C I E N T Í F I C O
Introducción
Higiene y reemplazo del estuche
portalentes, ¿incumplimiento o
desconocimiento?
Silvia Alonso-Matarín, MSc. Coleg. 22.179
Genís Cardona Torradeflot, PhD. Coleg. 7.000
Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa,
Universitat Politècnica de Catalunya, España.
Resumen
Propósito: El propósito de esta investigación fue
determinar las prácticas de los usuarios de lentes
de contacto en referencia al cuidado y reemplazo
del estuche portalentes.
Métodos: Se desarrolló una encuesta en línea y se
distribuyó siguiendo una estrategia de muestreo
en forma de bola de nieve.
Resultados: Se recopilaron y analizaron 247 res-
puestas. La mayoría de los usuarios seguían un re-
emplazo mensual de sus lentes (64,8%) y el 86,6%
utilizaba un estuche portalentes. De estos, un
25,0% indicaron que nunca limpiaban el estuche
y un 15,0% que nunca lo reemplazaban. Un 30,0%
respondieron que su profesional de la visión nunca
les había informado sobre la necesidad de limpiar y
reemplazar el estuche.
Conclusión: Existe un elevado incumplimiento y
desconocimiento en el uso y cuidado del estuche
portalentes, lo que subraya la necesidad de fomen-
tar y mejorar las estrategias de comunicación entre
los profesionales de la visión y sus pacientes.
Palabras clave: cumplimiento, estuche portalen-
tes, lavado las manos, Covid-19, uso y manteni-
miento de lentes de contacto.
PUNTOS CLAVE
• La contaminación del estuche portalentes es una
de las causas principales de complicaciones ocula-
res en usuarios de lentes de contacto.
• Un elevado porcentaje de usuarios realiza malos
hábitos de higiene y reemplazo del estuche por-
talentes.
• Un 30% de los participantes en el estudio indica-
ron que nunca habían recibido información de sus
profesionales de la visión referente al estuche
portalentes.
• Es esencial mejorar la comunicación entre profe-
sionales de la visión y usuarios de lentes de con-
tacto para fomentar los hábitos de cumplimiento.
36
Con el fin de poder disfrutar al máximo y con se-
guridad del uso de las lentes de contacto (LC), es
necesario realizar un buen cumplimiento de las re-
comendaciones indicadas por los profesionales de
la visión y los fabricantes de las mismas. Solo así
conseguiremos una excelente visión, una superfi-
cie ocular en perfecto estado y sin complicaciones,
y evitaremos el abandono de las LC.
La encuesta anual sobre las LC más adaptadas en
España puso de manifiesto que, en 2020, más de
un 80% de las LC adaptadas fueron LC blandas, ya
sea de hidrogel o hidrogel de silicona, de las cuales
un 66% fueron desechables mensuales, seguidas
de las desechables diarias en un 22%1. Todos los
usuarios de LC de reemplazo no diario, e incluso
algunos que siguen esta modalidad de reemplazo,
requieren de un estuche portalentes.
El incumplimiento en las instrucciones de uso y
manejo de las LC por parte del usuario es un pro-
blema clínico común. El primer informe sobre el
incumpliendo de los usuarios de LC fue publicado
en 1986 por Collins y Carney2, y desde entonces
los niveles de cumplimiento no parecen manifestar
una mejora significativa. A raíz de ese primer infor-
me, numerosos estudios han intentado evaluar el
cumplimiento de los usuarios de LC, la mayoría de
ellos de manera subjetiva a partir de cuestionarios
ad hoc, generando estimaciones de incumplimiento
que van del 40% al 91%3,4. Es interesante resaltar,
además, que Bui y colaboradores5 informaron que
el 86% de los usuarios creían seguir buenas prácti-
cas de uso y cuidado de sus LC, pero los resultados
reales de cumplimiento revelaron que solo el 32%
de los mismos realizaba un cuidado correcto.
Este artículo se centra en el cuidado y manteni-
miento del estuche portalentes. Un estuche con-
taminado puede comprometer el uso de las LC y
provocar sucesos adversos e infecciones en la su-
perficie ocular6, al actuar como un reservorio de
microorganismos. Múltiples investigaciones han
documentado la existencia de una correlación en-
tre un estuche en malas condiciones higiénicas y
la aparición de complicaciones oculares. Hall y Jo-
nes7, por ejemplo, hicieron una revisión sobre la
variedad de problemas relacionados con la conta-
minación del estuche portalentes y concluyeron
que un estuche contaminado puede contribuir
significativamente al desarrollo de queratitis mi-
crobiana (QM). De forma similar, Keay y Staple-
ton8 observaron que la combinación de una poca
frecuencia de reemplazo del estuche portalentes
con una higiene incorrecta de manos aumentaba
el riesgo de QM en un 33%. Finalmente, Wu y co-
laboradores9, observaron una tasa de contamina-
ción del estuche de más del 50% de los usuarios y
Kuzman y colaboradores10 detectaron una corre-
lación estadísticamente significativa entre la con-
taminación bacteriana y una menor frecuencia de
reemplazo del estuche portalentes.
MARZO 2021 — GACETA 567
 Figura 1

Estuches portalentes.

Por su parte, Hickson-Curran y colaboradores11
realizaron dos encuestas online a usuarios de LC
de hidrogel e hidrogel de silicona de reemplazo
frecuente, documentando que un 33% de los mis-
mos realizaban una limpieza al mes o menos del
estuche y que un 72% utilizaban para ello agua
del grifo. En este sentido, Tilia y colaboradores6
citaron que el uso de agua del grifo para enjuagar
los estuches portalentes se asociaba a un riesgo
significativamente mayor de contaminación con
bacterias gramnegativas.
El presente trabajo pretende investigar los hábi-
tos de higiene y reemplazo del estuche portalen-
tes de una muestra significativa de usuarios de
lentes de contacto de hidrogel e hidrogel de sili-
cona de reemplazo no diario.
Métodos
Los resultados presentados en este artículo de in-
vestigación forman parte de los recogidos de una
encuesta más extensa sobre el “Uso de lentes de
contacto durante Covid-19”. Nos fijaremos, espe-
cialmente, en la información recopilada sobre la-
vado de manos e higiene y reemplazo del estuche
portalentes. Para llevar a cabo esta encuesta se
utilizó Google Forms (Google LLC, Mountain View,
¿Cuál es el reemplazo de tus lentes?
3%
10%
18%
4%
65%
Diario Quincenal Mensual
Cada seis meses o más No me acuerdo
Figura 2
Frecuencia deHigiene
reemplazo:del
diario 18%; quincenal 4%;
estuche
35,0 mensual 65%; semestral 10%; no me acuerdo 3%.
30,0
25,0
recuencia (%)
CA, Estados Unidos). Los elementos de la encues-
ta se diseñaron sobre la base de la experiencia de
los autores y de la literatura publicada sobre el
cumplimiento y manejo de las LC.
El enlace de la encuesta fue distribuido entre el
15 de julio de 2020 y el 10 de agosto de 2020 a
través de redes personales y sociales, siguiendo
una estrategia de muestreo en cadena, en forma
de bola de nieve, pidiendo cooperación a los en-
cuestados para difundir la encuesta y, así, poder
obtener futuros participantes. La participación
fue voluntaria, las respuestas anónimas y el he-
cho de contestar el cuestionario completo certi-
ficó tácitamente el consentimiento del usuario
de participar en el estudio. El estudio siguió los
principios de la Declaración de Helsinki. En todo
momento, los participantes podían abandonar la
encuesta y se facilitó un correo electrónico de
contacto para ofrecer información adicional si
esta se requiriera.
Resultados
El total de encuestas respondidas correctamente
fue de 247. La mayoría de ellas correspondían a
la Región Metropolitana de Barcelona, con una
media de edad de los participantes de 28,0 ±10,4
años, y un 76,8% de mujeres. No se halló ninguna
asociación entre los niveles de incumplimiento y la
edad o el género (ambas p>0,05).
Con respecto al uso de LC, un 95,7% de los encues-
tados usaban LC blandas y un 64,8% empleaba re-
emplazo mensual (Figura 2).
Por lo que se refiere al lavado de manos, un 20,6%
respondió que no siempre utiliza agua y jabón,
frente a un 34,9% que siempre se las lava de for-
ma adecuada. Por su parte, un 27,8% no siempre
se lava las manos al ponerse las LC y un 31,7% no
siempre se las lava al quitarse las LC de los ojos.
Un 86,6% de los encuestados hacían uso de es-
tuche portalentes, respondiendo la sección co-
rrespondiente de la encuesta, donde se puso de
manifiesto que el 30,0% de los participantes que
usaban estuche no habían recibido nunca instruc-
ciones sobre su higiene y reemplazo por parte de
su profesional de la visión. De los participantes
que usaban estuche, el 23,8% manifestaron lim-
piar el mismo al menos una vez por semana, fren-
te a un 25,0% que manifestaron que nunca lo

20,0
GACETA 567 — MARZO 2021 37
15,0
10,0
5,0
 Diario Quincenal Mensual

C I E N T Í F Cada
I Cseis O
meses o más No me acuerdo

Higiene del estuche

35,0
30,0
25,0
(%)
Frecuencia (%)

20,0
Frecuencia

15,0
10,0
5,0 Figura 3
0,0
Lo
Lo limpio
limpio cada
cada Lo
Lo limpio
limpio cuando
cuando No
No lo
lo limpio
limpio Nunca
Nunca meme han
han Frecuencia de limpieza del estuche por-
semana
semana me
me acuerdo
acuerdo nunca
nunca explicado
explicado que
que se
se talentes.
debe limpiar
debe limpiar

Reemplazo del estuche

40,0
35,0
30,0
25,0
(%)
Frecuencia (%)

20,0
Frecuencia

15,0
10,0
5,0 Figura 4

0,0
Frecuencia reemplazo del estuche por-
Lo
Lo cambio
cambio Lo
Lo cambio
cambio cuando
cuando No
No lo
lo cambio
cambio Nunca
Nunca me
me han
han talentes.
cada
cada mes
mes me
me acuerdo
acuerdo nunca
nunca explicado
explicado que
que se
se
debe cambiarse
debe cambiarse

habían limpiado (Figura 3). Similares resultados
se hallaron por lo que respecta al reemplazo, con
un 18,8% de los usuarios indicando que reemplaza-
ban su estuche una vez al mes o antes, frente a un
15,0% que nunca lo había reemplazado. Un 21,3%
y un 29,0% de los encuestados afirmaron limpiar o
reemplazar el estuche “cuando se acordaban”, res-
pectivamente (figura 4).
Discusión
Los resultados de esta encuesta ponen de manifiesto
que un gran número de los usuarios encuestados no
realizó un correcto mantenimiento y reemplazo del
estuche portalentes. Es evidente que es necesaria una
buena comunicación entre el profesional de la visión y
el usuario de LC. En esta comunicación, es primordial
transmitir, tanto vía oral como por escrito, la relevancia
de un correcto cuidado de las LC y de sus accesorios. El
usuario debe lavarse con rigurosidad las manos y se las
debe secar con una toalla desechable de papel antes
de manipular el estuche y las LC. La necesidad de lavar-
se y secarse las manos adecuadamente, que es funda-
mental para evitar la transmisión ocular de patógenos
en general y del SARS-CoV-2 en particular12, debe re-
forzarse con instrucciones claras y detalladas por parte
de los profesionales de la visión y con demostraciones
prácticas en la propia consulta. Por su parte, los estu-
ches deben enjuagarse con solución de mantenimien-
to y secarse al aire antes de volver a usarlos, nunca se
deben enjuagar con agua u otros líquidos que no sean
el de la solución de mantenimiento.
El incumpliendo puede ser involuntario, por des-
conocimiento, por motivo de olvido, o por en-
tender las instrucciones de manera incompleta o
confusa13. Gyawali y colaboradores14, concluyeron
que la capacidad de identificar y corregir un com-
portamiento que no cumple con las normas se ve
dificultado por el hecho de que muchos pacientes
no son conscientes de que sus prácticas de uso y
cuidado no son las correctas. En este mismo estu-
dio, un 11,2% de los participantes informaron que
nunca se lavaban las manos antes de manipular las
LC y menos de la mitad usaban jabón con regulari-
dad. Así pues, es necesario establecer unas pautas
para las prácticas de higiene de las manos con el
fin de lograr un equilibrio entre minimizar el ries-
go de infección y conseguir unas expectativas ra-
zonables sobre la capacidad de los pacientes para
poder seguirlas15.
Haciendo especial atención a la pandemia mundial
debida al coronavirus SARS-CoV2 (Covid-19), un
estudio realizado sobre la estabilidad del virus en
distintas superficies, tales como en plástico, acero
inoxidable, cobre y cartón, informó que el SARS-
CoV2 era más duradero en plástico, siendo su vida
media estimada de aproximadamente 6,8 horas,
y, pudiendo incluso ser detectado hasta 72 horas
después de diseminar el virus en la superficie, siem-
pre dependiendo la carga viral utilizada16. El estu-
che portalentes suele ser de este tipo de material.
Además, debe tenerse en cuenta el lugar donde el
usuario guarda el estuche, con frecuencia encima

38 MARZO 2021 — GACETA 567


Figura 5
Práctica habitual de rellenar de líquido el estuche portal-
entes.
de la repisa del lavabo, o cómo lo transporta (en
el bolso, en el bolsillo del pantalón), todos ellos
lugares por norma general escasamente asépti-
cos. La manipulación del estuche con las manos
contaminadas ayudará a incrementar la carga de
patógenos del mismo, pero, a su vez, un estuche
contaminado, incluso en su parte exterior, libe-
rará patógenos a las manos, aunque el usuario se
las haya lavado adecuadamente con anterioridad,
dando lugar a una situación reiterada en que las
manos y el exterior del estuche se contaminan en-
tre sí, generando una posible transmisión de pató-
genos a las LC y a la superficie ocular9.
Algunos microorganismos tienen la capacidad de
formar biopelículas en el interior del estuche, au-
mentando su resistencia. Son varios los estudios
que ponen de manifiesto un mayor riesgo de QM
en estuches en los que se han descubierto biope-
lículas17. Además, el diseño del propio interior y
exterior del estuche puede influir en la formación
de colonias de patógenos, y la aparición de grie-
tas o desperfectos en el mismo puede aumentar
el riesgo de contaminación, lo que aconseja el
reemplazo frecuente del estuche, incluso en los
casos de una limpieza frecuente, o de estuches
incorporando iones plata o revestimiento de se-
lenio como estrategias para combatir la forma-
ción de biopelículas18.
En el estudio realizado por Rueff y colaborado-
res19, los autores observaron que la mayoría de
los sujetos no eran conscientes de la necesidad
de realizar un correcto reemplazo del estuche
GACETA 567 — MARZO 2021
portalentes. Los presentes resultados mostraron
que muchos de los encuestados no limpiaban ni
reemplazaban periódicamente su estuche porta-
lentes, de acuerdo con la literatura publicada20, y
casi un tercio de ellos afirmó que su profesional
de la visión nunca le había informado sobre la hi-
giene y el reemplazo de los estuches. Otros au-
tores también han notado que incluso los usua-
rios de LC que cumplen las normas, por lo que
se refiere al uso y mantenimiento de las lentes,
pueden no ser conscientes de la necesidad de un
cuidado y reemplazo adecuados de los estuches
de almacenamiento5.
Los hallazgos de este estudio apoyan la necesi-
dad primordial de una comunicación fluida entre
los profesionales de la visión y sus pacientes. Los
profesionales deben proporcionar a los usua-
rios instrucciones precisas, detalladas y fáciles
de entender y de seguir, basadas en la evidencia
científica más reciente y las recomendaciones de
los organismos reguladores correspondientes,
y deben buscar estrategias para reforzar perió-
dicamente estas recomendaciones. La adopción
de estos métodos tiene el potencial de reducir
sustancialmente los niveles de contaminación de
los estuches portalentes y, por lo tanto, evitar
complicaciones oculares y futuros abandonos.
Nota de los autores
Declaración de intereses: ninguna.
Parte de los datos presentados en este artículo han
sido publicados en la revista Contact Lens Anterior
Eye, https://doi.org/10.1016/j.clae.2021.02.019
En este artículo hemos empleado términos masculi-
nos, como por ejemplo usuarios de lentes de contac-
to, para designar a usuarios y usuarias, aun siendo
conscientes que el porcentaje de mujeres portadoras
de lentes de contacto es superior al de hombres. Si-
milares afirmaciones son válidas para referirnos al
colectivo de ópticos-optometristas, compuesto, ma-
yoritariamente, por ópticas-optometristas.
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