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TEMAS:
DISERTANTES:
¿Cómo se forma el cuerpo humano? ¿En que órgano se asienta el alma? ¿Cómo se vincula el alma
al cuerpo? ¿Cuál es el método de conocimiento adecuado para el estudio del hombre?
El estudio del hombre, la observación de su figura, nos permite inferir que las substancias están al
servicio de actividades de fuerzas, dado que la corporalidad está impregnada de vida, movimiento,
conciencia y autoconciencia. Solo la muerte nos permite observar a las substancias aisladas de las
cualidades que conforman el organismo humano
El estudio de la planta
Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) realizó estudios de la planta, la transición de las diferentes
formas que adopta, exponiendo la concepción de la metamorfosis, que permite comprender a la
planta como un ser sensorial- supra sensorial. El objeto de su búsqueda no era lo formado, sino lo
que forma, no lo perecedero sino lo manifiesto, la ley formativa, lo vivo, el ser. Este ser pasa de lo
supra sensorial a nuestro mundo físico-material a través de tres etapas evolutivas en un juego de
fuerzas de expansión y fuerzas de contracción
Rudolf Steiner ( 1861-1925 ) en su libro “Los enigmas del alma” (1917) publica sus investigaciones
científico espirituales sobre las relaciones de lo anímico-espiritual con lo orgánico-físico
describiendo la estructura ternaria del organismo Humano.
Observando la estructura ósea, la cabeza se nos presenta, con forma esférica, el cráneo, esta por
fuera de los órganos internos, los músculos son escasos y débiles las articulaciones tienen nula ó
escasa movilidad salvo la mandíbula inferior. La individualidad del Hombre se manifiesta con más
fuerza en la cabeza y a través de los órganos sensoriales nos abrimos al mundo
En la zona abdominal, solo encontramos huesos en la parte posterior, en los miembros los
músculos están por fuera del hueso, las articulaciones poseen gran movilidad y los pies se
configuran de acuerdo a las características del suelo. Todo está dispuesto a las necesidades
terrenales, en contacto con la materia, no obstante la estructura ósea alcanza la máxima
funcionabilidad con la menor substancia en comparación con el reino animal
Dinámica de la triestructura
El ser Humano esta triestructurado en dos polos uno superior e inferior y un sistema rítmico que
los intermedia.
El sistema nervioso central y los órganos sensoriales son una unidad funcional. A través de los
sentidos nos conectamos con el medio físico de este se captan las cualidades de la materia (color,
sonido, olor, sabor) la cualidad funcional de este polo esta en relación directa con la menor
modificación con lo percibido. Se caracteriza por con un metabolismo reducido, escasa ó nula
reproducción celular, quietud, concentración (deshidratación), tendencia al endurecimiento
(esclerosis), catabolismo (aumenta cuando estamos despiertos), frialdad, conciencia de vigilia,
polo vinculado a la actividad anímica del pensar. En la situación de estrés se incrementa la
secreción biliar, la diuresis, el tránsito intestinal, etc., esto se produce en el polo metabólico, por
un efecto de la dinámica neurosensorial. Esta actividad predomina en el polo cefálico pero esta
presente en todo el organismo
Con dinámica se quiere expresar una cualidad de movimiento que en este caso se manifiesta
como expansión-contracción que está detrás de la forma y sus interrelaciones polares dentro de
una imagen total
Ambas tendencias son necesarias en un equilibrio dinámico para mantener una adecuada función
en una sana estructura. La enfermedad es el predominio de la tendencia en el lugar y el momento
inadecuados ( la adecuada mineralización del hueso en la niñez permite el sistema de sostén, la
excesiva mineralización de las arterias en la vejez no permite la circulación) El vinculo adecuado
de ambas dinámicas está facilitado por el tercer sistema, el sistema rítmico, como curador.
El sistema rítmico
Es el sistema mediador, es el que mantiene rítmicamente la tensión entre las fuerzas opuestas
de ambos polos, anímicamente se manifiesta en el sentimiento, cuya característica es vivir entre la
tristeza y la alegría
Bibliografía : “La imagen del hombre como base del arte de curar” Dr. Otto Wolff
El presente escrito solo tiene validez como complemento de una exposición oral
Contemplando el ser humano aparecen siempre de nuevo esas tres regiones sea en un organismo
grande (todo el cuerpo humano) o sea en un organismo máspequeño (célula). Todos los órganos y
todas las estructuras del tejido siempre llevan en sí las tres regiones y viven a través de ellas. Sin el
sistema neurosensorio, sin el sistema rítmico, sin el sistema metabólico motriz no funciona ningún
órgano, ningún tejido y ninguna célula.
Así como el sistema neurosensorio mayormente está localizado en la región craneal (cerebro,
órganos sensorios), el sistema rítmico (corazón, pulmón) en la región del pecho y el sistema
metabólico en la región abdominal así se puede ver esas tres regiones sólo en la cabeza.
1. Diagnóstico Facial
Considerando que es fundamental para una nueva fisognomía, apoyarse en la idea del hombre
trimembrado, será necesario citar algunos factores de orden general relacionados al semblante,
los cuales tienen significado especial.
En el semblante del adulto resalta de inmediato que el mismo está estructurado en tres secciones.
La parte de la frente,
Estas tres regiones constituyen una imagen del ser humano global, en la cual Rudolf Steiner fue el
primero en indicar de modo enteramente consciente la “trimembración” en su relación física y
anímica.
Veremos que estos tres sistemas (neurosensorial, rítmico y metabólico) se reflejan en el rostro. De
acuerdo a ello, la parte de la frente, hasta los ojos, correspondería al sistema nervioso; ojos, nariz
y mejillas hasta aproximadamente los pliegues laterales de la boca, al sistema circulatorio, y la
región de la boca y el mentón, al sistema digestivo. Siempre de nuevo está ante nosotros la
trimembración.
Una reciprocidad de las más delicadas puede ser encontrada entre la vida afectiva y la pulsación
de nuestro corazón, o entre la inspiración y expiración de los pulmones. Tal como el pecho, esto
es, la parte mediana del cuerpo, es la sede de los órganos rítmicos, y la esfera anímica del sentir,
así también se reproduce, en la parte mediana del semblante, la afectividad de la conformación
de la nariz y de la cara. Es ahí que se refleja el “sistema rítmico”.
Rudolf Steiner habla del “sistema metabólico y de los miembros como la tercera parte de nuestro
organismo. Es fundamento, y herramienta de nuestra voluntad. Encuentra su reflejo en el tercio
inferior del rostro humano, o sea, en la región de los labios y de la mandíbula, que conforman el
recuadro de la boca. Goethe declara el maxilar inferior puramente como miembro: “Considero la
arcada inferior mandibular completamente separada del cráneo y perteneciente a los órganos
auxiliares. También por esto puede ser equiparada a los brazos y las piernas”.
El maxilar superior apunta más hacia el organismo metabólico, evidenciando, por ello
el modo en que en el hígado, en los intestinos, y en todos los órganos metabólicos se prepara la
voluntad.
2. Proporciones faciales:
Veamos ahora cómo las proporciones de las tres partes del rostro deben ser comprendidas. En el
caso ideal, los tres segmentos (en sentido vertical) son algo equivalentes.
Siendo este el caso, indicaría una armonía de los tres sistemas de órganos, y además de eso, una
armonía de las tres funciones del alma: pensar, sentir, querer.
1) Una conformación más fuerte del tercio superior indica un sistema de cabeza fuertemente
estructurado, un hombre que se abrió especialmente a las fuerzas superiores plasmadoras
del Sistema neurosensorio.
2) Mayor predominio de la parte media del organismo: las narices se destacan demás e
indican un desenvolvimiento excesivo del sistema rítmico. Son características conocidas
las narices prominentes de músicos, pintores, o sacerdotes.
3) Mayor predominio del tercio inferior: tipos metabólico- motores. Su voluntad es, en la
mayoría de las veces, el más fuerte componente de su carácter, aunque no debemos
aclarar por ahora en qué dirección esa voluntad camina. Su naturaleza está colmada de
presión o impulso para hacer, para imponer su voluntad. La personalidad que posee una
voluntad fuertemente estampada puede ser un comandante genial, un organizador
brillante, un boxeador, etc.
Cada persona tiene su propia forma facial.A primera vista ésta parece su lugar común; pero
éste fenómeno suscita una pregunta: ¿Por qué esto? Las cabezas de leones, elefantes, liebres,
canarios o lagartos pueden ser diferenciados apenas en un grado mínimo dentro de cada una
de las especies. En el hombre ocurre la diferenciación porque en el curso de la vida su cabeza y
su rostro son transformados por su individualidad. Aunque el animal esté dotado de un alma,
le falta el YO, del cual el cuerpo del animal jamás tornará una expresión.
Años transcurren para que el organismo sea dominado e interpretado por su YO. Esa evolución
se refleja en el rostro con claridad, correspondiendo a la trimembración.
Al nacer los bebés se diferencian poco entre sí, el embrión crece a partir de la cabeza, y por
consiguiente, en el rostro del niño la cabeza está desarrollada más temprano y más completa.
El desenvolvimiento excesivo del tercio superior del rostro se muestra con claridad en todo
sentido en el recién nacido. Esa es una señal de que el espíritu del hombre penetra en el
cuerpo, inicialmente por la vía del sistema neurosensorio. En el inicio un niño está activo
sobretodo en su neurosensorio.
La parte inferior del rostro es la que precisa más tiempo para su formación. En nada se
asemejan más los monos que en la región de la boca. Mentón y labios mantienen mucho
tiempo su capacidad de cambiar. La boca se torna efectivamente expresiva solo por vuelta de
los 20 años. En cuanto el YO del hombre aprende a desenvolver su voluntad de modo cada vez
más libre, se va modificando también la parte de la boca.
Por alrededor de la mitad de la vida, esto es, por los 35 años y luego después, el tercio inferior
termina por alcanzar el auge de su desarrollo. Casi nunca el modelamiento de la boca está
enteramente concluido. Fuertes cambios también ocurren nuevamente con la edad; sin
embargo, deben ser en gran parte atribuidas a un proceso de involución.
DIENTES:
“En la medida que el niño adquiere la dentición, aprende a pensar”. Rudof Steiner
Aquí depende, por encima de todo, de la relación que se produce entre una región volitiva en
el semblante y la propia formación de pensamientos.
Los dientes, que con base en su función deben ser agregados integralmente al sistema
metabólico motor, contienen todavía bien marcadamente la fuerza para el rígido modelaje de
las formas. En ello se revela algo de aquella actuación de los pensamientos que penetran hasta
la voluntad.
En la evolución del hombre a lo largo de la historia global de la Humanidad, las ansias del
mismo han consistido en aspirar a una armonía entre el pensar, el sentir y el querer. Cada vez
más los hombres pretenden ostentar individualmente su voluntad. El pensamiento conquista
la libertad, puede liberarse del sentir, y el querer lucha por la independencia, por su actuación
libre. Si esa armonía fue proporcionada según la disposición, o si una de las tres funciones
anímicas fue más claramente estampada, se manifestarán muy claramente en la interrelación
de las tres partes del rostro humano.
Si tenemos en cuenta el proceso de encarnación del ser humano, su vida interior y las
tendencias que predominan en la cabeza o en los miembros, tales elementos conducirán a
diversas orientaciones de desarrollo y de crecimiento que permitirán profundizar nuestro
diagnóstico clínico.
Consideremos el plano sagital: este plano es una abstracción que no tiene realidad
física, pero que corresponde a una inversión entre la derecha y la izquierda, una polaridad
necesaria. La derecha y la izquierda se encuentran, en el ser humano, mediante un fenómeno de
cruzamiento que genera la conciencia del pensar. La actividad interior del hombre en cuanto alma-
espíritu gobernará la actividad muscular y regirá el crecimiento de los huesos de la cabeza y los
maxilares. Así, esa dirección espacial se abrirá o cerrará y podremos observar tanto una arcada
dentaria en “O”, acompañada de un espacio inter-incisivo, como una arcada dentaria en “V”,
acompañada de una endoalveolía anterior con apiñamiento incisivo.
De esta manera, vemos cómo la vida interior puede resonar con sus movimientos
hasta en la forma física del hombre en crecimiento, y cómo estas consideraciones simples pueden
ayudarnos a percibir mejor las tendencias observadas en un examen físico completo. Estas
consideraciones sobre el crecimiento óseo y sobre la forma del esqueleto pueden ser enriquecidas
por otras que consideren la embriogénesis dentaria y la cronología de las denticiones.
En el margen del manejo consciente de la salud uno puede abrir distintos caminos según sus
necesidades.
Las fuerzas de las cuales el hombre puede disponer, son las siguientes:
La intensificación de esas fuerzas no sucede por sí – sin ninguna intervención de alguien, por
decirlo así – sino requiere una actividad de la persona. Es una actividad que es estimulada por el
Yo, el núcleo del ser, y que es activada en el cuerpo mediante las fuerzas anímicas (pensar, sentir y
voluntad). Es decir, el Yo tiene la idea, el alma la quiere realizar, el cuerpo la realiza por medio de
sus fuerzas vitales y físicas. Sólo el Yo determina si y cómo una persona puede obrar sobre las
fuerzas anímicas, vitales y físicas, cómo se las “entreno”.
En general se puede emanar que las pruebas y el fortalecimiento provienen del Yo y los mueve el
alma. Por estar el alma encima del cuerpo, conecta el Yo, el núcleo del ser, con el cuerpo. Por ello
es posible obrar también sobre el cuerpo mediante las fuerzas anímicas. Esto se manifiesta en las
múltiples posibilidades de la terapia artística que mediante el alma puede obrar terapéuticamente
sobre todos los miembros constitutivos del ser humano. Se lo demuestra más fuertemente cuando
uno mismo practica el arte. Pero también la percepción consciente del arte tiene su efecto:
A través del sonido sobre el Yo (lenguaje, por ejemplo leyendo en voz alta)
La euritmia puede obrar sobre todos los miembros constitutivos. La euritmia curativa es la forma
más práctica de aplicarlo.
Pues la salud y la enfermedad se manifiestan en un cuerpo que denominamos el cuerpo vital. Nos
tenemos que fijar qué posibilidades tiene el Yo de obrar sobre el cuerpo vital para fortalecerlo.
A través del entusiasmo se colma el trabajo cotidiano con lo espiritual. Obra en forma
fortalecedora porque cada camino espiritual necesita un trabajo del Yo.
A través de la presencia de ánimo todo lo que uno hace es acompañado con un trabajo espiritual y
del Yo.
Contemplando meditativamente los procesos, las ideas, las polaridades contrarresto a una rigidez
interior, a una unilateralidad, a un pensar que sólo acepta lo terminado, lo visible, lo definido. Ese
estilo de vida generalizado es sospechoso porque poco a poco todo lo que uno no puede tocar,
confunde y causa miedo. Una dedicación al mundo suprasensible, a aquello que uno no puede
percibir con los sentidos (por ejemplo el amor, la fe) involucra toda la realidad porque la vida
consiste en lo visible y lo invisible. Lo visible se percibe con el ojo y lo invisible se “escucha” (¿Qué
me dice?). Este escucha significa una apertura frente al mundo espiritual que me da
permanentemente informaciones sobre la vida siempre cuando escucho las señales de este
mundo. Para vivir uno necesita ambos sentidos, el ver dirigido a la realidad y el escucha dirigido al
mundo espiritual. La esencia de las cosas está allá donde ambos sentidos se penetran el uno en el
otro, en el medio. La tarea de los hombres es comprender la esencia de las cosas.
Controlando mi eficiencia busco el medio entre mucha exigencia y poca exigencia y creo el espacio
libre para mis fuerzas espirituales.
Con una terapia colónica, ayunando, recupero un equilibrio de mis fuerzas vitales. Moviéndome,
haciendo deporte ligero, yendo a la sauna, transpirando las fortalezco.
Con una desintoxicación o una liberación de sustancias químicas toxicas me ocupo de que mi Yo
no tenga que inducir los trabajos superfluos de limpieza del organismo a través del sistema
inmunológico.
Por los remedios y los tratamientos se liberan las fuerzas que el paciente puede utilizar para su
curación.
Cadauno puede tomar la vida, la biografía en sus manos y puede progresar mejorandosu
personalidad. En virtud de las facultades yoicas que uno como ser humano posee, uno está en
condiciones de reconocer y hacer proyectos hacia el futuro. Puede oponerse a los obstáculos y
puede trabajar en vencerlos. Cuando un ser humano se enfrenta consigo mismo y analiza sus
posibilidades, hay un desarrollo individual en el sentido de un desarrollo biográfico.
Encima de todo lo que el hombre puede hacer, está la certeza de que no está solo y otros seres le
ayudan. Es decir, puede adquirir confianza y con ello estar más seguro en su actuar.
Bibliografía:
_Lulo Galitesi, Celia, “As mil e uma faces do dente”, Editora Antroposófica, Brasil