología del individuo.

Hoy en día hay numerosos modelos de clasificación o biotipología. Desde la osteopatía


tener en cuenta estas clasificaciones ayuda a entender la mecánica a través de la cuál se
expresa el cuerpo y a la aplicación de determinadas técnicas según el biotipo.
Desde el punto de vista osteopático son especialmente útiles los trabajos de: E.
Kretschmer, L. Vannier, WH. Sheldon, Kelleman y especialmente la interpretación que
hizo el osteópata inglés T. Dummer al trabajo de todos estos modelos.

E. Kretschmer (1888-1964), psiquiatra y neurólogo alemán es conocido principalmente


por sus investigaciones sobre la relación existente entre temperamento y constitución
corporal. Propone una clasificación en base a tres tipos constitucionales: pícnico,
asténico y atlético. Sugiere que el tipo asténico y en menor grado el atlético tienen
tendencia a la esquizofrenia mientras que el pícnico desarrolla alteraciones maníaco-
depresivas.

Por poner un ejemplo de la aplicación osteopática de esta clasificación a un individuo


atlético (competitivo, musculado, estructuralmente fuerte,...) la aplicación de técnicas
estructurales ( manipulaciones, estiramientos,...) serán idóneas para su tratamiento, en
cambio el individuo asténico ( alto, delgado, tranquilo,...) responderá mejor a las
técnicas funcionales ( inhibición muscular, técnicas suaves de escucha,...).

L. Vannier (1880-1963), médico francés durante su práctica de la homeopatía observó


una correlación entre la constitución de los individuos y las características de tres
remedios homeopáticos ( Calcera Carbónica, Calcera Phosphorica, Calcera Fluorica,).
Así que clasificó la especie humana en individuos: Carbónicos (bajos, exceso de peso,
miembros cortos, rígidos, exceso de funciones digestivas, psiquismo tranquilo...),
Fosfóricos (altos, delgados, miembros largos, flexibles, hipotono muscular, psiquismo
frágil, hipersensibles, nerviosos...), Fluóricos (Asimétricos, falta de armonía,
inestabilidad, hiperlaxos, psiquismo agitado, inestables,...).

W.H.Sheldon, psicólogo inglés. Su clasificación es una de las más utilizadas en


osteopatía ya que relaciona la predisposición psicológica con la estructura del cuerpo.
Llega a esta clasificación teniendo en cuenta el tejido embriológico predominante:
endomorfo ( endodermo: dando principalmente las vísceras), mesomorfo ( mesodermo:
sistema músculo-esquelético), ectomorfo ( ectodermo: tejido neurológico y piel).

El individuo endomorfo se caracteriza por la predominancia a la redondez en diferentes


regiones del cuerpo. Cuando el endomorfismo es predominante, las vísceras digestivas
tienden a dominar la economía del cuerpo. Psicológicamente es sociable, de formas
redondeadas, relajado, “del buen comer” incluso glotón, necesita afecto y relacionarse
con gente,...

El individuo mesomorfo se caracteriza por la predominancia del músculo, hueso y tejido


conectivo. Físicamente es pesado, duro y de forma “rectangular”. La musculatura y los
huesos son prominentes y la piel es gruesa por el grosor del tejido conectivo. Toda la
economía de su cuerpo está dominada por el sistema músculo-esquelético, por los
tejidos derivados del mesodermo. Psicológicamente el individuo tiene mucho vigor y
empuje, acción y poder definen su propósito de vida. Son aventureros, competitivos,
muy deportistas,...
El individuo ectomorfo tiene una tendencia hacia la linelidad y fragilidad. En
proporción a su masa tiene el sistema nervioso central y cerebro más “largo” así que
tiene una mayor superficie sensorial. Su economía corporal está regida por tejidos
derivados del ectodermo, como por ejemplo el sistema nervioso. Así que son individuos
físicamente altos, delgados y de formas rectilíneas. Emocionalmente intelectuales,
artísticos, mentales, con necesidad de privacidad y aislamiento,...

El modelo de Sheldon es uno de los más utilizados por su simplicidad y por su fácil
aplicación clínica. Además ofrece una interesante relación entre la estructura del cuerpo
y la predisposición psicológica individual. Hay que matizar que cada individuo tendrá
una proporción determinada de las tres tipologías que conformarán al individuo como
un ser único.

Es interesante también el trabajo realizado por el psicólogo americano S. Keleman,


propone que “la vida construye formas y estas formas son parte de un proceso
organizativo que incluye emociones, pensamientos y experiencias dentro de una
estructura. Esta estructura ordena los acontecimientos de la existencia. La forma de la
persona quedará moldeada por las experiencias internas y externas del nacimiento, el
crecimiento, la diferenciación, las interrelaciones, el apareamiento, la reproducción, el
trabajo, la resolución de problemas y la muerte. A través de todo este proceso, la forma
queda marcada por los desafíos y tensiones de la existencia. La forma humana queda,
asimismo, grabada por el amor y la decepción”. También propone una clasificación de 4
tipologías: denso, colapsado, hinchado, y rígido. Su libro “ Anatomía Emocional” es
rico en ilustraciones que describen muy bien su trabajo:

Keleman habla de anatomía emocional, la anatomía no cómo forma estructural sino


como un proceso dinámico de formas vivas y configuraciones individuales. Un proceso
vital con un interior y un exterior. La anatomía comprende la forma que nos dio la
naturaleza, la configuración que tuvimos que crear como miembros de una sociedad y
de una familia así como la forma que estamos configurando en la actualidad.

Este dinamismo de la anatomía propuesto por Kelemann tiene mucho que ver con un
concepto proveniente de la arquitectura llamado “Tensional Integrity”, término
conocido hoy día como “tensegrity” o tensegridad. El arquitecto Richard Buckminster
Fuller ( 1895-1983) fue el primero en describir este concepto. Se trata de un sistema
estructural constituido por elementos de compresión discontinuos conectados por cables
de tensión continuos que debido a la forma en que se distribuyen las fuerzas tensionales
y compresivas en su interior, constituyen una estructura que se autoestabiliza pero capaz
de interaccionar de manera dinámica. El médico Stephen M Levin ha extrapolado el
sistema de tensegridad al cuerpo humano. En este modelo considera que los huesos del
esqueleto son componentes de compresión discontinuos que se encuentran suspendidos
en el seno de un armazón de tensión continuo de partes blandas. El sistema fascial es
continuo en todo el organismo, sería este el cable de tensión continua según el modelo
de tensegridad.
Llevando este concepto a un nivel celular, el citólogo Donald Ingber ha visto que las
células mantenían su forma gracias a un sistema de microtúbulos, microfilamentos y
filamentos intermedios que cumplen con el modelo de tensegridad.
En su artículo “ The Architecture of Life” describe como los microtúbulos y
microfilamentos actúan como elementos de compresión y los microfilamentos de actina
como elementos de tensión continua. La estructura de la célula se mantiene por los
microfilamentos de actina contráctiles que generan tensión y traccionan hacia el núcleo .
La membrana celular posee unos mecanorreceptores , llamados integrinas, que conectan
el citoesqueleto fibroso intracelular con el armazón fibroso de la matriz extracelular.
Cada célula , unida a la matriz extracelular que , a su vez , la unirá a otra célula, formará
parte de una estructura mucho mayor.
La matriz extracelular y su continuidad con la membrana y el contenido celular es la
expresión celular de la continuidad fascial. A este sistema interconectado integral se
conoce como matriz con tensegridad , tisular o matriz viva.
“ La matriz viva es una red supramolecular continua y dinámica, que se extiende a cada
rincón del organismo: la matriz nuclear en el seno de una matriz celular, dentro de una
matriz de tejido conjuntivo. Cuando se toca un cuerpo humano se está tocando un
sistema conectado de forma continua, constituido por prácticamente todas las moléculas
del organismo encajadas en un entramado complejo”

Es interesante la aplicación, en la práctica osteopática, de todos estos conceptos ya que


permiten entender el cuerpo como un todo creando hipótesis entre el proceso por el que
pasa el individuo y sus características físicas. También tienen su interés en relación a la
prevención de procesos a los que tiende el individuo según su tipología basado en la
continuidad del cuerpo humano.

Como resumen se podría señalar que el dinamismo de la estructura según el concepto de


tensegridad ayuda a entender cómo las vivencias y experiencias desde que nacemos
hasta que morimos pueden dejar una impronta en nuestra estructura, en nuestras
características físicas y expresar externamente nuestro ser interior como seres únicos.

Bibliografía

1. Parsons, J. Marcer, N. Osteopathy. Ed. Elsevier, 2006.


2. Keleman, S. Anatomia Emocional. Ed. Descleé de Browner, SA. Bilbao, 1999.
3. Korr, I. Bases Fisiológicas de la Osteopatía. Mandala ediciones, Madrid, 2004.
4. Littlejohn, JM. Los principios de la Osteopatía. The John Wernham College of
classical Osteopathy. Maidstone, 1998.

También podría gustarte