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Para comprender el proceso de independencia que tuvo lugar desde 1808 hasta 1833 debemos
hablar primero de todo de las causas, siendo estas tanto internas como externas, y siendo vitales
para el conocimiento de porque en un pequeño periodo de tiempo hubo tantas revoluciones.
Causas internas
Primero de todo debemos hablar de las causas internas, es decir, aquellas que surgieron en el
interior de los países latinoamericanos. La mayoría de estas causas internas se debieron a la
corrupción de los políticos, debido en gran parte a que los altos cargos de los virreinatos venían de
la Península, existiendo pocos políticos naturales de América.
Las abdicaciones de los monarcas españoles frente a Napoleón, con la pérdida de los reyes
españoles se buscaron formas de autogobierno
Los jesuitas, personas muy influyentes en América, cuyas ideas chocaban con el gobierno español
en los territorios americanos
Difusión de las ideas liberales y revolucionarias nacidas en Europa pocos años atrás
Los problemas económicos que asolaban las colonias debido a las reformas borbónicas
Por otra parte, estaban las causas externas, mucho menos numerosas que las internas, pero igual
de importantes. Una de las principales causas externas fueron las revoluciones, tanto la de los
Estados Unidos como la francesa, sirviendo como modelo para lo que buscaban las colonias
americanas.
Las Juntas americanas buscaban conservar los derechos del rey Fernando VII, pero buscando la
separación con cualquier gobierno español. Desde 1808 hasta 1814 los distintos virreinatos
sufrieron movimientos locales para la creación de las Juntas, siendo muy diferentes entre sí.
Por otro lado, en la Capitanía General de Chile la primera junta se creó en septiembre de 1810,
teniendo lugar en Santiago de Chile. Durante los primeros años hubo una gran disputa entre los
dos bandos, entre aquellos que apoyaban al gobierno español y aquellos que buscaban la
independencia.
Por último, debemos hablar del Virreinato de Nueva España, donde se realizó la Junta de México
en agosto de 1808, siendo la primera de las juntas latinoamericanas. Se podría decir que fue en
México donde se inició el movimiento revolucionario latinoamericano.
Las tropas españolas eran llamadas realistas y desde 1814 hasta 1816 comenzaron un intento de
revertir la situación. La represión realista fue rápida, causando grandes bajas en la revolución, y la
huida de grandes líderes revolucionarios, como por ejemplo la de Simón Bolívar.
En 1816, los realistas habían vencido en Nueva Granada, Perú y Chile, siendo la actual Argentina la
única que parecía salir victoriosa del lance, proclamando la independencia de las Provincias Unidas
del Río de la Plata en julio de 1816.
En los años posteriores el conflicto volvió a dar la vuelta, siendo las colonias hispanoamericanas las
que comenzaron a conseguir grandes victorias contra los realistas. Poco a poco otros estados
fueron proclamando la independencia. En Chile, con la llegada del general O'Higgins se pudo
vencer a los realistas, proclamándose la independencia de Chile en abril de 1818.
El caso de Perú fue más complicado, ya que siempre había sido un lugar de gran presencia
española, pero la llegada de José de San Martín hizo que en julio de 1821 se proclamara la
independencia del Perú. Mientras San Martín llevaba a cabo la revolución en el Perú, Bolívar hacía
lo propio en Bolivia, proclamándose la independencia del país en agosto de 1825.
Por otra parte, la llegada de Agustín de Iturbide equilibro la balanza en México, proclamando su
independencia en agosto de 1821, convirtiéndose en el Primer Imperio Mexicano.
Con todo esto finalizó la independencia de los estados latinoamericanos de España, formando
numerosos nuevos estados basados en las ideas liberales. Aunque esta estructura duraría poco, ya
que varios de los estados sufrirían nuevas revoluciones en los años siguientes, formando nuevos
estados como Venezuela, nacida de Gran Colombia, o Uruguay, nacida de las Provincias Unidas de
Río de Plata.